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este tema, as como el de los cuerpos terrestres, para otra ocasin, a fin de tratarlo ms
plenamente." (Enseanzas, pg. 203-204.) Del relato del traslado de los Tres Nefitas
obtenemos el mayor conocimiento sobre el ministerio de seres trasladados entre los
hombres. Es evidente que tales personas "nunca probaron la muerte; . . . nunca sufren
dolores de muerte"; que han sufrido un cambio en sus cuerpos, para que no sientan
dolor mientras vivan en la carne "sino por los pecados del mundo"; "Que son hombres
santos, "santificados en la carne;" que los poderes de la tierra no podan sujetarlos; que
"eran como ngeles de Dios." ministrando a quienes quisieran; que "sern cambiados en
un abrir y cerrar de ojos, de la mortalidad a la inmortalidad" en la Segunda Venida; y
que heredarn la exaltacin en el Reino de Dios. (3 Ne. 28J Este cambio final de la
mortalidad a la inmortalidad es en realidad su muerte, pues todos los hombres mueren,
an los que vivan cuando venga Cristo, y tambin los que vivan durante el milenio.
"Los nios crecern hasta envejecer;" dice el Seor, respecto al milenio. "Los ancianos
morirn, mas no dormirn en el polvo, antes sern cambiados en un abrir y cerrar de
ojos." (D. Y C. 63:49-52; 101:23-31.) Es interesante notar que Juan, al escribir la
promesa que el Seor le hizo, aparentemente saba que no "probara" la muerte o que no
"soportara" los dolores de la muerte, pero saba que pasara por un cambio equivalente
a la muerte. "Este dicho se extendi entre los hermanos, que aquel discpulo no
morira." dice Juan, "Pero Jess no le dijo que no morira, sino: Si quiero que l desde
hasta que yo venga, qu a ti?" (Juan 21:20-23JY as, cada ser trasladado recibe una
muerte y resurreccin instantneas. Los que fueron trasladados a partir de la
resurreccin de Cristo continuarn viviendo como mortales hasta la Segunda Venida
cuando recibirn su gloria inmortal. Sern seres resucitados, no trasladados, que
volvern junto con la ciudad de Enoc."