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tie lasmeometelat oS cle |c: Fe 5 Ee ol w Ne tol Ca com y IN Fundamentos teoricos de la evaluacion psicologica Laura Edna Aragon ¢ Arturo Silva roan PAX MEXICO: MW TN 00 TOP3-FX6=YAFS, ARETE EL LIBRO MUERE CUANDO LO FOTOCOPIAN ‘Amigo lector: La obra que usted tiene en sus manos es muy valiosa, pues el autor vertié en ella conocimientos, experiencia y afios de trabajo. El editor ha procurado dar una presentaci6n digna a su contenido y pone su empefio y recursos para difundirla ampliamente, por medio de su red de comercializacién. Cuando usted fotocopia este libro, o adquiere una copia “pirata”, el autor y el editor dejan de percibir lo que les permite recuperar la inversién que han realizado, y ello fomenta el desaliento dela creacién de nuevas obras. La reproduccién no autorizada de obras protegidas por el derecho de autor, ademas de ser un delito, dafia la creatividad y limita la difusion de la cultura. Si usted necesita un ejemplar del libro y no le es posible conseguirlo, le rogamos hacérnosio saber. No dude en comunicarse con nosotros. RHEK Editorial Pax México © 2002 Editorial Pax México, Libreria Carlos Césarman, S.A. Av. Cuauhtémoc 1430 Col. Sta. Cruz Atoyac México, D.F.03310 Correo electrénico: editorialpax@editorialpax.com Pagina web: www.editorialpax.com Primera edicién, 2002 Primera reimpresién, 2004 ISBN 968-860-635-9 Reservados todos los derechos Impreso en México/Printed in Mexico. Indice 1, Rumbos de la evaluacién psicolégica .........-.----- 1 Lawra Edna Arayin Borja y Arturo Silva Rodriguez, UNAM, FES-Iztacala Importancia de la medicién ..........secseeeeeueeeeeees 2 La medicién en el contexto general de Ia ciencia 2 La medicién en psicologia 4 La evaluacion desde Ja psicologia diferencial 9 Origenes de la psicologia diferencial..........0.000005 10 Supuestos tedricos de la distribucién de las diferencias individuales .... 66.06.06 cece eee cee eee eee eee 11 Variacién de la distribucién .. 13 Tipos de variacién ... 14 Factores que determinan cambios en la distribucién. 15 Evaluacién de los rasgos 17 Teoria de los dos factores, de Spearman 18 Teorias jerarquicas ‘Teorias de factores miltiples . Enfoque factorial. ‘Algunos te6ricos . Evaluacién ideogrifica de los vasgos. ig 21 Comentarios sobre la aproximacion tradicional . 23 Evaluacion conductual . 26 Desarrollo histérico 2 Algunas suposiciones tedricas de la evaluacién conductual 33 Metas de Ja evaluaci6n conductual ............--4005+ vi INDICE, Niveles de comparacién entre la evaluacién tradicional y conductual . . . . . Validez. ‘ 45 Be ctiterio Validez referida al Validez de contenido. 50 Conclasiones . 57 Bibliografia .. 60 2. El proceso terapéutico: dindmica continua de evaluacién conductual. sess. sicvunva evaveeesvsseveusnsegre sere 63 Lawra Edna Arain Borja_y Arturo Silva Rodrigue, UNAM, FES-Iztacala Evaluacion diagnéstica.. Modelos de evaluacion 64 Esquemas de exploracion diagnéstica . 73 Modalidades de respuesta 81 ‘Técnicas de evaluacién conductval . 84 Observacién conductual directa .. 85 Automonitoreo o autoobservacién 85 Registros fisiolégicos....... 86 El autoinforme o autorreporte ....... +. .0+ see ee es 87 Evaluacién durante la terapia ............0seeseveveneees 89 Influencia del marco tedrico en la eleccin de las estrategias de intervenci6n ............-. 6.605 89 Consideraciones metodologicas de la evaluacion durante Confiabilidad entre observadores ..... . Seas Anilisis visual de los datos en oposicién al anélisis estadistico 102 Evaluacién de la efectividad de la terapia . 104 Presentacién de datos . 104 Evaluacién de los cambios que produjo la terapia . 105 Evaluacién pronéstica 109 Mantenimicnto de los efectos de la terapia............ 110 inDICE, vil ‘Transferencia de los efectos de la intervencion a varias situacioness <5 cvavac see iganees Bisa RteR RENE TEA 113 ‘Algunas estrategias de la programacién del mantenimiento y la transferencia 115, Bibliografia 123 3. Psicoepidemiologia: un medio de evaluacién conductual poblacional de los trastornos psicolégicos seseeeeeee 127 Arturo Silva Rodrigues, UNAM, FES-Igfacala Enfoque conductual en el estudio de los trastornos psicoldgicos en poblaciones ... 0... ..00ee 00sec eeeeeeeees 128 Fundamentos generales de Ja evaluacién psicoepidemiolégica . . 129 Formas de evaluar los trastornos psicolégicos GA POWEIES,... Gov. esd cask sidarw ot When eneee 133 Formas de disefiar una evaluacion psicoepidemiologica 134 Dimensién temporal .... : 135 Dimensién de magnitud . 136 Combinacién de dimensiones. ‘Tipos de comparacion en la evaluacién psicoepidemiolégica. 141 Estudios de prevalencia. . 142 Estudios de casos y testigos.. 144 Estudios de cohortes 151 Criterios de clasificacién dentro de la taxonomia 156 Identificacién de trastornos en poblaciones . 161 Mis alla de Ja sola identificacién de una poblacién C0 1690 esconsiaenissa seuss sovaaweerwenca sia 167 Comentarios finales ves 170 Algunas ambigitedades metodolégicas en la evaluacin psicoepidemiolégica Shoe entre 172 Bibliografia 4. La entrevista como instrumento de evaluacién psicolégica_177 Tawra Ena Aragin Borja, Rogue Jorge Olvares Vazquex, Norma Yolanda Rodrig ie esau tat UNAM, FES Entrevista para nifios . Datos generales del usuario Datos familiares INDICE Datos socioeconémicos ... Condiciones de vivienda . Habitos alimenticios . .. Costumbres Desarrollo y habitos infantiles Aspectos biolégicos ... Areas del desarrollo psicolégico del nifio Lenguaje y socializacion Conducta cognoscitiva . Habitos del nifio Relaciones interpersonales del nifio - Sexvalidad en el nifio Entrevista dirigida al nifio . Entrevista para adolescentes Datos generales del entrevistado Datos familiares .......-...... Datos socioeconémicos . Desarrollo escolar . Relaciones familiares . Desarrollo personal Sexualidad adolescente . Area laboral . . Entrevista para adultos Datos generales ... Datos socioeconémicos . Costumbres . Vida familiar 196 196 196 197 197 198 Introduction En los tltimos aiios el término eravacién psivolégica ha irrumpido con mucha fuerza dentro del campo de la Psicologia para dejar de lado con- cepciones como psicodiagnéstico y evaluacién conductual, la primera por sus claras connotaciones médico-psiquiatricas y por estar dirigida funda- mentalmente a la deteccién de aspectos psicopatolégicos, negativos 0 deficitarios del funcionamiento psicolégico mediante la aplicacién de pruebas proyectivas, principalmente; la segunda, si bien intent6 ideatificar conductas objeto de estudio (motoras, fisiologicas y cognitivas), ast como las variables ambientales y personales que las mantienen o controlan para realizar una intervencién conductual, fue abandonada por muchos psicé- logos clinicos debido a sus planteamientos conductuales, en muchas oca- siones radicales, que pretendian, por medio de sus estrategias y técnicas, tener la exclusividad. Hoy la evaluacién psicolégica es reconocida como una disciplina en si misma con objetivos basicos y de investigacién, y como un area de la Psicologia dirigida al anilisis cientifico de la conducta humana y de los contextos en que se desarrolla, cuyas metas son claramente la toma de decisiones y la intervencidn. Asi, se define a la evaluacin psicoldgica como la disciplina de la psicologia cientifica que explora y analiza el comportamiento en los niveles de complejidad que se estime oportunos motor, fisiolgico o cognitive-, de un sujeto o un grupo, con distintos cobjetivos bsicos 0 aplicados (descripcién, diagnéstico, scleccién, predic- cién, explicacién, intervencién, cambio o valoracién), por medio de un proceso de toma de decisiones en el que se aplican diferentes dispositi- vos, tests y técnicas de medida y evaluacién.! * Rocio Fernandez Ballesteros, Introducién a la evaluacién puicoligica, Picamide, Madrid, 1996. ix x LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ En concordancia con esta postura moderna acerca de Ia evaluacion psicolégica, en la presente serie de tres tomos presentamos al lector los avances mAs recientes de esta disciplina cientifica, tanto en el ambito tedrico (que desarrollamos en este volumen) como en el campo aplicado en cuanto a la solucién de problemas en dos grandes areas de interés en Psicologia: el area educativa (en el segundo volumen) y el Area clinica (en el tercero). En el ptimer volumen exponemos los fundamentos tedricos que subyacen a la evaluacién psicoldgica, a fin de permitir la comprensién cabal de los siguientes dos voltimenes, en los que presentamos novedosas propucstas de cvaluacién psicoldgica para nuestra poblacién y en nuestro contexto. En el capitulo 1, de Laura E. Aragén y Arturo Silva, analizamos los diferentes rumbos que ha adoptado la evaluacién psicolégica con base en el concepto de medicién dentro del contexto general de la ciencia; también describimos y analizamos las dos grandes corrientes que nutren a la evaluacién: la llamada orientacién tradicional y la conductual, asi como un concepto muy importante en uno y otro enfoque y que propor- ciona, conjuntamente con la confiabilidad, las garantias cientificas del proceso: la validez y sus diferentes tipos, de acuerdo con el objetivo perseguido por el constructor de la prueba. En el capitulo 2, también de Arturo Silva y Laura E. Aragon, demos- tramos que la evaluacién conductual, con su estrategia metodolégica lla~ mada infrasyjefo, posee una amplia gama de posibilidades en las que pue- den conjugarse los objetivos terapéuticos, las expectativas de cambio del paciente y la obtencién de conocimiento cientifico respecto a las mejores técnicas para determinados problemas, asi como de la efectividad de la intervencién realizada. Asi, la estrategia intrasujeto puede utilizarse exitosa- mente tanto para seleccionar estrategias de tratamiento encaminadas a la solucién del problema del paciente como para realizar anélisis tedricos dirigidos a la explicacién de los cambios observados y, de ser posible, a la verificacién de teorfas existentes sobre el problema psicolégico tratado. A fin de llevar a cabo lo anterior, partimos del principio de que la eva- luacién debe conceptualizarse como un proceso continuo a lo largo de todo el desarrollo terapéutico, que abarca desde el contacto con el pacien- te o el sujeto que solicita una intervencién profesional hasta la solucién del problema reportado. Todo este proceso puede describirse en las cua- tro fases explicadas en el capitulo y que comprenden la evaluacion diagnéstica, la encaminada a la seleccidn de las estrategias de tratamiento, ha de los resultados de la terapia y, finalmente, la pronéstica. INTRODUCCION xi El capitulo 3 es una aportacién de Arturo Silva al campo de la evaluacin psicolégica para el estudio de la distribucin de los trastornos psicol6gicos en las poblaciones y las técnicas por utilizar en la recoleccién de datos utilizando como herramienta lo que él llama psicoepidemiologia. Tal técnica esta fundamentada en la concepcién de que el medio ambiente se relaciona intimamente con la determinacién de los problemas psicologi- cos; por tanto, este capitulo constituye un esfuerzo para proporcionar algunas sugerencias metodolégicas derivadas de la epidemiologia que pueden utilizarse en el estudio de la distribucién de los trastornos psico- légicos en poblaciones. En este sentido, aqui presentamos la manera de estudiar las distribuciones de los trastornos psicolégicos en poblaciones y las técnicas utilizadas para la recoleccién de datos y cémo utilizar las, estrategias metodolégicas derivadas de la epidemiologia en el estudio de los trastornos psicologicos para, finalmente, proponer algunos criterios de clasificacién que pueden servir para ubicar a los sujetos dentro de una taxonomia. En el capitulo 4, de Laura E. Aragon, Roque Olivares, Norma Y. Rodriguez y Mucio Romero, presentamos los formatos de entrevista uti lizados en la Unidad de Evaluacién Psicolégica Iztacala (veri). Incluimos este capitulo dentro de los fundamentos tedricos, porque consideramos que todo psicélogo debe conocer los lineamientos generales de la entrevista, no sdlo en dl nivel teérico sino también aplicado, para intervenir adecua- dameate en el proceso de cvaluacién psicolégica al ser el primer contacto que tiene con el cliente, y de él dependeri el éxito o el fracaso de su inter- vencién e, incluso, que el cliente acuda a una segunda sesién. Conscientes de que no pueden utilizarse los mismos formatos de entrevista para todos los usuarios, hemos diseiado especificamente tres: para nifios, para ado- lescentes y para adultos, en cada una de las cuales se rastrean aspectos im- portantes para identificar mas certeramente la meta de la evaluacion, no sin que sea advertido que son solo guias o la primera aproximacion con el cliente. El psicélogo debe ser entrenado concienzudamente para utili- zar con eficacia esta herramienta de evaluacién lamada entrevista, Los formularios fueron disefiados para permitir que la persona se percate de los aspectos de su realidad cotidiana que pueden estar relacio- nados con los motives por los cuales acude a un proceso de evaluacia psicologica y, a la vez, que también el evaluador obtenga informaci6n ne- cesatia y suficiente para determinar el tipo de instrumentos de evaluacién que utilizara para ayudar a la persona a encontrar los elementos que estén relacionados con su problemitica. xii LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ. Para concluir esta introduccién, es importante mencionar que esta obra, a diferencia de otras dedicadas al tema de la evaluacién psicolégica, presenta grandes innovaciones. La primera es la revisi6n tedrica exhaustiva realizada tanto en este primer volumen de la serie como en cada uno de Jos fendmenos psicologicos estudiados en el segundo y tercer voltimenes (desarrollo, aptitudes, lectoescritura, orientacién vocacional, inteligencia, evaluacién ambiental, adaptacién, conducta tipo A, habilidades sociales, sida, género y trastornos alimentarios), ya que otros textos sdlo propor- cionan unas cuantas definiciones sobre estos aspectos antes de entrar en materia; asf, los alumnos tanto de licenciatura como de posgrado que atin no han revisado el tema de la evaluacién psicoldgica, podrin encontrar t6picos importantes de la psicologia abordados con profundidad. La segunda aportacin radica en describir diferentes instrumentos utilizados en la evaluacién dependiendo del tema de interés psicoldgico; si bien es cierto que muchas obras también describen este tipo de instrumentos, nuestra contribucién consiste, en primer lugar, en que muchos son uti- lizados en nuestro pais y, por tanto, es posible tener acceso a ellos y, en segundo lugar, que algunos de ellos son descritos con mucho detalle, enfatizando sus principales caracteristicas, asi como sus ventajas y des- ventajas. La tercera y més significativa aportacién de esta obra es que en la gran mayoria de los capitulos presentamos propuestas, resultados de teabajos de investigacién realizados por docentes de la UNAN (especifica~ mente de la Facultad de Estudios Superiores Iztacala), que se refieren a la elaboracién de nuevos instrumentos o a la adaptacién y baremacién de los ya existentes. Tales propuestas son valiosas por la seriedad del pro- ceso de investigacién seguido en su consecuciéa, asi como por estar in- mersas en nuestro contexto cotidiano y en nuestra poblacién, para con- tribuir con ello a enriquecer el campo de conocimiento de la disciplina en general y de la evaluacién psicolégica en particular, campo que es de vital importancia para la Psicologia por ser el principio de toda intervencién. Para finalizar, deseamos mencionar que esta obra esté dirigida a es- tudiantes tanto de licenciatura como de posgrado en Psicologia y, por la sencillez y claridad de la exposicion, asi como por la diversidad de temas compartidos por la Psicologia y otras disciplinas cientificas, también puede resultar de interés y utilidad para profesionales de otras areas como Pe- dagogia, Medicina, Orientacién Vocacional, Trabajo Social ¢ incluso At- quitectura. ‘Laura Epa Aracon Borja y Arturo Siva Ropricurz Rumbos de la evaluacion psicolégica Laura Edna Aragon Borja Arturo Silva Rodrigue UNAM, FES-Iztacala neste capitulo estudiaremos los diferentes rumbos que ha tomado la E evaluacién psicol6gica, el papel que desempetia tal recurso en el con- texto general de la ciencia y las caracteristicas de las dos grandes corrientes en este campo: la conductual y la tradicional. Posteriormente, presentare- mos de manera general los conceptos de confiabilidad y validez mas uti- lizados en psicologia. Distinguir entre el enfoque conductual y el tradicional o clisico es di- ficil, ya que ambos comparten, en ocasiones, los mismos instrumentos de evaluacién. Las diferencias radican en las suposiciones teéricas que los fundamentan, asi como en las implicaciones de éstas en la interpretacion de los datos obtenidos en el proceso de evaluacién. El enfoque conductual pone de manifiesto el anilisis objetivo de las conductas relevantes del sujeto, con la finalidad de identificar las varia- bles tanto organicas como ambientales que controlan y mantienen dichas conductas. Asi, la evaluacién debe centrarse en lo que el sujeto hace 0 deja de hacer; en cambio, la orientacién tradicional debe dirigirse a ana- lizar la estructura de la personalidad, en la que confluyen rasgos, factores, necesidades, defensas, conflictos y atributos; estas caracteristicas tienen en comin ser constructos hipotéticos inobservables, subyacentes al suje- to que lo conforman y lo predisponen a actuar, de modo que la conducta es interpretada como expresién de esos constructos. Por consiguiente, la evaluacién se basa principalmente en lo que conforma a la persona, més que en lo que hace. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 20 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUE € denomina respuesta habitual, que compreade el tipo de respuestas dadas en situaciones andlogas; por iltimo, sitia el nivel de respuesta especifica que corresponde al tipo de respuestas presentadas en una situacién espe- cifica (Anastasi, 1966). Teorias de factores muiltiples Existe un conjunto de teorias que describen los rasgos como producto de un gran nimero de factores; lo comin entre ellas es suponer que la organizacién de los rasgos esta subordinada a la magnitud de la satura- cién con la que los diferentes factores de grupo contribuyen a la for- macién de rasgos. Enfoque factorial Para comprender mejor las teorias factoriales es necesario describir bre- vemente el procedimiento seguido para describir los factores. El objetivo principal de este enfoque es aplicar el anélisis factorial a baterias de diferentes instrumentos tanto de inteligencia como de personalidad, con la finalidad de ver qué factores unitarios 0 comunes podemos aislar. Un factor es un conjunto de generalizaciones de naturaleza empirica, a posteriori son identificados completamente por su modo de derivacién, ya que el procedimiento comienza con un conjunto de evaluaciones que supuesta- mente abarcan por entero la funcidn objeto de estudio, El anilisis factorial de esas evaluaciones reduce las marcas de todos los reactivos al menor niimero posible de variables independientes. Luego agrupamos todas las superposiciones y concluimos entonces que el ntimero de factores no cortelacionados (es decis, independientes) que han sido descubiertos suministran una lista de elementos bisicos de la funcién. Algunos tedricos Uno de los principales exponentes de la teoria de factores mtltiples es Thurstone (Anastasi, 1966). De acuerdo con extensas investigaciones, ‘Thurstone distinguid un amplio conjunto de factores de grupo, entre los que destacan la comprensién verbal, la fluidez verbal, el niimero, el es- pacio, la memoria asociativa, la rapidez perceptiva y la induccién 0 razo- RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGICA 21 namiento general. A partir de los estudios de Thurstone han proliferado las investigaciones encaminadas a descubrir nuevos factores de grupo. Esta multiplicacién de estudios ha propiciado un cuadro de rasgos muy confuso, pues cada nuevo estudio agrega nuevos factores al cuadro de rasgos. Este hecho preocupa a los psicémetras, quienes plantean si dos factores son realmente semejantes cuando diversos autores les dan el mismo nombre, si son en realidad diferentes dos rasgos que tienen dis- tintos nombres y si diferentes factores no serin sélo subdivisiones de un rasgo mas amplio. Guilford trato de simplificar el cuadro de relaciones entre factores (Anastasi, 1966) al proponer un modelo, semejante a una caja, que clasi- fica los rasgos intelectuales cn tres dimensiones. A la primera dimensién le asigné el nombre de operaciones, donde retine cogniciones, memoria, produccién divergente, produccién convergente y valoracién. En la se- ganda, que cotresponde a contenides, incluye operaciones figurativas, sim- bdlicas, semanticas y de conducta. En la ultima dimensién, llamada de productos, agrupa unidades, clases, relaciones, sistemas, transformaciones y consecuencias. En opinion de Anastasi (1966), se ha conseguido cierto orden me- diante la identificaci6n transversal de los factores que habian sido nom- brados de distintas maneras. Pero como su mimero es grande, fue adop- tada la argumentacidn tedrica de que la conducta humana es compleja y variada, y quiza no sea una postura realista esperar que una docena de factores nos procuren una adecuada descripcién de ella (Anastasi, 1966, p- 301) Evaluacién ideogrdfica de los rasgos Practicamente, para las anteriores teorias de los rasgos, todas las personas estan hechas a partir de un mismo molde; parten del supuesto de que existe un ntimero finito de rasgos, de forma tal que es posible reducir la personalidad a una lista de ellos, semejante a la tabla de los elementos quimicos. Postulan no sdlo que todos los hombres tienen exactamente los mismos elementos bisicos de personalidad, sino también que en cada individuo estos elementos deben considerarse independientes, libres de la influencia de los demas elementos (Allport, 1974, p. 264). En contraposici6n a este pensamiento, Allport argumenta que ningu- na de las orientaciones psicoldgicas de los rasgos sc interesa por las 22 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRi unidades estrictamente individuales de la personalidad, que son en si las verdaderas manifestaciones particulares de la conducta. Dicho investiga- dor afirma que la mayoria de las teorias de los rasgos fueron creadas a partir de una concepcién nomotética, pues tienen como finalidad com- parar a una persona con las demés, respecto a algiin rasgo en comin. Por ello, propone el estudio intensivo de una persona para determinar la or- ganizacion de sus rasgos de personalidad. Es obvio que para él, Ia deter- minacion de la estructura de los rasgos no debe basarse en grupos exten- sos de sujetos, sino que debe ser encontrada para cada individuo, pues nada ¢s mds esencial en todo campo de la personalidad que un recono- cimiento adecuado de los rasgos individuales (Allport, 1974, p. 319). Segtin Allport, la determinacién de un rasgo esti sujeta en primera instancia a la integracin de muchos hébitos especificos que tienen sig- nificado adaptativo para la persona; por ejemplo, si la madre satisface siempre las necesidades del nifio, crea éste un apego afectivo hacia ella. Posteriormente, cuando el nifio intenta otros contactos sociales que resul- tan favorables o satisfactorios, comienza.a buscar a la gente mas que a evitarla. Es asi como se forma el habito de gregatismo. A medida que el nifio crece, trata de unirse a grupos en lugares publicos, hacer amigos, etcétera. Este conjunto de actividades no son hiabitos separados, sino aspectos diferentes de un mismo rasgo de socializacién. Allport concluye que, una vez formado el rasgo, va dominando los hibitos y facilita que los nuevos se integren, siempre que le sean uitiles y concuerden con él. La expresién del rasgo es variable; una vasta serie de estimulos lo pone en movimiento y su estructura cambia con el tiempo, de manera que no sélo llega a ser un estilo omnipotente de comportamiento, sino también un sistema motivacional basico de la personalidad. El rasgo se vuelve auténomo (Allport, 1974, p. 310). Allport considera que los rasgos no son ficciones nominales 0 cate- gorias descriptivas de la estructura de la personalidad. Rechaza la concep- cién de que los rasgos no residen en cl individuo mismo, ya que si bien tienen valor de estimulo, de ninguna forma se constrifien a ser sdlo cate- gorias descriptivas para la clasificacion de los hibitos. Los rasgos son pro- cesos que existen en la persona, es decir, tienen mas que una existencia nominal, son independientes del observador y estan realmente ahi. Por consiguiente, se trata de entidades psicolégicas que explican la coherencia de la conducta. Todo lo anterior se observa con claridad en la definicién de rasgo: sistema neuropsiquico (peculiar del individuo) generalizado y foca- lizado, dotado de la capacidad para convertir muchos estimulos en fun- RUMBOS DI. LA EVALUACION PSICOLOGICA, 23 cionalmente equivalentes y guiar formas con coherencia (equivalentes) de comportamiento adaptativo y expresivo (Allport, 1974, p. 312). Comentarios sobre la aproximacién tradicional La psicologia diferencial tiene como objetivo seleccionar y aislar un atri- buto o caracteristica psicol6gica con la finalidad de establecer su amplitud y distribucién en una muestra de sujetos cvaluados. Una de las limitacio- nes basicas de esta orientacién es que centra su interés en el atributo ha- ciendo a un lado a los individuos que lo poseen; es decir, el atributo es estudiado como una abstraccién total, independiente de las personas que lo poseen. La psicologia diferencial ha propiciado el auge de la construccién de pruebas mentales, en las cuales se supone que los sujetos varian confor- me a la curva normal; el grado de variacion de una persona por arriba 0 por debajo de la media se considera su marca distintiva; asi, la ubicacion de un sujeto dentro del supuesto grupo normativo al que pertenece se basa en un solo atributo, haciendo a un lado el conglomerado de atribu- tos que conforman al individuo. La evaluacién del fendmeno psicolégico a partir de esta aproxima- cidn teérica presenta algunos inconvenientes, como que utilice un méto- do puramente cuantitativo y que en pocas ocasiones evalie a las personas en mas de un atributo o caracteristica. No obstante que recientemente han aparecido técnicas estadisticas que analizan de forma simultinea dos o mis variables, éstas se basan igualmente en demostrar el factor comin que existe entre los atributos medidos, mas que en descubrir las interaccio- nes que ocurren entre ellos. Para la construccién de sus instrumentos, los psicometras orientados diferencialmente se basan solo en el estudio transversal del modo en que se distribuye un atributo abstracto en una muestra de sujetos. Resalta con claridad que el interés radica en la variabilidad intersujeto de ese atributo, haciendo a un lado la variabilidad intrasujeto del atributo. El andlisis de la variabilidad intersujeto informa de la ubicacién que la persona evaluada guarda de acuerdo con su gtupo normativo; sin embargo, para considerar adecuado un instrumento de evaluscién debera también proporcionar da- tos acerca de la forma en que se relaciona el atributo evaluado con los demis atributos existentes en el sujeto, lo que no hacen los instrumen- tos generados a partir de la psicologia diferencial. 4 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ En este campo, la prueba cientifica para demostrar que un instru- mento esti bien construido se basa principalmente en la normalidad de la distribucién en una muestra grande, ya que este hecho facilita el esta~ blecimiento de normas, la comparacién de una persona con otra, los cAlculos de correlacién con otras variables, etcétera. Si ello no es posible, se recomienda modificar un reactivo y otro hasta obtener una curva que satisfaga la condicién de normalidad. Cuando obtenemos Ja forma nor- mal, concluimos que el instrumento es vilido para medir ese atributo o catacteristica psicologica. Sin embargo, nunca planteamos que el hecho empirico de no encon- trar notmalidad en la distribucién sea una evidencia que contradiga la suposicién tedrica de que las diferencias individuales se distribuyen nor- malmente a lo largo del rango de evaluacién. Asi lo considera Allport cuando menciona que el autor del test, cuando interpreta sus resultados, pasa por alto que él en lo personal modificé los reactivos de la prueba para encontrar normalidad y que, por consiguiente, tiene mucho que decir acerca de la distribucién que alegremente atribuye a la naturaleza (Allport, 1974, p. 354). La suposicién de que todo atributo 0 caracteristica psicolégica cons- tituye una variable continua a lo largo de su rango de existencia es tam- bién dificil de sostener, pues si bien desde el punto de vista estadistico se maneja como una variable, resulta factible que desde un punto de vista psicolégico la constitucién de esta variable no sea dinica, Por ejemplo, la introversin y la extroversi6n, que se toman como una variable continua, son dos caracteristicas psicolégicas independientes, La unién que hacen de estos atributos los psicémetras responde mas bien a cuestiones arbi- trarias, ya que son considerados complementarios y como tales se pueden representar en un continuo cuantitativo, pero esto no rompe con el he- cho de que cada atributo, dentro de su rango de existencia, varie indepen- dientemente del otro. El argumento que apoya la suposicién de continuidad es que la na- turaleza prefiere las distribuciones simétricas; sin embargo, esto es cierto sélo cuando evaluamos atributos psicolégicos que dependen en gran medida de factores bioldgicos, pues como lo mencionamos anteriormen- te, cuanto mis dependa un atributo de factotes biolégicos serd mis fac- tible encontrar una distribucién normal, no asi cuando depende mas de factores sociales; cuanto més tiene que ver una cualidad con las costum- bres, menos probable ser que esté normalmente distribuida (Allport, 1974, p. 350). RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGICA, 25 ‘Todas las teorias de los rasgos presuponen la existencia de una e3- tructura hipotética en las personas, que determina la estabilidad de la conducta y su variabilidad, Las respuestas sélo son sefiales directas 0 indirectas de esa estructura subyacente, la cual ejerce efectos causales generalizados y duraderos sobre la conducta. Muchos aspectos distintos de la experiencia son equivalentes en cuanto a la respuesta que provocan. La equivalencia de estos aspectos sdlo podemos explicarla si admitimos que existe una disposicién subyaceate de algin tipo, cuyo umbral de excitacién es bajo y puede ser atravesado por todo este conjunto de es- timulos. Esta inferencia se vuelve mas necesaria cuando se descubre que diversas respucstas a estos estimulos son también equivalentes (Allport, 1974, p. 298). Asi, la evaluacién desde la teoria de los rasgos se ha aplicado a la brisqueda de signos que sirvan como indicadores confiables del rasgo, con la finalidad de aislarlos e identificarlos para darles un nombre, a pesar de que el léxico de todos los idiomas esté lejos de ofrecer un catélogo perfecto de los elementos de la vida mental. Usar nombres de rasgos, pero con cautela, es lo adecuado (Allport, 1974, p. 328). El método que utilizan estas teorfas para identificar los rasgos es la inferencia, basada en la légica de los actos separados de la conducta observable. Las técnicas empleadas para desctibir los rasgos son basica- mente tres. Una técnica utilizada principalmente por psiquiatras y psicb- logos consiste en hacer un estudio exhaustive de un paciente particular y con base en ese estudio se decide que la persona tiene determinado rasgo. Otra técnica es la experimentacién, los rasgos son inferidos siem- pre y cuando en una tarea de laboratorio encontremos que muchos es- timulos y respuestas son equivalentes. Por tiltimo, la técnica mas comin es el muestreo temporal, que consiste en que dos o mas observadores independientes registren la actividad natural de las personas, de tal forma que cuando aquéllos concuerdan en la repeticién de ciertas formas de conducta, inferimos la existencia de un rasgo. ‘Tomando en consideracién las técnicas utilizadas por estas teorias para describir la estructura mental, cabe concluir que si bien los rasgos son inferidos, no los identificamos aprioristicamente, sino que los descu- brimos empiricamente, como en el estudio realizado por Avendafio-San- doval y Diaz-Guerrero, quienes utilizaron el método experimental para desctibir el rasgo de abnegacion, el cual fue definido como una disposi- cién conductual para que los otros sean antes que uno, o a sacrificatse en servicio de los otros (Avendafio-Sandoval y Diaz-Guerrero, 1992). Con base aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 44 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ Evaluacién tradicional OBjErIVvos QUE SE PERSIGUEN * Diagnosticar 0 chsificar ls condiciones fen las que se encuentra el problema + Wdentiiear los factores ct + Ausiliag en la determinaciin de la forma ‘en que evohucionara el problema Suposiciones Causas de ta conducta ‘+ La conducta se expliea como resultado de variables intrapsiquicas y personales Significado de la conducta Evaluacién conductual ‘+ Tdentifiar las conductas problema y lax condiciones que las mantienen + Ausiliar en ln seleccién del tratamicnto apropiado + Servi como un medio para la eratusion de Ia efectividad de tratamiento + Ausiliac en la revision y adecuacién del * Se parte de la suposicién de que la con- doa etl on fancies veralen situacionales © bien de la interaccién de éstae con lat variablee personales * La conducta se interpreta como un signo de estados subyacentes estables o de Giertos masgos de la personalidad * En la evaluacion se otorga poca impor- tanca a las caracterisicas contextuales en Jas que ocurre la conducta debido a que se considera que ésta es consistente a través del tiempo y los ambientes * Los instrumentos se centran en lograr una aecunda representaciin de los extador subyacentes 0 de los rasgos de la permmalcied de cémo debe ser la evaluacién * Se tene poco interés por inchuir en el anilisis de la evaluacion hs condiciones fen que aparece el problema Plan para realizar la evaluacién + La evalaciOn es esporidica, wealmente antes y después del tratamiento Método utilizado para realizar la evaluacién + > La conducts er vista como una mucitea de Jos repertorios conductuales que manifies- tan las personas en situaciones especificas + Las caracteristicas contextuales en donde se llevs a eabo la evaluseién son conside- radas de suma importancia (se supone que la conducts esti decerminada situacional- mente) f + Los insteumentos se dirgen a logear una representacion adecuada de los repertorios de interés (la conducta evaluada es vista como una muestra del repertorio) + Ta vision se disge a comprender el pro- blema de interés asf como también bs condiciones que lo mantiencn, los pre requisitos necesarios para llevar a cabo el tritamiento, la forma en que se adminis- trari é&te y los resultados que se espera obtener * La evaluacion se realiza continuamente, esto es, se toman medidas en diferentes Puntos en el tiempo + Los métodos de evaluacion cominmente son, por definicién, lox indicectos * Los métodos de medica que comin- mente se utilizan son de naturalca directa Cuadro 1.1 Comparacién entre las evaluaciones tradicional y conductual. RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGICA 45 Validez Detetminar el significado de una medida se centra en cl concepto de validez. En un sentido muy general, un instrumento de medicién es va- lido si hace aquello para lo que est concebido. La validez de un test concierne a lo que el test mide y a qué tan bien Jo hace; nos revela lo que podemos inferir de las puntuaciones del test E] estudio de la validez de un instrumento nos permite contestar si éte es titil para medir cierto comportamiento; sin embargo, siempre de- bemos tener presente que lo validado no es el instrumento, sino la inter- pretacion de los datos obtenidos por medio de un procedimiento espe- cifico. Aunque segiin la definicién de validez de un instrumento ésta es referida tipicamente a si la conducta mostrada en la situacién de test es 0 ‘no un reflejo de la conducta habitual del sujeto en situaciones naturales, hay otras metas de la validez igualmente importantes; la evaluacién de la validez de un instrumento implica considerar también los siguientes aspec- tos: la adecuaci6n con que mide la conducta sujeta a estudio, la capaci- dad para diagnosticar la conducta real de una persona, la sensibilidad para detectar el objetivo, la seguridad de las decisiones y la utilidad (Mar- tinez, 1981). La validacién requiere siempre investigaciones empiticas, y el tipo de datos necesario para ello depende de la clase de validez. La validez es una cuestiéa de grado (no se trata de una propiedad que existe o no) y la validacién es un proceso continuo. La validez de un test no puede ser reportada en términos generales; tampoco es vilido decir de ninguna prueba que posea una validez alta 0 baja en lo abstracto; su validez debe ser establecida con referencia al uso particular para el cual el test esta siendo considerado (Nunnally, 1970; Anastasi, 1988). Fundamentalmente, todos los procedimientos para determinar la validez de un test conciernen a las relaciones entre la ejecucién en una prueba y otros hechos observables independientemente, acerca de las caracteristicas de la conducta por considerar. Los métodos especificos empleados para investigar estas relaciones son numerosos y han sido descritos con varios nombres. Tradicionalmente, la validez ha sido tratada en [a literatura con algunos de los tipos siguientes, establecidos en los Standards of the American Psychological Association (1966, citado por Nunnally, 1970; Martinez, 1981; Anastasi, 1988), segtin el tipo de test y el uso a que esté destinado: 46 LAURA EDNA ARAGON BORJA Y ARTURO SILVA RODRIGUEZ a. Valides: del constructo, analizada al investigar qué cualidades 0 rasgos psicolgicos mide un test, es decir, determina el grado en que algunos conceptos explicativos 0 constructos desarrollan los re- sultados del test. b. Validere relativa al criterio 0 empirica, que compara las puntuaciones de los tests o las predicciones detivadas de ellos con una variable externa (criterio), considerada una medida directa de la caracteris- tica o conducta en cuestién. c. Validex del contenido, que valora hasta qué punto es vilido el con- tenido del test de una muestra representativa de la clase de situa- ciones 0 problemas sobre los que legaremos a las conclusiones. Histéricamente, los evaluadores conductuales han criticado la metodolo- gia de evaluacién tradicional debido a su limitada validez y utilidad; sin embargo, no es sino hasta recientemente cuando el interés por desarrollar métodos de evaluacién conductual ha sido asociado al interés correspon- diente por examinar las propiedades psicométricas pertinentes de los métodos disefiados. En parte, la carencia del énfasis en la explicacién de medidas y el reporte de la validez de las pruebas conductuales es el resultado de la nocin antigua de que cuando la conducta criterio es muestreada directamente, no hay necesidad de demostrar la validez, pues cabe suponer que no hay inferencias de los datos de la prueba; no obs- tante, éste es un anilisis inexacto de los usos de los datos en evaluacion conductual. Ciertamente —excepto en raras circunstancias-, el evaluador con- ductual suele estar interesado en hacer algun numero de inferencias ba- sadas en las respuestas observadas durante la situacién de prueba. Como minimo, el proceso de evaluacién supone o inficre que una muestra de conducta observada en un punto en el tiempo ¢s comparable con la que podrla ser observada en algun otro punto en el tiempo en condiciones un poco diferentes de aquellas en las cuales fueron obtenidas las puntua- ciones de muestra (Linehan, 1980). Asi, uno de los temas de interés fundamental en la evaluacién conductual es precisamente el de la validacién de las técnicas de evalua- cién. Los tedricos de la evaluaci6n comenzaron a planteatse la cuestién de si todas estas técnicas desarrolladas en el marco tedrico de la psicometria serian o no adecuadas para la evaluacin conductual, disefiadas con es- quemas tedricos totalmente distintos. Por una parte, los tests tradicionales han sido construidos para poner de manifiesto diferencias interindividuales, mientras que lo que interesa con los instrumentos de evaluacién conductual RUMBOS DE LA EVALUACION PSICOLOGICA 47 es revelar diferencias intrasujeto, esto es, antes y después de un tratamiento (Martinez, 1981). Con el transcurso del tiempo y ya demostrada la aparente utilidad de los tratamientos detivados de la evaluaci6n conductual, cabe plantear en este enfoque problemas metodologicos, formulindose diversas preguntas, como: ghasta qué punto podemos considerar eficaz el tratamiento?, gcudl es el mejor de varios tratamientos, teniendo en cuenta los resultados obtenidos?, greflejan las diferencias entre las puntuaciones pretratamiento y postratamiento, cambios reales en la conducta o simplemente errores de medida de los procedimientos utilizados en su obtencién?, ¢son los ins- trumentos utilizados los adecuados para poner de relieve las conductas de interés? Evidentemente, cualquier instrumento de medicién, cualquiera que sea el enfogue o sin importar a qué disciplina pertenezca, debe pre- sentar ciertas cualidades que demuestren su valor cientifico: su confiabilidad y su validez. En este sentido, tanto los instrumentos de medicién proce- dentes de la evaluacién tradicional como los construidos desde el enfo- que conductual participan de la misma teoria de la medicién. El asunto esti en preguntarse cules procedimientos de obtencién de la confiabilidad y la validez de un instrumento deben ser utilizados por uno u otro en- foque en la construccin de sus dispositivos de medida (Martinez, 1981). Para contestar la pregunta de qué tipo de validez corresponde segtin la orientaci6n tedrica en que hayamos construido un instrumento de me- dicién, en seguida explicaremos mis ampliamente los tres tipos de validez considerados. Validez del constructo En la medida en que una variable es abstracta en vez de concreta, deci- mos que es un constructo. Una variable asi constituye literalmente un constructo, pues representa algo que el cientifico compone con su ima- ginacién, algo que no existe como dimensién de conducta observable. La mayoria de los constructos estin en el mismo caso: los limites del domi- nio de conductas observables relacionadas no son netos. La validez del constructo de una prueba es la extensidn en la cual la prueba dice medir un constructo © rasgo tedrico. Todo constructo esta disefiado para expli- car y organizar consistencias de respuestas y es derivado de relaciones establecidas entre medidas conductuales. La validez del constructo re- quiere la acumulaci6n gradual de informacién de una variedad de fuentes. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. RUMBOS DF, LA EVALUACION PSICOLOGICA 59 De todo lo anterior podemos concluir la importancia que ticne, para la evaluacién psicoldgica conductual, conocer los antecedentes histricos y los fundamentos tedricos que la sustentan, asi como las garantias cien- tificas de los instrumentos de medicidn, esto es, la confiabilidad y la validez, con la finalidad de juzgat, utilizar y construir instrumentos de medicién psicoldgica. Bibliografia Academia de Ciencias de Cuba y Academia de Ciencias de la urss. (1984). Meiodohgia del conocioiento cientifice, México: Quinto Sol. Allport, G. W. (1974). Puizolegla de la personalidad. Buenos Aires: Paidés. Anastasi, A. (1966). Psicolgia diferencial, Madrid: Aguilar. Amnau Gras, J. (1979). Pricolagia experimental. Un enfague metodoligice. México: Trillas. Avendafio-Sandoval, R. y Diaz-Guerrero R. (1992). “Estudio experimental de la abnegacion”. Revista Mexicana de Psicolgia 9, 15-19. Baer, D. M., Montrose, M. W. M. y Risley, T. R. 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Por consiguiente, si bien en el ambito aplicado de la psicologia respondemos a la demanda de ayuda que solicita el paciente, los objetivos terapéuticos y los requerimientos del paciente determinan las acciones que cabe realizar para averiguar en qué medida el problema del paciente presenta algtin tipo de cambio como consecuencia de la aplicacion de una intervencién o tratamiento. La estrategia metodoldgica intrasujeto tiene una amplia gama de posibilidades en las que es factible conjugar los ob- jetivos terapéuticos y las expectativas del paciente con la forma de obte- ner un conocimiento acerca de cual es o fue la efectividad de la inter- vencién realizada. Precisamente, el propésito de este capitulo es mostrar de qué manera lh estrategia metodoldgica intrasujeto puede utilizarse no sélo para selec- cionar estrategias de tratamiento encaminadas a la solucién del problema del paciente, sino también realizar andlisis teéricos dirigidos a explicar los cambios observados y, de ser posible, verificar tcorias existentes acerca del problema psicolégico tratado. Para llevar a cabo lo anterior, parti- mos del principio de que la evaluacién debe conceptualizarse como un proceso continuo a lo largo del desarrollo terapéutico, que abarca desde el contacto con el paciente o el sujeto que solicita una intervencién profesional hasta la solucién del problema reportado. Este proceso puede ser descrito en cuatro fases, que incluyen una evaluacién diagnéstica, una evaluacién encaminada a la seleccién de las estrategias de tratamiento, una evaluacién de los resultados de la terapia y finalmente una evaluacion pronéstica. Estas cuatro etapas las explicaremos en seguida. Evaluacion diagnéstica ‘Tomando en consideracién el enfoque tedrico en que esti fundamentada ln evaluacién conductual, ésta se diferencia de ottos procedimientos en que no se basa en el supuesto de que: a) la comprensién es una condicién fundamental en la psicoterapia; 4) los cambios en ideas y pensamientos conducen inevitablemente y en iiltima instancia a cambios en los actos; ¢ las sesiones terapéuticas verbales sirven como duplicaciones de situa- ciones de la vida real y de equivalente de las mismas, y d) podemos climinar una sintomatologia si descubrimos su causa u origen (Kanfer y Saslow, 1969). En contraposicion, la evaluacin diagndstica derivada de EL PROCESO TERAPRUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION... 65 un modelo conductual tiene como caracteristica distintiva hacer un and- lisis funcional de la situacién mediante la descripcién de la conducta problema, de los factores que la controlan y de los medios existentes para modificarla. En otras palabras, ademis de identificar la conducta a cam- biar, una segunda meta de la evaluacién conductual es reconocer las variables que controlan la ocurrencia de tal conducta. En cuanto a como debemos llevar a cabo la evaluacién diagnéstica desde un punto de vista conductual, existen miiltiples guias para realizar el andlisis funcional de la situacién problema. En seguida presentamos algunos modelos que inten- tan hacer una evaluacién diagnéstica de la situacién problema. Modelos de evaluacién diagnéstica Una guia prictica utilizada pata disefiar el programa de tratamiento desde el enfoque conductual de la evaluacién es debida a Kanfer y Saslow (1969), quienes propusieron un plan de evaluacién diagnéstica que con- siste en siete fases relacionadas integramente que abarcan un estudio de Ja situaci6n problema, la clarificaci6n de la situacién problema, un anilisis motivacional, uno del desarrollo, otro del autocontrol, uno mas de las relaciones sociales y finalmente, un examen del medio ambiente social, social cultural y fisico. Ea el primero de ellos, que comprende la situacién problema, buscamos clasificar el repertotio del sujeto en excesos y defi- ciencias conductuales, asi como agruparlos de acuerdo con el valor que Je asigna la persona con vista a utilizarlos en el programa de intervencion. En la etapa de clarificacion del problema efectuamos un anilisis con la finalidad de identificar las circunstancias que tienden a mantener el com- portamiento, las consecuencias que tienen para la persona y para la gente que constituye el ambiente donde se desenvuelve cl paciente, y las con- secuencias que pueden originar cambios en esos comportamientos. Res- pecto al anilisis motivacional, en esta etapa las acciones son dirigidas a encontrar los aspectos motivacionales del sujeto que lo dirigen a llevar a cabo determinadas conductas para lograr ciertas metas; igualmente, tam- bién se busca establecer una jerarquia de personas, eventos y objetos particulares que refleje el valor motivacional que tiene cada uno de ellos. En el anilisis del desarrollo son programadas acciones encaminadas tanto a identificar las caracteristicas que conforman el equipo biolégico con el que cuenta el sujeto, como a conocer las expetiencias socioculturales que ha tenido la persona y la manera como ha desarrollado su comportamien- ARTURO SILVA RODRIGUFZ Y LAURA EDNA ARAGON BORJA to, brindando especial atencién en comprender: a) la forma que ha adqui- rido su comportamiento habitual en distintas etapas cronolégicas de su vida, 4) el modo como surge la relacién entre situaciones novedosas en ese momento con cambios notables en el comportamiento habitual de la persona, y ¢) el giro que ocasiona en ese momento, en los problemas actuales de la persona, la relacién establecida entre el comportamiento alterado y los eventos bioldgicos y socioculturales. En el anélisis de autocontrol el objetivo es examinar los métodos y el grado de autocontrol que ejerce la persona en su vida diaria, son evaluadas las deficiencias o los excesos de autocontrol en relacién con su importancia con las metas terapéuticas y con su empleo en el programa de terapia. En la etapa de anilisis de las relaciones sociales es explorado el desempeiio social que tiene la persona, con Ia finalidad de evaluar el grado de significacién de quienes integran su medio y que ejercen alguna influencia en el compor- tamiento problemitico, o que se ven influidos por el paciente, en sus relaciones propias. El objetivo de evaluar las telaciones sociales de la persona es examinar la posibilidad de la participacion de otros en el programa de terapia, asi como proporcionar al terapeuta informacion sobre la gama de relaciones reales en que necesita desempefarse la per- sona. Por tiltimo, con el andlisis del ambiente social cultural y fisico buscamos extender el anilisis anterior, en el cual, como recordaremos, hacemos demarcacién del comportamiento de la persona como indivi- duo, al considerar las normas que existen en su ambiente natural. El procedimiento para llevar a cabo este anilisis consiste en identificar los acuerdos y los desacuerdos entre los patrones de vida propios de la persona y las normas del medio en que se desenvuelve, buscando en todo momento establecer la importancia de estos factores al formular los objetivos terapéuticos respecto a las necesidades del paciente y las presio- nes de su entorno social. Posteriormente con la aparicion de la Hamada ecnacién conductual, fue enriquecido cl campo de la evaluacién diagnéstica, debido a que este modelo partia de la suposicién de que el comportamiento de las personas es continuo, pero que, por conveniencia para el anilisis y la abstraccién, puede separarse en segmentos, conocidos como unidades de anilisis, que luego podemos estudiar sin perder los elementos clave del comporta- miento y de las condiciones ambientales (Kanfer y Phillips, 1976). La unidad de anilisis que propusieron Kanfer y Phillips fue una modifica- cién de la oftecida por Lindsley, constituida por cinco componentes, que incluye Ia estimulacin antecedente (E), el estado biolégico de la persona aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. EVALUACION.. 7 EL PROCESO TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE importante mencionar que el esquema que construyeron ayuda exclusiva- mente a teconstruit Ia informacién obtenida en la entrevista, no asi para utilizarlo como un formato destinado a llevar a cabo la entrevista (Meyer, Liddell y Lyons, 1977). he Recursos Problematica actual de la persona cespecificos y generales Descripcion Jerarqula Tocalivacion de demandes (istemas) Jennys comportamiento exiteso Deficienci (en cada sistema) Linea base Historia reciente Clarificacion (I) Ankit pene) autocontrol Adquisicién Mantenimiento}— Consecaencias | } a. snerl t sobre fa peoblematica Cambios] / bioligicos |, —] | imulos Factores Otros conduetuales [Modelos de] | determinantes rotons y sociales |) apeendizaje ff ————— on! Historia si ! | Clarificacion (11) ‘Staelin lon recursos Dé onigen al presente {en los sistemas) (cn cada sistema) Figura 2.2 Esquema de entrevista conductual. Como vemos, la figura 2.2 esta constituida por varias secciones, cada una de las cuales corresponde a una celda formada en la interseccion de los factores de exploracién que corresponden por un lado al estado conductual del sujeto, factor representado en la figura por las columnas, y, por otro, al factor que recoge las diferentes facetas evolutivas, colocado en la figura en la posicién de las filas o renglones. El primer factor est constituido aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 86 ARTURO SILVA RODRIGUEZ Y LAURA EDNA ARAGON BORJA c. En conductas que suponemos son descncadenadas por descos internos, por cjemplo: estudiar, beber alcohol, consumir algunas drogas, fumar, etcétera. d. En todas las ocasiones en que pensemos que la autoobservacion puede motivar al individuo al cambio. e. En todos los casos en que el uso de la observacidn directa sea muy costosa. Registros fisiolégicos La inclusidn del estudio de las variables orginicas en el modelo conductual ha propiciado un interés muy marcado por el uso de los registtos fisio- légicos como elementos de evaluacidn, y como componentes de Ia inter- vencién terapéutica. Aunque con algunas variantes, todos los registros de las respuestas fisiolégicas participan en el proceso siguiente: a) deteccidn, J) transformacién o transduccién, «) amplificacién, d) registro, y ¢) con- version, Aunque es dificil clasificar sistematicamente las respuestas fisio- lgicas de mayor interés en la evaluacion conductual, la mejor manera es hacerlo con base en el sistema bioldgico del que dependen. La entrevista La entrevista es la técnica de evaluacién por excelencia en el ambito dinico. En principio, la entrevista conductual tiene como finalidad esta- blecer una relacién de empatia entre el entrevistado y el entrevistador; por otto lado, debido al énfasis que pone en el sistema conceptual en que csté fundamentada la cvaluacién conductual, sobre los determinantes medioambientales y fisiolégicos de la conducta, la entrevista esta centrada principalmente en obtener, a partir de la informacién que proporciona el sujeto, los factores antecedentes orgdnicos y consecuentes que controlan el estado actual de su conducta. De este modo, la funcién primaria de la entrevista consiste en identificar el problema del paciente y propiciar el contacto con el evaluador, asi como en analizar la posibilidad de aplicar otros procedimientos de evaluacién. EL PROCESO TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION 87 El autoinforme o autorreporte ‘A partir de la revaloracién de los factores cognoscitivos en la evaluacién conductual al explicar los fendmenos psicolégicos, hemos vuelto a dar importancia al informe que puede proporcionar el sujeto de su conducta y de su entorno social, al contestar un cuestionario que mida actitudes, sentimientos 0 expectativas. De la forma como responda la persona al cuestionario 0 inventario es posible identificar los elementos pertinentes a los que atiende y a los que confiere un significado. Fn este sentido, la evaluacién conductual realizada mediante el autorreporte es de suma importancia, pues en cierta medida permite tener acceso a la experiencia subjetiva del individuo; sin embargo, es necesario sefialat que el empleo de la informaci6n obtenida por esta técnica es radicalmente distinto del que le da la psicometria clasica, orientacién en la cual fue originado el autorreporte. En primer lugar, los datos obtenidos en la aplicacion de esta técnica son tomados como una muestra de conducta que el individuo presenta en esa situacion de evaluacion, y no como un indicador a partir del cual podemos inferir una estructura subyacente que explique la con- ducta del sujeto. En segundo y dltimo témino, conforme al enfoque intraindividual del que parte la evaluacién conductual, los datos de una persona tienen significado por si mismos, sin necesidad de referitlos a las normas obtenidas por el supuesto grupo social al que pertenece el indi- viduo; es decir, los datos obtenidos en la evaluacién conductual no nece- sitan someterse a transformaciones porque tienen un significado en tér- minos absolutos, mientras que en la psicometria clisica no lo tienen en si mismos porque deben transformarse en otras medidas referidas al gru- po al que pertenece el sujeto (Vizcarro y Garcia, 1981). Los autoinformes son clasificados en cuatro grandes rubros: a, Los inventarios o pruebas que al aplicarse proporcionan una in- formacién general cuya finalidad es identificar conductas proble- méticas que requieren una intervencién, asi como investigar las circunstancias que dieron origen a Ia aparicién de esas conductas. b. Otro grupo que comprende todos los instrumentos cuyo objetivo es medir la forma especifica en que surge un problema conductual determinado. c Un tercer grupo formado por aquellos instrumentos que buscan identificar situaciones o actividades reforzantes, tanto a corto como a largo plazo. 88 ARTURO SILVA RODRIGUEZ Y LAURA EDNA ARAGON BORJA d. El tiltimo grupo incluye los autorreportes que tienen como fina- lidad identificar posibles variables extrafias que afecten la efecti- vidad de la intervencion. Antes de terminar con el apartado de técnicas de evaluaciéa, es impor- tante mencionar algunas consideraciones que debemos tomar en cuenta cuando utilicemos estas técnicas, pues su uso en un momento determi- nado depende de la etapa de Ia evaluacién en que se estemos (Nelson y Hayes, 1981). Al principio, cualquier técnica de evaluacién puede usarse para identificar los problemas del paciente; el rango se va estrechando conforme requiramos informacién mis especifica. Por otra parte, siem- pte es necesario tener presente que diversos procedimientos de evalua- dén miden distintos aspectos del triple sistema de respuesta. Las tres modalidades de respuesta pueden medirse con una gran variedad de ins- trumentos, por ejemplo: al evaluar la conducta motora, las observaciones son realizadas la mayoria de las veces por registradores entrenados, por mediadores y por familiares de los sujetos, en ambientes restringidos o en situaciones de juego de roles. Al respecto, Nelson y Hayes (1979) scfialan que las respuestas cognoscitivas generalmente son evaluadas por medio de cuestionarios, entrevistas y autorreportes. Las respuestas obtenidas en estas formas de evaluacién son tabuladas, registradas 0 categorizadas para producir unidades cuantitativas de medicién. La modalidad de respuesta fisiclégica es medida o registrada generalmente por medio de diversos instrumentos, como galvanémetros, taquitoscopios, electroencefalogra- mas, etcétera. Un aspecto més a considerar al seleccionar una técnica de evaluacién es que ésta debe incluir la situacion especifica probablemente relacionada con la generacién de la respuesta de interés. La situacién especifica en que ocurre la conducta de interés puede registrarse, en caso de que sea posible, por medio de observadores entrenados, mediadores o por la utilizacién del automonitorco. Si optamos por emplear registradores en- trenados, no deberemos pasar por alto que la situacién de observacién esta influida no sélo por la conducta del sujeto, sino también por la conducta del evaluador. En un estudio cuyo objetivo fue analizar cual o cuales métodos de evaluacién son més utilizados en la prictica clinica y en el ambiente experimental, se hizo una clasificacién de los métodos de evaluacién de la manera siguiente: métodos directos que incluian la entrevista, el autorreporte y el registro por otros; y métodos indirectos que abarcaban aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. TCO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION.. 93 que el paciente no tiene, el andlisis funcional no es realizado tan riguro- samente, pues la descripcién de la conducta se hace de manera gruesa, sin definirla en términos de los mismos parametros de frecuencia, intensidad, dutacin, etcétera. Un ctitetio que recientemente ha empezado a tomar fuerza y que constituye un complemento del anilisis funcional es la estrategia de la conducta clave o meta. Segtin Godoy (1995), esta estrategia parte del supuesto de que los trastornos conductuales estin constituidos por clases de conducta interrelacionadas en los tres sistemas de respuesta: motor, cognoscitivo y fisiolégico. Ademas de lo anterior, cabe suponer también que al modificar alguna clase de conducta o algunas conductas de deter- minada clase, son modificadas otras clases o la clase entera. Por ejemplo, es posible aumentar las habilidades de comunicacién para facilitar las relaciones sexuales que, a su vez, disminuirin la depresion, lo cual hace reducir la ingestion de bebidas alcohdlicas. En conclusion, cabe afirmar que si bien las estrategias de andlisis funcional pretenden descubrir rela- ciones estimulo-respuesta, la estrategia de la conducta clave esta dirigida a descubrir relaciones respuesta-respuesta. El titimo criterio es la estrategia diagnéstica que, al igual que el diagndstico psiquiatrico, esta basado en la forma, topografia o propieda- des estructurales de la conducta, en oposicion a sus propiedades funcio- nales. De acuerdo con este enfoque, una vez asignada a la persona un diagnéstico determinado, elegimos el tratamiento que ha demostrado ser el mas efectivo para ese tipo de trastorno. Este criterio se fundamenta en aspectos nomotéticos de efectividad de las terapias. En cuanto a las ventajas de utilizar uno u otro criterio pata seleccio- nar la estrategia de intervencion, algunos investigadores han propuesto que en los trastornos con una etiologfa bioldgica relativamente clara re- sulta de mayor utilidad el enfoque diagnéstico, ea tanto que el andlisis funcional ¢s mis idénco cn los trastornos altamente dependientes del entorno. Por otra parte, el acercamiento diagnéstico es preferible al ana- lisis funcional cuando existe, para determinado tipo de trastorno, un tratamiento que sea efectivo y suficiente y proporcione una elevada pro- babilidad de éxito. Una vez hecha una breve revision acerca de los criterios para selec- cionar las estrategias de intervencién, existen otras muchas consideracio- nes o restricciones en el proceso de evaluacién que debemos tomar en cuenta y que abarcan desde aspectos metodologicos, los criterios de al- ternancia de las fases de intervencién, la confiabilidad de las mediciones, 94 ARTURO SILVA RODRIGUEZ Y LAURA EDNA ARAGON BORJA la forma de comparar cada fase de intervencion hasta el tipo de anilisis de resultados por realizar Consideraciones metodolégicas de la evaluacién durante la terapia Una vez obtenida la informacién del problema del paciente y selecciona- da la estrategia de tratamiento, los evaluadores orientados conductualmente dirigen sus esfuerzos a realizar un anilisis que les permita construir, desarrollar y comprobar o desechar las preconcepciones ¢ hipétesis acer- ca del origen o las causas del problema o los problemas, con Ia finalidad de estimar las posibilidades de explorar y cambiar varios aspectos del entorno del paciente para probar su efecto en el problema identificado. La metodologia con que cuenta el evaluador orientado conductualmente para describir, explicar y estimar la efectividad del tratamiento puede agruparse en dos categorias: una conocida como esirategia intrasujeto y otra llamada esirategia intersujeto. La primera esti fundamentada en la compara- cién de un individuo o un grupo de individuos evaluados en diferentes condiciones 2 lo largo del tiempo. La segunda centra su interés en la comparacidn de uno, dos 0 mas grupos de sujetos, cada uno de los cuales esta expuesto a una intervencidn diferente. Desde finales del siglo xix y en los dias postreros del xx, la estrategia intersujeto, por basarse en el razonamiento hipotético deductivo, ha sido el enfoque hegeménico en los circulos cientificos. Este hecho ha ocasionado que hasta hace poco tiempo hayamos considerado que cualquier intento de construir conoci- miento cientifico en el ambito clinico que dirija su atencion a algunos aspectos empiricos del fenémeno, debia cumplir con ciertos requisitos metodol6gicos, como: a) pasar de afirmaciones generales a otras mis par- ticulares; 4) hacer una eleccién aleatoria del segmento poblacional o tem- poral que habra de analizarse; «) asignar normalidad a los pardmetros de la poblacién por analizar; d) emplear grandes grupos de sujetos, y «) esta- blecer medidas de alta precisién (Hayes, 1981). Estos requisitos metodolé- gicos han contribuido también a fortalecer la creencia de que los conoci- mientos generados a partir de la utilizaci6n de una estrategia intrasujeto, por no cubrir los requisitos metodolégicos propios de la aproximaci6n hipo- tético-deductiva (como seria la seleccion de una muestra aleatoria de una poblacién), no cumplen con el criterio de cientificidad, ya que a partir de esos hallazgos no hemos comprobado una teoria general o desarrollado EL PROCESO ‘TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION.. 95 una formulacién tedrica del fendmeno; sin embargo, en el ambito clinico, aspiramos a enconuar evidencias que fortalezcan la creencia de que el tra- tamiento aplicado para solucionar el problema del paciente fue efectivo. En relaci6n con ambos tipos de estrategia, es importante sefalar que la logica de la estrategia intersujeto y la de intrasujeto o de caso tinico (7 = 1) son similares, pues para evaluar los efectos de la intervencidn en una estrategia intersujeto comparamos la ejecucién de un mismo grupo © de diferentes grupos bajo la influencia de diferentes niveles de una misma variable. La caracteristica esencial de estos dos tipos de investiga- ciones es que con ambos hacemos la comparacién de la ejecucién en condiciones diferentes. De esta forma, la diferencia entre tales investiga- ciones esta dada en la manera de realizar las comparaciones. Entre la estrategia intrasujeto y la intersujeto, la mas ajustada a los propésitos del enfoque conductual de la evaluacién psicolégica es la primera, debido a que tiene un sinntimero de ventajas que In convierten en un poderoso medio de investigacion en milltiples areas de la psicologia, entre ellas, el Ambito clinico y el educativo. Aunque el origen de la estrategia intrasujeto proviene de la investi- gacion experimental basica, su versatilidad le permite adaptarse a los am- bientes aplicados, en los que el interés esti centrado en el individuo o paciente, mas que en la magnitud de los cambios 0 efecto del tratamiento. Por consiguiente, si bien en el ambito aplicado de la psicologia respon- demos a la demanda de ayuda que soli cl paciente, lo cual hace que los objetivos terapéuticos y los requerimicntos del paciente determinen en gran medida las acciones por realizar para averiguar en qué medida el problema del paciente presenta algtin cambio como consecuencia de la aplicacién de una intervencién o tratamiento, la estrategia metodolégica intrasujeto tiene una amplia gama de posibilidades en las que pueden conjugarse tanto los objetivos terapéuticos como las expectativas del pa- ciente, con la forma de obtener un conocimiento acerca de cuil es o fue la efectividad de la intervencién realizada. Dado que la mayoria de las veces el clinico se enfrenta con un solo sujeto —que en este caso es el pa- ciente-, slo examinaremos las consideraciones metodoldgicas de la es- trategia intrasujeto de caso unico. Varios problemas metodoldgicos ocu- rren en investigaciones de disetios clinicos de caso unico, entre los que destacan alteraciones de fases o condiciones durante la intervencién, com- pataciones de intervenciones alternadas, confiabilidad entre obsetvacio- nes y anilisis visual en oposicion al anilisis estadistico. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 98 ARTURO SILVA RODRIGUI Y LAURA EDNA ARAGON BORJA Tatervencion F Tatervencion Bicctoy se xi es ee = Proyesin an ven aa Tnarvencia a Tavervencion a wo JES tee bee ike. ren Figura 2.3 Patrones de linea base y algunos efectos de intervencién. del tratamiento. La identificacién de algunos de los factores que contri- buyen a la variabilidad puede proporcionar informacién acerca de los factores que controlan las conductas y dar sugerencias para la interven- ci6n, es decir, la variabilidad puede resultar de fuentes que es importante identificar antes de instrumentar la intervencién. En consecuencia, el anilisis de las fuentes de variabilidad es un elemento por considerar en la evaluaci6n conductual. Otra diferencia encontrada al elaborar el plan terapéutico es el tiempo de duracién de cada fase. La razon de esto es que el terapeuta necesita examinar los datos, con el fin de determinar si la informacion es suficien- temente clara para hacer predicciones acerca de la ejecucién. La presencia de tendencia o la excesiva variabilidad indican que la informacién puede no ser suficientemente clara; por tanto, es més util esperar a que surja una tasa de ejecucién mas estable. En la actualidad no hay un criterio objetivo sobre las regias de decisién para cambiar de una fase a otra. Ocasional- mente, algunos investigadores han intentado especificar criterios objeti- vos que indiquen en qué condiciones puedan cambiar las fases de linea base o de intervencién. E| problema hallado al tratar de establecer criterios objetivos es la poca homogeneidad de éstos. Respecto a la duracién de las fases, tres EL PROCESO TERAPEUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION.. 99) puntos de datos es el minimo necesario para determinar el patron de ejecucién; asi, “el paciente puede ser observado un minimo de tres oca- siones con el propésito de asegurar una linea base satisfactoria” (Bellack y Hersen, 1978). Por otro lado, Kazdin (1978a) afirma que una fase puede cambiar cuando la variabilidad esté cerca del nivel medio de ejecucién ycae dentro de un rango especifico durante un periodo de cinco dias 0 cuando cierto ntimero de puntos de datos consecutivos no estén en Ia misma direccién a la que esperamos que el tratamiento conduzca. Comparacién de intervenciones alternadas Cuando el terapeuta esta interesado en demostrar o evaluar la eficacia relativa de distintos tratamicntos en un mismo paciente, esa cficacia re- sulta dificil de determinar debido a que es probable confundir los efectos de cada tratamiento con la secuencia u orden de presentacién. Si los niveles de ejecucidn de los pacientes difieren con los diferentes tratamien- tos, el terapeuta puede emitir un juicio acerca de la eficacia telativa de estos tiltimos; sin embargo, invariablemente los efectos de dos tratamien- tos pueden confundirse con el orden de presentacién. No podremos interpretarlos si la primera intervencién (0 segunda) conduce a mas (0 menos) cambios conductuales, debido al tratamiento por si mismo 0 a la secuencia en que ocurren. Existen dos alternativas que intentan solucionar este problema. La primera consiste en retomar las condiciones de linea base entre las dos © més intervenciones, con la finalidad de recobrar el nivel de ejecucion de la linea base original y asf tener una vision de comparacién més objetiva entre los tratamientos. La segunda es variar de manera sustancial el disedo, siempre que el investigador esté muy interesado en continuar trabajando con un solo sujeto. Los disefios que permitirin comparar dos © més tratamientos si eliminamos la secuencia de presentacién como variable de confusién son: el de linea base multiple, el de linea miltiple, el de linea base multielemento de programa miltiple, etcétera (para mayor informaci6n sobre estos disefios, véase Hersen y Barlow, 1976). La aplicacién de un tratamiento puede producit un cambio en el problema del paciente en el nivel con que ocurre en la tendencia 0 en la variabilidad. Varios autores (Glass, Willenson y Gotman, 1975; Hayes, 1981; Jones, Vaught y Weintrot, 1978; Kazdin, 1978a; Parsonson y Baer, 1978; Hersen y Barlow, 1976) han descrito los efectos tipicos que puede EL PROCESO ‘TERAPHUTICO: DINAMICA CONTINUA DE EVALUACION.. 101 Cambios de nivel fatereen cin Tinea base] Tntervencida a b Abrapto “Temporal Lines bare] Tatervencion [inex base Trrerrencion d Decreciente Cambios de tendencia [Tinea base | Tnrervencitn] e Abrupto Demorado Ba fatervencion & Temporal h Acelerado Desacelerado Figura 2.4 Cambios de nivel y de tendencia entre dos condiciones terapéu- ticas. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. IDEMIOLOGIA: UN MEDIO DE EVALUACION CONDUCTUAI.... 133. colégica aun no hay indicadores claros y confiables que puedan ser agru- pados en un término genérico que identifique a determinado trastorno psicolégica. Por el contrario, los profesionales de la medicina cuentan con una gran base de datos (registros o fichas médicas de los pacientes atendidos en las instituciones de salud) que les permiten crear taxonomias litiles en las variadas situaciones; sin embargo, los profesionales de la psicologia interesados en hacer evaluaciones conductuales en poblacio- nes no tienen por el momento otra alternativa que construir taxonomias a partir de la revision bibliografica que les indica cuales serfan los linea- mientos mis adecuados para clasificar los tastornos psicolégicos por los que pasa determinada poblacién Formas de evaluar los trastornos psicolégicos en poblaciones Los métodos basicos que generalmente se usan en el estudio de trastor- nos psicolégicos son el observacional y el experimental. Cuando el psico- epidemidlogo utiliza el primero de estos métodos se limita a observar, sin realizar ninguna manipulacién, la forma de comportarse de la naturaleza, y registra tinicamente la manera como los cambios o diferencias en una caracteristica poblacional estan relacionados con los cambios en otras ca- racteristicas de esa poblacion. Por el contrario, en el segundo método, el evaluador conductual controla el procedimiento de asignacién de los sujetos a las condiciones de observacién, ademas de que manipula una variable para observar los efectos que produce dicha manipulacién en otra vatia- ble 0, como dirlamos més apropiadamente: “.. el experimento es aquella clase de experiencia cientifica en la cual provocamos deliberadamente al- giin cambio e interpretamos su resultado con alguna finalidad cognoscitiva” Bunge, 1989, p. 819). Aunado a la influencia de las estrategias metodolégicas derivadas de la prictica clinica profesional en consultorio, otro hecho que habia opacado el estudio de los trastornos psicolégicos en poblaciones humanas fue la influencia tan marcada que tiene el método experimental en la generacion del conocimiento cientifico. La adopcién de este método por parte de algunas ciencias favorecié que éstas se hayan desarrollado muy acclerada- mente, en cuanto al conocimiento de su objeto de estudio en los tiltimos aiios como en el caso de la ciencias naturales; sin embargo, en algunas otras freas del conocimiento cientifico, como la psicologia, fue dejada a aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 136 ARTURO SILVA RODRIGUEZ En contraste, en un estudio Prospectivo, el psicoepidemidlogo reco- gerd los datos para su anilisis en el tiempo O,,,, para ¢ = 0, a partir del momento en que decidid realizar el estudio; por otro lado, si el interés va mas alla de la sola observacién de un punto en el tiempo, los datos deberin recolectarse en los tiempos O,,,, Oj, ¥ ast hasta O,,,, Esto es como una proyeccién hacia el futuro. En resumen, el criterio para diferenciar los estudios retrospectivos de los prospectivos esti basado principalmente en el tiempo en recolectar los datos, en relaci6n con el momento en que fue tormada Ja decisién de tea- lizar el estudio. En este sentido, la caracteristica esencial de las evaluaciones conductuales retrospectivas es que éstas analizan datos 0 eventos ocurri- dos en el pasado, mientras que los estudios prospectivos son planteados con el objetivo de recolectar datos todavia no ocurridos. Ademis, en los es- tudios prospectivos, el evaluador conductual tiene la facultad de controlar los métodos para recolectar la informacidn, adecuandolos a los propé- sitos de la investigacién, mientras que en los estudios retrospectivos, debido a que su objetivo son los fenémenos que ya acontecieron, los datos existentes pudieron haber sido recolectados para un fin distinto. Dimensién de magnitud Tomando en cuenta la dimensién de la magnitud de la observacién, pueden distinguirse dos clases de estudios psicoepidemiolégicos. La pri- mera comprende aquellas evaluaciones poblacionales en las que observa- mos un segmento del continuo del fenémeno constituido por dos o mas puntos de observacin; estos estudios son llamados longitudinales. La se- gunda incluye los estudios en los cuales hacemos un corte y sélo obser- vamos un punto del continuo del fenémeno; este tipo de investigaciones son denominadas sransversales. La figura 3.3 representa graficamente lo anterior y muestra, por ejemplo, que en los estudios longitudinales ocurre un conjunto de observaciones cn funcién del tiempo, a partic de la ob- servacién O,,,, para f= 0, y terminando con la observacién O,,,. Por el contrario, en los estudios transversales sdlo hacemos una observacién en un tiempo determinado. En ese orden de ideas, el objetivo fundamental en un estudio psico- epidemiolégico longitudinal es observar el comportamiento del fendme- no durante el transcurso del tiempo. Retomando el ejemplo del método de crianza utilizado por los padres en la educacién de sus hijos, un estu- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. PSICOEPIDEMIOLOGIA La segunda opcién de comparacién consiste en clegit y observar otro grupo diferente del investigado, pero similar al grupo expuesto en cuanto a caracteristicas demogrificas. Lo anterior lo vemos grificamente en la figura 3.9, la cual muestra que la definicién de los cohortes es hecha con base en la presencia o ausencia de la variable presuntamente asociada con el trastorno. Un ejemplo de este tipo de comparacién seri aquel en que un psicoepidemidlogo hiciera un estudio para determinar las tasas de inciden- cia de drogadiccién durante un tiempo mis 0 menos largo, en sujetos desempleados ¢ individuos con un trabajo estable. La hipétesis que apoya esta investigacion seria que el desempleo en una poblacin aumenta el indice de sujetos drogadictos. Por ultimo, a veces es posible hacer comparaciones entre diferentes grupos o cohortes. Como mencionamos anteriormente, en este tipo de estudios cuando la variable asociativa es de naturaleza dicotémica, sdlo existen dos posibles valores -ausencia (0) y presencia (I)-, como el mostrado en la figura 3.9; sin embargo, cuando la supuesta variable aso- ciada con el trastorno es politémica o cuantitativa, es factible hacer mas de dos cohortes, los cuales pueden definirse con base en la exposicion de diversos factores desencadenantes de un trastorno, como vemos en la figura 3.10, la cual muestra que para identificar los grupos tomamos en consideracién el nivel de la variable al cual estuvicron o estarn expucstos durante el tiempo en que llevemos a cabo el estudio, Por ejemplo, al intentar estudiar el efecto que tiene el nivel de estrés en que viven los sujetos sobre los conflictos familiares, es posible tener varios cohortes basados en la puntuacién obtenida en un inventario de estrés. En este sentido, es factible tener un cohorte para los sujetos que puntearon entre 21 y 30, otro para los de 31 a 50, y asi sucesivamente hasta llegar al valor maximo obtenido al aplicar la escala de estrés. Ademis de este tipo de comparaciones, es posible definir los grupos con base en la supuesta variable causal, pero estableciendo la diferencia entre el tipo de trastorno presentado por los sujetos. Por ejemplo, si levamos un registro minucioso de los trastornos que pueden presentarse en los diferentes cohortes, sera factible determinar las tasas de incidencia de Jos distintos trastornos en cada uno de ellos y, por consiguiente, en cada petiodo de observacién. Esta tltima forma de comparacién es la més completa de todas, pues permite determinar la tasa de incidencia de diversos trastornos, tanto en el cohorte expuesto al factor de riesgo como en el no expuesto aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 162 ARTURO SILVA RODRIGUEZ En d instrumento se difirieron categorias de riesgo de las pricticas sexuales considcrando los distintos parametros cvaluados. La primera categoria de riesgo, denominada riesgo por diversidad de prdciicas, estuvo conformada por nueve preguntas que indagaban acerca de lo siguiente: + gHas tenido relaciones sexuales coitales? Si, no. + Has tenido relaciones sexuales con personas de tu mismo sexo? Si, no. + Has participado en relaciones sexuales en las que intervengan mis de dos personas al mismo tiempo (trios © sexo en grupo)? Si, no. + gHas tenido relaciones sexuales con parejas ocasionales teniendo tuna pareja estable? Si, no. + Has tenido relaciones sexuales anales en las que hayas sido pe- netrado © penetrada? Si, no. + Has tenido rclaciones sexuales anales en las que hayas penctrado a tu pareja sexual? Si, no. + @Has practicado las relaciones orales (bucogenitales) en otra per- sona 0 con tu pareja sexuzl? Si, no. + Has practicado en tu pareja sexual u otra persona relaciones orales (bucogenitales)? Si, no. + Has utilizado instrumentos de estimulacién (vibradores, penes ar- tificiales, muiccas, etcétera) para tener relaciones sexuales? Si, no. Una premisa de la que podemos pattir para identificar si la poblacién de estudiantes universitarios es una poblacién de riesgo de adquirir el sida, tomando los datos del estudio de Robles (1999), es considerar que cuanto mayor nimero de individuos realicen mis practicas sexuales de riesgo, mis probable ser que esa poblacién sea identificada en riesgo de padecer el sida y viceversa: cuanto mayor ntimero de estudiantes realicen menos practicas sexuales de tiesgo, menos probable sera considerar una pobla- cidn en riesgo. Es importante sefialar que los elementos que constituyen esta premisa solo tienen interés en identificar o no una poblacién en riesgo, pero nada tiene que ver la identificacion de sujetos con pricticas sexuales de riesgo para adquirir el sida; esto es, la premisa sdlo contiene predicados que interrogan sobre los aspectos macros de la poblacién y no sobre las caracteristicas particulares de los elementos que las consti- tuyen. Por tal motivo, al hacer la evaluacién de las practicas sexuales de una poblacién que no esta en riesgo, no excluye que en esa poblacién PSICOEPIDEMIOLOGI. UN MEDIO DE EVALUACION CONDUCTUAL.. 163 algunos de sus miembros no realicen practicas sexuales que los coloquen en un alto riesgo de conwaer el sida. Lo tinico que indicaria este hallazgo es que una cantidad no significativa de los miembros de una poblacién lleva a cabo pricticas sexuales de riesgo. Un primer paso para determinar si los estudiantes universitarios son una poblacién en riesgo de adquirir el sida es construir la distribucién tedrica que cabe obtener en caso de que no lo fuera. La forma de hacer esto consiste en calcular la distribucién binomial, debido a que se parte del supuesto de que detectar a una poblacién de riesgo cuando se con- sideran sus practicas sexuales conduce sélo a uno de dos resultados mutuamente excluyentes, es decir, una prictica sexual de riesgo se realiza 0 no se realiza, y no solamente eso: la probabilidad de que un individuo llevara a cabo la prictica sexual de riesgo es p, con p igual a 05, y la probabilidad de que no la haya es 1 — p, que se denota como 9. Una vez establecida esta suposicién, Robles construyé una distribu- cién binomial, que en el caso de las pricticas sexuales de riesgo son nueve, y el numero de resultados posibles obtenides para construir la distribucién es 10, como vemos en la abscisa de la figura 3.14, la cual muestra que un resultado posible es que ninguna practica sexual de riesgo se tealice, otro que s6lo una, otro que dos, y asi de manera sucesiva hasta llevarse a cabo las nueve pricticas sexuales evaluadas. Posteriormente, a partir de la formula 2”, determinamos el ntimero de formas o maneras distintas de obtener estos (1 + 1) resultados diferentes; en este caso, como existen nueve pricticas de riesgo, resulta en 2? que da un total de 512 formas distintas de obtener esos + 1 resultados posibles. La forma de determinar el mimero de maneras posibles en que es posible encontrar cada resultado diferente es mediante la obtenci6n de las combinaciones, 0 sea: 1. Que ninguna prictica sexual de riesgo se realic zy "OU es © = Foo =! 2. Que sdlo se leve a cabo una prictica sexual de riesgo: 9 Toi? p= aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 172 ARTURO SILVA RODRIGUEZ po, de lugar y de personas. La descripcién de la distribucién de los trastornos es establecida en términos de edad, géneto, itea geogrifica, época del afio, etcétera. Por el contrario, los estudios de casos y testigos intentan determinar si un factor medioambiental esta asociado con la ocurrencia de un trastorno, para lo cual seleccionamos un grupo de per- sonas que poseen dicho trastorno (casos) y otro grupo que no lo tiene (testigos). Posteriormente, hacemos la comparacin de ambos conjuntos de personas con base en el tiempo de exposicién de determinado factor de riesgo. Igualmente, en los estudios de cohortes también elegimos dos grupos de una poblacién, con la nica diferencia de que éstos son selec- cionados antes de que aparezca el trastorno; sin embargo, la afirmacion de que los casos y testigos son definidos una vez que ocurrié el trastorno y de que los cohortes se identifican antes de la aparicién del trastorno no ¢s del tudo cierta, como veremos a continuacién. Algunas ambigiiedades metodolégicas en la evaluacién psicoepidemiolégica La distincién entre un estudio de casos y testigos y uno de cohortes no esta, como sefialan algunos autores (Guerrero, Gonzalez y Medina, 1986; Fox, Hall y Evelback, 1984; Fridman, 1975; MacMahon y Pugh, 1983), en que los primeros hacen sus comparaciones en individuos en quienes esta presente el trastorno y que en los segundos esta comparacién es realizada €n sujetos en los que probablemente ocurrira el trastorno. Por ejemplo, en relacién con los estudios de cohortes, dichos autores identifican dos carac- teristicas fundamentales: a. Launidad de anilisis (el grupo o los grupos) es observada duran- te un tiempo prolongado con el propésito de establecer la frecuen- cia con la que ocurre determinado trastorno en los distintos in- tervalos observacién. b. La unidad de anilisis es definida e identificada en términos de ca- racteristicas o atributos manifestados antes de la aparicién del tras- toro o fenémeno investigado. Sin embargo, dichos autores sefialan que existen estudios de cohortes en los cuales es posible observar de manera retrospectiva la unidad de ana- lisis. Por consiguiente, en estas investigaciones la unidad de anilisis es de- aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 4 La entrevista como instrumento de evaluacion psicolégica Laura Aragén, Rogue Olivares Norma Rodriguez, Mucio Romera UNAM, FES-Ixtacala ‘no de los medios mas comtinmente utilizados por los profesionales de la salud y de las ciencias humanas suele ser la entrevista, la cual es utilizada para obtener la informacién necesaria en el desarrollo de los procesos de seleccién de personal, el diagnéstico clinico, la orientacién educativa, la valoracién del aprendizaje y Ia evaluacién cognitiva y afectiva de la personalidad. Una muestra de este hecho es la enorme diversidad de libros especializados, técnicos y de divulgacién escritos y editados en grandes tirajes, que tratan el tema de la entrevista desde diferentes disci- plinas, enfoques y profesiones, como la medicina, a sociologia, la pedago- el periodismo, el trabajo social, la antropologia y la psicologia, entre las mis reconocidas. En el campo de la evaluacion psicolégica, la entre- vista sigue siendo el instrumento mas empleado en todas las areas de la psicologia aplicada y su objetivo es el mismo de todos los procedimientos de evaluacion psicolégica: obtener informacion pertinente, confiable y va- lida; sin embargo, como mencionan Kanfer y Phillips (1976), aunque es el instrumento psicolégico mis utilizado, es el menos conocido y, a decir de Fernandez-Ballesteros (1992), del que mas se ha puesto en duda su confiabilidad y validez. Sin embargo, la entrevista no sdlo es un instrumento o técnica para Ia investigacién y el acopio de informaciéa, sino también fundamental- mente una actitud humana de relacién, que al estar conformada por elementos tanto objetives como subjetivos posibilita que dos o mas per- sonas establezcan un contacto interpersonal significativo y leguen a ex- perimentar un profundo vinculo humano. Por ende, al menos en el cam- po de la psicologia, para que cumpla cabalmente sus verdaderas posibi- lidades como elemento intersubjetivo y alcance al mismo tiempo la plena 177 178 ARAGON, OLIVARES, RODRIGUEZ Y ROMERO comprensién de! funcionamiento de la personalidad y de la salud psico- logica humanas, es necesario que el profesional de esta disciplina supere los limites que el rol de su profesién le impone y sea capaz de establecer, con las personas que tecurren a solicitar sus servicios, una relacién de nticleo a niicleo que le permita experimentar un proceso de conocimiento y comprensién humano. Para lograrlo, no debe ver al usuario de sus servicios como un objeto, ni limitarse a ser un observador imparcial de In realidad; por el contrario, debe facilitar un proceso de acercamiento y apertura humanos, que le faciliten conocer y comprender cabalmente el comportamiento de las personas desde sus marcos de referencia perso- nales, asi como conocer y comprender sus necesidades, sus motivos y sus procesos cognitivos y afectivos en general. Cuando la entrevista se aborda desde esta éptica, es decir, como un proceso intersubjetivo de vinculacion y comprensién del comportamien- to humano, el nivel de participacién que alcanzamos es muy alto y, por ende, su nivel de eficacia aumenta enormemente. Por ejemplo, un tera- peuta estadounidense muy reconocido en el ambito de la psicoterapia ha informado que sélo comprendié el verdadero significado de la entrevista cuando, en cierta ocasi6n, la madre de uno de sus pacientes en la clinica infantil donde prestaba sus servicios, después de aproximadamente 10 sesiones de entrevistas estructuradas, le confesd, en una charla informal, que durante todo ese tiempo le habia estado proporcionando sdlo infor- maci6n irrelevante en relacién con los acontecimientos que rodeaban la vida social y afectiva de su hijo. Cuando el terapeuta le pregunté qué a habia levado a confiatle lo que en tanto tiempo no hizo, la sefiora contest6 que sélo en ese momento lo sintié emocionalmente cercano y en verdad interesado en ella como persona. Este ejemplo y una gran variedad de testimonios de profesionales de la salud y de investigadores en el campo de la etnografia y la terapia humanista han demostrado que la entrevista practicada como forma de vinculaciéa interpersonal cs mas til para entender el conocimiento humano, que cuando es utilizada sim- plemente como técnica para obtener informacion, Para comprender los significados actuales atribuidos al concepto de entrevista, es necesario conocer el origen no sélo de su etimologia, sino también de su uso como actitud humana fundamental y como método de conocimiento y ensefianza. El empleo de la entrevista como método para aprehender la realidad circundante y como generadora de conocimiento se remonta a la época de la civilizacion griega. Su expresién maxima la alcanzé en el marco del método mayéutico utilizado por Sécrates para LA ENTREVISTA COMO INSTRUMENI‘O DE EVALUACION PSICOLOGICA 179 propiciar el desarrollo y actualizacién del conocimiento sobre las cosas del mundo 0, como él mismo lo decia, “para educar las almas”. Sécrates (469-399 a. C) fue el precursor de las ideas filosdficas del idealismo objetivo, al sefialar que el hombre solamente puede conocer aquello que esti en su pleno poder, es decir, su alma. De ahi que considerara que de nada en absoluto que no sea su naturaleza puede el ser humano posect un conocimiento verdadero. Asi, para este filésofo ateniense, la principal meta del saber debe ser el autoconocimiento, pues si alguien quiere acer- catse al saber de algo, s6lo podra hacerlo si aprende desde su marco de referencia interno 0, para decirlo de otra manera, el conocimiento obje- tivo sélo lo alcanzamos cuando hemos logtado el conocimiento subjetivo y entonces sabemos que desde ahi conocemos la realidad externa. Quiza por eso Sécrates coloca en el centro de su doctrina filos6fica la maxima délfica: “conécete a ti mismo”. Su idealismo se manifiesta particularmen- te en la idea de que es imposible conocer lo ajeno a la naturaleza humana; y su objetivismo, en que sdlo al alcanzar el autoconocimiento es posible al ser humano alcanzar el saber de las cosas del mundo. A partir de los escritos de sus discipulos Platon y Jenofonte) y de sus seguidores y criticos (Aristételes y Arist6fanes) nos hemos enterado de que el método (literalmente camino) que utiliza Sécrates para indagar la verdad cs cl mayéutico, o sca, mas especificamente, cl arte mediante el cual el maestro, con el didlogo, va facilitando en el discipulo el proceso de reminiscencia de las nociones de la realidad que éste tenia en sf sin saberlo. E] método mayéutico, también conocido en la actualidad como mitods socrético, consiste en que una vez que una persona expone sus puntos de vista sobre cierto tema, su interlocutor, que en un primer momento tiene la funcién de escuchar el contenido del discurso y ana- lizar su estructura légica, hace ver, mediante el didlogo légico y el plan- teamiento de preguntas criticas, basadas en la disertacién del expositor, los recursos, las limitaciones, los errores y las contradicciones que él capta de la experiencia que Je fue transmitida. Mediante este razonamiento légico, el maestro promueve la clarificacién del pensamiento del exposi- tor y la construccién de un punto de vista cortecto sobre las cosas y sucesos de la realidad. Lamentablemente, esta forma de promover y fa- cilitar el conocimiento fue desechada por la civilizacién moderna y sus- tituida por un método de imposicién de ideas y dogmas, que eliminaron la posibilidad de que las personas tuvieran un encuentro de nticleo a nucleo en el proceso del conocimiento en general; no obstante, el didlogo 180 ARAGON, OLIVARES, RODRIG Y ROMERO informal, cargado de comentarios, preguntas y respuestas, ha sido la forma mas eficaz con la cual los individuos alcanzan su conocimiento, el con cimiento intersubjetivo y el conocimiento de la realidad, ya que las acti- vidades cotidianas de los seres humanos requieren constantemente un intercambio de informacién, acopio, entendimiento ¢ interpretacién de hechos, toma de decisiones y unificacién de criterios para el desarrollo no sélo personal, sino fundamentalmente social y cultural. Asi, recurten a la entrevista los politicos, los médicos, los socidlogos, los antropdlogos, los comunicdlogos, los psicdlogos, los trabajadores so- ciales, los industriales, 1os vendedores, los abogados, las personas que buscan empleo y, en general, todos los individuos que participan en cual- quicr actividad social propiamente humana. Como técnica para el manejo adecuado y obtencién de informacién surgid en el ambito médico con Hipécrates (460-370 a. C), quien la utiliz6 para establecer el diagnéstico y la jurisprudencia. De ahi se extiende a las ciencias naturales en general, aunque queda subordinada al método de indagacién empitica, especifica- mente a la experimentaci6n. Sobre todo en las ciencias humanas, surge en el dmbito del periodismo politico y de la sociologia; asi, el término entrevista es utilizado por primera vez, en su acepcion actual, en Francia, donde se emplea el término entrewir, que significa “verse uno al otro”. Aqui, Ia entrevista surge como una actitud intersubjetiva mediante la cual dos o més personas tienden a sincerarse cn el ambito politico ca pro del bien comtin. Consiste en un encuentro con el cual los participants buscan generar un clima de confianza que les permita establecer un intercambio significativo de experiencias e informacién, por medio del interrogatorio y el didlogo, que beneficie a los involucrados directa ¢ indirectamente en este proceso comunicacional. Actualmente se conoce una gran variedad de definiciones de lo que es una entrevista, segin su objetivo, tipo de conduccién y el area del conocimiento humano en la cual es utilizada; no obstante, existen carac- teristicas generales que la distinguen de cualquier otro tipo de interaccion humana; asi, cn general, podemos sefalar las siguientes: a. Una forma de encuentro, comunicacién e interaccién humana de caracter interpersonal ¢ intergrupal (esto es, dos o mis de dos personas), que se establece con la finalidad, muchas veces impli- cita, de intercambiar experiencias e informacién mediante el dia- logo, la expresién de puntos de vista basados en la experiencia y el razonamiento, y el planteamiento de preguntas. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. LA ENTREVISTA COMO INSIRUMENTO DE EVALUACION PSICOLOGICA 185 cliente, Desde luego, de acuerdo con lo que el usuario vaya reportando, podemos hacer otra serie de preguntas relevantes al problema que nos darn informacién valiosa para el proceso de evaluacin y tratamiento. Entrevista para nifios UNIDAD DE EVALUACION PSICOLOGICA IZTACALA Datos generales del usuario 11, Syvernsavaena Nombre Domicilio . Teléfono Edad Sexo a, Masculino b. Femenino Fecha de nacimiento Lugar de nacimiento Grado maximo de estudios . Persona que proporciona la informacion . Motivo de la consulta (especificar sintomas, manifestaciones conduc- tuales, fuentes de remisién, maestros, padres, tipo de tratamientos, profesionistas que han visto dl caso, etcétera). Qué espera recibir al acudir a este servicio? Datos familiares 12, 13. 14, 15. 16. 17. 18. 19. 20. 21. 22. Nombre del padre Edad Grado maximo de estudios Ocupacién Nombre de la madre Edad Grado maximo de estudios Ocupacién Estado civil de los padres eCuantos hermanos tiene? Lugar que ocupa entre los hermanos del mayor al menor aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 188 ARAGON, OLIVARES, RODRIGUEZ Y ROMERO 60. 61. 62. 63. 64. 65. 66. 67. 68. 69. 70. 71. 72. 73. 74. Retiene objetos cubiertos parcialmente Sefiala un objeto que se encuentra dentro de un recipiente ‘Abre una caja para obtener objetos que estan adentro Reproduce sonidos de animales Jala por la cuerda un objeto Saca objetos de un frasco dandole vueltas a la tapa Identifica familiares en fotografias Imita 0 hace trazos Reconoce objetos (especificar cules) ‘Arma un rompecabezas (ntimero de piezas) Utiliza un banco para alcanzar un objeto Reconoce colores (especificat) Recita mimeros (especificat) ‘A qué edad comenzé a platicar con usted A qué edad empezé a platicar con otras personas Conducta motora 75. 76. 77 78. 79. 80. 81. 82. 83. 84. 85. 86. 87. 88. 89. 90. Inclina la cabeza hacia adelante Tiene control de la cabeza Se mantiene sentado sin ayuda Sigue objetos en movimiento Toma objetos pequeiios con la mano Extiende la mano para alcanzat un objeto Construye torres con objetos Se mantiene de pie sin ayuda Camina solo Sube las escaleras sin ayuda Salta sin ayuda Puede lanzar una pelota Abre y cierra recipientes ‘Vacfa el contenido de un recipiente en otro Corta con tijeras Conduce un triciclo Conducta de autocuidado 91. 92. Come cucharadas de papilla (carne, verduras, fruta, etcétera) Come alimentos con sus manos aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. aa You have either reached a page that is unavailable for viewing or reached your viewing limit for this book. 198 ARAGON, OLIVARES, RODRIGURZ Y ROMERO 40. eQué le desagrada de su parcja? 41. (En caso de tener hijos; si no es asi, pasar a la pregunta 44) ¢Cémo es la relacién con cada uno de sus hijos? 42. gTiene cierta preferencia por alguno de sus hijos? 43, zCémo se manifiesta esa preferencia? Sexualidad adulta La sexualidad es un area de desarrollo tan importante como la familiar, la laboral y de desarrollo personal; a continuacién le haremos dos pregun- tas relacionadas con su vida sexual; si prefiere no contestar, respetamos su decision. 44. Qué tan frecuentemente tiene relaciones sexuales? 45. Es satisfactoria su vida sexual?, spor qué? Desarrollo personal 46. Si le pidiéramos que se desctibiera a usted mismo, aqué diria? (Si sélo se describe fisicamente, debemos pedirle que describa su ma- nera de set) 47, @Se siente satisfecho consigo mismo y con su vida, gpor qué? Area laboral 48, 2Ha trabajado? si No 49. ¢Trabaja actualmente? Si No Si contesta negativamente ambas preguntas, pasar a la pregunta 54 y después a la 72. Si ha trabajado, pero en la actualidad no trabaja, pasar ala pregunta 50. Si actualmente trabaja, pase a la pregunta 51. 50. ePor qué dejé de trabajar? 51. Desde qué edad trabaja? 52. Comente brevemente cémo consiguié su primer trabajo 53. gEs facil para usted encontrar trabajo? La evaluacién psicolégica es el principio de toda accién tera- péutica, Como disciplina confiable que se ha enriquecido no- tablemente en los tiltimos afios, nos ayuda en la exploracién, andlisis y cambio en el comportamiento humano. Este libro presenta los trabajos mas novedosos que prestigiados investi- gadores mexicanos han desarrollado en este terreno. Al ser un proceso continuo, la evaluacién psicolégica ini- cia desde el primer contacto con la persona o grupo que soli- cita Ia intervencién profesional, y termina con Ia solucién del problema detectado. La entrevista es clave en el éxito 0 fra- caso de dicha intervencién; hace posible que dos o mas per- sonas establezcan un contacto fntimo, que propicie el involucramiento necesario para un trabajo terapéutico eficaz. La evaluacién psicolégica es una actitud humana de rela- cién, exploracién € intervencién, Sus aportaciones resultan tiles no solamente a los profesionales de la psicologia, sino a quienes se dedican a la ensefianza, la pedagogia, la medicina, el trabajo social, la orientacién vocacional. c

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