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MTODO INDUCTIVO
Lucas 5 del 12 16
Jess sana a un leproso
(Mt. 8.1-4; Mr. 1.40-45)
Luc. 5:12 Sucedi que estando l en una de las ciudades, se present un
hombre lleno de lepra, el cual, viendo a Jess, se postr con el rostro en
tierra y le rog, diciendo: Seor, si quieres, puedes limpiarme.
Luc. 5:13 Entonces, extendiendo l la mano, le toc, diciendo: Quiero; s
limpio. Y al instante la lepra se fue de l.
Luc. 5:14 Y l le mand que no lo dijese a nadie; sino v, le dijo, mustrate
al sacerdote, y ofrece por tu purificacin, segn mand Moiss, (D) para
testimonio a ellos.
Luc. 5:15 Pero su fama se extenda ms y ms; y se reuna mucha gente
para orle, y para que les sanase de sus enfermedades.
Luc. 5:16 Mas l se apartaba a lugares desiertos, y oraba.
OBSERVACIN:
Quin?
v. 12, l se refiere a Jess, ms adelante en el mismo verso lo aclara.
v. 10, Jess.
v. 12, un hombre lleno de lepra.
v. 15, mucha gente.
Qu?
v. 12, un leproso pide al Seor sanidad.
Cundo?
No da tiempo.
Dnde?
No se sabe el lugar especfico
v. 12, estando en una de las ciudades.
Cap. 4: 31 Capernam es la ltima ciudad que se nombra antes de decir que
ira a otras ciudades.
Cap. 4: 43 se dice que iba a predicar el evangelio del reino de Dios en otras
ciudades.
INTERPRETACIN
Lucas
Le orden (paraggeilen)
Mateo 8:2-4
se lo llama un leproso
arrodillarse por llegar a tocar el suelo la parte del cuerpo por encima
de la rodilla, especialmente las manos.
Marcos 1:40-44
se arrodill (gonupetn)
se lo llama un leproso.
Aplicacin
As como aquel hombre lleno de lepra, reconoci su condicin fsica,
humildemente, con una actitud de adoracin y con fe, nosotros tambin
debemos reconocer nuestra condicin espiritual, que puede ser que est
podrida, como la carne de aquel hombre. Y llegar ante el Trono de la Gracia,
recordando que l est lleno pero de Misericordia para darnos el oportuno
socorro que necesitamos y ser sanados, limpiados y liberados del pecado
que carcome nuestro ser, pues l siempre quiere hacerlo y no desprecia,
nunca, a un corazn contrito y humillado.
El seor es el mismo, ayer, hoy y por los siglos, as que confiemos en l para
ser sanos tambin fsicamente, tengamos siempre una actitud de confesin,
humildad, adoracin y fe al acercarnos. Esperando siempre en Su voluntad
que es buena, agradable y perfecta.