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|| EL VERDADERO _ REAVIVAMIENTO a La mayor necesidad de la iglesia S| Eat eer oA a ee ElenaGde ae ars EL VERDADERO REAVIVAMIENTO Comienza en el coraz6n “La mayor y mds urgente de todas nuestras necesi- (elite (eee mC MT me eA Wet Tteek ce mages (Tee) dad en nuestro medio”.-Elena de White. Quizd usted haya estado orando para experimentar el poder del Espiritu Santo y la lluvia tardia. jPreparese para la respuesta a sus oraciones, porque Jestis viene pronto! Este libro reine los escritos mas importantes de foliar Mol esto) Nae C=C a cig CoP aE Cocee-Ac =8 a distinguir entre el reavivamiento falso y el verdadero, y habla de como se revela el reavivamiento en nuestra orate keg Ue éPuede imaginarse hasta qué punto el reavivamiento cambiara a su iglesia? Imaginese estar rebosante de po- der y amor celestiales. Sera que Dios hara algo especial por medio de usted? ¢Por qué no darle una oportunidad? Elena G. de White (1827-1915) es considerada la autora norteamericana mas ampliamente traducida. Sus obras han sido publicadas en aproximadamente 1§0 idiomas. Aunque su educacion formal concluyé alos nueve afios, escriblé mas de cien mil paginas sobre una extensa varie: dad de temas practicos. Guiada por el Espiritu Santo, exal to alesus y sefialé la Biblia como la base desu fe. ISBN 9 ll | alts. sg f Be El verdadero reavivamiento La mayor necesidad de la iglesia Seleccion de los escritos de Elena G. de White ASOCIACION CASA EDITORA SUDAMERICANA Av. San Martin 4555, B1604CDG Florida Oeste Buenos Aires, Republica Argentina Titulo del original: True Revival. The Church's Greatest Need, Ellen G. White Estate, 1972. Direcci6n y traducci6n: Claudia Blath Disefio del interior: Andrea Olmedo Nissen Disefio de la tapa: Romina Genski llustracion de la tapa: Shutterstock Images IMPRESO EN LAARGENTINA Printed in Argentina Primera edicion Segunda reimpresi6n MMXII - 27M Es propiedad. © 1972, 2010 Ellen G. White Estate. © 2011 Asociacién Casa Editora Sudamericana. Queda hecho el depésito que marca la ley 11.723. ISBN 978-987-567-756-2 G. de White, Elena El verdadero reavivamiento : La mayor necesidad de la iglesia / Elena G. de | White / irigido por Claudia Blath - 1" ed., 2*reimp. - Florida : Asociacion Casa | Editora Sudamericana, 2012, | 96p.;21x 140m, Traducido por: Claudia Blath ISBN 978-987-567-756-2 1. Vida cristina, 2. Reavivamiento. |. Claudia Blath, dir, Il. Claudia Blath, trad. Ill. Titulo. DD 248 Se terminé de imprimir el 26 de junio de 2012 en talleres propios (Av. San Martin 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires). Prohibida fa reproducci6n total o parcial de esta publicaci6n (texto, imagenes y disefio), su manipulacian informatica y transmision ya sea electronica, mecanica, por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor. -106221- | Tabla de contenidos Prefacio.... Capitulo 4: Llamado al reavivamiento...... Capftulo 2: Las conversiones: ¢Falsas 0 verdaderas?... Capitulo 3: Como llegar a ser un cristiano nacido de nuevo............ Capftulo 4: Dios también tiene reglas Capitulo 5: E| equilibrio entre la fe y las obras............ Capitulo 6: Salvados solamente “en Cristo” son Capitulo 7: Cuidado con las falsificaciones.... Capitulo 8: Sigue siendo una lucha...... Capitulo 9: Como salvaguardar |a nueva experiencia. Capitulo 10: Llamados especiales en el ministerio publico.............. 29 39 43 49 s7 67 73 .87 lu | Prefacio éPor qué este libro sobre el reavivamiento y su resultado? En la actualidad muchos tienen sed de algo mas que solo “jugar a laiglesia” y cumplir con todas las formalidades de la vida cristiana. Quieren una auténtica experiencia con Cristo, para ellos y para laiglesia En estas paginas usted descubrira que Elena G. de White aborda estos anhelos al indicar el camino a seguir para esa experiencia mas profunda y al advertir de algunas asechanzas en el camino. Muestra que Dios esta llamando, a los que dicen ser seguidores de Jesucristo, a abandonar los caminas del mundo y a reconsagrar su vida a él. Es tiempo de una reforma y un reavivamiento auténticos en la iglesia de Dios. Hay una obra para hacer, un mundo para advertirle que su finse aproxima. Esto solo puede ocurrir bajo el poder del Espiritu de Dios, y el Espfritu de Dios no puede ser otorgado alos que profesan ser su pue- blo hasta que ellos sepan por experiencia lo que es el arrepentimien- to y el perdon. Elena G. de White escribid: “E| Espiritu y el poder de Dios seran derramados sobre sus hijos” (El verdadero reavivamiento, Pp. 19). Pero es responsabilidad de sus hijos procurar este don. Segtin Elena de White, “el descenso del Espiritu Santo sobre la iglesia es es- perado como sise tratara de un asunto del futuro; peroes el privilegio de la iglesia tenerlo ahora mismo. Buscadlo, orad por él, creed en él Debemos tenerlo y el Cielo esta esperando concederlo” (E/ evangelis- mo, p. 508). Nacer de nuevo, ser justificado, convertirse: este es el comienzo. Pero La fuente de la morfina és el opio. La heroina es un derivado muy activo de lamorfina. 66 Sigue siendo una lucha Lo que hizo el pecado Necesitamos entender, mas claramente de lo que solemos, las contingencias del gran conflicto en el que estamos empefiados. Necesitamos entender mas plenamente el valor de las verdades de la Palabra de Dios y el peligro de consentir que el gran engafiador apar- te deellas nuestra mente. El valor infinito del sacrificio requerido para nuestra redencidn pone de manifiesto que el pecado es un trermendo mal, que ha des- compuesto todo el organismo humano, pervertido la mente y corrom- pido la imaginacién. | pecado ha degradado las facultades del alma Las tentaciones del exterior hallan eco en el corazdn, y los pies se diri- gen imperceptiblemente hacia el mal. Asi como el sacrificio en beneficio de nosotros fue completo, tam- bién debe ser completa nuestra restauracién de la corrupcidn del pe- cado. La Ley de Dios no disculpara ningun acto de maldad; ninguna injusticia escapara a su condenacién. El sistema moral del evangelio no reconoce otro ideal que el de la perfeccion del cardcter divino. [...] Se necesita perseverancia Los agravios no pueden repararse, ni tampoco pueden realizarse reformas en la conducta mediante unos pocos esfuerzos débiles e in- termitentes. La formacién del caracter es tarea, no de un dia nideun 67 EL VERDADERO REAVIVAMIENTO afio, sino de toda la vida, La batalla para conquistar el yo, para lograr lasantidad y el cielo, es unaluchade toda la vida. Sin continuo esfuer- zo y constante actividad no puede haber adelanto en la vida divina ni puede obtenerse la corona de victoria, La prueba mas evidente de la calda del hombre desde un estado superior es el hecho de que cuesta tanto volver a él. El camino de re- greso se puede recorrer solo mediante rudo batallar, hora tras hora y centimetro acentimetro. En un momento, por una accién precipitada 0 por descuido, podemos ponernos bajo el poder del mal; pero se ne- cesita mas de un momento para romper los grillos y alcanzar una vida mas santa. Bien puede formarse el propdsito y empezar a realizarlo; pero su cumplimiento cabal requiere trabajo, tiempo, perseverancia, paciencia y sacrificio. No debemos obrarimpulsivamente. No podemos descuidarnos un solo momento. Asaltados por tentaciones sin cuento, debemos resis- tir con firmeza o ser vencidas. Si llegamos al fin de la vida sin haber concluido nuestra obra, la pérdida sera eterna. La vida del apdstol Pablo fue un constante conflicto consigo mis- mo. Dijo: “Cada dia muero” (1 Cor. 15:31). Su voluntad y sus deseos es- taban en conflicto diario con su deber y con la voluntad de Dios. En vez de seguir su inclinacién, hizo la voluntad de Dios por mucho que tuviera que crucificar su naturaleza. Al terminar su vida de conflicto, al mirar hacia atras y ver sus com- bates y triunfos, pudo decir: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demas, me esta reservada la coro- na de justicia, la cual me dard el Sefior, juez justo, en aquel dia” (2 Tim. 4:7,8). La vida cristiana es una batalla y una marcha. En esta guerra no hay descanso; el esfuerzo ha de ser continuo y perseverante. Solamente mediante un esfuerzo incansable podemos asegurarnos la victoria sobre las tentaciones de Satanas. Debemos procurar la in- tegridad cristiana con energia irresistible, y conservarla con propési- to firme y resuelto, Nadie llegard a las alturas sin esfuerzo firme y perseverante en su propio beneficio, Todos deben empefiarse por sf mismos en esta gue- tra; nadie puede pelear mis batallas. [...] ‘Sigue siendo una tucha Hay una ciencia para ello Hay una ciencia del cristianismo que debe ser conocida a fondo, y que es tanto mas profunda, amplia y alta que cualquier ciencia humana, como son mas altos los cielos que la tierra. La mente debe ser disciplinada, educada y formada, pues hemos de servir a Dios de un modo que no congenia con nuestras inclinaciones naturales. Debemos vencer las tendencias al mal que hemos heredado y culti- vado. Muchas veces, hay que prescindir por completo de la educacion y la preparaci6n de toda una vida para poder ser aprendices en la es- cuela de Cristo, Nuestro coraz6n debe recibir educaci6n para llegar a ser firme en Dios. Debemos contraer habitos de pensamiento que nos capaciten para resistir |a tentacion. Debemos aprender a mirar hacia arriba. Debemos entender, en todo lo que atafe a nuestra vida diaria, los principios de la Palabra de Dios; principios que son tan elevados como el cielo y tan abarcadores como la eternidad. Cada acto, cada palabra y cada pensamiento debe concordar con esos principios. Todos deben ser puestos en armonia con Cristo y en sujecion aél. Las preciosas gracias del Espfritu Santo no se desarrollan en un mo- mento. El valor, la fortaleza, la mansedumbre, la fe y |aconfianza inque- brantable en el poder de Dios para salvar se adquieren por medio de la experiencia de afios. Los hijos de Dios han de sellar su destino median- te una vida de santo esfuerzo y de firme adhesién alo recto. No hay tiempo que perder No tenemos tiempo que perder. No sabemos cuando ha de termi- nar nuestro tiempo de prueba.Alosumo,no podemos contar sino con una vida breve, y no sabemos cuando la saeta de la muerte atravesara nuestro corazon. Tampoco sabemos cuando tendremos que despren- dernos del mundo y de todos sus intereses. La eternidad se extiende ante nosotros. El velo esta a punto de descorrerse. Unos pocos afios mas, y para cada uno de los que ahora se cuentan entre los vivos se dara el mandato: “El que es injusto, sea injusto todavia... y el que es justo, practique la justicia todavia, y el que es santo, santifiquese mas todavia” (Apoc. 22:11). éEstamos preparados?

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