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CURSO

DE
FILOSOFÍA

ACCESO
A MAYORES
DE 25 AÑOS
PLATÓN

Contexto histórico-cultural

Grecia se expandió por todo el Mediterráneo, lo que influyó en su forma de ser: un pueblo
aventurero e imaginativo. Los griegos vivían en ciudades-estado, por eso el hombre
griego es, ante todo, un ciudadano, nunca está aislado o solo. Pero el trabajo físico está mal
considerado. Los hombres libres prefieren dedicarse al “ocio” y propio de este ocio será
el filosofar. Las ciudades griegas se enfrentaron a un peligro exterior que podía haber
acabado con su civilización: los persas. Son la Guerras Médicas. Después del triunfo sobre
los persas, Atenas consolida la Democracia y será Pericles el que dé esplendor a la
cultura de Atenas. Pero las ciudades griegas acabaron enfrentándose en una guerra civil:
la Guerra del Peloponeso, en la que se formaron dos bandos: partidarias de Atenas y de
Esparta. Atenas es derrotada y la democracia tradicional ateniense será sustituida. Una
revuelta popular devuelve la democracia a Atenas. En este periodo llevan a los tribunales a
Sócrates y le condenan a beber la cicuta, después de acusaciones falsas. De ahí el rechazo
hacia la democracia de Platón.
El desarrollo de la democracia amplió la oratoria: el hombre griego tuvo que convencer
de sus ideas políticas o defenderse con discursos ante un jurado. Pero Platón lucha contra
la retórica, porque ésta no enseña lo que es verdadero, bueno y justo. La base de la
educación era la Paideia, que se centraba en elementos de la formación como la gimnasia,
la gramática, la retórica, la poesía, las matemáticas y la filosofía. Grecia ha sido la
cuna de la civilización occidental. Las manifestaciones culturales del pueblo griego se
caracterizan por su gusto por la sencillez, la claridad y la proporción. Su mitología hace
posible una lengua rica y desarrollada. Destacaron en la poesía y el teatro, la filosofía,
la historia y la oratoria.

Contexto polémico (filosófico)

En el plano filosófico, Platón recibirá la influencia del pensamiento órfico-pitagórico: el


principio de la trasmigración de las almas, la realidad a partir de los números que responde
a un esquema dualista: lo par y lo impar, lo limitado y lo ilimitado, que es recogido por
Platón, precursores de la explicación platónica de la realidad a partir de las Ideas como
entes abstractos. De Heráclito, Platón tomará el sentido de la dialéctica: la naturaleza
como unidad formada por elementos contrarios, que será un precedente del Dualismo
platónico. De Parménides Platón toma su concepción metafísica: la existencia de un solo
Ser como única realidad, a semejanza del Mundo de la Ideas. De los sofistas, que pensaban
que no existía la Verdad Absoluta sino que cada uno tenía su verdad (Relativismo), Platón
opina que y sí se puede alcanzar un conocimiento universalmente valido para todos sobre
lo bueno o lo justo. De Sócrates, maestro de Platón, tomó la existencia de una Verdad
Absoluta, que se encuentra en el interior de cada uno a través del método del diálogo.
Platón seguirá el Intelectualismo Moral de Sócrates para afirmar que para conocer el Bien,
la Belleza y la Justicia es necesario ser virtuoso.

Exposición del tema

La inmortalidad del alma es tema central del Fedón. Intentó demostrar que el alma es
inmortal a través de cuatro argumentos. Uno de ellos es el que se basa en “el origen de
los contrarios”: el alma es inmortal porque la vida procede de su contrario (la muerte). La
reminiscencia es otro de sus argumentos, según el cual el conocimiento es “recordar”
cosas sabidas anteriormente y ello es posible porque el alma recuerda las ideas tenidas
anteriormente a su unión con el cuerpo porque el alma ha existido en alguna parte antes de
unirse al cuerpo. El tercer argumento es la “simplicidad”, que afirma que el alma es el
lugar del conocimiento de las ideas y como las ideas son “simples”, el alma también es
simple y como lo simple no puede corromperse, tampoco puede morir. Por tanto, el alma
es simple y no puede morir: es inmortal. El cuarto argumento se basa en “el principio
vital”, según el cual el alma le da la vida al cuerpo y ese alma no puede recibir lo contrario
(la muerte) de lo que lleva en sí misma (la vida). El alma no recibirá la muerte y no morirá
jamás: es inmortal.
Esta demostración de la inmortalidad del alma nos permite plantear la concepción de
Platón sobre el ser humano como compuesto por alma y cuerpo: el dualismo
antropológico. El alma es una realidad superior: es nuestro Yo, es el auténtico ser humano,
es inmortal y se encarnará en un cuerpo (la transmigración de las almas le permite hacerlo).
El cuerpo es la “cárcel” del alma, es un mal (alberga las pasiones), es una sombra y es
mortal. Este dualismo también se refleja en la filosofía de Platón en su concepción de la
realidad, compuesta por dos mundos (dualismo ontológico): el de las Ideas (entes
superiores y verdadera realidad) y las Cosas (materiales y reflejo de las Ideas). Es el
dualismo ontológico.
Por último, también plantea Platón un dualismo epistemológico al diferenciar el
conocimiento que proviene de la Razón (mundo inteligible: conocimiento de lo universal,
estable y eterno; que se localiza en el Alma) y el que proviene de los Sentidos (mundo
sensible: conocimiento de lo concreto, cambiante, finito y mudable, que se localiza en el
Cuerpo). Por el primero se llega a la Ciencia (episteme) y al conocimiento del mundo de
las Ideas; por el segundo se alcanza la Opinión (doxa) y se conocen las Cosas.
Esta estructura compleja también la encontramos en la antropología; el ser humano
es partícipe del mundo de la materia, ya que tiene un cuerpo, y del mundo ideal, ya que
ésta es la realidad a la que pertenece el alma. Su unión es puramente accidental y el
objetivo de la vida humana es la purificación del alma de modo que ésta pueda regresar al
mundo del cual procede y al cual realmente pertenece.
Esta estructura dual del ser humano tiene su repercusión en la epistemología: el
cuerpo está capacitado para alcanzar conocimiento del mundo material, pero es,
lógicamente, un conocimiento de rango inferior, ya que trata sobre la realidad de rango
inferior: la materia. El alma, por el contrario, está capacitada para conocer las ideas, la
realidad más perfecta, y por lo tanto para obtener un conocimiento de realidad más
perfecta, y por lo tanto para obtener un conocimiento de rango superior.
El alma será tanto más capaz de alcanzar ese conocimiento cuanto más se libere de
las ataduras del mundo sensible, como se observa claramente en la teoría platónica de la
purificación del alma (teoría de claro origen pitagórico) que se sustancia en su visión
ascética del conocimiento explícita en la llamada “vía de la muerte”. Es importante añadir
que el conocimiento para Platón se produce por recuerdo, ya que el alma, perteneciente al
mundo ideal, conoce las ideas, pero las ha olvidado al “caer” en el cuerpo, y todo el
proceso purificador tiene como fin ayudar al alma a recordar.
El cuerpo constituye una especie de estorbo en el proceso de conocimiento;
recordemos que para Platón el alma habita en el cuerpo “como en una cárcel”. Por ello, el
proceso de conocimiento, el ascenso desde la contemplación del mundo material –doxa u
opinión para Platón- hasta el recuerdo de las ideas – episteme o ciencia- a través de la
Dialéctica supone también un camino de liberación del alma de las ataduras del cuerpo.
Por tanto se minusvalora la aportación de los sentidos en el proceso de conocimiento,
tal y como lo harán siglos después los racionalistas, y en oposición a otra manera de
entender el conocimiento que da primacía al papel de los sentidos y que encontraremos en
escuelas posteriores como la empirista.
Conclusiones

El pensamiento platónico está presente de un modo u otro en todo el pensamiento


occidental (Whitehead dijo que toda la historia de la filosofía no es más que un conjunto de
notas a pie de página de las obras de Platón).
En la filosofía antigua, Platón funda en Atenas la Academia, que continua en el llamado
neoplatonismo (siglos III-VI d. C.) con Plotino como su más importante representante.
En la Academia se formó Aristóteles, su discípulo más importante. Aunque criticó la teoría
de las Ideas, mantuvo que existen las entidades universales (esencias o formas).
La Idea de Bien y su concepción del alma tienen presencia en el pensamiento musulmán,
judío y cristiano, pero destaca sin duda su influencia en San Agustín y el agustinismo: su
dualismo antropológico recuerda al de Platón, por su parte, Tomás de Aquino utiliza el
concepto platónico de participación para la demostración de la existencia de Dios
(principalmente la cuarta vía, por los grados de perfección).
En el Renacimiento surgió la Academia platónica de Florencia, especialmente con
Marsilio Ficino, y después con las utopías de Tomás Moro y Campanella, inspiradas en
la República. En la Edad Moderna, tiene presencia en el racionalismo, así por ejemplo,
Descartes defendió una teoría innatista del conocimiento que guarda clara semejanza con
la teoría de la reminiscencia, y comparte el entusiasmo de Platón por el ejercicio de la
razón y la sospecha de la capacidad de los sentidos, así como el dualismo antropológico.
Incluso no es erróneo señalar que Kant se inspiró en las Ideas de Platón para sus “ideas
puras de la razón”.
En la filosofía contemporánea también destaca la huella platónica en la fenomenología
de Husserl y de Scheler, quienes también creen en la existencia de entidades eternas,
inmutables y universales (las esencias). Karl Popper parece mantener tesis muy próximas
a las platónicas: considera que hay tres “Mundos”, el Mundo 3 en donde sitúa las verdades
objetivas y las leyes de las ciencias es muy parecido al Mundo de las Ideas propuesto por
Platón.

CONCEPTOS DE PLATÓN

DEMIURGO: para los antiguos griegos, espíritu que da origen y ordena todas las cosas a
partir del caos. El término surgió en la filosofía platónica para designar al artífice o
hacedor del mundo, tomando como modelo la Ideas eternas e inmutables crea el mundo
sensible a partir de la materia.
DIÁLECTICA: Método filosófico propuesto por Platón para acceder al Mundo de las
Ideas. La dialéctica es entendida como método racional, que consisten en un proceso
ascendente que sube hasta la Idea suprema y desde ésta desciende enlazando todas las
ideas y uniendo todos los grados de conocimiento. Este proceso empieza por las “sombras”
(imaginación), va ascendiendo en el conocimiento de las cosas materiales (Phycis o física)
para alcanzar los conocimientos más auténticos: primero los matemáticos y por último, el
más importante de todos, el auténtico conocimiento de la Ideas, que sólo la dialéctica
puede ofrecer. Es una actividad cognoscitiva pues se trata del ejercicio de la razón; su
objeto es el conocimiento del Mundo Inteligible, su aspiración última es el conocimiento
de la Idea de Bien y del modo en que ésta es el fundamento último de toda la realidad.

VIRTUD: vemos en este filósofo la huella del punto de vista intelectualista de su maestro
Sócrates: quien posee una virtud posee un cierto conocimiento: no se puede hacer el bien o
la justicia si no se sabe qué es el bien y la justicia, del mismo modo que no se puede hacer
un trabajo físico determinado, levantar un puente o construir una mesa si no se tiene un
conocimiento de ello. Platón la concibe como el estado que le corresponde al alma en
función de su propia naturaleza. Como en el alma humana encontramos varias partes, a
cada una de ellas le convendrá un tipo de virtud determinado: así, la virtud de la parte
racional es la sabiduría o prudencia que consiste en el conocimiento de los fines verdaderos
de la conducta humana, en el conocimiento de lo que se debe hacer en cada ocasión
particular; a la parte irascible le corresponderá la virtud de la fortaleza, disposición de la
voluntad merced a la cual podemos realizar la conducta que la prudencia enseña como
adecuada en cada momento, realización que pasa en muchas ocasiones por la renuncia a
placeres y beneficios propios; finalmente, a la parte concupiscible le corresponderá la
virtud de la templanza: disposición moderada de los apetitos que le permite al alma no ser
perturbada continuamente por deseos abundantes y excesivamente intensos.

INTELECTUALISMO MORAL: La tesis esencial del intelectualismo moral es la


siguiente: la experiencia moral se basa en el conocimiento del bien. Sólo si se conoce qué
es el bien y la justicia se puede realizar el bien y la justicia. Para el intelectualismo moral
los asuntos morales y políticos tienen que ser cosa de expertos. Esta propuesta socrática
puede dar lugar a interpretaciones políticas antidemocráticas y elitistas (como, por cierto,
se ve claramente en la filosofía política de su discípulo Platón).

CLASES SOCIALES: Según el pensamiento político de Platón, la República se organiza


correctamente cuando se estructura armónicamente en tres grupos sociales, cada uno de
ellos con una función específica que desarrollar. Los gobernantes han de ser los sabios,
capaces de trasladar a la sociedad la perfecta idea de bien que ellos conocen. Su virtud
fundamental es la sabiduría. Los guardianes tienen como misión la defensa de la ciudad y
su virtud ha de ser el valor. Los artesanos tienen la misión de producir y su virtud ha de
ser la moderación.
La ciudad será justa cuando exista armonía entre las tres clases y cada una de ellas
cumpla su función adecuadamente.

JUSTICIA: Virtud de virtudes, que tiene una dimensión individual y otra social.
Individualmente es justa la persona que posee armónicamente las virtudes de la fortaleza,
la templanza y la sabiduría. A nivel colectivo, una sociedad será justa cuando aúne
armónicamente las tres clases sociales que la constituyen, con sus virtudes
correspondientes: los gobernantes con la sabiduría, los guardianes con el valor y los
artesanos con la moderación. Es, por tanto, la justicia una especial armonía.

ALMA: Platón consideró que el alma es el principio que anima los cuerpos de los seres
vivos, que les da vida y movimiento. El alma es la parte más excelente del hombre, gracias
a ella podemos alcanzar la ciencia y realizar acciones buenas; el alma nos relaciona con el
mundo divino y es inmortal. Platón distingue tres tipos de alma: la racional, la irascible y la
concupiscible. La racional es la parte superior del alma humana, inmortal y divina; nos
permite el conocimiento y la realización del bien y la justicia; y está situada en la cabeza
(el cerebro). La irascible es la parte del alma donde se sitúa la voluntad y el valor; no se
define claramente si es mortal o inmortal; se encuentra en el pecho (el corazón). La
concupiscible es la parte mortal del alma responsable de las pasiones, los placeres y los
deseos; se sitúa en abdomen (el hígado).

CIENCIA ( EPISTÉME): ES UN CONOCIMIENTO PERFECTO, REFERIDO AL MUNDO DE LAS IDEAS,


CONSECUENCIA DEL EJERCICIO DE LA RAZÓN. La ciencia era el conocimiento universal y
necesario de lo absoluto, de lo eterno (que identificaba con las Ideas) y una tarea
eminentemente racional. Sólo la ciencia que llamamos matemática coincide casi totalmente
con esta forma de entender la ciencia, pero muchos conocimientos que ahora llamamos
científicos como la sociología, la psicología o la economía no serían consideradas ciencias
por Platón sino meras especulaciones y caerían dentro de la “opinión”. Por el contrario, la
física estaría a medio camino entre la opinión y la ciencia, dado su carácter eminentemente
matemático y racional.

OPINIÓN: LA "OPINIÓN" O "DOXA" ES EL TÍTULO QUE DA PLATÓN A UNA DE LAS FORMAS DE

CONOCIMIENTO. ESTE CONOCIMIENTO SE FUNDAMENTA EN LA PERCEPCIÓN, SE REFIERE AL MUNDO


SENSIBLE, ES DECIR A LAS COSAS ESPACIO-TEMPORALES, A LAS ENTIDADES CORPORALES, Y, EN LA

ESCALA DE LOS CONOCIMIENTOS, ES EL GÉNERO DE CONOCIMIENTO INFERIOR. La opinión se divide


a su vez en dos especies o tipos de conocimiento: la conjetura, que es el conocimiento que
tenemos de las cosas cuando vemos sus sombras o reflejos, y la creencia, que es el
conocimiento que tenemos de las cosas cuando las percibimos directamente y nos
formamos un juicio de ellas.

PARTICIPACIÓN: MODO DE VINCULARSE EL MUNDO SENSIBLE CON EL MUNDO INTELIGIBLE GRACIAS


AL CUAL LAS COSAS FÍSICAS GOZAN DE CIERTO SER E INTELIGIBILIDAD. Platón considera que el
verdadero ser pertenece a las Ideas y en su conjunto al Mundo Inteligible. Sin embargo, a
diferencia de lo que parece defender Parménides, no niega toda realidad a las cosas físicas
o perceptibles ni al conjunto de ellas o Mundo Sensible. Las cosas visibles tienen ser pero
no un ser perfecto ni genuino: son como sombras de la auténtica realidad. Las cosas del
mundo sensible tienen realidad en la medida en que en ellas de alguna manera participan
de las entidades universales o Ideas. En algunos textos nos dice que el Mundo Sensible
“participa” del ser del Mundo Inteligible y en otros que “imita” dicho ser.

IDEA: EN LA FILOSOFÍA PLATÓNICA, LAS ESENCIAS DE LAS COSAS, AUNQUE SEPARADAS DE ELLAS Y

LOCALIZADAS EN EL MUNDO DE LAS IDEAS. Según Platón, todas las cosas del mundo material
han sido creadas a partir de unas formas y moldes que denomina Ideas. Las Ideas son
entidades independientes de la mente humana ―aunque el hombre no exista, ellas
existen― y constituyen la auténtica realidad. Son eternas. Las cosas son un pálido reflejo
de ellas. En un sentido amplio, podemos definir las Ideas como las esencias
independientes: la Idea de Belleza es la esencia de la belleza, la Idea de Virtud la esencia
de todas las acciones virtuosas, la Idea de Cuadrado la esencia de las figuras cuadradas...
pero las Ideas o esencias no están en las cosas, no están en el mundo físico, sino fuera de
ellas en el Mundo Inteligible.

IDEA DEL BIEN: LA IDEA DEL BIEN ES LA ENTIDAD MÁS IMPORTANTE DE TODAS LAS ENTIDADES QUE

PUEBLAN EL MUNDO INTELIGIBLE. El rango y funciones que Platón le otorga en su filosofía es


tal que muchos autores la han identificado con Dios. La Idea del Bien crea las Ideas y el
Mundo Sensible; da racionalidad a las ideas y al mundo Sensible. La consecuencia de ello
es que todas las cosas―y mucho más el hombre―aspiran de un modo u otro al Bien. La
filosofía es precisamente expresión del afán por la comprensión definitiva de dicha idea
("la ascensión al ser", dice Platón). En el mito de la caverna la Idea del Bien se representa
con la metáfora del Sol.

MUNDO INTELIGIBLE: EL MUNDO INTELIGIBLE O MUNDO DE LAS IDEAS ES LA AUTÉNTICA REALIDAD,


EL ÁMBITO EN EL QUE SE SITÚAN LAS IDEAS. A este mundo no se puede acceder con el uso de
los sentidos sino que se llega a él gracias al uso de la parte más excelente del alma, que
para Platón es la razón. El Mundo Inteligible es la auténtica realidad. Platón establece una
jerarquía en este mundo: situándose por encima de todas las Ideas encontramos la Idea de
Bien, que en ciertos textos parece identificar con Dios. Después la Idea de Belleza y la
Idea de Verdad; tras estas, Ideas fundamentales como la de Unidad, Multiplicidad, Ser y
No Ser; a continuación las Ideas matemáticas; finalmente, el resto de Ideas.

MUNDO SENSIBLE: EL MUNDO SENSIBLE O MUNDO VISIBLE ES EL CONJUNTO DE TODO AQUELLO

QUE SE MUESTRA A LOS SENTIDOS, FUNDAMENTALMENTE LAS COSAS FÍSICAS. Las características de
este mundo son su carácter temporal, espacial, cambiante y corruptible. Nuestro cuerpo se
incluye en el Mundo Sensible. Del Mundo Sensible no cabe la ciencia sino la mera
opinión. Las cosas del Mundo Sensible tienen ser en la medida en que participan o imitan
del mundo eterno de las Ideas. Este Mundo ha sido "fabricado" (que no creado) por el
Demiurgo a partir de la modificación y transformación que ejerce sobre la materia informe
tomando como modelo el Mundo Inteligible.

CONOCIMIENTO RACIONAL Y CONOCIMIENTO SENSIBLE: Para Platón hay


dos formas de conocer la Verdad: por los sentidos y por la razón. Los sentidos conocen lo
“concreto”, “particular”, “mudable”. En cambio, la razón conoce lo “universal”, lo
“estable”, lo “eterno”. Por los sentidos se llega a la opinión, por la razón se llega a la
ciencia. Los sentidos se localizan en el cuerpo; la razón es propia del alma. Solamente el
alma es capaz de llegar a conocer las Ideas, a contemplar el Mundo de las Ideas. El
conocimiento sensible no puede ser fuente de Verdad, no es un conocimiento verdadero,
porque los sentidos son inseguros, nos engañan. Para alcanzar la Verdad y contemplar el
Mundo de las Ideas es necesario purificarse de todo lo material.
DUALISMO ONTOLÓGICO

IDEAS COSAS

“EIDOS” “EIDOLA”

Sólo captables por la Las percibimos por los


INTELIGENCIA SENTIDOS

ESENCIA APARIENCIA
(entraña) (copias)

ÚNICAS VARIADAS
(sólo una idea) (muchas por cada idea)

ETERNAS FINITAS
(siempre han existido) (mueren o se destruyen)

INMUTABLES CAMBIANTES
(siempre son iguales) (varían con el tiempo)

PREEXISTENTES APRENDIDAS
(existen antes de nacer) (se conocen en la vida)

Se encuentran en el Se encuentran en el
mundo mundo
SUPRASENSIBLE SENSIBLE

Son la AUTÉNTICA Son COPIAS


realidad de la realidad
DUALISMO EPISTEMOLÓGICO

RAZÓN SENTIDOS

MUNDO MUNDO
INTELIGIBLE SENSIBLE

Conoce Conoce
LO UNIVERSAL LO CONCRETO

Conoce
Conoce
LO CAMBIANTE
LO ESTABLE

Conoce Conoce
LO ETERNO LO FINITO

Conoce Conoce
LO INMUTABLE LO MUDABLE

Se localiza en Se localiza en
EL ALMA EL CUERPO

Se llega a la Se llega a la
CIENCIA (EPISTEME) OPINIÓN (DOXA)

Conoce el
Conoce el
MUNDO DE LAS
MUNDO DE LAS
COSAS
IDEAS
DUALISMO ANTROPOLÓGICO

ALMA CUERPO

REALIDAD CÁRCEL
SUPERIOR DEL ALMA

ES NUESTRO ES UN MAL
YO (pasiones)

Es una
Es el auténtico
SOMBRA
SER HUMANO

Es Es
INMORTAL MORTAL

Se encarna
EN UN CUERPO

TRANSMIGRACIÓN
FEDÓN
ARGUMENTO E IDEAS DEL FEDÓN

En el Fedón, diálogo en el que se relata la conversación que tuvo Sócrates con sus

amigos el último día de su vida, se discute preferentemente el tema de la inmortalidad del

alma.

El tema es complejo, aunque la unidad del diálogo salte a la vista. Al principio

Sócrates afirma dos cosas:

a) que estamos en la vida colocados en un lugar por voluntad de los dioses y

b) que el filósofo debe aspirar a abandonar, esta vida.

Como esas dos afirmaciones le parecen contradictorias a Cebes, (el principal

interlocutor en el diálogo, junto con Simmias), Sócrates comienza a demostrar que el

verdadero filósofo debe afrontar la muerte con valentía y que puede esperar una vida feliz

en el otro mundo.

¿Por qué el verdadero filósofo no teme la muerte? Porque ella le libera del cuerpo,

que es un obstáculo para el alma en la búsqueda de la verdad. Pero, para que el filósofo,

liberado del cuerpo, pueda alcanzar la verdad únicamente con su alma, es necesario que

ésta sea inmortal. De ese modo es como Sócrates se halla obligado a demostrar la

inmortalidad. Esta demostración no se hace para justificar su esperanza, sino que es tan

importante en sí misma que ocupa el lugar principal de la obra, que puede haber sido

elaborada en función de ella.

Una vez hecha la demostración, Sócrates saca las consecuencias morales: los buenos

serán recompensados y los malos castigados en el otro mundo. Y para darnos una idea de
ese otro mundo y de las morada reservadas a las almas, expone, en forma de mito, su

concepción de las tres partes de la tierra: la tierra pura y superior, la que nosotros

habitamos y la tierra subterránea.

Encontramos, pues, en el Fedón, una concepción del hombre en la que el dualismo

alma/cuerpo es llevado al extremo, estableciendo un divorcio radical entre ambos

elementos.

Ya desde la introducción se hace hincapié en el carácter de prisión que tiene el

cuerpo respecto al alma, por lo que la muerte, en la medida en que significaría la liberación

del cuerpo para el alma, llega a presentarse como el fin que debe perseguir el alma

filosófica, y que la filosofía, en tal sentido, no es más que una preparación para la muerte.

El alma, por lo demás, es considerada como una realidad simple cuya naturaleza se

identifica con la razón o intelecto; ninguna relación pues entre el alma y las pasiones o la

sensibilidad, que serán cualidades de un cuerpo que debe ser controlado lo más

rígidamente posible por el alma.

En ningún otro diálogo mantendrá Platón una oposición tan radical entre alma y

cuerpo, por lo que intentar exponer el pensamiento definitivo de Platón sobre el hombre a

partir exclusivamente del Fedón sería, ciertamente, falsearlo.

Los argumentos para demostrar la inmortalidad del alma en el Fedón son los

siguientes:

a) el de los contrarios;

b) el de la reminiscencia;

c) el de la simplicidad;
d) el del principio vital.

a) El argumento de los contrarios está basado en una vieja concepción de la cultura

griega según la cual los contrarios proceden unos de otros, combinada con la

creencia de que nuestras almas van de aquí a otro mundo y que de ese otro mundo

retornan a este. Las almas vivientes procederían, entonces, de almas muertas, y éstas

de aquellas. No queda muy claro el argumento que utiliza Sócrates para defender la

inmortalidad del alma, aunque la relaciona con la interpretación circular de la

temporalidad que, por lo tanto, con la idea de ciclo: «Pues si unas cosas no diera

lugar siempre a otras, al engendrarse, como si se movieran circularmente, sino que

una cosa se transformara en otra en un movimiento rectilíneo hacia su opuesto, sin

volver de nuevo en su viaje de retorno, ocurriría que todas las cosas al final tendrían

la misma forma, alcanzarían el mismo estado y cesarían de producirse».

b) El segundo argumento está basado en la teoría de la reminiscencia, y es similar al

que se propone en el «Menón», con la particularidad de que aquí ya hay una

referencia clara a la teoría de las Ideas. Si se admite que existen las Ideas y que el

conocimiento es el recuerdo de éstas, entonces el alma ha tenido que existir antes de

esta vida. ¿Existirá también después de esta vida? Aplicando la fuerza del primer

argumento, el de los contrarios, ha de deducirse que deberá seguir existiendo

también después de esta vida, por lo que es inmortal.

c) El tercer argumento también está basado en la teoría de las Ideas. Si existen las

Ideas entonces tenemos dos tipos de existencia: el de las Ideas y el de las cosas. El

primero se caracteriza por la simplicidad, la eternidad y la inmutabilidad; el segundo


por la composición o pluralidad, la caducidad y el cambio constante. Si la naturaleza

del alma le confiere el papel de conocer las Ideas (Formas) y dirigida al cuerpo, ha

de ser semejante a las Ideas o Formas, por lo que ha de ser simple y no compuesta.

Ahora bien, lo simple es incorruptible, por lo que el alma de ser inmortal.

d) Hay todavía un cuarto intento por demostrar la inmortalidad del alma, apoyándose,

esta vez, en la idea tradicional de que el alma es el principio vital de los seres: todo

lo que tiene alma tiene, pues, vida, y la vida acompaña necesariamente al alma; sería

contradictorio admitir que el principio vital «muere», por lo que el alma ha de ser

inmortal.

El alma, en el Fedón, no solamente es inmortal sino que Platón la identifica

fundamentalmente con la mente o intelecto, y se opone frontalmente al cuerpo siendo,

además, de naturaleza afín a las Ideas eternas, inmutables y simples. Por lo demás, la

separación entre las Ideas y las cosas se reproduce con la misma intensidad entre el alma y

el cuerpo.
FEDÓN
Es un intento de demostrar
LA INMORTALIDAD DEL ALMA

Utiliza 4 ARGUMENTOS

EL ORIGEN DE LA LA EL PRINCIPIO
LOS CONTRARIOS REMINISCENCIA SIMPLICIDAD VITAL

Todas las cosas El conocimiento es El alma es el lugar El alma le da


tienen sus contrarios RECORDAR cosas del conocimiento de las la VIDA al cuerpo
sabidas anteriormente IDEAS

Cada cosa procede


de su contrario El ALMA recuerda El alma no puede
las ideas tenidas Como las ideas son
recibir lo contrario (la
anteriormente a su unión SIMPLES, el alma
muerte) de lo que lleva
con el cuerpo también es simple
La muerte procede de en sí misma (la vida)
la vida

El alma ha existido Como lo simple no


en alguna parte antes de puede corromperse, El alma no recibirá
La vida procede de jamás la muerte
unirse al cuerpo tampoco puede morir
la muerte y no morirá jamás

Es capaz de pasar del El alma es simple


Es necesario que exista El alma será
estado material al inmaterial y no puede morir
un ALMA INMORTAL INMORTAL
porque es INMORTAL ES INMORTAL
Textos del Fedón de Platón
La inmortalidad del alma en el "Fedón"

El "Fedón" relata la conversación que mantuvo Sócrates en la prisión con sus amigos, el día de su muerte,
sobre la inmortalidad del alma y el significado de la filosofía y la vida del filósofo. Dos de los argumentos
utilizados para demostrar la inmortalidad del alma, el de la reminiscencia y el de la simplicidad, se basan
en la teoría de las Ideas. Los otros dos, el de los contrarios y el del principio vital, en creencias propias de
la época.

• 1) La prueba de los contrarios (71c-73a)


• 2) La prueba de la reminiscenciaa (73a-78b)
• 3) La prueba de la simplicidad (78d-81e)
• 4) La prueba del principio vital (104e- 105d)

1) La prueba de los contrarios (Fedón, 71c-73a)


— ¡Y qué!, repuso Sócrates: ¿la vida no tiene también su contraria, como la vigilia tiene el sueño?

— Sin duda, dijo Cebes.

— ¿Cuál es esta contraria?

— La muerte.

— Estas dos cosas, si son contrarias, ¿no nacen la una de la otra, y no hay entre ellas dos generaciones o
una operación intermedia que hace posible el paso de una a otra?

— ¿Cómo no?

— Yo, dijo Sócrates, te explicaré la combinación de las dos contrarias de que acabo de hablar, y el paso
recíproco de la una a la otra; tú me explicarás la otra combinación. Digo, pues, con motivo del sueño y de
la vigilia, que del sueño nace la vigilia y de la vigilia el sueño; que el paso de la vigilia al sueño es el
adormecimiento, y el paso del sueño a la vigilia es el acto de despertar. ¿No es esto muy claro?

— Sí, muy claro.

— Dinos a tu vez la combinación de la vida y de la muerte. ¿No dices que la muerte es lo contrario de la
vida?

— Sí.

— ¿Y que la una nace de la otra?

— Sí.

— ¿Qué nace entonces de la vida?


— La muerte.

— ¿Qué nace de la muerte?

— Es preciso confesar que es la vida.

— De lo que muere, replicó Sócrates, nace por consiguiente todo lo que vive y tiene vida.

— Así me parece.

— Y por lo tanto, repuso Sócrates, nuestras almas están en los infiernos después de la muerte.

— Así parece.

— Pero de los medios en que se realizan estas dos contrarias, ¿uno de ellos no es la muerte sensible? ¿No
sabemos lo que es morir?

— Seguramente.

— ¿Cómo nos arreglaremos entonces? ¿Reconoceremos igualmente a la muerte la virtud de producir su


contraria, o diremos que por este lado la naturaleza es coja? ¿No es toda necesidad que el morir tenga su
contrario?

— Es necesario.

— ¿Y cuál es este contrario?

— Revivir.

— Revivir, si hay un regreso de la muerte a la vida, repuso Sócrates, consiste en verificar este regreso. Por
lo tanto, estamos de acuerdo en que los vivos no nacen menos de los muertos, que los muertos de los
vivos; prueba incontestable de que las almas de los muertos existen en alguna parte de donde vuelven a la
vida.

— Me parece, dijo Cebes, que lo que dices es una consecuencia necesaria de los principios en que hemos
convenido.

— Me parece, Cebes, que no sin razón nos hemos puesto de acuerdo sobre este punto. Examínalo por ti
mismo. Si todas estas contrarias no se engendrasen recíprocamente, girando, por decirlo así, en un círculo;
y si no hubiese más que una producción directa de lo uno por lo otro, sin ningún regreso de este último al
primer contrario que le ha producido, ya comprendes que en este caso todas las cosas tendrían la misma
figura, aparecerían de una misma forma, y toda producción cesaría.

— ¿Qué dices, Sócrates?

— No es difícil de comprender lo que digo. Si no hubiese más que el sueño, y no tuviese lugar el acto de
despertar producido por él, ya ves que entonces todas las cosas nos representarían verdaderamente la
fábula de Endimión, y no se diferenciaría en ningún punto, porque las sucedería lo que a Endimión;
estarían sumidas en el sueño. Si todo estuviese mezclado sin que esta mezcla produjese nunca separación
alguna, bien pronto se verificaría lo que enseñaba Anaxágoras: todas las cosas estarían juntas. Asimismo,
mi querido Cebes, si todo lo que ha recibido la vida, llegase a morir, y estando muerto, permaneciere en el
mismo estado, o lo que es lo mismo, no reviviese; ¿no resultaría necesariamente que todas las cosas
concluirían al fin, y que no habría nada que viviese? Porque si de las cosas muertas no nacen las cosas
vivas, y si las cosas vivas llegan a morir, ¿no es absolutamente inevitable que todas las cosas sean al fin
absorbidas por la muerte?

— Inevitablemente, Sócrates, dijo Cebes; y cuanto acabas de decir me parece incontestable.

— También me parece a mí, Cebes, que nada se puede objetar a estas verdades, y que no nos hemos
engañado cuando las hemos admitido; porque es indudable, que hay un regreso a la vida; que los vivos
nacen de los muertos; que las almas de los muertos existen; que las almas buenas libran bien, y que las
almas malas libran mal.

2) Prueba de la reminiscencia (Fedón, 73a-78b)


— También me parece a mí, Cebes, que nada se puede objetar a estas verdades, y que no nos hemos
engañado cuando las hemos admitido; porque es indudable, que hay un regreso a la vida; que los vivos
nacen de los muertos; que las almas de los muertos existen; que las almas buenas libran bien, y que las
almas malas libran mal.

Cebes, interrumpiendo a Sócrates, le dijo: lo que dices es un resultado necesario de otro principio que te
he oído muchas veces sentar como cierto, a saber: que nuestra ciencia no es más que una reminiscencia. Si
este principio es verdadero, es de toda necesidad que hayamos aprendido en otro tiempo las cosas de que
nos acordamos en este; y esto es imposible, si nuestra alma no existe antes de aparecer bajo esta forma
humana. Esta es una nueva prueba de que nuestra alma es inmortal.

Simmias, interrumpiendo a Cebes, le dijo: ¿cómo se puede demostrar este principio? Recuérdamelo,
porque en este momento no caigo en ello.

— Hay una demostración muy preciosa, respondió Cebes, y es que todos los hombres, si se les interroga
bien, todo lo encuentran sin salir de sí mismos, cosa que no podría suceder, si en sí mismos no tuvieran las
luces de la recta razón. En prueba de ello, no hay más que ponerles delante figuras de geometría u otras
cosas de la misma naturaleza, y se ve patentemente esta verdad.

— Si no te das por convencido con esta experiencia, Simmias, replicó Sócrates, mira si por este otro
camino asientes a nuestro parecer. ¿Tienes dificultad en creer que aprender no es más que acordarse?

— No mucha, respondió Simmias; pero lo que precisamente quiero es llegar al fondo de ese recuerdo de
que hablamos; y aunque gracias a lo que ha dicho Cebes, hago alguna memoria y comienzo a creer, no me
impide esto el escuchar con gusto las pruebas que tú quieres darnos.

— Helas aquí, replicó Sócrates. Estamos conformes todos en que, para acordarse, es preciso haber sabido
antes la cosa de que uno se acuerda.

— Seguramente.

— ¿Convenimos igualmente en que cuando la ciencia se produce de cierto modo es una reminiscencia? Al
decir de cierto modo, quiero dar a entender, por ejemplo, como cuando un hombre, viendo u oyendo
alguna cosa, o percibiéndola por cualquiera otro de sus sentidos, no conoce sólo esta cosa percibida, sino,
que al mismo tiempo piensa en otra, que no depende de la misma manera de conocer sino de otra. ¿No
diremos con razón que este hombre recuerda la cosa que le ha venido al espíritu?

— ¿Qué dices?

— Digo, por ejemplo, que uno es el conocimiento del hombre y otro el conocimiento de una lira.

— Seguramente.

— Pues bien; continuó Sócrates: ¿no sabes lo que sucede a los amantes, cuando ven una lira, un traje o
cualquiera otra cosa, de que el objeto de su amor tiene costumbre de servirse? Al reconocer esta lira, viene
a su pensamiento la imagen de aquel a quien ha pertenecido. He aquí lo que se llama reminiscencia;
frecuentemente al ver a Simmias, recordamos a Cebes. Podría citarte un millón de ejemplos.

— Hasta el infinito, dijo Simmias.

— He aquí lo que es la reminiscencia; sobre todo, cuando se llega a recordar cosas, que se habían
olvidado por el trascurso del tiempo, o por haberlas perdido de vista.

— Es muy cierto, dijo Simmias.

— Pero, replicó Sócrates, al ver un caballo o una lira pintados, ¿no puede recordarse a un hombre? Y al
ver el retrato de Simmias, ¿no puede recordarse a Cebes?

— ¿Quién lo duda?

— Con más razón, si se ve el retrato de Simmias, se recordará a Simmias mismo.

— Sin dificultad.

— ¿No es claro, entonces, que la reminiscencia la despiertan lo mismo las cosas semejantes, que las
desemejantes?

— Así es en efecto.

— Y cuando se recuerda alguna cosa a causa de la semejanza, ¿no sucede necesariamente que el espíritu
ve inmediatamente si falta o no al retrato alguna cosa para la perfecta semejanza con el original de que se
acuerda?

— No puede menos de ser así, dijo Simmias.

— Fíjate bien, para ver si piensas como yo. ¿No hay una cosa a que llamamos igualdad? No hablo de la
igualdad entre un árbol y otro árbol, entre una piedra y otra piedra, y entre otras muchas cosas semejantes.
Hablo de una igualdad que está fuera de todos estos objetos. ¿Pensamos que esta igualdad es en sí misma
algo o que no es nada?

— Decimos ciertamente que es algo. Sí, ¡por Júpiter!

— ¿Pero conocemos esta igualdad?


— Sin duda.

— ¿De dónde hemos sacado esta ciencia, este conocimiento? ¿No es de las cosas de que acabamos de
hablar; es decir, que viendo árboles iguales, piedras iguales y otras muchas cosas de esta naturaleza, nos
hemos formado la idea de esta igualdad, que no es ni estos árboles, ni estas piedras, sino que es una cosa
enteramente diferente? ¿No te parece diferente? Atiende a esto: las piedras, los árboles que muchas veces
son los mismos, ¿no nos parecen por comparación tan pronto iguales como desiguales?

— Seguramente.

— Las cosas iguales parecen algunas veces desiguales; pero la igualdad considerada en sí, ¿te parece
desigualdad?

— Jamás, Sócrates.

— ¿La igualdad y lo que es igual no son, por consiguiente, una misma cosa?

— No, ciertamente.

— Sin embargo; de estas cosas iguales, que son diferentes de la igualdad, has sacado la idea de la
igualdad.

— Así es la verdad, Sócrates; dijo Simmias.

— Y esto se entiende, ya sea esta igualdad semejante ya desemejante respecto de los objetos que han
motivado la idea.

— Seguramente.

— Por otra parte; cuando al ver una cosa, tú imaginas otra, sea semejante o desemejante, tiene lugar
necesariamente una reminiscencia.

— Sin dificultad.

— Pero, repuso Sócrates, dime: ¿cuando vemos árboles que son iguales u otras cosas iguales, las
encontramos iguales como la igualdad misma, de que tenemos idea, o falta mucho para que sean iguales
como esta igualdad?

— Falta mucho.

— ¿Convenimos, pues, en que cuando alguno, viendo una cosa, piensa que esta cosa, como la que yo
estoy viendo ahora delante de mí, puede ser igual a otra, pero que la falta mucho para ello, porque es
inferior respecto de ella, será preciso, digo, que aquel, que tiene este pensamiento, haya visto y conocido
antes esta cosa a la que dice que la otra se parece, pero imperfectamente?

— Es de necesidad absoluta.

— ¿No nos sucede lo mismo respecto de las cosas iguales, cuando queremos compararlas con la igualdad?

— Seguramente, Sócrates.
— Por consiguiente, es de toda necesidad que hayamos visto esta igualdad fintes del momento en que, al
ver por primera vez cosas iguales, hemos creído que todas tienden a ser iguales como la igualdad misma, y
que no pueden conseguirlo.

— Es cierto.

— También convenimos en que hemos sacado este pensamiento (ni podía salir de otra parte) de alguno de
nuestros sentidos, por haber visto o tocado, o, en fin, por haber ejercitado cualquiera otro de nuestros
sentidos, porque lo mismo digo de todos.

— Lo mismo puede decirse, Sócrates, tratándose de lo que ahora tratamos.

— Es preciso, por lo tanto, que de los sentidos mismos saquemos este pensamiento: que todas las cosas
iguales que caen bajo nuestros sentidos, tienden a esta igualdad inteligible, y que se quedan por bajo de
ella. ¿No es así?

— Sí, sin duda, Sócrates.

— Porque antes que hayamos comenzado a ver, oír, y hacer uso de todos los demás sentidos, es preciso
que hayamos tenido conocimiento de esta igualdad inteligible, para comparar con ella las cosas sensibles
iguales; y para ver que ellas tienden todas a ser semejantes a esta igualdad, pero que son inferiores a la
misma.

— Es una consecuencia necesaria de lo que se ha dicho, Sócrates.

— Pero, ¿no es cierto que, desde el instante en que hemos nacido, hemos visto, hemos oído, y hemos
hecho uso de todos los demás sentidos?

— Muy cierto.

— Es preciso, entonces, que antes de este tiempo hayamos tenido conocimiento de la igualdad.

— Sin duda.

— Por consiguiente, es absolutamente necesario, que lo hayamos tenido antes de nuestro nacimiento.

— Así me parece.

— Si lo hemos tenido antes de nuestro nacimiento, nosotros sabemos antes de nacer; y después hemos
conocido no sólo lo que es igual, lo que es más grande, lo que es más pequeño, sino también todas las
cosas de esta naturaleza; porque lo que decimos aquí de la igualdad, lo mismo puede decirse de la belleza,
de la bondad, de la justicia, de la santidad; en una palabra, de todas las demás cosas, cuya existencia
admitimos en nuestras conversaciones y en nuestras preguntas y respuestas. De suerte que es de necesidad
absoluta que hayamos tenido conocimientos antes de nacer.

— Es cierto.

— Y si después de haber tenido estos conocimientos, nunca los olvidáramos, no sólo naceríamos con
ellos, sino que los conservaríamos durante toda nuestra vida; porque saber, ¿es otra cosa que conservar la
ciencia, que se ha recibido, y no perderla?, y olvidar, ¿no es perder la ciencia que se tenía antes?
— Sin dificultad, Sócrates.

— Y si después de haber tenido estos conocimientos antes de nacer, y haberlos perdido después de haber
nacido, llegamos en seguida a recobrar esta ciencia anterior, sirviéndonos del ministerio de nuestros
sentidos, que es lo que llamamos aprender; ¿no es esto recobrar la ciencia que teníamos, y no tendremos
razón para llamar a esto reminiscencia?

— Con muchísima razón, Sócrates.

— Estamos, pues, conformes en que es muy posible, que aquel que ha sentido una cosa, es decir, que la ha
visto, oído o, en fin, percibido por alguno de sus sentidos, piense, con ocasión de estas sensaciones, en una
cosa que ha olvidado, y cosa que tenga alguna relación con la percibida, ya se le parezca o ya no se le
parezca. De manera que tiene que suceder una de dos cosas: o que nazcamos con estos conocimientos y
los conservemos toda la vida; o que los que aprenden, no hagan, según nosotros, otra cosa que recordar, y
que la ciencia no sea más que una reminiscencia.

— Así es, Sócrates.

— ¿Qué escoges tú, Simmias? ¿Nacemos con conocimientos, o nos acordamos después de haber olvidado
lo que sabíamos?

— En verdad, Sócrates, no sé al presente qué escoger.

— Pero, ¿qué pensarías y qué escogerías en este caso? Un hombre que sabe una cosa, ¿puede dar razón de
lo que sabe?

— Puede, sin duda, Sócrates.

— ¿Y te parece que todos los hombres pueden dar razón de las cosas de que acabamos de hablar?

— Yo querría que fuese así, respondió Simmias; pero me temo mucho que mañana no encontremos un
hombre capaz de dar razón de ellas.

— ¿Te parece, Simmias, que todos los hombres tienen esta ciencia?

— Seguramente no.

— ¿Ellos no hacen entonces más que recordar las cosas que han sabido en otro tiempo?

— Así es.

— ¿Pero en qué tiempo han adquirido nuestras almas esta ciencia? Porque no ha sido después de nacer.

— Ciertamente no.

— ¿Ha sido antes de este tiempo?

— Sin duda.
— Por consiguiente, Simmias, nuestras almas existían antes de este tiempo, antes de aparecer bajo esta
forma humana; y mientras estaban así, sin cuerpos, sabían.

— A menos que digamos, Sócrates, que hemos adquirido los conocimientos en el acto de nacer; porque
esta es la única época que nos queda.

— Sea así, mi querido Simmias, replicó Sócrates; pero ¿en qué otro tiempo los hemos perdido? Porque
hoy no los tenemos según acabamos de decir. ¿Los hemos perdido al mismo tiempo que los hemos
adquirido?, ¿o puedes tú señalar otro tiempo?

— No, Sócrates; no me había apercibido de que nada significa lo que he dicho.

— Es preciso, pues, hacer constar, Simmias, que si todas estas cosas, que tenemos continuamente en la
boca, quiero decir, lo bello, lo justo y todas las esencias de este género, existen verdaderamente, y que si
referimos todas las percepciones de nuestros sentidos a estas nociones primitivas como a su tipo, que
encontramos desde luego en nosotros mismos, digo, que es absolutamente indispensable, que así como
todas estas nociones primitivas existen, nuestra alma haya existido igualmente antes que naciésemos; y si
estas nociones no existieran, todos nuestros discursos son inútiles. ¿No es esto incontestable? ¿No es
igualmente necesario que si estas cosas existen, hayan también existido nuestras almas antes de nuestro
nacimiento; y que si aquellas no existen, tampoco debieron existir estas?

— Esto, Sócrates, me parece igualmente necesario e incontestable; y de todo este discurso resulta, que
antes de nuestro nacimiento nuestra alma existía, así como estas esencias, de que acabas de hablarme;
porque yo no encuentro nada más evidente que la existencia de todas estas cosas: lo bello, lo bueno, lo
justo; y tú me lo has demostrado suficientemente.

— ¿Y Cebes?, dijo Sócrates: porque es preciso que Cebes esté persuadido de ello.

— Yo pienso, dijo Simmias, que Cebes considera tus pruebas muy suficientes, aunque es el más rebelde
de todos los hombres para darse por convencido. Sin embargo, supongo que lo está de que nuestra alma
existe antes de nuestro nacimiento; pero que exista después de la muerte, es lo que a mí mismo no me
parece bastante demostrado; porque esa opinión del pueblo, de que Cebes te hablaba antes, queda aún en
pié y en toda su fuerza; la de que, después de muerto el hombre, su alma se disipa y cesa de existir. En
efecto, ¿qué puede impedir que el alma nazca, que exista en alguna parte, que exista antes de venir a
animar el cuerpo, y que, cuando salga de este, concluya con él y cese de existir?

— Dices muy bien, Simmias, dijo Cebes; me parece que Sócrates no ha probado más que la mitad de lo
que era preciso que probara; porque ha demostrado muy bien que nuestra alma existía antes de nuestro
nacimiento; mas para completar su demostración, debía probar igualmente que, después de nuestra
muerte, nuestra alma existe lo mismo que existió antes de esta vida.

— Ya os lo he demostrado, Simmias y Cebes, repuso Sócrates; y convendréis en ello, si unís esta última
prueba a la que ya habéis admitido; esto es, que los vivos nacen de los muertos. Porque si es cierto que
nuestra alma existe antes del nacimiento, y si es de toda necesidad que, al venir a la vida, salga, por
decirlo así, del seno de la muerte, ¿cómo no ha de ser igualmente necesario que exista después de la
muerte, puesto que debe volver a la vida? Así, pues, lo que ahora me pedís ha sido ya demostrado. Sin
embargo, me parece que ambos deseáis profundizar más esta cuestión, y que teméis, como los niños, que,
cuando el alma sale del cuerpo, la arrastren los vientos, sobre todo cuando se muere en tiempo de
borrascas.
— Entonces Cebes, sonriéndose, dijo: Sócrates, supón que lo tememos; o más bien, que sin temerlo, está
aquí entre nosotros un niño que lo teme, a quien es necesario convencer de que no debe temer la muerte
como a un vano fantasma.

— Para esto, replicó Sócrates, es preciso emplear todos los días encantamientos, hasta que se haya curado
de semejante aprensión.

— Pero, Sócrates, ¿dónde encontraremos un buen encantador, puesto que tú vas a abandonarnos?

— La Grecia es grande, Cebes, respondió Sócrates; y en ella encontrareis muchas personas muy
entendidas. Por otra parte, tenéis muchos pueblos extranjeros, y es preciso recorrerlos todos e
interrogarlos, para encontrar este encantador, sin escatimar gasto, ni trabajo; porque en ninguna cosa
podéis emplear más útilmente vuestra fortuna. También es preciso que lo busquéis entre vosotros, porque
quizá no encontrareis otros más capaces que vosotros mismos para estos encantamientos.

— Haremos lo que dices, Sócrates; pero si no te molesta, volvamos a tomar el hilo de nuestra
conversación.

3) Prueba de la simplicidad (Fedón, 78d-81e)


— Las cosas que son siempre las mismas y de la misma manera, ¿no tienen trazas de no ser compuestas?
Las que mudan siempre y que nunca son las mismas, ¿no tienen trazas de ser necesariamente compuestas?

— Creo lo mismo, Sócrates.

— Dirijámonos desde luego a esas cosas de que hablamos antes, y cuya verdadera existencia hemos
admitido siempre en nuestras preguntas y respuestas. Estas cosas, ¿son siempre las mismas o mudan
alguna vez? La igualdad, la belleza, la bondad y todas las existencias esenciales, ¿experimentan a veces
algún cambio, por pequeño que sea, o cada una de ellas, siendo pura y simple, subsiste siempre la misma
en sí, sin experimentar nunca la menor alteración, ni la menor mudanza?

— Es necesariamente preciso que ellas subsistan siempre las mismas sin mudar jamás.

— Y todas las demás cosas, repuso Sócrates, hombres, caballos, trajes, muebles y tantas otras de la misma
naturaleza, ¿quedan siempre las mismas, o son enteramente opuestas a las primeras, en cuanto no
subsisten siempre en el mismo estado, ni con relación a sí mismas, ni con relación a los demás?

— No subsisten nunca las mismas, respondió Cebes.

— Ahora bien; estas cosas tú las puedes ver, tocar, percibir por cualquier sentido: mientras que las
primeras, que son siempre las mismas, no pueden ser comprendidas sino por el pensamiento, porque son
inmateriales y no se las ve jamás.

— Todo eso es verdad; dijo Cebes.


— ¿Quieres, continuó Sócrates, que reconozcamos dos clases de cosas?

— Con mucho gustó, dijo Cebes.

— ¿Las unas visibles y las otras inmateriales? ¿Estas, siempre las mismas; aquellas, en un continuo
cambio?

— Me parece bien, dijo Cebes.

— Veamos, pues. ¿No somos nosotros un compuesto de cuerpo y alma? ¿Hay otra cosa en nosotros?

— No, sin duda; no hay más.

— ¿A cuál de estas dos especies diremos, que nuestro cuerpo se conforma o se parece?

— Todos convendrán en que a la especie visible.

— Y nuestra alma, mi querido Cebes, ¿es visible o invisible?

— Visible no es; por lo menos, a los hombres.

— Pero cuando hablamos de cosas visibles o invisibles, hablamos con relación a los hombres, sin tener en
cuenta ninguna otra naturaleza.

— Sí, con relación a la naturaleza humana.

— ¿Qué diremos, pues, del alma? ¿Puede ser vista o no puede serlo?

— No puede serlo.

— Luego es inmaterial.

— Sí.

— Por consiguiente, nuestra alma es más conforme que el cuerpo con la naturaleza invisible; y el cuerpo
más conforme con la naturaleza visible.

— Es absolutamente necesario.

— ¿No decíamos que, cuando el alma se sirve del cuerpo para considerar algún objeto, ya por la vista, ya
por el oído, ya por cualquier otro sentido (porque la única función del cuerpo es atender a los objetos
mediante los sentidos), se ve entonces atraída por el cuerpo hacia cosas, que no son nunca las mismas; se
extravía, se turba, vacila y tiene vértigos, como si estuviera ebria; todo por haberse ligado a cosas de esta
naturaleza?

— Sí.

— Mientras que, cuando ella examina las cosas por sí misma, sin recurrir al cuerpo, se dirige a lo que es
puro, eterno, inmortal, inmutable; y como es de la misma naturaleza, se une y estrecha con ello cuanto
puede y da de sí su propia naturaleza. Entonces cesan sus extravíos, se mantiene siempre la misma, porque
está unida a lo que no cambia jamás, y participa de su naturaleza; y este estado del alma es lo que se llama
sabiduría.

— Has hablado perfectamente, Sócrates; y dices una gran verdad.

— ¿A cuál de estas dos especies de seres, te parece que el alma es más semejante, y con cuál está más
conforme, teniendo en cuenta los principios que dejamos sentados y todo lo que acabamos de decir?

— Me parece, Sócrates, que no hay hombre, por tenaz y estúpido que sea, que estrechado por tu método,
no convenga en que el alma se parece más y es más conforme con lo que se mantiene siempre lo mismo,
que no con lo que está en continua mudanza.

— ¿Y el cuerpo?

— Se parece más lo que cambia.

— Sigamos aún otro camino. Cuando el alma y el cuerpo están juntos, la naturaleza ordena que el uno
obedezca y sea esclavo; y que el otro tenga el imperio y el mando. ¿Cuál de los dos te parece semejante a
lo que es divino, y cuál a lo que es mortal? ¿No adviertes que lo que es divino es lo único capaz de mandar
y de ser dueño; y que lo que es mortal es natural que obedezca y sea esclavo?

— Seguramente.

— ¿A cuál de los dos se parece nuestra alma?

— Es evidente, Sócrates, que nuestra alma se parece a lo que es divino, y nuestro cuerpo a lo que es
mortal.

— Mira, pues, mi querido Cebes, si de todo lo que acabamos de decir no se sigue necesariamente, que
nuestra alma es muy semejante a lo que es divino, inmortal, inteligible, simple, indisoluble, siempre lo
mismo, y siempre semejante a sí propio; y que nuestro cuerpo se parece perfectamente a lo que es
humano, mortal, sensible, compuesto, disoluble, siempre mudable, y nunca semejante a sí mismo.
¿Podremos alegar algunas razones que destruyan estas consecuencias, y que hagan ver que esto no es
cierto?

— No, sin duda, Sócrates.

— Siendo esto así, ¿no conviene al cuerpo la disolución, y al alma el permanecer siempre indisoluble o en
un estado poco diferente?

— Es verdad.

— Pero observa, que después que el hombre muere, su parte visible, el cuerpo, que queda expuesto a
nuestras miradas, que llamamos cadáver, y que por su condición puede disolverse y disiparse, no sufre por
lo pronto ninguno de estos accidentes, sino que subsiste entero bastante tiempo, y se conserva mucho más,
si el muerto era de bellas formas y estaba en la flor de sus años; porque los cuerpos que se recogen y
embalsaman, como en Egipto, duran enteros un número indecible de años; y en aquellos mismos que se
corrompen, hay siempre partes, como los huesos, los nervios y otros miembros de la misma condición,
que parecen, por decirlo así, inmortales. ¿No es esto cierto?
— Muy cierto.

— Y el alma, este ser invisible que marcha a un paraje semejante a ella, paraje excelente, puro, invisible,
esto es, a los infiernos, cerca de un Dios lleno de bondad y de sabiduría, y a cuyo sitio espero que mi alma
volará dentro de un momento, si Dios lo permite; ¡qué!, ¿un alma semejante y de tal naturaleza se habrá
de disipar y anonadar, apenas abandone el cuerpo, como lo creen la mayor parte de los hombres? De
ninguna manera, mis queridos Simmias y Cebes; y he aquí lo que realmente sucede. Si el alma se retira
pura, sin conservar nada del cuerpo, como sucede con la que, durante la vida, no ha tenido
voluntariamente con él ningún comercio, sino que por el contrario, le ha huido, estando siempre recogida
en sí misma y meditando siempre, es decir, filosofando en regla, y aprendiendo efectivamente a morir;
porque, ¿no es esto prepararse para la muerte?...

— De hecho.

— Si el alma, digo, se retira en este estado, se une a un ser semejante a ella, divino, inmortal, lleno de
sabiduría, cerca del cual goza de la felicidad, viéndose así libre de sus errores, de su ignorancia, de sus
temores, de sus amores tiránicos y de todos los demás males afectos a la naturaleza humana; y puede
decirse de ella como de los iniciados, que pasa verdaderamente con los dioses toda la eternidad. ¿No es
esto lo que debemos decir, Cebes?

— Sí, ¡por Júpiter!

— Pero si se retira del cuerpo manchada, impura, como la que ha estado siempre mezclada con él,
ocupada en servirle, poseída de su amor, embriagada en él hasta el punto de creer que no hay otra realidad
que la corporal, lo que se puede ver, tocar, beber y comer, o lo que sirve a los placeres del amor; mientras
que aborrecía, temía y huía habitualmente ele todo lo que es oscuro e invisible para los ojos, de todo lo
que es inteligible, y cuyo sentido sólo la filosofía muestra; ¿crees tú que un alma, que se encuentra, en tal
estado, pueda salir del cuerpo pura y libre?

— No; eso no puede ser.

— Por el contrario, sale afeada con las manchas del cuerpo, que se han hecho como naturales en ella por
el comercio continuo y la unión demasiado estrecha que con el ha tenido, por haber estado siempre unida
con él y ocupándose sólo de él.

— Estas manchas, mi querido Cebes, son una cubierta tosca, pesada, terrestre y visible; y el alma,
abrumada con este peso, se ve arrastrada hacia este mundo visible por el temor que tiene del mundo
invisible, del infierno; y anda, como suele decirse, errante por los cementerios alrededor de las tumbas,
donde se han visto fantasmas tenebrosos, como son los espectros de estas almas, que no han abandonado
el cuerpo del todo purificadas, sino reteniendo algo de esta materia visible, que las hace aún a ellas
mismas visibles.

— Es muy probable que así sea, Sócrates.


4) Prueba del principio vital (Fedón, 104e- 105d)
— He aquí lo que queríamos sentar como base; que hay ciertas cosas, que, no siendo contrarias a otras, las
excluyen, lo mismo que si fuesen contrarias, como el tres que aunque no es contrario al número par, no lo
consiente, lo desecha; como el dos, que lleva siempre consigo algo contrario al número impar; como el
fuego, el frío y muchas otras. Mira ahora, si admitirías tú la siguiente definición: no sólo lo contrario no
consiente su contrario, sino que todo lo que lleva consigo un contrario, al comunicarse con otra cosa, no
consiente nada que sea contrario al contrario que lleva en sí.

Piénsalo bien, porque no se pierde el tiempo en repetirlo muchas veces. El cinco no será nunca compatible
con la idea de par; como el diez, que es dos veces aquel, no lo será nunca con la idea de impar; y este dos,
aunque su contraria no sea la idea de lo impar, no admitirá, sin embargo, la idea de lo impar, como no
consentirán nunca idea de lo entero las tres cuartas partes, la tercera parte, ni las demás fracciones; si es
cosa que me has entendido y estás de acuerdo conmigo en este punto.

Ahora bien; voy a reasumir mis primeras preguntas: y tú, al responderme, me contestarás, no en forma
idéntica a ellas, sino en forma diferente, según el ejemplo que voy a ponerte; porque además de la manera
de responder que hemos usado, que es segura, hay otra que no lo es menos; puesto que si me preguntases
qué es lo que produce el calor en los cuerpos, yo no te daría la respuesta, segura sí, pero necia, de que es el
calor; sino que, de lo que acabamos de decir, deduciría una respuesta más acertada, y te diría: es el fuego;
y si me preguntas qué es lo que hace que el cuerpo esté enfermo, te respondería que no es la enfermedad,
sino la fiebre. Si me preguntas qué es lo que constituye lo impar, no te responderé la imparidad, sino la
unidad; y así de las demás cosas. Mira si entiendes suficientemente lo que quiero decirte.

— Te entiendo perfectamente.

— Respóndeme, pues, continuó Sócrates. ¿Qué es lo que hace que el cuerpo esté vivo?

— Es el alma.

— ¿Sucede así constantemente?

— ¿Cómo no ha de suceder?, dijo Cebes.

— ¿El alma lleva, por consiguiente, consigo la vida a donde quiera que ella va?

— Es cierto.

— ¿Hay algo contrario a la vida, o no hay nada?

— Si, hay alguna cosa.

— ¿Qué cosa?

— La muerte.

— El alma, por consiguiente, no consentirá nunca lo que es contrario a lo que lleva siempre consigo. Esto
se deduce rigurosamente de nuestros principios.
— La consecuencia es indeclinable, dijo Cebes.

— Pero, ¿cómo llamamos a lo que no consiente nunca la idea de lo par?

— Lo impar.

— ¿Cómo llamamos a lo que no consiente nunca la justicia, y a lo que no consiente nunca el orden?

— La injusticia y el desorden.

— Sea así: y a lo que no consiente nunca la muerte, ¿cómo lo llamamos?

— Lo inmortal.

— El alma, ¿no consiente la muerte?

— No.

— El alma es, por consiguiente, inmortal.

— Inmortal.

— ¿Diremos que esto está demostrado, o falta algo a la demostración?

— Está suficientemente demostrado, Sócrates.

...

— Precisamente tiene que decirse lo mismo de lo que es inmortal. Si lo que es inmortal no puede perecer
jamás, por mucho que la muerte se aproxime al alma, es absolutamente imposible que el alma muera;
porque, según acabamos de ver, el alma no recibirá nunca en sí la muerte, jamás morirá; así como el tres,
y lo mismo cualquiera otro número impar, no puede nunca ser par; como el fuego no puede ser nunca frío,
ni el calor del fuego convertirse en frío. Alguno me dirá quizá: en que lo impar no puede convertirse en
par por el advenimiento de lo par, estamos conformes; ¿pero qué obsta para que, si lo impar llega a
perecer, lo par ocupe su lugar? A esta objeción yo no podría responder que lo impar no perece, si lo impar
no es imperecible. Pero si le hubiéramos declarado imperecible, sostendríamos con razón que siempre que
se presentase lo par, el tres y lo impar se retirarían, pero de ninguna manera perecerían; y lo mismo
diríamos del fuego, de lo caliente y de otras cosas semejantes. ¿No es así?

— Seguramente, dijo Cebes.

(Según la versión de Patricio de Azcárate, Platón, Obras completas, vol. V, Madrid 1871)
COMENTARIO
S

DE

FEDÓN
INSTRUCCIONES PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO

1. Localiza el tema:

- lee detenidamente el texto


- determina el tema (repasa los temas fundamentales de la obra)
- es suficiente que ocupe como máximo 5 ó 6 líneas
2. Presentación del contexto histórico:

- Resume el apartado de “contexto histórico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
3. Contexto polémico:

- Resume el apartado de “contexto filosófico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
4. Exposición del tema:

- Se comienza siempre definiendo y explicando el tema propuesto


- A continuación se relaciona ese tema con otros temas de la filosofía del autor
- La extensión debe estar entre 2 y 4 páginas
5. Conclusiones:

- Resume el apartado “Influencias y repercusiones”


- La extensión no debe sobrepasar una página
6. Cuestionario:

- Si se propones expresiones extraídas directamente del texto, debes explicarlas


con el mayor rigor filosófico posible
- Si son términos de la filosofía del autor, debes buscar en el apartado
“Conceptos fundamentales”
- La extensión debe estar entre 1 y 2 páginas
Texto 1

-¡Cuán extraordinariamente cierto -dijo Simmias- es lo que dices, Sócrates!


-Por consiguiente es forzoso -dijo- que de todo eso se les produzca a los auténticamente
filósofos una opinión tal, que se digan entre sí unas palabras de este estilo, poco más o
menos: “Puede ser que alguna senda nos conduzca hasta el fin, junto con el razonamiento,
en nuestra investigación, en cuanto a que, en tanto tengamos el cuerpo y nuestra alma esté
contaminada por la ruindad de éste, jamás conseguiremos suficientemente aquello que
deseamos. Afirmamos desear lo que es verdad.
Pues el cuerpo nos procura mil preocupaciones por la alimentación necesaria; y, además, si
nos afligen algunas enfermedades, nos impide la caza de la verdad. Nos colma de amores y
deseos, de miedos y de fantasmas de todo tipo, y de una enorme trivialidad, de modo que
¡cuán verdadero es el dicho de que en realidad con él no nos es posible meditar nunca
nada! Porque, en efecto, guerras, revueltas y batallas ningún otro las origina sino el cuerpo
y los deseos de éste. Pues a causa de la adquisición de riquezas se originan todas las
guerras, y nos vemos forzados a adquirirlas por el cuerpo, siendo esclavos de sus cuidados.
Por eso no tenemos tiempo libre para la filosofía, con todas esas cosas suyas. Pero el colmo
de todo es que, si nos queda algún tiempo libre de sus cuidados y nos dedicamos a observar
algo, inmiscuyéndose de nuevo en nuestras investigaciones nos causa alboroto y confusión,
y nos perturba de tal modo que por él no somos capaces de contemplar la verdad”.

Fedón. Platón
Cuestiones

1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «El dualismo antropológico»


Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno, entre otros
posibles:

- Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1 punto)

- Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la época en la que escribe
el autor (máximo 1 punto)

- Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o desde la perspectiva del
propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)

- EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)

- Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:

a) ¿Cuál es el significado de “contemplar la verdad”? (0,75 puntos)

b) Explica el sentido de esta frase:“nuestra alma esté contaminada por la ruindad de éste” (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:

c) ¿Qué significa Demiurgo en Platón? (0,75 puntos)

d) Explique qué es la dialéctica para Platón (0,75 puntos)

***
Localiza el tema del texto:

En el texto Platón desarrolla, poniéndolo en boca de Sócrates, lo que constituye un


elemento clave de su antropología: el dualismo antropológico, con que se entiende
al ser humano, caracterizado por ser un compuesto de dos realidades
completamente diferentes entre sí: el alma y el cuerpo.
El alma es inmortal y por su naturaleza se corresponde con el mundo de las ideas.
El cuerpo es material, y por tanto de naturaleza inferior al alma y muere.
Alma y cuerpo se encuentran unidos accidentalmente y cumplen diferentes
funciones en el proceso de conocimiento: el cuerpo, mediante los sentidos, conoce
la realidad material; el alma es conocedora de las ideas, inmateriales y universales,
y por tanto es el “órgano” adecuado al conocimiento verdadero o episteme.
En el texto el autor incide en la menor categoría del cuerpo, señalándolo incluso
como un lastre para el conocimiento, ya que nos proporciona todo tipo de
preocupaciones y distracciones que alejan al alma de su objetivo: la contemplación
de las perfectas ideas. En las últimas líneas Platón parece referirse a lo que
denomina “bajas tendencias” del cuerpo, que perturban al alma y restan armonía a
la persona, tal y como es desarrollado en el “mito del carro alado”.

(El resto de apartados debes elaborarlos a partir de la información expuesta al


principio del tema)
TEXTO 2

-¿Tenemos entonces probado -preguntó Sócrates- de un modo satisfactorio, que todo se produce así, que las
cosas contrarias nacen de sus contrarias?

-Sin duda.

-¿Y qué respondes ahora? ¿No hay en eso algo así como dos generaciones entre cada par de contrarios, una que
va del primero al segundo y otra que va, a su vez, del segundo al primero? Entre una cosa mayor y una menor
¿no hay un aumento y una disminución? ¿Y no llamamos, en consecuencia, al primer acto aumentar y al
segundo disminuir?

-Sí -contestó.

-¿Y con respecto al descomponerse y al componerse, al enfriarse y al calentarse, y a todas las cosas que ofrecen
una oposición semejante, aunque a veces no tengamos nombres para denominarlas, no ocurre de hecho lo
mismo en todas ellas necesariamente, que tienen su origen las unas en las otras y que la generación va
mutuamente de cada una de ellas a su contraria?

-En efecto -dijo.

-Entonces ¿qué? -replicó Sócrates- ¿Hay algo que sea contrario al vivir de la misma manera que el dormir es
contrario al estar despierto?

-Si, lo hay -respondió.

-¿Qué?

-El estar muerto.

-¿Y no se origina lo uno de lo otro, puesto que son contrarios? ¿y no son dos las generaciones que hay entre
ambos, puesto que son dos?

-Imposible es negarlo.

-Pues bien -prosiguió Sócrates-, yo te voy a hablar a ti de una de esas parejas a las que me refería hace un
momento, de ella y de sus generaciones, y tú me vas a hablar a mí de la otra. Se trata del dormir y del estar
despierto, y digo que del dormir se origina el estar despierto y del estar despierto el dormir, siendo las
generaciones de ambos una el dormirse y la otra el despertarse. ¿Te basta con lo dicho, o no?

-Desde luego que sí.

-Responde tú ahora de igual manera -añadió-, a propósito de la vida y de la muerte. ¿No afirmas que el estar
muerto es lo contrario del vivir?

-Sí.

-¿Y que se origina lo uno de lo otro?

-Sí.

PLATON. Fedón.
Cuestiones

1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La inmortalidad del alma»


Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno, entre otros
posibles:

- Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1 punto)

- Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la época en la que escribe
el autor (máximo 1 punto)

- Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o desde la perspectiva del
propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)

- EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)

- Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:

a) ¿Qué significa que “las cosas contrarias nacen de sus contrarias? (0,75 puntos)

b) ¿Qué sentido crees que le da Platón a la muerte dentro de su filosofía? (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:

c) ¿Qué significa la “virtud” en Platón? (0,75 puntos)

d) Explique qué es el “intelectualismo moral” para Platón (0,75 puntos)

***
El tema del texto que analizamos y que pertenece al Fedón de Platón es la demostración de

la inmortalidad del alma a través de la teoría de “los contrarios”, según la cual todas las

cosas tienen un contrario y cada cosa procede de ese contrario: la muerte procede de la

vida y la vida procede de la muerte, por lo que es necesario que exista un alma inmortal.

(El resto de apartados debes elaborarlos a partir de la información expuesta al


principio del tema)
TEXTO 3

—Lo primero que debemos preguntarnos a nosotros mismos—dijo Sócrates—es cuáles son las cosas que
por su naturaleza pueden disolverse; respecto de qué otras deberemos temer que tenga lugar esta
disolución; y en cuáles no es posible este accidente. En seguida es preciso examinar a cuál de estas
naturalezas pertenece nuestra alma; y teniendo esto en cuenta, temer o esperar por ella.
—Es muy cierto.
—¿No os parece que son las cosas compuestas, o que por su naturaleza deben serlo, las que deben
disolverse en los elementos que han formado su composición; y que si hay seres que no son compuestos,
ellos son los únicos respecto de los que no puede tener lugar este accidente?
—Me parece muy cierto lo que dices—contestó Cebes.
—Las cosas que son siempre las mismas y de la misma manera, ¿no tienen trazas de no ser compuestas?
Las que mudan siempre y que nunca son las mismas, ¿no tienen trazas de ser necesariamente compuestas?
—Creo lo mismo, Sócrates.
—Dirijámonos desde luego a esas cosas de que hablamos antes, y cuya verdadera existencia hemos
admitido siempre en nuestras preguntas y respuestas. Estas cosas, ¿son siempre las mismas o mudan
alguna vez? La igualdad, la belleza, la bondad y todas las existencias esenciales, ¿experimentan a veces
algún cambio, por pequeño que sea, o cada una de ellas siendo pura y simple subsiste siempre la misma en
sí, sin experimentar nunca la menor alteración ni la menor mudanza?
—Es necesariamente preciso que ellas subsistan siempre las mismas sin mudar jamás.
—Y todas las demás cosas— repuso Sócrates—, hombres, caballos, trajes, muebles y tantas otras de la
misma naturaleza, ¿quedan siempre las mismas, o son enteramente opuestas a las primeras, en cuanto no
subsisten siempre en el mismo estado, ni con relación a sí mismas ni con relación a los demás?
—No subsisten nunca las mismas—respondió Cebes.
—Ahora bien; estas cosas tú las puedes ver, tocar, percibir por cualquier sentido; mientras que las
primeras, que son siempre las mismas, no pueden ser comprendidas sino por el pensamiento, porque son
inmateriales y no se las ve jamás.
—Todo eso es verdad—dijo Cebes.
—¿Quieres—continuó Sócrates— que reconozcamos dos clases de cosas?
—Con mucho gusto—dijo Cebes.
—¿Las unas visibles y las otras inmateriales? ¿Éstas, siempre las mismas; aquéllas, en un continuo
cambio?
—Me parece bien—dijo Cebes.

Fedón. Platón.
Cuestiones

1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «Demostración de la inmortalidad del alma»


Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno, entre otros
posibles:

- Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1 punto)

- Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la época en la que escribe
el autor (máximo 1 punto)

- Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o desde la perspectiva del
propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)

- EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)

- Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:

a) ¿A qué elementos fundamentales de la filosofía de Platón se refieren “ la igualdad, la belleza, la bondad y


todas las existencias esenciales”? (0,75 puntos)

b) Explica qué significa “ Las que mudan siempre y que nunca son las mismas” (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:

c) ¿Qué significa la “Justicia“ en Platón? (0,75 puntos)

d) Explique qué la “clases sociales” para Platón (0,75 puntos)

***
Texto 4

— Y además —repuso Cebes interrumpiéndole—, según ese argumento, Sócrates, que


tú sueles con tanta frecuencia repetir, de que el aprender no es sino recordar, resulta
también, si dicho argumento no es falso, que es necesario que nosotros hayamos
aprendido en un tiempo anterior lo que ahora recordamos. Mas esto es imposible, a no
ser que existiera nuestra alma en alguna parte antes de llegar a estar en esta figura
humana. De suerte que también según esto parece que el alma es algo inmortal.
— Pero, oh Cebes —replicó Simmias, tomando la palabra—, ¿cuáles son las pruebas
de eso? Recuérdamelas, pues en este momento no las conservo bien en la memoria.
— Se basan —contestó Cebes— en un único y excelente argumento; al ser
interrogados los hombres, si se les hace la pregunta bien, responden de por sí todo tal y
como es; y, ciertamente, no serían capaces de hacerlo si el conocimiento y el concepto
exacto de las cosas no estuviera ya en ellos. Así pues, si se les enfrenta con figuras
geométricas o con otra cosa similar, se delata de manera evidentísima que así ocurre.
— Mas si con este argumento, Simmias —medió Sócrates—, no te convences, mira a
ver si, considerando la cuestión de este otro modo, te sumas a nuestra opinión. Lo que
pones en duda es el cómo lo que se llama instrucción puede ser un recuerdo.
— No es que yo lo ponga en duda —replicó Simmias—, lo que yo pido es
experimentar en mí eso de que se está hablando, es decir que se me haga recordar. Pero
con lo que comenzó a decir Cebes, sobre poco más o menos, recuerdo ya todo y estoy
casi convencido. Sin embargo, no por eso dejaré ahora de escuchar con menor gusto
cómo planteas tú la cuestión.
— De este modo —respondió Sócrates—. Estamos, sin duda, de acuerdo en que si
alguien recuerda algo tiene que haberlo sabido antes.
— En efecto —dijo Simmias.
— ¿Y no reconocemos también que cuando un conocimiento se presenta de la
siguiente manera es un recuerdo? ¿Cuál es esa manera que digo? Ésta. Cuando al ver u
oír algo, o al tener cualquier otra percepción, no sólo se conoce la cosa de que se trata,
sino también se piensa en otra sobre la que no versa dicho conocimiento sino otro, ¿no
decimos con razón que se recordó aquello cuya idea vino a la mente?
— ¿Cómo dices?
— Por ejemplo, lo siguiente: el conocimiento de un hombre y el de una lira son dos
cosas distintas.
— ¡Cómo no!
— ¿Y no sabes que a los enamorados, cuando ven una lira, o un manto, o cualquier
otro objeto que suele usar su amado, les ocurre lo que se ha dicho? Reconocen
la lira y al punto tienen en el pensamiento la imagen del muchacho a quien
pertenecía. Esto es lo que es un recuerdo. De la misma manera que, cuando se
ve a Simmias, muchas veces se acuerda uno de Cebes, y se podrían citar otros
mil casos similares.”
PLATÓN, Fedón, 72e-73d., edición de Luis Gil, Alianza, Madrid, 2000.
Cuestiones
1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La Reminiscencia»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se


sugiere uno, entre otros posibles:

- Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto


(máximo 1 punto)
- Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de
la época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
- Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5
puntos)
- EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
- Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo
0,5)

2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


a) ¿Por qué considera Sócrates que «aprender» es «recordar»? (0,75 puntos)
b) ¿Cuál es la naturaleza del «alma» en el argumento de Sócrates? (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


c) ¿Qué significa Idea en Platón? (0,75 puntos)
d) Explique los términos «ascenso» / «descenso» del método platónico (0,75 puntos)
TEXTO 5

—Respóndeme, pues—continuó Sócrates—. ¿Qué es lo que hace que el cuerpo esté vivo?
—Es el alma.
—¿Sucede así constantemente?
—¿Cómo no ha de suceder?—dijo Cebes.
—¿El alma lleva, por consiguiente, consigo la vida a dondequiera que ella va?
—Es cierto.
—¿Hay algo contrario a la vida, o no hay nada?
—Sí, hay alguna cosa.
—¿Qué cosa?
—La muerte.
—El alma, por consiguiente, no consentiría nunca lo que es contrario a lo que lleva siempre consigo. Esto
se deduce rigurosamente de nuestros principios.
—La consecuencia es indeclinable— dijo Cebes.
—Pero ¿cómo llamamos a lo que no consiente nunca la idea de lo par?
—Lo impar.
—¿Cómo llamamos a lo que no consiente nunca la justicia, y a lo que no consiente nunca el orden?
—La injusticia y el desorden.
—Sea así; y a lo que no consiente nunca la muerte, ¿cómo lo llamamos?
—Lo inmortal.
—El alma, ¿no consiente la muerte?
—No.
—El alma es, por consiguiente, inmortal.
—Inmortal.
—¿Diremos que esto está demostrado, o falta algo a la demostración?
—Está suficientemente demostrado, Sócrates.

Fedón. Platón.
Cuestiones
1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La inmortalidad del alma»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se


sugiere uno, entre otros posibles:

- Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto


(máximo 1 punto)
- Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de
la época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
- Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5
puntos)
- EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
- Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo
0,5)

2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


a) ¿Por qué considera Sócrates que El alma lleva, por consiguiente, consigo la vida a
dondequiera que ella va? (0,75 puntos)
b) ¿Qué significa El alma, por consiguiente, no consentiría nunca lo que es contrario a lo que lleva
siempre consigo?(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


c) ¿Qué significa “ciencia” y “opinión” en Platón? (0,75 puntos)
d) Explique en qué consiste “el mundo sensible” y “el mundo inteligible” en la
filosofía de Platón (0,75 puntos)
SANTO

TOMÁS
Contexto histórico

Tomás de Aquino nació, según las noticias más fiables de que disponemos, el año 1225, al
sur de Italia. Por su procedencia de una familia noble se vio inmerso en la mayoría de los
conflictos característicos de su época.
La Europa en la que crece Tomás vive uno de los momentos de transición más
importantes de toda la Edad Media; el proceso, iniciado en el S. XII y que ha sido
considerado como un auténtico “Renacimiento”, tiene entre otras, las siguientes
características: Aumento de la importancia económica, social y política de los burgos o
ciudades. En el mundo del arte esto supone el tránsito del arte románico al arte gótico,
eminentemente urbano y cuya realización más característica son las grandes catedrales.
Aparición de las Universidades en algunas grandes ciudades. Siguen dependiendo de la
Iglesia pero suponen un alejamiento de la investigación filosófica del ámbito de los
monasterios en los que se ha visto recluida durante varios siglos.
Centros universitarios como París u Oxford desarrollan el saber más puntero de la época.
Aparición y progresivo afianzamiento en la vida eclesiástica de las órdenes llamadas
mendicantes (dominicos y franciscanos especialmente) que sacan de los conventos a los
clérigos, a la vida activa, fuera de los claustros y sin posesiones terrenales. En el nivel de la
política destaca la larga polémica que se desarrolla entre las dos más importantes
instituciones del poder europeo: el papado y el imperio. Los partidarios del papado
(güelfos) y los del Emperador (gibelinos) aspiran a que tanto el poder temporal como el
espiritual sean ejercidos con la primacía bien del Papa bien del Emperador.

Contexto polémico (filosófico)


Santo Tomás, a pesar de las dudas que despertaba el aristotelismo en las escuelas
filosóficas cristianas, logró elaborar un original sistema en el que cristianiza la filosofía
aristotélica con la ayuda de algunos elementos típicamente platónicos. Esto le costó estar
en varias ocasiones en la picota como sospechoso de herejía, acusación que finalmente
logró salvar. Tras su muerte su propio sistema filosófico se esgrimió como argumento en la
persecución y condena de otros autores.
Santo Tomás elaboró una doctrina filosófica que intentaba ser una síntesis o una
superación de las doctrinas filosóficas que hasta entonces habían aparecido en la Edad
Media.
Por un lado, los Agustinistas que habían planteado la subordinación de la Razón a la Fe y
que la primera debe demostrar lo que ya se cree. Esta corriente se complementaba con las
ideas de San Anselmo (siglo XI) que planteó el “argumento ontológico” para demostrar
la existencia de Dios y que según el cual la existencia de Dios es una verdad evidente en sí
misma de forma que la esencia de Dios supone su existencia y, por tanto, no es necesario
demostrar su existencia.
Por otro lado, en los siglos XII y XIII se había desarrollado un pensamiento radicalmente
contrario en el movimiento filosófico del Averroísmo, que trató de recuperar el
pensamiento del filósofo griego Aristóteles y cuyo máximo representante será Averroes.
Estos pensadores planteaban la existencia de una “doble verdad”: la teológica y la
filosófica (la verdad de la Fe y la verdad de la Razón) de forma que se puede creer con la
Fe una cosa y defender con la Razón la contraria.
Santo Tomás intentó superar ambos planteamientos, estableciendo la idea de que la Razón
y la Fe son complementarias (existe un conocimiento natural propio de la Razón y un
conocimiento sobrenatural propio de la Fe que no se pueden contradecir). Y frente al
argumento ontológico, Santo Tomás plantea que la idea de la existencia de Dios no es una
verdad evidente para nosotros, aunque si es una verdad evidente en sí misma, y por tanto es
posible su demostración.
Exposición del tema
(En el caso de Santo Tomás nos encontramos con dos posibles temas y cada uno de ellos
tiene su propio desarrollo y sus propias conclusiones)

DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

Santo Tomás procede a demostrar la existencia de Dios a partir de las cinco vías. Estas
demostraciones son demostraciones a “posteriori”, es decir, se parte de la experiencia
sensible (todo lo que observamos en la naturaleza). En este aspecto, Santo Tomás sigue a
Aristóteles, que a diferencia de Platón intentó crear su sistema basándose en la realidad
sensible mientras que Platón despreció la realidad sensible para afirmar como auténtica
realidad el mundo inteligible o mundo de la Ideas.
Hasta ese momento, la existencia de Dios había sido justificada con el argumento
ontológico de San Anselmo, que como antes se ha explicado partía de la idea de que
“Dios existe” es una verdad evidente en sí misma y, por tanto, no debe ser demostrada.
Pero Santo Tomás añadirá que no es una verdad evidente para nosotros aunque sea una
verdad evidente en sí misma. Por tanto, Santo Tomás sí ve necesario demostrar la
existencia de Dios.
La primera vía es la demostración de la existencia de Dios a partir de la idea de
“movimiento”. Como apuntamos en la determinación del tema del texto, Santo Tomás
parte de una observación de la realidad sensible: es indiscutible que en el mundo hay seres
que se mueven. A esta idea Santo Tomás aplica el principio de causalidad (todo tiene una
causa) y concluye que “todo lo que se mueve es movido por otro”. Pero no es posible
seguir buscando la causa del movimiento hasta el infinito y, por tanto, debe existir un
primer motor que no sea movido por otro. Y ese motor debe ser Dios. Dios existe como
Motor Inmóvil. Procede de Aristóteles.
En la segunda vía, utiliza el principio de “causalidad” para demostrar la existencia de
Dios. Su razonamiento se basa en la idea de que “todo lo que existe tiene una causa”. Pero
la cadena de causas tampoco puede ser infinita (no podemos estar buscando causas sin
detenernos nunca). Debe existir una causa primera, que sería Dios. Esta vía está
inspirada en autores como Aristóteles y Avicena.
En la tercera vía, recurre a la idea de “contingencia”, según la cual todos los seres existen
pero podrían no existir. La existencia de estos seres les viene dada de fuera, no existe en su
esencia. Por tanto, es necesaria la existencia de un Ser que deba su existencia a sí mismo
y no a otro, y que sea la causa de la existencia de todos los seres. Este Ser sería Dios.
Procede de Maimónides.
En la cuarta vía, plantea la gradación de las perfecciones. Se observa en la realidad que
unos seres son más buenos, más verdaderos o más nobles que otros. Por tanto, los seres
participan de la perfección en distintos grados. Así, los seres inferiores serán aquellos que
menos participan de la perfección (alma vegetativa: las plantas), seguidos por los seres
animales (alma sensitiva) y, por último, los seres humanos (alma intelectiva) que participan
en mayor medida de la perfección de un Ser superior que sería perfecto y no recibe su
perfección de otro ser, es decir, Dios. Procede de Platón: las cosas materiales participan
de la perfección de la Ideas.
La quinta vía se basa en la idea de finalidad, según la cual “las cosas que carecen de
conocimiento (como los cuerpos naturales) obran de acuerdo con un propósito, es decir,
tienden a un fin”. Y supone que debe existir un Ser (Dios) que les haya dado su
finalidad. Esta idea de finalidad tiene sus orígenes en la biología aristotélica, que
afirmaba que todos los seres tienden a un fin.
Las cinco vías intentan demostrar la existencia de Dios como Motor Inmóvil, Causa
Incausada, Ser necesario, Ser perfectísimo e Inteligencia suprema. Todo estos atributos
hacen de Dios un ser completamente distinto a todos los seres creados y superior a ellos.
En Dios se identifica su existencia con su esencia, en los seres creados la esencia es
distinta de la existencia.
Conclusiones (vías)

Las vías tomistas han sido discutidas por diversos autores. Las objeciones más
importantes son las siguientes:
En primer lugar, pensadores empiristas como Hume han rechazado el principio de
causalidad que se aplica a cada una de las vías. El principio de “todo efecto tiene su
causa” puede resultar problemático: Hume defiende que este tipo de afirmaciones incluyen
conceptos abstractos, de los que no tenemos impresión alguna (no podemos observarlos
con nuestros sentidos) y además se basan en la suposición de que la naturaleza funciona de
un modo regular y constante, lo cual no es evidente para el pensador empirista.
Kant también critica este principio de causalidad. Para él, el problema existe cuando se
busca en un ser del que no tenemos experiencia (Dios) la causa primera de todo aquello de
lo que sí tenemos experiencia sensible (el mundo). No se puede utilizar el principio de
causalidad más allá de los límites de la naturaleza. Por ello, Kant no ve ninguna
posibilidad de demostrar la existencia de Dios porque no podemos aplicar el principio de
causalidad como hace Santo Tomás.
En segundo lugar, la necesidad de encontrar un principio que detenga la cadena de
causas obliga a Santo Tomás a encontrar un origen a todo. Esto implica que necesita
introducir la idea de Dios. Pero porque no se puede afirmar que el mundo es eterno, un
conjunto de materia existente desde siempre y sometido a una serie de leyes como hacían
los antiguos griegos. Santo Tomás no es capaz de superar ese miedo al “infinito”.
También se podría afirmar, como hacen algunas teorías científicas modernas, que el
mundo proviene del “azar”. De esta forma, habría un origen del mundo pero no por la
acción de un ser superior, sino por una serie de procesos naturales azarosos.
En tercer lugar, las vías demostraría en el mejor de los casos la existencia de un Dios
como concepto, que en nada tendría que parecerse al Dios de las religiones. A través de
las vías no se llega a demostrar la existencia del Dios cristiano. Incluso ese Dios que ha
creado el mundo tenga unas características morales opuestas a las que tradicionalmente se
han asociado al Dios de cada una de las religiones.
LA COMPLEJA RELACIÓN ENTRE LA RAZÓN Y LA FE

Una de las preocupaciones más importantes del pensamiento medieval fue la relación
entre la teología y la filosofía, entre la fe y la razón. El problema es discernir cuál es la
relación entre el conocimiento sobrenatural del hombre, alcanzado por revelación, y el
conocimiento natural, logrado a través del intelecto y los sentidos. Así, la razón y la fe
pueden representar dos fuentes distintas de conocimiento que pueden ser compatibles o
incompatibles entre sí.
Dicho problema llega en Sto. Tomás a su punto culminante y, para muchos, a su solución.
La distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden natural y
sobrenatural. Son dos órdenes distintos, pero no opuestos ni contradictorios sino
complementarios: el orden de conocimiento natural procede de la razón humana, da
lugar la filosofía y posee leyes y métodos propios, con valor demostrativo. Por su parte el
orden sobrenatural procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro por
naturaleza (“creer es un acto del entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio
de la voluntad movida por Dios mediante la gracia”); algunas de sus verdades están al
alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último
término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. De esta forma, Sto
Tomás rechazará la teoría averroísta de la doble verdad.
Santo Tomás tratará de superar la aparente contradicción entre las verdades reveladas por
la Fe y las alcanzadas por la Razón. La tesis de Santo Tomás será la de considerar que las
verdades de la Fe y de la Razón son “complementarias”: existe un conocimiento
NATURAL, que corresponde a la Razón, y un conocimiento SOBRENATURAL, que
corresponde a la Fe. Y no puede haber contradicción entre ambas.
Para Santo Tomás, la Razón y la Fe “colaboran” y esta colaboración da como resultado la
Teología. La Fe orienta a la Razón para que no cometa errores. La Razón aclara los
misterios de la Fe. Hay, pues, dos tipos de teología: la racional, que utiliza la Razón para
llegar a Dios, y la sobrenatural, que usa la Fe revelada.
En Santo Tomás, la Razón conoce los Preámbulos de la Fe (verdades teológicas que
pueden ser alcanzadas por la Razón y reservadas sólo a los filósofos mientras que a los
demás seres humanos sólo pueden alcanzarlos con la Fe) y entre ellos se encuentran: la
existencia de Dios, la idea de que el mundo es creado por Dios o la inmortalidad del alma.
La Fe, además de revelar a la mayoría de los seres humanos los preámbulos de la fe, revela
los llamados Artículos de la Fe o Misterios, que no pueden conocerse por la Razón, como
son el misterio de la trinidad o el de la eucaristía.
La Teología, según Santo Tomás, estudia las verdades reveladas. Y la Filosofía estudia las
verdades NATURALES, verdades no reveladas que hay que demostrar. La Teología
Sobrenatural estudia las verdades reveladas sin posibilidad de demostración (artículos de
la Fe) y la Teología Racional estudia las verdades reveladas que también se pueden
adquirir por la Razón (preámbulos de la fe), que al ignorante le basta con creer pero que al
filósofo le está obligado demostrar.
Santo Tomás tratará de demostrar de la existencia de Dios a través de cinco vías. Estas
cinco vías se basan en cinco ideas: el movimiento, la causalidad, la contingencia, la
gradación de las perfecciones y la finalidad. Con ellas, Santo Tomás intenta demostrar
racionalmente que Dios existe como Motor Inmóvil, Causa Incausada, Ser necesario y
Inteligencia suprema. Santo Tomás utiliza la Razón para demostrar una verdad revelada:
Fe y Razón colaboran en un mismo objetivo.
Conclusiones (Fe y Razón)

Como conclusión, podemos decir que estas ideas de Santo Tomás suscitaron la oposición
por parte de los franciscanos, que reivindicaron a San Agustín, y de las autoridades
eclesiásticas de París y Oxford, que condenaron algunas de las tesis tomistas. Pero pronto
se producirá el triunfo de su filosofía en el pensamiento cristiano posterior y en la Iglesia.
En lo que respecta al tema del texto, debemos decir que en el siglo XIV Guillermo de
Ockham afirma que Fe y Razón son fuentes de conocimiento distintas, con objetos
distintos y por ello es imposible cualquier relación entre ambas. Es el reconocimiento de la
imposibilidad de hacer compatibles Razón y Fe.
Pero el tomismo tuvo gran éxito dentro de la Iglesia católica. Se fue extendiendo, primero
entre los dominicos –orden a la que perteneció- y posteriormente fuera de la orden.
En el siglo XVI, su teoría de la ley natural influyó en la Escuela de Salamanca (p. ej.
Francisco de Vitoria que desarrolló el “derecho de gentes”, antecedente del Derecho
Internacional) y en el Iusnaturalismo (Hugo Grocio).

También influyó en el Racionalismo. Descartes utilizó las pruebas tomistas por la


causalidad eficiente y por la contingencia para la demostración de la existencia de Dios.
Leibniz con el mismo fin empleará la tercera Vía, la Vía por la contingencia.

En el siglo XIX, el Papa León XIII defiende el pensamiento de Tomás de Aquino como el
más adecuado al cristianismo. Surge así una renovación de su pensamiento con el
neotomismo o neoescolástica. La Iglesia estableció para sus centros de enseñanza
superior, seminarios y facultades de Teología los principios de la doctrina tomista. Sus
teorías aparecen reflejadas en Concilios, Catecismos y son fundamento de la moral católica
oficial.
CONCEPTOS DE SANTO TOMÁS

Principio de causalidad: Santo Tomás introduce el “principio de causalidad”: la causa del


movimiento de un ser que se mueve es otro ser que lo mueve. El principio de causalidad
establece que todo lo que existe tiene una causa que lo produce. Las causas, para Santo
Tomás, es aquello que produce un “efecto”, estableciendo un relación causa-efecto en la
Naturaleza. Este principio de causalidad llevará a pensar en una causa primera de todo lo
existente, que sería Dios (la Causa Incausada, es decir, aquello que no es causado por otro).

Potencia y Acto: “Potencia” es la capacidad de un ser de llegar a ser lo que todavía no es.
Para explicar la posibilidad del movimiento, Aristóteles usa el concepto de potencia: si un
ser antes no se movía y ahora se mueve, quiere decir que antes tenía la capacidad de
moverse (tenía la potencia del movimiento). “Acto” es lo que un ser es ya. Cuando un ser
ha realizado un movimiento o un cambio, decimos que ese ser ya está en acto. En la
naturaleza, los seres están en potencia cuando son semillas (en los vegetales) o embriones
(en los animales) y están en acto cuando ya son plantas o animales.

Contingencia: La contingencia es la característica que tienen todos los seres creados: el


poder existir si no existen y poder dejar de existir si existen. Santo Tomás creerá que la
contingencia de las cosas sirve para explicar que hay un ser necesario (Dios) que les ha
dado su existencia. El concepto de contingencia aparece en la tercera vía, en la que Santo
Tomás explica la existencia de Dios como el ser que da la existencia a todos los seres
contingentes, es decir, que existen pero pudieran no existir. Dios aparece como el ser
necesario para la existencia de todos los seres creados.

Argumento ontológico: El argumento ontológico fue la prueba para la demostración de la


existencia de Dios, que afirmaba que la misma idea de Dios implica su existencia. La
misma esencia de Dios permite afirmar su existencia. Es un argumento típicamente
racionalista (desde Descartes hasta Hegel), pues no utiliza ningún dato de la realidad para
afirmar la existencia de Dios. En cambio, es rechazado por aquellos pensadores que
valoran más la experiencia sensible (desde Santo Tomás hasta Kant). Este argumento fue
propuesto por San Anselmo (siglos XI-XII). Definía a Dios como “el ser mayor que pueda
pensarse”. Y tal ser no sólo puede existir en nuestro pensamiento, sino que debe existir en
la realidad. En caso contrario, podríamos pensar en un ser mayor que él y entraríamos en
contradicción, luego Dios existe no sólo en el pensamiento sino también en la realidad.

Innato: Innato es, por definición, lo no aprendido. Es decir, todo aquello que tenemos al
nacer y no aprendemos a lo largo de la vida. Santo Tomás afirma la existencia de lo innato
en la razón humana. Descartes parte también de estas ideas innatas para afirmar la
existencia de Dios.

Conocimiento natural: Conocimiento natural es el que procede de la Razón humana, da


lugar a la filosofía y posee leyes y métodos propios, con valor demostrativo. Se llama
natural porque tiene su fundamento en las capacidades que dependen de la naturaleza
humana. Se relaciona con el conocimiento sobrenatural, que procede de la revelación y
de la fe y que es un conocimiento oscuro por naturaleza y depende de la voluntad de Dios.

Artículos de la fe: Los artículos de la fe son las verdades reveladas por Dios, que son
indemostrables por la Razón humana. Ejemplos son el misterio de la trinidad o el de la
eucaristía.

Preámbulos de la fe: Los preámbulos de la fe son verdades también reveladas, pero que
pueden ser demostradas por la Razón, como son la existencia de Dios, la creación del
mundo o la inmortalidad del alma. Estas verdades son reveladas a la mayoría de los seres
humanos, pero los filósofos están obligados a demostrarlas racionalmente.
Finalismo: es la teoría que afirma que todo lo que existe tiene una finalidad. Todos los
seres tienden a un fin, a un objetivo, prefijado por la Naturaleza o por Dios. Es una idea
que procede de Aristóteles y su teleología: todo ser tiende a un fin impuesto por la
Naturaleza. Santo Tomás utilizará este concepto para demostrar la existencia de Dios en la
quinta vía. En ella, Santo Tomás afirma que Dios es el que ha puesto en cada ser su
finalidad.

ALMA: principio de vida; por el que vivimos, sentimos, nos movemos y comprendemos.
Tomás de Aquino no separa tan radicalmente el alma del cuerpo como lo hizo la
concepción platónica pues considera que el cuerpo y el alma son principios que se
necesitan mutuamente: el alma es el acto del cuerpo, aquello que le da a éste la perfección,
el alma es la forma de los seres vivos porque es lo que les da realidad plena y les capacita
para las operaciones propias del ser viviente. Siguiendo a Aristóteles, Santo Tomás
considerará que hay tantos tipos de almas como tipos generales de actividades vitales: en
las plantas el alma vegetativa, en los animales el alma sensitiva y en los hombres el alma
intelectiva. El Alma Intelectiva es el principio gracias al cual el hombre puede realizar los
distintos tipos de actividades vitales. Sus facultades propias son el entendimiento y la
voluntad. Es inmaterial e inmortal. El Alma Sensitiva es el alma con las capacidades para
el conocimiento sensitivo, el apetito y la locomoción. El Alma Vegetativa es el alma que
permite alimentación, crecimiento y reproducción.

CONOCIMIENTO: Santo Tomás distingue entre el orden de conocimiento natural que


procede de la razón humana, da lugar a la filosofía y posee leyes y métodos propios, con
valor demostrativo. Por su parte el orden de conocimiento sobrenatural procede de la
revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro por naturaleza (“creer es un acto del
entendimiento que asiente a la verdad divina por imperio de la voluntad movida por Dios
mediante la gracia”); algunas de sus verdades están al alcance de la razón, y otras la
exceden. Ambos conocimientos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre
ellos no puede haber contradicción. De esta forma, Sto Tomás rechazará la teoría
averroísta de la doble verdad.

Escolástica: De Schola, escuela. Corriente filosófica y teológica desarrollada por los pen-
sadores cristianos durante la Edad Media (desde el siglo IX hasta principios del
Renacimiento (XIV). Se desarrolló primero en las escuelas monásticas y más tarde en las
catedrales y en las universidades. Aunque trataron todos los temas filosóficos más
importantes (ontología, antropología, teoría del conocimiento, ética, filosofía política...) las
preocupaciones fundamentales de todos los autores de esta corriente fueron de índole
teológica: básicamente la existencia y naturaleza de Dios, y las relaciones entre la filosofía
y la teología, la razón y la fe. Santo Tomás es el representante más importante de este
movimiento.

Tomismo: Escuela fiel a las doctrinas filosóficas y teológicas de Santo Tomás de


Aquino. Tras la muerte de este filósofo hubo una importante oposición a sus doctrinas,
particularmente por parte de los franciscanos, que reivindicaron a San Agustín como el
más fiel exponente del punto de vista cristiano; la oposición culminó en la condena de
algunas de las doctrinas tomistas por parte de las autoridades eclesiásticas de París y
Oxford en 1277. Sin embargo, pronto se vio que el miedo a su pensamiento era infunda

Teología: O doctrina sagrada. Conocimiento de Dios y de las verdades reveladas.


Tomás de Aquino considera que existe un doble orden de verdades relativo a Dios: las que
sobrepasan la capacidad de la razón humana (que Dios es uno y trino, por ejemplo); las que
pueden ser alcanzadas por la razón natural (como la existencia y la unidad de Dios).
Teniendo en cuenta este doble orden de conocimiento podemos distinguir dos tipos
distintos de teología: la teología racional o natural: intenta llegar a Dios a partir de las
fuerzas meramente naturales como es la razón; la teología sobrenatural o teología de la
fe: tiene como fundamento las verdades reveladas y la fe. Sin embargo, en la primera es
también importante la fe porque puede orientar a la razón tanto para preservarla de errores
como para indicarle el camino que debe seguir y el término al que debe llegar; y en la
segunda es importante la razón pues el teólogo puede utilizar esta facultad natural para
ordenar y sistematizar los conocimientos, para aclararlos o explicarlos hasta donde sea
posible y para defender a la teología de los argumentos contrarios.

Teoría de la doble verdad: Teoría defendida por algunos pensadores medievales


según la cual hay dos verdades, una teológica o de fe y otra filosófica o de razón. Una
de las cuestiones fundamentales del pensamiento medieval es la de la relación entre la fe y
la razón. El conocimiento al que se llega por la razón es un conocimiento evidente y da
lugar a la filosofía y la ciencia; el que se fundamenta en la fe no es evidente –aunque pueda
ser para un creyente más verdadero que el filosófico–, y da lugar a la experiencia religiosa.
Como consecuencia puede ocurrir que las tesis a las que se llega a partir de la fe sean
distintas de las tesis a las que se llega a partir de la razón, y la historia muestra claramente
el conflicto que se puede establecer entre estos dos ámbitos o esferas (la esfera
sobrenatural y la esfera natural). En el siglo XIII el conflicto se vivió intensamente con el
redescubrimiento del pensamiento aristotélico. Aristóteles no es claro en el tema de la
eternidad del mundo y la inmortalidad del alma, y algunos intérpretes consideraron que
defendía la eternidad del mundo y la mortalidad del alma individual. Teniendo en cuenta
que el dogma cristiano afirma la creación del mundo y la inmortalidad del alma no es
extraño que los cristianos aristotélicos tuviesen aquí un conflicto. La teoría de la doble
verdad quiere ser una solución: según esta teoría hay dos verdades, la verdad de la
religión, para la cual, por ejemplo, el alma de cada persona es inmortal, y la verdad de la
razón y la filosofía para la cual el alma individual no es inmortal. Santo Tomás se opuso a
la teoría de la doble verdad reinterpretando el pensamiento aristotélico y haciéndolo
compatible con las tesis cristianas.

Esencia: El conjunto de rasgos por los que una cosa es lo que es. La escolástica
distingue también la esencia de la existencia. Santo Tomás consideró que en el caso de los
seres finitos la esencia se distingue realmente de su existencia y encontró en esta
circunstancia la raíz de su contingencia y finitud; sin embargo Dios no recibe la existencia
de otro ser sino de sí mismo, por lo que su existencia es necesaria y en Él no hay distinción
alguna entre esencia y existencia.

Dios: Santo Tomás considera que Dios es Motor Inmóvil (que mueve a todos los demás
seres), Causa Incausada (causa de todos los seres existentes), Ser necesario (da la
existencia a todos los seres contingentes), Ser perfectísimo (del cual participan los seres
imperfectos en una gradación) e Inteligencia suprema (que da su finalidad a todos los
demás seres). Además, Dios es el único ser en el que coinciden esencia y existencia (su
existencia se deriva de su propia esencia).
CONTEXTO FILOSÓFICO
DE SANTO TOMÁS

NEOPLATONISMO Movimiento
Siglo III: Plotino filosófico que sigue
las teorías de Platón

AGUSTINISMO Conjunto de
Siglo IV-V: San Agustín pensadores fieles al
pensamiento de San
Agustín

Teoría filosófica
AVERROÍSMO
Siglo XII: Averroes cristiana que seguía
LATINO
las ideas de Averroes
EL PROBLEMA DE LA RELACIÓN ENTRE LA FE Y LA RAZÓN

AGUSTINISMO La verdad es ÚNICA La Razón está subordinada a la FE

Debe demostrar lo que se


cree

TEOLÓGICA Verdad de la FE

AVERROISMO DOBLE VERDAD


FILOSÓFICA Verdad de la RAZÓN

Conocimiento NATURAL RAZÓN


VERDADES
SANTO TOMÁS COMPLEMENTARIAS
Conocimiento SOBRENATURAL FE

La Fe orienta a la
Razón para que no
cometa errores
COLABORAN

La Razón aclara los


LA
SANTO RAZÓN
misterios de la Fe
TEOLOGIA
LA FE Algunas creencias no
TOMÁS podrán ser demos-
tradas por la Razón

Utilizando la Razón llega


NATURAL
TEOLOGÍA a Dios
SOBRENATURAL Utiliza la Fe revelada
La razón no recibe la
iluminación divina

EL AGUSTINISMO La Razón y la Fe son


autónomas

RAZÓN: conoce las realidades


SANTO sensibles
TOMAS
RECHAZA FE: conoce las realidades
inmateriales

EL AVERROISMO Niega que haya dos verdades: hay una


sola verdad

La Razón (creada por Dios) no


podrá actuar en contra de la Fe

Verdades La existencia de Dios


teológicas que
pueden ser al- El mundo es creado

PREÁMBU canzadas por la


El alma es inmortal
LA LOS DE Razón (sólo por
RAZÓN LA FE los filósofos)

El resto de los seres


SANTO humanos no pueden
TOMÁS alcanzarlos por la
Razón (sólo por la Fe)
LA ARTÍCULOS
FE DE No pueden El misterio de la Trinidad
LA FE conocerse por
la Razón El misterio de la
Eucaristía
MISTERIOS
Estudia las Verdades ARTÍCULOS
SOBRENATURAL
REVELADAS DE LA FE
TEOLOGÍA Estudia las
Verdades
Al ignorante le basta con
Reveladas PREÁMBU
RACIONAL creer
pero que
LOS
se pueden
DE LA FE Al filósofo le está
adquirir
obligado demostrar
con la
Razón
Verdades no
FILOSOFÍA Estudia las reveladas que
Verdades hay que
NATURALES demostrar
LA EXISTENCIA DE DIOS
DIOS EXISTE

ES UNA VERDAD LA ESENCIA


DE DIOS NO ES
ARGUMENTO
EVIDENTE
SUPONE NECESARIO
ONTOLÓGICO SU
EXISTENCIA DEMOSTRAR
EN SÍ SU EXISTENCIA
MISMA
DIOS EXISTE
AUNQUE SÍ

ES EVIDENTE POR TANTO


NO ES UNA VERDAD
SANTO
TOMÁS ES POSIBLE
EVIDENTE PARA
EN SÍ
SU DEMOSTRACIÓN
NOSOTROS MISMA

DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA
DE DIOS
SE CONCLUYE QUE

SE PARTE DE
DIOS ES LA CAUSA
SON LA
LAS
CINCO
DEMOSTRACIONES DE TODO LO
EXPERIENCIA
VÍAS
A POSTERIORI QUE EXISTE
SENSIBLE

TODO LO QUE EXISTE

TIENE UNA CAUSA

EXTERNA
LAS CINCO VÍAS

PRIMERA VÍA IDEA DE DIOS COMO


MOVIMIENTO MOTOR INMÓVIL

DIOS COMO
PRINCIPIO DE
SEGUNDA VÍA CAUSA
CAUSALIDAD
INCAUSADA

TERCERA VÍA IDEA DE DIOS COMO


CONTINGENCIA SER NECESARIO

IDEA DE DIOS COMO


CUARTA VÍA PERFECCIÓN SER
PERFECTÍSIMO
PRINCIPIO
QUINTA VÍA DE DIOS COMO
FINALIDAD INTELIGENCIA
SUPREMA
EN EL

A PARTIR DE MUNDO TODO LO QUE

PRIMERA LA IDEA DE HAY SE MUEVE ES

VÍA MOVIMIENTO SERES MOVIDO POR

QUE SE OTRO
Y ESE MOTOR
MUEVEN
DEBE SER
DIOS POR TANTO DEBE NO ES POSIBLE
DIOS
EXISTE EXISTIR UN PRIMER BUSCAR LA CAUSA
COMO MOTOR QUE NO SEA DEL MOVIMIENTO
MOTOR MOVIDO POR OTRO HASTA EL INFINITO
INMÓVIL
UTILIZA PERO LA
TODO LO
EL CADENA DE
QUE
PRINCIPIO CAUSAS NO
SEGUNDA EXISTE
DE PUEDE SER
VÍA TIENE
CAUSALI- INFINITA
UNA
DIOS EXISTE DAD
CAUSA
COMO CAUSA
NO PODEMOS
PRIMERA
ESTAR
DIOS DEBE EXISTIR
BUSCANDO
SERÍA LA UNA CAUSA
CAUSAS SIN
CAUSA PRIMERA
DETENERNOS
PRIMERA
NUNCA
TODOS
RECURRE LA EXISTENCIA
LOS SERES
A LA IDEA DE ESTOS SERES
TERCERA EXISTEN
DE LA LES VIENE DADA
VÍA PERO
CONTIN- DE FUERA (NO
PODRÍAN
GENCIA EXISTE EN SU
NO
ESENCIA)
EXISTIR
DIOS EXISTE
POR TANTO, ES
COMO
NECESARIA LA
SER
UN SER QUE EXISTENCIA DE
NECESARIO
SEA LA CAUSA UN SER QUE
PARA QUE
DE LA DEBA SU
EXISTAN
EXISTENCIA DE EXISTENCIA A SÍ
TODOS
TODOS LOS MISMO Y NO A
LOS DEMÁS
SERES OTRO
SERES
A PARTIR EXISTEN POR TANTO

CUARTA DE SERES LOS SERES

VÍA LA IDEA QUE SON PARTICIPAN


DE LA MEJORES DE LA
PERFEC- QUE PERFECCIÓN
CIÓN OTROS EN DISTINTOS

GRADOS

DIOS EXISTE

COMO
LOS SERES LOS SERES
SER
HUMANOS INFERIORES
PERFECTÍSIMO
TIENE QUE SERÁN LOS QUE
PARTICIPAN EN
EXISTIR UN SER MENOS
MAYOR
PERFECTO QUE PARTICIPAN DE
MEDIDA DE LA
NO RECIBA SU LA PERFECCIÓN
PERFECCIÓN
PERFECCIÓN DE (PLANTAS Y
DE UN SER
OTRO SER ANIMALES)
SUPERIOR
UTILIZA EL TODO LO LAS CUERPOS
QUINTA PRINCIPIO QUE NATURALES
VÍA DE EXISTE OBRAN

FINALIDAD TIENDE A DE
UN FIN ACUERDO
DIOS EXISTE COMO

INTELIGENCIA A UN

SUPREMA OBJETIVO

QUE MARCA LA

FINALIDAD
SE SUPONE

QUE DEBE

DEBE EXISTIR EXISTIR


DIOS SERÍA
UN SER QUE UN SER
ESE SER QUE
ESTABLEZCA QUE LES HA
MARCA LA
LA FINALIDAD DADO
FINALIDAD
DE LOS SERES ESA

FINALIDAD
COMENTARIO
S
DE
SUMMA
CONTRA
GENTILES
INSTRUCCIONES PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO

1. Localiza el tema:

- lee detenidamente el texto


- determina el tema (repasa los temas fundamentales de la obra)
- es suficiente que ocupe como máximo 5 ó 6 líneas
2. Presentación del contexto histórico:

- Resume el apartado de “contexto histórico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
3. Contexto polémico:

- Resume el apartado de “contexto filosófico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
4. Exposición del tema:

- Se comienza siempre definiendo y explicando el tema propuesto


- A continuación se relaciona ese tema con otros temas de la filosofía del autor
- La extensión debe estar entre 2 y 4 páginas
5. Conclusiones:

- Resume el apartado “Influencias y repercusiones”


- La extensión no debe sobrepasar una página
6. Cuestionario:

- Si se propones expresiones extraídas directamente del texto, debes explicarlas


con el mayor rigor filosófico posible
- Si son términos de la filosofía del autor, debes buscar en el apartado
“Conceptos fundamentales”
- La extensión debe estar entre 1 y 2 páginas

TEXTO 1

Aclarado que ya no son inútiles los intentos de demostrar la existencia de


Dios, expondremos ahora las razones con que los filósofos y doctores católicos la
probaron.

Daremos en primer término los argumentos con que Aristóteles prueba la


existencia de Dios. Lo que intenta probar partiendo del movimiento, mediante dos
vías.

La primera es: Todo lo que se mueve es movido por otro. Más el testimonio de
los sentidos atestigua que hay algo que se mueve, por ejemplo, el sol. Recibe, pues,
el movimiento de otro. Ahora bien, o este motor se mueve o no. Si no se mueve,
tenemos lo intentado, es decir, que hay necesariamente un motor inmóvil. Y a éste
llamamos Dios. Si, por el contrario, se mueve, es movido por otro. Luego se ha de
proceder indefinidamente, necesariamente hemos de admitir un motor inmóvil.

En esta prueba hay dos proposiciones que han de ser probadas, a saber: que
“todo lo que se mueve, es movido por otro”, y que “en los seres motores y movidos
no hay que proseguir indefinidamente”

El Filósofo prueba la primera de tres maneras: 1. Si un ser se mueve a sí


mismo, es necesario que tenga en sí el principio de su movimiento; de lo contrario,
sería movido por otro. También es necesario que “sea primordialmente movido”, es
decir, que se mueva por sí mismo y no por virtud de una de sus partes, como el
animal que se mueve por el movimiento del pie, pues no sería movido todo él por sí
mismo, sino por una de sus partes, y una movería a la otra. Es necesario, asimismo,
que sea divisible y que tenga partes, porque todo lo que se mueve es divisible,
como se prueba en el VI de los “Físicos”.

Esto supuesto, razona así: El ser que se supone movido por sí mismo es
primordialmente movido. De dónde, paralizada una de sus partes, sigue la
paralización del todo. Pues si se mueve una parte y otra está en reposo, el todo no
sería movido el primero, sino la parte que se mueve. Nada que entra en reposo pro
el reposo de otro se mueve por sí mismo; porque, cuando el reposo de un ser sigue
al reposos de otro, es necesario que su movimiento siga el movimiento del otro, y
así no se movería a sí mismo. Luego el ser que se suponía como movido por sí
mismo, en realidad no se moverá a sí mismo. En consecuencia, lo que se mueve es
necesariamente movido por otro.

Summa contra los gentiles, cap. 13 (Santo Tomás de Aquino)


Cuestiones
1
2 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La demostración de la existencia de Dios»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
1 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
2 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
3 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
4 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
5 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

1 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


1 a) Cuando Santo Tomás hace referencia a “todo lo que se mueve es movido por otro” ¿a
qué principio se refiere? Enúncialo (0,75 puntos)
2 b) En el texto aparece el término “movimiento”. Explica en qué consiste. (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


1 c) ¿Qué significa el concepto “contingencia” y en qué vía aparece? (0,75 puntos)
2 d) ¿Cómo se puede explicar el “argumento ontológico” que trataba de demostrar la
existencia de Dios? (0,75 puntos)

***

TEXTO 2

La segunda prueba (de Aristóteles) es por inducción. Todo lo que se mueve accidentalmente, no se
mueve por sí mismo. Pues se mueve al moverse otro. Igualmente, tampoco se mueve a sí mismo lo que es
movido por violencia; cosa evidente. Como tampoco lo que se mueve por su movimiento natural, como los
animales, quienes consta son movidos por el alma. Ni, en fin, lo que se mueve por natural impulso, como lo
pesado y lo leve, que son movidos por quien les da el ser y aparta el impedimento. Es así que todo lo que se
mueve o se mueve por sí mismo o accidentalmente. Mas, si es por sí, o es por violencia, o por naturaleza; y
esto último, o por movimiento intrínseco, como el animal, o extrínseco, como lo grave o lo leve. Luego todo lo
que se mueve es movido por otro.

La tercera prueba es como sigue: Nada está simultáneamente en acto y potencia respecto de una misma
cosa. Mas todo lo que se mueve, en cuanto se mueve, está en potencia, porque el movimiento es “acto del
existente en potencia, en cuanto tal”. Pero todo lo que se mueve, como moviente, está en acto, pues nada obra
sino en cuanto está en acto. Luego nada es, respecto a un mismo movimiento, motor y movido. Y, de este
modo, nada se mueve a sí mismo.

Debe saberse, sin embargo, que Platón, al afirmar que todo motor se mueve, tomó la palabra
“movimiento” en sentido más universal que Aristóteles. Porque Aristóteles propiamente toma el movimiento
en cuanto es el acto del existente en potencia como tal, cual es exclusivamente el de las cosas divisibles y de
los cuerpos, como se prueba en el VI de la “Físicos”. Mientras que, según Platón, lo que se mueve a sí mismo
no es cuerpo; pues tomaba el movimiento en sentido de operación, así como entender y opinar son un cierto
moverse; expresión igual a la que Aristóteles apunta en el III “Del alma”. En atención a esto, decía Platón que
el primer motor se mueve a sí mismo en cuanto se entiende y se quiere o ama. Lo cual, en cierto sentido, está
en conformidad con las razones de Aristóteles; pues no hay diferencia en llegar a un primer motor que se
mueva, según Platón, y en llegar a un primer motor absolutamente inmóvil, según Aristóteles.

Santo Tomás de Aquino: Suma contra los gentiles. B.A.C., Madrid


Cuestiones
3
4 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La demostración de la existencia de Dios»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
6 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
7 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
8 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
9 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
10 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

2 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


3 a) ¿Qué significa el término “inducción” que cita Santo Tomás para referirse a la segunda
prueba de Aristóteles? (0,75 puntos)
4 b) Aristóteles explicaba en movimiento como el paso de la “potencia” al “acto”. Explica en
que consisten estos dos conceptos aristotélicos. (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


3 c) ¿Qué significa el concepto “finalismo” y en qué vía aparece? (0,75 puntos)
4 d) ¿Cómo se puede explicar que en Dios, según Santo Tomás, coincidan “esencia” y
“existencia”? (0,75 puntos)

***
TEXTO 3

Aunque la citada verdad de la fe exceda la capacidad de la razón humana, no por eso las verdades
racionales son contrarias a las verdades de la fe.

1) Lo naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de pensar en su falsedad.
Y menos aún es lícito creer que es falso lo que poseemos por la fe, ya que ha sido confirmado de modo tan
evidente por Dios. Luego, puesto que solamente lo falso es contrario a lo verdadero, como claramente prueban
sus mismas definiciones, no es posible que los principios racionales sean contrarios a la verdad de la fe.

2) Además, lo que es infundido por el maestro en el alma del discípulo pertenece a la ciencia del
doctor, a no ser que enseñe con engaño, lo cual no es lícito afirmar de Dios. Ahora bien, el conocimiento
natural de los primeros principios ha sido infundido por Dios en nosotros, ya que El es autor de nuestra
naturaleza. Luego estos primeros principios están contenidos en la Sabiduría divina. Por consiguiente, todo lo
que sea contrario a ellos será también contrario a la sabiduría divina. Esto no es posible en el caso de Dios. En
consecuencia, las verdades que poseemos por revelación divina no pueden ser contrarias al conocimiento
natural.

3) Además, nuestro entendimiento no puede alcanzar el conocimiento de la verdad cuando está


atenazado por razones contrarias. Si Dios nos infundiera conocimientos contrarios entre sí, nuestro
entendimiento se encontraría impedido para la captación de la verdad. Lo cual no puede ser tratándose de Dios.

4) No es posible que algo natural cambie y que permanezca su naturaleza. Ahora bien, en un mismo
sujeto no pueden coexistir opiniones contrarias acerca de una misma cosa, luego Dios no infunde en el hombre
una certeza o fe contraria al conocimiento natural.

Por eso dice el Apóstol: «Cerca de ti está la palabra, en tu boca, en tu corazón, esto es, la palabra de la
fe que predicamos. Pero porque está sobre la razón es tenida por muchos como contraria. Y esto no es
posible».

También la autoridad de San Agustín está de acuerdo con lo dicho: «Lo que la verdad descubre, de
ninguna manera puede ser contrario a los libros del Viejo y del Nuevo Testamento».

De todo esto se deduce claramente que cualesquiera de los argumentos que se esgriman contra la
enseñanza de la fe no pueden proceder rectamente de los primeros principios innatos, conocidos por sí mismos.
No tienen fuerza demostrativa, sino que son razones probables o sofísticas. Y esto da lugar a deshacerlas.

Santo Tomás de Aquino: Suma contra los gentiles. B.A.C., Madrid


Cuestiones
5
6 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La compleja relación de la Razón y la Fe»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
11 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
12 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
13 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
14 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
15 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

3 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


5 a) Explica el concepto de “innato” al que hace referencia Santo Tomás al principio del
texto (0,75 puntos)
6 b) En el texto aparece el término “conocimiento natural”. Explica en qué consiste y
relaciónalo con otros tipos de conocimiento. (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


5 c) ¿Qué significa el concepto “artículos de la fe” y “preámbulos de la fe”? (0,75 puntos)
6 d) Explica la diferencia entre “teología racional” y “teología sobrenatural” (0,75 puntos)

***
TEXTO 4
Creen algunos que no debe ser propuesto al hombre como de fe lo que la razón es incapaz de comprender,
porque la divina sabiduría provee a cada uno según su naturaleza. Se ha de probar que también es necesaria al
hombre la proposición por vía de fe de las verdades que superan la razón.
En efecto, nadie tiende a algo por un deseo o inclinación sin que le sea de antemano conocido. Y puesto
que los hombres están ordenados por la Providencia divina a un bien más alto que el que la limitación humana
puede gozar en esta vida —como estudiaremos mas adelante—, es necesario presentar al alma un bien superior
que trascienda las posibilidades actuales de la razón, para que así aprenda a desear algo y tender
diligentemente a lo que está totalmente sobre el estado de la presente vida. Y esto pertenece únicamente a la
religión cristiana que promete especialmente los bienes espirituales y eternos; por eso en ella se propone
verdades que superan a la investigación racional. La ley antigua, en cambio, que prometía bienes temporales,
expuso muy pocas verdades no accesibles a la razón natural. En este sentido, se esforzaron los filósofos por
conducir a los hombres desde los deleites sensibles a la honestidad, por enseñar que hay bienes superiores a los
sensibles, cuyo sabor, mucho más suave, únicamente lo gozan los que se entregan a la virtud en la vida activa y
contemplativa.
También es necesaria la fe en estas verdades para tener un conocimiento más veraz de Dios.
Únicamente poseeremos un conocimiento verdadero de Dios cuando creamos que su ser está sobre todo lo que
podemos pensar de él, ya que la sustancia divina trasciende el conocimiento natural del hombre, como más
arriba se dijo. Porque el hecho de que se proponga al hombre alguna verdad divina que excede a la razón
humana, le afirma en el convencimiento de que Dios está por encima de lo que se puede pensar.
La represión del orgullo, origen de errores, nos indica una nueva utilidad. Hay algunos que, engreídos con
la agudeza de su ingenio, creen que pueden abarcar totalmente la naturaleza de las cosas, y piensan que es
verdadero todo lo que ellos ven y falso lo que no ven. Para librar, pues, al alma humana de esta presunción y
hacerla venir a una humilde búsqueda de la verdad, fue necesario que se propusieran al hombre divinamente
ciertas verdades que excedieran plenamente la capacidad de su entendimiento.
Otra razón de utilidad hay en lo dicho por el Filósofo: cierto Simónides, queriendo persuadir al hombre a
abandonar el estudio de lo divino y a aplicarse a las cosas humanas, decía que al hombre le estaba bien conocer
lo humano, y al mortal lo mortal. Y el Filósofo argumentaba contra él de esta manera: «El hombre debe
entregarse, en la medida que le sea posible, al estudio de las verdades inmortales y divinas. Por eso en el libro
XI De los animales dice que, aunque sea muy poco lo que captamos de las sustancias superiores, este poco es
más amado v deseado que todo el conocimiento de las sustancias inferiores. Si al proponer, por ejemplo,
cuestiones sobre los cuerpos celestes —dice también en el libro II Del cielo— son éstas resueltas, aunque sea
por una pequeña hipótesis, sienten los discípulos una gran satisfacción.
Todo esto manifiesta que, aunque sea imperfecto el conocimiento de las sustancias superiores, confiere al
alma una gran perfección, y, por lo tanto, la razón humana se perfecciona si, a lo menos, posee de alguna
manera por la fe lo que no puede comprender por estar fuera de sus posibilidades naturales.
A este propósito se dice en el Eclesiástico: «Se te han manifestado muchas cosas que están por encima del
conocimiento humano». Y en la primera carta a los de Corinto: «Las cosas de Dios nadie las conoce sino el
Espíritu de Dios: pero Dios nos las ha revelado por su espíritu».
Cuestiones
7
8 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La compleja relación de la Razón y la Fe»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
16 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
17 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
18 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
19 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
20 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

4 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


7 a) Explica el significado de la expresión que aparece en el texto: “verdades que excedieran
plenamente la capacidad de su entendimiento” (0,75 puntos)
8 b) En el texto aparece el concepto de “alma”. Explica en qué consiste y qué tipos distingue
Santo Tomás. (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


7 c) ¿Qué significa el concepto de “escolástica”? (0,75 puntos)
8 d) Explica la diferencia entre “teología” y “filosofía” según Santo Tomás (0,75 puntos)

***
DESCARTES

CONTEXTO HISTÓRICO
Descartes (1596-1650) es un filósofo del siglo XVII. El contexto histórico en el que fue
escrito el Discurso del Método es el Siglo de Oro francés. Políticamente, Francia, al igual
que el resto de las grandes naciones europeas de la época, se organiza como una
Monarquía Absoluta, que llegará a su apogeo con Luis XIV y la identificación entre el
monarca y el estado.
El siglo XVII es también un período de crisis en Europa: La consolidación de los estados
modernos, sus afanes imperialistas y la lucha por la hegemonía entre Francia, España,
Holanda e Inglaterra, provocan grandes enfrentamientos entre ellos. Una buena parte de la
vida de Descartes coincide con la Guerra de los Treinta Años entre los estados católicos
y protestantes del imperio alemán. De hecho, el capítulo segundo del Discurso del Método
se ubica en Alemania.
Desde el punto de vista socioeconómico, en el siglo XVII se produjo un fuerte desarrollo
de la burguesía vinculada al capitalismo mercantilista, favorecido a su vez por la
expansión del comercio marítimo y colonial.
Si desde el punto de vista histórico el tiempo de Descartes es el siglo XVII, desde el punto
de vista cultural su tiempo es el Barroco. Es esta una época cuyo tono general es
pesimista. A este pesimismo contribuye en gran medida la confrontación teológica entre
católicos y protestantes de la que hemos hablado antes y en la que Descartes participó.
Otro rasgo cultural interesante de esta época es la invención y desarrollo de la imprenta.
Este invento permite, entre otras cosas, que el ámbito de la cultura salga fuera de los
círculos eclesiásticos (Monasterios, catedrales) haciéndose accesible a personas ajenas a la
religión. De ahí también que el latín comience a no ser la lengua culta en exclusiva y se
publiquen muchos libros en las lenguas nacionales. De hecho, el texto que estamos
comentando fue una de las primeras obras escritas en francés.

CONTEXTO FILOSÓFICO
Desde el punto de vista filosófico, podemos decir que ya hacía algún tiempo que Dios
había dejado de ser el centro de la preocupación filosófica como ocurría en la Edad Media.
El hombre se convierte en el objeto principal de la filosofía y, especialmente, los temas
relacionados con el conocimiento. Este es el terreno en el que Descartes es considerado el
fundador y principal representante de la corriente racionalista.
Esta corriente toma como referencia la ciencia moderna (Galileo, Bacon, Kepler) y como
modelo el método matemático. Además, como el propio nombre indica, conceden a la
razón, el conocimiento teórico, una importancia radical, aceptando el innatismo de los
principios esenciales del conocimiento y despreciando el conocimiento sensorial como
fuente fiable. Leibniz, Spinoza y, por supuesto el propio Descartes son los principales
representantes del Racionalismo.
Descartes formuló una teoría sobre el mundo físico (sustancia extensa) denominada
mecanicismo que intenta explicar el mundo como una gran máquina y que será precursora
de las concepciones materialistas posteriores.
Históricamente, el Racionalismo encuentra su oposición en el Empirismo británico de
Locke y Hume. Ellos, y especialmente Hume, representan la oposición radical a la filosofía
cartesiana fundando una corriente que rechaza la existencia de ideas innatas y pone en la
información sensorial, la fuente y el límite del conocimiento humano.

EXPOSICIÓN DEL TEMA: LA DUDA, LA VERDAD, LA EVIDENCIA, EL


MÉTODO
Descartes quiere llegar a "distinguir lo verdadero de lo falso" y poder encontrar así el
fundamento de la certeza, la idea clara y distinta. Pero para llegar a la certeza absoluta, hay
que empezar dudando. La duda es el punto de partida de su método.
Hay que dudar de todo: su duda es universal. Hay que someter a la duda todas las certezas
que ha habido hasta ahora; todos los principios filosóficos en los que se apoyaban.
Duda de los sentidos: algunas veces nos engañan; por tanto, no nos podemos fiar de ellos.
Duda del mundo exterior: si a veces es imposible distinguir la realidad exterior del sueño,
no podemos estar seguros de que existe ese mundo exterior a nosotros. Nosotros
percibimos como real ese mundo exterior pero también los sueños nos parecen reales y no
lo son.
Duda de los propios razonamientos: el entendimiento se puede equivocar cuando razona,
incluso de las demostraciones matemáticas.
Duda de sí mismo: es posible que dentro de nosotros exista una especie de "duendecillo",
un espíritu maligno que me induce a error.
El objetivo de la duda cartesiana es encontrar una verdad que pueda ser creída por sí
misma, independientemente de toda tradición o autoridad: una verdad de la que no pueda
dudarse y de la que se deduzcan las demás verdades.
La duda cartesiana no es una duda escéptica; no pretende destruir todas las afirmaciones
filosóficas, sino constructiva: pretende alcanzar la verdad, una verdad firme de la que no se
pueda dudar. Para él, la duda no es una forma de pensamiento, una costumbre; sino un
instrumento para alcanzar la verdad, un instrumento para elaborar la filosofía.
Por eso la podemos llamar metódica. No es dudar por dudar, sino para asegurarnos en las
verdades auténticas y en la verdad absoluta.
La duda no es un fin en sí misma, sino un método para edificar la filosofía.
Lo que se propone Descartes es repensar la Filosofía, desde sus fundamentos.
La obsesión de Descartes era llegar a la misma "seguridad" que tienen los científicos. Por
eso, buscaba un método que por medio de la "deducción" llegase partiendo de una verdad
evidente a las demás verdades. Así se puede construir un edificio filosófico sólido, sobre
un fundamente seguro.
Este método para alcanzar la verdad se basa en el principio de evidencia: no hay que
admitir nada que sea dudoso. Sólo lo que se percibe con evidencia es verdadero. Una
evidencia en la verdad primera (la idea clara y distinta), una evidencia en el proceso de
deducción de otras verdades y una evidencia en todo el proceso.
Hay una verdad que resiste todos los ataques de la duda y de la que es imposible dudar: no
puedo dudar de que estoy dudando, no puedo dudar de mi pensamiento y mi pensamiento
se da porque se da mi existencia. El pensamiento y la existencia se perciben
simultáneamente. Es el cogito ergo sum.
El cogito ergo sum es el principio buscado por Descartes (la idea clara y distinta). La base
firme para construir todo el edificio de la filosofía, la base para deducir todas las demás
verdades.
La influencia de San Agustín es evidente: San Agustín había hecho un análisis parecido
("si me engaño, existo", "si no existiera, no me podría engañar"). Es lo mismo que el
cogito.
Descartes deduce su criterio de certeza: todo cuanto se perciba con igual claridad y
distinción que el cogito ergo sum, será verdadero.

EXPOSICIÓN DEL TEMA: LA SUSTANCIA (ALMA-CUERPO, EL YO, DIOS, EL


MUNDO)
Descartes emplea el término sustancia como sinónimo de "cosa"; es decir, que la sustancia
es lo concreto existente (cosas que existen).
Deduce del cogito tres sustancias: la pensante (res cogitans) constituye el "yo" como cosa
que piensa, es el alma independiente del cuerpo, que no necesita del cuerpo para existir; la
infinita (res infinita) es la sustancia perfecta, que viene de un ser perfecto, Dios; y la
extensa (res extensa) o sustancia corpórea, el cuerpo que tiene el ser pensante, constituido
por extensión y longitud.
Descartes deduce la existencia de la sustancia a priori, es decir, no tiene que justificarla ni
demostrarla. La sustancia es lo que se percibe como independiente y no necesita nada más
que de sí misma para existir.
Existe una sustancia infinita, que cumple la definición de sustancia perfectamente porque
no necesita de otra para existir; y otras sustancias finitas, que son las almas y los cuerpos,
que no necesitan nada para existir, salvo de la sustancia infinita.
A cada sustancia le corresponde un atributo principal, que es inseparable de la sustancia: a
la res cogitans le corresponde el atributo del pensamiento; a la res infinita, el de la
perfección; y a la res extensa, la extensión.
Descartes opina que el alma y el cuerpo son pensados como cosas distintas. Pero el
pensamiento no sólo es distinto del cuerpo, sino que existe aunque no exista el cuerpo (del
cuerpo dudo, y por tanto a lo mejor no existe, pero mi pensamiento existe sin que yo pueda
dudar de él); es decir, no necesita del cuerpo para existir; es, por tanto, una sustancia. A la
sustancia pensante le llama alma; por tanto, el alma existe independiente del cuerpo.
DESCARTES parte de una verdad "clara y distinta": el cogito ergo sum. El cogito supone
el siguiente razonamiento: podemos dudar de todo, dudar de la existencia de todas las
cosas; pero no podemos dudar de que estamos dudando. Es decir, la duda sería imposible si
no existiese el sujeto que duda. Luego, si se duda (si se piensa) es porque existe el sujeto
que duda.
Así es como Descartes deduce la existencia del YO. El yo existe como ser pensante (res
cogitans) y no necesita al cuerpo para existir. El cuerpo puede que no exista porque lo
percibimos por los sentidos y me pueden engañar. Pero el "yo" estamos seguros de que
existe porque no podemos dudar de nuestro pensamiento. A esta sustancia pensante la
llamamos alma, que existe independiente del cuerpo.
Descartes pensaba que si dudamos es porque somos imperfectos. Nos vemos como seres
imperfectos. Seríamos perfectos si tuviésemos certeza de las cosas y no dudásemos. Es
más perfecto no dudar. Es decir, nos vemos como seres finitos. Seres limitados. Y al
vernos como seres finitos lo hacemos por oposición al concepto de infinito. Esa idea de
infinito tiene que provenir de un ser perfecto, porque de un seres imperfectos como somos
nosotros no puede venir la idea de infinitud, de los seres finitos no puede proceder el
concepto de infinito. Tiene que provenir de un ser infinito y perfecto, de Dios. Luego Dios
existe.
Descartes sigue los argumentos de San Agustín: si en nuestro pensamiento existen ideas
eternas y necesarias, es porque proceden de un ser eterno que es Dios. El pensamiento
humano es imperfecto y no puede crear ideas perfectas e inmutables. Estas ideas son la
"iluminación" que Dios concede al hombre.
Admite también el argumento ontológico de San Anselmo: Todos los hombres tienen una
idea de Dios (es un ser tal que es imposible pensar otro mayor) y debe existir, no solamente
en nuestro pensamiento, sino también en la realidad. Si no existiese en la realidad, sería
posible pensar otro mayor y entraríamos en contradicción; luego Dios existe no sólo en el
pensamiento, sino también en la realidad.
Para Descartes el Mundo existe, la realidad exterior a la mente existe. Él la denomina "res
extensa". Descartes prueba la existencia del mundo a partir de la existencia de Dios. Si
Dios existe y Dios es perfecto (de lo contrario no sería Dios), no nos puede engañar. Si no
nos puede engañar, las sensaciones que nosotros tenemos del mundo son verdaderas. Si no
lo fuesen, Dios nos estaría engañando y entonces no sería Dios. La existencia de Dios
garantiza, por tanto, la existencia del mundo. No lo hemos fabricado en nuestra mente.
Esas sensaciones de la realidad exterior (longitud, anchura, profundidad) son algo objetivo
y real, causadas por algo exterior a la mente, causadas por Dios.
DESCARTES distinguía entre "ideas innatas" e "ideas no innatas". Las ideas innatas,
según Descartes, proceden de la "propia facultad de pensar", proceden de una cierta
disposición que la mente posee. Son pensamientos que no proceden de los objetos externos
(ideas adventicias) ni de la propia voluntad (ideas facticias). Es decir, no son ideas
"construidas" por el sujeto. Son ideas propias de la mente, que surgen en el acto de pensar.
Asimismo, Descartes critica el innatismo concebido como una teoría según la cual tenemos
ya algunas ideas desde antes de nacer (reminiscencia platónica).
Las ideas innatas no provienen de la experiencia ni son una "construcción" de nuestra
mente. El entendimiento posee por sí mismo estas ideas, las tiene por naturaleza.
Por ejemplo, son ideas innatas las ideas de pensamiento y existencia: pienso, entonces
existo. No son construidas, no proceden de la experiencia, sino que las encontramos en
nosotros mismos.
Estas ideas innatas son ideas claras y distintas: claras, porque se manifiestan sin dificultad
a nuestro conocimiento; distintas, porque no contienen en sí mismas otras ideas.

CONCLUSIONES
Con Descartes empieza la era de la primacía del sujeto sobre el objeto. Descartes se
queda encerrado en su cogito y no sabe salir de él. Toda la verdad se apoya en el sujeto
pensante: toda realidad es real en cuanto se piensa. Descartes se ve obligado a acudir a
Dios: la Filosofía se construye a partir de la teología (la creencia en Dios).
Pero hay que reconocer que a Descartes le debemos el nuevo rumbo que va a tomar la
Filosofía. Desde Descartes se va a valorar más al sujeto que el objeto, la persona humana
encontrarà su propia identidad (como ocurre con Ortega y Gasset).
Prepara el camino a la Ilustración del siglo XVIII, donde la Razón es la diosa que permite
el conocimiento y el progreso humano.
El esfuerzo cartesiano para dar el salto de lo subjetivo a la realidad exterior crea las bases
para una reflexión posterior: la Fenomenología o anàlisis interior subjetivo de las esencias,
y el Existencialismo (postura que parte del “yo soy porque pienso”), pero no fuera del
mundo, sino que definirán al ser humano como ser en el mundo.
También influirà Descartes en el desarrollo de la ciencia y la técnica, que dará lugar en el
siglo XIX y XX a movimientos como el Positivismo, que afirmará que la Filosofía debe
profundizar en la Ciencia.

CONCEPTOS DE DESCARTES
EVIDENCIA: Es una idea que no puede ser negada, al ser su verdad clara a la mente de
una forma inmediata. Descartes les atribuye el ser ideas “claras” y “distintas”, y las sitúa
siempre como ideas que se captan mediante la intuición intelectual. Las verdades evidentes
permiten demostrar otras verdades a través de la deducción. El “cogito ergo sum” es la
verdad evidente a partir de la cual se deducen todas las demás.
MÉTODO: Significa “camino”, procedimiento que se sigue para obtener algo. En el caso
de Descartes este término se aplica a los cuatro pasos que según él debe seguir la razón
humana para alcanzar la verdad de manera indudable: evidencia, análisis, síntesis y
enumeración. La obsesión de Descartes era llegar a la misma "seguridad" que tienen los
científicos. Por eso, buscaba un método que por medio de la "deducción" llegase partiendo
de una verdad evidente a las demás verdades. Así se puede construir un edificio filosófico
sólido, sobre un fundamente seguro. Este método consiste en la intuición y la deducción,
sin ellas no se puede alcanzar la verdad.
Intuición: verdades evidentes que de ninguna manera se pueden negar. Las verdades
admitidas por todo el mundo (universalmente). Proceden de Dios.
Deducción: a partir de una verdad evidente (yo pienso, luego existo) se pueden demostrar
otras verdades que constituyen "eslabones" de una cadena y que se hacen también verdades
evidentes.
ANÁLISIS: Segundo paso del método cartesiano que consiste en dividir un problema cuya
solución buscamos en las partes más sencillas que lo componen. Sobre cada una de esas
partes simples se podrá aplicar la intuición racional, paso previo imprescindible para
comprender el problema en su conjunto.
FILOSOFÍA: Descartes quiere hacer de la Filosofía una ciencia, en lugar de un campo de
discusiones estériles, sin sentido. Para él era preciso buscar una Filosofía única y
verdadera, un saber universal, válido para todos. Si no se ha llegado a esta Filosofía
definitiva, universal y necesaria, es porque no se ha utilizado un método válido y
adecuado. Y entonces, Descartes se fija en el modelo matemático. en el que hay
progreso, no existen distintas explicaciones para el mismo fenómeno, son universalmente
admitidas: nadie discute las verdades matemáticas.
DUDA: Hay que dudar de todo: su duda es universal. Hay que someter a la duda todas las
certezas que ha habido hasta ahora; todos los principios filosóficos en los que se apoyaban.
Duda de los sentidos. Duda del mundo exterior. Duda de los propios razonamientos. Duda
de sí mismo
El objetivo de la duda cartesiana es encontrar una verdad que pueda ser creída por sí
misma, independientemente de toda tradición o autoridad: una verdad de la que no pueda
dudarse y de la que se deduzcan las demás verdades.
La duda cartesiana no es una duda escéptica; no pretende destruir todas las afirmaciones
filosóficas, sino constructiva: pretende alcanzar la verdad, una verdad firme de la que no se
pueda dudar. Para él, la duda no es una forma de pensamiento, una costumbre; sino un
instrumento para alcanzar la verdad, un instrumento para elaborar la filosofía. Por eso la
podemos llamar metódica. No es dudar por dudar, sino para asegurarnos en las verdades
auténticas y encontrar la verdad absoluta. La duda no es un fin en sí misma, sino un
método para edificar la filosofía.
Lo que se propone Descartes es repensar la Filosofía, desde sus fundamentos.
DIOS: Descartes pensaba que si dudamos es porque somos imperfectos. Nos vemos como
seres imperfectos. Seríamos perfectos si tuviésemos certeza de las cosas y no dudásemos.
Es más perfecto no dudar.
Es decir, nos vemos como seres finitos. Seres limitados. Y al vernos como seres finitos lo
hacemos por oposición al concepto de infinito. Esa idea de infinito tiene que provenir de
un ser perfecto, porque de un seres imperfectos como somos nosotros no puede venir la
idea de infinitud, de los seres finitos no puede proceder el concepto de infinito. Tiene que
provenir de un ser infinito y perfecto, de Dios. Luego Dios existe.
IDEA INNATA: Las ideas innatas, según Descartes, proceden de la "propia facultad de
pensar", proceden de una cierta disposición que la mente posee. Son pensamientos que no
proceden de los objetos externos (ideas adventicias) ni de la propia voluntad (ideas
facticias). Es decir, no son ideas "construidas" por el sujeto. Son ideas propias de la mente,
que surgen en el acto de pensar. Asimismo, Descartes critica el innatismo concebido como
una teoría según la cual tenemos ya algunas ideas desde antes de nacer (reminiscencia
platónica).
Por ejemplo, son ideas innatas las ideas de pensamiento y existencia: pienso, entonces
existo. No son construidas, no proceden de la experiencia, sino que las encontramos en
nosotros mismos.
LIBERTAD: Con la independencia de cuerpo y alma, Descartes trata de de defender la
libertad del hombre. Su concepción "mecanicista" del mundo no permite la libertad. Por
eso, Descartes separa el alma del cuerpo. El cuerpo se rige por leyes mecánicas y no deja
lugar a la libertad. Necesitamos un alma separada del cuerpo para poder ser libres, sin las
ataduras del cuerpo.
La concepción mecanicista impide la libertad. La separación del cuerpo y el alma, que
sería autónoma e independiente de la materia, le permite afirmar la libertad del hombre.
EXISTENCIA: si se duda (si se piensa) es porque existe el sujeto que duda. Así es como
Descartes deduce la existencia del YO
El Yo posee la idea de infinito y la idea de perfección, que tienen que provenir de un ser
infinito y perfecto, porque de un seres finitos e imperfectos como somos nosotros no puede
venir la idea de infinitud ni la idea de perfección. Luego estas ideas proceden de Dios.
Luego Dios existe. Por último, Descartes prueba la existencia del mundo a partir de la
existencia de Dios. Si Dios existe y Dios es perfecto (de lo contrario no sería Dios), no nos
puede engañar. Si no nos puede engañar, las sensaciones que nosotros tenemos del mundo
son verdaderas. Luego el mundo exterior existe.
ALMA: Descartes opina que el alma y el cuerpo son pensados como cosas distintas. Pero
el pensamiento no sólo es distinto del cuerpo, sino que existe aunque no exista el cuerpo
(del cuerpo dudo, y por tanto a lo mejor no existe, pero mi pensamiento existe sin que yo
pueda dudar de él); es decir, no necesita del cuerpo para existir; es, por tanto, una
sustancia. A la sustancia pensante le llama alma; por tanto, el alma existe independiente del
cuerpo.
Cuerpo y alma son dos sustancias separadas que pueden existir la una sin la otra. Pero, sin
embargo, están unidas, hay un yo que las une: el mismo yo que piensa es el que sufre, el
que habla, el que crece, el que muere...
Esa unidad, piensa Descartes, tiene que ser accidental, ya que son independientes una de la
otra. No puede ser una unión sustancial como pensaba Aristóteles (materia y forma), sino
más bien se acerca a Platón (separación de las almas inmortales y los cuerpos mortales).
VERDAD: Descartes utiliza el principio de evidencia para llegar a definir la Verdad. Su
punto de partida es que “no hay que admitir nada que sea dudoso”. Será verdadero todo
aquello de lo que no se pueda dudar. Descartes busca ese principio indubitable y encuentra
uno del que no puede dudar: “no puedo dudar de que estoy dudando” (cogito ergo sum).
Todo lo que se perciba con igual claridad que el cogito ergo sum será verdadero. Éste será
su criterio de certeza. La Verdad y el Conocimiento se alcanzan a partir de este principio.
RAZÓN: será el instrumento que utilizará Descartes para alcanzar lo verdadero. La Razón
es la facultad primordial para superar la duda. Dios ha puesto en la Razón humana la
posibilidad de alcanzar el conocimiento verdadero. De hecho, el conocimiento se adquiere
según Descartes a partir de la Razón. Descartes es un representante del movimiento
racionalista, que da preponderancia a la Razón sobre la experiencia.
IDEA: realidad mental que puede tener tres orígenes según Descartes. Pueden ser innatas:
aquellas ideas con las que nacemos y que no dependen de nuestra experiencia, ideas
propias de la mente que surgen en el mismo acto de pensar y el entendimiento las tiene por
naturaleza (ideas de perfección, infinitud, existencia, pensamiento), ideas adventicias: son
las que vienen de fuera, aquellas que provienen de la experiencia (ideas de árbol, hombre,
cosas, etc.) y las ideas facticias: son las ideas que construimos nosotros combinando ideas
adventicias entre sí o con las innatas y provienen de nuestra imaginación, son voluntarias y
pueden no ser reales (un caballo con alas).
SUSTANCIA: es todo aquello que existe y se percibe como independiente. Para Descartes
existen tres tipos de sustancias: la Res Cogitans: el yo que piensa, el alma, el pensamiento;
la Res Infinita: la sustancia perfecta, Dios; y la Res Extensa: la sustancia corpórea, el
Cuerpo, la Extensión. La única sustancia absolutamente independiente es la sustancia
infinita, Dios. Las otras dos dependen de ésta.
DESCARTES

EL FUNDAR
UNA FILOSOFÍA
OBJETIVO UN SABER
DE VALIDEZ
ABSOLUTO
DE SU UNIVERSAL
FILOSOFÍA

ES UN SABER EN EL QUE HAY PROGRESO

ES UN SABER ACUMULATIVO

EL MODELO
CADA FENÓMENO TIENE
MATEMÁTICO UNA EXPLICACIÓN ÚNICA
ES
LA SOLUCIÓN SUS SOLUCIONEES SON
UNIVERSALMENTE ADMITIDAS

SUS VERDADES SON EVIDENTES

PERMITE DEDUCIR VERDADES ESTABLES

EL ENCONTRAR
DISTINGUIR LO UNA VERDAD
OBJETIVO
VERDADERO DE LO QUE PUEDA
DE SU SER CREÍDA
FALSO
FILOSOFÍA POR SÍ MISMA

LOS SENTIDOS

LA DUDA MUNDO EXTERIOR


ES EL PULNTO
SU DUDA ES
DE PARTIDA UNIVERSAL
DE SU SU RAZÓN
MÉTODO

DE SÍ MISMO
VERDAD Y CONOCIMIENTO

EL PUNTO DE DUDA UNIVERSAL DUDAR DE TODO


PARTIDA
DE DESCARTES LA DUDA COMO
ES LA DUDA DUDA METÓDICA MÉTODO PARA
EDIFICAR LA
FILOSOFIA
NO ES ESCÉPTICA

UTILIZA NO HAY QUE NO PUEDO DUDAR


EL PRINCIPIO ADMITIR NADA DE QUE
DE QUE SEA ESTOY
EVIDENCIA DUDOSO DUDANDO

COGITO ERGO SUM SI PIENSO SI DUDO


(PIENSO LUEGO ES PORQUE ES PORQUE
EXISTO) EXISTO PIENSO

ES EL PRINCIPIO ES LA BASE SIRVE PARA


BUSCADO FIRME PARA DEDUCIR TODAS
POR DESCARTES SU FILOSOFÍA LAS DEMÁS
VERDADES

TODO LO QUE SE SERÁ SU LA VERDAD


PERCIBA CON IGUAL CRITERIO Y
CLARIDAD QUE EL DE EL CONOCIMIENTO
COGITO ERGO SUM CERTEZA SE ALCANZAN
SERÁ VERDADERO A PARTIR DE
ESTE PRINCIPIO
TODO LO QUE TODO
SE PERCIBE LA SUSTANCIA LO QUE EXISTE
COMO INDEPENDIENTE

RES COGITANS RES INFINITA RES EXTENSA

EL YO LA SUSTANCIA LA SUSTANCIA
QUE PIENSA PERFECTA CORPÓREA

EL ALMA DIOS EL CUERPO

EL PENSAMIENTO LA PERFECCIÓN LA EXTENSIÓN

EL ALMA HAY EL CUERPO


UN YO
QUE LAS UNE
NO NECESITA DEL DUDO DEL CUERPO
CUERPO A LO MEJOR
PARA EXISTIR NO EXISTE
ES UNA
UNIÓN
ACCIDENTAL

A TRAVÉS
DE LA
GLÁNDULA
PINEAL
EL ORIGEN DE LAS IDEAS

IDEAS INNATAS IDEAS NO INNATAS

AQUELLAS IDEAS IDEAS IDEAS


CON LAS QUE ADVENTICIAS FACTICIAS
NACEMOS

SON LAS QUE SON LAS IDEAS


NO DEPENDEN DE PROVIENEN QUE CONSTRUIMOS
LA EXPERIENCIA DE FUERA NOSOTROS

TAMPOCO AQUELLAS COMBINANDO


SON IDEAS QUE FORMAMOS IDEAS ADVENTICIAS
“CONSTRUIDAS” A PARTIR DE ENTRE SÍ
POR EL SUJETO LA EXPERIENCIA O CON RASGOS DE
LAS IDEAS INNATAS

IDEAS DE: PROVIENEN DE


SON IDEAS PROPIAS
ÁRBOL, HOMBRE, NUESTRA
DE LA MENTE
COSAS, ETC. IMAGINACIÓN

SURGEN EN
SON
EL MISMO
VOLUNTARIAS
ACTO DE PENSAR

PUEDE QUE
PERO NO SON NO SEAN REALES
IDEAS QUE SE
TENGAN ANTES
DE NACER POR EJEMPLO:
(REMINISCENCIA) UN CABALLO
CON ALAS

EL ENTENDIMIENTO
POSEE POR SÍ MISMO
ESTAS IDEAS
LAS TIENEN POR
NATURALEZA

SON IDEAS INNATAS:


LA DE PERFECCIÓN
LA DE INFINITUD
LA DE PENSAMIENTO
LA DE EXISTENCIA
DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DE DIOS

A PARTIR DE LA IDEA A PARTIR DE LA IDEA A PARTIR DE LA


DE PERFECCIÓN DE INFINITUD EXISTENCIA
DEL YO

SI DUDO ES PORQUE SI DUDO ES PORQUE


SOY UN SER SOY UN SER EL YO EXISTE
IMPERFECTO FINITO Y NO HA PODIDO
DARSE LA
EXISTENCIA
A SÍ MISMO
PERO NO SERÍA PERO NO SERÍA NI ES CAPAZ DE
POSIBLE TENER LA POSIBLE TENER LA CONSERVARLA
IDEA DE IDEA DE
IMPERFECCIÓN SIN LA FINITUD SIN LA
IDEA DE PERFECCIÓN IDEA DE INFINITUD ENTONCES
TIENE QUE EXISTIR
LA IDEA DE NECESARIAMENTE
LA IDEA DE OTRO QUE DA
INFINITUD NO ES UNA
PERFECCIÓN NO ES UNA LA EXISTENCIA
IDEA ADVENTICIA
IDEA ADVENTICIA A ESE YO
(no viene de la experiencia
(no viene de la experiencia Y LOGRA
porque no percibimos
porque no percibimos nada CONSERVÁRSELA
nada infinito)
perfecto)

TAMPOCO ES TAMPOCO ES DIOS SERÍA


UNA IDEA FACTICIA UNA IDEA FACTICIA EL ORIGEN Y
(no es una idea construida (no es una idea construida EL CONSERVADOR
por el ser humano porque es por el ser humano porque DE TODO LO
un ser imperfecto) es un ser finito) EXISTENTE

ES UN IDEA INNATA ES UNA IDEA INNATA SERÁ UN DIOS


(una idea puesta en el ser (una idea puesta en el ser CREADOR
humano por un ser perfecto, humano por un ser UN SER PERFECTO
que sería Dios) infinito, que sería Dios) Y DUEÑO DE LA
EXISTENCIA
DIOS EXISTE DIOS EXISTE
PORQUE EXISTE PORQUE EXISTE
LA IDEA DE LA IDEA DE ES UNA
PERFECCIÓN INFINITUD DEMOSTRACIÓN
MÁS CERCANA A
LA EXPERIENCIA
SON DEMOSTRACIONES RACIONALISTAS (semejante a las vías de
(se basan en la existencia de ideas innatas) Santo Tomás)
DEMOSTRACIÓN DE LA EXISTENCIA DEL MUNDO

LA VERDAD ES COMO DIOS


PERFECCIÓN DIOS
ES PERFECTO DIOS
NO NOS
TIENE QUE ES
PUEDE
LA MENTIRA ES DECIR BUENO
ENGAÑAR
IMPERFECCIÓN LA VERDAD

SI DIOS LAS POR TANTO


EL YO
ES BUENO SENSACIONES EL MUNDO
PUEDE FIARSE
NO PUEDE QUE TENEMOS EXISTE
DE SU RAZÓN Y
PERMITIR QUE DEL MUNDO (gracias a la
DE SUS
EL YO VIVA SON existencia de
SENTIDOS
EN EL ENGAÑO VERDADERAS Dios)

DEMOSTRACIÓN DE LAS SUSTANCIAS

EXISTENCIA DEL YO
DUDA DE SI DUDA SI PIENSA
(el pensamiento=el alma)
TODO PIENSA EXISTE

EXISTEN LAS ESTAS


EL YO ES IDEAS DE IDEAS EXISTENCIA
IMPERFECTO PERFECCIÓN VIENEN DE DE
Y FINITO Y DE UN SER DIOS
INFINITUD PERFECTO
E INFINITO

DIOS ES DIOS NO NOS PODEMOS EXISTENCIA


PERFECTO Y PUEDE FIARNOS DE DEL
BUENO ENGAÑAR NUESTRAS MUNDO
SENSACIONES
LA

MECANICISMO Y LIBERTAD

MECANICISMO LIBERTAD

EL MUNDO EL SER HUMANO


ES UNA MÁQUINA ES LIBRE

TODO SE REDUCE A PORQUE EL


MATERIA Y CUERPO ESTÁ
MOVIMIENTO SEPARADO DEL
ALMA

DIOS ES LA CAUSA
DEL MOVIMIENTO Y EL CUERPO SE
LO CONSERVA RIGE POR LEYES
MECÁNICAS QUE
NO PERMITEN LA
LIBERTAD
LOS SERES VIVOS
(PLANTAS Y
ANIMALES) PARA SER LIBRES
SON MÁQUINAS NECESITAMOS DE
UN ALMA
SEPARADA DEL
CUERPO
FUNCIONAN SIN
NECESIDAD DE
ALMA
LA LIBERTAD ES
POSIBLE PORQUE
EL ALMA
NO SON INDEPENDIENTE DE
LIBRES LA MATERIA
COMENTARIO
S
DEL
Discurso
Del
Método
INSTRUCCIONES PARA LA REALIZACIÓN DEL COMENTARIO

1. Localiza el tema:

- lee detenidamente el texto


- determina el tema (repasa los temas fundamentales de la obra)
- es suficiente que ocupe como máximo 5 ó 6 líneas
2. Presentación del contexto histórico:

- Resume el apartado de “contexto histórico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
3. Contexto polémico:

- Resume el apartado de “contexto filosófico”


- La extensión no debe sobrepasar una página
4. Exposición del tema:

- Se comienza siempre definiendo y explicando el tema propuesto


- A continuación se relaciona ese tema con otros temas de la filosofía del autor
- La extensión debe estar entre 2 y 4 páginas
5. Conclusiones:

- Resume el apartado “Influencias y repercusiones”


- La extensión no debe sobrepasar una página
6. Cuestionario:

- Si se propones expresiones extraídas directamente del texto, debes explicarlas


con el mayor rigor filosófico posible
- Si son términos de la filosofía del autor, debes buscar en el apartado
“Conceptos fundamentales”
- La extensión debe estar entre 1 y 2 páginas

COMENTARIO 1

“Pues ¿cómo sabremos que los pensamientos que se nos ocurren durante el sueño

son falsos, y que no lo son los que tenemos despiertos, si muchas veces sucede que

aquéllos no son menos vivos y expresos que éstos? Y por mucho que estudien los

mejores ingenios, no creo que puedan dar ninguna razón bastante a levantar esa

duda, como no presupongan la existencia de Dios. Pues en primer lugar, esa misma

regla que antes he tomado, a saber, que las cosas que concebimos muy clara y

distintamente son todas verdaderas, esa misma regla recibe su certeza sólo de que

Dios es o existe, y de que es un ser perfecto, y de que todo lo que está en nosotros

proviene de él; de donde se sigue que, siendo nuestras ideas o nociones, cuando

son claras y distintas, cosas reales y procedentes de Dios, no pueden por menos de

ser también, en ese respecto, verdaderas.”

DISCURSO DEL MÉTODO R. Descartes.


Cuestiones
9
10 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La duda como método»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
21 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
22 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
23 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
24 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
25 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

5 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


9 a) ¿Cómo puede definirse el concepto “evidencia” en el pensamiento de Descartes (0,75
puntos)
10 b) Descartes habla de la duda como un método. ¿En qué consiste ese método?(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


9 c) ¿Qué significa el concepto “idea” en la filosofía de Descartes? (0,75 puntos)
10 d) Explica en qué consiste el “análisis” en el método cartesiano (0,75 puntos)

***

COMENTARIO 2
Pero no podía suceder otro tanto con la idea de un ser más perfecto que mi ser, pues era cosa

manifiestamente imposible que la tal idea procediese de la nada; y como no hay la menor

repugnancia en pensar que lo más perfecto sea consecuencia y dependencia de lo menos

perfecto que en pensar que de nada provenga algo, no podía tampoco proceder de mí mismo;

de suerte que sólo quedaba que hubiese sido puesta en mí por una naturaleza verdaderamente

más perfecta que lo soy yo, y poseedora inclusive de todas las perfecciones de que yo pudiera

tener idea: esto es, para explicarlo en una palabra, por Dios. A esto añadí que, supuesto que yo

conocía algunas perfecciones que me faltaban, no era yo el único ser que existiese (aquí, si lo

permitís, haré uso libremente de los términos de la escuela), sino que era absolutamente

necesario que hubiese algún otro ser más perfecto de quien yo dependiese y de quien hubiese

adquirido todo cuanto yo poseía; pues si yo fuera solo e independiente de cualquier otro ser, de

tal suerte que de mí mismo procediese lo poco en que participaba del Ser perfecto, hubiera

podido tener por mí mismo también, por idéntica razón, todo lo demás que yo sabía faltarme, y

ser, por lo tanto, yo infinito, eterno, inmutable, omnisciente, omnipotente y, en fin poseer todas

las perfecciones que podía advertir en Dios.

DESCARTES. Discurso del método.


Cuestiones
11
12 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La sustancia»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
26 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
27 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
28 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
29 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
30 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

6 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


11 a) ¿Cómo define “Dios” Descartes?(0,75 puntos)
12 b) ¿Qué relación establece Descartes entre la demostración de la existencia de Dios y la
existencia del mundo?(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


11 c) ¿Qué significa el concepto “idea innata” y su repercusión en la filosofía de Descartes?
(0,75 puntos)
12 d) Explica cómo consigue Descartes “salvar la libertad del ser humano” en su filosofía (0,75
puntos)

***

COMENTARIO 3
Tiempo ha que había advertido que, en lo tocante a las costumbres, es a veces necesario
seguir opiniones que sabemos muy inciertas, como si fueran indudables, y esto se ha dicho
ya en la parte anterior; pero deseando yo en esta ocasión ocuparme tan sólo de indagar la
verdad, pensé que debía hacer lo contrario y rechazar como absolutamente falso todo
aquello en que pudiera imaginar la menor duda, con el fin de ver si, después de hecho esto,
no quedaría en mi creencia algo que fuera enteramente indudable. Así, puesto que los
sentidos nos engañan, a las veces, quise suponer que no hay cosa alguna que sea tal y como
ellos nos la presentan en la imaginación: y puesto que hay hombres que yerran al razonar,
aun acerca de los más simples asuntos de geometría, y cometen paralogismos, juzgué que
yo estaba tan expuesto al error como otro cualquiera, y rechacé como falsas todas las
razones que anteriormente había tenido por demostrativas; y, en fin, considerando que
todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos
durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas
que hasta entonces habían entrando en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones
de mis sueños. Pero advertí luego que, queriendo yo pensar, de esa suerte, que todo es
falso, era necesario que yo, que lo pensaba, fuese alguna cosa; y observando que esta
verdad: «yo pienso, luego soy», era tan firme y segura que las más extravagantes
suposiciones de los escépticos no son capaces de conmoverla, juzgué que podía recibirla,
sin escrúpulo, como el primer principio de la filosofía que andaba buscando.

Descartes. Discurso del Método.


Cuestiones
13
14 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «El “cogito ergo sum”»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
31 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
32 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
33 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
34 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
35 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

7 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


13 a) Explica el significado de la siguiente afirmación de Descartes en el texto: “resolví fingir
que todas las cosas que hasta entonces habían entrando en mi espíritu no eran más
verdaderas que las ilusiones de mis sueños”(0,75 puntos)
14 b) ¿A qué se refiere Descartes cuando afirma que “pensé que debía hacer lo contrario y
rechazar como absolutamente falso todo aquello en que pudiera imaginar la menor
duda”? (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


13 c) Analiza cómo considera Descartes el papel de las “matemáticas” en el proceso del
conocimiento (0,75 puntos)
14 d) ¿Cómo explica Descartes la relación entre el alma y el cuerpo en su filosofía? (0,75
puntos)

***
COMENTARIO 4

Mas si no supiéramos que todo cuanto en nosotros es real y verdadero proviene de un ser
perfecto e infinito, entonces, por claras y distintas que nuestras ideas fuesen, no habría razón
alguna que nos asegurase que tienen la perfección de ser verdaderas.
Así, pues, habiéndonos testimoniado el conocimiento de Dios y del alma la certeza de esa
regla, resulta bien fácil conocer que los ensueños que imaginamos dormidos, no deben, en
manera alguna, hacernos dudar de la verdad de los pensamientos que tenemos despiertos.
Pues si ocurriese que en sueños tuviera una persona una idea muy clara y distinta, como, por
ejemplo, que inventase un geómetra una demostración nueva, no sería ello motivo para
impedirle ser verdadera; y en cuanto al error más corriente en muchos sueños, que consiste en
representarnos varios objetos del mismo modo como nos los representan los sentidos
exteriores, no debe importarnos que nos dé ocasión de desconfiar de la verdad de esas tales
ideas, porque también pueden engañarnos con frecuencia durante la vigilia, como los que
tienen ictericia lo ven todo amarillo, o como los astros y otros cuerpos muy lejanos nos parecen
mucho más pequeños de lo que son.
Pues, en último término, despiertos o dormidos, no debemos dejarnos persuadir nunca sino por
la evidencia de la razón. Y nótese bien que digo de la razón, no de la imaginación ni de los
sentidos: como asimismo, porque veamos el Sol muy claramente, no debemos por ello juzgar
que sea del tamaño que le vemos; y muy bien podemos imaginar distintamente una cabeza de
león pegada al cuerpo de una cabra, sin que por eso haya que concluir que en el mundo existe
la quimera, pues la razón no nos dice que lo que así vemos o imaginamos sea verdadero, pero
nos dice que todas nuestras ideas o nociones deben tener algún fundamento de verdad: pues
no fuera posible que Dios, que es todo perfecto y verdadero, las pusiera sin eso en nosotros; y
puesto que nuestros razonamientos nunca son tan evidentes y tan enteros cuando soñamos
como cuando estamos despiertos, si bien a veces nuestras imaginaciones son tan vivas y
expresivas y hasta más en el sueño que en la vigilia, por eso nos dice la razón que, no
pudiendo ser verdaderos todos nuestros pensamientos, porque no somos totalmente perfectos,
deberá infaliblemente hallarse la verdad más bien en los que pensemos estando despiertos que
en los que tengamos en sueños.

R. DESCARTES Discurso del Método. Ed. Austral. Traducción de M. García Morente


Cuestiones
15
16 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «Verdad y conocimiento en la filosofía cartesiana»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
36 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
37 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
38 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o desde
la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
39 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
40 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

8 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


15 a) ¿Cómo puede definirse la “verdad” en el pensamiento de Descartes (0,75 puntos)
16 b) ¿Qué papel desempeña la “razón” en el método cartesiano?(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


15 c) ¿Qué significa el concepto de “existencia” en la filosofía de Descartes? (0,75 puntos)
16 d) Explica en qué consiste el “sustancia” en el método cartesiano (0,75 puntos)

COMENTARIO 5
"En lugar del gran número de preceptos que componen la lógica, creí que me bastarían los

cuatro siguientes, con tal que adoptase una firme y constante resolución de no dejar de

observarlos ni una sola vez.

El primero era no aceptar jamás como verdadera ninguna cosa que no reconociera

evidentemente como tal, es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y los prejuicios, y no

incluir en mis juicios nada más que lo que se me presentase tan clara y distintamente a mi

espíritu que no tuviese ninguna ocasión de ponerlo en duda.

El segundo, dividir cada una de las dificultades que examinase en cuantas partes fueran

posibles y en cuantas fueran necesarias para resolverlas mejor.

El tercero conducir ordenadamente mis pensamientos, comenzando por los más simples y más

fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de

los más complejos, suponiendo que haya un orden incluso entre aquellos que no se preceden

naturalmente unos a otros.

Y el último hacer en todos los casos enumeraciones tan complejas y revisiones tan generales,

que estuviera seguro de no omitir nada".

DISCURSO DEL MÉTODO. René Descartes.


Cuestiones
17
18 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «El método cartesiano»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
41 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
42 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
43 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
44 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
45 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

9 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


a) Según el texto el primer "precepto" incluye las características de
la verdad para Descartes. ¿Cuáles son esas características y como
ha llegado Descartes a su posesión?
17 (0,75 puntos)
b) Según el segundo precepto ¿cuál es el límite de posibilidad de la
división? ¿Desempeña el criterio de verdad alguna función aquí?
18 (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


17 c) ¿Cómo explicarías el “cogito ergo sum”?(0,75 puntos)
18 d) ¿Por qué se dice que la duda de Descartes es “metódica”?(0,75 puntos)

***

COMENTARIO 6
Pues en virtud de los razonamientos que acabo de hacer, para conocer la naturaleza de Dios,
hasta donde la mía es capaz de conocerla, bastábame considerar todas las cosas de que
hallara en mí mismo alguna idea y ver si era o no perfección el poseerlas, y estaba seguro de
que ninguna de las que indicaban alguna imperfección está en Dios, pero todas las demás sí
están en Él; así veía que la duda, la inconstancia, la tristeza y otras cosas semejantes no
pueden estar en Dios, puesto que mucho me holgara yo de verme libre de ellas. Además, tenía
yo ideas de varias cosas sensibles y corporales, pues aun suponiendo que soñaba y que todo
cuanto veía e imaginaba era falso, no podía negar, sin embargo, que esas ideas estuvieran
verdaderamente en mi pensamiento. Mas habiendo ya conocido en mí muy claramente que la
naturaleza inteligente es distinta de la corporal, y considerando que toda composición denota
dependencia, y que la dependencia es manifiestamente un defecto, juzgaba por ello que no
podía ser una perfección en Dios el componerse de esas dos naturalezas, y que, por
consiguiente, Dios no era compuesto; en cambio, si en el mundo había cuerpos, o bien algunas
inteligencias u otras naturalezas que no fuesen del todo perfectas, su ser debía depender del
poder divino, hasta el punto de no poder subsistir sin él un solo instante.

DESCARTES (Discurso del Método, parte IV)


Cuestiones
19
20 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «El yo como principio filosófico»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
46 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
47 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
48 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
49 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
50 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

10 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


19 a) Explica el significado de la siguiente afirmación de Descartes en el texto: “Dios no era
compuesto”(0,75 puntos)
20 b) ¿A qué se refiere Descartes cuando afirma que “su ser debía depender del poder
divino, hasta el punto de no poder subsistir sin él un solo instante”? (0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


19 c) Explica el significado del término “deducción” en la filosofía cartesiana (0,75 puntos)
20 d) ¿Se puede decir que Descartes es un escéptico? (0,75 puntos)

***
ORTEGA
Y
GASTET

Contexto histórico

Se puede decir que Ortega (1883-1955) es un de los más grandes filósofos españoles. En
España, en esos años, existía una intensa preocupación por reconstruir nuestra cultura y por
abrirse a Europa; ésta era la respuesta a la grave crisis de identidad nacional que se padecía
en nuestro país. Son años de “desastre”: la pérdida de nuestras colonias, la derrota en la
guerra de Cuba (1898) provocan en algunos intelectuales españoles, la generación del 98,
un replanteamiento ideológico, político, literario y filosófico. Ortega vive en una época en
la que en España se desarrolla una intensa actividad de reconstrucción cultural y de
apertura a Europa.
En Europa, la Primera Guerra Mundial dejará al continente destrozado. La Revolución
Rusa provocará una gran conmoción política y social en todo el mundo. Los “felices años
veinte” tratarán de hacer olvidar los trágicos acontecimientos. Se buscará disfrutar de la
vida, buscar el placer. Entran en crisis las normas, se huye de la realidad. Aparecen un
nuevo arte y una nueva literatura que reflejan esa nueva mentalidad: existe una crisis de lo
racional como forma de explicar la realidad.
La crisis económica de los años treinta y la crisis política del periodo de entreguerras
llevarán al mundo a un nuevo conflicto bélico: la Segunda Guerra Mundial. El impacto
de esta nueva confrontación en la moral y en el pensamiento serán decisivos: la cultura se
desprende definitivamente de normas y aparece un sentimiento de soledad que provoca la
aparición de filosofía “existencialistas”, que reflejan la profunda crisis de la sociedad.
En España, la inestabilidad política de los años de la Segunda República acaba en la
Guerra Civil, que provoca el exilio de Ortega y de numerosos intelectuales y escritores.

Contexto filosófico

En el plano filosófico, Ortega recibirá la influencia de movimientos intelectuales españoles


de finales del XIX y principios del XX como el Krausismo, la Generación del 98 (sobre
todo Unamuno) y el movimiento regeneracionista.
Pero la influencia más decisiva en su pensamiento la recibe de la filosofía alemana: los
neokantianos le transmiten la importancia de la Razón como forma de alcanzar lo objetivo
y el conocimiento científico y filosófico; de Dilthey recibirá la importancia de la historia
en la vida (doctrina de la razón histórica); de Nietzsche tomará la defensa de la vida y la
existencia de valores no sólo racionales de la persona humana, aunque no caerá en su
irracionalismo; de la fenomenología de Husserl recibe la idea de una realidad radical
descubierta a partir de la propia reflexión y no heredada de la tradición o los distintos
saberes tanto científicos como religiosos; de Heidegger su análisis de la existencia humana
muy cercana a la concepción de la vida de Ortega.
Del existencialismo de Sartre toma la idea de que el hombre carece de naturaleza y que es
un “naufrago” que va construyendo su vida de forma libre.

Exposición del tema: (Para Ortega he dividido en tres posibles temas para que sea más
accesible, pero se pueden resumir los tres y hacer una sola exposición)

La vida como realidad radical o el Raciovitalismo

El tema del texto (la vida como realidad radical) es la teoría central de la filosofía de
Ortega. Su crítica del Realismo y del Idealismo le llevó a formular una teoría filosófica
conocida como Raciovitalismo. Esta teoría venía a decir que había que superar el
Racionalismo, que daba excesiva importancia al yo frente al mundo exterior, y al
Realismo, que no acaba de reconocer el papel del sujeto en la vida. El Raciovitalismo es un
punto intermedio, que reconoce el valor de la Razón pero también el aspecto irracional de
la vida. Es la estrecha unión de Razón y Vida. La Razón se usa para vivir: es una Razón
vital. La Vida tiene un carácter racional. Esta Razón vital es la misma vida humana que va
más allá de la Razón Pura de los Racionalistas.
La Vida como realidad radical significa, por tanto, que la vida da sentido a todas la demás
realidades y es la realidad básica, anterior a cualquier otra realidad. Pero vivir es
encontrarse con el mundo, un mundo que no se puede separar de nosotros ni nosotros del
mundo. Vivir es ocuparse de nuestro futuro: decidir con libertad sobre el futuro aunque
estemos condicionados. Vivir es un proyecto de vida, un crear nuestra propia vida que no
nos es dada, hay que construirla. Vivir es un problema: no sabemos cómo ni por qué
vivimos y la filosofía debe servirnos para aclararlo. Vivir es encontrarse a sí mismo: tener
conciencia de sí mismo y del mundo que nos rodea (“Yo soy yo y mis circunstancias”).
Vivir es convivir: coexistir con los demás, no se puede vivir aislado de la comunidad.
Esta concepción de la vida lleva al concepto de Razón Vital. Es la Razón que da cuenta de
la vida. Se opone a la Razón Pura, aquella que buscaba la esencia de las cosas, la de los
Racionalistas y de Kant, que es incapaz de de captar las realidades cambiantes y a la que
culpa de haber llevado a una reacción: el Vitalismo, que conduce al Irracionalismo. En
cambio, la Razón Vital permite entender la vida, permite analizar la vida. La vida misma
funciona como Razón: la vida se razona y se entiende en su contexto. Supera la definición
estática de la Razón Pura.
La vida como realidad radical no se entiende sino es como la relación entre el sujeto (el yo)
y el mundo exterior (las circunstancias). Así Ortega consigue que el ser humano conserve
su vida íntima, su conciencia, sin perder la visión del mundo exterior.

Exposición del tema: Superación del idealismo y del realismo


El tema del texto (la superación del idealismo y del realismo) hace referencia a su teoría
del perspectivismo, que afirmaba que la verdad absoluta no existía, sino que existían
verdades parciales (perspectivas) que se complementaban para alcanzar la verdad total. En
esta línea, se puede interpretar esta crítica que hace Ortega tanto del realismo como del
idealismo.
El Realismo afirma la existencia del mundo exterior, material y cambiante. Piensa que la
ingenuidad del Realismo le lleva a aceptar la existencia del cosmos y no dudar de su
existencia. El Realismo desprecia al sujeto que piensa, al cual lo considera un trozo de la
realidad, una cosa más del cosmos. Pero Ortega piensa que el sujeto es el que recibe las
impresiones, el que las selecciona, el que las vive. El Realismo no ha sabido dar
importancia al sujeto y ha quedado absorbido por el mundo exterior.
El Idealismo afirma que las cosas existen en función del sujeto que las piensa. El Idealismo
hace que el sujeto, el Yo se trague el mundo exterior de manera que desaparece. Ortega
piensa que el pensamiento no es independiente de las cosas: el Yo no puede existir sin el
mundo ni el mundo sin el Yo. Además, Ortega rechaza que el pensamiento sea una
sustancia pensante porque el sujeto que piensa no puede existir sin pensamiento que
pensar, por tanto, depende de sus pensamientos (no puede ser sustancia que no necesita de
nada para existir).
Ortega hace una reforma radical de la Filosofía con su crítica del Realismo y del Idealismo.
El Yo no existe sin las cosas encerrado en sí mismo. El mundo, las cosas tampoco existen
si el yo que las piensa. Ni el mundo ni el yo pueden existir solos. El mundo y el Yo unidos
forman la verdad radical: la Vida. Ortega acaba con el subjetivismo y libera al Yo de su
aislamiento. La gran verdad del Universo es la coexistencia del Yo con el Mundo, la Vida
aquí y ahora.
Pero para superar estas dos tendencias de la filosofía, que han existido hasta entonces,
Ortega necesita atacar el concepto tradicional del “Ser”. Lo que los filósofos han llamado
“ser” es algo inventado por el ser humano. El Ser no es una realidad, al contrario la
realidad es anterior al Ser. El Ser es una interpretación de “lo que hay” y que se le impone
al ser humano. Lo que hay es un intento de Ser, no es un Ser completo.
Esta posición de Ortega le llevará a su teoría fundamental: el Raciovitalismo. El
Raciovitalismo será el punto intermedio del Racionalismo y del Vitalismo. Reconoce el
valor de la Razón, pero también lo irracional de la Vida. La Razón se usa para vivir: es una
Razón Vital. La Vida tiene un carácter racional. La Razón Vital es la misma vida humana,
que va más allá de la Razón Pura.
Así Ortega (al superar el Realismo y el Idealismo) consigue llegar a su realidad primera, a
su Realidad Radical: la Vida. Una vida como futuro, como proyecto, como problema,
como encontrarse a sí mismo, como coexistencia con los demás.
Ortega consigue crear una Razón que supera a la Razón Pura de los Racionalistas (o
Idealistas). Eso le permite definir al ser humano como “yo soy yo y mis circunstancias”. El
Yo se va haciendo a sí mismo con las circunstancias, sin perder su conciencia se proyecta
en el mundo.

Exposición del tema: ¿Qué es la filosofía?

En su obra titulada "¿Qué es filosofía?" define esta disciplina como “el estudio radical de
la totalidad del Universo”, y presenta algunos rasgos principales que, a su vez, permiten
aclarar la definición citada.

a) Principio de autonomía: siguiendo a Descartes, Ortega mantiene que el filósofo no


puede tomar prestadas las verdades conquistadas por otros saberes; al menos en lo relativo
a las fundamentos de la investigación filosófica, debe admitir como verdadero sólo aquello
que se le muestre a él mismo con evidencia. Y es precisamente este afán por la autonomía
de la filosofía lo que llevará a nuestro filósofo a la búsqueda de un dato que presente
evidencia absoluta, de una realidad primera y radical (el vivir) y le conducirá a cuestionar
las creencias más elementales desde el punto de vista de la actitud natural, de la actitud
espontánea que fluye en la vida.

b) Principio de pantonomía o universalismo: las ciencias (biología, física, química...) se


interesan cada una de ellas por una parte de la realidad; la filosofía, sin embargo, lo hace
por el todo, por el Universo en general, siendo éste la suma de “todo cuanto hay”, el
conjunto de todas las cosas, tanto las existentes como las meramente pensadas, imaginadas
o deseadas. Podría objetarse que al filósofo también le interesa la ética, la estética, la teoría
del conocimiento, la antropología, y que para su estudio estas disciplinas acotan una parte
de la realidad. Sin embargo, en cada uno de estas investigaciones “particulares”, el filósofo
hace una valoración de la región del ser que le interesa (lo moral, lo bello, la verdad, el ser
humano) y las estudia en relación con el conjunto de la realidad, con la totalidad; en este
enmarcar una realidad particular en el conjunto en el que se inscribe, la filosofía descubre
el sentido de las cosas, el ser presente en todas ellas. Esto quiere decir que para Ortega y
Gasset la filosofía es lo que tradicionalmente se identifica con la ontología: el estudio del
ser, en qué consiste el ser y las categorías principales del ser.

c) La filosofía es un conocimiento teórico: por ser conocimiento es un sistema de


conceptos precisos, basados en el ejercicio de la razón y disciplinado mediante la fidelidad
a la lógica y a las reglas de la argumentación (Ortega está en contra del misticismo), y por
ser teórico es un saber ajeno a la preocupación por el domino técnico del mundo pues la
filosofía no da reglas concretas para la transformación de la realidad y la construcción de
objetos. Sin embargo, no hay que creer que esta “inutilidad” de la filosofía la haga poco
importante; antes al contrario; Ortega presenta dos razones que convierten a la filosofía en
un saber imprescindible: por un lado, intenta satisfacer una de las dimensiones más
importantes e irrenunciables de la vida humana, como es el afán por el conocimiento, la
búsqueda de la verdad sobre el mundo; además, la filosofía tiene lo que podríamos llamar
“utilidad existencial”: como indica con frecuencia, el hombre es un náufrago perdido en la
existencia y en este naufragio las teorías, particularmente las filosóficas, le permiten
orientarse en la realidad.

Conclusiones
Ortega es el más importante filósofo español. En la España anterior a la guerra civil
Ortega fue uno de los grandes protagonistas de la vida cultural (mediante conferencias,
artículos periodísticos, la Universidad y el mundo editorial y erudito).
Mantuvo un gran compromiso político: Ortega se opuso a la dictadura de Primo de
Rivera, fundó con otros intelectuales la “Agrupación al servicio de la República” (1931).
Pero en 1936 cuando comienza la guerra civil se exilia. Regresa en 1945 pero no se
incorpora a su cátedra de la Universidad.
Tras la Guerra Civil, aunque es marginado por los círculos académicos, su influencia se
extiende del círculo de orteguianos españoles (Gaos, Marías, con quien fundó el “Instituto
de Humanidades”, Ferrater Mora, Aranguren…) al pensamiento latinoamericano.
Su influencia estuvo presente más allá del campo filosófico: en la historia del periodismo
fue uno de los grandes maestros del articulismo, dio a conocer a los principales autores de
la Generación del 27, se ocupó de la novela, el arte, la ciencia y la técnica, la unidad
europea…

CONCEPTOS DE ORTEGA

IDEALISMO: es la teoría filosófica que afirma que las cosas existen en función del sujeto
que las piensa. Ortega piensa que en el Idealismo el yo “se traga al mundo exterior”, de
manera que éste desaparece. El Idealismo propone que el pensamiento es independiente de
las cosas, de la realidad exterior. Ortega rechaza esta concepción y opina que el yo no
puede existir sin el mundo ni el mundo sin el yo.
CIRCUNSTANCIA: es todo lo que interviene en la vida del hombre y es utilizado por él
para hacerse a sí mismo. La circunstancia es el tiempo, el tiempo presente, sobre todo. Es
todo lo que no soy yo, los demás, los usos sociales, las creencias, las ideas, las opiniones,
todo lo que aparece a mi alrededor.
PERSPECTIVISMO: es la teoría que afirma que no hay un solo punto de vista absoluto
sobre la realidad, sino diversas perspectivas complementarias. Hay tantas perspectivas
como individuos. Nadie tiene la verdad absoluta. Uniendo las distintas visiones
particulares se puede alcanzar el conocimiento de la verdad total.
REALISMO: Teoría filosófica según la cual el objeto conocido tiene una realidad
independiente de la mente que lo conoce y puede existir aunque nadie lo piense o se lo
represente. Según Ortega, encontramos esta tesis en el hombre primitivo, el antiguo y
medieval, e incluso el hombre moderno cuando no filosofa (porque cuando filosofa ya no
acepta el realismo sino el idealismo). El realismo es la tesis que espontáneamente se forma
nuestra mente, es expresión, como dice Ortega, de la “actitud nativa de la mente”, la
“doxa” u “opinión espontánea”. La “opinión natural” considera como la auténtica
realidad el ser del cosmos, de las cosas, la naturaleza, el mundo corpóreo (y en su versión
espiritualista, las almas y Dios, entidades reales por independientes de la mente que se las
representa).
SER: El ser entendido como la realidad primordial es la vida. Ortega mantiene que, frente
a ella, el ser de las cosas es algo construido por el hombre como consecuencia de su afán
por encontrar orden en el caos. Responde que la realidad fundamental, la realidad radical
en cuyo seno todas las demás adquieren un sentido y se hacen presentes es la vida. No la
vida en abstracto, ni la vida biológica, sino la vida como conjunto de experiencias o
vivencias que cada uno experimenta realmente. A la segunda pregunta de la metafísica
(¿cuál o cuáles son los seres fundamentales?) responde Ortega: la vida mía y la tuya, la
vida de cada cual.
REALIDAD PRIMORDIAL: la realidad primordial es la realidad primera, aquella de la
que dependen o sobre la que descansan el resto de realidades. para ortega esta realidad
primera es la vida, y ello tanto desde el punto de vista epistemológico o relativo a la
fundamentación del conocimiento, como desde el punto de vista del ser u ontológico. La
realidad primordial en el sentido epistemológico: Ortega llama “dato radical” o “realidad
primordial” al ámbito de la realidad absolutamente cierto, indudable; la filosofía sólo
puede empezar a partir de datos radicales, datos primordiales absolutamente ciertos y a
partir de los cuales podamos construir todo el saber filosófico. La filosofía no puede
aceptar como verdad lo que a las otras ciencias les parece verdadero, pero tampoco lo que
en la vida corriente, espontánea, se cree, por ejemplo la existencia de un mundo
independiente del sujeto que lo experimenta o vive; en este sentido (y sólo en éste) la
filosofía se separará de la vida. Como dice Ortega, el ámbito en el que aparecen tanto el
sujeto como el objeto, tanto la subjetividad como el mundo, tiene en castellano un nombre
humilde: la vida. El dato radical es la vida.
FILOSOFÍA: conocimiento radical del universo o de todo cuanto hay. su ejercicio nos
lleva al descubrimiento de la vida como realidad primordial. En “¿Qué es filosofía?”
comienza Ortega definiendo la filosofía como el conocimiento del Universo o de todo
cuanto hay. Y pasa inmediatamente a describir algunos rasgos que definen el peculiar
modo que tiene la filosofía de averiguar lo que hay: Ortega se declara expresamente
heredero de Descartes: la filosofía debe utilizar como principio metódico la autonomía, el
no aceptar ninguna verdad que ella misma no haya fundamentado, no apoyarse en nada
anterior, no dar nada por supuesto. El objetivo de este método es encontrar la realidad
radical, el dato a partir del cual empezar la filosofía. A diferencia de las ciencias que
aspiran a comprender una parcela de la realidad abstrayéndola de la totalidad,
considerándola como parte aislada (el mundo físico, o el biológico...), a diferencia de las
ciencias particulares, la filosofía se presenta como el saber universal, en el sentido de que
debe aspirar al universalismo: “el filósofo es también un especialista, un especialista en
universos”.
MUNDO: realidad en la que se sitúa el sujeto. Es la “circunstancia” a la que se refiere
cuando plantea su “Yo y mis circusntancias”. El mundo vital en el que se halla inmerso el
sujeto, por lo que se incluye en ella el mundo físico y todo el entorno que aparece en la
vida (cultura, historia, sociedad, ...): en la circunstancia se incluyen las cosas físicas, pero
también las personas, la sociedad, el mundo de la cultura; es el mundo en el que el sujeto
está instalado.

VITALISMO: Teoría filosófica que hace de la vida el centro de la realidad y el objeto


propio de la filosofía. Ortega propone una variante matizada del vitalismo a la que llama
raciovitalismo. Ortega no está en contra de la razón sino del racionalismo, de la
exageración en el uso de la razón y del descuido de la vida. Considera que toda teoría tiene
que ser racional pero no debe olvidar la vida. Acepta la razón, pero ello porque no la
identifica con la razón matemática, o la razón abstracta. La razón vital muestra que una
dimensión fundamental de la vida es el “saber a qué atenerse”, el darse cuenta, por lo que
es imposible vivir sin razón. La razón es un instrumento de la vida para sobrellevar el
caos originario de la existencia. Propone otros títulos para su filosofía, títulos que la alejen
de posibles interpretaciones irracionalistas: “raciovitalismo”. Es preciso rechazar tanto el
racionalismo como el irracionalismo.
VIDA: Vivir es saberse y comprenderse: La vida es un encontrarse, un enterarse de sí. Los
objetos físicos no se sienten ni saben de su ser, no son para sí mismos, nosotros sí. Nuestra
vida no sería nada si no nos diésemos cuenta de ello, “sin ese saberse, sin ese darse cuenta
el dolor de muelas no nos dolería”. Y este saber no es sólo de nosotros mismos sino es
también un enterarse del mundo en derredor, es un advertirse y un advertir lo que nos
rodea: “me doy cuenta de mí en el mundo, de mí y del mundo”. La vida es fatalidad: El
mundo en que vivimos, nuestra circunstancia, no es algo que podamos elegir. No hemos
decidido el momento histórico, ni la cultura o sociedad que nos ha tocado vivir, ni nuestro
cuerpo ni nuestra psicología. La vida es libertad: La fatalidad en la que se desenvuelve
nuestra vida no es tan extrema como para determinar absolutamente la conducta que vamos
a seguir. No sentimos que nuestra vida esté prefijada, incluso vemos lo que nos va a pasar
como una posibilidad entre tantas, de ahí que necesariamente tengamos que elegir y
decidir, y además sin que nadie lo pueda hacer por nosotros. La vida no nos viene ya
hecha, es un constante decidir lo que vamos a ser, las cosas que hacemos, nuestras
ocupaciones. No podemos escoger el mundo, la circunstancia básica en la que nos ha
tocado vivir, pero, a la vez, esta circunstancia nos ofrece un margen de posibilidades: “vida
es la libertad en la fatalidad y la fatalidad en la libertad”. La vida es futuro: “Nuestra vida
es ante todo toparse con el futuro. No es el presente o el pasado lo primero que vivimos,
no; la vida es una actividad que se ejecuta hacia adelante, y el presente o el pasado se
descubre después, en relación con ese futuro.
DIOSES CONJUNTOS: Metáfora utilizada por Ortega para expresar lo que consideró el
mayor mérito de su filosofía: el descubrimiento de la vida como ámbito en el que se da la
correlación o coexistencia del mundo y el yo, de la realidad y la subjetividad. En la
mitología mediterránea los “dei consentes”, los dioses conjuntos o acordes nacían, vivían y
morían juntos, sus destinos estaban entrelazados, como en el caso de Cástor y Pólux, hijos
del dios Zeus y de Leda. Como estos dioses, el mundo y la subjetividad son inseparables,
son dos caras de la misma moneda. La tradición supeditaba el sujeto al objeto, la
modernidad el objeto al sujeto; pero ni el yo ni el mundo son seres substanciales, ambos se
encuentran en correlación: “yo soy el que ve el mundo y el mundo es lo visto por mí”
RAZÓN HISTÓRICA: el mundo humano no es como el mundo físico, el hombre no tiene
naturaleza, no tiene un ser fijo, estático, el hombre tiene historia. Si queremos comprender
el mundo humano tenemos que apostar por una razón distinta a la tradicional. Ortega
propone la razón histórica: dado que el hombre no tiene naturaleza sino que es lo que se va
haciendo a lo largo de la historia, debemos apostar por el conocimiento histórico, tanto de
los individuos concretos (estudiando su biografía), como de los individuos de una época
(estudiando el conflicto entre generaciones). Para entender al ser humano, debemos
entender su evolución histórica. Sin historia, no hay ser humano. El ser humano es historia
o no es nada.
RAZÓN VITAL: como seres humanos no podemos renunciar al uso de la razón
(ortega critica el irracionalismo que propone el abandono del uso de la razón), pero al
mismo tiempo debemos apreciar la vida y sus valores. Es necesario desarrollar una
filosofía que haga compatible la racionalidad con la vida, las exigencias de la racionalidad
con las exigencias de la vida. La vida se debe razonar y así se entiende mejor en su
contexto. Ortega supera tanto visión irracionalista como la razón pura, que es incapaz de
captar la realidad cambiante y está alejada de la vida. Con la razón vital Ortega puede
definir al ser humano como “yo soy yo y mis circunstancias” (razón y vida unidos en la
concepción del ser humano).
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?
PARA ORTEGA Y GASSET

ES UN
PRINCIPIO DE PRINCIPIO DE
CONOCIMIENTO
AUTONOMÍA UNIVERSALISMO
TEÓRICO

NO PUEDE TOMAR SE INTERESA POR EL SE BASA EN LA


PRESTADAS LAS TODO RAZÓN,
VERDADES DE OTROS POR EL UNIVERSO EN LA LÓGICA Y LA
SABERES GENERAL ARGUMENTACIÓN

SÓLO DEBE ADMITIR ESTUDIA LAS PARTES NO ES UN SABER


COMO VERDADERO DE LA REALIDAD EN PRÁCTICO PARA
AQUELLO QUE SE LE RELACIÓN CON EL DOMINAR LA
PRESENTE COMO CONJUNTO EN QUE SE REALIDAD
“EVIDENTE” INSCRIBE

PERO ES UN SABER
LA EVIDENCIA DESCUBRE IMPRESCINDIBLE
ABSOLUTA “EL SENTIDO DE LAS PARA EL SER
ES LA VIDA COSAS” HUMANO

SATISFACE EL AFÁN
CUESTIONARÁ LAS IDENTIFICA LA
DE CONOCIMIENTO Y
CREENCIAS FILOSOFÍA
LA BUSQUEDA DE LA
MÁS ELEMENTALES CON LA ONTOLOGÍA
VERDAD

SÓLO ADMITIRÁ ES EL ESTUDIO


UTILIDAD
AQUELLAS VERDADES DEL SER
EXISTENCIAL:
QUE PROVENGAN PERMITE
DE LA VIDA ORIENTARSE
EN LA REALIDAD
¿QUÉ ES LA FILOSOFÍA?
PARA ORTEGA Y GASSET

DESCRIPCIÓN OBJETO EL MÉTODO


DE SU FILOSOFÍA DE LA FILOSOFÍA DE LA FILOSOFÍA

EL ASEDIO
FILOSÓFICO:
ES NECESARIA ES EL DAR VUELTAS A UN
PARA VIVIR CONOCIMIENTO TEMA
DEL UNIVERSO PARA
(TODO LO QUE HAY) PROFUNDIZAR EN
ÉL
TIENE QUE SER
ABIERTA,
FLEXIBLE COMO LA NO ESTUDIA LA FILOSOFÍA ES
VIDA CADA COSA AUTÓNOMA:
PARTICULAR EL FILÓSOFO NO
SINO LA TOTALIDAD PARTE NUNCA DE
DE CUANTO HAY CREENCIAS PREVIAS
SATISFACE
EL AFÁN DE
CONOCIMIENTO DEL
SER HUMANO
¿QUÉ COSAS HAY EL FILÓSOFO EXPLICA
EN EL UNIVERSO? CADA COSA EN
FUNCIÓN DE LA
CUESTIONARÁ TOTALIDAD DEL
TODOS LOS UNIVERSO
CONOCIMIENTOS LAS COSAS QUE
ADQUIRIDOS ACASO HAY
LAS QUE CREEMOS
QUE HAY
LAS QUE SEGURO EL FILÓSOFO DEBE
NO PUEDE TOMAR
QUE HAY BUSCAR LA RAÍZ DE
PRESTADAS LAS
TODO LO QUE HAY:
VERDADES
EL SER DE LAS COSAS
(LA ONTOLOGÍA)
EL PERSPECTIVISMO:
OPOSICIÓN AL REALISMO Y AL IDEALISMO

CRÍTICA DEL REALISMO CRÍTICA DEL IDEALISMO

EL REALISMO AFIRMA LA EL IDEALISMO AFIRMA QUE LAS


EXISTENCIA DEL MUNDO EXTERIOR, COSAS EXISTEN EN FUNCIÓN DEL
MATERIAL Y CAMBIANTE SUJETO QUE LAS PIENSA

EL REALISMO CREA EL CONCEPTO


DE SUSTANCIA PARA EXPLICAR LO EL SUJETO, EL YO SE TRAGA EL
QUE NO CAMBIA MUNDO EXTERIOR DE MANERA
QUE DESAPARECE

ORTEGA CRITICA LA INGENUIDAD


DEL REALISMO AL ACEPTAR LA
EXISTENCIA DEL COSMOS EL PENSAMIENTO NO ES
INDEPENDIENTE DE LAS COSAS:
ORTEGA AFIRMA QUE EL YO NO
PUEDE EXISTIR SIN EL MUNDO Y EL
NO SE PUEDE ADMITIR QUE EL
MUNDO SIN EL SUJETO
SUJETO SEA UN TROZO DE LA
REALIDAD, UNA COSA MÁS

EL PENSAMIENTO NO ES
EL SUJETO ES EL QUE RECIBE LAS UNA SUSTANCIA PENSANTE:
IMPRESIONES DE LAS COSAS, LAS EL SUJETO QUE PIENSA NO PUEDE
SELECCIONA, LAS VIVE EXISTIR SIN PENSAMIENTO QUE
PENSAR, POR TANTO DEPENDE DE
SUS PENSAMIENTOS
EL REALISMO NO HA SABIDO DAR (NO PUEDE SER SUSTANCIA
IMPORTANCIA AL SUJETO Y HA QUE NO NECESITA DE NADA PARA
QUEDADO ABSORBIDO POR EL EXISTIR)
MUNDO EXTERIOR
ORTEGA HACE UNA
REFORMA RADICAL ATACA EL CONCEPTO
DE LA FILOSOFIA TRADICIONAL
(CRÍTICA AL DEL “SER”
IDEALISMO)

EL YO NO EXISTE SIN LAS LO QUE LOS FILOSOFOS HAN


COSAS LLAMADO “SER” ES ALGO
ENCERRADO EN SÍ MISMO INVENTADO POR EL HOMBRE

EL MUNDO, LAS COSAS


TAMPOCO EXISTEN SIN EL
YO QUE LAS PIENSA
EL SER NO ES UNA REALIDAD
AL CONTRARIO LA REALIDAD
ES ANTERIOR AL SER

NI EL MUNDO NI EL YO
PUEDEN EXISTIR SOLOS

EL SER ES UNA
INTERPRETACIÓN
DE “LO QUE HAY” Y QUE SE LE
EL MUNDO Y EL YO UNIDOS IMPONE
FORMAN LA VERDAD AL SER HUMANO
RADICAL:
LA VIDA

LO QUE HAY ES UN INTENTO


DE SER
ORTEGA ACABA CON EL NO ES UN SER COMPLETO
SUBJETIVISMO
Y LIBERA AL YO DE SU
AISLAMIENTO

LA GRAN VERDAD DEL


UNIVERSO ES
LA COEXISTENCIA DEL YO
CON EL MUNDO, LA VIDA
AQUÍ Y AHORA
EL
RACIOVITALISMO

NI SOLO RACIONALISMO: NI SOLO VITALISMO:


KANT NIETZSCHE

RACIOVITALISMO:
PUNTO INTERMEDIO

RECONOCE EL VALOR DE LA PERO TAMBIÉN LO IRRACIONAL


RAZÓN DE LA VIDA

ESTRECHA UNIÓN ENTRE RAZÓN Y


VIDA

LA VIDA TIENE UN CARÁCTER


LA RAZÓN SE USA PARA VIVIR: RACIONAL:
ES UNA RAZÓN VITAL ES EL CENTRO DE SU FILOSOFÍA

LA RAZÓN VITAL ES LA MISMA VIDA


HUMANA
QUE VA MÁS ALLÁ DE LA RAZÓN PURA
LA VIDA COMO REALIDAD
RADICAL

VIVIR ES EL MODO DE SER


LA VIDA ES LA REALIDAD
RADICAL:
BÁSICA:
DA SENTIDO A LAS TODAS LAS
ANTERIOR A CUALQUIER OTRA
REALIDADES
REALIDAD

VIVIR ES ENCONTRARSE CON EL EL MUNDO NO SE PUEDE


MUNDO: SEPARAR DE NOSOTROS NI
QUERERLO, ODIARLO, NOSOTROS DEL MUNDO
SUFRIRLO…

VIVIR ES OCUPARSE DEALGO: LA VIDA ES FATALIDAD Y


DECIDIR NUESTRO FUTURO LIBERTAD:
ESTAMOS CONDICIONADOS
PERO LIBRES

VIVIR ES UN CONTINUO
EL SER HUMANO DEBE CREAR
QUEHACER:
SU PROPIA VIDA, QUE NO LE
LA VIDA ES UN PROYECTO QUE
VIENE DADA
ELEGIR

VIVIR ES UN PROBLEMA: EL SER HUMANO ES EL


NO SABER CÓMO NI POR QUÉ PROBLEMA DE LA VIDA Y LA
VIVIMOS FILOSOFÍA DEBE EXPLICARLO

VIVIR ES ENCONTRARSE A SÍ “YO SOY YO Y MIS


MISMO: CIRCUNSTANCIAS”:
CONCIENCIA DE UNO MISMO Y EL MUNDO Y EL YO
DEL MUNDO INTERACTÚAN

VIVIR ES CONVIVIENCIA: NO SE PUEDE VIVIR AL MARGEN


COEXISTIRCON LOS DEMÁS DE LA SOCIEDAD, AISLADO DE
LA COMUNIDAD
LA RAZÓN VITAL

ES LA RAZÓN QUE
DA CUENTA DE LA VIDA

SE OPONE A LA RAZÓN PERMITE ENTERDER LA


PURA VIDA

LA FACULTAD QUE LA RAZÓN ES UNA


CAPTA LAS ESENCIAS FUNCIÓN
DE LAS COSAS VIVA Y ESPONTÁNEA

LA DE LOS RAZONAR SIGNIFICA


RACIONALISTAS ANALIZAR ALGO EN
Y LA DE KANT FUNCIÓN DE LA VIDA

ES INCAPAZ DE
CAPTAR LAS LA VIDA MISMA
REALIDADES FUNCIONA
CAMBIANTES COMO RAZÓN:
LA VIDA SE RAZONA Y
RAZÓN MATEMÁTICA SE ENTIENDE EN SU
ALEJADA DE LA VIDA CONTEXTO

CULPABLE DEL
SUPERA LA DEFINICIÓN
VITALISMO
ESTÁTICA DE LA RAZÓN
QUE CONDUCE AL
PURA Y DEFINE AL SER
IRRACIONALISMO
HUMANO COMO “YO
SOY YO Y MIS
CIRCUNSTANCIAS”
YO SOY YO Y MIS
CIRCUNSTANCIAS

YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS

EL SER HUMANO LA CIRCUNSTANCIA ES TODO


TIENDE A SU YO LO QUE INTERVIENE EN LA
(SER UNO MISMO) VIDA HUMANA

LA CIRCUNSTANCIA ES EL
LA PERSONA TIEMPO
HUMANA EL TIEMPO PRESENTE SOBRE
TIENE QUE TODO
CONSERVAR
SU VIDA ÍNTIMA
LA CIRCUNSTANCIA ES TODO
LO QUE APARECE
ALREDEDOR DEL YO
DEBE CONSERVAR
SU CONCIENCIA
EL YO SE VA HACIENDO A SÍ
MISMO CON LAS
CIRCUNSTANCIAS
SIN PERDER LA
VISIÓN
DEL MUNDO VIVIR ES ENCONTRARSE EN
EXTERIOR EL MUNDO Y PROYECTAR LO
QUE EL YO VA A SER
LA RAZÓN HISTÓRICA

EL HOMBRE NO ES NATURALEZA, SINO HISTORIA

LA VIDA DEL SER HUMANO NO CADA GENERACIÓN DE


ES NATURALEZA ESTÁTICA, PERSONAS DEBEN PLANTEAR
ALGO ACABADO SU VIDA SUPERANDO A LAS
SINO QUE SE ESTÁ HACIENDO ANTERIORES GENERACIONES

HAY QUE VIVIR EL TIEMPO LA ÉLITE DE HOMBRES


PRESENTE COMO UN RETO CREADORES
QUE HAY QUE SUPERAR DEBE DIRIGIR A LA MASAS

EL HOMBRE VIVE EN UN
PERO LAS MASAS SE REBELAN
MOMENTO DETERMINADO, EN
Y ESO PROVOCA LA
UN TIEMPO, EN UNA ÉPOCA
INVERTEBRACIÓN DE ESPAÑA
HISTÓRICA
(EL PROBLEMA DE ESPAÑA)
EL PERSPECTIVISMO

NO HAY UN SOLO PUNTO DE VISTA ABSOLUTO SOBRE LA REALIDAD,


SINO DIVERSAS PERSPECTIVAS COMPLEMENTARIAS

HAY TANTAS PERSPECTIVAS POR ESO LOS DISTINTOS


COMO INDIVIDUOS PUNTOS DE VISTA
SON INFINITOS

LAS DISTINTAS VERSIONES SE


NINGÚN INDIVIDUO TIENE
UNEN
LA VERDAD ABSOLUTA
FORMANDO LA VERDAD TOTAL
COMENTARIO
S
DE
¿Qué es
La
Filosofía?
TEXTO 1

Pues bien, antigüedad y modernidad coinciden en intentar, bajo el nombre de filosofía, el


conocimiento del Universo o cuanto hay. Pero al dar el primer paso, al buscar la primera
verdad sobre el Universo comienzan ya a discrepar. Porque el antiguo parte, desde luego,
en busca de una realidad primera, entendiendo por primera la más importante en la
estructura del Universo. Si es teísta dirá que la realidad más importante que explica las
demás es Dios; si es materialista dirá que la materia; si es panteísta dirá que una entidad
indiferente, a la vez materia y Dios –natura sive Deus. Pero el moderno detendrá toda esta
pesquisa y disputa diciendo: es posible que, en efecto, sea esta o la otra realidad la más
importante en el Universo, pero después de que lo hubiésemos demostrado no habríamos
adelantado un paso –porque ustedes han olvidado preguntarse si esa realidad que explica a
las demás la hay con toda evidencia; más aún si estas otras realidades explicadas por ella,
menos importantes que ella, existen indubitablemente. El problema primero de la filosofía
no es averiguar qué realidad es la más importante, sino qué realidad del Universo es la más
indudable, la más humilde e insignificante. En suma, que el problema primero filosófico
consiste en determinar qué nos es dado del Universo –el problema de los datos radicales.
La antigüedad no se plantea nunca formalmente este problema; por eso, cualesquiera sean
sus aciertos en las demás cuestiones, su nivel es inferior al de la modernidad. Nosotros nos
instalamos, desde luego en este nivel, y lo único que hacemos es disputar con los modernos
sobre cuál es la realidad radical e indubitable. Hallamos que no es la conciencia, el sujeto –
sino la vida, que incluye, además del sujeto, el mundo. De esta manera escapamos al
idealismo y conquistamos un nuevo nivel.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es la filosofía? Lección XI.


Cuestiones
21
22 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La vida como realidad radical»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
51 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
52 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
53 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
54 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
55 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

11 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


21 a) ¿Cómo puede definirse el concepto “vida” en el pensamiento de Ortega (0,75 puntos)
22 b) Ortega habla de “escapamos del idealismo”, pero cómo se puede definir el concepto de
idealismo.(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


21 c) ¿Qué significa el concepto “circunstancia” en la filosofía de Ortega? (0,75 puntos)
d) Explica en qué consiste el “perspectivismo” (0.75 puntos)
TEXTO 2

La existencia de las cosas como existencia independiente de mí es problemática, por

consiguiente, abandonamos la tesis realista de los antiguos. Es, en cambio, indudable que

yo pienso las cosas, que existe mi pensamiento y que, por tanto, la existencia de las cosas

es dependiente de mí, es mi pensarlas; esta es la porción firme de la tesis idealista. Por

eso la aceptamos pero, para aceptarla, queremos entenderla bien y nos preguntamos: ¿en

qué sentido y modo dependen de mí las cosas cuando las pienso ―qué son las cosas, ellas,

cuando digo que son sólo pensamientos míos? El idealismo responde: las cosa dependen de

mí, son pensamientos en el sentido de que son contenidos de mi conciencia, de mi pensar,

estados de mi yo. Esta es la segunda parte de la tesis idealista y esta es la que no

aceptamos.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía? Lección X

(Obras Completas, vol. VII, Alianza Editorial)


Cuestiones
23
24 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «La superación del idealismo»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
56 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
57 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
58 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
59 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
60 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

12 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


23 a) ¿Cómo puede definirse el concepto “Realismo” en el pensamiento de Ortega (0,75
puntos)
24 b) Ortega habla de “Ser”, pero cómo se puede definir el concepto de Ser.(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


22 c) ¿Qué significa el concepto “realidad primordial” en la filosofía de Ortega? (0,75 puntos)
d) Explica en qué consiste la filosofía para Ortega. (0.75 puntos)
TEXTO 3

Sean los que sean nuestros designios y nuestros intentos de innovación y progreso

filosófico ha de entenderse que no podemos retroceder del idealismo al realismo ingenuo

de los griegos ni de los escolásticos... Vamos más allá del idealismo, por tanto, lo dejamos

a nuestra espalda como una etapa del camino ya hecho, como una ciudad en que hemos ya

vivido y que nos llevamos para siempre posada en el alma. Nos llevamos el idealismo, es

decir, lo conservamos. Era un peldaño en la subida intelectual: ahora ponemos el pie en

otro que está encima del idealismo y no debajo de él. Pero a este fin, necesitamos

someterlo a quirúrgica operación. En la tesis idealista, el yo, el sujeto, se traga el mundo

exterior. El yo se ha hinchado ingurgitando el Universo. El yo idealista es un tumor:

nosotros necesitamos operar una punción de ese tumor.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía? Lección IX

(Obras Completas, Vol. VII, Alianza Editorial)


Cuestiones
25
26 1. Comentario (con un valor máximo de 7 puntos)

TEMA: «El perspectivismo»

Para realizar el comentario se han de seguir ciertos criterios de análisis. Aquí se sugiere uno,
entre otros posibles:
61 - Introducción: Localización del tema o asunto principal que se trata en el texto (máximo 1
punto)
62 - Presentación del contexto histórico: circunstancias sociales, políticas, científicas... de la
época en la que escribe el autor (máximo 1 punto)
63 - Contexto polémico en el que se inserta el texto, por contraposición a otros autores, o
desde la perspectiva del propio autor, antecedentes e influencias... (máximo 0,5 puntos)
64 - EXPOSICIÓN DEL TEMA (máximo 4 puntos)
65 - Conclusiones, proyección de las cuestiones planteadas en la actualidad... (máximo 0,5)

13 2. Cuestionario (con un valor máximo de 3 puntos)

Términos del texto:


25 a) ¿Cómo puede definirse el concepto “Idealismo” en el pensamiento de Ortega (0,75
puntos)
26 b) Ortega habla de “mundo”, pero cómo se puede definir este concepto.(0,75 puntos)

Términos fuera del texto:


23 c) ¿Qué significa el concepto “vitalismo” en la filosofía de Ortega? (0,75 puntos)
d) Explica en qué consiste la vida para Ortega. (0.75 puntos)
TEXTO 4

Nuestra vida, según esto, no es sólo nuestra persona sino que de ella forma parte nuestro

mundo; ella ―nuestra vida― consiste en que la persona se ocupa de las cosas o con ellas,

y evidentemente lo que nuestra vida sea depende tanto de lo que sea nuestra persona

como de lo que sea nuestro mundo. Ni nos es más próximo el uno que el otro término: no

nos damos cuenta primero de nosotros y luego del contorno, sino que vivir es, desde

luego, en su propia raíz, hallarse frente al mundo, con el mundo, dentro del mundo,

sumergido en su tráfago, en sus problemas, en su trama azarosa. Pero también viceversa:

ese mundo, al componerse sólo de lo que nos afecta a cada cual, es inseparable de

nosotros. Nacemos juntos con él y son vitalmente persona y mundo como esas parejas de

divinidades de la antigua Grecia y Roma que nacían y vivían juntas: los Dióscuros, por

ejemplo, parejas de dioses que solían denominarse dii consentes, los dioses unánimes.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía? Lección X

(Obras Completas, vol. VII, Alianza Editorial)

Conceptos:

RAZÓN VITAL, YO SOY YO Y MIS CIRCUNSTANCIAS, DIOSES CONJUNTOS,


FILOSOFÍA
TEXTO 5

Decir, pues, que nuestra época necesita, desea superar la modernidad y el idealismo, no

es sino formular con palabras humildes y de aire pecador lo que con vocablos más nobles y

graves sería decir que la superación del idealismo es la gran tarea intelectual, la alta

misión histórica de nuestra época, "el tema de nuestro tiempo". Y al que pregunte

malhumoradamente o con gesto desdeñoso ¿por qué nuestro tiempo ha de innovar,

cambiar, superar?, ¿por qué ese afán, ese prurito de lo nuevo, de modificar, de hacer

modas? ―como se ha dicho tantas veces contra mí- responderé que en ésta o la próxima

lección vamos, con tanta sorpresa como evidencia, a descubrir que todo tiempo,

rigurosamente hablando, tiene su tarea, su misión, su deber de innovación -más aún,

mucho más aún- que literalmente hablando "tiempo no es, en última verdad, el que mide

los relojes", sino que tiempo es ―repito literalmente― tarea, misión, innovación.

Intentar la superación del idealismo es todo lo contrario que una frivolidad ―es

aceptar el problema de nuestro tiempo, es aceptar nuestro destino.

José Ortega y Gasset, ¿Qué es filosofía? Lección IX

(Obras Completas,

CONCEPTOS:

RAZÓN HISTÓRICA, LA VIDA COMO REALIDAD RADICAL, SUPERACIÓN DEL IDEALISMO,


PROBLEMA DE ESPAÑA
TEXTO 6

La tragedia del idealismo radicaba en que habiendo trasmutado alquímicamente el mundo en


`sujeto', en contenido de un sujeto, encerraba a éste dentro de sí y luego no había manera de explicar
claramente cómo si este teatro es sólo una imagen día y trozo de mí, parece tan completamente distinto de
mí. Pero ahora hemos conquistado una situación completamente diferente: hemos caído en la cuenta de
que lo indubitable es una relación con dos términos inseparables: alguien que piensa, que se da cuenta y lo
otro de que me doy cuenta. La conciencia sigue siendo intimidad, pero ahora resulta íntimo e inmediato no
sólo con mi subjetividad sino con mi objetividad, con el mundo que me es patente. La coincidencia no es
reclusión, sino al contrario, es esa extrañísima realidad primaria, supuesto de toda otra, que consiste en
que alguien, yo, soy yo precisamente cuando me doy cuenta de cosas, de mundo. Esta es la soberana
peculiaridad de la mente que es preciso aceptar, reconocer y describir con pulcritud, tal y como es, en toda
su maravilla y extrañeza. Lejos de ser el yo lo cerrado es el ser abierto por excelencia. Ver este teatro es
justamente abrirme yo a lo que no soy yo.
Esta nueva situación ya no es paradójica: coincide con la actitud nativa de la mente, la conserva y
reconoce su buen sentido. Pero también salva de la tesis realista, que sirve de base a la filosofía antigua,
LO ESENCIAL DE ELLA: que el mundo exterior no es ilusión, no es alucinación, no es mundo subjetivo.
Y todo esto lo logra la nueva posición insistiendo y depurando la tesis idealista cuya decisiva afirmación
consiste en advertir que sólo existe indubitablemente lo que a mí me parece existir. ¿Ven ustedes cómo las
ideas hijas, las verdades noveles, llevan en el vientre a sus madres, a las verdades viejas, a las fecundas
verdades viejas? Repitamos: toda superación es conservación. No es verdad que radicalmente exista sólo
la conciencia, el pensar, el yo. La verdad es que existo yo con mi mundo, en verlo, imaginarlo, pensarlo,
amarlo, odiarlo, estar triste o alegre en él y por él, moverme en él, transformarlo y sufrirlo. Nada de esto
podría serlo yo si el mundo no coexistiese conmigo, ante mí, en mi derredor, apretándome,
manifestándose, entusiasmándome, acongojándome.

Ortega y Gasset. ¿Qué es la filosofía? Lección IX.

Conceptos:

PERSPECTIVISMO, CIRCUNSTANCIA, RAZÓN HISTÓRICA, FILOSOFÍA

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