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Reflexiones sobre el Día del Medio Ambiente.

La educación ambiental y la educación geográfica

Lic. Diana Durán

El 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Sin embargo, es


notorio que el año 2008 constituye un hito difícilmente celebrable, por lo menos
en nuestro país, acosado por incendios de pastizales que someten a las
ciudades y al campo a situaciones de contaminación para sus habitantes frente
al avance de la “pampeanización del Delta”, región que debería ser patrimonio
natural de la humanidad o por lo menos de la argentinidad; de una situación
social y política inauditas que atañen al campo por factores económicos pero
que redunda en la desarticulación territorial frente al fracaso de los consensos;
de riesgos ambientales y vulnerabilidades sociales que ya se trate de los
efectos del vulcanismo, las inundaciones o las sequías –entre otros-, provoca la
indefensión ciudadana en todos los puntos cardinales. Es decir, en definitiva,
de la ausencia e ineficacia de una política ambiental que se limita a la
observación atónita cuando se sobrevuela una catástrofe o al discurso banal
sobre los impactos ambientales.

En ese contexto crítico, la educación ambiental y la educación geográfica


acompañan en nuestro país el proceso de transformación educativa y,
especialmente curricular, en un complejo conjunto de situaciones socio-
culturales que se localizan en el territorio nacional y se concretan a través de la
participación de múltiples actores sociales.

La educación ambiental involucra a la naturaleza y a la sociedad argentinas en


el contexto mundial y latinoamericano, constituyendo un sistema interactivo de
relaciones socio-ambientales que promueve y se pone de manifiesto en las
acciones gubernamentales y no gubernamentales; pero también en el deseo
compartido de la población de mejorar su calidad de vida y, en consecuencia,
actuar a través de una participación comunitaria cada vez más intensa, en las
causas y consecuencias de los problemas ambientales nacionales.

Esto se relaciona con la ausencia de articulación, todavía, entre el compromiso


curricular y los compromisos institucionales y sociales de la educación
ambiental. Quizás las instituciones educativas sean conscientes de cuánto
interesa a sus alumnos y docentes realizar actividades ligadas a la Tierra
amenazada y así lo concreten a través de huertas orgánicas, visitas a granjas
orgánicas e itinerarios ambientales, viveros escolares etc., pero aún no tengan
la posibilidad de establecer los puentes necesarios con el ámbito comunitario y
social en el que están inmersos. Consecuentemente sus acciones contrastan
con lo que ocurre en el entorno inmediato. Así por ejemplo, para los alumnos es
contradictorio aprender contenidos ambientales significativos y conocer los
problemas ambientales de su entorno cuando fácilmente distinguen cómo otros
actores sociales tales como los industriales contaminan o cómo las autoridades
municipales no prevén los riesgos de las obras que construyen. Sin embargo,
esta toma de conciencia por parte de los alumnos de las contradicciones
resultantes de la corrupción de la política ambiental nacional tiene la faceta
positiva del encuentro con la realidad que provoca también las ansias de
encarar acciones para cambiar. Es así como pese a la compleja situación
muchas instituciones educativas han encarado acciones comunitarias
relacionadas con los problemas ambientales locales que son positivas y
destacables.

En síntesis, es primordial confluir en términos de los compromisos educativos


docentes, institucionales, sociales y comunitarios que se refieren a las
cuestiones ambientales locales y aunque la tarea sea muy compleja y ardua,
los resultados serán más exitosos para la sociedad entera.

La educación ambiental no puede limitarse a la difusión de conocimientos sobre


el medio ambiente, sino que debe ayudar a la comunidad a poner en cuestión
falsas ideas sobre los diversos problemas ambientales y los sistemas de valores
que sustentan tales ideas. "La educación ambiental deberá apuntar a establecer
un nuevo sistema de valores" (Unesco, 1980). Aquí debemos señalar que toda la
educación tendría que promover la gestación de un nuevo sistema de valores.

Educación Geográfica y Educación Ambiental

La Educación Geográfica se relaciona con la Educación Ambiental en tanto


incluye el proceso de concientización y promoción sociales para la resolución
de problemas ambientales en pos del desarrollo sustentable en términos de su
distribución espacial y diferenciación regional.

Este tópico no puede limitarse a la difusión de conocimientos sobre el medio


ambiente, sino que debe ayudar a los estudiantes a poner en cuestión falsas
ideas sobre los diversos problemas ambientales y los sistemas de valores que
sustentan tales ideas. En tal sentido la Educación Ambiental deberá apuntar a
establecer un nuevo sistema de valores.

El compromiso social y comunitario de la educación ambiental involucrará a


alumnos, docentes y comunidad educativa en una preocupación que partiendo
del conocimiento y los saberes que se estudian en la escuela salga de las
fronteras del establecimiento educativo para promocionar acciones que tengan
un impacto social.

Los problemas ambientales se producen en escalas geográficas distintas que


requieren alternativas de solución que involucran desde los actores sociales
locales hasta los organismos internacionales.

El concepto de sustentabilidad es relativamente nuevo y puede aplicarse en el


aula a través de estrategias didácticas apropiadas. Como se trata de un
concepto complejo resultante de importantes debates sociales y políticos en los
que han intervenido muchas disciplinas, estudiosos y hasta organismos
internacionales conviene ser cuidadoso en su manejo en el aula y previamente
el docente deberá tomar una cabal definición y hasta ideológica respecto a
cómo lo va a tratar.

Para partir de una concepción más sencilla se puede considerar que el la


sustentabilidad permitiría el progreso humano en armonía con la naturaleza.
Esto quiere decir que toda política cuya finalidad equilibrar la sociedad, la
economía y hasta la cultura con la naturaleza deberá considerar cuál será la
magnitud de la intervención humana en términos de proteger el futuro de los
recursos naturales para las generaciones venideras.

El estudio de los problemas ambientales bajo el paradigma de la complejidad


tiene las características propias de un enfoque de carácter sistémico que se
pueden sintetizar en:

• las interacciones entre los distintos subsistemas de la Tierra y la


humanidad y
• la percepción y comprensión global de los ambientes y de los problemas
asociados;

Desde el punto de vista de la comprensión se requiere para este tópico un


enfoque sistémico que lo vincula con una enseñanza interdisciplinaria que, de
todos modos, enfatiza la aproximación analítica al estudio de la realidad
ambiental, a través de la disciplina geográfica.

Este tópico promueve la comprensión ambiental en términos de la capacidad


compleja mediante la cual los alumnos pueden percibir, comprender y
proyectarse hacia el entorno natural y social promoviendo su sustentabilidad.

En esta propuesta abogamos por un pensamiento complejo frente al


pensamiento único, como discurso estructurado y omnipresente que utiliza la
razón económica como razón suprema, siendo su condición esencial el predominio
de lo económico sobre lo político, lo ambiental, lo geográfico y lo social. Este
pensamiento dominante está provocando, sin duda, la génesis de una sociedad cada
vez más desigual y ambientalmente degradada.

La educación ambiental como contenido transversal

Muchos debates se han suscitado a raíz de la definición de contenidos


transversales en la escuela. Se los identifica como aquellos contenidos que
atraviesan todo el proceso de enseñanza aprendizaje relacionados con las
habilidades de la expresión y la comunicación, el pensamiento lógico, reflexivo,
crítico y creativo y el compromiso con los valores en relación con la
convivencia, la salud y el ambiente.

También se define que esta transversalidad de los contenidos tiene distintos


compromisos: curricular, institucional y social o comunitario.

En el caso de la educación ambiental el compromiso curricular queda cubierto


por la intensa inserción de contenidos ambientales en todos los niveles del
curriculum. De esta manera, se alienta el desarrollo de la competencia
ambiental que definimos como la capacidad compleja mediante la cual los
alumnos están posibilitados de percibir, comprender y proyectarse el entorno
natural y social promoviendo su sustentabilidad.
Con respecto al compromiso institucional, la educación ambiental deberá
promover las innovaciones institucionales que favorezcan la constitución del
establecimiento educativo como un agente de toma de conciencia ambiental
inicialmente de los alumnos y docentes pero luego superando este binomio
para acceder a toda la comunidad educativa.

El compromiso institucional, de la educación ambiental supone también el


desarrollo de una capacidad de crítica constructiva que lleve a la comunidad
educativa a rever sus propias acciones en pos de una convivencia armónica
con el ambiente. En este sentido caben propuestas referidas tanto a los
ambientes físicos de la escuela –luminosidad, aprovechamiento de espacio,
disminución del ruido, reciclaje de los desechos escolares, entre otras- como
también a la calidad de vida que tiene impactos en el ambiente.

El compromiso social y comunitario de la educación ambiental involucrará a


alumnos, docentes y comunidad educativa en una preocupación que partiendo
del conocimiento y los saberes que se estudian en la escuela salga de las
fronteras del establecimiento educativo para promocionar acciones que tengan
un impacto social. La tarea no es fácil porque supone guardar la necesaria
distancia entre la tarea que le compete a la escuela y la que le corresponde a la
sociedad, además de resguardar a los alumnos y docentes en sus funciones de
aprendizaje y enseñanza y no transferirles actividades de las que son
responsables otras instituciones y actores sociales. Niños y adolescentes son
vectores indiscutibles de la educación ambiental y en general tienen mayor
conciencia que los mayores. Sin embargo, su experiencia vital es poca para
asumir responsabilidades de los adultos. La escuela cumple funciones estrictas
y específicas y no puede convertirse en una institución que cumpla funciones
de política ambiental, pero siempre podrá ser una promotora de acciones que
trasciendan al ámbito comunitario y social. Aquí las experiencias concretas son
múltiples y cuantiosas y no bastaría un libro para narrarlas. Sin embargo
podemos ejemplificar con algunos casos:

- En la localidad de Ramona –provincia de Santa Fe- la investigación


escolar de una escuela sirvió para que la localidad fuera advertida del
problema de la contaminación del agua y las autoridades municipales
tomaran cartas en el asunto.
- En las cercanías del río Reconquista un establecimiento educativo a
partir de un proyecto ambiental educativo culminó cooperando con los
comedores escolares de las poblaciones infantiles del lugar.
- En Rafaela –Córdoba- la elaboración de un mapa de los problemas
ambientales de la ciudad sirvió de base a la municipalidad para
reconocer y actuar sobre problemas ambientales antes no difundidos. En
todos estos casos se advierte como la escuela cumple un compromiso
social sin salir de lo específicamente educativo.

A través de estos ejemplos se advierte cómo los alumnos y docentes tenían


una alta motivación cimentada en las situaciones vividas cotidianamente en sus
respectivos lugares de residencia. Las actividades desarrolladas en estos
casos son elementos insertos en el curriculum de las instituciones y no meras
ilustraciones de la actividad pedagógica.
Algunos temas clave de la educación ambiental y sus estrategias
didácticas

Cuando se realizan experiencias de aprendizaje en educación ambiental se


pueden considerar las siguientes recomendaciones:

• La actividad del alumno es imprescindible para el desarrollo del aprendizaje.


Estas experiencias de aprendizaje deberían sustentarse en las ideas
anteriores que los alumnos detentan sobre los temas ambientales. Esto
implica la integración de los contenidos que se seleccionan para enseñar
con el contexto en el que éste interactúa y a partir del cual construye
explicaciones intuitivas o ideas previas sobre los hechos y procesos que lo
rodean.
• La intervención docente es indispensable para acercar al alumno a los
contenidos ya sea en la planificación, desarrollo o evaluación de las clases.
• La disponibilidad de la institución para hacer proyectos interdisciplinares.

Por ello se recomienda, en relación con los contenidos conceptuales:

• Explicar cambios ambientales en distintos espacios tales como los


producidos por las estaciones, el clima y el tiempo, el ciclo del agua y la
identificación de patrones de distribución geográfica y modelos explicativos
asociados a ellos.

• Analizar como la población crea sus lugares en función de sus ideas,


personalidad, percepciones, cultura, deseos y necesidades.

• Comparar la forma en que las personas de diferentes culturas piensan y


toman decisiones sobre el ambiente natural y las condiciones sociales.

• Examinar las interacciones entre hechos humanos y sus ambientes, el uso


de la tierra, la construcción de ciudades, patrones de asentamiento y el
cambio en los ecosistemas en lugares y regiones seleccionados.

• Observar y reflexionar sobre los efectos sociales y económicos de los


cambios ambientales que resultan de fenómenos tales como riesgos
naturales o los impactos ambientales.

• Considerar las necesidades humanas y los usos del suelo existentes y


proponer y evaluar alternativas para el uso de los recursos y tierra en la
casa, en la escuela, en la región y todas las escalas.

• Explicar las formas en que los eventos históricos han sido influenciados y a
su vez influencian los hechos geográficos.

• Identificar las actividades humanas que dan lugar a distintos circuitos


económicos y su influencia en las distintas regiones geográficas.
1. El medio ambiente es un sistema de relaciones complejas entre la
naturaleza y la sociedad.

El sistema de relaciones entre la naturaleza y la sociedad se conforma entre las


distintas esferas de la naturaleza, tales como la atmósfera, la litosfera, la
hidrosfera y la biosfera y los componentes de la sociedad.
Un ejemplo de este sistema de relaciones es la dependencia de la vida de
millones de especies animales y vegetales (biosfera) del equilibrio en las
condiciones ecológicas de la atmósfera, la litosfera y la hidrosfera, así como
también del modo en que se realizan ciertas actividades humanas que alteran
ese equilibrio.

2. El uso de los recursos naturales y las actividades humanas genera


impactos ambientales.

Las actividades humanas modifican las interacciones entre los componentes


naturales y sociales del medio ambiente. Por ejemplo, una política que
intensifique la actividad agrícola puede promover el crecimiento de una
economía regional pero, a su vez, erosionar y salinizar los suelos y provocar
éxodo rural.

3. La sustentabilidad es un nuevo enfoque para identificar los problemas


ambientales y aportar alternativas de solución

La sustentabilidad va a permitir mantener la productividad de los recursos


naturales, la integridad de los ecosistemas en su biodiversidad y de los
ambientes humanos en su diversidad cultural. Para esto es necesario incorporar
la dimensión ambiental a una política económica que favorezca el manejo
racional de los recursos naturales y la mejora de los ambientes degradados
para las generaciones actuales y futuras.

4. Diversos actores sociales están involucrados en la solución de los


problemas ambientales.

Los problemas ambientales se producen en escalas geográficas distintas que


requieren alternativas de solución que involucran desde los actores sociales
locales hasta los organismos internacionales. Proteger la atmósfera, conservar
la diversidad biológica, revertir los procesos de desertificación, proteger los
océanos, prevenir los riesgos naturales depende de acciones y políticas
internacionales, nacionales y locales; pero también del cambio de actitudes de
las personas en términos estilos de consumo, participación ciudadana,
conocimiento de sus derechos ambientales, etc.

5. Es prioritario desarrollar una conciencia ambiental y promover la


participación ciudadana.

Las percepciones y actitudes de los distintos actores sociales sobre el medio


ambiente varían notablemente entre aquellos que juegan un rol muy significativo
-por ejemplo, los organismos gubernamentales ambientalistas- y otros que, por
diversas razones, no son activos o carecen de conciencia ambiental. El
desarrollo de una conciencia ambiental así como la participación del conjunto de
la ciudadanía nos van a permitir cooperar en la resolución de los problemas
ambientales.

A modo de cierre

Pensamos que no se podrá alcanzar una sociedad más justa mientras en


nuestro país haya excluidos y marginados por la presencia de problemas
ambientales graves en las distintas regiones. La desigualdad social también
puede adscribirse a las distintas condiciones ambientales que vive la población
argentina en distintos espacios geográficos, por ejemplo, en zonas alternancia
de graves sequías e inundaciones; en áreas del avance de la sojización con
sus gravísimas y múltiples consecuencias; en regiones de productividad agraria
limitada por suelos gravemente erosionados o de grave desertificación; en
ambientes sometidos a aluviones, tornados, nevadas extremas, incendios de
bosques y pastizales, deforestación masiva y, especialmente, de la
contaminación ambiental del aire o el agua que afectan la salud pública, entre
otros problemas ambientales regionales.

Es importante señalar que el desarrollo y la difusión de la educación ambiental


y de su correlato en la educación geográfica en un país difícilmente puedan
superar lo que el consenso social le permita. Esto guarda relación con las
contradicciones planteadas al principio de este artículo entre el modo de vida
de los habitantes de este país y el modelo social, político y económico
imperante.

Geoperspectivas http://geoperspectivas.blogspot.com

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