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ANTIMANUAL DEL MAL HISTORIADOR © {COMO HACER HOY UNA BUENA HISTORIA CRITICA? Carlos Antonio Aguirre Rojas Ediciones desde abajo mo hacer hoy una buena historia evitiea? mio Aguirre Rojas \ edicién, Co "16 N° 57-57, Bogota D. C., Colon 346 6240-212 7397 - 345 1808 Bogota D.C., Colombia 04535 Prélogo a la tercera e lombiana Introduccién Capitulo 1 De antimanuales y antidefiniciones de Capitulo TE 's sicte (y mas) pecados eapitales del m Capitulo IIL +n Jos origenes de la historia critics Capitulo IV caminos de ‘apitulo V s lecciones de 1968 para una posi Capitulo VI wate Antimanuial Introduccion en el futuro porque yo mismo participo en su construccién, Jules Michelet se inicié, en nuestra opi- nidn, con el doble quiebre fundamental que representaron, primero, la caida del Muro de Berlin en 1989 y, luego, la ircupeién en México del dig- no movimiento indigena neozapatista, del primero de enero de 1994. Por ‘glo XX", que on el mundo comienza con el estallido de la Primera Guerra Mundial y con la emergencia de la Revolucién Rusa de 1917, se cerré claramente con ese derrumbe del Myro de Berlin, el nuevoy siglo XXT que ahora estamos viviondo ar‘ancS precisamente.en esa feck: ssentada por él nacimiento a la vida de orque si los siglos verdaderamente histdricos se construyen, precisa- mente, a partir de las diversas duraciones de los fendmenos que dentro de cllos se despliegan, dandole temporalidad y'sentido ai las distintes curvas evolutivas que esos mismos siglos representan, entonces es claro que en 149 se agoté ese breve siglo XX, mareado por loa divereos intentos de natruir mundos y sociedades socialistas, siempre on paises pobres y po- dosarrollados, y por endo bajo el esquema de lo que conocimos como el uyecto del ‘socialismo real’. Porque cuando se cierra un siglo histérico, into del simple siglo eronolégiea, eso sucede porque con él se cierran os mismos procesos fundamentales que le dieron vigencia y sustancia, Ja historia, para inaugurar nuevos procesos y ientes al nuevo siglo y al mue- en nuestra opinién, acontecié justamente con el lanzamiento e la digna rebelién neozapatista, 1a que no solo inaugura el toda- st6rico eapitalista, y del nacimiento y histérieo, también se impone, natural: tipo de historia\ Y esto, en ol dobkesen- va siste nde un ne ntentar edificar un nuevo tipo de saber histérico fico, capaz de aprehender y de reflejar adecuada des de la historia real, pero también capaz de 1 de las herramientas intelectuales necesarias para ‘ha construccién renovada de esa historia real. s, también han planteado todos los distintos isistémicos y anticapitalistas emergides a todo ho terraqueo, en los iltimos tres lustros recién ellos han insistido, de diferentes maneras, en s oficiales, escritas siempre por los veneedores y por las . no asumen ni contemplan el papel fundamental y ss ‘vencidos’ y de las distintas clases subalternas que implica que sus vontra del sistema capitalista actual, sean siempre ide la memoria contra el olvido, un intento p + viva la memoria de su propia historia, la men os veneidos’ de los que hablaba Walter Benja- ‘nel espesor fundamental y Ia tama vencedores, y si cada ela: pasado y a las tradiciones para legitimar su ‘es ¢s claro que el papel que han tenido los gru historias oficiales eseritas durante siglos ompletamente marginal e irrelevan- a vision abiertamente racista, que apoyo do paternal ¥ deaprocintiva que quer slo historico, acompatiado my receptivos de la historia, pe: 3, aetuantes, ¥ poseedores de un proyecto propio y especifico le vida, de sobrevivencia, de resistencia y de modernidad alternativas, neluso de propuestas de caminos diferentes para e] desarrollo de ciertos mocesos en las diversas naciones de Latinoamérica. Y sueede lo mismo con Ja visiGn clasista y olitista de In historia ropea, que se sigue hasta hoy regodeando con las narraciones de la toria de los reyes, los principes o los conquistadores, pero también y més recientemente de los presidentes, los lideres politicos, 0 los par- idos, si ellos fuesen los verdaderos protagonistas centrales del crama histér las inmensas masas de los campesinos, los breros, Jos empleados, los ciudadanos comunes y es, 0 Jos in- nigrantes, entre muchos otros, no jugaran ningxin papel importante en 4 construccién de la historia vivida durante siglos y milenios, y en el hacer mismo de la historia que ahora sufrimos y protagonizamos todos osotros. Asi que cuando todas esas clases subalternas y todos esos vimientos sociales anticapitalistas, reclaman mantener viva la herencia de sus muertos y de sus antepasados, lo que estsin reivindicando es justamen ese pasado que ellos mismos han construido, y en el que siempre han sido los sujetos de st propia historia, pasado que a través de luchas, ins ‘ecciones, revaluciones ccheliones, y re , y como uevos mo- continuas, han lograde preservar y mantend 9 pasado que no aparece nunca en dichas historias oficiales, y que sol sido reseatado y revalorizndo poco a poco y a lo largo de los tli cimeuenta aioe, Por oso urge|reseribir Yada Ta histor) incorporando de manera orgé- nica y sistematica dentro de su trama, a todos esos grupos y clases sub- alternos, que son los indigenas, y las mujeres, y los obrexos, y los campe. y las distintas aunque a veces muy amplias ‘minorias’ sociales de istintos grupos étnicos, y un enorme y vasto junto de sus acciones, interveneiones, hchas pecifieas, Io mismo que su importante y diverst también ya anaers. de historiador en 1es de la histo. tantas décadas, i, las que han forjad ignorado a los indigenas, a las mujeres, a ‘os y a Tas grandes masas populares, a la vez que se cen el estudio de la vida de los presidentes y de los de los pequeiios y elitistas grupas '' dominantes, 0 en el andlisis de los discursos y las o, cientifico, o ‘gran personaje’ de una determinada Poniendo entonces el énfasis en eso estudio tados, de las aeciones del Estado y de la bingra- Js “raindes héroes” de una nacién cualquiera, la historia ‘0 omiso de las realidades econémicas, n profundidad y de una manera esencial, han evolueién de la historia en general. evar a eabo una doble ios histévicos actuales: en primer permanente de esa historia oficial, smo tiempo que denuncia y de- za de los resultados historiogréfi- mbién Ja clara funcién conservadora del statu le cumple este mismo tipo de hi ia perezosa y les grupos y clases dominantes. Pero también ¥ en wo Putibor po @ wluborar, ox; tam intelectuales y abré que utilizar en la con: ‘truecién de en: , a la vez que avanzamos, Pontos tone y nugionales, conti ero también tematicar, « gone i ACOMBLSIIER conte parte de not on ix bien para volver a conectar a esta renovada cienc hus rafces fundadoras esenciales, pertenecientes a las del pensamiento social critics contemporaineo, Es decir, r historia para_restituirle su dimensién profunda’ como histor . vinculada a los movimientos sociales actuales y a las principales dol prosente, a la vez que dispucata a contribuir en la medida de lo posible, en la construccién de un futuro le se elimine la explotacién econémica, el despotismo po- ‘én sociales, y en donde el porvenir on aprehensién y con temor, sino por el profunda esperanza, n di icsigualdad y to, como sucede h con verdadero optimiamo y Capitulo | De antimanuales y antidefiniciones de la historia En pocas un mal Manual s Mare Bloch, jManuales AHES, vol. Porque estamos convencidos que ia mayor! \deémica: ie sabemos que ol sentido que ti la empobrecida y istoria’, vox on verdad do A ens 2 idenw oft tole y ’ sn cercano y imagen que nos han impuesto, y ‘ensa mayoria de nuestras escuelas y de ) que presenta a Ja historia como algo aburrido y lo se ocupa de cosas viejas y de rancios pasados y historia mas actual y de vanguardia es en ca, ante, que investiga los més relevantes probe Sociedades contempordneas, con una riqueza de les, y de métodos y téenicas, que deslumbran de que deciden introducitse seriamente rincados laberintos, que repr nas en sus no es una disciplina asoeiada solamen. ¥ con los hechos, personajes y sucesos ya desapareci una ciencia también de lo social y de lo vivo, atenta al » bistérico de todas las cosas, y directamente * con nuestro presente mis actual, lo m: la social mediata ¢ inmediata, en todas sus mi tipo de historiador que hoy se forma ei I ¥ de los postgrados de historia de t ‘ante un mal historiador, poco actualizado respecto de lografieas més actuales, y poco informado las obras de los més importantes historiadores del XXI, entonces el tipo de historia que también de un fa gran mayoria do el planeta, es de que es inofensivo y hasta conveniente para los *y Hrupos dominantes, que se repitan hasta el eansancio de los propios profesores— las “gestas gloriosas” ms de una Independencia nacional, o en otro ca: mucién inquobrantable de rehirrepetidos de una olonizadores, vistos entonces ma determinada pro a de que hoy, a pesar de todo, de esas épocas del “pasado”, y para demostrarnos po \e, a fin de cuentas, "hemos progresado”, Sin embargo, y desde hace ya mis do un siglo, ciontifica ha peleado abiertamente para dejar de ser ese simple instru mento de legitimacién de los poderes estatuidos, tratando de dist tanto de la “historia” oficial en verdad, mas bien simple e7éni conquistas, de las victorias y de los ‘logros’ de esos mismos poderes— Je las distintas versiones de la igualmente limitada y sometida hi tradicional, Ya que es imposible hacer una hi fendmeno o proceso, en eualqui 0 o etapa del “pasa del “presente”, que no muestre en su andlisis Ia necesaria finitud y eadu- ‘dad de lo que se estudia, haciendo evidentes el cardcter effmero y low limites temporales de ese problema investigado, y subrayando el obligado cambio histérico al que estén sometidos todos egos procesos, fenémenos suceeos meneionados Pero entonees, si practicamos ol andlisis histérico desde esta idea la historia siompre atenta al cambio, y siempre enfocada en esa di ie permanencia y de transformacisn de todos eus objetos de estudi desembocamos necesariamente en una historia. genuinamente c1 a también su “la malo’, di io a los héroes y norinalizando a los per las situaciones extraordinarias y excepcionales, al tiem, los origenes y las gestas fundadoras, e introduce sis los fracasos junto a los éxitos, la vida cotidiana al lado de los tnomentos histérieos”, los procesos sociales y eeonémicos por debi as grandes batallas militares o de los resonantes sucesos pol ereencias colectivas y la cultura popular junto a las bri ‘obras geniales” de la ciencia, la literatura o ol conocimiento de r mencionar sélo algunos de los tantos ejemplos posibles. ‘Una historia eritiea, que siendo forzosamente opuesta a Ins va del anticuario. Porqu eel uesdeseamos ta de antigiiedades, los que se ocupan 11 historia erttica, y si es que pretendemos, en ‘tien bistérica, estar por lo menos a la altura de los desa- lox progresos mas recientes que ha alcanzado hoy el ven el mundo entero, y en estos inicios del tercer milenio ahora comenzamos a vivir. os demuestra permanentemente que cualquier ‘presente también cualquier ‘pasado’-, no es més que una compleja art estratificada de distintos “passdos todavia presentes”) es dee | (le diversos hechos y fenémenos histéricos qi retiiontan sti crigen y atl “igencia a muy diferentes lineas y magnitudes temporales, magnitudys ie incluyen desde el estricto ayer de unos dias, semanas o meses, hast arios pasados de lustros, décadas, siglos o hasta milenios, Historia entonces que estudia tanto e] “pasado” como ol mis actual} y candente “presente”, y ademés sin caer en su falsa ¥ siempre artifi separacién, que expliea que hoy exista, con plena legitimidad y reco cimiento social, el area de Ja llamada historia contempordnea, tambié nombrada a veces como historia inmediata, o historia del tiempo presen te, la que tomando como su objeto de andlisis a esos f del mai unual tradicional, que ayuda a formar malos historiado- ‘sy tradicionales, comienza siempre por ciertas definicio. Sun Antimanual como este, que persigue abrir el espacio a a crear las condiciones para formar buenos historiadares » deberia comenzar tal vez con toda una serie de antidefinicio. Anticonceptos, antinociones y antidefiniciones de lo que debemos "r por Ja historia, de cuél es su especifico objeto de estudio, do dos prineipales y de sus técnicas fundamentales, lo mismo que ‘vos, sus resultados y sus modelos, teorias, categorias y pro- esenciales, definiendo 0 estableciendo lo que para nosotros no es la. y los problemas a los que no deberia de limitar su estudio, y las cn Ins que no deberia estar confinada, etcétera, quizé sea posi. lontificar con mas precisién a este tipo de historia tradicional todavia hoy padecen nuestros estudiantes a lo largo do ino también ayudar a desbrozar el camino para supe. toria, y para ser capaces de proponer y de practicar mpletamente diferente y nueva, te a 1a que hoy se cultiva mayoritariamente, que no ‘studia los hechos y situaciones del pasado”. Porque, vs totalmente imposible fijar con rigor y cortidumbre la tapa que hoy divide nuestro “presente” de nuestro claro que la historia no es esa aburrida y temerosa , sino mas bien la ciencia que se consagra al estudio h ticmpo’, segiin Ja acertada definicin de amen critieo que abarca lo mismo of mas Tama que ed mn histéricas especificas. Una historia que no se construye, ademas, sélo con documentos eser! tos, ni tampoco sélo con los Lestimonios depositados on los archivos torieos. Porque el buen historiador ng se forma sélo on los archives, sind ambién, ¥ muy esencialmente, en Ia observiieién acuciosa y aguda de I vida més actual y de la vida del pasado en todas sus multiples y variadas nifestaciones. Ya que hace mas de siglo y medio que aprendimos qu us fuentes del historiador no se redueen sélo a los textos y a los testimo: ' escritos, sino que abarcan absolutamente a toda huella o trazo hu nano que nos permita deseifrar y reconstruir el problema histérico qu metemos. Asf, lo mismo la dendrocronologia, que nos permite volver @ trazar las diferencias del clima durante cientos de afios, que el an caxbono 14, que hace posible datar la antigitedad de un hueso fosil, mente la fotografia aérea, que nos deja ver las diferentes formas q Jos campos de cultivo en las distintas regiones de un pais, o [a ‘fia, que nos entrega parte de las actitudes y de las pricticas cxiv. de un eulto religioso, son todas fuentes pertinentes y leyitimns gal » posible que le a que aborda. Lo que explien e! he ja se haga apoyandose lo mismo ei ‘| cine que recurriendo sistemsticamente a los testi mente interpretando una pintura 0 una serie econéiniea, de: fuentes de las que ahora dispor su oficio, idefinicion’” importante de la historia verdaderamente cien- afirma que no es posible hacer la historia de México, de ile 0 Espafia, e incluso la historia de Europa, de Africa, na, si uno se queda limitado al anilisis de los procesos os puramente mexicanos, franceses, chilenos, espafioles dee r decisivo para la irvupeién: de dichas 11 ma manera en que ¢} movimiento de 1968 en Méxit ‘Codobazo’ argentino de 1969, resultan incompletos en no los resituamos dentro de un cuadro mucho mas glo mpararlos y vincularlos con las similares y también sim rencias de, por ejemplo, el mayo franeés, Ia primavera de Prag evolucién cultural china de 1966, entre Otra antinocifn importante, es la que afirma que el histor mado y eapaz de en Tos mas actuales e histor portantes, no se forma leyendo sélo textos y trabajas de otros hist p ntes del mismo oficio, Porque si bien es cie Ia obs eu- Jatinoamericanos, soptin los diversos easos respecti- ‘s del siglo XVI, y del profundo ¢ inrevorsible proceso ‘I universalizacién histérica que la humanidad ha vivido en los cinco siglos, es cada vez mas imposible entender las historias lo. males o regionales, si uno se encierra en el limitado y siempre todavia hoy ves 0 de ot sin conoe istoriador se educa y se forma, hoy en dia, lo veonomistas que de los antropéloges, y lo mismo « lasicos de La sociologia, In geografia o la sicologia, que leyendo bu muchas novelas, antes y a las obras cipalos de los cientistas polft del derecho, entre En este punto, algu ante de ioe eavuelas de historia de cualguier pais aol mundo, no x° a ni se lee ni siquiera a los propios historiadores importantes del aby XX, ni tampoco a las principales obras de historia paradigm Jares de las mas importantes corrientes hist. s ta observacién es do muy comunes y difundidas, por ejemplo, esas s casos a considerar ciertos elementos que, desde esta pers- iva, suelen calificarse como los “factores externos” de esos mismos la existencia misma del resto del mundo, en el peor v si Henri Pirenne gustaba de repetir que no hal e no fuese a la vez una historia de Huropa”, y si tanto Fernand Braudel han retomado esta sentencia pi e, ademas, no hay historia posible de Europa que a historia del mundo, entonces no existe hoy histor eiontifica posible que i y a esos historiadores, como también a los at ‘conjunto de las hoy Hamad: disciplinas sociale 10 de sus vastos territorios, no rompa totalmente con el limitado marco nacional, lerando el rol siempre esencial que juega la historia ida una de las historias regionales, continentales, na- Iquier espacio o rineén de nuestro planeta, los “factores externos”, sino como mas locales, sin 1 de los principales aportes de todas esas 1 dime Imponible ln udaowala e ‘par ejemplo, los movimiento y low proc a] ue incluyen también, rechaza o se ve ate foreolo, 0 trshans jal 6 secundariamente, faitadea gaia ascent amente, a todas esas dimensio- las de la filosofia, la teoria, la metodologia y = necesario reconocer que, en el tipo de historia sea predominantemente en las escuelas yen las msigrado, reina una visin de oria terriblemente em. rad de la historia terriblemente mau vaya ms allé del mero enunciado de Tos sue te los “hechos comprobades’,y todo esfuerz0 por os modos on que se organiza e interpreta el mate- por los modelos que se ponen en juego para llevar igacion histériea, lo mismo que las multiples pregunt especifico que tiene la eleccién de un toma de eatudig. io que organiza la pesquisa historiea, respecto de lac fan para explicar los fandmenos abordados, 0 so. au habrin de presentarse y de transmitirse los resulta Haida todo esto es répidamente descalifieado por los vanes de Ta mals historia ofial, postivistay tradicional, iponer desde las aulas, Descalificacién que, inmedia, ‘whla a todo este tipo de preguntas y de reflexiones preguni nt fe éficos” en un sentic “ve iv a _ edge eee ‘ pia iepbeni aco entre el gremio de los segui- oe 10 ampli nte difundido, que rechaza los s ignora totalmente los problemas de orden me- sdefiosamente a los filésofos que se atreven a a, y abandonando ciegamente im fundamental eam: ; |, no existen en ¥ postgrados de historia, buenos y sélidos cursos de metodologia histérice, a la vez que tanto la historiografi jal de elnsi tos now, the per ‘) sin teoria no hay buena historia} como no la hay tampo dosaevollo de un cierto entrenaritiénto en el campo de Ia reflexi6n filos6fi ca, sin la comprensién y el manejo de sus miiltiples metodologias, y sin el diagnéstico y balance permanente que representa eu propio autoexamen, desarrollado justamente por esa rama que constituye dicha historia de la historiografia. ‘También es importante, para poder escribir y ensefiar una historia y digna de este nombre, afirmar la antinocién de que la historia no es una disciplina antiquisima, bien establecida y delimitada, con su bjeLo, sus métodos, sus téonieas y sus conceptos ya definitivamente cons tituidos y determinados. Por el contrario, Ja historia concebida como pro: yecto realmente eientifico data de hace sélo ciento cineuenta aiios, ciendo tuna diseiplina que se encuentra todavia en sus primeras ¢ iniciules eta- pas de desarrollo, y por ende, en un intenso y continuo proceso de creci- miento y do enriquecimiento constante, y atin a 1a basqueda de nuevos objetos, paradigmas, modelos teéricos, conceptgs, problematicas y técni- seri cas in por descub Porque como bien Io ilustra la historia de esa historiografia que en sentido estricto podemos lamar contempordnea es decir, la que se des- pliega desde los trabajos y los aportes del proyecto critico de Carlos Marx desarrollados dentro de este campo y hasta nuestros dias-, es claro que ‘con cada nueva generacién de historiadorés, nuestra disciplina se ha ido desarrollando y haciendo mas compleja, en la'medida en que incorpora, todo el tiempo y de modo incesante, a esas nuevas técnicas, nuevos pro- blemas, nuevos modelos, teoremas, paradigmas y conceptos que antes hemos mencionado. Lo que entonces, y quiz mas que en otras ciencias, obliga al historiador a estar atento, siempre y con mirada agil y despier- ta, a los nuevos desarvollos y a los progresos y avances mas recientes de su propia disciplina, Por eso, Fernand Braudel nos ha.recordadoque 1a historia no puede ser més que Ja “suma de todas las historias-posiblos pasadas, presentes y futuras’, es decir sélo el conjunto articula dos los progresos de una ciencia que se encuentra todavia en su y ala que atin Ie falta un largo y amplio camino por reeorrer. Otra antinocién nocesaria es la que nos ensefia 135) tr aan wife ties tetas ht hoy, « hits eolvectones de: bite Zain siete oe Hem prentin el ae «sivos gohiemnas tk low pre. tem eanbia totatmente, 0 incluso eambinse niin de an nuevo pr a _uneidn de an new prosidente de la rep lala en ae be sau equiparanda a oa vce mmorinticn de agate Batallas de un nes {rote v eves eiidas por wip qe por tas disputas, golpes de estan vane er ns , stado, rebelioncs 0 eonse vant (tal Estada, gobisenoo xégimen politee, nO riche rea, Leamente para nosotros os histories, Ja hist ston, ce ty Soe eronclontaspoicas de presents Tethe conan Politions y Estados, absteando la densidad waees teeritnce mete de as sociedados,e inclyento entonces denteo ne rilurios a Ia historia econémica y a Ja historia cultural einen nok ficas y alas grandes mutaciones sociales lo mine ns Wn reliioes, psicolégien, artista o de la familia, entre ran 8 temas que no “ajustan” jam evelitivos rs tas stan” jamas sus itinerarios evelutiy ‘ortes del “gobierno del presidente X", 6 del “seen ee islets, come Hientiviine Men. ¥ We cl dia ¢ la historia, eon 1 cierta historia Jos gobernantes de todo bor cia ahi evolu igimen politico 'S y si es claro que toda historia seria ne 8 cronclogias, de mapas eebides, de buenas vatea a intent wesita de buenas y Atlas bien pro oe y soli ien proyeetados y bien eon. heeds Sldas series euantitativas, ye estaistons ron as y datos precizos yriguross,t ae win a eee Y tigurosos, tambien ea evidente dip yg ate soporte fctico, oa plataforma de ag pmprehensiva, Ia interprotacis ae Reinaiah eee expretacién inteligente, y uada de sentido profundo, de todo ese conjunto de hecho: conjunta de hechos y tte *. dentro de los procesos his globales espe 1 108, dentro de Io os f proces ‘éricos globales especificamente mente, una iilti sitivird a y asic ial, se kage HW condencula fatal itiimaetn de las ol eK antinocién en contra de |; refer al hecho de qu la historia nosed tlre, lente, a ser sdlo el regist os de cea hee . 1 ee y el instrumento de antale. ae — . ee Seguirdn existiendo, los historiade. siiuple v limitada funcién de Seed e pth hace: Loy Ladi ser una clara “memoria dl p ‘lon y remventa todo el ties hae Ye impo el paissade, paavat cunns why ele ¥ evitieas, qin e paevs ce construir la histori “deste ef pmnte tle vista de las: victimas” y de Jos vencidos, forjando contruhiste ius y contrumvnorias historias que rescatan esos muiltiples “pasid iulus, peru vivos y actuantes, de que habla Walter Benjamin. cc's, rormpiendo con los lugares comunes de la historia oficial, y hacienda frente a ese proceso de legitimacién de lo existente, que siem- pnw conchiye por explicarnos que “vivimos en el mejor de los mundos pa- ilex”, y que tal o cual proceso actual puede ser buenc, regular 0 ma- In, pero que es inevitable e ineludible -camo en el caso actual de la mal Iamada “globatizacién’, rompiendo con estas visiones interesadamente fatalistas del pasado y del presente, el buen historiador genuinamente ritico, nos recuerda siempre que ayer igual que hoy, la historia es un terreno de disputa constanie, donde de manera eontradictoria y tenaz ~c enfrentan siempre varios futuros alternatives posibles, varias lineas shiertas de posibles evoluciones diferentes, y en donde Ta Tinea futuro tyue resulta finalmento vencedor y que se actualiza, se decide justamente desde y dentro de las condiciones coneretas de ese espacio de combate. Por eso “ni siquiera os muertos estén a salvo” sf el enemigo hoy en e' poder vuelve a vencer, precisamente recodificando y reinventando el pa nado en fancién de sus intereses, y de sus propios mitos y justificaciones ideolégicas especiiicas. Y frente a ello, sélo es posible encender de nuevo “Ia chispa de la esperanza’ si nos ubicamos del lado de los oprimidos y ce las vietimas, defendiendo esos pasados que hoy han sido provisionalmer te derrotados, pero a los que posiblemente les conresponde la vietoria del manana, c Y por eso también, en lugar de escribir un aburride manual para mnalos historiadores, Jeno de definiciones anacrénicas sobre una historia plana, acomodaticia con el poder, acendradamente empirista y limitada ‘en sus concepciones, en sus fuentes y en sus horizontes, hemos preferido mnejor, intentar esbozar esta suerte do. Antimanwal, con ciertas, “antide finiciones” iniciales, y que toma partido abiertamente por una historia ids densa y mas profunda, aunque también mas dificil y compleja. Una historia que ubiciindose claramente dentro de las tradiciones del pensa miento social erftico, desarrollado desde hace siglo y medio, esté atenta a toorfa, # la filosofia y a la metodologia, a In ver. que se reivindica como auhierta y vasta en la definicién de su objeto, sus fuentes, sus téenieas, sus modelos y sus paradigmas més esenciales. bany

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