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~A QUIEN PERTENECE el DINERO? JOHN MACARTHUR jA QUIEN PERTENECE @ DINERO? JOHN MACARTHUR —E Contenido Introduceién La moralidad del dinero 2. Pautas y amonestaciones sobre el dinero Elementos fundamentales de la administracién biblica J. Nuestras verdaderas riquezas estin en el cielo El modelo biblico de la dédiva Las caracteristicas de la didiva biblica 7. {Diezmo o didiva voluntaria? ‘Administracién con integridad El verdadero camino a la prosperidad 2 Apéndice: La fantasia seductora del juego Guia de estudio Notas B 2 4s 67 7” 7 3 133 135 169 187 205 Introduccién ‘ace ya algin tiempo que tenia pensado escribir otro libro sobre la didiva. El primero que escribi, Giving God's Way {La dadiva al estilo de Dios], fue publicado por ‘Tyndale House en 1978. Pero no he hecho otro libro porque ‘me habia convencido a mi mismo de que nadie lo compraria {Por qué? Porque la mayoria de las personas se sienten bas- tante mal respecto a lo que no dan y a lo que gastan. Asi que, {por qué van a comprar un libro que los va @ hacer sentirse peor, 0 que les va a ensefiar a dar més de su dinero, del que {an renuentes estén a separarse? ‘No quiero que se sienta peor, quiero que se sienta mejor. Pero la solucién para sentirse mejor es entender lo que la Biblia dice sobre dar y gastar. Es por eso que me siento obligado a escribir un libro que respond la pregunta retirica: 24 guién pertenece el dinero? Permitame decirle a qué me refiero con ese titulo. La cre dibilidad de nuestro eristianismo esti en juego en cuanto a la forma de mangjar nuestras finanzas. Es por eso que debemios tomar cl dinero como una administracién, Si su empleador le da cien délares para comprarie algo y luego le exige una con- tabilidad de cémo empleé el dinero, usted va a cuidar muy 7 8 EA gui prone enero? bien de ese dinero, Pero si usted tiene cien délares suyos, los ‘eastaré en lo que a usted le plazca, ;Pero de quién es ese dinero realmente? La respuesta es: De Dios. Asi que, {si usted tiene que rendirle cuentas a su empleador, cuinto mis tee oie enter tl pei dil ” Sin embargo, usted tiene un enemigo de 1a administra cin del dinero de Dios. El mundo quiere utilizar todo su dinero de modo que no tenga nada que dar. Los anuncios Publicitarios compiten. unos con otros para persuadirlo de que compre sus productos con e] dinero que tenga disponi- ble. ¥ si no tiene dinero suficient, las bancos y las institu ciones de préstamos estin dispuestos a proporeionarle un crédito para que pueda comprar esos productos. Esto lo endeuda y limita ain mas los recursos que puede usar en Ia didiva, Indudablemente vivimos en una cultura indulgente y rmaterialista y eso infTuye sobre nuestra didiva Se da cuenta de que las personas consumen el cincuenta ppor ciento de las horas que pasan despiertas pensando en el dinero: {Cémo conseguirlo, c6mo gastarlo, e6mo ahorrarlo, ccémo invertrlo 0 eémo pedirlo prestado? Hay un lugar para ahorrar. Hay un lugar para la planificacién sabia. Hay un lugar para satisfacer sus necesidades. Pero primero debe entender e6mo dar, dénde dar, hasta euénto dar. También debe saber lo que lo debe motivar a dar y qué le sucedera si si da y que le sucedera sino da. Esas son las preguntas a que daré respuesta en este libro. Comenzaremos analizando to que Dios tiene que decir acerca del dinero en general. Fn el primer capitulo analizare- mos la naturaleza del dinero y estudiaremos de modo mis profundo el atractivo del maicrialismo. En el capitulo dos estudiaremos las Escrituras para ver las pautas y amonesta- Inrodusisn 9 cones biblicas sobre el dinero, El capitulo tres se centrari en Jos elementos flndamentales de la administracion biblica, incluso los medios biblicos para adquirir dinero, Fl eapitulo ‘cuatro concluiri nuestro estudio general del dinero con una descripeidn de la actitud que debe adoptar con respecto all dinero. El capitulo cinco da inicio a nuestro estudio de los deta- Hies de ln dadiva biblica al establecer un modelo para la ‘misma. En ese capitulo daremos respuesta a estas preguntas: {{Cuindo debemos dar? ,Alguien esta exento de dar? ;Cémo ‘debemos dar? ;Cuimto debemos dar? El capitulo seis es en ‘esencia una recopilacién de las caracterisicas biblicas de La , la destruccién, 0 incluso de la ociosidad, finalmente pperdomos en nuestra muerte. Pero cuando usamos todos recursos que Dios nos ha conferido, ya sea dinero y pro= 6 tiempo, energia, ideas, para honrar a Dios, pro- para la familia y ministrar a otros, eso genera recursos ales que no los puede destruirni hurtar nada en la tie~ La seguridad celestial proporciona 1a tinica garantia uta de nuestros tesoros. Cristo continia diciéndote @ todos los que lo siguen que ide esté vuestro tesoro, alli estaré. también vuestro n Agitated oraz’ (Mt. 6:21). Sus posesones mis amadas estin vin- caladas de una manera inseparable asus deseos, priridades Yy motivos mis fierts. Resulta imposible para el ersiano Yerdadero tener sus tesorosanclados al mundo si corazén est fjado en el cielo (ep. 1 Jn. 2:15-16) Si su corsa est en lo cero eon respect asus rigue- zs, entonces invert diner voluntaraments en el reno de Dios. Peco siesta renuene a darle a Dios sus recursos —y constantemente musta asttades de permite lyjos, tite des de tacaeriay codicia— necesita reevaluar su relacién con el Seon. Cristo no les deca a Tos discipulos que si ellos gastaban sus riquezas en propésitosesprituales sus corazones aUo- mitcamente se pondran a bien con El, Sino que dcia que de la manera que gastemos micsras riquezss demuestra la conticén espinal exstnte de nuestro corazin Si su ati td hacia el uso del dinero revel un corazaninjusto, remit se al libro de Nehemias y adopte el patin del pueblo de Dios. Tras represar del exiio en Babilona, los judos se sometieron uevamente a la Palabra de Dios y comenzé wun renacimienta, “Abris, pues, Esdras ebro a ojos de too el publo” y varios lderes se turnaban I leotra “de la ley de Dios” (Neh. 85-8). El poder de Ins Fscrituras los acusb de su pecado, los hizo regresar ala obediencia yfielidad apo- yando la obra de Dios y todos terminaron alabindolo a El (capitlos 9-10. ‘Nuestra actitud hacia el dinero y las posesiones consti ye una preocupacion vial para Dios y cualquier obra gemui- i del Espirit fectard ext aetitud de una manera postva “Cuando Isat construyé el tbemicil: vino todo van & quien su corazin estimuld y todo aque! «quien su espiritu Te dio volun, con offenda a Jehova para la obra del Nucsinas verdana igus enti on el ele mB ‘taberniculo de rounién y para toda su obra y para las sagrae ‘das vestiduras” (Ex, 35:21). El rey David ofrendé con gene- rosidad para la consiruccin del templo y “los jefes de “familia y los principes de las tribus de Israel, jefes de millae ‘esyy de centenas, con los administradores de a hacienda del ‘ey, offecieron voluntariamente... Y se alegré el pueblo por ‘haber contribuido voluntariamente; porque de todo corazon ‘ofrecieron a Jehovd voluntariamente. Asimismo se alegré ‘mucho el rey David’ (1 Cr. 29:2-6, 9). El principio biblico para los ereyentes siempre ha sido: “Honra a Jehavat con tus bienes, y con las primicias de todos ‘2s frutos; y seran llenos tus graneros con abundancia y tus “agares rebosarin de mosto” (Pr. 3:9-10). Cristo enseié: “Dad y se 0s dari; medida buena, apretada, remecida y rebo- ‘sndo darin en vuestro regazo; porque con la misma medida “con que medis, os volvern a medit” (Le. 6:38). De un modo ‘similar, el apéstol Pablo eseribi6: “El que siembra escasa- también sogari escasamente; ¥ el que siembra gene- te, generosamente también segari™ (2 Co, 9:6). La sidad siempre ha sido la formula de Dios para adqui- ‘or dividendos espirituales. garantizados y_permanentes, “Siempre resultan cuando tenemos nuestro tesoro primordial ‘enel ciclo (cp, Le. 16:9). r una sola visién [En Mateo 6:22-23, Jesiis entra en detalles sobre su iustra- ‘esn del corazén y pricticamente lo denomina el ojo del ‘alma: “La limpara dol cuerpo es el ojo; asi que, situ ojo es “bueno, todo tu cuerpo estara leno de luz; pero si tu ojo es “maligno, todo tu cuerpo estaré en tinieblas. Ast que, sila luz “que en t hay s tinieblas, counts no sera las mismas tinie- “bias?” El ojo es el ‘nico canal de luz del cuerpo y por endo, 7 eA ai porte einer? liinico medio de visin. Asimismo, el corazin (la mente) es cl iinico canal det alma por medio de! cual brillan tas real dades espirituales, Por medio de 6 recibimos la verdad, e! amor, la paz y el resto de las bendiciones espirituales de Dios, Por eso resulta eseneial que mantenga su coraz6n, u ‘ojo espiritual,limpio (claro) y bien concentrado, Una tradaceidn da el equivalente griego de “limpio”™ ‘como “bueno”, refiriéndose a un corazén que tiene una ddeterminacién y esta dedieado a lo que es bueno, con respec toa los recursos y al resto de los aspectos de Ia vida crstia- nna, Como dijera J.C. Ryle hace mis de un siglo: “La dterminacién es un gran seereto de In prosperidad espiri- ual” ‘Un “ojo maligno”, un ojo que esti daftado por una enfer- ‘medad o herida, se contrapone a esa claridad y determina- cin, No deja que entre la luz y deja todo el cuerpo en tinieblas, Si nuestros corazones se abruman y preocupan por iimereses materiales, se vuelven ciegos ¢ insensibles a los intereses espirituales: “en tnieblas”. De acuerdo con Ia ilustracién de Jess, un “ojo maligno” ‘igual a un corazén egoista eindulgente. Un corazén asi se engafia asi mismo y no puede reconocer la luz verdadera. Lo aque él cree ser luz es realmente tinieblas y Jesis enfatiz6 la tragedia de esa condicién cuando exclamé “jeuintas no sera las mismas tinieblas?” Por medio de comparaciones sencillas y aleccionadoras, Jesis presenta el principio que ya hemos visto: De la mane- ‘a que vemos el dinero y eémo lo gastamos constituyen una ‘medida segura de nuestra verdadera condicién espirtual ‘Tener un solo Senor Jesis coneluye su ensefianza en este pasaje sobre la perspec Nuevas vrtaderasrigueza estin en lilo 76 tiva correcta hacia las posesiones materiales con un mandato claro sobre nuestra fidelidad: “Ninguno puede servir a dos sefiores; porque o aborrecerd al uno y amar al otto, o esti- ‘mard al uno y menospreciar al ot, No podéis servir a Dios {ya las riquezas” (ML. 6:24), Fl equivalente griego de “sefores” (kurios; en ocasiones se traduce “amo”) se reiere a alguien que posee y supervisa ‘esclavos, Por eso “seiores” significa mas que el eoncepto sencillo de empleador, del cual puede que tengamos mas de ‘uno y trabajemos de forma aceptable para cada uno durante Ja misma semana o mes. Por lo tanto, este mandato no va en contra de la prictica moderna de tener dos 0 mis trabajos y realizar sus obligaciones para con varios empleadores.. Un esclavo le debia si fidelidad y servicio a tiempo com- pleto a un solo amo. El amo poseia y controlaba totalmente al esclavo, de modo que al esclavo no le debia quedar nada ‘que pudiera darle a nadie mis, No solo era dificil sino tam- bién imposible servir a dos amos y prestarle una obediencia totaly fiel a cada uno, Jesis afirmé la verdad, la cual Pablo y otros autores del Nuevo Testamento expresarian muchas veces, que El era Sefior y Amo de sus seguidores, que eran fos esclavos volun- tarios, Romanos 6 explica que antes de la salvacién usted y {yo éramos esclavas de nuesiro amo, el pevado. Pero cuando ‘aceptamos la obra salvadora de Jesis, nos convertimas en ‘eselavos de Dios y de sus mandatos justos (vx. 16-22), ‘No podentos decir que Cristo es nuestro Seftor si servi- mos a cualquier otro sefior —las riquezas, nuestro trabajo, ‘otras personas, nosotros mismos— que no sea El. Si sabe- mos lo que dice la Palabra de Dios sobre la perspectiva correcta hacia el dinero y su utilizacién adecuada, pero no plicamos esas enseflanzas, demostramos que no somos 16 eA gui pete Bren? completamente ficles « Cristo. “Donde las riquezas tienen of dominio del corazén”, escribié Juan Calvino: “Dios ha per- ido su autoridad” Con respecto a las riquezas, Dios por medio de su Hijo Jesucristo hace una distincién bien definida: Su tesoro esté en la tiera o en el cielo; su sefior ol dinero y los bienes terrenales. Las drdenes de esos dos seiores son com pletamente incompatibles, Uno dice que ande por fe, pero el ‘tro le exige que ande por vista, Uno lo insta a ser hurmilde, pero el otto lo tienta a ser orgulloso, Cristo el Ser lo ama, ‘a poner su mente en las cosas del cielo, pero el seBior que es las riquezas y el materialism lo llevan a centrarse en las cosas de la tierra, Si ha reconocido a Cristo como su efor, répidamente estar de acuerdo con la amonestacién del apéstol Pablo: “Si, pues, coméis 0 bebsis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios” (1 Co. 10:31). G. Campbell Morgan ten varias observaciones perspicaces sobre la identidad real del creyente y la emporalidad de su dinero y sus posesiones que todos los cristianos debieran aceptar con respecto a sus tesoros: Debs recordar anientemente que used ex hijo del pre- ‘seme. Used noes dela ira, ex mis qu polo: exe hijo det smaftans es dels cteridades, es la progenie dela deidad. La ‘magnitud desu vida nose pucdeeicunseibir al punto donde et cielo azul se une ala tera verde, Toda la realidad desu vide no puede quedar comprendida en la esfera poqueha en que vive Usted pertenece al infinito. $i hace su fortuna en la serra —pobre ytonta alma —ha hecho una fortuna y a guarado en un lugar donde no puede mantenela Haga sa fori, pero juirdela donde le saudari eno] amanecer do la nueva mana’ “En tao 08 be ensehado qu, trabajando ae, se debe ayudar alos neccitadessy recordar las palabras del Setor Jeais, que dijo: Ms bienaventurado ev dar ‘que recibir”, —HecHos 20:55 El modelo biblico de la dadiva os ctistianos expresan toda suerte de preferencias por as que mayormente anhelan ira la iglesia el dia del Seiior En cualquier semana esa razén puede ser menos que spiritual y noble. Alguien puede estar ansioso por analizar Jun asunto de negocios con algin miembro. Puede que quie~ FB mosirac un nuevo traje que compré, © pudiera querer Ihablar de moda. O podria querer contares alas personas de su escuela dominical sobre las vacaciones que recién habia pasado su familia, Obviamente esas no son razones bibicas {para estar ansioso por asistr a eultos de adoracién Pero incliso entre las razones piadosas y biblicas para esperar con ansiedad la adoracién semanal en su iglesia local —la predicacién de las Eserituras Ia labanza v la misica de aadoracin durante el culto, las oportunidades de comunién y ‘ministerio mutuos— hay una que casi nunca encabeza la lista, Estoy convencido de que si realmente comprendiéra- ros las Escrituras y Io que Dios ha prometido cn ella,

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