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El grupo operativo, segiin lo ha definido el iniciador del gra mientras se opera; gran parte del trabajo del grupo ‘operativo consiste, suscintamente expresado, en el adies- ‘tramiento para operar como equipo. En el campo de la ensefianza, el grupo se adiestra para aprender y esto sélo se logra en tanto se aprende, es decir, mientras se opera. El grupo operativo tiene propésitos, problemas, re- de Jos objetivos propuestos. A través de su actividad, los seres humanos entran ‘Nos oponemos a la vieja ilusién, tan difundida, de que una tarea se realiza mejor cuando se excluyen los Hamados factores subjetivos y sélo se la considera “objetivamente” ; terminen absorbiendo (alienando) a los seres humanos. En 37 el mundo humano, Ia mayor objetividad se aleanza incor- Porando al ser humano (incluso los factores subjetivos), €s decir, tomando las cosas tal cual ocurren, para enten- derlas y poder lograr que ocurran mejor. De ninguna manera estas consideraciones een fuera de nuestro tema, porque entre los instrumentos sociales de enajenacién se cuenta, en lugar relevante, la ensefianza y Ja forma en que —en general— se realiza: deshumanizada y deshumanizante, Para la presente exposicién me he basado en la “Ex- Periencia Rosario”, en la de grupos operativos de Ia Es cuela Privada de Psiquiatria (que cumplié ya tres afios de existencia) y en la realizada en distintas cftedras en varias facultades. Aunque sin segui tratar de desarrollar leva a cabo el aprendia: los grupos operativos; b) por ‘aué se procede asf; ) la experiencia recogida al respecto, ¥ 4) en forma general, qué se puede decir sobre el apren’ dizaje en funcién de esta experiencia con grupos operativos, Enseianza 0 aprendizaje 4Se trata de grupos de aprendizaje o grupos de ensefianza? En realidad de ambas cosas, y éste es un punto fundamen- tal de nuestro planteo. Ensefianza y aprendizaje consti- tuyen pasos dialécticos inseparables, integrantes de un Proceso Gnico en permanente movimiento, pero no sélo por el hecho de que cuando hay alguien que aprende tiene que haber otro que ensefia, sino también en virtud del princi- pio segiin el cual no se puede ensefiar correctamente mien- tras no se aprenda durante la misma tarea de la ensefianza. Este proceso de interaccién debe restablecerse plenamente en el empleo del grupo operativo. En el planteo tradicional, hay una persona o grupo 1 E. Pichon-Riviére y colab,, "Técnica de los grupos operatives”, Acta Neuropsiquidtrica Argentina, 6, p. 32, 1960. contrario de lo que deben ser: un medio de alienacién del ser humano. En una edtedra o en un equipo de trabajo, el simple planteo de la necesidad de la interaccién entre ensefianza iedades. Lo mismo ocurre cuando sé abor- is clases magistrales estereotipadas y en “todo ya va bien” y en los cuales siempre se repite lo mismo; esta reaccién implica un bloqueo, una verdadera neurosis del learning, que a sui vez incide como distorsién del aprendizaje sobre los estudiantes. No se jede pretender organizar la ensefianza en grupos opera- von alr que ol personal doctnts entre an ol mlsmo ‘proceso dialéetico que los estudiantes, sin dinamizar y relativizar los roles y sin abrir ampliamente la posibilidad de una en- sefianza y un aprendizaje mutuo y recfproco. El cuerpo docente teme la ruptura del status y el caos consiguiente, y en este sentido es necesario analizar Ins ansiedades de ‘quedar “desnudo”, sin status, frente al estudiante, que aparece entonces con toda la magnitud de un verdadero objeto persecutorio; se debe crear conciencia de que la me- jor ‘‘defensa” es conocer lo que se va a ensefiar y ser hones- to en la valoracién de lo que se sabe y lo que se desconoce. ‘Un punto culminante de este proceso es el momento en el cual el que ensefia puede decir “no sé” y admitir con ello que realmente no conoce alsin tema o t6pico del mismo. Ese momento es de suma importancia, porque implica —entre otras cosas— el abandono de la actitud de omni- poteneia, la reduccién del narcisismo, la adopcién de acti- 39 interpersonal, la indagacién in como ser humano frente a 108 y frente a las cosas tales “no sé" se alcanza con la ¥ con la posesin de los instrumentos ne- Cesarios para resolver los problemas que se suscitan. No estoy defendiendo ni haciendo proselitismo de Ia ignoran- cia, sino enfatizando la necesidad de colocar las cosas den- tro del limite de lo humano y sefialando con ello la posibili- dad de una mayor integracién y perfeccionamiento en la Poser instrumentos para resolver los problemas que se Presentan en dicho campo; quien se sienta poseedor de informacién acabada tiene agotadas sus posibilidades de aprender y de ensefiar eri forma realmente provechosa. En la ensefianza y el aprendizaje en grupos operatives. no se trata solamente de transmitir informacién, sino tam- bién de lograr que sus integrantes incorporen y manejen los instrumentos de indagacién. Y esto s6lo puede resultar posible cuando el cuerpo docente ya lo ha obtenido para sf. Subrayo que lo mas importante en un campo cientifico no és el eimulo de conocimientos adquiridos, sino el manejo de los mismos como instrumentos, para indagar y actuar sobre Ia realidad. Hay gran diferencia entre el saber acu- mulado y el utilizado; el primero enajena (inclusive al sa- bio), el segundo enriquece la tarea y al ser humano, Si- guiendo en cierta medida a Montesquieu, se puede volver a decir que no es lo mismo lenar cabezas que formar ca- ‘besa. Y menos atin formar tantas, que cada uno tenga Ja propia. ‘No hay ser humano que no pueda ensefiar algo, aunque mis no sea por el simple hecho de tener cierta experiencia de vida. Aclaremos, ademés, que no se trata s6lo de apren- der en el sentido limitado de recoger informacién explici- tada, sino de convertir en ensefianza y aprendizaje toda conducta y experiencia, relacién o quehacer. Aprendizaje ¥ ensefianza estén tan solidariamente relacionados que, con frecuencia, en los grupos operativos que se ocupan de este tema se acufié un neologismo, que primero aparecié como lapsus, y que integra ambos términos: “Ensefiaje”, E! coordinador de un grupo operativo y el director de una ensefianza organizada operativamente deben trabajar. con los estudiantes y con todos los auxilia- ido este planteo surgié en un grupo operativo de jara asi, se correria el riesgo de que los estudiantes cre- Be ‘que hay cosas que no sabemos. Y la respuesta fue que eso es cierto y que los estudiantes tienen razén si piensan asi, y que nosotros también tenemos que admitirlo ‘como verdad. La organizacién de Ia ensefianza en grupos operativos ‘exige que se desarmen y rompan una gran cantidad de es- as, que se vienen repitiendo y que sirven como de- ninguna falsa imagen, ni de profesores ni de estudiantes, y hay que transmitir la informacién’ sobre el nivel en que Ja misma se halle, sin dejar de presentar los hechos dudo- 808, contradictorios o irresueltos. Gran parte de la facili- tacién o simplificacién efectuadas con finalidades didécti- ‘eas, al igual que gran parte de los textos, administran Ia informacién como alimento predigerido, y sirven para lle- nar cabezas pero no para formarlas. Los sistemas educati- vos y pedag6gicos son, por otra parte, instituciones que s¢ métodos anticuados de ensefianza son instrumentos de blo- 1 que en ese sentido lenan ampliamente sus a los estudiantes los instru- ¢ indagacién? Hay una sola forma de hacerlo y es la de emplearlos, transformando.a los estudiantes de receptores pasivos, en coautores de los resultados, logrando que utilicen, que ‘'se hagan cargo” de ‘sus potencialidades como seres humanos. En otros térmi- nos: hay que energetizar o dinamizar las capacidades de Jos estudiantes, tanto como las del cuerpo docente. La ensefianza grupal La téenica operativa en la ensefianza modifica substancial- ‘mente la organizacién y administracién de la misma, tanto como los objetivos que se desean alcanzar. Problematiza, en primer lugar, la ensefianza misma, promueve la expli- citacion de las dificultades y conflictos que la perturban © distorsionan, Es un instrumento de trabajo y no consti- tuye una panacea que resuelva todos los problemas, cosa ‘que, ademés, es ut6pica. Toda la informaeién cientifica tie- ne que ser transformada e incorporada como instrumento Para operar y de ninguna manera se debe propender a la simple acumulacién de conocimientos. Esto obliga a siste- matizar el contenido de los programas o las materias de una manera distinta a la tradicional. Generalmente se su- Pone que debe ensefiarse lo ya afianzado, lo depurado; el trabajo con grupos operatives, por el contrario, nos ha conducido a la conviccién de que se debe partir de lo ac- tual y presente, y que toda la historia de una ciencia debe ser reelaborada en funcién de ello. No se deben ocultar Jas lagunas ni las dudas, ni rellenarlas con improvisa- ciones. ‘La institucién en que se imparte la ensefianza debe, en su totalidad, ser organizada como instrumento de en. sueltos en el nivel de la organizacién institucional se ca- nalizan en los niveles inferiores, de tal manera que el estu- Giante resulta una especie de recipiente en el que aquéllos vienen a caer o hacer impacto, En el curso de la ensefianza en grupos operativos se debe estudiar e investigar Ia ensefianza misma, tanto como problematizar los conocimientos e instrumentos de todo tipo. En este y en todo sentido, el clima de libertad es im- prescindible. En Ia ensefianza operativa se debe tender a moverse hacia lo desconocido, a la indagacién de aquello que ain no est suficientemente elucidado, Si hay una consigna general, bisica, que debe ser tenida en cuenta, ésta es 1a de romper estereotipias en todos los niveles y planos en que aparezean, La estereotipia es la polilla de las cdtedras. iencia, no s6lo se avanza hallando soluciones, sino los instrumentos para hallar soluciones y plantear las po- sibles vias de solucién, 4 Qué es aprender? El término aprender se halla muy contaminado de inte. lectualismo; asi, se concibe el proceso como la operacién intelectual de wr informacién. Otra definicién, aun- que correcta en sentido, traduce el aprendizaje a un Jenguaje reduccionista y afirma que es una modificacién del sistema nervioso producida por la experiencia. Prefe- rimos el concepto de que el aprendizaje es Ia modificacién més o menos estable de pautas de conducta, entendiendo Por conducta todas las modificaciones del ser humano, sea cual fuere el grea en que aparezcan; en este sentido, puede haber aprendizaje aunque no se tenga la formulacién inte- lectual del mismo. Puede también haber una eaptacién in- telectual, como formula, pero quedar todo redueido a eso, rrientes. La técnica operativa también implica, pues, una ver- cepcién es instrumentada por la riquece con los resultados de la ay ‘Tendemos a que toda informacién Jada como inst y creando y resolviendo los problemas del campo cientifico © del tema de que se trate. El ser humano en et aprendizaje La distorsién ideolégica de la ensefianza tradicional ha lle- gado a tal punto que hoy resulta necesario reincorporar el ser humano al aprendizaje, del cual fue marginado en nom- bre de una pretendida objetividad. Es una verdad de pe- Yogrullo que no hay aprendizaje sin la intervencién del ser humano, pero en los hechos se ha procedido ignorando tal cosa, como si el objetivo fuese realmente no el de lo. ‘grar que el ser humano asimilara instrumentos para su desarrollo, sino que se transformara en un instrumento des- » alienado; no se trataba solamente de dominar objetos con el conocimiento, sino también de dominar y controlar seres humanos con e} aprendizaje y la ensefianza. El ser humano esta integramente incluido en todo aquello en Jo que interviene, de tal manera que cuando existe una tarea sin resolver hay, al mismo tiempo, una ‘tensién 0 un conflicto psicolégico, y cuando se halla solu- cién a un problema o una tarea, simultaneamente se ha re- suelto una tensién o un conflicto psicolégico. E] conoci- miento que se alcanza de un objeto es, al mismo tiempo, no otra eosa que una conducta del ser humano. Cuando se opera sobre un objeto, no sélo se esté modificando el ob- Jeto, sino que se esté modificando el sujeto y a la inversa; sién del aprendizaje es, al mismo tiempo, déficit o distorsién de Ia personalidad ceversa— todos los transtornos de la personalidad (neuro- sis, psicosis, caracteropatias, perversiones) son transtornos del aprendizaje. El tratamiento psicoanalitico tiende a romper estas estereotipias de conducta, a reabrir y posi- bilitar de nuevo un aprendizaje y —por lo tanto— una Tectificacién del logrado anteriormente. De esta manera, ya no hay una diferencia esencial entre aprendizaje y terapéutica en la teorfa y Ia téenica de los grupos opera- a tivos; la diferencia reside tan sélo en Ia tarea explicita salizar. El grupo operativo que de vinculos estereo- ierto grado de efecto tera- ‘area realizada en cualquier Sane ‘terapéu- jea ni tam que baste con poner a trabajar a un en- ee curacién. En esto diltimo radica, en gran medida, el error de muchos si: ws de ferapia que creen que él tra- bajo en si es una abstraccién que no cura Ja ruptura de es- tas que el coordinador en la medida en que lo ya hemos considerado, es la de sujeto-objeto, como pat ‘ico; otra, de suma importancia, es la de cia. ‘iquece Ia deshumanizado el ser humano. La praxis enri Tatea' Gredtigibey it ef wuteina teats Gus alee jeto, y no se puede “remover” el objeto sin “remover” y problematizarse uno mismo; en el miedo a pensar esté in- eluido el temor a pasar y confusiones y quedar ‘Ansiedades y confusio- ‘Una de las mayores virtudes del grupo operative es la posibilidad que ofrece de aprender a actuar, pensar y 3 repasa en imaginacion y fanta- sfa a la de todos los hombres juntos. Hay que ayudar al liz es la de hacer coincidir el sentido de que aquél sea al placer. Sin embargo, y paradéjicamente, miedos y sufri- mientos son momentos del proceso creador que se aceptan ‘con més facilidad que los momentos del placer de pensar y trabajar. Un problema muy frecuente en los grupos ope- ficacién que ello provoca en mayor gratiicacin en lad a actuar segiin Jo que se piensa y a pensar segiin | se hace, mientras se lo hac aki Pero el pensar no es anodino, y el hacer pensar tam- poco lo es. Recuérdese a Sécrates y sui destino, y compé- reselo con el de sus acusadores Méleto, Anito y Licén, re- presentantes de la tradicién y de la estereotipia. En el pensamiento coinciden siempre el objeto con el su- Bachelard decfa que siempre se piensa contra alguien; habria que agregar que también se piensa con y ‘para alguien o algo. En realidad, todos estos vinculos co- existen y se alternan como momentos de un solo proceso; proceso que, sin embargo, puede perturbarse y quedar pa~ valizado en alguno de ellos. Es muy frecuente el caso de os individuos que s6lo pueden pensar contra otro, contra estos casos se comprueba que, si En la ensefianza en grupos operativos se debe tam- bien atender a la necesidad de que el pensar se haga con ico y técnico, involuerando, cuando haga seméntico, de tal manera que la comuni- preste lo menos posible a ser vehfculo de El proceso del aprendizaje funciona en el grupo como una verdadera mayéutica, no en el sentido de que todo consiste en sacar de cada uno lo que ya él tiene dentro de sf, sino en tanto el grupo crea sus objetivos y descubrimien- tos mediante una activacién de lo que en cada ser humano hay de riqueza y experiencia, aun por el simple y mero hecho de vivir. ‘Los integrantes del grupo no s6lo aprenden a pensar, ‘sino que la apertura de In espiral permite que se aprenda ‘a observar y escuchar, a relacionar las propias opiniones con las ajenas, a admitir que otros piensen de distinto mo- do y a formular hipétesis en una tarea de equipo. Conjun- tamente con esto, los integrantes del grupo aprenden tam- bién a leer y estudiar. Se observa muy corrientemente, en Jos ambientes profesionales, que el estudiante o el profesio- nal con interés en su tarea tiende slo a informarse, es decir, a digerir una gran cantidad de libros y revistas que mira’ superficialmente porque lo importante para él es captar lo nuevo y hacer acopio de biblidgraffa ¢ informa- cin; el grupo operativo induce a pensar mientras se lee, y a considerar esto como lo més importante de Ia lectura, de tal manera que ella sea utilizada como didlogo produe- 69 cla. Esto no quie terogeneidad de los integrantes con maxima homogeneidad de Ia tarea, El esquema referencial es siempre una parte integran- te de las ideolonias, y éstas entran, indefectiblemente y siempre, en el grupo operativo tanto como en toda tarea de ensefianza y aprendizaje. Hay que obtener que cada miembro opere con su ideologia, y éste es el mejor examen ¥ revisiOn de la misma; no se trata de que la defienda en tuna exposicién teérica, sino de que la use. Aparecerdn entonces las dificultades y disociaciones, tanto como las contradicciones y coexistencia de ideologias ex:luyentes 0 de segmentos no integrados. La ideologia se integra y se de- fiende operando con ella y no hablando sobre ella, Estamos ineluyendo en estas consideraciones las ideologias de todo tipo: politicas, cientificas, sociales, econémicas, religiosas, eteétera, tanto como las especificas de algunos campos clentificos: psiquiatria, psicologia, eteétera. En esta tarea del grupo operativo se tiende a resolver un hecho muy difundido: el de la ambigtiedad y coexistencia de elemen- tos de ideologias opuestas, sin integracién. Debemos obte- ner que la ideologia sea un instrumento para el ser huma- Ro ¥ no que este diltimo se transforme en instrumento de Ja ideologia, No se trata tampoco de considerar las ideo- Jogias como fenémenos nocivos; se trata, eso sf, de que el grupo las utilice, y de que, operando con ellas, las someta a Prueba y verificacién; de que puedan ampliarse y rectifi- carse, tanto como de que tengan integracién, coherencia, fuerza directriz y conviceién. En el grupo operativo trata. ‘mos permanentemente de que cada uno utilfce su esquema © esquemas referenciales tanto como su o sus ideologias. El resto se hace solo. sibilita su actuacién como equipo, con unidad y coheren- La tarea como objetivo ¥ los seres humanos im) is del esquema ref iades qu i que el esque- en forma perma- teristicas de las cuales se ha informado. Este es un aspecto i ite en muy Iamativo, que se presenta casi sisteméticament los grupos operativos que trabajan en la ensefianza de Ia psiquiatria, ensefianza de _ mayor identificacién, mientras que a menor ansiedad Ia in- ‘ nee ‘ formacién puede ser recogida o incorporada simbélicamen- te, como contenido intelectual. Esto se vincula, muy estric- 3 tamente, con las teorias que sustentan que la aparicién de conductas en el frea de la mente depende de la posibilidad de Ia cual el aprendizaje se pertur principio téenico bfsico, que E. Pichon-Riviére lamé la “regla de oro” de Ja técnica de los grupos operativos, es el de respetar el que corresponde a lo que momenténeamente puede admitir y elaborar. Respetando el emergente, se mantiene y se opera sobre la distancia con el objeto de conocimiento que el grupo puede tolerar. Sin ansiedad no se aprende, y con mucha, tampoco. El molégico: por una ruptura demasiado brusca del esquema referencial en un caso, y por estereotipia en el otro. Lo desconocido es peligroso (persecutorio), y puede desorganizar las defensas del grupo, viéndose entonces éste invadido por el tema. En la otra situacién, frecuente tam- bién, hay que “extrafiar” lo cotidiano y comén, lo ya co- nocido. Es decir, mostrarlo en aspectos distintos de los es- ” depresivas: las primeras, por el peligro que ‘impli es. ‘desconocido, y las segundas, por la pérdida de un ‘esquema referencial y de un cierto vinculo que el mismo iempre implica. StemiBe debe graduar el monto y el momento de Ia infor- ‘macién, para que no se hagan masivas las ansiedades, en ‘cuyo caso la desorganizacién puede llegar a una ansiedad (graduar de modo tal que puedan ser discriminadas, mane- ii laboradas. ol a grupo operativo, resumiendo, pueden existir tres reacciones {ipicas, segtin el tipo de ansiedad predominante; una es la reaccién paranoide, otra Ja depresiva, y la terce- El aprendizaje como proceso grupal El aprendizaje es un proceso constituide por momentos que se suceden 0 alternan, pero que pueden tambiéi Tse 0 estereotiparse, en cuyo caso aparecen perturbaci uno de estos momentos del aprendizaje implica de determinadas eonductas 0 roles por parte ite grantes del grupo. Este problema fue especialmente estudiado util cuestionarios entre los estudiantes inscriptos en un curso de Introduccién a la y Letras de Buenos tar la actitud de los icologia como ento, Se obtuvieron asf respuestas tipi- ictitudes estudiadas 0 diagnosticadas apa- Fecen normalmente (como momentos) en el proceso de aprendizaje; cada momento de este proceso implica una estructura de conducta, o un rol, asumidos por el grupo © algunos de sus miembros; los mismos pueden ser redu- cidos a ocho, en sus formas t{picas: 8) Momento paranoide: en é1 se vivencia el objeto de conocimiento como peligroso y se adopta una actitud de desconfianza u id, 0 se reacciona directamente con la ansiedad correspondiente; b) Momento /6bico: se evita el objeto de conocimien- to, estableciendo una distancia con el mismo, eludiendo el contacto 0 la aproximacién; c) Momento contrafébico: en él se irrumpe compulsi- va o agresivamente contra el objeto de conocimiento, ata- cando o ridiculizando; 4) Momento obsesivo: se intenta un control e inmovi- lizacion del objeto de conocimiento y un control de la dis- tancia con el mismo, mediante un ritual, una estereotipia del esquema referencial, o haciendo preguntas que tienden a controlar; e) Momento confusional: (cualouiera de las anteriores} de confusién entre el yo y el objeto y sus distintos aspec- tos, que no se pueden discriminar; 8 objeto, por medio del alejamiento y el replie- gue sobre los objetos internos; ‘objeto de conocimiento y se procede a intenta) ; h) Momento epileptoide: se reacciona contra el obje- to, para destruirlo, Si estos distintos momentos aparecen en forma aisla- dizaje. Cada integrante del grupo tiene mayor facilidad pa- ra asumir momentos distintos de este proceso; lo que in- dividualmente constituye un defecto del aprendizaje se buen observador, pero comun y los elabora deficientemente. In do, tiene, por su estereotipia en el rol, una perturbacién del aprendizaje, poraue sélo realiza un momento del mis- mo. Pero ubieado en la tarea del equipo, por su insereién en el contexto de la tarea, se convierte en un momento importante y altamente fructifero de la totalidad del pro- eso. Se complementa, por ejemplo, con el rol (momento) depresivo, que tiene la particularidad de ocuparse de la consecucién de objetivos concretos y para ello puede apli- arse con més facilidad a la elaboracién de datos. Se com- plementa, asimismo, con el rol (momento) obsesivo, cuya 7 Particularidad es la de “especializaree” o preocuparse por los medios correctos que se deben emplear, aunque su dé- fe convierte, de una perturbacién individual, en una operacién de alto rendi- miento para la tarea grupal. Si la tarea del grupo operativo se redujera a esto, es- va y se producen “virajes totales”, que también gradual mente se rectifican. Informacion y accién Jo que se cree, de lo que se puede demostrar verbalmente © acusar conscientemente. B Si la informacién crea demasiada ansiedad, es mucho més factible que aparezea una dramatizacién 0 actuacién de la informacién, que puede ser as{ considerada como una primera introyeccién del tema, aunque sin la distancia 6p- el estudiante una experiencia que dificilmente pueda lograr de otra manera. cender a la accién, mientras que en el histérico se reem- plaza fécilmente el pensamiento por la accién (dramatiza- ‘mados aisladamente son momentos parciales con los euales a no queda completada la indagacién ni enriquecido el apren- dizaje, pero en el interjuego de roles cada uno aprende que presentar escotomas, 0 para distorsionar la informacién. Aun contando ya con una cierta experiencia, no deja a ve- ‘ces de asombrar Ia distorsién que sufre una informacién lecir y lo que Funcionamiento del grupo operativo Cada grupo eseribe su propia historia y debe ser respeta- do en sus caracteristicas peculiares, sin pretender forzar ‘su operancia ni su rendimiento; el grupo trabaja en el mejor nivel que puede, en cada momento y como totalidad. ‘grupo operativo nos ensefia que, en Un grupo, no je ocurrir uni de las funciones psico- ores y una reactivacién de niveles regresivos ‘Le Bon hasta sultados ‘sino emergentes de su organizacién. El grupo puede, asf, tanto enfermar como curar, organizar como desorganizar, integrar como desintegrar, eteétera. Lo que se diga del a términos, esté formando 0 integrando su yo. Pero hay algo st Osborn, Gordon, Philips, eteétera). El tiempo El grupo operativo debe funcionar con un tiempo limitado relaja o distiende y empi = y empieza a E. Pichon-Riviére ha ci am mativa Ia falta de cansancio en los grupos que operan bi Ee dlitonal, ¢ resatrtoag 4 eet al ian ‘Algunos problemas frecuentes ji filoséfica y politica, sino que la emplee de tal manera que perturbe su propio desarrollo y el desarrollo de su ideoloria. ‘Se estudi6 detenidamente el fenémeno de la contradic- cién que se da entre nuestra manera de ensefiar y de orga- fhizar la ensefianza, y el régimen de eximenes. En ellos, en raz6n de la gran cantidad de estudiantes y del escaso mi dan estas pruebas. 5 ‘Los estudiantes manifiestan con frecuencia que la ma- {aria ls rerbis fhll porgua han sprendido 8 trabeler 7 estudiar con placer, y también es frecuente que entreguen esau Ma Vestal tea 7a opiniones personales y soliciten la opinién de los profesores. ‘a taren ha sido on total muy provechosa y lacentera a in ai fachannes ape conation derealic corviesdo' oan i propésito es el de contribuir con eee Conferencia pronunciada en las V Ji Jornada Sul-Rggrandenes de Paiquiat jem Bs ori itr tty 33 Se fjub ea un grupo en une Tostiucion, Por concepelén gene. ‘ralizada de Jo que es un grupo incluyo aquelia definicién que Io postula como “un conjunto de individuos que interaccio- ‘nan entre s{ compartiendo ciertas normas en una tarea”. ssf ocerats efoto Ta exlstencia o In identidad de una persona o de un ‘grupo estén dadas en el orden cotidiano y manifiesto por Ja estructura e integracién que alcanza el yo individual y 1 ° . c6mo se instala entre ambos estratos de la personalidad 89 (0 de la identidad) un fuerte clivaje que impide que entren en relacién uno con otro; a través de una fmaselllanon a Jos aspectos sincréticos se permite Ia organizacién, la mo- vilizacién, la dinamica y el trabajo terapéutico sobre los ‘aspectos més integrados de la personalidad y del grupo. ‘Se puede alegar que aunque esto fuese realmente ast, cello no quita valor al trabajo terapéutico y a la compren- sin de los dinamismos grupales que alcanzamos a tener de estos estratos més integrados de la personalidad; y ésta es una afirmacién con la cual coneuerdo, pero de todas cuales estén incluidos en nuestra competencia ¢ - quiatria dinémica, sn deine ‘Un grupo es un conjunto de personas que entran en inter- relaci ro adembs y fun ite el gTUPO én a una distancia suficiente y relativamente aisladas de ‘otros contextos ‘como para poder interactuar. Podria recordar al respecto la concepelén sartreana ‘que sostiene que hasta que no se establece la interaccién el grupo no es tal sino s6lo una “serialidad”, en el sentido de que cada individuo es equivalente a otro y todos consti- ‘tuyen un ntimero de personas equiparables y sin distincién En esta deseripeién, asi como en otras que van a Se guir, quiero que se tome en cuenta las limitaciones del len- guaje y de la organizacién de nuestro pensamiento con- ‘ceptual para eaptar niveles muy diferentes de sociabilidad ; de esa sociabilidad muy particular que se caracteriza por ‘una no-relacién y por una indiferenciacién en la cual cada jndividuo no se diferencia de otro o no se halla discrimina- a1 | do de otro, y en la cual no hay discriminacién establecida i entre yo y no-yo, ni entre cuerpo y espacio, ni entre yo ¥ el otro, un punto de vista naturalista, y ademés estas re- unitario que man- y sobrepase a ambas (Aufhebung). referiré brevemente a las implicaciones de este enfo- ‘Un pequefio ejemplo podré servir para ilustrar; no En este sentido, eon mucha frecuencia me veo obli- gado por Iimitaciones seménticas y conceptuales a deseri. qh bir fenémenos desde el punto de vista fenomenoldgico con Estaria fuera de lugar y levaria mucho tiempo ocu- ‘Pparme de las relaciones entre las observaciones realizadas | desde un punto de vista fenomenolégico y aquellas hechas 92 silencio en los grupos terapéuticos, y de eémo Ia pauta de Ia comunicacién verbal tiende a veces a distorsionar u ocul- tar la comprensién de este fenémeno. Para evitar equivocos deko decir que admito que una madre y un nifio que se comporten sola, exclusivamente y siempre de esta manera daran lugar a una seria perturba~ cin en el desarrollo de la personalidad y dé entre ambos, pero creo asimismo que si falta sociabilidad sinerétiea hay también una seria en el grupo y en el desarrol cada uno. La falta de un marco pi ‘encuentro en el consultorio del terapeuta o en un lugar mnocido para todos hasta ese momento, todo terapeuta va de inmediato fendmenos que catalogamos como jones paranoides, y creo que existe acuerdo en con Ja existencia regular de estas reacciones paranoi- en el comienzo de todo grupo tanto como atribuirles el ignificado de miedo a una experiencia nueva, miedo a lo fo, o con otras variantes en la formulacién, pero pueden todas ser reducidas a la experiencia que acabo luda la existencia de la reaccién para- ‘mantener elivada en un deposi- nuev: ciendo una jos que da Sartre como tipicos de la la” de personas esperando un 6m- jue Ia caracterfstica fundamental de la ‘mismos reconocemos y que por lo tanto tampoco el grupo ‘puede reconocer sino sélo los aspect de esta afirmacién. No es lo nuevo solam r do, sino lo desconocido que hay dentro de lo conocido (re- ‘cuérdese que esto es la esencia de lo siniestro: Unheimlich). Cuando sefialamos jedades paranoides, el miedo ‘a lo deseonocido o a la situacién nueva, estamos realmente espera de un Omnibus esta presente Ia depositada en las pautas y normas individuos. ¥ cada uno de los inte- jenta con esta seguridad, en forma en que participamos de una convencién de pautas y normas diciendo 0 sefialando (aun sin comprenderlo del todo) que ‘el miedo se produce frente a lo desconocido que cada per- ona trae consigo en forma de no-persona y en forma de ‘términos, para " diciendo con la formulacién de las ans ‘es el miedo de no poder seguir reaccionando con las pautas que son mudas, pero que estan presentes y gracias a las yrmar otras pautas de comporta- ‘estabilizadas que tienen asimiladas en tanto personas y ‘el miedo al encuentro con una sociabilidad que los destituya ‘en tanto personas y los convierta en un solo medio homogé- miento. Para interaccionar debe haber un trasfondo comdn neo, sinerético, en el cual cada uno no sobresalga en de sociabilidad. La interaccién es la figura de una Gestalt sobre el fondo de la sociabilidad sincrética, Se puede decir que el segundo es el e6digo del primero. Cuando un conjunto de personas han sido citadas, en tanto personas, para un grupo terapéutico y ti i ‘figura (como personas) del trasfondo, sino que se en ese ‘Soom trasfondo, lo que implica una disolucién identidad estrueturada por los niveles més integrados del ‘yo, del self o-de la personalidad. El miedo es a esa organi- ‘por los ‘grados de Ia personalidad. Dicho de otra manera, estamos sefialando el miedo del grupo a una regresién a niveles de una sociabilidad sincrética que no est constituida por una interrelacién o interacci6n, sino que exige una disolucién de individualidades y la recuperacién de los niveles de la so- ciabilidad incontinente, como la llamé Wallon, que no apa- Tecen en ese momento, sino que estuvieron presentes ya antes de venir al grupo y desde el primer momento del en- ‘euentro en el grupo. Quiero volver a reiterar la observacién de que estoy hablando en este momento de grupos terapéuticos inte- grados por personas neuréticas, es decir personas que con- servan o han legado a un buen nivel de integracion de Ja personalidad aun con las dificultades o la sintomatologia neurética que presenten. Y esta observacién resulta per- ‘tinente y debe ser reiterada en este momento, dado que algunos grupos formados por personas que no han alean- nalizadas en el grupo; esta identidad esté dada por Ia ten- dencia a ln integracién e interaccién de los individuos o las personas, Pero otra identidad existente en todos los grupos y que a veces es la dinica existente (o la ‘inica que se aleanza en un grupo) es una identidad muy particular ‘que podemos llamar identidad grupal sincrética, que esta dada no sobre una integracién, una interaccién y pautas de niveles evolucionados, sino sobre una socializacién en dichos I{mites no existen y cada uno de los que nos- que lamamos neuréticos o normales, en los cuales reco- n nocemos la neurosis como sélo una parte de la personalidad, mientras que han alcanzado en buena proporcién una cierta individuacién y personificacién: lo que cominmente lla- ‘mamos los aspectos maduros o realisticos de la personali- dad, Tenderdn a moverse en la sociabilidad de interaccién ¥ pueden presentarse como grupos muy activos, “muy mo- vidos”, pero s6lo en un plano y afianzando el clivaje. Pue- den pasar muchas cosas para que no pase nada. Un tercer tipo esté dado por aquellos que nunca han tenido una relacién simbictica y que tampoco la van a esta- blecer en el grupo sino después de un arduo proceso tera- péutieo: entre estos ineluimos las personalidades psicop4- ticas, perversas, las as if personalities deseritas por H. Deutsch y todas las personalidades ambiguas (en las que incluyo el tipo as if). En ellos el grupo parece jugar un Papel muy subsidiario y poco importante. No es asi. Son Jos que tienden al grupo de sociabilidad sincrética, no ma- nifiesta (més pre-verbal), Como lo he sefialado, y salvo indicacién en contrario, ‘s6lo haré referencia al segundo tipo de personas o grupos. ‘Hasta aqui he desarrollado las caracteristicas fundamenta- Jes del grupo; pero todo esto ha sido para poder entender 1 papel del grupo como institucién y el papel del grupo en Jas institueiones. : mee habia recurrido a los medios para : sess aoe jetivos 0 fines. define como organizacién, en el sentido de una disposicién a sing : La tendencia a la organizacién y Ia burocratizacién (0 | oho ie ironing eects tate (Pilon otros técrince In tendencia anti-pracen} no se debe tnt. nia segunda acepeién exciaivesante ie calsben tececa, [figesments = una proservaciéa 6 ating compaleiés a la tepe- zacién. tleién de las interacciones sino, como ya lo he sefialado, El grupo es siempre una institucién muy compleja, me- Jor dicho es siempre un conjunto de instituciones, pero al HI rr ; % 4 He extendido 1a comprensién de estos fenémenos también a la ‘asi Hamada Reaccién terapéutica negativa, basieamente para afiay © bloquear los niveles livaje y con ello encubrir enfermedades, que —se supone— no tienen cos 0 sineréticos. ‘con la estructura social. La sociedad se autode! no de los locos, los se autodefiende de su ius, y esto puede ser real, pero se cumple s6lo sobre el nivel jencia y de su propia pro: eraccidn. Si esto persiste leva a que el grupo cambie jena, desconoce y trata como si fueran ajenas y no un grupo de una gran mo- spondieran. Esto se hace a través de un profundo pero esto es en realidad un cambio para no cam- je. Esta segregaci6n y este clivaje se trasiadan en el fondo “no pasa nada”, ‘Hay en todo esto todavia un aspecto de considerable impor- un hospital termina por tener, en jismas caracteristicas que los en- to, deprivacién sensorial, déficit ) nes psiquidtrieas, nuestras tera- pias, nuestras teorias y nuestras técnicas tienen también la misma estructura que los fenémenos que tenemos que ‘hospital o e equipo administrativo enfrentar. Han devenido y no son otra cosa que organiza- ign a estructurarse como organizaciones, y las resisten- ciones y eumplen por jente siempre 0 s0- nimiento y control del i fermedades que cumplen nuestros hospitales psiquidtricos ‘Personalidad. Lo que ocurre es que en las organi no tiene por qué ser comentada aqui, ya que es de todos ‘conflictos que se suscitan en niveles tan o detectan en niveles inferio -4 que los conflictos del staff técnico no se harén manifiestos en ellos sino en los pacientes o en el personal ‘subalterno, tanto como las tensiones y conflictos entre 10> ia, no aparecen a nivel de ellos sino como sintomas en sus aplos podrian continuar para todas las organizaciones civiles, guberna- mentales, militares, religiosas, eteéter Iovos, los delincuentes y las prostitutas resultan desviacio- 400 101 En el prrafo anterior a sefialado que las organizaciones As{ se entiende que la disolucién de una organizacién la tentativa de cambio de la misma puede ser directa- mente una disgregacién de la personalidad; y no por pro- yecei6n, sino porque directamente el grupo y la organiza cin son la personalidad de sus integrantes. Asi se explica la gran frecuencia de enfermedades orgénicas graves en Jos recientes jubilados, tanto como podemos entender me- jor como el ostracismo en la antigua Grecia era mis des- Srseva pas 1 pardons’ qua" atrial’ yl Pala- or eay alinaeha epee de trasvasacién en los pro- blemas que estoy estudiando, ya que he insistido anterior. ‘mente en que todo grupo tiende a ser una organizacién y jetivo puede no ser los grupos sino el 6n, el recurrir a las técnicas grupa- chasse y ie Se grag soc indario, eteétera. Con gran frecuencia nuestros objetivos al trabajar con ‘De aqui he pasado a plantear cémo las organizaciones tienen esa misma funcién de clivaje y cémo nuestros cono- cimientos y técnicas grupales tienen que ser precedidos, si queremos trabajar con dinémica grupal en organizaciones, por un estudio diagnéstico de las mismas y por una estra- tegia dentro de la cual las técnicas grupales constituyen s6lo un instrumento. He sefiaiado, aunque sin desarrollarias en profundi- ‘técnicas como un cambio en la administracién de nuestros recursos. y de los conocimientos grupales

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