Sei sulla pagina 1di 34
we Ada Maria Teja Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el circulo de la violencia Doquiera se hayan buscado responsabilidades, ex el instinto de venganza que las ha buscado. Ese instinto de venganza se ha aduehado dela humanidad enel curso de los siglos ..]. Desde que el hombre ha empezado a pensar, ha introducido en las cosas el bacilo de la venganza. F.Nuerescne Mientras Nietzsche afirma que todo es venganza, la heroina de Reyes se construye alrededor de su rechazo. El tema de /figenia Cruel es la libertad respecto al destino, representado por la pasién que acaso mas ata y menos libertad % permite: la venganza. Texto de ruptura, la examina en su raiz, BCC en el sentido que se dé al generar la vida. La maternidad deja de ser algo intimo y se convierte en tema existencial, filosofico y politico, La /figenia de Reyes no es un personaje “sacrifica- do”, sino mas bien se acerca a la batalladora Antigona de Séfoctes, enlaza lo privado con lo piblico, la existencia individual con la histérica. Con ella Reyes, pese al asesinato politico de su padre, propone la no venganza para América.' Es mas, a través del tema de la maternidad é1 ilumina esa muerte: los dos hechos més intimos de una vida se revisten de una proyeccién histérica. [La confrontacién con los demas y el enfrentamiento con uno mismo son las acciones medulares que movilizan el estudio de Ada Teja sobre el texto de Alfonso Reyes. Mientras que en la tragedia griega se impone en la vida de Ifigenia en Aulide e Ifigenia en Téuride, Ifigenia Cruel se presenta como una metifora de la posibilidad ‘que tiene la mujer de cambiar su vida, A través de su lectura el personaje se va marcando por un cimulo de estados de animo, emociones, sensaciones en donde la necesidad, el destino y la libertad operan como detona- dores para una biisqueda de identidad y un rechazo a continuar un camino de venganza y violencia. ‘Llegamos asi a un texto de ruptura con un personaje de ruptura y un hacer de ruptura, “The confrontation with oneself and with others is the basic dynamic informing Aida Teja’s study of Alfonso Reyes’ text. While in Greek tragedy Destiny imposes itself on the life of igenia en Aulide and Ifigenia en Tiuride, Ifigenia Cruel presents itself as a metaphor for the possibility that woman has to change her life. In her reading the central personage (se va marcando por un cimulo de estados de animo), emotions, and sensations where Necessity, Destiny, and Freedom operate as catalysts for a search for identity and a refusal to continue on a road of vengeance and violence. We have thus a text of rupture, a personage of rupture and an activity of rupture. 104 S8miosis nueva época 7 Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... el poder femenino de romper Reyes realiza muchas operaciones simultineas, yssu texto es un nicleo irradiante, elabora numerosas problematicas y permite variadas lecturas. [figenia es tuna metifora de la posibilidad que tiene la mujer de cambiar su destino, Veamos sus miltiples articulacio- nes de sentido. All vestirse de tragedia griega, la obra entra en la red de sus textos de venganza, Electra, Medea, pero se diferencia de ellos desde el primer verso: Ifigenia ignora su genealogia. Y plantea el problema de la Ne- cesidad, del Destinoy de la Libertad. Recordemos la historia original en Buripides, que le dedica dos tra- gedias, Mfigenia en Aulide e Ifigenia en Téuride. En la primera, Artemisa, para dejar soplar vientos que leven los griegos a Troya, exige el sacrificio de Ifigenia, hija de Agamendn, jefe de la expedicién. En el mo- mento de la inmolacién la diosa la sustituye con una cierva y la hace su sacerdotisa en Téuride, En la se- ‘gunda, mucho tiempo después, Ifigenia conmina a su hermano Orestes a que la devuelva a Micenas y se escapa con él, Reyes cambia el principio y el final de /figemia en Téuride: nos advierte que su Ifigenia, “a diferenci de cuantos trataron el tema desde Grecia hasta nuestros dias, ha perdido la memoria de su vida primera e ignora cémo ha venido a ser, en Téuride, sacerdotisa del culto barbaro y cruel de su divinidad protectora, Artemisa.”Y al final, cuando comprende que volver -aMicenas implica generar hijos con el fin de continuar la cadena de venganzas, se rehtisa a regresar. La obra de Euripides dramatiza la transicién de lareligién pre-helénica de la Gran Madre a la helénica, Patriarcal;‘la de Reyes también refleja esa lucha de poderes en el nivel divino y en el humano: Apolo quiere el predominio sobre la més arcaica Artemisa, y los dos personajes, Ifigenia y Orestes, cuestionan expl hombre. El intento de dominio masculino ~represen- tado por Orestes y respaldado por Agamendn, Apolo y Urano-, se enfrenta al matriarcado -representado por y, tras ella, Clitemnestra, Artemisa y Gea~, i i ino vital, libertad de gobernar su vida segiin ese principio, Los valores y la perspectiva de la Ifigenia de Reyes son decididamente los de la mujer, y en ello es precursora. La obra evidencia que cuando uno de los sexos subordina al otro en posicidn de inferioridad, se enajena a si mismo, Noes un texto de parte, ni defiende “el ma ado", que no puede existir sin su complementario masculino, sino muestra el desarrollo histérico del so- metimiento unilateral de la mujer y concluye que lleva a la esterilidad. Lo opuesto a la unidad del hombre y la mujer en armonia, El principio femenino en si noes liberatorio, lo es silibera al ser humano completo, mujer y hombre, como hace aqui Ifigenia. En esta obra un hombre, el autor Alfonso Reyes, reivindica la salvacién a través de una mujer. El vuelco que realiza la /figenia de Reyes me parece fundamental para la historia de la humanidad y de la mujer, y una contribucién para la paz. En realidad, la venganza es problema de la Hu- manidad, y a Reyes le interesa desde joven: Su “Co- mentario a /figenia Cruel” se inicia mencionando a Electra, la vengadora: “Por el afio de 1908 estudiaba yo las Electras”, y publica “Las tres Electras del teatro ateniense”.’ Elina Miranda recrea ese periodo germi nador: “En 1908 Urueta pronuncia en la Preparatoria de México sus conferencias sobre los poemas homéricos y la tragedia atica.” Segiin P. H. Urefi “Con esas lecturas renacié el espiritu de las human dades clasicas en México.”” “Lo fundamental ¢s el Papel de las teorias de Nietzsche sobre la tragedia, que liberan [a los jévenes mexicanos del grupo de ——— ‘SSmiosis nueva época 7 105 Ada MariaTe Reyes] de la sofocante atmésfera generada por el posi- tivismo” * Es decir, Reyes conoce a Nietzsche desde los 19 afios y sugiero que su /figenia plasma la libera- cidn de la venganza que propugnara el fildsofo ale- mén,’ segin el cual: “El espiritu de venganza es el elemento genealdgico de nuestro pensamiento, el prin- cipio trascendental de nuestra manera de pensar.” Y Gilles Deleuze afirma: ‘La lucha de Nietzsche contra el nihilism y el espiritu de ‘venganza significa Ia inversidn de la metafisca, el fin de la historia como historia del hombre, la transformacién de las cciencias. No sabemos ni siquiera que serfa un hombre des- ‘nudo de resentimicnto[..] que no acusaria y no depreciae ra la existencia La finalidad de a filosofiade Nietzsche es liberal pensamiento del nihilismo y de sus formas [..] en la civilizaciOn europea y Ia moral critiana de caricter re= presivo [mala conciencia, venganza y ascetismno} "* La venganza tiende a la anulacién de la diferencia, engloba a la “persona” en la unidad de la cadena a vengar, Al contrario, Ifigenia, hija y nieta de asesinos, tiene la energia de transformarse en no vengadora. Segiin Nietzsche “El poder de transformacién, el poder dionisiaco, es la primera definicién de la actividad." La fecha de produccién, 1923, y varias estructuras (trauma con los padres, remocién), indican un acerca- 'miento freudiano que se vincula con todo lo anterior. Y en fin, ta obra requiere una lectura americana. Fue escrita al final de la Revolucién Mexicana, pe- iodo de violencia y de bisqueda de identidad, temas centrales en la obra, La violencia marcé la vida de Reyes: su padre muere baleado mientras al salir de la carcel enca- beza una marcha contra el presidente Madero en 1913. Reyes tiene 24 afios. Este hecho permea su vida y su obra: “Supe y quise elegir el camino de mi libertad, descuajando de mi corazdn cualquier impulso de ren- coro venganza, por legitimo que pareciera antes de consentir en esclavizarme a la baja vendetta.” EI hijo del asesinado politico “huye” de México para no vengarse, como su Ifigenia huye de su sombra con el mismo fin. Permanece diez afios en Espafia, donde trabaja con Ortega y Gasset. Al regresar a ‘México se pregunta por el futtrro de su pais y de Nuestra América.” La respuesta que se da ¢s /figenia, donde plasma artisticamente la decisién de no venganza. 106 Sgmiosis nueva época 7 ‘Veintisiete afios después, el dia en que su padre hu- biera cumplido 80, pronuncia la “Oracién”, casi una iacién de lo que animara a Ifigenia, su apenas ‘Aqui mori yo y volvi a nscer, y el que quiera saber quien soy que lo pregunte a los hados en febrero. Todo lo que salgade mi, en bien o en mal, serd imputable a ese amargo dia. [...] Supe y quise clegir el camino de mi libertad, des- ‘usjando de mi corazén cualquier impulso de rencor 0 ven- ganza, por legitimo que pareciera antes de consent en esclavizarme a la baja vendetta. Lo ignoré todo, hul de tos que se decian testigos presenciales, ¢ impuse silencio 4 los que querian pronunciar ef nombre del que hizo fuego. Sé que me he cercenado voluntariamente una parte de mi mismo; que he perdido para siempre los esortes dela agre- sidn y de fa ambicién. Pero hice como cl que, picado de vibora, se corta el dedo de un machetazo. Los que sepan de estos dolores, me entenderin muy bien."* Muerte y renacer. El camino de ta libertad pasa por el ven- cimiento del rencor. Es la claboracién vital de un trauma personal y politico, y tiene fuerte afinidad con Nietzsche. ‘Al dramatizarlo lo eleva a cuestién americana, La venganza es una reaccién, Reyes, en vez de re-accionar de modo visceral y manido, actiia: inte- rrumpe la cadena. Al escribir se cura e intenta curar a su pais, Reyes amplia un modo cerrado de ver a América y centra su obra en sanar la venganza, que él consi- dera el lastre de un México que no ha superado el trauma de la Conquista y el de su intima constitucién, que aiina a la victima con el victimario en una raza y ‘en una nacién. El repudio ancestral hacia el conquista- dor se vuelve autolesionista en un pais mestizo. La violencia continiia después de la Independencia en toda Nuestra América.'’ Ese es el problema de la identi- dad mexicana ain después de la Revolucién y es cen- tral hasta el diltimo cuarto del siglo Xx. Reyes lo abor- da de modo oblicuo, a través de la estirpe griega de Tintalo y la cadena de venganzas que causa la trage- dia, Abriendo el objetivo aun espacio universal, la Gre- cia Clisica, é1 muestra que ello no es especifico de América, sino es comiin a toda la humanidad. Reyes forma parte de los que no repudian la he- rencia colonial, sino intentan reconciliar a México con- igo mismo, asumiendo todos sus componentes. En la antigua metrépoli gesta su curacién y su obra. Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... Ciertos aspectos identifican a Ifigenia con Amé- rica: ha olvidado su pasado (traumética y simbélica- mente), es joven y estd obligada a decidir si va.a generar més odio. Al fin, Ifigenia rechaza la parte negativa de su “identidad” personal y familiar, y en lo politico crea la catarsis, reniega la sangrienta tradicion prehispanica ce hispanica. En este riquisimo nacleo de problemas vitales, una pregunta nos serviri de hilo conductor: la violencia, es ineluctable o se puede superar? Ella caracteriza la his- toria y en muchas tragedias aparece como destino, in- evitable. Si la violencia sélo se combate con nueva violencia, América esta condenada a repetirla. Este problema fue planteado unos 45 afios antes por José Marti en “Pollice verso”, donde la ley de causalidad necesaria condenaria a Nuestra América a la esclavitud, pero el poeta atisba la capacidad de rom- perla, afirma que hay una libertad posible. Cada uno tiene que conquistarla con dura lucha. Es ¢! horizonte posible para América: liberarse de un pasado nefasto; conocer para poder superarlo con un salto cuyo instru mento son la voluntad el amor."° También, segiin Cintio Vitier, Marti ve en América una “irrupcién capaz de romper la fatalidad del causalismo visible o previsible, y de trasmutar lo negativo en positivo.”"” Liberarse de la violencia y sus causas es funda- mental en Nuestra América y Reyes lo dramatiza en Higenia, ampliando lo personal-biogrifico a dimen- siones politicas, filoséficas y religiosas. En realidad Higenia es su proyecto politico: superar la venganza, Porque su consecuencia es la esterilidad.'* Exime a las generaciones futuras de la culpa de los padres. El pi- vote del cambio es un personaje femenino, porque re- dimir a la mujer y devolverle su centralidad forman parte de este proyecto politico, ya que s6lo armoni- zando ambos sexos se libera a la humanidad. Reyes centraasi uno de los problemas filosdficos de lahistoria, ya formulado en la tragedia griega: la libertad del hombre frente a los dioses. El va al origen, y en un personaje de mujer problematiza la matemidad libre. Eltextoes de actualidad hoy, cuando la“metafisica del genoma” postula que el complejo de los rasgos here- ditarios representa la esencia primera de nuestra natu- raleza y nos hace caer en el determinismo: soy lo que mis genes me hacen ser, y no puedo sustracrme a la tirania del ADN. Esta es la determinacién que Orestes y Apolo quieren imponer a Ifigenia, el crimen hereditario de “la raza en que naciste hembra”, Ella seria un punto donde el origen y el destino se encuentran. Ifigenia rompe la idea de determinacién genética. ‘Veamos el texto, El poema abre en un paisaje des- nudo: “Tarde. Costa de Tiuride. Cielo. Mar. Playa. Bos- que. Templo, Plaza.” Son espacios del alma. Cielo y Mar son horizontes, bosque lo intrineado del espiritu, Tem- plo: lugar de lo sagrado, Plaza: foro de lo politico. Esa naturaleza esencial es ef marco simbslico de la accién humana de origenes que constituye la obra: wna cria~ tura ignora su pasado y lo busca; su hermano y el aflo- rar de su propio recuerdo la situan en una cadena de violencia. Un dios, Apolo, laconmina a continuarla. Es el momento de! drama, de la decision humana: ella resuelve no continuar la violencia de su estirpe. Se libera de ese condicionamiento, que casi tiene la fuerza de una determinacién, La grandeza de la obra consiste en delinear con sencillez el itinerario de la vida humana dentro de ese marco natural: desconocerse, conocerse, decidir qué hacer de la vida. De hecho, el drama consiste en el proceso de conocimiento de figenia de si misma, en su toma de con- ciencia, su autodefinicién, y en su acto de liberarse. Su afirmacidn principal es que es posible romper la ca dena de venganzas y su “determinacién” tragica, Ella la rompe a través del conocimiento y el ejercicio de si, y através de su saber que el dar a luz a un hijo pone a toda la naturaleza en comunicacién, Ha entrevisto Ja unidn del Todo en la fecundidad de la naturaleza. La situacién existencial de la libertad se estructura en tomo a dos polos simbdlicos, el olvido y el recuerdo. Reyes presenta a una mujer sola, sin asideros en su vida pasada, que ha olvidado, ¢ inicia en la ignorancia mayor, no sabe quién es, Pero su estar des- pojada de identidad biogrifica se revela como una si- tuacién privilegiada: la desliga de herencias emotivas, suspende todo condicionamiento ¢ interpone una dis- tancia que le permite un conocimiento sobrio. En fin, el olvido le permite vivir sin rencor y hace mas intensa la sucesiva apropiacién de si, lo que Christa Wolf lama Ich-Werdung (devenir yo, realizar lo que ‘esti en potencia),"y Erich Neuman ve como naci- ‘SSmiosis nueva época 7 107 Ada Maria Teja miento: “un misterio de transformacién, la liberacién de lo oscuro hacia la claridad caracteriza el camino de Ia vida y de la conciencia, un lazo arquetipico une el Reyes centra su drama en Ifigenia, Es el drama de la liberacién. Separada de su pasado por el olvido traumitico de su sacrificio, ella desea conocerlo; el her- ‘mano le revela una genealogia atroz ya desde el origen de su estirpe. Ella se entera de pertenecer a una raza i un circulo considerado no superable porque al inicio y al fin del conflicto hay dos dioses, Urano y Apolo, uno ejercié violencia en el origen, el otro se la ordena para el futuro, conminindola a generar hijos para continuar la venganza. Pero al cobrar concienc' ella huye de esa identidad impuesta. Ifigenia presenta su proceso de auto-conoci- miento, de toma de conciencia, y culmina en su propia liberacién, El desarrollo es paradéjico: ella empieza buscando el pasado que olvidara, y al encontrarlo ‘se querré liberar de él, rechaza lo que buscaba. Al liberarse del pasado libera su futuro. El proceso es también una curacién del espiritu, es una catarsis. Se acerca al planteamiento del andlisis freudiano, Desde esa perspectiva es un drama sobre como a biografia, la historia familiar se apodera del ser hu- mano y lo aprisiona, Maria Zambrano en EI hombre y Jo divino sabe que es imposible anular la historia y Propone «re-contar la propia historia» para liberarse de ella, principio en el que se basa el psicoanilisis. De hecho ahi se enciende la toma de conciencia de Ifigenia. El lapso del olvido le ha abierto un espacio para poder distanciarse de su estirpe y rechazar la impo- sicidn, y ella decide nada menos que su libertad, iin en contra de Apolo, Es responsable de si mism: no delega a ningun dios.” Ifigenia representa la lucha por seguir des-asida. Lo dice con imagen intensa: “Huyo de mi recuerdo y de mi historia como yegua acosada que intenta salirse de su sombra."(: 116) Esa des-vinculacién de su sombra (su genealo- gia, su biograffa, que la “determinan” a continuar la cadena de venganzas) le permitird desenredar el mis- terio de su destino, tan personal que no lo expresa un ordculo, sino esta inscrito en la planta de su pie, y de- 108'S§miosis nueva época 7 penderd del camino futuro que ella haga. Al elevarse al desafio de conocer su pasado, ella desentrafa el misterio de su finalidad. Y su primer paso es salirse de su sombra, Ella labrard un destino propio, contrario a su estirpe, a 1a norma de su sociedad, al mandato de un dios, y que es nada menos que gestar su libertad. esa de ser determinada y ya la vida no “le sucede”, sino la vive, libre. La inicial ignorancia de si, que ella sentia como orfandad, acaso indicaba ya un benéfico destino no “determinado” Ifigenia rompe la cadena causal de la venganza, que provocaria una re-accién, 0 sea su repeticién pa- siva. Y de victima se transforma en modelo y en salvadora de 1a naturaleza. La leccién de Reyes es que aiin en la mas “determinada” de las situaciones el ser humano es libre. En figenia la “determinacién” es el destino establecido por los dioses, es estar atrapada en una cadena de odio y venganza, contraria al amor, que suelta, Esa lucha, el camino hacia la liberacién es Toque explora la obra Es un texto sobre el crecimiento spiritual. Vedmoslo en detalle. El drama se organiza en torno a cuatro parlamentos principales que responden la pregunta inicial de Ifigenia, que es la esencial del ser humano: ,quién soy?, de dinde vengo?, ia dénde ‘voy?, en diflogo con el magnifico coro. Asi, el desarrollo de la obra consiste en un proceso de autoconocimiento, que empieza en olvido y se dinamiza con el recuerdo: 1) Orestes, excavando en la memoria ancestral, le ‘cuenta a Ifigenia la Historia de la Estirpe a partir de su origen divino y violento: es lo que el texto llama “Teogonia” y en realidad es la genealogia del crimen familiar y su vasto proliferar a partir de Urano, dios padre que le mata sus hijos a Gea. Es la «historia ‘oculta» de que habla Maria Zambrano,” que la he- roina ignoraba, 2) Ifigenia recuerda y le cuenta a Orestes su historia personal, —nifiez, promesa de boda, sacrificio. Pero lo original es que ella no lo cuenta directamente, sino a través de una superposicién: su recuerdo ‘emerge inscrito en el discurso con que su madre la defiende y acusa a Agamenén. Establece asi un segundo nivel generacional y narrativo. Sélo al final ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... comprenderemos que esta historia personal de ser sacrificada por el padre reescribe el trauma primor- dial de Gea. 3) Orestes le comunica el mandato de Apolo de generar hijos para continuar la estirpe. Ifigenia cobra con- cienci 4) Discurso de Ifigenia sobre el sentido de la mater- nidad, que pone toda la naturaleza en comunién, Re- chaza la orden de Apolo, conquista su libertad de no generar para la venganza. La catarsis es problemé- tica, como veremos. Orestes es el instrumento en este proceso mayéutico, despliega la concatenacién histérica, sitia a Ifigeni en ella, y provoca su decisién, que es romper la se cuencia; ella nace a si misma. Los dos primeros discursos constituyen el cono- ccimiento de si a través de la historia familiar y Ia perso- nal, el tereero expresa el destino, y el dltimo la razén de su actuar. Ifigenia es el eje del didlogo: a ella le cuen- tan, ella se cuenta; hace el balance, “me reconozco en tu historia de sangre” y la rechaza (: 114). Después de conocer su pasado y asumirlo, decide no rehacerlo. Asi, el desarrollo de Ifigenia ocurre en cuatro tiempos: olvido o remocién de su identidad; recuerdo ‘suyo y de Orestes de esa identidad; rechazo de la im- plicacién del recuerdo; opcién de liberarse de la ven- ganza. De esta manera, se constituye como sujeto -no como engranaje— y como libertad de la “Necesidad” a que se apela Orestes. Ifigenia no “re-acciona”, sino, consciente de es tar en una cadena de resentimiento, sencillamente sale de ella, mediante el acto de “comprender”, La situa- cién del resentido/vengador es que “no logra desem- barazarse de nada, no logra desechar el recuerdo. Todo hiere.”** Ella logra desembarazarse del recuerdo-ven- ganza porque su prioridad es constituirse a si misma. Iigenia Cruel recorre desde los origenes hasta lo reciente, el dios-padre que elimina a sus hijos, la mujer que asesina a su esposo, el hijo que mata a su ‘madre; la tinica solucién a la repeticién circular es abolir la venganza, implacable ley arcaica griega. Eso hard Ifigenia. El mensaje es que se puede elegir Ia libertad si Se supera el rencor, porque la esclavitud no radica en el dolor, sino en cultivar la venganza. En cierto sentido {figenia Cruel es una indaga- ccién del pecado original a través del mito la tragedia griega, donde la culpa recae sobre el varén, equili- brando el mito hebraico de la culpa femenina; por otra parte Clitemnestra aparece como una wersién més de la Eva culpable, pero con atenuantes. Estudio las estrategias con que esta mujer logra interrumpir el cireulo vicioso de repetir el pasado de su estirpe articulindolas en tres temas: 1. La importaneia de la genealogia matriarcal. 2. El desequilibrio de poderes y el intento histérico mascuino de someter a lo femenino, que se eviden- cia sobre todo en dos nicleos: el tema de la mater- nidad y el juicio a Clitemnestra. 3. Ellenguaje, 1.1. La importancia de la genealogin matriarcal El drama empieza con una heroina que ignora quién es y esté a la intemperie, desubicada; ello marca de in- mediato una ruptura con Ia tragedia griega, que em- pieza por encuadrar al personaje en una genealogia paterna.2* El drama es de 1923, Freud esti realizando sus descubrimientos, y podriamios asumir que el trauma de haber sido sacrificada por el Padre le haya causado una remocién radical: ha olvidado su origen. Esa seré su primera biisqueda, Ifigenia, al no saber quién es, em- pieza clamando por una madre borrada, **al contrario de la ifigenia de Euripides, que aparece declarando su genealogia paterna, masculina, Pero aqui no se trata del ropos de Ia filiacién canénica del héroe que tiene conciencia de si; al contrario, precisamente ese origen que falta es Ia meta del saber. Ifigenia aparece buscando Ia genealogia materna, y la encontrara s6lo nel traumatico proceso del re-descubrir su pasado, En vez de la abigarrada presencia masculina de Euripides, en Reyes hay un clamar por la madre ausente, un silencio, y una soledad. El inicio abrupto corta la respiracién: ‘Ay de mi, que nazco sin madre y ando recelosa de mi, S@miosis nueva época 7 109 Ada Maria Te ‘acechando el ruido de mis plantas ppor si adivino adénde voy. (: 85) Sin el saber de la madre no sabe de si, el futuro de- pende de ese saber acerca del pasado?” Tras la madre ausente veo una alusién al desvanecido poder de las diosas. Sin conocer su origen tampoco sabe adonde va, no desentrafia su destino. Asi, hay una interiorizacién inmediata, un escucharse a si, “ace- chando el ruido de mis plantas” La imagen es la del camino, pero no en un pro- yecto hacia el futuro, sino mAs bien hacia si misma: no busca su oriente fuera en un ordiculo o-en las estrel sino en si, inscrito en sus pies: es su peregrinar hacia el conocimiento y el ejercicio de si, El saber le vendré de la genealogia que ahora falta, y el ejercicio de si sera lo que ella haga con ese pasado cuando nazca a si misma, lo que le revelara su verdadero ser. [figenia es un camino de iniciacién: al recorrerlo va descubriendo quién es. “Camino se hace al andar”, dice Machado. De las lineas del laberinto de la familia, ella desen- tralia el dibujo que van trazando sus pies. Suhuella es su historia, la que estamos leyendo, el poema del iti- nerario humano que va del conocimiento de si a la decision de vivir liberada. Los polos de la biisqueda son dos mujeres: la pro- tagonista y su madre. Y subyace un arquetipo, Artemisa, de quien Ifigenia es sacerdotisa. Reyes escoge empezar la obra cuando la Ifigenia “institucional”, la sacerdotisa, entra en un proceso de crisis y autoconocimiento. Su busqueda la remonta a los origenes, donde esté el desenlace: ella encuentra la solucién a una maternidad, que seria nefasta, en ser Ja madre interiorizada de si misma, pero slo tras haber pasado porel dolor de recuperar el recuerdo traumitico, El planteo del texto como biisqueda de la madre desde el principio, como enfrentamiento con su pasado ycomo confficto centrado en un problema de mujer, la maternidad, lo establece como extremadamente mo- demo desde el punto de vista del psicoandlisis y de la perspectiva de la mujer. Es un texto fundador. Segin Edith Stein: “El micleo profundo det alma femenina cconsiste en devenir lo que se debe ser, hacer desenrro- arse y madurar la propia humanidad dormida”.* Reyes dramatiza con valentia este proceso en este bellisimo personaje de mujer. 110 S§miosis nueva época 7 1.2. Dinémica de Ifigenia hacia la figura de la Madre La Ifigenia de Euripides es sacrificada para la guerra, empresa masculina; pero ella crece de victima a he- roina y cambia el mévil de su sacrificio: lo ofrece para las violen. En el mito, en la trag Arist6fanes es la mujer quien cobra conciencia de que la guerra no debe ser, que es necesario hacer la paz. La Ifigenia mexicana, desde su importancia de sacer- dotisa, amplia esta proyeccién mas alld de lo femenino y crece hasta elevarse contra el destino trigico gestando su propia libertad. Su maternidad es personal y po- litica, porque ella representa a su pueblo. Ifigenia busca a su madre, pero cuando ésta ‘emerge, ha asesinado a su padre. Para apoyarse en ella tiene que desenmarafiar ese pasado y lo realiza de un modo original: dramatiza un juicio a Clitemnestra. Orestes la acusa enfocando un sdlo hecho de su vida, el uxoricidio; Ifigenia, al contrario, le da voz y pre- senta su vida anterior con Agamenén, de donde ‘emergen las culpas de éll hacia ella: el sacrificio de Ifigenia, el asesinato de su primer marido, Tantalo, y del hijo que estaba amamantando, como sugiriendo ate- nuantes, Este discurso de Clitemnestra en defensa de Ifigenia, ahora dicho por la hija, se vuelve su mas eficaz defensa: la nueva enunciadora le confiere una pers- pectiva de fuerza. El proceso llevara a Ifigenia a acoger ala madre, victima y gran culpable. Asi se reconoce, pero de inmediato se diferencia. Rechaza esa tradi- cidn y da el salto a su libertad. Lo griego ilumina lo mexicano. La violencia del Padre a la Madre nos remonta a la Conquista y al caudi- llismo. Y saca a la luz un oscuro confficto largamente re- primido, que requiere ser visto: remite al proceso de Amé- rica, a la Malinche y a sus Madres Indias Violadas.” Mientras una heroina griega siempre sabe quién es, /figenia es una obra mexicana por el buceo en busca de su identidad. Reyes plasma la dimensién tra- gica de la Revolucién: su Ifigenia de América es la Hamada a sanar la venganza y la identidad herida.” Y ofrece un punto de partida a la mujer americana en el camino de su libertad. Pero volvamos al principio y al texto, Ifigenia muestra su situacién existencial desvalida: “suspensa Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... del aire”, su “miedo largo”, su “Ilanto y temblor" son corroborados en contrapunto por el coro. Al fin la Diosa toma el lugar de madre: De tus anchos ojos de piedra ccomenz$ a bajar el mandato, ue articulaba en mi los goznes ros, haciendo del mufeco una amenaza viva. (:86) Ifigenia se encuentra en una experiencia extrema, que le repugna y por ello desea conocer su pasado. Se autorepresenta como mujer fragmentada, sin unidad. Pero cuando se re-articula pierde su humanidad: es una marioneta. Y enuncia su conflicto dramético: se vuelve una amenaza si asume la funcién de sacrificadora de ndufragos —cuya extraiieza a su ser seftala con el vocablo “mufieco”, pelele que continua el engranaje de dar muerte por mandato. Ser sacrifi- cada o sacrificar es su destino: ¥ yu soy tu camicera, oh Diosa.[..] ‘huyo de mi misma asustada (..] yo s6lo suelto de mi espanto y célera Elcoro la llama “hija salvaje de palabras”, “montén de célera desnuda”, “Respetemos el terror/ De la que se salié de a muerte.” (: 86-92) Ifigenia es compleja, ha bebido la “leche de piedra” de Artemisa, y el coro destaca su dureza y ferocidad, pero mezclada en su forma arisca, lenta- mente emerge su ternura femenina: Y¥ sin embargo, siento que circula algo blando que, a solas, necesita listimas y piedades. (: 89) La antitesis marca a la “mujer més fuerte que todos os guerreros”, que tras el magnifico oximoron “leche de piedra” de la rigida Artemisa arcaica explora su Vitalidad, descubre en sila “fluida vida”, lo “blando”, semantizaciones de su feminidad. Bajo la mascara camicera busca a la otra si misma, a la oculta, en ‘sombra. En su lento proceso de despertar a la conciencia, Ifigenia lamenta su aislamiento y desea la comunidad, Al didlogo y la danza que unen a los “otros” contra- Pone un “yo no”, andfora que estructura su separa cin. Y acechando sus pies, contrasta sus pasos con otros: ‘Otros prenden labios a labios Y promesas se ofrecen con los ojos, {gozando en conciliarse voluntades: {yo no, que amanczco cada dia al tronco de mi misma atada.[.. Otros, en figuras de baile alternan amigos y familias Y Yono, que caigo cada noche en mi negazo propio, Quiero, a veces, saltradonde haya tentacién y caricia, Pero yo silo suelto de mi espanto y edlera Y cuando, henchida de dulees pecados, tne prometo tna aurora de sontisas, algo se seca dentro de mi misma, redes me tiendo en que yo misma caigo; siendo yo, soy Ia otra (: 88) La auto-referencialidad Ia aprisiona, Ia divisién la lacera, y no logra niin Hegar a su otra yo, La diferen- cia yo/otros refleja su intima divisién, yo cruel/yo an- siosa de sonrisas: entre ta caricia que quiere y la célera que tiene, entre su deseo y su realidad. Ello repite su disociacién euripidea inicial, ella se ha preparado para su boda y el padre la sacrifica. Es como el alternarse de dos registros musicales, y en correspondencia, ef tema del doble plasma la busqueda de identidad del poema. Su trauma de vida/muerte se articula en torno su intima divisién de yo exilado en busca de su iden- tidad completa: “siendo yo, soy la otra” Su funcién de sacerdotisa (“me estremezco al peso de la Dio: “gozosa angustia” al atar a la victima, “al furor sucede un éxtasis”) contiene su intima contradiccién, ~que re~ fleja la dualidad vida/muerte de su diosa~ y acaso un recéndito sentido orgitstico: Mis brazos quieren tajos rectos de hacha, 1y os ojos se me inundan de luz (: 90) Pero a la vez el primer deseo de la sacerdotisa, es dejar de serlo, para ser sencillamente, mujer: Esquereclamo mi embriaguez, ‘i patrimonio de alegra y dolor morules. (Me son extratias tantas fiestas humanas, (: 91) SSmiosis nueva época 7 11] Ada Maria Teja Y resefia actividades de la mujer: el tiempo lento, cir- cular, de la rueca, del cantar, “mordiscos secretos en la pulpa de la vida” (: 92), El coro la quiere ayudar a echar: del seno ese reacio aborto de memoria {que te tiene hinchada y monstruosa. (: 91) El “aborto de memoria” refiere al olvido de su pasado terrible. Tras el actual disgusto por ser destazadora de victimas descubrird que su ser“humana” acarrearia algo més grave —una venganza estructurada y visceral~, y asi rechazara su deseo y elegira el mal menor, seguir siendo sacerdotisa, Es un drama de la conciencia en dos sentidos, el conocimiento de si, que la conduce a celegir un destino que coincide con su arquetipo, Artemisa; y si recordamos que “probablemente Ifigenia ‘sea una antigua divinidad suplantada por Artemisa”,” discernimos una identidad que sale de si, pero no pue- de hacerse un destino suyo y vuelve a ser ella misma. 1.3, Diniimica entre Ifigenia y su arquetipo En nuestro drama la diosa césmica es su protectora, es su horizonte y apoyo del mundo: En tomo a ti danzan los astros. ‘Ay del mundo si laquearas, Diosa! (: 96) Pero el trauma de Ifigenia esta envuelto en una miste- riosa contradiccién: en Aulide Artemisa ordena y ob- tiene el sacrificio de Ifigenia, pero al momento de la inmolacién la salva de é! para hacerla su sacerdotisa. No he hallado explicacién en la critica y sugiero sta: el sacrificar la hija a la violencia guerrera es un castigo en contrapaso al desacato del rey a lo feme- nino.” Agamenén trae a Ifigenia engaiada con una promesa de boda, o sea, pone la misién generadora de ‘Ja mujer en funcién de una actividad masculina con- traria, la guerra, Este cambio de finalidad es una violencia a la mujer. Al exigir reparacion a través de una hija, Artemisa evidencia el problema de Agamenén con lo femenino, y cierra el circulo cuando salva ala vietima sustituyéndola con una cierva. El efieaz contrapaso, 112 SSmiosis nueva época 7 del sacrificio da la clave de la aparente contradiccién. La Biblia presenta una situacién analoga.* 13.1. Exploremos Artemisa pai a Ifigenia en su arquetipo enmarcar Ifigenia es diosa pre-helénica, la minoica Sefiora de la vegetacién y los animales, la fecundidad y el parto, Esté emparentada con la arcaica Cibeles y con Isis ‘Tyche, capaz de oponerse al Destino. Artemisa guia el destino de las mujeres y les da un telos. Hay una Artemisa anterior, arcaica, anatélica y asiatica, seftora de los animales y diosa de una fecundidad mas an- tigua que la humana.”* Sugiero que es esta la diosa de Reyes, ya que su raiz primera, artamis, carnicera, es la. usada por Ifigenia. Une elementos heterogéneos, es diosa de la na- turaleza, su accién se reconoce doquier, en los brotes del campo, el madurar de la fruta, el germinar de todo lo vivo en Ia tierra, en los animales, y en fin, en el crecer de la juventud. Tiene otro aspecto, peligroso, su ira destructiva se manifiesta en el secarse de la vegeta- i enigmitico fin de la vida, a muerte. Gimbutas: Artemis and Hekate are one, a lunar Goddess of the life cycle with two aspects: one standing at the beginning of the eyele, the other atthe end, Artemis, mistress of Wildlife ‘contains her own life source {] Her myth and ritual are related to childbirth” She is “the prehistoric Life-giving Godess.” The Cretan Arthemis Eileithyia means childbearing” En el periodo helénico Artemisa perder su antigile- dad y poder, nace hermana gemela del joven Apolo, ~cuya religion empieza a imponerse-, y se vuelve Dia- na, joven cazadora. La superposicién de la nueva reli- gidn sobre la antigua explica cémo una joven virgen puede ser a la vez diosa del parto: era la antigua diosa, madre efesina, oriental. Causa maravilla ver cuan profundo excavé Re- yes en lo arcaico hasta llegar a una diosa virgen que contiene su propia fuente de vida, y da a luz a si mis- ma, lo que también es moderno. La potencia de su obra reside en encontrar lo nuevo en lo antiguo y de hacerlo sintesis de su obra.” Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino Ifigenia es una de las hipéstasis de Artemisa. Su étimo es “que genera una fuerte estirpe”. Reyes se remonta ala arcaica “Artemisa Ifigenia”, diosa virgen y del parto,” y en su Ifigenia realiza el nudo de la aparente contradiccién: ella rehusa la maternidad ven- ‘gadora y en ese momento se genera a si misma.*' El sacrificio de su maternidad es para “hacer sagrada” la vida, y su argumento para no generar es afin a su diosa, ‘es el hierosgamos, la unidn de la naturaleza. El generar para vengarse va contra la vida, y re- pugnaa la joven sacerdotisa de la diosa de la naturaleza. En figenia Cruel la pugna de Apolo y la final victoria de la doncella indican que la obra se sitiia antes de la transicién del matriarcado al patriarcado, periodo que Reyes califica como “guerrero” y critica ‘en su obra. La meta de Ifigenia es mas fuerte que sus genes yy que su hado: no generar venganza. Sin embargo su liberacién no es completa, huye sdlo del destino peor y Jogra anular la venganza, pero seguirA inmolando nau fragos griegos para Artemisa. En el fondo es una va- riante de la freudiana coaccién a repet n cada sa- crificio, sin querer, ella vuelve a dramatizar su propio sacrificio, que ha reprimido, pero es tan vivido que pregunta a Orestes: “Calcas alzé la mano: {se oyd el golpe?” Orestes sintetiza el contrapaso que la mar- ‘card para siempre: “te encuentro muerta y viva, sa- crificada y sacrificadora” (: 122). Ifigenia tiene una evolucién: Al principio ella ‘clama por conocerse, pero cuando Orestes empieza a descubrirla, ella intuye algo oscuro y lo interrumpe porque teme saber quién es: ‘Oh calla, por tus enemigos diosest Mira que estis por quebrar Ia puerta sorda[.] Mira que me doblo con influjos desconocidos[..] Tengo miedo, calla, ta Diosa nos oye [..] Sit sabes mis, tejedor de palabra [..] calla por ese lunar que hay en tu cuello ‘gemelo -min=, {emelo del funar que hay en mi hombro Calla porque me aniquila cl peso del nombre que espero; ‘oh vencedor extrafio, calla, porque, afin, no quiero saber ~oh cobarde seno- quién soy yo. (: 106) Tras la revelacién emerge su resistencia ante el ven- gador: “Tengo miedo, calla”; el insistir anaforico de los “calla”, en sabio ritmo de abundancia mina en el temor de saber, donde 1a rim quiero" sintetiza el desgarramiento entre deseo y miedo. Se observa lo que Maria Zambrano llama des- censo ad inferos, al origen, con el fin de recuperar la propia historia y por lo tanto el propio ser."? Al caminar, ella se adecua al hermano, y el coro, seflala la sumisién femenina al varén, De hecho, Orestes asume una actitud prevaricadora: Uno conduce y Ia otra le sigue ~antes tan fiera Manda el varén, yal fin es hembra ella. (107) {Rava vencida de la tierra reconoce atu domador! (; 103) ‘Apenas lego a ser tu prisionero, cuando eres ya mi esclava (114) Reyes critica este dominio representando a Orestes como desequilibrado, Y al mostrar la violencia de Urano sobre ‘Gea marca el trauma del pasaje historico de la religion de la Grande Madre ata helénica, donde el varén, al romper el equilibrio con la mujer, se enajena asi mismo. 1.4, La anagnérisis La problematica femenino/masculino se refleja en la anagnérisis entre los hermanos, que no es directa, sino sucede a través del recuerdo de cada uno, en cohe- rencia entonada con Ia situacién de olvido inicial, Al principio Orestes la conduce, y nosotros, avisados su- tilmente, exploramos cémo ella va entrando en el co- rnocimiento, Lo que Reyes nos regala es el devenir del proceso, que nosotros realizamos un segundo antes de la heroina. Asi tenemos dos planos del discurso: el macro, con la historia de Urano, Agamenén y Apolo, y el micro, con el proceso en que Ifigenia toma conciencia de esa historia y de su ubicaci6n en ella, Ifigenia desde el principio quiere y no quiere saber, el conocimiento de si ocurre a través de la agnicién con Orestes. Pero ésta no les da felicidad. EI viene a dominar, ella se resiste al encuentro, Seré un lento pro- eso, porque reconocer al otra es sobre todo recono- cerse a si misma, y esta enclavado en el sufrimiento. En efecto, ella organiza varias dilaciones: primero in- tenta dejar partir a los ndufragos antes de saber: “No Jos quiere la diosa; traen a cuestas/ el nombre que he “Smiosis nueva época 7 113 Ada Maria Teja perdido.” Luego Orestes se adecua al ritmo con que ella va enfrentando el reconocimiento: “habré de conducirla paso a paso, como a ciega extraviada que tantea el camino, hasta dejarla donde la perdi” (: 110). El desarrollo de Ia obra consiste en ese proceso de autoconocimiento.” ¥ para ello él le narra la “Teogonia”, el origen de la culpa en la genealogia que ella buscaba, El le sirve de guia en el descenso ad inferos, a los estratos subterrineos del ser, de la his- toria, de Ia realidad, de la conciencia, en los que ella debe hallar unas raices desconocidas, la cara oculta de su vida individual, familiar y ancestral: Me devuelvo a un dolor que presentia; ‘me reconozco en tu historia de sangre: 113) Al fin, entre “tumultos de sombra” empieza el lento des- pertar de su “cenizosa conciencia’, que Orestes, despia- dado, fuerza: ‘Teasiré al ombligo del recuerdo; te ataré al centro de que parte tu alma. El no es capaz de pensar la relacién fuera del esquema del dominio; ‘Apenas Hlego a ser tu prisionero, ‘cuando eres ya mi eselava. Al mencionar Orestes a la madre, a Ifigenia se le ac- tivael recuerdo: Al fin es madre, Orestes; espera, en las edades de Ia hija, {que la fruta de nietos se lerinda.(:114) Pero esto se le ha salido, se percata de que ahora sabe Y No quiere saber, y se resiste en un “huyo” repetido: Pero {qué hago, Diosa? :Salgo de tu misterio? Amigas, huyo; esto es el recuerdo! Huyo porque me siento ‘cogida por cien crimenes al suelo, Huyo de mi recuerdo y de mi historia. (: 116) ‘Sigue una pugna con un Orestes implacable, sidico en ‘su imperativo, enajenado porque a la postre un sexo no puede suftir sin que sufra el otro: 114 Smiosis nueva época 7 Sujetadla y que beba la razén hasta lo ms reacio de sus huesos. Hinchate de recuerdos, 6yelo todo: En Aulide fuiste sacrificada. (: 116) (En la sonoridad Aulide resuena el crimen inicial y el aullido de la “ululante” Gea.) Al fin Ifigenia cede, no con alegria, sino como quien escucha el veredicto de tuna enfermedad: Orestes, soy tu hermana sin remedio, yenel torrente de la care siento latir la maldicidn de Téntalo.(: 116) Esel drama del doloroso proceso de! autoconocimiento. Sélo entonces se permiten un encuentro carifioso de pocos versos: Ifigenia: “Déjame, al menos, que te mire y palpe, ‘oh desvaida sombra de mi padre!” Orestes: “Y déjame que alivie tanto Hanto ay hermana que fuiste mi nodrizal” (: 117) Laheroina ha complctado el conocimiento de su pasado, ahora lo importante es cémo organiza esos recuerdos. Porque el hombre compone la comprensién de si mismo en virtud de las estructuras del recuerdo, y s0- bre todo de Ia previsién del futuro.** En Euripides el recuerdo reintegra a Ifigenia en la familia, en Reyes provocan el contrario, el rechazo de la estirpe y de la venganza. El drama se juega entre Ifigenia y Orestes, la generacién de los hijos, mientras el origen del conflicto dramético, los padres, aparece sdlo en el recuerdo. Ello invierte la direccién del planteamiento tradicional, que va de padres a hijos y configura la pro- blematica de qué hacen los hijos con la culpa de los padres. Orestes, incapaz de liberarse, la continiia, Ifigenia la anula. También aqui Reyes elabora a Nietzsche y a Freud. 1.5, Eltema del recuerdo y las reescrituras de la violencia Vimos que a la protagonista se le revela su pasado en dos parlamentos complementarios: la “Teogonia”, la historia de la estirpe y su propia historia. Esta, con su rucldcd ssctificio en Aulide, se revela como una variacién ac- tualizada de la primera, la historia de Gea y Urano; se ins- cribe en ella, repite su crimen. Y deberia corroborarla. 1.5.1. La “Teogonia” “El contexto mitico de la Ifigenia de Euripides es la sumisién del poder de las diosas de la tierra a los dioses del cielo.™* Reyes estudia la violencia con que se realizara este sometimiento en “El horizonte econd- mico en los albores de Grecia” Y su Ifigenia Cruel reactualiza el proceso en tres momentos fundamen- tales: a’ Teogonia; el discurso donde Clitemnestra acusa aAgamenén; y el discurso donde Orestes comunica a Ifigenia el mandato de Apolo. La “Teogonia” de Reyes ¢s la historia de los origenes del cambio del poder “matriarcal” al “pa- triarcal”, y lo ilustra en el tema de la generacién y los hijos. La narracién plantea ese cambio como una serie de crimenes donde Urano, Padre que inicia el poder de los dioses Celestiales, masculinos, despoja de sus hijos a la Madre, Gea, diosa de la Tierra, que los defiende initilmente. Dos veces Urano engendraba en el seno de Gea, ensayando monstruos que la verguenza rechaza. {| mezelaba impetuosos crimenes con virtudes severas. |...) ¥ el Padre deshacia sus horripilantes juguetes,[..] Perraululante, Gea sus cachorros le disputaba [J Dioses recelosos de sus protes indeseadas. ‘Yaesté mezclado el crimen en la masa del mundo. [...] ‘Lamaldicién vuela, contaminando «8 todos los brotes de su gente. (: 110) ‘La obra muestra el intento de continuar el arquetipo del poder “masculino”, porque conforme a ese origen se pretende estructurar el futuro, representado por Agamendn-Orestes-Apolo en sus mecanismos de some- ter a lo femenino, representado por Gea-Clitemnestra- Ifigenia. De hecho Agamenén hace con Clitemnestra 'o mismo que Urano con Gea, y en la siguiente gene- racién Apolo y Orestes quieren imponerse a Ifigenia.” Pero la obra hace resistencia a ese proceso de ‘Sometimiento: Ifigenia no busca la genealogia patema, de la Grecia Clisica, sino la materna arcaica. Ademas, mientras Euripides “oscurece los crimenes de los nso Reyes el Atridas con una multitud de bellas imagenes”, aun- que con espiritu critico, Reyes los evidencia: hace que precisamente el matricida narre los hitos de crimenes ¥ venganzas. En realidad Orestes le revela ambas genealogias: la masculina comete asesinatos de padres a hijos ¢ incluye al primer dios, Urano, y a un rey, Agamendn; la femenina sufre esas muertes. El conflicto de Ifigenia consiste en continuar o no esta estirpe violenta. No hay ocultamiento, sino revelacién, toma de conciencia critica, Asi, toda gloria se desvanece ante ta cruda ‘orden con que Orestes quiere reactivar la historia en Ifigenia. Ifigenia, la victima, ha olvidado, Orestes, el ven= gador, no ha podido y muestra todas las articulaciones contaminadas en una implacable secuencia de causa~ efecto, de la cual su matricidio es el iiltimo eslabon, otro “error del cielo”, de los dioses urdnicos-apolineos contra la Madre, Gea, actualizada en Clitemnestra, Ello, muestra que la imposicién de la fuerza enajena lo masculino y pervierte su relacién con lo femenino, De hecho, la narracién de Orestes crea el pivote del cambio: Ifigenia, horrorizada de ese pasado huye de é1 y de la cadena de venganzas que lo constituye y que quieren imponerle. Ella se rehiisa a generar hijos para la venganza, se inscribe en la rebelidn de Gea, de Clitemnestra, y las rescata, La muerte de los hijos sufrida por Gea es el primer eslabén de la cadena de la familia; Clitemnestra la continia y su acusacién a Agamenén retoma la de Gea a Urano. Y precisamente su hija, In victima del Padre, interrumpe la secuencia del pape! destinado a la mujer, rechaza ser un eslabén mas, y esteriliza la secuencia contaminadora. Ifigenia logra resistirse al prevaricar del poder masculino -representado por Orestes, portavoz de Apolo- y se libera sin violencia, Reyes lo realiza con ¢legancia formal: al disponer el discurso de Orestes y elde Ifigenia en secuencia cronoldgica, sefala una es- tructura: la repeticién del crimen. Esta estrategia narrativa impide aislar cada crimen como inico, y 10 ubica en una serie que configura la Historia. Al narrar su experiencia personal después de la historia de la familia, Ifigenia de repente cobra con- ciencia de que su recuerdo repite otros similares, des- SEmiosis nueva epoca 7 115 AdaMaria Teja cubre la estructura, y se ve a si misma como nueva. va~ riante de una vieja cadena, Tras los dos discursos en secuencia historica, un didlogo entre los hermanos nos revela un Orestes animado de puro dominio patriarcal, el origen urénico pierde prestigio y se vuelve sélo inicio de una serie criminal: Apolo ordena que Ifigenia genere hijos para continuar esa historia familiar, en pequefio la de! género humano. Despierta asi la conciencia de Ifigenia. He ahien breve la estructura sencilla que organiza Ja obra: dos discursos que informan a Ifigenia y al lector; un dialogo —o sea el movimiento emotivo de la informacién~, y la resolucién -toma de concien- cia de Ifigenia~ que rechaza continuar, y la libera- cin de Orestes por parte de! Rey Toas. Reyes elabora las ideas de Nietzsche: “El espiritu de venganza es el elemento genealogico de nuestro pen- samiento, el principio trascendental de nuestra manera de pensar [..] Desde que el hombre ha empezado a pensar, ha introducido en las cosas el bacilo de la venganza.™” La secuencia Urano-Agamenén-Apolo muestra que el destino de los dioses es repetitivo, cerrado, yen cambio el destino de Ifigenia, inscrito en sus pies, es subjetivo, es lo que ella vaa caminar, esta abierto. Ella rompe lo ciclico, lo ya enmarcado, Se inseribe en un Ambito mayor, la Naturaleza, y nos ofrece la res- puesta de la vida, que da Reyes, Ello coincide con la superacién propuesta por Nietzsche.” Al final el poder femenino emerge como coincidente con los valores de la vida. Reyes restituye a la mujer su alta posicién ori- ginaria de guardiana de la vida. ‘Vedmoslo en detalle. Mientras Orestes, siguiendo 1 modelo de Apolo, oprime y humilla el papel de la mujer y de la madre, aunque sufre por ello, Ifigenia rehiisa ese camino de “resentimiento” y hace valer su diferencia, Su primera reaccidn ante Orestes es afirmar su libertad de no atarse a la venganza: lo acaricia, se apiada de él, “oh sombra desvaida de mi padre”, no siente rencor hacia Agamendn, y en su peticion al padre de evitarle la muerte no hay rabi no Ia culpa, sino la asume como madre: “Era mi madre, Orestes, porque era mi madre.” Reyes asume un nuevo criterio: enfoca el mito y lahistoria desde el punto de vista de la maternidad que salvaguarda la vida. El centra el drama en Ifigenii 116S8miosis nueva época 7 ella la protagonista y renueva totalmente el personaje. Ellaes a la vez antigua y moderna: se libera del destino a través de la conciencia. Su meta no es euripidea, 0 sea volver a Micenas a vengarse; sino es modema y a la vez més arcaica: saber quién es, y luego desarrollarse, conocer su misién, “su camino”. Ifigenia surge en la literatura como personaje obligado a inmolarse, luego en Euripides se desarrolla hasta ser heroica, y final- mente en Reyes libera a su raza y a si misma de la maldicién: no generara. No es victima del destino, ella posee sabiduria interior y no duda de su decisién. Sera rebelde a Apolo y fiel a la diosa. La reconstruecién “arqueolégica” de la Teogonia nos aclara la visién de Orestes: lo que fue en el origen ‘sera en el futuro. La novedad es que Ifigenia cobra conciencia, y al contrario, pone esa arqueologia en fun- cién del futuro: al descubrir que su genealogia es vio- lenta, ella la interrumpe. Rompe la circularidad, 1.5.2, El recuerdo de Ifigenia Cuando, estimulada por Orestes, Ifigenia empieza a rememorar, la atmésfera se aligera y se ilumina de boda, de personas y naturaleza: empieza por asumir a su madre, en respuesta al inicio del poema. Luego re- dramatiza el discurso de Clitemnestra, dandole voz a la madre a través de su propia voz. El discurso de Ifigenia se articula en: 1) el placer de la infancia, 2) e! mal, la prevaricacién de Agamendn, que ella reconoce a través del ruego de Cliternnestra, que ella misma narra, 3) su propia peticin tierna al padre insensible, 4) la repugnancia de Ifigeni: La obra procede en un ritmo de alternancia entre Ifigeniia y Orestes: 1) Insensible al horror de Ifigenia, Orestes la presiona a “dar brotes nuevos a la familia en que naciste hembra”. (: 123) 2) Ella determina; “Huiré de mi propia/ como yegua acosada que salta de su sombra.” (: 123). La imagen de la sombra dice poderosamente lo no escindible de esa identidad, y su fuerza al romperla 3) Orestes intenta una initil prevaricacién con sus im- perativos. Reactualiza a Agamenén. Ifigenia Cruel de Alfonso Reve 4) lfigenia afirma su sencillo y decisivo “no quiero”. '5) El Rey Toas perdona y libera a Orestes, confirma Ia voluntad de Ifigenia con et significativo “des-atar”, 6) Elcoro reconoce a Ifigenia su libertad, pero el precio es la completa auto-referencia, “sola” y “estéril”, que recuerdan el “paramo de espejos” de la inteli- gencia, de J.Gorostiza en Muerte sin fin y el Sueito de Sor Juana. Y en seguida a la vez “imate, fructi- fera”: porque se ha gestado a si. El coro marca lo discontinuo como la forma de su accién de ruptura, el “salto"de la yegua: “brinca”, “abriste pausa en Jos destinos”. En la discontinuidad, al no repetir el patron familiar, Ifigenia se construye y nace a su Hiberacién: escoge el nombre que te guste y lmate ati misma como quieras; ya abriste pausa en los destinos, donde bbrinca la fuente de tu libertad. (: 126)" Y elcoro termina en fiesta, eida en ese mar origen de todo, con grandeza calderoniana: [Oh mar que bebiste ta tarde hhasta descubrir sus estrellas ‘no lo sabias, y ya sabes que los hombres se libran de ellas! 2. El tema de la maternidad 2.1.Mujer y maternidad en Ia tradicién occi- dental Lo que interesa a Reyes es !a subsistencia de una es- tirpe. El muestra las coordenadas del poder patriarcal ‘que se autorreproduce sujetando a la mujer ala obli- ‘gacién “natural” de procrear, sin mirarcon quién ni en ‘qué contexto. Enfrenta maternidad a libertad. El conflicto es que el no cumplir con la naturaleza Procreando genera un padecer al individuo y ala es- Pecie. Sdlo que en esta estirpe procrear equivaldria a una condena, Orestes es portavoz de Ia idea de destino y de ‘que éste enraiza en el querer de los dioses. Ifigenia leva una doble marca: un mandato de Apolo y su es- tirpe. Robert Graves recuerda que Apolo ordena el cl poder femenino. matricidio a Orestes y luego lo defiende en el juicio. El dios: “niega la importancia de la maternidad, y afirma que una mujer no es més que una inerte vaina en la cual el hombre inserta su semen; y justifica la accién de Orestes porque el padre es el nico genitor digno de ese nombre. Las Erinias protestan contra esta sub- version de la antigua ley [matriarcal] realizada por los nuevos dioses."** Y lamentan que “los dioses jovenes huellen las leyes antiguas.""* Para calibrar la magnitud del rechazo de la ma~ temidad de Ifigenia, recordemos que para los griegos la mujer se justifica sélo generando hijos. En el Antiguo. Testamento la mujer obra la propia salvacién princi~ palmente a través de la generacién, Ifigenia, al contrario, al abstenerse de la mater- nidad fisica salva a su estirpe y a la naturaleza, lo que es una maternidad mayor. Ella abre un proceso que Meva de la falta original de su familia hasta la reden- cidn, Reescribe Ia labor de la /figenia de Euripides, que eleva la finalidad de su sacrificio a salvar mujeres de ser violadas, Segin Lucia Guerra en La mujer fragmentada: La “primera y iiltima profesin de la mujeres dar a luz hijos robustos y sanos, dejando al hombre las faenas del pensar, el trabajar y el hacer politica.” Es decir, ef hombre es quien da la orientacion y el sentido, Laonden de Apolo coincide con la reflexidn filosé- fica: Es precisamente la reproduceidn bioldgica la que permite ‘Aristoteles asociar a la mujer con el cuerpo y al hombre con el alma, en una dicotomia patriarcal entre Naturaleza~ Mujer, y Cultura-Hombre[..] El argument naturalizador ¢s propio de los grupos dominantes. La mujer es inferior al hombre del mismo modo como el cuerpo es inferior al alma [...] La devaluacién de 10 femenino es como cuerpo reproductor [..] El entrelazamiento de to biokigico y lo social permite, una vez mAs, ular la autonomia de la mujer, 1A no so presentada como fragmento complementario (cos tillade Adi) sino corno madre bajo las Grdenes yel poder de su cOnyuge, como cuerpo reproductor subordinado ala Ley patriarcal EI mandato apolineo y el filosdfico coinciden con el biblico, segin Edith Stein: En el Antiguo Testamento después del pecado original, 0 sea, en la naturaleza caida, el matrimonio y la maternidad se SSmiosis nueva epoca 7 117 Ada Maria Teja presentan como fin exclusivo de la mujer, y también como medio através del cual ella puede alcanzar su fin sobrenatu- ral [J Ello resuena también en las epistolas de S.Pablo|.. En cl Antiguo Testamento la mujer pueds obrar la propia salvacién parael griego se justfica- slo generando hijo Hay excepciones a la salvacién por matemidad: cuando “Dios lama algunas mujeres a cumplir empresas ex- traordinarias para el pueblo, como Deborah, Judith.” ‘También nuestra Ifigenia: al abstenerse de reproducit su estirpe la salva de la venganza y se vuelve madre de si y de su raza. Asi los tres grandes poderes, la ley de Apolo, el argumento filosdfico y el Antiguo y Nuevo Tests mentos coinciden en que la mujer existe principal mente al generar hijos. La semantizan como cuerpo reproductor. La obra de Reyes revela que el mandato “biologicode trasmitir la vida sirvea una funcién de la politica guerrera, Mas Ifigenia eleva su punto de vista al fundamento religioso de la vida y asi evita que su ori- gen criminal determine el futuro. Para ella generar no 8 un acto s6lo bioldgico, sino transmisién de vida armonizante, Afirma su derecho a una completa creacién, no s6lo “natural”, sino también espiritual al establecer una comunidn con el cosmos. El rechazo de Ifigenia a la autoridad nos da el tamaito de su clara conciencia y de su determinacién. Y del cardcter precursor de la obra de Reyes en los temas de la abolicién de la venganza y de la condicién de la mujer: capaz de subvertir el “orden” vigente ¢ niciar nuevas secuencias de paz cuyo primer fruto es ella misma. Ifigenia produce pensamiento y sentido. 2.2, {Como se constituye Ifigenia? En la mujer “cosas reprimidas y domefiadas por miedo al vardn” conviven con un altruismo: “La felicidad det hombre esta en un “yo quiero” que en ta mujer se des- plaza a un “él quiere”.** Con su [yo] “no quiero” Ifigenia rompe no slo la “necesidad” de la cadena maldita de su sangre, sino se afirma a si misma como tente histérico y politico. Se atreve a vencer el miedo al dios y configurar a la intemperie su libertad En Euripides el miedo de Ifigenia al padre que la sacrifica se transforma en eje de su grandeza. Reyes 118 S8miosis nueva época 7 obra una elevacién sucesiva: su Ifigenia crece al con- figurar un camino propio en que se sustrae de actuar cl mal; da nacimiento a su proprio “yo”, deviene sujeto. Ante el “él quiere”, donde él es nada menos que un dios, ella se da su ley, ejerce su voluntad y su poder y ice: Yo “no quiero”. Y realiza la libertad en el margen permitido por Artemisa. 2.2.1. ,Cual es la ley de Ifigenia? ‘Agamenén, Orestes ¢ Ifigenia tienen un mandato di- vino. En Euripides, padre e hijo obedecen ciegamente, cometiendo crimenes cuya victima es una mujer: bi y madre. El heroismo de la Ifigenia de Reyes consiste, al contrario, en no obedecer al dios. Hacerlo implicaria dos crimenes: seria instrumento de muerte, y su acto se ampliaria contra la humanidad y el cosmos. Ella elige obedecer a la ley més antigua, de generar para la vida, no para la venganza. Su ley no es arbitraria ni rebelde, sino anterior a la biolégica. Ante la experiencia de infanticidios y matricidio, ella no concibe la justicia como represalia segiin la arcaica ley griega, sino inte- rrumpe la cadena de venganza. Reyes rompe con la Ifigenia vengadora de Euripides y acomuna a su Ifigenia con otra gran heroina solitaria, re-escribe la estructura del conflicto de Antigona, ambas escuchan la ley mas antigua, de vida. (“Yo naci para amar, no para odiar”, dice Antigona.) Ambas se complementan: Antigona defiende el deber para con los ancestros, mientras Ifigenia defiende a sus descendientes cegando la linea de ancestros cri- minales. Pero Antigona desacata a un rey y al Estado para obedecer a una ley anterior, de piedad hacia el hermano muerto, mientras la Ifigenia mexicana obe- dece a una ley anterior a la de Antigona; ella abre un conflicto entre la ley de Apolo de procrear para ven- garse, opuesta a la sabiduria, y las leyes de la natura- leza y el cosmos. Su planteamiento descorre un velo: “los dioses no son los autores ni los duefios de las eyes, las cuales provienen de algo mas hondo y terrible, como vio Socrates. Los dioses griegos no son completos, son un aspecto, muy poderoso, pero solo unaspecto, Mientras el Hombre, al ser un microcosmos porta esencias césmicas, es completo.” Ella desafia la ley de un dios para cumplir las Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... leyes sagradas del cosmos sobre la vida: ésta no se trasmite para dar muerte ni para amarrarse a repetir tun pasado de venganza, sino para la libertad de confi- gurar, para la vida buena en el sentido del Cratilo y el Fedén de Plat6n.® Ella mantiene la sabiduria primigenia del nexo con la naturaleza. ‘Segiin Euripides, “la venganza es siempre susci- tada por la pasidn de una mujer" Reyes muestra lo contrario: una mujer cancela la venganza, el principio femenino herido es capaz de liberarse de ella. La gran innovacién de Reyes consiste en inte- rrumpir la maquina de venganza legitimada, su /figenia realiza un cambio epocal: El despoja la venganza de su atuendo mitico de obediencia a los dioses, y la mues- tra como una cruda sucesién de crimenes; su origen ancestral Ia revela como Historia de la Humanidad, ¢ indica que si no se interrumpe, continuaré encade- nando a generacién tras generacién. Reyes acentiia Ia tendencia desacralizadora de Euripides: en su mandato de Apolo a Ifigenia no se percibe la divinidad, sino los fines de una casta guerrera. ‘AReyes no le interesa la perspectiva del justiciero, sino la consecuencia de la venganza. Mientras el Orestes eldsico, por temor a las amenazas de Apolo supera su repugnancia y asesina a su madre, Ifigenia cs inmune a las amenazas, ella mira mis lejos y se desvincula de la obligacién de culpa. Sustituye la“ley de Apolo”, donde “la Justicia exige que el odio responda al odio”, y obedece sin dudar a su sentido de la vida y a la més vasta y refrescante ley del or- den de la naturaleza. Orestes, obsesionado por la con- tinuidad de la venganza, se deja guiar mecdnicamente por el pasado, mientras Ifigenia marca un detenimiento; ella no analiza las causas de la venganza, como él, sino sus efectos: no mira al pasado, que la ataria, sino al futuro. Y asi se libera. Se permite asumir a la madre culpable, rechazar la ley de la represalia, y rebelarse a tuna maternidad que continuaria la generacién de ven- ganza. Mientras Orestes sigue ligado a Apolo, que le ordené el matricidio y quiere que Ifigenia continie la su- cesién, ella siente y piensa por si y para si, y, guiada Por sus pies hacia la naturaleza, toma el poder sobre si misma, precisamente en lo referente a la maternidad. “Eliade observa una tensién constante en la sociedad Primitiva entre dos tipos de magia: la femenina, centra- da en los partos y en la santidad de todo lo creado; y la masculina, centrada en las. biisquedas épicas y en la guerra. Ifigenia Cruel vuelve a coneretizar y vestir pos- ticamente esta areaica y constante tension entre lo fe- ‘menino y su sacralizacién de la vida y to masculino y su biisqueda de guerra, La respuesta de Ifigenia, en vez de la venganza que le piden, consiste en elevarse a ser guardiana de la vida, enmarcdndola en la naturaleza. He ahi su res- piro universal, La caracteristica de Ifigenia es su toma de con- ciencia, y su uso bifronte del tiempo: al recordar, ella entrevé lo que seria su futuro. Y, espantada, “huyendo de su sombra”, llega a lo mas intimo, a aquella**forma interior”, anterior al “conticto tragico entre los dioses y las leyes primeras”, de que habla Maria Zambrano." Y que aqui se configura en la pugna entre el mandato de Apolo y su mandato interior: ella obedece a Ia ley mas antigua, de generar para ta vida, no para ta ven= ganza. Y a la vez esti movida por Ia conciencia y Ia voluntad, y resuelve: “No quiero” Segtin M. Zambrano: “Lo que antes era mandato 0 fatalidad de los dioses, en cl mundo de la conciencia € propia invencidn del individuo, que ha tomado hu- ‘manamente la justicia por su mano.” Porque Ifigenia tiene una ubicacién muy espe- cial: sigue en un mundo arcaico, se enraiza en “las leyes primeras” del matriarcado de generar para la vida, anteriores a las de los dioses urdnicos, varones, Y por otra parte se adelanta a la claridad de la con- ciencia y la voluntad, La conciencia la orienta hacia su “forma interior” mas intima, Reyes, con una sintesis renovadora une lo arcaico y lo moderno. La coneiencia moderna, sin estorbos intermedios, busca directamente las leyes primigenias de la naturaleza, He ahi la extraordi novedad. Pesea su rebeldiaa Apoloy su conciencia, Iigenia queda anclada a un destino religioso; la alternativa a la generacién ordenada por Apolo es ser sacerdo- tisa de otra diosa, Es paraddjico, pero Ifigenia salva a su familia precisamente al no darle sucesién. Es una mujer ame- ricana quien da forma a su vida desde el interior, re- SEmiosis nueva época 7 119 Ada Maria Te vitaliza la ley de evolucién espiritual y ofrece un mo- delo para superar el drama de América. En sus “Tres Electras del teatro ateniense”, Reyes observa: “los personajes de la tragedia griega no son sino conciencias que cavilan en los destinos y en quienes se hacen patentes las sordas potencias uni- versales {ésa es] la tragedia griega en su desnudisima perfeccién”.* ‘También su /figenia es una cavilacién sobre el destino pero no a través de su “inteligencia” 0 su “‘coneiencia” sino de su sabiduria femenina de la ley césmica-, y su subversién es extrema: lo cambia. La sacerdotisa realiza un nuevo sacri hace esclava, Pero su autodeterminacién nos ais- lamiento, al contrario, al adentrarse en su misterio, ella camina hacia adentro de s{ misma, pero se completa en una profunda unidn con la naturaleza. Hemos visto lo que fundamenta a Ifigenia, su ar- quetipo, su idea de maternidad y su ley, volvamos al texto. jo, re- 2.3. La relacién hija-madre en Afigenia Cruel En la obra emergen nitidos dos personajes femeninos: Clitemnestra aparece como la mujer de la que el ma- rido ha abusado con violencia -le ha matado a su hijo~ pero ella, ain ingenua, espera en la virtud del generar. Cae en cuenta del engafio del marido respecto a la boda-sacrificio de Ifigenia pero no fogra impedirle que repita el crimen. Es la mujer que sufre impotente. Ifigenia aparece como la mujer que toma con- ciencia de Ia violencia del Padre, Como llega a ello? Ifigenia realiza un retrato de su madre, estructu- rado en dos momentos cruciales: a) en la rueda del generar femenino y en su cariflo ma- temo: Al fin es madre, Orestes Yyespera en las edades de la hija, ‘que la ruta de nietos se le rinda. Al fin es madre, Orestes, y prolonga hasta la pubertad el gusto de mi cuna(: 115) ) como su nica defensora, La muestra rogando a Aquiles por su vida, luego a Agamenén, y ante et 120 S§miosis nueva época 7 silencio del padre, su dltima imagen es la del dolor impotente: Y desvié los ojos del bulto convulsivo de mii madre. (:122) ‘Asi como la madre defiende “el logro minucioso de la hija”, Ifigenia construye, sin decirlo, la nica defensa de la madre inculpada. Hay una generosidad compar- tida, una reciprocidad del amor madre-hija-madre. Esa arenga con que Clitemnestra defiende a Ifigenia ante Agamenén es el retrato que Ifigenia hace de la madre yes el mejor de Clitemnestra en la literatura. Y tiene ‘miiltiples funciones, En ese espejo madura el proceso de autocono- cimiento de Ifigenia, porque al afrontarlo ella asimila su amor pero a la vez se aparta de repetir lo que fue su madre y el papel asignado a la mujer. Su toma de conciencia habia empezado con la brutal Teogonia, crece con el discurso de la madre y el suyo, yen fin, se activa con su rebelién a los dioses y su afirmar la ley cosmica de la vida. 2.3.1. El juicio a Clitemnestra: la “defensa” de la madre Si Apolo ofrece un juicio a Orestes, Euripides y Reyes conceden a Clitemnestra una autodefensa, Hecho ex- traordinario porque se le considera ta gran culpable, “peor que Elena, y su infamia cae sobre todas las mu- jeres, ain las buenas.” Siempre se hace resaltar como mévil del uxoricidio el adulterio, sin excavar en causas ante- riores, como quién es su amante: Egisto es hijo de Pelopia, que fue violentada por su propio padre Tieste, ‘0 Sea, es hijo de su abuelo, El se venga de Agamenén, que habia depuesto a su padre, conquistando a Clitemnestra y celebra el suceso ofteciendo sacrificios a Afrodita y dones a Artemisa, que guardaba un sordo rencor ha- cia los Atridas. Zeus le advierte que Orestes vengard a su padre.** Asi descubrimos que Clitemnestra es s6lo un ins- trumento para cumplir la venganza de Egisto por otra hybris de Agamenén y satisfacer el rencor de una diosa. _Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino Elque la culpa entera caiga sélo sobre ela, seiala quees una culpa atribuida por la doxa social ¢ indica ia denigracién de la mujer. La obra de Reyes, al con- trario, critica la prepotencia del varén: el Padre ‘Agamenén, la orden de Apolo, el fuera de si de Orestes; 0 sea, rey, dios, hombre. La tragedia griega es acaso un acto de compasion hacia el Hombre: describe el lento proceso de conoci- miento de la heroina o del héroe de su propio destino, que al final no tiene explicaci6n humana. Séto recu- rriendo a la mitologia desentrafamos la “primera” culpa, y a través de los meandros del laberinto barrun- tamos que la culpa de Clitemnestra coincide con ser un instrumento de venganza de Egisto y Artemisa sobre Agamenén. Y que ademés la reina cumple un ritual arquetipico, muy anterior a la saga de Agamenén: “el baiio a menudo se acompafia con la muerte del rey. sagrado, como el dios cretense del sol, Minds, hijo de Zeus, occiso en Agrigento por la sacerdotisa Cécalo y su amante Dédalo.”” Estas dos calas arqueoldgicas atenian la culpa personal de Clitemnestra al inscribirla en modelos ar- caicos. Y son paralelas a la reconstruccién arqueold- pica de la Teogonia. En concreto, el aflorar del recuerdo de Ifigenia y laanagnérisis entre los hermanos construyen un “juicio a Clitemnestra”: Orestes acusa a la madre y, sin siquiera mencionar la culpa del padre hacia Ifigenia, lo absuelve porque actuaba “obligado” por la razin de estado: “fuerza es traerte engafiada”.” Ifigenia, al contrario, la defiende con argumentos femeninos. A la razon im- placable que configura una rigida ley y la idea de des- tino, ella afiade otras formas de conocimiento, como la maternidad, el crecimiento, el gusto, la caricia, él amor a la prole. La ley hecha por varones se revela no uni- versal: no representa a la mujer porque no incluye cri- terios femeninos. El “juicio a Clitemnestra” esta sabiamente ins- crito en la anagndrisis entre los hermanos, y es crucial Para que Ifigenia se conozca y se defina. Ella se reco- ija ain de quien se convertira en la culpable “Mi madre —porque es mi madre, Orestes—”,”' ¢ ilumina otros aspectos suyos: fue la ‘unica que le dio el saber y que la defendiera. Pero lo mas importante es que Ifigenia repite lo que Clitemnestra “dijoal padre” para salvarla, la historia acallada donde la futura uxoricida aparece como madre a la cual Agamenon le ha matado a su hijo.” Este discurso directo donde la acusada puede hablar”, se dinamiza y multiplica sus funciones: al Ifigenia darle voz a la acusada, le confiere el poder de realizar su propia defensa, O sea, el mismo discurso con que Clitemnestra defendiera a Ifigenia, al ésta re- petirlo a Orestes, se refuncionaliza y se transforma en defensa de la madre y acusa al padre. Agamendn, in- fanticida, no sufre ni siquiera juicio, mientras que Clitemnestra serd condenada por el de Apolo, que se sobrepone a las mas arcaicas deidades femeninas. Asi este ruego a Agamendn se convierte en acusacién especular y contraria al juicio de Apolo que exonerara a Orestes diciendo que la madre es slo recepticulo, del hijo mientras, al contrario, aqui aparece defen- diendo a sus hijos ante el padre que los mata, Pero en realidad hay un discurso mas: a la peticién de vida de la madre se une el ruego de la hija por su propia vida, ruego leno de amor, Y de confianza vana en el Padre, Condena Ia guerra del vardn y resalta la vida de la madre, cercana a la naturaleza; al binomio muerte-varén, ella opone el de vida-mujer: {Insano afin de navegar a terras barbaras te hace dejar Ia terra donde cortan jacintos y rosas los que dio a luz mi madre (122) ‘A ambas peticiones de vida Agamenén no responde, ¢s el interpelado mudo, en realidad ni aparec El discurso de Clitemnestea/Ifiges ve ade- més una importante funcién estructural: continia ta pre- sentacién de crimenes de los padres iniciada en la “Teogonia” y re-escribe el crimen primario de Urano sobre Gea. Establece asi un doble cruce o inversién: “el juicio a la madre” es una reprise del inicio de la “Teogonia”, crea un “juicio a la Historia”, pero ya no esti dicho por el vardn, sino por una mujer, que con- fiere articulacién verbal al ulular de Gea. Ifigenia refiere el discurso de Clitemnestra como rumiando en umbritil rememora ién el suyo y el de Gea, ereando un efecto de acumu- lacién de Ia denuncia y “le nace la conciencia”. Ello es extremadamente moderno y recupera los origenes: ‘SEmiosis nueva época 7 121 Ad Te la Historia del Hombre se invierte y se vuelve una Historia de linaje de Mujeres, de arcaicas abuelas, madres ¢ hijas. La genealogia que descubre es la de ser abusada. Al ser Ifigenia quien expone la secuen- cia “abuela-madre-hija” se sugiere que a ella también leesperaria lo mismo. Y, apenas visualizado ese pasado trigico, hay un salto inmediato al presente, y a la deci- sin: Ifigenia rehisa continuar “Ia culpa de Micenas”. Romper la secuencia, Lo mis original es la confluencia de tres eventos ‘en un mismo tiempo: la “defensa” de Ifigenia emerge Junto con su recuerdo, y le hace cobrar conciencia de que el papel femenino de Gea —lamento por los hijos— se repite en Clitemnestra y se repetiria en ella misma. El “juicio” es funcional a la “autoanagnérisis” de Ifigenia hacia las dos direcciones del tiempo, el pasado y el futuro. Un procedimiento formal, el situar el re~ cuerdo en otro contexto, se vuelve sustancial: al repe- tirlo Ifigenia cobra conciencia. El recuerdo, vuelto did logo, provoca conciencia. Es un procedimiento tera~ péutico, La Ifigenia de Reyes, ademas de crearse la li- bertad y, como nueva Prometeo “robarla” al dios, es el drama de la maternidad: muestra los dos extremos de ser victima: la madre a quien le matan a la hija, hija a quien le ordenan que genere para que sus hijos maten a su vez. A la madre, que pierde sus hijos por mano del Padre Patrdn al que Iuego asesina, trapone la hija que decide no ser victima ni viet Una estructura eficaz articula el poema: los juegos de repeticiones, desfasadas como para borrar identidades individuales y dnicas, ir circular, De hecho la obra esta tejida por vertiginosas simetrias, relevos y especularidades eruzadas, donde Jos personajes son sustituibles pero su funcién perma- nece:"* 4) Conel sacrificio de su hija, Agamendn repite el acto ancestral de Urano. En correspondencéa, Cliteminestra retoma el papel de Gea. La historia se repite. b) El mandato de Apolo de generar hijos para conti- nuar la venganza de Micenas es una variante del sacrificio que Agamendn impusiera a Ifigenia para guerrear contra Troya. Se descubre el mecanismo circular del sistema, iOSis nueva época 7 ¢) Ifigenia es el contrario femenino del Padre. Ella rehiisa generar hijos que maten en oposicién espe- cular a Agamenén que la sacrifica para hacer una guerra que matara. 4) En fin, hay un paralelo exterior al texto, que acaso sea su origen: Asi como la tradicién obliga a Ifigenia a vengar la muerte del padre, también obligaria a Reyes a vengar al padre asesinado. Ifigenia es un alter ego del autor en su rechazo de la venganza, Esta forma de correspondencias contrapuestas revelan la repeticién del esquema de muerte. Una secuencia lineal ~desde la Teogonia al Discurso de Clitemnestra ticién del crimen a través del tiempo, pretende ser un argumento para su infinita reproduccién en el futuro, pero obra el efecto contrario: ala mente no condicio- nada de Ifigenia (des-vinculada por el olvido) de re- pente le provoca la toma de conciencia. En un vuelco, la repetici6n que parecia destino se desactiva, 2.4. Rechazo de Ia maternidad “biolégica” im- puesta por el poder patriarcal. La Ifigenia de Euripides y la de Reyes Los temas de Gea, Clitemnestra Ifigenia, aunque viertan sobre otras cosas, giran siempre en tomo al ¢¢je de la maternidad, pero mientras las dos primeras se conforman, Ifigenia la cuestiona y subvierte el patrén. El niicleo dramatico gira ~ahora— alrededor de la calidad de la transmisién: Orestes trae el man- dato de Apolo de devolver a Ifigenia a Micenas im- ponerle la maternidad bioldgica para continuar la es- tirpe patriarcal con sus venganzas; mientras Ifigenia s6lo quiere donar vida en armonia con la naturaleza Mientras que la Ifigenia de Euripides negaba su propio valor en oblacién completa y borraba a la ‘mujer, reduciéndola a simple y pasivo “recipiente” del feto,”* y a la vez eludiendo la maternidad en aras de una excluyente paternidad; concepcién, tiene una voluntad propi “No quiero”. Euripides muestra el horror de sacrificar a una virgen para fines contrarios a la vida. El padre mani- fiesta su prevaricacién al manipular la boda, simbolo de unién, amor y generacién, para su contrario: dominio, Ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino guerra, muerte. Pero la violencia a lo femenino se encubria con lajustificacién de la “guerra necesaria”, motivo aman- sado por la deformacién a que nos ha sometido la cos- tumbre. Reyes nos sacude, va a la raiz de la sociedad patriarcal, estudia la Historia: “Hacia 1250 a.C. ladi- nnastia reinante en Micenas era un brote del monopolio del bronce, bronce cuyo principal destino seguia siendo la guerra. Los demas centros urbanos ~Tebas, Troya-, respondian al mismo modelo”.”* Asi, el sacrificio de Ifigenia se evidencia como tun engranaje mas en el negocio y deporte masculino de la guerra, Si profundizamos mas, como seguramente hizo Reyes~ encontramos un fundamento de paz, una diosa a la cual Ifigenia se puede enlazar en vez de Gea: “La diosa eretense del mar habia impuesto la pax cretensis a todos los territorios en su zona de influen- cia, y cuando cae Cnosos (hacia 1400 a. C.) se deli- nea la nueva ética de la edad de hierro, dominada por el arbitrio de! tirano conquistador, un Zeus mezquino que no admite limites a su divina voluntad. El sacri- ficio de Ifigenia, la feroz venganza de Odiseo sobre Palamedes (antigua sabiduria), constituyen una tipica saga barbarica.””” Resulta claro que Ifigenia per- tenece a este cepo arcaico, como la antigua sabidu- ria de Palamedes. Al hacer explotar la contradiccién del brutal mandato de Apolo de generar hijos para la violene Reyes devela que continuar la venganza de la familia 5 otra modalidad de la guerra. La Ifigenia de Euripides exige a Orestes que la Heve consigo. Es la mujer herida por el padre que ‘vuelve a la casa paterna, Su padre, su hermano, son st. horizonte. No imagina algo fuera de su circularidad de venganzas. Mientras el Yo “no quiero” de la Ifigenia de Reyes testimonia lo contrario: sabiduria, que le da valor, voluntad e imaginacién. Ella no necesita del her- mano para tomar su vida en sus manos: decide por si misma, no se deja engafar ni desviar por el mandato Patriarcal del dios, lo rechaza y ni vuelve a Micenas ni ‘Se casa: su juicio sobre la maternidad revela su auto- nomia, no depende del vardn, sea hombre o dios, sino de su vision césmica, es mujer libre. Reyes muestra una heroina presionada por todo un dios, pero capaz de elegir libremente. Es el arquetipo de Ia Artemisa arcaica, Es un logro formal lo apretado del nudo trigico: lcrimen esta ligado precisamente a la articulacion de {a vida: a su transmision. Asi Ifigenia, para salvar la estirpe de cometer nuevos crimenes, se asi misma la sucesién y agota la familia, A la venganza ella opone un fructifero no generar, Su acto, renun= cat, abre los ojos a todos: In cadena de crimenes no es un destino, se puede detener, esta vez el sacrificiode una virgen no oftece su vida, sino su maternidad. Es una paradoja: ella detiene la fertitidad humana para restablecer su vinculo con el orden natural. Asi Purifica su estirpe y se reconcilia con la vida, con la naturaleza y las leyes del cosmos. La esterilidad de Ifigenia es un contrapaso y un espejo simbélico de la esterilidad de la venganza, Alrechazar la maternidad bioldgica, Ifigenia ac~ cede a una mayor. Orestes expia su culpa individual de haber matado a su madre, pero no redime la maldi- cidn de la estirpe porque quiere continua la violencia, Dice Reyes: “A Ifigenia he querido confiar la reden- cidn de la raza, Es mds digna ella que aquel colérico armado de cuchillo, Ademas, me inclino a creer que lo femenino eterno ~molde de descendencias~ es mis apto para este milagro cosmogonico de las depura- ciones que no ef elemento maseulino.””* El acto de Ifigenia se amplia a ambitos cada vez mayores: su negarse a una maternidad condenada a la violencia es personal, pero al interrumpir una es- Lirpe real se vuelve acto politico, y al contravenir al mandato de los dioses y las estrellas, se vuelve acto mitico-religioso. Su argumento es el /lerosgamos En sus consecuencias ultimas, el juicio a Clitemnestra leva a Ifigenia a conocerse, y le causa dos cosas opuestas a 1a vez: teje con palabras ese mo- numento ala madre, y renuncia a su propia matemnidad; ‘con ese acto de liberacién pone fin a la venganza, da a luz a si misma y crea condiciones para la paz, He ahi tres grandes novedades de Reyes a) La gran conquista de la libertad sobre el destino, b) El que esa libertad la configure una mujer que ha sido, ademis, victima, c) Su configuracién no es para la muerte, sino para la vida, es para curar. “Bmiosis nueva época 7 123 124 Samiosi Ada MariaTe Ifigenia Cruel es fundamental en la reivindicacién de la mujer en América, de su autonomia fundada en la naturaleza y su rechazo a ser usada. El mismo aio 1923 aparece otra Higenia, de Teresa de Ia Parra, segiin Luisa Campuzano: “un texto precursor, la no- vela que segiin las estudiosas inaugura la escritura fe- menina y feminista del siglo xx en América Lati [..] Matrimonio y sacrificio, opciones totalmente vergentes en el hipotexto griego, en la novela resultan convergentes ¢ idénticas, lo que debié causar escan- dalo en su tiempo.” Es notable que también para Reyes matrimonio ‘equivalga a sacrificio. Su Ifigenia tiene el valor de re- chazarlo y se libera; la de Teresa de la Parra no tiene la fuerza y se encadena al hombre del que se queria liberar. Ambos subvierten el mito, y revelan en el ma- trimonio aspectos negativos para la mujer. 3. El lenguaje El ritmo de los dos didlogos cruciales entre Ifigenia y Orestes —donde é1 la fuerza al recuerdo y ella rememora el discurso de la madre, y aquel donde él le comunica el mandato de Apolo y ella responde con su concepcidn de la maternidad injertada en Ia armonia del cosmos~ alterna el lenguaje de ambos, sabiamente caracterizador y matizado. 3.1, El lenguaje de Orestes ‘Orestes concluye la Historia de la Estirpe con simbo- los de terror primigeni "marca las “K” para intimidar a Ifigenia y justificar su matticidio, ‘como antes absolviera a Agamendn: centre reldmpagas de erimen, bajo el furor de Apolo cémplice fronante célera del cielo el cazador cazé a la madre adiirera(: 113) En cambio, Ifigenia inicia un despacioso recordar “entre ‘tumultos de sombra” con un lenguaje lirico y fuerte de despertar al pavor del autoconocimiento. La lenta densi- dad de: ‘cehizosa conciencia que toma.a la mentira de los dias nueva época 7 ‘con una lumbre todavia de suefo, hhecha de luz funesta que transparenta el mundo. (113) ¢s el lenguaje de los videntes ciegos y las realidades invisibles. Orestes le contrapone un lenguaje de prepo- tencia, con imperativos y futuros ineluctables que nacen ya amarrados al pasado por la falta de libertad del que no logra olvidar. Esos futuros maniatados, de- terminados, prueban la circularidad aprisionadora de Ja venganza, donde el futuro no es un nuevo empezar, sino un dar vueltas a la noria; Teasiré del ombligo del recuerdo; te ataré al centro de que parte tu alma. ‘Apenas lego a ser tu prisionero, ‘cuando eres ya mi esclava. (:114) Y enuncia todo el repertorio de! dominio masculino, articulado en un “yo” y un “ti” que es s6lo objeto del sujeto dominante “yo”. Después de intentar con el miedo, él quiere marcar a Ifigenia bajo el dominio del Padre con voz y ritmo perentorios, profanando su funcidn de sacerdotisa de una diosa; él legitima y ‘magnifica su mensaje con la mayor autoridad, el dios, poniendo a Apolo sobre Artemisa, Por el selo que llewas en la frente, hnija de Agamemnén, ante los tauros ‘oye la orden que traigo de Apolo: me seguires hasta Micenas de oro y volverds a lacasera rucea Y cumplirds con dar los brotes nuevos 8 la familia en que naciste hembra, (: 123) Intenta devolverla al interior de Ia casa, ponerla en funcién del varén, degradandola de su posicién sacer- dotal y de su alto poder religioso. “Hembra” es semantizacién animal, no “mujer”, humana: al final la orden culmina en denigracién. Reitera, sin filtrar, la valoracién de Apolo: la mujer es mero recipiente donde el varén transmite su vida y recrea su poder para usarlo. En respuesta, Ifigenia le contrapone, vigorosa, la “critica,” en forma de cuestionamiento a la calidad de esa vida que ella repudia dar a la luz. Su concepto de la maternidad se amplia notablemente respecto al apolineo estrechamiento a casa y estirpe; para ella no es Ifigemia algo s6lo humano, el generar se fundamenta en el ar- quetipo y crea un sistema comunicante que permea la paturaleza y el cosmos, y para defenderlo “recobra su arrogancia perdida” (certera intuicién sobre el efecto de autodisminucién que provocara la prepotencia) ‘Su argumento en contra de la matemnidad violenta concuerda con la antigua creencia magica en que la unién sexual garantiza la fecundidad de la naturaleza, y que mas tarde se transpone én los mitos bajo forma de las bodas sagradas o hierosgamos. Ifigenia mues- tra que el mandato de Apolo quiebra esa_armonia nupcial de la naturaleza, de criterio dionisiaco, que ella pone como fundamento de su definicién y decisién. ‘Ademas reapropia a la mujer de su maternidad; el “re- ceptiiculo” se vuelve “yo”, sujeto: la palabra “mi” apa- rece siete veces en nueve versos: {Para que salgan maldiciones de m/techo resecando los campos de labranza, Yy ami paso la muerte se difunda, ‘mueran los toros y se esconda la luna? [Vienes] ,En busca mia, para que conciba ‘nuevos horrores mi carne enemiga? {Para que aborten las madres a mi paso, ¥ para que, al olor de fanieta de Téntalo Jos frutosy las aguas huyan de mi contagio? (: 123) Aquilo sagrado, mas que el dios, ¢s la vida, La actitud de Ifigenia hacia la procreacién es religiosa, en el sen- tido etimolégico de “religo”: une la creacién, El hierosgamos es un contrapaso a su situacién. Ifigenia hace que la naturaleza comparta su terror a la conta- minacién y le da dimensién universal. Ello la acomuna con el patrimonio arcaico de toda la humanidad, quince aijos antes, en “Las tres Electras” Reyes resaltaba: “Las fuerzas naturales complementan la tragedia hu- mana, sirviéndole de proyeccién magnifica. [..] Elcri- men de Edipo {...] emponzofia el aire.” Y escogia del Edipo una cita afin a lade su Ifigenia: “Mistianse los frutos de la tierra, aiin encerrados en sus capullos; perecen las manadas de bueyes, y los gér- menes concebidos por las mujeres mueren sin nacer.”” Si interpretamos la obra en su funcién mexicana, discernimos en el argumento de Ifigenia también la religiosidad de los mayas, para los cuales el conjunto de la naturaleza es sagrado. Segin Cardoza y Aragén 'a fuerza del maya le viene de que ve la “integracién ruel de Alfonso Reyes.e oderfemen Consubstancial de la vida toda, liga la vida abstracta con la concreta, y recrea la unidad césmica del ser humano.™! Recordemos que en el Popol Vuh los dioses han dado al hombre una visién: completa de la realidad, pero luego, temerosos, ellos mismos redu- Jeron esa amplitud, igenia aii tiene esa vision: fucron dotados de inteligencia; vieron yal punto se exten~ «id su vista, aleanzaron aver, aleanzaron a conocer tod 10 {que hay ene! mundo, Cuando miraban, a instante velan a swalrededory contemplaban en tomo aellos la veda del ciclo y la faz redonda de ta tierra. Pero lox dioses se sinter, amenazados: Por ventura se han de igualar ellos 8 n0s0= tvos, sus autores, ue podemos abarcar grandes distancias, que lo sabemos y vemos todo? Entonees el Coraain del Cielo tes eché un vaho sobre ls oos, ls cules se empa- fharon como cuando se sopla sobre Ia tuna de un espejo ‘Sus ojos se velaron y solo pudieron ver lo que estaba cerca, solo esto eraclro paracllos. Asi ue destruida susabiduria ¥ytodos los conocimientos de fos evatro hombres, origen y Principio de la raza. quiche) *? Orestes intenta reducir esa amplitud césmica de Ifigenia ‘alla “casera rueca”,al ambito de la imposicidn que leva acuflada. Sus términos muestran su prepotencia y dan el tamafio de la ruptura de Ifigenia: Fucraa seri que, complacienteesposa, te alimente en sv casa algin principe aqu ‘No se corta a sangre sin mandato divinof: 123) c “Fuerza seri” nos remite de inmediato a ta formula que absolviera al Padre: “Hija de Agamendn: fuerza es traerte engafiada”, “Te alimente” indica la depen- dencia a la que seria degradada Ia hoy sacerdoti ‘persona clegida, sino una funcién: principe transmisor, “No se corta la sangre” implica la obligacién a generar. Ifigenia, al contrario, se permite clegir, no pasivamente transmitir, sino crear vida buena. Ella rechaza ese “su” destino con tal fuerza que deshace su anhelada y recién descubierta biografia ~ con que Orestes quiere determinarla-, para salvar su identidad mas profunda. Lo dice con una metéfora po- derosa: Huyo, porque me siento ‘cogida por cien crimenes al suelo. Huyo de mi recuerdo y de mi historia, ‘como yegua que intenta salirse de su sombra. (: 116) “miosis nueva época 7 125 Ada Maria Te —_ Orestes reafirma su arrogancia, insiste, seguro de fijar el porvenir; la identidad familiar se vuelve una condena: el martilleo de sus futuros con funcion im- perativa quieren obligar a Ifigenia a continuarla, ur- diendo la red tragica en torno a el Me seguirds, y cetirds Ia vida aque las alias normas te condenan ‘Cualquier dolor pasado 5, 10s mismos dioses, duro espanto. {Quieres romper con la Necesidad, ‘vuelta contra el latido que Hlevas en el vientre? LY qué hards,insensata, para quebrar las slabas del nombre que padeces?(: 124) Ifigenia decide “cortar la sangre”, “romper la Ne- cesidad”, “quitar la fuerza al destino”, En este caso la “Necesidad” es la maternidad bioldgica, la mujer como mero instrumento de reproduccién fisica del varén, su estirpe y su poder. Ella hace que su “naturaleza"” de generar no sea “necesaria” si es que va a generar el mal, A esa fatalidad “bioldgica” ella antepone su principio ético y erige asi a a mujer en personaje no determinado por naturaleza o dioses, sino construc- tora ética de su propia libertad. Es acaso la primera heroina latinoamericana que problematiza la maternidad y la declara responsable. Las altas normas y la Necesidad son la fuerza imperiosa que obligara al Agamenén de Euripides, aun- que Clitemnestra y Aquiles le ofrecieran soluciones alternativas, Orestes asesina a su madre en obe- diencia aellas, como antes hiciera su padre, siguiendo la ley patriarcal, que sospechamos se autoerije en Ne- cesidad y Norma, apoyada en Apolo, quien lo conmi- nard al matricidio. Asi, e1 “destino” aqui aparece como una construccién de principios de guerra y su afin, la venganza. Y el lenguaje semantiza la ley como prevaricadora. La Electra de Séfocles se niega a generar porque vive para la venganza, e! motive de Ifigenia es el opuesto, impedir que: sigahirviendo en mis entratas la culpa de Micenas, y mi leche ctie dragones y amamante incestos; Ly}eoneiba ‘nuevos horrores mi carne enemiga.(:123) 126 SSmiosis nueva época 7 3.2. La vision y el lenguaje de Ifigenia Ifigenia defiende a Clitemnestra, no como uxoricida, sino como madre. Ve en ella algo diferente de lo que veel vardn y marca la diferencia. El vocabulario, severo hasta ahora, con ella se vuelve dulce, se humaniza: “Al fin es madre, Orestes; espera, en las edades de la hija, la fruta de nietos” (: 115). Antes el clima era hosti Ifigenia rechazaba a Orestes, él la forzaba con vio- lencia a recordar; ahora ella evoca una genealogia ca- riflosa: madre, hija, nietos. No es la secuencia maldita ‘que narrara Orestes, sino un mundo inocente, placente- 10, propicio a la vida: “el gusto de mi cuna”, “cosecha”, “caricia nueva’, “logro minucioso de la hija.” Al reafir- mar: “porque es mi madre, Orestes”, crea una vasta ‘union, y al castigo le antepone: “desear la vida compar- tida/-humano pan de donde todos coman-." (: 117) Mientras Orestes se deja determinar por la ven- ganza y el odio, Ifigenia insiste en los elementos de jouissance. Ella establece primero su espacio frente al dios Apolo, que aparece en su aspecto patriarcal mas rigido; y luego contra la violencia verbal de Orestes, crea una lengua mis dictil y flexible. E inaugura el poder de emplear criterios diferentes. Frente a los tonos oscuros de la necesidad aprisionadora de la venganza, cl lenguaje de Ifigenia muestra su piedad, nos despliega, la levedad del juego, presenta un Orestes anterior a la culpa, un “ti, tiemno nifio que s6lo rie y llora”, y una “yo” que prepara su boda; hasta los mismos guerreros aparecen en sus aspectos humanos: “jugaban con unas figurillas.” (: 118), El lenguaje de Ifigenia nos intro- duce al devenir, al proceso, al gozo del detenerse en las calidades, en los adjetivos; a los imperativos futu- ros de Orestes, muertos dentro, no germinadores, ella sustituye la atencién al presente, que dura en los gerundios dilatadores del tiempo fugaz; ella muestra la realidad, él imparte érdenes; en fin, ante el encono, el rencor y la venganza, ella ejerce la libertad del juego: ‘Saltamos como terneras sueltas en e! prado. Ignorando las rudezas dei campamento, Yo, corazén nupcial, festa hacia de todo. (: 119) Luego, a los abstractos argumentos de Orestes, Ifigenia ‘responde con una imagen de i, vivisima:“Huiné de mi propia como yegua acosada que salta de sti sombra.” (: 123). ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino... La repite tres veces en el poema y le imprime la fuerza de un crescendo. Esta vigorosa y original imagen de la mujer como yegua se enfrenta al codificado ca- ballomitico. La sombra la “sigue” constitutivamente, evoca ‘una red de significados de lo femenino noctumo, es su iden- tidad mas propia ¢ inseparable, y es también su de- terminacién “genética”; es lo que ella no es, pero la persigue, y certera, designa el lado oculto, semantiza la mancha de la estirpe. Su rechazo a la maternidad es un desgarrarse de si porque va contra su naturaleza. La sombra de la que quiere salirse es la maldicién de sus entrafias. La Ifigenia americana es la mujer que rompe con la sombra, se sale de la identidad de ta sangre y de la historica. Rompe la “necesidad” causal. En ese brioso salto de su sombra-identidad ella constituye su libertad y muestra !a magnitud de su esfuerzo y su victoria.” Sobre el fempo, su mirada se demora en lo que vve, es un tiempo interno en contraste con la rapidez fiirica del hermano, cuyo castigo es huir. En la Ifigenia de Euripides, Aquiles define la diferencia de género: el hombre es impaciente, mientras la mujer llora (por la ida a la guerra y la muerte de sus hombres). /figenia Cruel subvierte este esquema: istente martilleo de Orestes tiene un efecto monétono, mientras la rip decisién de Ifigenia es como una Ilamarada, Recorde- mos que lo tinico que no puede hacer el Fausto de Goethe es detenerse a gozar ¢! momento, dilatarlo, porque en ese instante Mefistofeles se Hevard su alma, Ifigenia, al contrario, se toma todo el tiempo ne- cesario para convertirse en ella misma, apropiarse de ‘su pasado, y percibir la realidad, y entonces, fulminea, decide su libertad, que es atin negativa: “No quiero”. En esta voluntad veo la influencia de Nietzsche. Ella abre una diferente percepcién del mundo, un espacio y un tiempo femeninos, donde la vida se recres Y con su decisién de no contaminar ni transmitir la maldicién, rompe el destino maléfico. Y esto de modo sencillo: ante la creciente prevaricacién Ifigenia no res- ponde con la sequedad silogistica de Orestes, no hace nada, ejerce sélo su voluntad y su respuesta tiene la fuerza de ser despojada: “No quie Y al final ha logrado tal vigor que puede confiarle al hermano su no rigidez, el sentimiento de humana duali- dad: su imaginacién ird con él, pero su cuerpo quedard firme en el deber. Le dice su realidad completa, imagi- nativa y afectiva, que incluye el amor por el hermano y su saber del vacio tltimo: “Si la imaginacién, hen- chida de fantasmas,/ no sabra ya volver del barco en gue ti partas/ Ia Jealtad del cuerpo me retendra plan- tada”. El cuerpo femenino, tradicional blanco de todas las acusaciones y pecados, es aqui lo que la mujer erige a instancia superior de deber y salvacién. El tema central de /figenia Crue? es Ia libertad humana, libertad configurada para el bien. Reyes confia su utopia y su proyecto politico, a una mujer, a quien se habia privado del mas minimo valor. Para él “el des- tino de América [consiste] en seguir amparando los intentos por el mejoramiento humano, y en seguir sit= viendo de teatro a las aventuras del bien.” Es lo que plasma en Mfigeria Cruel, La red de significados erosiona la venganza: ef corazén generoso es “base de templos y muralla de ciudades”; todo es un “deshacer eadenas”, un “des- atar” significante en varios niveles; desamarra los “te asiré, te ataré” de Orestes € indica su perdén, des- Vineula a Ifigenia del patronimico culpable, y disuelve los nudos del rencor y los enredos de la venganza, El Rey sella a conclusién ampliando el sentido de Ifigenia, ta “onda cordial” leva al “perdén”, Y Ia lucha genética de occidente entre bien y mal culmina en la superacién del rencor y en un encenderse de gozo." El coro presenta la nueva mujer en su autonomia y autorre- ferencialidad, y sus dos frutos: Mora por ti, estéril, ruborizate y dmate, fructifera, |...] escoge el nombre que te guste |. ya abriste pausa en los destnos, donde brinca a fuente de tu libertad. (:127) “Estéril” y “fructifera” no son enemigos, sino comple- ‘mentarios; estéril en su rechazo a la maternidad, y por ello fructifera: da nacimiento a sf y re-genera a la es- tirpe, La gran historia de Hfigenia contiene también una afirmacién politica y filos6fica sobre Nuestra Amé- rica y un eco cosmico de la libertad de las estrellas en el amplio mar. SSmiosis nueva ¢poca 7 127 Ada Maria Teja Afigenia es e| proyecto politico de Reyes. Una politica que une el aspecto masculino, la vida piblica, con el femenino, el ahondar en lo sagrado."* De hecho, al final de la Revolucion, México esta intentando evaluar los pedazos de su historia, de sanar su conflicto de estar constituido por un componente del violador antiguo de hace 500 afios, que continia una filosofia de la violencia, un patron de comporta- miento en toda América Latina. Su historia sangrienta semeja al ciclo de venganzas de Micenas, parece tener la fuerza de un destino ineluctable. La tragedia griega deja traslucir los mecanismos del pais y de América en su pugna interior de ser hijos de la Malinche y de Cortés. /figenia Cruel es la metafora que nos guia en la dolorosa biisqueda de ese pasado traumaticamente cancelado, que aflora con violencia en la Revolucién, y se propone construir un presente y un futuro que libere la estirpe. Ifigenia aprende a conocer su condicionamiento familiar oculto y muestra el proceso de curacién. Su hermano obedece ciegamente al mandato de los dio- ses patriarcales y mata a su madre. El, como “el Orestes de Séfocles, no vacila, es um instrumento divino, sin conciencia, sin complicacién interior. Es un justiciador cuya accién queda cubierta por una autoridad su- perior.”™ Sigue la dindmica ya establecida de la vio- lencia. Ifigenia si sufte un drama interior, sofa, sin mas asidero que su conciencia, pero con su poderosa raiz en la naturaleza, ella se rebela al monétono repetir y continuar muertes que un mandato dice ser nece- sarias. Lo original es su planteamiento: ella desenmas- cara y revela que la “necesidad” no es un destino, sino una imposicién. Y de un salto rompe el circulo y se libera a si misma de ese potente destino tras el pro- ceso doloroso de recordar y elaborar. Reyes confiere 4 una mujer el papel de afirmar el valor de la vida sobre la muerte, Ella es la voz que revela la verdad, ¢jerce la libertad y la curacién, Sugiero que Ufigenia Cruel representa el México sacudido por la violencia acumulada del pasado y que puede cambiar. La anagnérisis es la de todos nosotros, lectores con nuestro pasado, el peso de la Histor Ese proceso constituye la obra y es lo que Reyes propone también al lector, obrando la catarsis suya y del pais. 128 SSmiosis nueva época 7 El cambio se hace evidente precisamente en la refuncionalizacién del personaje de Ifigenia. Ya Euripides habia innovado el personaje, de victima pa- sivaa heroina que transforma la imposicién brutal en sacrificio voluntario, y Reyes sefiala que él la transfor- ma aiin: libera el personaje de su caracter oblativo y la convierte en una mujer que, sola, des-enmarafia su pa- sado, y, didfana, decide y realiza su libertad contra el binomio vengador Apolo-Orestes. Es la mujer que deja de ser victima, no permite que la sacrifiquen ni se sacrifica. Va del sacrificio asu- mido en Euripides a la conquista de su libertad. Inau- gurael proceso de dejar de ser victima. No como titana indémita, sino dentro del marco de sus posibilidades lige el destino menos cruel. Crea para si la funcién de iniciar la resistencia en pro de la paz y la vida. Reyes elige precisamente un personaje femenino, la“victima necesaria” de los griegos, de las religiones prehispdnicas y de tantas otras culturas del mundo para elaborar su toma de conciencia, su respuesta al asesi- nato del padre y construir su poder sobre una tradicion que ahoga el futuro. Pero Ifigenia noes un “yo" aislado, ella aglutina la fuerza de México contra un “destino histérico” negativo, la fuerza de la mujer de oponerse a la destruccién. "” Y propone a un México apenas salido de una guerra civil que interrumpa la venganza. En los aftos veinte, en México, un hombre tualiza el mito griego y crea algo extraordinario: una mujer no determinada por la “naturateza” a la mater- nidad impuesta simbélicamente, que afirma su criterio de respetar la armonia de la Naturaleza, que se plantea un problema ético y responde a él: una mujer libre. Para hacernos sentir cudn de entrafia es esa ven- ‘ganza, la vincula a la maternidad. Y para hacernos ver la magnitud det rechazo, su Ifigenia quiebra la estruc- tura misma de la tragedia. Es una afirmacién politica que desmiente fa inmutabilidad del destino para Amé- rica: la violencia no es necesaria, se puede superar. La determinacién historica esté vinculada a la idea de iden- tidad. 4. El concepto de identidad Tigenia Cruel tiene implicaciones filoséficas y sociales sobre la identidad. La idea de persona, de identidad ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino estructurada y fija, es el fundamento de la visién occi- dental de! mundo. En la tragedia griega, el destino del héroe esti ubicado en su persona. La Ifigenia de Reyes, al contrario, tiene una “persona” oscilante. Es victima designada, pero al iiltimo momento es sustituida. El olvido le crea un vacio en la continuidad biografica, le brecha en el apego a su “persona” y le per- sin resentimiento, origen de la venganza. (Aqui vemos un acercamiento a Nietzsche.) Asi, cuando Ifigenia conoce la historia de su estirpe y Ia suya, ese intervalo le abre un espacio de juicio critico y le ofrece las condiciones de posibilidad de rechazar ‘su identidad biogréfica y, caso inaudito, romper lane- cesidad del destino y del mandato del dios. Este con- cepto discontinuo de identidad se expresa también en el vocabulario: “saltar de la propia sombra”, “romper lanecesidad”, “pausa”, “brinca”, “salto de la libertad.” La Ifigenia sacerdotisa quiere conocer su identi- dad anterior, ello implica que tiene dos identidades: Ifigenia Il (sacerdotisa) busca a Ifigenia | (desconocida, olvidada); el recuerdo le descubre que esa Ifigenia | fue victima sacrificial y a la vez, que tiene que asumir tuna nueva identidad, Ifigenia II1, que vengue y conti nue la historia de violencia de su ella anterior (Ifigemic 1). El esquema maldito aparece claro a través de las generaciones. Es lo que Ifigenia Il tendria que volver a repetir a su vez, pero ella elige permanecer con la identidad con que empezé el poema. {Cuil es el objeto del drama si su situacién no cambia? Es importantisimo, el cambio es interior: su. toma de conciencia y el decidir su libertad. Asien vez de Ifigenia III surge una sacerdotisa consciente, libre, que sacraliza la tierra, Ifigenia lV. La obra tiene validez universal, atin hoy. La paz no curard el crimen hasta que no actien otras Ifigenias, ‘con un proceso interiorizado. Reyes, en su vida y su obra es uno de los maes- tros de paz en Latinoamérica. Hay que descontinuar, interrumpir, romper. Reyes narra el crimen familiar desde el amanecer de la Humanidad. Pero dramatiza cémo Ifigenia rompe el entramado de la venganza: cuando ante la conciencia se abre el vértigo del cri- ‘men, al cual la presiona todo un dios, a la mujer se le presentan dos horizontes complementarios: la “forma interior”, inscrita en sus pies, y la naturaleza, ampliada al cosmos. Asumird micro y macrocosmos como sus coordenadas, que van del enigma del yo inscrito en el pie para descubrir su camino, hasta el parentesco con el toro, las simientes, las aguas, y la vastedad de la luna. La catarsis de la obra consiste en que también nosotros lectores podemos liberamos de la circularidad de la venganza, iCémo sucede la liberacién? Desatando los vinculos que la amarran a su persona y su genealogia, que se le quieren adherir como una sombra, En la pureza de los elementos, “Tarde. Costa de Thuride. Cielo, Mar, Playa. Bosque. Templo”, paisaje de “pura musicalidad del ser”, "ella busca su origen, Orestes le presentari las mascaras sociales de su es- tirpe para convertirlas en la piel de su rostro y hacer- las su destino, pero ella con fuerza se las arranc: yegua que salta de su sombra."” Se despoja de su per~ ‘sona, en el sentido etimoldgico de mascara que pes ‘como identidad. Re-conocida su historia personal la rechaza. El proceso de recuerdo es daloroso, pero su liberacién es fulminante: “No quiero”. La liberacién de Ifigenia consiste en romper ta identificacién con su biografia, El mandato de Orestes, al contrario, la ataba a 1a historia de la familia y conti- rnuaba la tragedia. Segiin Elémire Zolla uno se des-encadena cuando “la novela de nuestra vida cesa de someter, de intere- sar o valorar, y se comprende que es una secuencia de arbitrios, de traspuestos juegos mitoldgicos."® Al final, Ifigenia descubre las tramas de la Teogonia en sus especularidades desplazadas, y se acerca a ta expe riencia metafisica, que Zolla describe asi: “conecta, explica, consuma y disuelve las experiencias contin- gentes. Es por ello llamada muerte y renacer. Libera de las figuras maternas, paternas o fraternas, [...] des- pide la locura que secuestra en la individualidad como el engaiio de una realidad social.” Ifigenia ha visto lo peor, y, agotado el terror, la angustia se disuelve. Siente piedad por Agamenén, por Clitemnestra y por Orestes, y disuelve vinculos: EI fin interior de la tragedin deberia ser Ia liberact propio yo, que la vitima sagrada simboliza. pprende el cuerpo material y los condicionamientos que rea, y tambien cl cuerpo sutil, ¢! conjunto de recuerdos, de fantasias y emociones a los que se esth encadenado, ‘SSmiosis nueva época 7 129 Ada Maria Teja Mis allé de ellos queda el espiritu puro, la capacidad de observaci6n testimonial limpida y firme.’ Para hablar al México de 1923, Reyes realiza una ope- racién intercultural, va a la raiz.de dos culturas, hasta encontrar el substrato comin a lo griego y lo maya, donde Ia naturaleza es el origen y el horizonte del hombre, y lo hace pemo de la accidn dramatica: Ifigenia rechaza generar para la violencia en virtud de su unién con la naturaleza y del no querer profanarla. El hierosgamos griego se acomuna con el proceso de re- generacién maya que une mujer-tierra-luna. La figenia griega, al alimentarse también del proceso indigena de regeneracién se vuelve Ifigenia de América. La unidn con los otros y con su “otra yo” no ocurre a través de su humanizacién, como ella desea ba, sino a través del hierosgamos, de una unién con la naturaleza que no disuelve su “yo” en la se- rie familiar, sino sostiene su decisién acompafian- dola. Decisién solitaria pero no solipsista, porque es solidat El encanto de /figenia Cruel consiste en que enraiza la generacién de si y la propia libertad de! des- tino en lo mas profundo de la religiosidad humana, Es un acto de liberacién, pero a través de un sacrificio. Une la moderna fundacién de si con lo arcaico. La biisqueda de fundamentarse a si mismo, la libertad, es algo modemo. Los griegos no eran libres de los dioses, lo demuestra la tragedia, Asi Reyes une algo moderno: Ja conquista de la propia libertad det destino (de origen cristiano: el libero arbitrio) con fo mas arcaico, el sa- ctificio. De hecho Ifigenia activa tres substratos de sa- crificio; el ser sustituida por una cierva en la tradicién griega de Artemisa se equivale en la tradicién maya con el venado, simbolo del sacrificio desde La leyenda de los soles; \a Mfigenia de Euripides se sacrifica por las mujeres de Ia costa, mientras la de Reyes se sa- crifica por su propia libertad y para interrumpir la violencia de su estirpe. Asi renueva la humanidad. El sacrificio que Ifigenia hace de su maternidad con el objetivo de regenerar es un contrapaso paradgjico el fruto es la libertad de no ser determinada y la rup- tura de la cadena perversa para su estirpe. La liberacién de la sacerdotisa Ifigenia es un acto religioso, su rehusar una maternidad vengadora hace 130 SSmiosis nueva época 7 que Artemisa se revele en una naturaleza que rechaza Ja venganza so pena de un castigo apocaliptico: Para que siga hirviendo en mis entrafas laculpa de Micenas y mi leche rie dragones y amamante incestos; [..] resecando campos de labranza,[..] mueran los toras y se esconds la luna? {1 los frutos y las aguas huyan de mi contagio? (: 123) Los “toros” aluden a la iconografia de Artemisa, cuyos “pechos” en realidad son testiculos de toro, uniendo asi el principio femenino y masculino. La “luna”, sim- bolo de la renovacién, del transformar y del crecer, rige todos los planos césmicos de la ley del devenir ciclico y de la fertilidad. Ambas alusiones revelan que la matemidad vengadora atentarfa contra la fertilidad de la naturaleza, La luna es signo de Artemi: antes de la Grande Madre y de Isis, que ha dominado el desti Asi Ifigenia realiza atributos de Artemisa: res- tituye el poder a la fecundidad sagrada de la natu- raleza. Ifigenia busca su origen, perdido, para establecer la continuidad de su ser. En un mismo momento des- cubre quién es su madre y el mandato de procrear. Ella asume su ascendencia pero no la continia. A la inicial pérdida simbélica del eje sucede una voluntaria ruptura del eje. Noes una tragedia, sino un poema donde brota la libertad. En ese sentido es un drama “calderoniano”, “cristiano”: si Clitemnestra es una reescritura de Eva y si el “pecado original” de la estirpe de Urano es he- reditario segin narra Orestes y como reza en latin: peccatorium hereditarium, Ifigenia, heredera de la culpa, se niega a trasmitir esa herencia, y de victima sacrifical del padre asciende heroina que impone al dios Apolo el sacrificio de su maternidad; ella crea un hiato en la continuidad y produce o canaliza la energia para romper el circulo hereditario de la violencia. 4.1 Alfonso Reyes y Juan Rulfo La alternativa ala propuesta de Reyes la escribe Juan Rulfo veintisiete aftos después. Pedro Pdramo es su metéfora de cuil es la real consecuencia de la ven- figenia Cruel de Alfonso Reves, el poder femenino en México: cuando ese “rencor vivo” se venga todo el pueblo muere. En ese sentido Pedro Péramo ‘se puede leer como el reverso de /figenia Cruel. Rulfo recrea un Paraiso, pero a diferencia del biblico, su pecado original no es contra Dios, sino contra los hombres, y consiste en la violencia, También aqui la primera consecuencia de ella es sobre la naturaleza: la esterilidad de la tierra y de las personas. Antes de la venganza el dios Tliloc, el Dios dela Lluvia, bendice y fertiliza; asi, la tierra de Comala es un jardin que nutre al pueblo y la vida de dos mujeres: Doloritas, figura de la madre, y Susana San Juan, el amor imposible de Pedro Piramo, los iinicos respiros liricos en el infierno. Luego, sin que nosotros Jo sepamos hasta la mitad de la novela, todos los per- sonajes estén muertos, giran en el vacio. El paraiso se vuelve un paramo no por el incesto de la pareja primigenia, sino por la venganza de Pedro Piramo. Ese es el pecado original. Pero hay otros parentescos entre ambas obras: la figura del padre asesinado es el eje de la escritura en lo personal. La consecuencia y la actitud ante esa muerte en Reyes ya la vimos, en Rulfo contribuye a configurar el personaje -al cual también le han asesi- nado el padre~: “Pedro Paramo causé tal mortandad después que le mataron a su padre, que se dice casi acabé con los asistentes a la boda en la cual don Lucas Paramo iba a fungir de padrino.” También en el ‘cuento “Diles que no me maten” el hijo del asesinado le explica al asesino por qué, después de treinta y cinco affos lo va a matar él a su vez: “Es algo dificil Crecer sabiendo que la cosa de donde podemos aga- ramos para enraizar est muerta.”” Ambos autores enfrentan el asesinato del padre de modo distinto —a través de Ifigenia~: Reyes propone la no venganza, mientras Rulfo ofrece la alternativa, la perpetuacién dela violencia y la esterilidad. El personaje Pedro Péramo al obrar por rencor queda determinado, fijo; y ademas, su generacién es “maldita”: de sus tres hijos conocidos, uno, Juan Pre~ ciado, muere buscando al padre mientras nos narra €sa bisqueda entre los murmullos de Comala y asi esctibe Pedro Pdéramo; a Miguel lo mata su propio caballo, simbolo de vida, por sus excesos—violacién y asesinato-. ¥ en fin, el hijo arriero, borracho, sin saber bien por qué, como una costumbre interiorizada, ya convertida en destino, lo mata. Reyes se distancia de la tradicional figura del eacique y crea un ritmo opuesto: no se refleja en un varén prepotente, sino en una doncella que hace valer, el argumento no slo femenino sino humano de la generacién. Con Pedro Péramo y “Diles que no me maten” Rulfo demuestra que la venganza lleva a la esterilidad, al miedo, a la muerte en vida. Reyes y Rulto dan al mundo el mismo mensaje con obras opuestas, ¥ al fin los pasos de Ifigenia enseftan el camino. 5. El problema de la catarsis El destino enfrenta a Ifigenia a un mandato, pero ella en vez de obedecer, como en Euripides, lo transforma en problema, en eleccién para crecer, Al elevarse a ese desafio puede desenmarafiar el misterio de su propd- sito y vivirlo, Es ¢l conocimiento de si, es la libertad de no hacer el mal, sencillamente ta libertad de ser. Reyes aclara: “Cuando Ifigenia opta por su libertad, ¥, digimoslo asi, se resuelve a rehacer su vida humil- demente, oponiendo un “hasta aqui” a las persecu- ciones y rencores politicos de su tierra, opera en cierto modo la redencidn de la raza."™ Aqui se trans- parentan México y el asesinato de su padre, Ifigenia se sale de su identidad maligna y se libera de generar la genealogia del mal. Pero al final Ifigenia se refugia en el templo y ello implica que seguir matando, aunque ya no por venganza sino por sacrificio. Pero, zcbmo conciliar esta redencidn con el estar limitada a seguir sacrificando? Con este aspecto inquietante con- cluye la obra, como sefiala también Cintio Vitier, en su lectura que “rompe la futalidad del casualismo”: £{Cmo imaginar a figenia simplemente refugiada en eltem- plo, devuelts para siempre, y ahora por propia decision, ‘15u crudelisimo oficio? Si fue eapaz de redimir a su raza {ebmo no va a serlo de redimirsea sl misma? como conci- liar ese regreso voluntario al servicio de ta diosa implaca be, con la clarividentes palabras, oreadas por una dulzu- rade pregusto cristiano, que le dirige Toas? La hazana de ‘sta Ifigenia americana ha sido aduefarge de su destino,” A mi parecer, la clave del sentido de este sacrificar radica en la diferencia entre signo y simbolo:Ifigenia SS8miosis nueva época 7 131 Ada Maria Teja articula una parte real y una simbélica; ella ¢s algo real en la mitologia griega, pero al hablarle a México, Reyes usa el mito como simbolo. El autor descom- pone a Ifigenia: en la parte real deja la historia de México, mientras lo real simbélico locierraen el templo. Por una parte, el seguir sacrificando néufragos a Artemisa repite “neurdticamente” la escena no con- sumada de su propia inmolacién. Por otra, Ifigenia es 1 simbolo del no a la violencia, ella cierra este destino ocultindose dulcemente en el ocaso, guardando el mis- terio, como en Aulis, en una dimensién religiosa, el mito: “Refligiase en el templo, desapareciendo de la escena. Su estirpe se agota en ella, hab de encontrar vida pura en sus nuevos brotes. El templo representa la tota- lidad de! ser humano, Hfigenia sale de la dimensién de la historia real, y se ampara en una dimension extranatural; la coaccién a seguir sacrificando sucede en un nivel mitico, no real. Lo simbélico se vuelve a la perspec- tiva del mito mientras Reyes deja en blanco la dimen- sién real, para que México la escriba. /figenia no es un signo, es un simbolo que permite abrir un destino. Después de ella la historia no es una coaccidn a repe= tir la violencia ancestral, sino ella abre el camino a otras posibilidades, dejando la parte real a la histo- ria, a México y a América, que podrin construir el nuevo dia sin violencia. La obra elabora la superacin del drama de Reyes ¢ invita a México a hacer lo mis- ‘mo. Pero Ino describe su historia personal, sino lade Ifigenia. E1 “no continuar la violencia’ lo tiene que es- etibir México, ya no Ifigenia. {Cuil es ia catarsis de Ifigenia? Ella logra salir del ciclo del dominio de Urano-Apolo, pero no puede hacerse un destino suyo. El futuro que ella se abriera respecto al ciclo infanticida de su estirpe, al encerrarse cn el templo provoca una regresin a una diosa mas arcaica que el Apolo guerrero, que exige el sacrificio de néufragos, una sangre que no se transforma, de la que no nace nada. Ifigenia no tiene salida, decide volver, hacer lo mismo de lo que queria liberarse al principio de la obra, ser sacerdotisa de Artemisa y sacrificar victimas. Queda dentro del marco sagrado, puede es- ‘coger sélo entre Apolo y Artemisa, no hay espacio para leer lo real, lo no sagrado, lo subjetivo, crearse un des- tino positivo. Deseariamos concordar con Cintio Vitier, que la que ha liberado a su estirpe se liberard a si misma, 132°Sgratosis meva Gpoca 7 pero ¢l texto s6lo nos dice que ella ahora conoce su ssado y que tiene conciencia. Se ha oreado en el hieros gamos, pero no desemboca en una afirmacion, su Gltima palabra es “no quiero”. Su espectro se juega entre “no quiero” y “refiigiase en el templo, desapare- ciendo”: valiente, ella abre el espacio de su libertad de rechazar la determinacién maligna. El refugiarse en el templo muestra su toma de conciencia y su adhesién a un destino religioso, aunque cruel. Toas concluye la obra con el perdén y concilia los énimos, pero Ifigen queda atada a la condena que al principio queria tar, desatando ndufragos: “a los pies de Artemisa, don- de renazco esclava.” Sale del imperio de! dios mascu- lino para volver a caer en el de las diosas madres. Y aunque: “La tragedia es la reconciliacién, la alianza admirable y precaria dominada por Dionisio, dios su- friente y glorificado” ,* aqui quedamos dentro del marco de los arquetipos religiosos griegos del circulo. 5.1. La libertad La obra indaga en la estructura de la vida humana entre determinacién y libertad: Ifigenia ignora sus condicionamientos ancestrales, karmicos. Ellos afloran nel recuerdo, la heroina toma conciencia y se distancia de ellos, Esta estructura se acerca al método analitico freudiano, con el aliento de la sabiduria griega. Ifigenia excava el espacio de su libertad, como dice el coro: “abriste pausa en los destinos, donde brinca la fuente de tu libertad”. El poema es e! largo camino, inscrito een sus pies, hacia la libertad. Mas que un drama de situacién tragica es un drama de la conciencia y de crecimiento espiritual. ‘Trata sobre la posi \d de la libertad, también en su repercusién politica. El destino se viste de su ropaje mis intenso: la tragedia con su cadena mas fuerte, la venganza. El personaje escogido para afrontarlo es el mas vulnerable, una victima, una mujer. El resorte con que quieren “reclutarla” para continuar la venganza enraiza en su naturaleza: la maternidad. La labor de Ifigenia sera recordar, hacer aflorar a la conciencia todo el con- flicto de la raza inscrito en ella. Ante esta genealogia ella se arranca a si misma esa identidad “necesaria” y su vehiculo transmisor, la matemidad, Paraddjicamen- ifigenia Cruel de Alfonso Reyes, el poder femenino.. te, es la Historia (la Teogonia), la tradicional creadora de identidades, quien la hace desvincularse de la es- tirpe. Reyes estudia a Electra atada por la venganza, pero en su obra de creacién elige a Ifigenia, que sabe huir de su sombra, desatarse: conquistar el ser libre. Al zafarse de esa identidad como de una mas- cara que se quiere convertir en la piel de su rostro y decir “no quiero” declara su libertad. _Cémo se libera Ifigenia? Después del dolor de co- nocer, ella rechaza con la fuerza de la voluntad. Su “no quiero" esti emparentado con Nietzsche: “Mi voluntad llega siempre como liberadora y mensajera de goz0. (Quererlibera: tal es la verdadera doctrina de la voluntad ye la libertad, es0 0s ensefia Zaratustra.”“Voluntad, asi se llaman el liberador y el mensajero del gozo.”” Al final Toas desmonta lo implacable y termina con la clemencia, virtud de Reyes: Qué vanas apariencias nos gobieman! “Ia onda cordial desata, ‘Voluntad que anulaste la porfia/del bien y det mal, Mano de hacer y deshacer cadenas, Cotmate de perdén “Mata el rencor e incéndiate de gozo. (:125) Su sabiduria remite a los clasicos budistas: desdibujar identidades fijas en vez de aferrarse a “apariencias”, ala “porfia de bien y mal”, y a “cadenas”; “des-ata” el corazén implica que su estado original es de paz y libertad. Y tras el velo de maya hindi que Calderon tan bien hiciera ver al mundo hispanico, aparece la tradici6n cristiana, perdén y gozo. Es el mensaje del Reyes liberado y liberador. Su Ifigenia ha visto la unién del Todo en la fecundidad de la naturaleza. Asi logra desvincularse del inicial; “Ya esté mezclado el crimen en la masa del mundo” y purifica ese mundo. Sobre el fundamento griego y el oriental, Reyes pone el gran drama cristiano de la libertad, creando tuna suma de todas las tradiciones. Su estrofa final es de tono calderoniano. Las estrellas indican su pasado y su destino. En lo esencial, el tema de Reyes es comin al de Calderdn: c6mo un hijo/a logra liberarse del sino que le condena a ejercer violencia. Recor- demos que Reyes estudiara La vida es suefio en dos articulos de 1917." Al principio, la naturaleza estaba separada por Puntos, “Tarde. Costa de Téuride. Cielo. Mar. Playa. I final, se une en paisaje fluyente y el drama humano de la libertad se reflejaen el costios, que lo significa: ih marque bebiste la tarde ‘hasta descubrir sus estrellas» ro lo sabias, y ya sabes ‘que los hombres se libran de-ellas! Notas * Compirese con fos positivist argentinos de esa ¢paca, como Florentino Ameghino y José Ingenieros. 2 Sobre la tragedia,v.U. von Willamowitz-MocllendortEinleiung {indie griechische Tragodi, Hildesheim, 1988. > Alfonso Reyes, “Comentario aIfigenia Crue!” en Antotogia, FCE, México, 1982: 81 “*V. Robert Graves, / mitigreci, Longanesi, Milan, 1983, “El pro ‘Ges0 de Orestes”, 113.1 Alfonso Reyes, “Iigenia Cruel” en Antologia, FCE, México 1982: 81. ¥ “Las tres Electras del se” Obra Com- pleta, FCE, México 1955, 1.1, p. 48, respectivamente “Elina Miranda, “P.H.Urefa y el mundo griego: El nacimiento de Dionisos’ La Habana, H. Urea y conversaciones iluminadoras en ta Universidad de La Habana. 7P.1.Urena, "La moda riega” y"La cultura de las humanidades” ‘en Obra critica, p. 159 y $98, " Elina Miranda, “P. H.Urefia y el mundo griego”, cit. p, 7. * Ya en "Las tres Electras” usa sus eategor rupo de ta Preparatoria lo comenta, su amigo Alfonso Caso “ha estudia- do robustamente a Nietzsche’, dice F. Garcia Calderén en 1911, recogido en O.C 1, p.12. Ademds, Reyes trabaja dicz anos en Madrid con Ortega y Gasset, que estudio en Alemania. Nietzsche en América inspira dos obras, Ifigenia y EI nact- imiento de Dionisios, © Gilles Deleuze Nietzsche et la philosophie, Quadrigue, PUP, Paris, 1999, p. 48 "'G Deleuze Nietesche et la philosophie, Quadrigue, PUP, Paris, 1999, p. 48. "A Reyes“Oracién,en el asesingo dg su padre” (1930). En Obras completas, México, FCE, 1955, yi 5-48, fc ( ‘SEmiosis nueva época 7 133 Ada Maria Teja ” Cintio Vitier, “Hfigenia, Reyes, Mart!" en Critica cubana, La Habana, 1988, ofrece una bellisima interpretacion americana. Antologia de Alfonso Reyes, recop. R. Fernéndez Retamar, La Habana, ‘En Argentina, Sarmiento, uno de sus mejores presidentes, en la “guerra del desierto”, 1870, erradicd a todos los indios de la pampa, {que se oponian al latifundio y a Ia inmigracién que la ~“burguesta iluminada” consideraba Ia llave de la modernizacién. Para no hhablar de 1os caudillos sin escripulos, los gobemantes corruptos « incapaces, y los dictadores. José Marti, “Pollice verso", Memoria de presidio (Versos ibres), en Poesia completa, ed, Critica, La Habana, ed. Letras ‘ubanas, 1985. Lo he rabajado en Ada Teja, La poesia de. Marti entre Naturaleza e Historia, Marra ed., Cosenza, Italia, 1990. "” Cimio Vitier “Ifigenia, Reyes, Marti” en Critica cubana, La Habana, 1988, p. $30. y “La iupcién americana en Ia obra de Marti” cn En torn at. M., Bordeaux, Ed. Bidre, 1974, p. 43-70. Su planteo coincide con los de Nietzsche, "Christa Wolf, Kassandra, dtv, Manchen, 1997. (Las trax duceiones de todas tas lenguas son mias) 2» Eric Neumann, La grande madre, Astrolabio, Roma, 1981, p. 72. © Maria Zambrano, £! hombre y lo divino, Siruela, Madrid. 2 Tambien “Euripides olvida ls diosesy e cite ala sociedad de los hombres". R. Action, Euripide héritierd'Esctle, ed. Les belles lettres, Paris, 1983, p. 154 ® Maria Zambrano, La confesidn: géneroliterario, Sirvela, Madrid, 2% Gilles Deleuze Nietzsche et la philosophic, Quadrigue, PUF, Paris, 1999, p. 133, 2» Reyes sefala Ia diferencia: “En las versiones de ta tragedia ateniense, Orestes ¢ Ifigenia saben bien quignes son, y simple ‘mente se reconocen el uno al otro, En mi interpretacin iigenia ignora, y s6lo se identifica a si misma al tiempo de reconocer a Orestes", Obra podtica de a Reyes, p. 262, £1 comprende que to femenino y lo masculino s6lo se autoconocen cada uno a través del otro, % Nocidn derrdiana: e origen se encuentra borrado, tachado, ha dlesaparecido como materalidad, y sin embargo se manifesta ta basqueda, ausencia de fundacién 2 Jean Pierre Vermant, en Dans leit du miroir, aclara que es ta {dentidad para un griego: "Perder a propia identidad, no ser nadie, «quiere decir, para un griego dela edad arcaca, que se han cancelado las coordenadas que confieren a un individuo el estatuto de ser hhumano: su nombre, su patria, sus padres, su descendencia, su pasado, su gloria eventual, Cuando esta sefias se borran, cualquier ‘mortal cesa de ser mismo, Sin un lugar fijo donde enraizarse en ka 134 S8miosis nueva época 7 ‘vida presente, sin una tradici6n alla cual referirse, no tiene lugar en el mundo de “los que comen pan’. Su figura, su nombre, su ‘memoria desaparecen engullidos por la Noche”. Traduzro la ed italiana: Ulisse elo specchio, Donzelli ed., Roma, 1998, p. 23, » E. Stein, La donna, Citta nuova, Roma, 1999, p. 108. Stein es contempordinea de Reyes. ® EL juicio auna Clitemnestra que se presenta sélo como uxoricida, sin contemplar circunstancias atenuantes, puede ser paralclo a una Malinche que traiciona a su pueblo, Julieta Campos en El miedo de perder a Euridice realiza una “Contralectura irdnica del mito lisico que coloca en el inicio de Ios inicios, en la toma de Tenochtitlin, al legitimar ta actuaciGn de ta Malinche, arquetipo mexicano de latraicién construido por el discurso patriarcal, que la ‘aalpa de toda la desgracia nacional”: Luisa Campuzano"Tradicién clitsica en La literatura latinoamericana contemporénea de autoria femenina: meditaciGn en el umbral” Inédito en 2000. > La pérdida de identidad es una constante, una berida abierta desde el trauma de la Conquista, y se amplia a Ja raza: v. Rosario Castellanos, Oficio de Tindeblas, 1962: “Alguno saca de sus ropas tuna flauta de cafa labrada torpemente. Mésica de pastor que en tretiene sus soledades, balbuceo de una raza que ha perdido Ia ‘memoria. Lejos, la mujer que mucle el maiz suspende su tarea, absortaen el ensuetio que la ibera un instante del cansancio y dela rutina embrutecedora”, p. 143 p. 88 y 89. Alude a los maltiples senos de la rigida estatua de Efeso, que engloba a las anteriores y numerosas diosas madres de ‘Anatolia (Catal Huyue) det 6500 aC. “The Greek surname of ‘Artemis was ‘The harsh and stony one™, M. Gimbutas, The language of the Goddess, HarperCollins, N.Y,, 1998, p. 10. » R Action, Euripide héritier d’Eschyle, Les belles lettres, Paris, 1983, p. 95, » El rey ha cazado una cietva, animal reservado a Artemisa, diosa de la generacién, y ha atentado contra una mujer, Clitemnestra, matindole marido ¢ hijo y obtigdndota a casarse con él % Jefe (s. XI. C.), un padre guerrero, sin que Dios se lo pida, oftece, a cambio de la victoria sarificar ala primera persona que vyeaen su casa al regresar dela batalla. Es una desmesura, porque e! Dios de Israel prohibe fos sacrificios humanos, y para hacérselo ‘notar, la primera persona que le viene al encuentro es su nica hija. Eto exhorta a cumpli a promesa: no se puede falta la palabra dada a Dios. (Aunque haya sido un acto irreflexivo © se haya Prometido algo que no mande Dios )1Lo nico que ella pide es ir ‘con sus amigas alas montafias a llorar por mori virgen, porque sin Ja maternidad la vida de una mujer hebrea queda incompleta: noha ‘cumplido el desigio de Dios. ¥ la culpa recae sobre el que la oblig6 ‘actuar asi, es decir, sobre el padre. (Jueces 11, 30-40) » Paulys-Wissowa Realencyclopadie, cit. M. Gimbutas estudia representaciones de Artemisa.en Catal Huyuk, Anatolia, centro de Ifigenia Cruelde Alfonso Reyes, el poder femenino. Ldeidades matriarcales del 6500 a.C. The language ofthe Goddess, ‘HarperCollins, N.Y, 1998. -paulys-Wissowa Realencylopadie der classischen Altertumswissenschaft. 1895, revisado es ain el texto clisico, ‘Reyes lo pudo consultar. Segin él, Artemisaes una diosa anatolica, ‘artamis significa carnicera. El que Ifigenia excave en esta cti- ‘mologia entre otras posibles y ms recientes y se llame asi misma ‘su‘carnicera’ corrobora que Ifigenia es una hipéstasis de Iadiosay ‘apoya nuestra tesis que el texto refiere al periado arcaico, anterior alhelénico. ‘Como todo lo vivo sedivide en femenino y masculino, la diosa estt unida a un correspondiente masculino en los cultos arcaicos. Su iconografia primigenia ¢s una columna sin piemas ni brazos de ‘donde colgaban testiculos de toro sacrificales como ritual de fecun- dided. Mas tarde asume forma humana femenina en la conocida ‘statu rigida ~ain casi columna- con muchos senos, coronada, y conatributos animales en la falda. Es la Gran Madre asiética de os dioses, Pero segin fuentes antiguas lo que parecen senos son ain testculos de toro, y unen el principio de fertilidad femenino y smasculino, Era una diosa total, una rena de os dioses. >" Esta coexistencia de contrarios testimonia su antighedad, pruca ‘con vasos del nealitco, “She must have survived the proces of Indo-Europeanization [towards the male] Gods, she is the incamation of the fertility of Nature; the life and birthgiving aspect ‘of the Goddess is one of the oldest that can be detected and also ‘one of the best preserved to this day in the European subculture”. Gimbutas The language, cit. p. 87, 109 y 208. ™ Lo que atafe a Artemisa es un extracto de Paulys-Wissowa, las aplicaciones a igenia son interpretaciones mias, Rasgos de Artemisa son visibles en Ifigenia: A. no es validada ‘por un hombre, no se ha sometido al dominio de ningin vardn, ni dios ni mortal, asi su sacerdotisa es independiente de Orestes, y respecto al mandato de Apolo; A. ayuda a la madre en el diffeil parto de su gemelo Apolo, asi I. daa luz a si; A. no quiere podet © amor, sino sigue sus valores interiores, que se basan en ‘Quien ellaesy en lo que hace, mis que encasarse asi. escucha sus ies. "Lacuna del culto a A.en Grecia estaba en Brauron, ciudad del ‘Atica, segunda solo a Atenas en 430 a.C. El culto estaba dedicado ‘ladiosa del parto y dela mujer ‘ArtemisaIfigencia’, Io prucba el hhecho que ahi est la tumba de Ifigenia y sobre todo el uso cultual de offecerte los vestidos de las parturientas”. Paulys-Wissowa Realencyclopadie der classischen Aitertumswissenshaft Por otra Parte, en Téuris [hoy Crimea], yen Aigeira se veneraba una diosa virgen con sacrificios humanos, que los griegos idemtificaron con Higenia “ Lacristiana Maria Virgen-Madre de Dios es una sintesis magnifica ‘dela antigua Diosa Madre mediterinea hecha mujer y madre de un Dios, varéa. Unc lo humano y lo divino, lo femenino y lo masculino. |Laiconografia cristiana abunda en Maria, virgen del part. M. Zambrano, Ei hombre y lo divino, ct. © Es uncaminoparalelo al de Edipo ey, ademis ambos arastran tuna culpa ajena por herencia, pero mientras Edipo, pese a los intentos de todos de evitarte el destino, mientras mas huye mds se éempantana en él hasta sucumbir la Jigenia de Reyes através de su ‘compasiéa con lanaturaleza, logra a libertad. “Cf. George Steiner, Antigones, Garzanti, Milano, 1995, p. 22 * A. Pippin Bumet Catastrophe Survived, chap. 3, Iphigenia amongst the Taurians’, Clarendon, Oxford, 1971, p, 64, * A. Reyes, “El horizonte..", en Paginas escogidas por R. Repilado [Casa de las Américas, La Habana, 1978) 328 “El euto solar conduce hacia la desacraizacion ye racionalism. ‘Apolo aqui representa la lbgicaracional de Ia guerra con sus leyes ferreas de destruccin “A Pippin Bumet, Catastrophe, cit, p. 64 * Gilles Deleuze Nietzche et fa philosophic, Quadrigue, PUF, Paris, 1999, p. 48 y F. Nietzsche, Volwniad de poder, Ill, 458, respectivamente % Elaboro el tema en “Alfonso Reyes y Nietesche", en prepa racién *' Cintio Vitier ve en los versos eitados “las palabras mis ‘huminadoras del pocta, {una} tercera anagndrisis 10 ta de Ifigenia ¥ Orestes ni con su propia historia, sino con Ins races antes olvi- tdadas y ahora despirtas desu ser: autoereada, recién nacida Ifigenia” “Ifigenia, Reyes, Marti", en su Critica cubana, La Habana, 198 p. 517. % Robert Graves, “El proceso de Orestes’ en Los mitos griegos 114n. Longanesi Milan, 1985, Segin R. Action “Dos concepcio- ines del derecho se enfrentan: Ins Erinias persiguen al hijo que hia ‘matado a la madre, Apolo condena a La mujer que ha matado a su esposo; elas invocan el derecho de sangre, él el pacto garantizado por Zeus”, R.Aelion, Euripide héritie, cit, p. 149, © Euménides 778-9, idea reaflora a menudo: v. 150, 162-3,731, 809-10. Lucia Guerra, La mujer fragmentada, historias de un signo Inst. Colombiano de Cultura y Casa de las Americas, La Habana, Premio Casa, 1994: 103, * Lucia Guerra, La mujer fragmentada, historias de un signo Inst Colombiano de Cultura y Casa de las Américas, La Habana, Premio Casa 1994: 16 y 39 resp. En realidad lacostilla de Addn es interpretacién cristina. El texto hebreo dice que separé Ins dos mitades. %~E1 pecado de Eva es causa de un castigo en el cual significa tivamente se insert e! dolor del partoy la sumisin ante el esposo: “SHmiosis meva epoca 7 135 Ada Marfa Teja “Dijo a la mujer: “Multiplicaré tus trabajos y miserias en tus prefieces, con dolor paris los hijos y estards bajo el poder de tu tmarido, y 41 te dominaré”." Génesis 3, 16. L. Guerra, La mujer ‘Sragmentada.cit. p. 17. . Stein comenta este pasaje: “Castigo del pecado es la sumisin al poder del varbn. Que é! no habria sido un ‘buen patrén lo demuestra el intento de descargar la respon- sabilidad del pecado sobre Eva: la mujer que me diste por com- ppattera me dio del drbol y yo com." Gén. 3,12. ¥ San Pablo: “La ‘mujer aprenda en silencio con plena sumisién. A la mujer no le permito ensefiar ni dominar al hombre, estécallada." “Primero fue formado Adin, y luego Eva, y no fue Adin el seducido, sino ta mujer fue seducida, y prevaric6, Pero obtendr Ia salvacién gene- ‘andohijos, con tal que se conserve constante en la, en el amor y ena santidad, con modestin” (Epistolaa Timoteo, 1,2, 1-15.)E. Stein, La donna, cit p. 117, ” Edith Stein, La donna, Citta nuova, Roma, 1999, p. 94, En realidad entre los hebreos la mujer podla ser jueza, como Débora, y los jueces eran tos primeros gobemantes de Israel, antes que los Reyes; Sara daba drdenes a Abraham; Myriam, la hermana de Moisés y Aaron, 5 gran profetisa; Ruth simboliza el amor a la ‘Torah. Si una mujerno se casa ni tiene hijos.es lamentable, pero no atenta contra su redencidn, Las citas son, en orden, de F. Nietesche, Més alld del bien y del ‘mal (Madrid, Alianza, 1972] : 182, y de L. Guerra, La mujer Jraginentada’ 105. Socrates, al igual que Demécrito, Jendfanes o Parménides, ha descublerto que las leyes esmicas no dependten de los diose, liga- dos la pura contingencia.” L, Rensoli, "Antigona y Socrates”, cit OW sbegens nd: lic VS! Cass Dy 9? Segue ett Stein, el“ethas es algo duradero que regula los actos del hombre, no ‘es una ley que viene de fuera 0 de to alto, sino algo activo en ét ‘mismo, una forma interior, una estable actitud del alma.” Edith Stein, La donna, Citth nuova, Roma, 1999, (La traduccidn es mia.) * R, Action, Euripide héritier d'Eschyle, ed. Les belles lettres, Paris, 1983, p. 125, © R. Action, Euripide héritier d'Eschyl, cit, p. 136, Las Erinias ‘representan la ey arcaica griega que encadenaba un crimen a otro ‘en una venganza sin fin, Para Zeus es necesario que la venganza ‘pase de la familia al Estado, ajucces que la ley sitde por encima de ‘una nueva venganza. En la obra de Esquilo, Atenas comprende el lan de Zeus crea el Aredpago y logra persuadira las Erinias aque ferocidad de las venganzas justiciras dejen lugar a ta paz y ‘armonia en la prosperidad. La Ifigenia de Reyes renucva la misin de Atchas, interrimpe In cadena de venganzas. © M. Bliade, The sacred and the profane, Hartcourt Brace, N.Y. 1969, Lo sagrado y o profano, Guadarrama, Madrid, 1979, Citado ‘por G Martin “M. Zambrano dice “Si la tragedia.es hija del conflicto entre tos ioses y las leyes primeras, la novela serd hija del conflicto entre la 136 SSmiosis nueva época 7 ‘conciencia y el cuento, ya puramente humana.” en “La ambigdedsd ‘de Cervantes” en Espana, suefio y verdad. 1965, cito por Sirvela, ‘Madrid, 1994, p. 22 ‘°M. Zambrano: “La ambigiedad de Cervantes”, en Espana, sueRo _y verdad, 1965; cito por Siriels, Madrid, 1994, p.25. A. Reyes, “Las tres Electras del teatro ateniense". Obra Com- pleta, FCE, México, 1955, 1.1, p. 48. © Cf Maria José Ragué, Clitemnestra, Milla, Barcelona, 1986. “De: R. Graves / miti greci, Milano, Longanesi, 1985. Re- ‘cordemos que todo quebrantamiento del orden natural redunda [Para los griegos en el mal humano, ain para los inocentes. Robert Graves, La diosa blanca, Adelphi, Milan, 1998, p. 370. *También Antigona dramatiza In pugna de la razén de estado ~ Principio masculino-, sobre las razones religiosas -principio imteriorizado y defendido por la mujer. "Yfigenia cruel, en Antologia de A. R. p. W18. Al “defender” a ‘Citemnestra, Reyes ha evolucionado mucho desde la épica griega, 'Pindaro ve en ella solo “una mujer despiadada”, un “crimen atroz”, ‘y ni menciona el matricidio de Orestes o los crimenes de Agamendn. iReyes no se plantea el problema de ta culpa de Orestes, sino la de CCitemnestra, pero slo en cuanto Ifigenia enuncia y asume sus atenuantes. La madre a quien Ifigenia defiende es a Clitemnestra ‘de antes del asesinato de Agamendn, la historia para cla se detiene en los recuerdos dulees de juventud, antes del trauma de su ‘condena. Ese idifio dela familia sin “pecado”, Ifgenia desconace los de Agamendn v el de Clitemnestra. Ahora se tiene ave confrontar ‘con ia realidad adult, la de una familéa criminal, Este confrontarse con Ia culpa y cortar el cordén umbilical con la familia se podria estudiar con método freudiano, ‘Me arrebataste a mi primer maridoy/y, arrancindomelo de los pechos,/estrellaste ami primer hijo contrael suelo. (..1¥ quieres ‘que lore ahora la muerte de Ifigenia?” (:120) El Agamendn infan- ticida aparece como el reverso de Medea. ” Recordemos a Gayatri Spivak, Can the subaltern speak? ™ Algo similar realiza Alejo Carpentier en el cuento "Semejante a lanoche” de La guerra del tiempo La muerte de més de mil y mil mujeres valen que un hombre esquive la tumba” (: 183) y “Aunque me espere la muerte, no me retraigo de salvarte [oh Orestes]: s6lo por la vida del hombre hay cen la casa pesar, y poco vale una mujer” (: 278). Ya ha ocurrido el ‘cambio de mairiarcado a patriarcado, Alfonso Reyes, “El horizonte econdmico en las albores de Gre- cia", en Piginas excogidas, R. Repilado {Casa de las Américas, La ‘Habana, 1978): 328. (El énfasises mio.) 7 Robert Graves, Las mitos griegos, 162-163 Ifigenia Cruel de Alfonso Reves, el poder femenino.. ™A. Reyes, Antologia, FCE, México, 1982, p. 133. “Un sibito eke da vida vino a descubrrme la verdaderamisiénredentora de la nucva Ifgenia, haciendo que su simbolismo ereciera solo, ‘como una flr que me hubiese brotado dentro.” > Laisa Campuzano: “Traicin clisia en literatura latinos rmericana contempordnca de autora femenina: meditacién en el tumbral”. Indio en 2000. A. Reyes, “Las res Electras, cit p. 42. * Cardoma y Aragén, Guatemala: las dneas de su mano, Méxi- £0, FCE, 1976, p. 138, * Popol Vuk las antiguas historias del quiché, trad. tnt. y nota de Addn Reicnnos, FCE, México, 1996, pp. 105-7. "© Sobre I interac dea soma enc conceto de individuacin, CG Jung. OC, X * Es una plasmacin del objetivo de Nietsche superar el espti tu de venganza através del espritu dionisacoy de Zaratustra © Sobre estos aspectas de lo politico y lo sagrado.v. Lourdes ‘Rensoli Laliga cn su valioso“Antigonay Socrates o¢l precio dela sabidura, en a revista La Colmena, México, n° 2/1998. A. Reyes OC. 1.9.26 t " Recordemos a otra mujer conciencia de México, Sor Juana. ™ Ekémire Zolla, Archetipé, Marsilio, Venezia, 1994, p. 14 © E.Zolla, Archetipi, p15, *E Zola, Archetipt, p. 29, E.Zolla, Archetip,p. 131. Juan Rulfo, Pedro Péramo, Tada la obra, edicidn critica de ‘Claude Fell, col, Archivos, Madrid, 1992, p,259, "1, Ralf, Pedro Paramo, ef cit, p. 99. ™ Obra pottica de A Reyes, p. 262. * Cintio Vitier “Mfigenia, Reyes, Marti” en Critea ewbana, La Habana, 1988, p. $32. ™ Gilles Deleuze, Nietsche et la philosophie, Quadrigue, PUF, Paris, 1999, p13. Nietzsche, Zarafustra, I, "Sobre las islas bienaventuradas”, de laredencidn, hombre y la naturaleza en et mondlogo de Segismundo”, RPE, Madrid, enero y julio, 1917, euademo I y 3, “Simiosis nueva coca 7 137

Potrebbero piacerti anche