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40 POY 1 [esideo ap uglo2npoid ap|ojuid osazoid ja |O1qi] VOLLIMOd VIWONOD4 V1 3d VOL] KYW WldV) Ta Tay! uoiess oiped 2p seyou A ejouaqeape ‘ug}ponpen uozeos ospad 2p o81zo & ugioIpa 4, El cardcter fetichista de Ia mercancia y st seereto A primera vista, una mercancia parece ser una cose trivial, de comprensién inmediata. Su andlisis demuestra que es un objeto endemoniado, rico en sutilezas metafisi- cas y reticencias teolégicas. En cuanto valor de uso, nada de misterioso se oculta en ella, ya la consideremos desde el punto de vista de que merced a sus propiedades satisface necesidades humans, o de que no adquiere esas propiedades sino en cuanto producto del trabajo humano. Es de claridad i smnbre, mediante sv actividad, altera las erias naturales de manera que le sean ica la forma de la madera, por ejemplo, cuando con ella se hace una mesa, No obstante, la mesa sigue siendo madera, una cosa ordinaria, sensible, Pero no bien entra en escena como mercancta, se trasmuta en ‘cosa sensoriaimente suprasensible, No solo se mantiene fiesa apoyando sus patas en el suelo, sino que se pone de cabeza frente # todas las demés mercancias y de su testa de palo brotan quimeras mucho mas caprichosas que si, por libre determinaci6n, so lanzara a bailar.” El cardcter mistico de la mercancia no deriva, por tanto, de su valor de uso. Tampoco proviene del conte- nido de las determinaciones de valor. En primer término, porque por diferentes que sean los trabajos tiles o acti- ‘Vidades productivas, constituye una verdad, desde el punto Ue vista fisioldgico, que se trata de funciones del organismo Iumano, y que todas esas funciones, sean cuales fueren ‘su contenido y su forma, son en esencia gasto de cerebro, nervio, misculo, rgano sensorio, ett., humanos. En se~ gundo Iugar, y en fo tocante a lo que sixve de fundamento para determinar las magnitudes de valor, esto cs, a la liuracion de aquel gasto o a la cantidad del trabajo, e& posible distinguir hasta sensorialmente la cantidad del trabajo de su calidad. En todos los tipos de sociedad nece- sariamente hubo de interesar al hombre el tiempo de traba- jo que insume la produceién de los medios de subsistencia, aunque ese interés no fuera uniforme en los diversos esta~ 25 Reouérdese que China y las mesas comenzaron a danzar ‘vando todo resto del mundo parecin estar sumido en el tepo- see” Our encourager les auiret (para alentar a los Gemés).°*) 87 cy ‘opuena “eatogsd vf uo “ezanoaJo 98 of98 J0qRA ap S09 £ 1H Boo wo Texoqe| c1onpord Bp UoIsIoso [EL “VEIN HOUT “eufosues ‘om ep pepranaiqo ns op vperedas ‘amojran mjeIa0s “JoeA ap pEpranalgo vun uowmnbpe ofeqen pp soyonpoxd $0] apuop olquimoraimt ns ud oI9s Si “s0s09 30] auto S9y0}008 souoy20}—4 & seuosied se anua 50500 2p sojdoud souo}o0p24 owt0 otsexyaC9 [> 10d outs ‘sofeqen sis uo ‘SeuISTU! setosiod Se] on)G2 Sepeqen S2q “erpos sqUeuTE}DozIp SOUOTDEIO: OWOD OW ‘HOV ofeA ‘wos on fof ow0 opsayfrumu ap wauod sat 28 sopeaud soleqen sas fm soyero0s souoroe|ar se] ‘opus 10d ‘sowsp Wy ‘seiovonpoud Soy anu ‘Souistar sot ap sgaen v ‘AK oltqen [ep soionp “oud soy anju> 22aiqeyse Olqureoroxu fo anb ssuo!e[ax se] 2p orpour 30d ous ‘oyun{ooo ns u> [e{o0s ofeqes [op sarred ooo pepyea! wezuvsqe ou sopearid sofeqen sof ‘oypoy op iseiqued soso U9 Q “o1gUIwOxeIU OfoEp ep oozeM Je up outs UEsoTEM 2s Ov sOpeAnd sofeqeN S059 ap SdeI -os ayaamoyszadso somgnre soj ‘ofeqan ns op sovonposd soy uEIguEsIayUT onb eystY [e_DOS OIeMOD Go TENN OW soloyonipoad $01 00D “TeqOTS [eID ofeqesy [2 aXnIHSUOo anb o| $9 sopeand sofegen sense ap ofejduoo yx ‘sou10 $0] 2p soun so] aruruanapuedepa SopIviele sopod soloqoui ap soronposd wos anb v ojouEoK ‘sojoumosou 2 UaviopATOD <5 On je ered 5 2q9p 38 90 $0 "sejote3 00 sonpoad anb ofegen Top eos 2fopuy sexnoed vy uD “op “ensousp ey of ajuopaoaid sIsqpTE Jo OwoD ‘eu 5 Seouvasour so] 3p OpUNTE F>p Fistyonay szqDzIeD oq “____ Turaiour Upfeonpoxd vf ap ajguzedorut so snb-X “seypitesiam oto sonpoid soj as warq ow ofeq “on yop soisepoid so © arorgpe 35 anb OUSmEONSy > OUT cise y “euoUINY oueMI eT

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SOAN Tigo saznaeres owen ofegen ovdord ns ap [sos J2199129 Jp soxqaroy, soy ater efofo eusyw ef anb wo ‘sand “ueur Uoqqouss ystscoo [uRDIEu CUO] Bl op OSOHAAST OL ‘ofeqean jap soronpodd So] axyua [elpos Uopeles kun =P wer “Toy 8] waysxox “sofeqen sus 2p Seje}o0s sauojseuMDI2p SEL Seahobye woe 9F safer sel Uo ‘Seu0}onpord so] anu som “oroojae sey ‘ou feqen Jap soronposd soy wezueoTe Sab aopes Tap pmaaBecs v] 2p SUS 9 e1G09 “uo}DEsTP fs zod ouvtang ofeqen ap zien ap o1seS [2p vprpew FT fofeqen tap soronposd Sof 2p JoqeA ap peprahafgo jens vf ‘op jruseu vuo; 2 eidope souemng sofeqes: so] 2p Pep SRndt er “wares watioy vs ap ‘SIUeUIEIAGO {PioUTo.Iu! 3 Trauof ey oumnse werq ou ofege [ep ojanpoud je andunstP dnb oonpusstue rsiopzE9 ]2 ‘S2ouOITS ‘vI0IG apUOP OC? yojo0s wuLioy €uN UpLQUIE? auomnbpe ofegen ns ‘sono wed soun urfeqen soxquioy Sot ouroo oyloid wor ‘PUUTUL w'eTOHWsP [ep SOmP 1 intercambio ya ha alcanzado la extensién y relevancia ‘suficientes como para que se produzcan cosas titiles desti- nadas al intercambio, con lo cual, pues, ya en su pro- Gaccién misma sc tiene en cuenta el eardcter_de valor de las cosas. A partir de ese momento los trabajos privados de los productores adoptan de manera cfectiva un doble caricter social. Por una parte, en cuanto trabajos vitiles determinados, tienen que satisfacer una necesidad social determinada y con ello probar su eficacia como partes del ‘ea que todo utilidad, es pasible de é privado itil, y por tanto le es equivalente. La igualdad de trabajos to1o clo {totalmente} diversas s6lo puede, con- Sistir en wa abstraccién de su desigualdad real, en ta re Guccién al cardcter.comtin que poseen en cuanto gasto de juerza humana de trabajo, trabajo abstractamente, amano. El cerebro de los productores privados refleja ese doble eardcter social de sus trabajos privados solamente en Tas formas que se manifiestan en el movimiento préctico, en el intercambio de product cter 80% de sus trabajos privades, pu: : de que el producto del trabajo tiene que ser Gt mente serlo para otros; el cardcter social de 5 entre los diversos trabajos, slo bajo Ta forma del carécter Ge velor que es comiin a esas cosas matcriaimente diferen- tes, los productos del trabajo. Por consiguiente, el que los hombres relacionen entre si como valores los’ productos de su trabajo no se debe ‘al hecho de que tales cosas cuenten para ellos como meras ‘envolturas materiales de trabajo homogéneamente humano. la inversa. Al equiparar entre sf en el cambio como va- lores sus productos heterogéneos, equiparan recfprocamen te sus diversos trabajos como trabajo humano. No Jo saben, pero lo hacen." Ei valor, en consecuencia, no Tleva eserito Nota. fs 28 icin, —Por 0, evendo Galil dice: el vay etna elcid ere eons ra era 88 Tn due persone’ habe "aigga: una tolaciso or Mina enpitara de cosa, (Gallant, Della moneds Milan 1805, pare moderna, tn pe 221) 90 en la frente lo que es. Pot el contrario, transforma a todo producto del trabajo en un jeroglifico social, Més adelante os hombres procuran descifrar el sentido del jerogliico, desentrafiar el misterio.de su propio producto social, ya que la determinacién de los objetos para el uso como valores es producto social suyo a igual ttulo que el lenguaje, El descubrimiento cientitico ulterior de que Ios productos del trabajo, en la medida en que son valores, constitu- yen meras expresiones, con el cardcter de cosas, del tra~ ‘bajo bumano empleado en su produccién, inaugura una €poca en la historia de la evoluciéa humane, pero en modo alguno desvanece la apariencia de objetividad que envuel- ‘ve a los atributos sociales del trabajo. Un hecho que sélo tiene vigencia para esa forma particular de produeci6n, para Ia produccién de mercancias —a saber, que el cariic- ter especificamente social de los trabajos privados in dependientes consiste en su igualdad en cuanto trabajo Jmumano y asume la forma del carécter de valor de los productos del trabsjo—, tanto antes como después de laquel descubrimiento se presenta como igualmente defini- tivo ante quienes estin inmersos en las relaciones de la produccién de mercancias, asf como la descomposicién del aire en sus elementos, por parte de la ciencia, deja iacam- biada Informa del aire en cuanto forma de un cuerpo sico. ‘obtendrin por el producto propi pues, se intercambiardn los proch porciones, al madurar, legan a adquirir cierta fijeza consa- grada por el uso, parecen deber su origen a Ja naturaleza de los productos’ del trabajo, de manera que por ejempio ‘una tonelada de hierro y dos onzas de oro valen Jo mismo, tal como una libra de oro y una libra de hietro pesan igual por més que difieran sus propiedades fisicas y qui micas. En realidad, cl carécter de valor que presentan los productos del trabajo, no se consolida sino por hacerse efectivos en la practica como magnitudes de valor. Estas magnitudes cambian de manera constante, indopendiente- mente de la voluntad, las previsiones 0 Tos actos de los sujetos del intorcambio. Su propio movimiento social posee para ellos la forma de un movimiento de cosas bajo cuyo control se encuentran, en lugar de controlarlas, Se requiere 91 se ‘upsuigoy oie f9p_sowenae op seuE) seURS pond Ssuoouny ns 3 Sou eye osoq sontanuandso one uo ayo so, a desnes of sopepaaae Sem worurgow ons snbsod ‘oquey sod “X sopepisooau susiontp 2 oe tay opeEe op we foam end a eS wosmgoy onb ayrowzounid souresey ‘sup -euosnigor seq ® eID9Je $9 earysod wywwoUODe zr] OWED agweonposd ap seuLioy seino exsey oujures sowpuesduis opens orerpewur ap viunyse 2p upiponpoxd wy ua sopepuny ofeqen Top ceequite anb yyosemseaey 2 £ eiSem se ap Opunur Jap owstonsr To OpoL conpoid »{ topoumuaiap amuoueoorapisty ‘ap opou! aso wezugioese> onb ugronpoad ap souotse]ar seq zed ‘seanalgo ower sod & ‘seprea aquewjetoos sesuad BPP SeUIOY ap EIEN ag “esaNing FjuouoDa Bop sve -aiv9 se] ayuomestsord uosmmysuos soiue[awes Seumiog “eréstiast ba syesad st 28 onnfaoe te us woos ese To eopead sofeqen sas 2nu2 Loloepor ef ‘TesIUSs pusTeAIbo oul —zsoo e] eorppow eped ue enb 10 eo may] Je sepsuvorat sesa Ware og ‘Sevanbey Sp satowoaposd soq opaens oiog “osresadx> 9p OpOw Ye 2P -qput solopefeqen soy anu soqetoos seuorsefer sey ore sod & ‘sopeatid sofeqen 301 2p BID08 piel Pp Toppa ‘ap Z2h wo ‘oupoy ap ¥9A anb by —oreutp op euE] e— gaye ayseqermasyon ue ly sod “pe “9 Punt sejourayaut se{ 2p opunts jap epeqeoe eusio} eso 2010 Seat go ora ToTea 9p 277930 ns sess @ ofnpU amb Of Siitnp ue sopouearour se] 9p, eaRso|oo wo!saxdK9 PL ‘hovea pp sopmaaseur se] 2p vORE eyoueoyout sey ap so123d So] 9p SIETEUE SemeeT opmuaruc> ns ous —a}qPwNUIOt OBfe Ow <0 wee rsh ek “aig, spur ‘enb— seULios ses9 oP OOH Siar asjapies [2 oW TUpLOA wors0x saxqusoy sol nb SP mn ap soreanyen soamzoy ap vidosd wzalty Jorow 9p uojseqnouio wf B seysondnsasd pp sowwiyg. sopertnsel sol 2p. eh opuoruodsy WP conwanmsain0se sol ap syndsep] wnnsef ysod wane) “par ojouusep jp 20d opmfes [e oysondo outumeo Se ee Teas set 2p Oowgmusrs s[syue f2 ayuasnBisuo fod Fsuvumy eplA Bf ap SeULI03 Sey © OHO? 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Que una ocupe més espacio de su actividad de de la mayor 0 menor para obtener el efecto «i lo inculca, y nuestro Rol La experiencia se naufragio ha sal- a, posee, de las diversas operaciones requeridas para su pro ducciéa y por tiltimo del tiempo de trabajo que, término ‘medio, le insume elaborar determinadas cantidades de es0s diversos productos. Todas las relaciones entre Robinsé las cosas que configuran su riqueza, cteada por él, son tan sencillas y transparentes que hasta el mismo sefior Max sin esforzar mucho el magin, podria comprender- in embargo, quedan contenidas en elas todas Jas rminaciones esenciales del valor. “Trasladémonos ahora de Ia radiante insula de Robin- s6n a la tenebrosa Edad Media europea. En lugar del hombre independiente nos encontramos con que aqui todos estén ligados por lazos de dependent: siérvos de la gleba y terratenientes, vasallos y grandes sti seglares. y ‘Glérigos. La dependencia personal caracteriza tanto lis relaciones sociales en que tiene Iugar la produccién mate- tial como las otras esferas de la vida estructuradas sobre dicha produccién. Pero precisamente porque las relaciones de dependencia constituyen la base social dada, 'y productos no tienen por qué asumir una ica diferente de su realidad. Ingresan al me- canismo social en calidad de_ servicios directos y presta- cciones en especie. La forma natural del trabajo, su parti- cularidad, y no, como sobre la base de la produccién de mercancfas, su generalidad, ¢s lo que aqui constituye la forma directamente social de aquél. La prestacién perso nal scrvil se mide por el tiempo, tal cual se hace con el trabajo que produce mercancias, pero ningtin siervo ignora que sc trata de determinada cantidad de su fuerza de trabajo personal, gastada por él al servicio de su sefor. El diezmo que le entrega al cura es més disfano que la bbendicién del clérigo, Sea cual fuere el merezcan las méscaras que aqui se ponen Ios hombres al 94 desempefiar sus respectivos papeles, el caso es que las relaciones sociales existentes entre Jas personas en sus tra- bbajos se ponen de manifiesto como sus prop personales y no aparecen disfrazadas de entre Ins cosas, entre los, productos del a esa forma natural’ y or tra en Jos umbrales lizados."” Un ejemplo més accesible nos lo ofrece la industria patriarcal, rural, de una f ppara su propia subsistencia produce cereal lienzo, prendas de vestir, ete. Est presentes enfrenténdose a I famil Procamente como mercancias. Los que son generados esos productos —cul ganado, hilar, t natural son finciones sociales, ya que son funciones de la familia y ésta practica su propia divisién natural del wre- trabajo, medido por la duracién, se pone de mé desde un primer momento como determinacién s los trabajos mismos, puesto que las fuerzas indi de trabajo s6lo actdian, desde Su origen, como Ja fuerza de trabajo colectiva de la familia. de Ia propiedad ‘ldo de las diversas formas de Ta propiedad comin en 6 10d ‘opseang ‘ououny aqusumysessg9 ofogous 0 wp}sonpes ns ones tod £ ‘naienono poprond} 0 popran as suodusand sofeqen sof op Dupoyruoms fous ofp adie ean 9p ¥apt auem OU osog “Aue Sesqrfena ono Us ‘orprentuen> eista ap olund je opsep ofegesn [9 Jsub9 ope) olveurou un Us en ek esnieu esoNets 2p WOICH Sap eso ean “Pepfsar a “ojsnpoad ns ep oF 2p Joppa > > ‘inacouday a5 woo [ey “OfeqUn OWN 259 4 "ota [9 Uo wytosoxdar ‘ougoues eey> wos A stmauMIaNETS joa wstouss wy Tessus3 "BS 9p OMEN & o1R0z2) A 207 ys Rre|dwoou, viouem op anbune ‘opezseur ey roRsod wytuoudoa eI anb sqxpapUr so ‘tora exONY veannjoxa wuorsig vsoted epesuojoxd eun ep jemen ojonpoid jo ‘stumstar sey ‘Zea ns t wos anb ‘wrouasrxo op SofeEONeUE souODIpuoD ap Aas eA O PEPeTDS el ep Te 52 epENDape SPW Ut 2p Dutso} 2) Sbpmisuosofipuy ounuimy ojpgour owoa ‘sos02 2p Wie} EIS fea ssopeatid sofegen sis js axua Jeuorovjas ua & ‘s940j28 > jeouaus UL OW: e ayuag] asset ro gieanped ap es0U38 [20s UO}Te! 7 Somes un wed no "eoueavail ap sas0rnNpord 2p PE Hy “agtong. poud vj » epsadsar me opuots Uondis “Sonsp 2p so}oap ‘ns tos, sa1gluoy SO 2p S9[2}90S jqgamnsuos sycou uopedionsed ° 2p ody Tee tog “sopepisenau sesianip Sef & soqesoger $2 seen sey anus epenzope uotsiodosd yf pxemnBes ‘epz2y, \aoos agp jop faded un wpreued 09 10d “0/0QPs) 2p sisqns 2p SompoU 89T dupe ap wD de and. soueSuodns acoraieel op ‘uopsanpoxd ef uo> ojqemed > saute eetbayo solaus so] Y “sazo1aRpOIG $0] 2p OTTOLIESeP 2p foonposd 3p P ‘oud Py sOUStL SO, sane op s0tp008 A ay ap s0squistar £0) 010d oad ap soxpaw eusoa onan CN Gp aured sun “epoos oranposd un y oronpoud [4] ‘Oust Ys b1ed Ost 9p “cl [buostod atuoueaisnx> gow sP soronpoud So] SODoL, aos prowou ep end ojos “Mabe WUsd1 seugquioy 2 useuy Ja magnitad de valor y descubierto el contenido oculto en esas formas. Sélo que nunca lego siquiera a plantear contenido adopt di " de por qué, pues, el qué se debe que ia ion sé represente en la magni el produto del trabajo? A formas que llevan escrita en la slemolo, se declare de acuerdo gon Dest de Tracy cuando ft esto. que es innegable, que avestras Gnicas riquezas don muesas facades eas ¥ morales, gus ol taro ar por medio de él, posteriormente, el Yalor de tas Ib lee como si bublera dicho que el trabajo (00 valor deus Gel abajo’ es la forma mis a ero general, del modo de producciGn burgués, que de tal manera queda faracterizado ‘como tipe particular de produccidn sociel y con 98 frente su pertenencia a una formaci6n social donde el pro- ceso de produccién domina al hombre, en vez de domi- a ese proceso, la conciencia burguesa de esa ¢ por na hecesidad natural tan manifies- como el trabajo productivo mismo. De ahi que, poco mas o menos, trate a las formas preburgue- social de prod como los Padres religiones precris como algo Risérico Si noe confundimos ya tome forma natural eterna de la produccion soci 99 ‘oft Kei 08 wikepor ‘omuosoud yo wISEEL 4x .2numuumyp 0 pied s2qos orwono ua sosonpa vos ayaeurerp un 0 ved Bul, sosorea uos oqweurerp un o vpied wun ‘s02p ono U9 sqQUNOU $0 ON “Os ® onb 205 spon ou ‘ex10n Bf ap Sans opens yop BIG eT ond op voNI ugisnit ef odisip 9s onb oduon oyanw osese 22e—7? “plueoiowt fe uppsop £ overmmexBua vod v. sauoIsnfE suf “Soouoim> ‘uopesoad 2pupp ocf? “zaqpo% vrouaprede vso ersey cosuwAsep 28 SeIOI0NOD Sy SEOLIOY Uo olag ‘2ypHe} ep se1opTes ns opuejensr vpensuad ‘sqomeanvpex soared ) sep 2p ou opens une ‘sjusureueiduia eozorede anb aqap a6 Jeno of 6— esending worsonpord vj ap wpevoronyoas souSUL uy A yerous8 spur ey so vjounsam 2p muuof ¥ oWOD od Spore pupa oT cb SIMO OF stpayy PoP seqoeounmon fore] topseao r sd ‘ee eg Syo prmyod ip anecy siz eago tb averecs Te St Sa ernest wepaodiar red pepromodo e ofos0l ‘oyuniquuv9 osm Fouaquo> apand 1p ‘oyduafa sod ‘onb pes fu ‘8809 Pun Mo opeeldass of ‘9p [e008 Bx “auteur epeurmiaap so o1gured ap Jofea je owe.) “orqases op Jolea Jap wo1oeMOy wl Ue va[DsnyCU B] PYoYaduiasep amb usu 9 ¥sompd Uf 'svs09 2p opunm Te Opheype ousyoRay yo 30d FepEToUS efep a8 seisiurouooa sof op owed vun onind gb wiseE que baya descubierto en la perla o el diamante el valor de gambio. Los descubridores econmicos de esa sustancia Guimica, alardeando ante todo de su profundidad critica, legan 2 1a conclusién de que el valor de uso de las cosas no depende de sus propiedades como cosas, mientras que por el contrario su valor les es inherente en cuanto cosas. Lo que tos reafirma en esta concepcin es 1a curiosa cit- canstancia de que el valor de uso de Tas cosas se realiza para el hombre sin intercambio, 0 sea en Ja relacién di- Fecta entre la cosa y el hombre, mientras que su valor, por el contrario, s6lo en el intercambio, o sea en el proceso social, Como para no acordarse aqui del buen Dogberry, cuando ilustra al sereno Seacoal: “Ser hombre bien pareci- do es tin don de las circunstancias, pero saber leer y escti- bir lo es de la naturaleza” 3 12 dave solo ane ol propia alguna acerca “ie'la conexion interna entre el valor y la forma ‘loro valor de comb. 102 capiruLo EL PROCESO DEL INTERCAMBIO ‘Las mercancias no pueden ir por si solas al mercado ni intercambiarse ellas mismas, Tenemos, pues, que volver la hacia sus custodios, los poseedores de mercan- "por tanto, no oponen ‘niegan a que las tome, jolencia 0, en otras palabras, apoderarse de ellas:" Para vincular esas cosas entre. si como mercancias, los custodios de las mismas deben rela- ciomarse mutuamente como personas cuya voluntad reside en dichos objetos, de tal suerte qué el uno, s6lo cont acuer- do de la voluntad del-otro, 0 sea mediante un acto volun- rio comiin a ambos, va_a apropiarse de la mercaneia ajena al enajenar la propia, Los dos, por consiguiente, deben io al otto como propietarios privados. Esta ica, cuya forma es el contrato —logalmente 28 una.relacion entre voluntades en Ta que la relaciOn econdmica, El contenido de tal relacién juridica 0 entre volisntades queda dado por la re ma cconémica misma."* Aqui, las personas sélo existen

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