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El documento discute la necesidad de que las políticas familiares reconozcan la diversidad de tipos de familia existentes y sus necesidades específicas. Históricamente, las políticas se han centrado en un modelo nuclear idealizado, marginando otras estructuras familiares. Sin embargo, la realidad muestra una creciente pluralidad cultural. Las políticas deben apoyar a todas las familias en lugar de promover un solo modelo, y contemplar factores como el tipo de familia, su contexto social y su etapa de vida.
El documento discute la necesidad de que las políticas familiares reconozcan la diversidad de tipos de familia existentes y sus necesidades específicas. Históricamente, las políticas se han centrado en un modelo nuclear idealizado, marginando otras estructuras familiares. Sin embargo, la realidad muestra una creciente pluralidad cultural. Las políticas deben apoyar a todas las familias en lugar de promover un solo modelo, y contemplar factores como el tipo de familia, su contexto social y su etapa de vida.
El documento discute la necesidad de que las políticas familiares reconozcan la diversidad de tipos de familia existentes y sus necesidades específicas. Históricamente, las políticas se han centrado en un modelo nuclear idealizado, marginando otras estructuras familiares. Sin embargo, la realidad muestra una creciente pluralidad cultural. Las políticas deben apoyar a todas las familias en lugar de promover un solo modelo, y contemplar factores como el tipo de familia, su contexto social y su etapa de vida.
Contribuir a la cohesin y estabilidad de la familia, considerando la
gran diversidad de tipos de familia existentes
Apoyar a la familia en su diversidad La familia es una institucin de gran importancia para los individuos y para las sociedades, de esta manera resulta comprensible que el Estado trate de brindarle apoyo que tenga cohesin y para que funcione adecuadamente. Sin embargo, la realidad cambiante de las familias y su gran diversidad sociocultural exigen una respuesta dinmica de los planificadores sociales. Los profesionales y los planificadores de las polticas sociales tienen en una perspectiva limitada de lo que es la familia. Estiman que es una unidad estable, nica y casi inmutable. Estos se basan en el modelo pequeo burgus de familia conyugal nuclear, durante la dcada de 1950 en Estados Unidos, compuesta por una trada de padres-madres-hijos. Esta no es la nica forma de agrupacin familiar y ni siquiera la ms representativa. Aunque algunos piensen que la modernizacin conduce a una homogeneizacin cultural, en la prctica podemos descubrir que cada vez ms existe una multiplicidad cultural. Uno de los riegos que puede implicar el desarrollo de una poltica familiar es precisamente que el Estado se dedique a la promocin de un tipo especfico de familia en detrimento de otros. Si tomamos el caso de Francia, durante la dcada del cuarenta se desarrollaban dentro de un contexto en el cual el trmino familia tena un sentido unvoco, excluyendo de los posibles beneficios de sus programas a cualquier otra forma de organizacin de la unidad domstica. Esta misma concepcin de la familia normal prevalece an en muchos pases del mundo y muy particularmente en Latinoamrica. Esta unicidad del modelo simplifica la elaboracin de las polticas que atienden a las familias, al mismo tiempo aleja cualquier posibilidad de interrogarse sobre la familia misma. A su vez, esta unicidad del concepto de familia restringe la concepcin de las polticas y limita el alcance de los programas de intervencin en materia familiar, dejando de lado a las otras familias, esto provoca que otras familias sean percibidas como casos desviantes e incluso patolgicos. La promocin de un modelo familar considerado como normal puede provocar la marginalizacin de estructuras familiares diferentes. Una poltica social sustentada por una visin familstica que reduce la concepcin de la normalidad familiar a un modelo nico, establece una normativa y una legalidad fundadas en ese solo modelo. Por otra parte, quedan excludas otras estructuras como las monoparentales, las cuales encierran una problemtica muy especfica y que pocas veces es atendida por los programas de bienestar social.
En su afn de proteger a la familia, el Estado interviene no slo a travs de sus
programas de apoyo, sino tambin mediante leyes y los procedimientos civiles y penales, concebidos todos ellos dentro de un marco ideolgico. De esta manera, pueden desarrollarse medidas polticas y jurdicas enfocadas, por ejemplo, a reducir las tasas de natalidad, a tratar de mantener a las mujeres dentro del hogar o a dificultar e incluso prohibir el divorcio familiar. Es preciso reconocer que los que los contextos poltico ideolgicos en los que se ubican estas polticas de bienestar social no son inmutables, puesto que la dinmica de la sociedad provoca cambios en su orientacin, al igual que en la de los discursos que sustentan los modelos familiares. Por ello, las misma instancias polticas que promovan en un momento dado una postura pronatalista, pueden tambin desarrollar estrategias de control de fecundidad. En resumen, independientemente de las condiciones sociales, polticas y econmicas, el papel de una poltica social de la familia no debe consistir, bajo ninguna circunstancia, en tratar de sostener un modelo nico de organizacin familiar en detrimento de las formas emergentes de familia que se diferencian muy claramente del prototipo de familia conyugal nuclear. En este sentido, cualquier programa o poltica de la familia debe partir del reconocimiento de una pluralidad familiar y de una diversidad de normas, valores y pautas de comportamiento, y dar respuestas especficas a necesidades diferenciadas, respetando siempre la identidad y la autonoma de las unidades familiares. Si el Estado pretende proporcionar un soporte a las familias, debe contemplar sus necesidades en funcin de cuando menos: a) el tipo de familia (biparental, monoparental, reconstruida, extensa, nuclear, etc); b) la posicin de la familia en la sociedad (urbana, rural, grupo tnico, de estrato alto, medio, bajo, etc); y c) el ciclo de vida por el que pasa la familia (inicial, de procreacin, terminal, etc) Contribuir a la estabilidad no es forzar la permanencia Cuando afirmamos que una de las funciones de una poltica familiar debe ser contribuir a la cohesin y a la estabilidad de la familia, ello no quiere decir que el Estado deba procurar a preservar a las familias y los matrimonios. En el caso del divorcio, podemos entender que la participacin el Estado y la imagen que ste se haga acerca de lo que es o de lo que debe ser una familia puede afectar seriamente el bienestar de aquellos que forman la unidad domstica. El Estado es el que determina si el divorcio puede celebrarse, las causas que pueden justificarlo y los efectos legales que tiene para los individuos (tutela de hijos, reparticin de bienes, pensin de alimentos, etc.). El matrimonio se ha definido en las legislaciones civiles como un contrato, ya que constituye el acuerdo de dos voluntades y crea consecuencias jurdicas. Es un contrato de naturaleza muy especial para el inters pblico, por lo cual la ley no permite que operen las rescisin o revocacin como formas de extincin comunes en los dems contratos civiles. El divorcio es percibido con frecuencia como un elemento negativo que atenta contra la institucin, esto resulta de que la sociedad moderna evala la familia por la contribucin que sta aporta a la vida social, especialmente a travs de la socializacin primaria de
los nios y del control social. De ah se piensa que los matrimonios debern ser preservados.