“Consistencia en política económica y la riqueza de las

naciones”
Resumen de la Conferencia Magistral del Premio Nobel de Economía 2004 Dr. Finn E. Kydland*

El Seminario Anual CIES 2008 se inauguró con la
conferencia “Consistencia en política económica y
la riqueza de las naciones”, dada por el ganador del
Premio Nobel de Economía 2004, Finn E. Kydland. En
ella, enfatizó la consistencia de la política económica
en el largo plazo como determinante del crecimiento
económico de los países. Para este propósito, el Dr.
Kydland compara dos países, Argentina e Irlanda, que
comenzaron su camino hacia el crecimiento bajo las
mismas condiciones. Sin embargo, indicó, solo Irlanda
logró el desarrollo gracias a políticas consistentes en
el tiempo. Además, esta conferencia dio a conocer
un conjunto de prioridades de política del Consenso
de Copenhague para América Latina.
En sus investigaciones, el Dr. Kydland descubrió con
sorpresa que la formulación de políticas puede ser
inconsistente a lo largo del tiempo y que eso puede
tener implicancias muy negativas. Antes de entrar a la
ponencia, presentó algunas cifras. Irlanda se encon-
traba en la parte inferior del grupo de países europeos
hasta los años noventa, junto con Grecia, para luego
despegar súbitamente. Pasó de ser uno de los países
más pobres a ser el más prospero en 2004. Irlanda
tuvo en 2007 un PBI per cápita de US$ 43.000. En
contraposición, están los países africanos cuyo PBI per
cápita alcanza como máximo los US$ 3.000, teniendo
algunos de ellos un PBI que es un cincuentavo del de
países más prósperos. Países como el Congo daban
señales de entrar en una senda de crecimiento, sin
embargo algo pasó. Al parecer un conjunto de factores
políticos se encuentra en el corazón del problema.
Kydland dividió su ponencia en cinco partes: a) el
marco de la macroeconomía moderna, con la inclu-
sión de personas en los modelos, b) las razones fun-
damentales de la inconsistencia temporal, c) algunos
malos ejemplos en los que el problema de la inconsis-
tencia temporal ha sido particularmente importante, d)
los factores que afectan al crecimiento de la naciones
y, finalmente, e) la Consulta de San José, organizada
por el Centro del Consenso de Copenhage.
 * Presentada el 9 de diciembre de 2008, como parte de la inaugu-
ración del Seminario Anual CIES 2008. Resumen elaborado por
Eduardo Jiménez, analista del CIES.
Foto CIES
El Seminario Anual CIES 2008 se inauguró con la conferencia “Consis-
tencia en política económica y la riqueza de las naciones”, dada por el
ganador del Premio Nobel de Economía 2004, Finn E. Kydland.
Respecto a los modelos con personas, el Dr. Kydland
comenta que estos explicitan muy bien la preferencia
de los individuos y que son bastante fáciles de calibrar.
A partir de ellos se puede inferir cuáles podrían ser las
preferencias a partir del examen de ciertos aspectos
de las decisiones promedio que toman millones de
personas. Por supuesto, los individuos están limitados
por sus presupuestos, tanto ahora como en un futuro
indefinido, lo que le da un carácter dinámico a las
decisiones. Estos modelos incluyen también miles de
empresas, por lo que hay que incluir una función
agregada de producción, que es crucial para reflexio-
nar sobre qué cosas son importantes para nuestras
economías. Esta función dice que se puede pensar
en el producto bruto de los países como dependiente
básicamente de tres cosas: del capital (K), que es la
sumatoria de todas las estructuras, equipos, compu-
tadoras y de todo lo que representa un insumo para
la producción de bienes; de la mano de obra (L),
pensada no solo en términos del número de personas
o de horas de trabajo, sino también en términos de su
calidad; y por último del factor tecnológico (Z), que
«…no solo se debe pensar en
políticas en el presente, sino
también en las medidas futuras
que van a afectar las decisiones
actuales»

48 Economía y Sociedad 71, CIES, abril 2009

fue resaltado por el Dr. Kydland como fundamental.
Este mencionó que el cambio tecnológico no solo
debe considerar el resultado de la investigación y el
desarrollo, sino también la inversión gubernamen-
tal en infraestructura, los cambios de normativa que
afectan la actividad empresarial, los cambios en el
clima en los que se desarrollan contratos, relaciones
empresariales y laborales, así como los resultados de
la crisis y el pánico financiero. El factor Z es muy
importante en el crecimiento y brinda razones de por
qué existen ciertas mejoras en el nivel tecnológico
que tienen una duración de muy largo plazo, es decir,
son muy persistentes, afectando no solo la produc-
ción en el presente, sino también en el futuro, lo que
favorece la inversión y el ahorro debido al incremento
de la productividad y, con ello, la elevación de los
salarios reales futuros. Esto también eleva la propen-
sión marginal a consumir presente, ya que los agentes
anticipan la subida en los ingresos.
Según el modelo planteado, el Dr. Kydland explicó las
consecuencias de introducir al gobierno. Empezando
con el efecto monetario, el dinero no juega un papel
tan importante en la economía real. De hecho, es
muy difícil encontrar los efectos de propagación del
dinero. Respecto de este tema, en la actual coyuntura
de crisis, la Reserva Federal de los Estados Unidos
(Fed) no tiene la capacidad de intervenir para que los
bancos no detengan los créditos para nuevos proyec-
tos, porque eso sí sería perjudicial para las economías.
Respecto a medidas temporales para incentivar el con-
sumo, como la devolución de impuestos en Estados
Unidos, es claro que estas se van a destinar al ahorro
y que el impacto sobre el consumo será mínimo. En
contraposición a lo anterior, actualmente se discuten
planes para incentivar la inversión en infraestructura,
lo que es una mejor idea ya que esto va a tener un
efecto positivo sobre la variable Z. Sin embargo, el
efecto de estas inversiones no se verá en un par de
meses, como esperan los políticos.
Ahora, pasando a ver en términos generales el papel
del gobierno, el Dr. Kydland menciona que hay que
pensar en él como un agente sujeto a sus propias
restricciones presupuestales y suponiendo que es
benigno, es decir, que está tratando de maximizar
una medida de bienestar de población abstrayén-
dose de cualquier incentivo político. El resultado
que encuentra es que la política que maximiza esta
función de bienestar tiene que ver con lo que hacen
los agentes en el futuro y, aun así, dichas políticas
pueden resultar inconsistentes, por lo que se hace
necesario algún mecanismo de compromiso que
obligue al gobierno a ejecutar políticas consistentes
con miras al el futuro. Para graficar esto, piénsese
en una empresa que inicia un proyecto de inver-
Economía y Sociedad 71, CIES, abril 2009
sión y por tanto está observando el valor presente
de los retornos económicos después de impuestos
en comparación con los gastos actuales, por lo que
le interesará saber cuál será la tasa de impuestos
que impondrá el gobierno a los retornos. Este es un
modelo de decisión a futuro.
Ahora, no solo se debe pensar en políticas en el pre-
sente, sino también en las medidas futuras que van
a afectar las decisiones actuales. Imagínese que un
gobierno benigno implementa una política consis-
tente que debe permanecer a lo largo del tiempo. Sin
embargo, dentro de cinco años este gobierno puede
desear recalcular la política óptima, olvidando que
la política previa ha tenido un efecto sobre las deci-
siones de los agentes, y lo hace usando la función
de bienestar inicial, la que a esas alturas ya debería
haber cambiado. Esta es, entonces, la razón de la
inconsistencia cronológica. A manera de ejemplo, si
se está hablando de algo que se acumula, como el
stock de capital, si el gobierno eleva repentinamente
los impuestos a los ingresos producidos por este stock,
va a causar un conjunto de efectos negativos.
El Dr. Kydland ha hecho también hincapié en meca-
nismos de compromiso que permitan que se sigan las
políticas óptimas a lo largo del tiempo. Hay algunos
ejemplos en relación a la política monetaria. A princi-
pio de los años noventa, en Argentina, Carlos Menem
decidió amarrar el peso al dólar en paridad de uno
a uno, pero al parecer había una seria debilidad del
esquema dada la escasez de reservas. Por otro lado,
las políticas fiscales y monetarias no están desliga-
das, dado que ambas forman parte de la restricción
presupuestaria del gobierno y Argentina no solucionó
sus problemas fiscales. Hacia 1999 se hizo imposi-
ble seguir manteniendo la paridad cambiaria dada la
gigantesca deuda que tenía el gobierno federal. Esto,
Foto CIES
En la actual coyuntura de crisis, la Reserva Federal de los Estados Unidos
(Fed) no tiene la capacidad de intervenir para que los bancos no detengan
los créditos para nuevos proyectos, porque eso sí sería perjudicial para
las economías.
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 «Irlanda decidió que la educación
secundaria fuera completamente
gratuita hacia fines de los años
sesenta. Con ello logró tener
mano de obra bien educada para
los años noventa»
según el Dr. Kydland, no quiere decir que la fijación
del tipo de cambio sea una mala idea, sino que se
debe evaluar su efectividad analizando el conjunto de
las restricciones del gobierno. Una de estos limitantes
es la independencia de los Bancos Centrales, para
que estos estén aislados de las presiones que recibe
el gobierno en su conjunto.
Continuando con los temas de política monetaria,
el Dr. Kydland comenta sobre la metas de inflación,
que durante los últimos diez años ha sido la forma
en que muchos Bancos Centrales han operado. Es
claro que el esquema de las metas de inflación no ha
tenido un shock suficientemente grande como para
validarlo. Es una mejor idea fijar precios antes que
la inflación, dado que esto hace más predecible la
política. La forma en que opera el esquema de fija-
ción de precios es que el Banco Central decide un
nivel óptimo de inflación y da a conocer los niveles
de precios esperados para los próximos cinco o diez
años, y aunque la meta pueda alejarse, los agentes
creerán en el compromiso asumido.
Se pasará ahora a ver las fuerzas matrices del cre-
cimiento económico de las naciones. Para el Dr.
Kydland es fundamental el cambio tecnológico para el
crecimiento de los países, y por esa razón resta impor-
tancia al dinero. Sin embargo, no se puede depender
únicamente del cambio tecnológico, sino que tienen
Foto CIES
Para el Dr. Kydland es fundamental el cambio tecnológico para el
crecimiento de los países, y por esa razón resta importancia al dinero.
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que darse los incentivos para incrementar la capaci-
dad productiva que permita aprovechar el cambio
tecnológico y, en esto, el gobierno puede jugar un
rol positivo o negativo. En relación a estas acciones
del gobierno, el Dr. Kydland usa como ejemplos a
Argentina e Irlanda. En el caso de Argentina, usando
los datos de productividad (Z), llegó a la conclusión
de que este país debería haber crecido mucho más
rápido durante la década de los años noventa. En el
caso del stock de capital, este también debería haber
crecido más de lo que creció, lo que demuestra que
no se invirtió lo suficiente.
Al tratar de brindar una explicación para lo que sucedió
con Argentina, se puede decir que sufrió la llamada
enfermedad de la inconsistencia temporal, ya que pasó
por períodos de hiperinflación, devaluaciones, con-
gelamiento de depósitos e incumplimiento de obliga-
ciones del gobierno. Es claro que esto no solo ocurrió
durante los años ochenta, sino también en períodos
anteriores, y por esa razón fue muy difícil recuperar
la credibilidad. Para graficar la situación de Argentina,
el Dr. Kydland usa el stock de capital por persona en
edad de trabajar y ve que este ha caído 20% entre 1980
y 2003, lo que ha tenido dramáticas consecuencias
sobre los ingresos de las personas y, sobre todo, de los
pobres. Entonces, está claro que las políticas de corto
plazo no tienen ningún efecto ya que lo importante
para Argentina es plantear políticas de largo plazo que
le permitan recuperar la confianza perdida.
Como un buen ejemplo, el Dr. Kydland propone a
Irlanda, que superó a los demás países europeos, con-
virtiéndose en un país rico. El elemento precursor de
este crecimiento es que Irlanda decidió que la educa-
ción secundaria fuera completamente gratuita hacia
fines de los años sesenta. Con ello logró tener mano
de obra bien educada para los años noventa. Ahora,
aunque se contaba con mano de obra bien entrenada
se necesitaba el capital, así que a principios de la
década de 1990 Irlanda adoptó una política fiscal de
largo plazo, disminuyendo las tasas de impuestos y, lo
más importante, según el Dr. Kydland, se comprome-
tió a mantener estas tasas hasta 2009. Por esa razón,
cuando empresas como Dell pensaron en iniciar sus
«Cuando el ingreso de los países
es bajo, a menudo es resultado
de políticas que restringen
directa o indirectamente un
conjunto de tecnologías y
de prácticas laborales que se
pueden implementar»
Economía y Sociedad 71, CIES, abril 2009
 «Las cinco primeras prioridades
establecidas por el Consenso
de Copenhague en la reunión
fueron: a) programas para el
desarrollo de los niños, b) reglas
fiscales, c) mayor inversión en
infraestructura, d) mantener sin
cambios las políticas y programas
en las entidades gubernamentales
y e) Programas de Transferencias
Condicionadas efectivas en dinero»
operaciones en Irlanda sintieron que no iban a ser
engañadas con impuestos más altos en el futuro. Esto
se debe a que Irlanda no había tratado de engañar
antes, como sí es el caso de Argentina, y los resultados
en ambos países son claramente diferentes.
¿Cuáles son las lecciones de política que se pueden
extraer? Para el Dr. Kydland, cuando se piensa en
nuevas medidas se debe evaluar cuáles son las impli-
cancias en lo que se refiere a los incentivos para la
acumulación del capital y el crecimiento de la pro-
ductividad a largo plazo. La política gubernamental
tiene que gozar de credibilidad, ser previsora, e Irlanda
da un buen ejemplo de ello. Cuando el ingreso de
los países es bajo, a menudo es resultado de políticas
que restringen directa o indirectamente un conjunto
de tecnologías y de prácticas laborales que se pueden
implementar. Sin embargo, este bajo ingreso también
es resultado de presiones sobre el gobierno provenien-
tes de grupos de interés, empresas, etc. Además de
Irlanda, los países del sudeste asiático lograron enor-
mes acumulaciones de capital fiscal y humano en un
contexto de buenas políticas económicas.
Finalmente, el Dr. Kydland habló del Consenso de
Copenhague, que reúne a importantes economistas
con la misión de responder en qué tipo de proyectos
debería gastar América Latina si estuviera dispuesta
a gastar 10 mil millones de dólares anuales en los
próximos cinco años para mejorar el bienestar de la
población. Las cinco primeras prioridades estableci-
das por el Consenso de Copenhague en la reunión
fueron: a) programas para el desarrollo de los niños, b)
reglas fiscales, c) mayor inversión en infraestructura,
d) mantener sin cambios las políticas y programas
en las entidades gubernamentales y e) Programas de
Transferencias Condicionadas efectivas en dinero.
Según el Dr. Kydland, la primera y la quinta prioridad
son fundamentales para el trabajo con la población
Economía y Sociedad 71, CIES, abril 2009
Foto CIES
A manera de conclusión, el Dr. Kydland enfatiza en la importancia de
tener un buen gobierno con instituciones sólidas como uno de los mejores
caminos a seguir.
desde sus primeros años: que garanticen una buena
salud y educación, las que también interactúan con
otras soluciones. Las prioridades b, c y d son condicio-
nes que, de cumplirse, van a hacer que la economía
crezca más rápido. Respecto a la cuarta prioridad, la
idea es que existan instituciones que monitoreen las
políticas de manera que estas se implementen con-
sistentemente a lo largo del tiempo.
Una prioridad que no fue incluida en el Consenso
Copenhague, pero que para el Dr. Kydland es funda-
mental, es incrementar el nivel de institucionalización
de los partidos políticos y de los sistemas partidarios.
Para graficar esto, cuenta el caso de Noruega. En
Noruega se formó un fondo petrolero a raíz del des-
cubrimiento de reservas en los años setenta, de modo
que hoy dicho fondo ya ha acumulado más que el
PBI anual de Noruega y se espera que para 2020 este
fondo sea cinco veces el PBI. Este fondo se creó con
el propósito de asegurar el bienestar de las genera-
ciones futuras y se dieron un conjunto de reglas fijas
para saber cuánto de dicho fondo puede disponer el
gobierno cada año. El hecho central es que, a pesar
de que han pasado partidos de diferentes posiciones
políticas, nadie ha roto la promesa del fondo petro-
lero. El Dr. Kydland también menciona como buen
ejemplo el fondo del cobre de Chile que ha mante-
nido sus reglas invariables a lo largo del tiempo y se
pregunta ¿qué pasaría si este tipo de fondos se crearan
en Argentina?
A manera de conclusión, el Dr. Kydland enfatiza en
la importancia de tener un buen gobierno con insti-
tuciones sólidas como uno de los mejores caminos
a seguir. Además, hace una invitación a tomar en
cuenta las soluciones planteadas por el Consenso de
Copenhague para América Latina.
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