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El documento critica la noción de paz promovida por la Iglesia y líderes políticos como Bush y Blair, argumentando que esta es una "paz tramposa" que ignora la injusticia subyacente. La verdadera paz sólo puede lograrse a través de la justicia, no a través de la violencia o el terrorismo. La historia muestra que la mayor parte de la injusticia en el mundo ha sido causada por el Occidente cristiano a través de la explotación y el colonialismo. La única paz aceptable es aquella que surge
El documento critica la noción de paz promovida por la Iglesia y líderes políticos como Bush y Blair, argumentando que esta es una "paz tramposa" que ignora la injusticia subyacente. La verdadera paz sólo puede lograrse a través de la justicia, no a través de la violencia o el terrorismo. La historia muestra que la mayor parte de la injusticia en el mundo ha sido causada por el Occidente cristiano a través de la explotación y el colonialismo. La única paz aceptable es aquella que surge
El documento critica la noción de paz promovida por la Iglesia y líderes políticos como Bush y Blair, argumentando que esta es una "paz tramposa" que ignora la injusticia subyacente. La verdadera paz sólo puede lograrse a través de la justicia, no a través de la violencia o el terrorismo. La historia muestra que la mayor parte de la injusticia en el mundo ha sido causada por el Occidente cristiano a través de la explotación y el colonialismo. La única paz aceptable es aquella que surge
La Iglesia se ha transformado en un inmenso palomar. Tiene palomas blancas en
todas partes, de diferentes formas y para todos los gustos. Son las palomas de la paz, de la paz soada, de la paz deseada, de la paz tan esperada, de la paz que nunca llega. De la paz que slo se encuentra en los cementerios. Y an apenas Tantas oraciones por la paz que no cambian nada, soporficos gorgoritos para no despertar conciencias ya en coma. En Alemania, a cuatro meses de acceder al papado, Benedicto XVI hace una emotiva llamada a musulmanes y a cristianos, rogndoles olvidar sus antiguas querellas y juntarse para construir la paz. Hasta ah todo bien. Pero al exhortarles a rengln seguido para que no cayeran en la trampa del terrorismo -abocado a provocar una verdadera guerra entre el Islam y el cristianismo-, casi se podra deducir que slo los terroristas son los verdaderos malvados y que todos los que combaten al terrorismo son buenos. As, el cristiano Bush, el cristiano Blair y todos los dems grandes cristianos que hagan la guerra al terrorismo, matando mucha gente y robando de paso todo lo que pueden, podran llamarse hijos de Dios como corresponde a los que trabajan por la paz (Mt 5, 9) Toda injusticia es guerra y es barbarie. Toda violencia en contra del otro es una injusticia y una guerra. Es la injusticia, y no el terrorismo, la causa de los males que ms afligen a la humanidad. Las guerras no son sino un instrumento de la injusticia y el terrorismo, una reaccin a las mismas. Aunque la injusticia que prevalece en el mundo no es monopolio de alguna raza, ideologa o religin en particular, nadie que conoce un poco la historia de los ltimos siglos puede negar que esa injusticia es, en gran parte, la obra siniestra del mundo occidental y cristiano. Los musulmanes, Japn y algunas que otras naciones no cristianas tendrn sus buenos y grandes pecados, pero en cuanto a saqueo, explotacin, contaminacin, exterminios de todo tipo y a nivel planetario, el Occidente cristiano los supera a todos. Son todos embusteros!, clama Jeremas. Calman slo a medias la afliccin de mi pueblo, diciendo: Paz, paz!, siendo que no hay paz (Jer 16, 14). Slo la justicia puede generar la paz. A todos aquellos que se proclaman de l Jess les dice: No he venido a traer paz sino ESPADA! (Mt 10, 34). El Evangelio es un espadazo a la paz que hace la vista gorda a la injusticia, la paz generada por el miedo y el terror,
la paz que se logra en la punta de los fusiles,
la supuesta paz del que gana las guerras, la pretendida paz de todas las legiones imperiales del mundo, la paz mortfera de las grandes multinacionales, agroalimentarias, farmacuticas, petroleras, mineras y otras, que llenan el planeta de hambre y contaminacin. la paz de los dictadores y de todos los corruptos, la paz de los hombres religiosos que pactan con Dios y con el diablo en contra de la comunidad humana y del sentido comn, la paz engaosa de los esclavos anestesiados. La nica paz aceptable para un ser humano, mxime para un cristiano, es la paz que cae como fruto maduro del gran rbol de la justicia.