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HONORABLE CAMARA DE DIPUTADOS

MESA DE ENTRADAS Y SALIDAS


ENTRO: 10/03/2010
HORA: 11:55
PROY Nº: 034
BLOQUE UNION CIVICA RADICAL

EL PODER LEGISLATIVO DE LA PROVINCIA DE SANTA CRUZ

SANCIONA CON FUERZA DE

LEY

Artículo 1°.- RECONOCER como Veterano de Guerra, en igualdad de


condiciones, a los ex soldados de las clases 1962 y 1963, los convocados de otras
clases y voluntarios que hayan estado movilizados y a disposición de las Fuerzas
Armadas en el conflicto del Atlántico Sur, en el período 2 de abril al 28 de junio de
1982.-

Artículo 2°.- CREASE el Comité de ex soldados bajo bandera de la clase 1962 y


1963, convocados de otras clases y voluntarios del conflicto del Atlántico Sur.-

Artículo 3°.- El Comité de ex soldados bajo bandera de las clases 1962 y 1963,
convocados de otras clases y voluntarios, tendrá como objetivos:

a) Rescatar la Gesta de Malvinas;


b) Ayudar a que el Veterano de Guerra se reinserte en la comunidad con
dignidad a través del trabajo;
c) Difundir lo acontecido en la misma;
d) Crear un Registro de Veteranos de Guerra, beneficiarios de la Pensión
Provincial Vitalicia ‘Gesta de Malvinas’;
e) Participar en el otorgamiento de las pensiones Provinciales ‘Gesta de
Malvinas’ para los socios de la Asociación de ex soldados clase 1962 y
1963 Gesta de Malvinas’ –personería jurídica n° 1047.-

Artículo 4°.- CREASE la Pensión Provincial Vitalicia de Veteranos de Guerra


‘GESTA DE MALVINAS’, con carácter mensual para los ex soldados bajo bandera
Clase 1962 y 1963, convocados de otras clases y voluntarios que hayan
participado en operación de apoyo a la guerra de Malvinas desarrolladas entre el 2
de abril y el 14 de junio de 1982, en el denominado Teatro de Operaciones
Atlántico Sur (TOAS).-
Artículo 5°.- Los veteranos de guerra, que hubieran sido condenados o resultaren
condenados, por violación de los derechos humanos, por delitos de traición a la
Patria o por delitos contra el orden institucional, la democracia u otros tipificados
en el Código Penal, en el Título IX, capítulo I y Título X, capítulo I y II, no podrán
ser beneficiarios de las pensiones honoríficas a que se refiere la presente ley.-

Artículo 6°.- Corresponderá el beneficio al personal descripto en el Artículo 5° y


que acrediten los siguientes requisitos:

a) Domicilio real y/o legal fijo y permanente en la Provincia de Santa Cruz al


momento de la promulgación de la presente Ley, con una antigüedad
mínima de cinco (5) años consecutivos previos a la fecha de otorgamiento
de la pensión, excepto para los socios fundadores de la Asociación de Ex
soldados de la clase 1962 y 1963 ‘Gesta de Malvinas’ –personería jurídica
n° 1047-;
b) Acreditación fehaciente de su condición de veterano de guerra de Malvinas,
mediante certificación expedida por el Ministerio de Defensa, Estado Mayor
de las Fuerzas Armadas y/o de Seguridad, o comandos o unidades
militares donde hayan prestado servicio durante el conflicto del Atlántico
Sur.-

Artículo 7°.- En los casos de beneficiarios fallecidos durante y después del


conflicto se harán acreedores del beneficio sus derechohabientes, con domicilio en
la provincia de Santa Cruz, de acuerdo con las normas provinciales vigentes en
materia previsional.-

Artículo 8°.- El monto del beneficio creado por esta Ley será equivalente al total
de la remuneración correspondiente a la categoría n° 10 del escalafón de la
Administración Pública Provincial (Ley n° 591), y será inembargable.-

Artículo 9°.- El haber de la pensión ‘Gesta de Malvinas’ estará sujeta a una


retención del tres por ciento (3 %), que será depositada en la cuenta que
determine la Asociación ‘Agrupación de ex soldados clase 62 y 63 Gesta de
Malvinas’ –personería jurídica n° 1047.-

Artículo 10°.- La pensión ‘Gesta de Malvinas’ será otorgada por el Gobernador de


la Provincia de Santa Cruz. Dicho beneficio comenzará a devengarse a partir del
primer día del mes siguiente en que se dicte el respectivo acto administrativo,
siendo el mismo retroactivo a la fecha de presentación de la solicitud.-

Artículo 11°.- Cuando el beneficiario se encontrare física o síquicamente


incapacitado o existiera cualquier impedimento insalvable para hacer efectiva la
pensión, la reglamentación determinará la forma y condiciones para la designación
de un apoderado, quien actuará en su nombre y representación.-

Artículo 12°.- El pago de la pensión en caso de fallecimiento del titular será


transmisible al cónyuge, o serán los beneficiarios los hijos del titular por sucesión
testamentaria.-

Artículo 13°.- Los beneficiarios de esta Ley gozarán de la cobertura médico


asistencial de la Caja de Servicios Sociales de la Provincia de Santa Cruz, a partir
del primer día del mes siguiente al otorgamiento de la pensión, en igualdad de
condiciones que los beneficiarios de pensiones otorgadas por el Ministerio de
Asuntos Sociales, con la retención de aportes correspondientes.-

Artículo 14°.- El órgano de aplicación de la presente Ley será la Jefatura de


Gabinete de Ministros.-

Artículo 15°.- Las erogaciones que demande la presente Ley, serán atendidas
con los siguientes recursos:

a) Los recursos asignados por la ley de presupuesto provincial, dentro de la


partida correspondiente a la Jefatura de Gabinete de Ministros;
b) Los recursos designados a tal fin por leyes especiales;
c) Las donaciones y legados que se realicen a favor del Estado Provincial para
ser afectados a la presente Ley.-

Artículo 16°.- Los beneficiarios de la pensión ‘Gesta de Malvinas’ accederán al


uso de una medalla otorgada por el Poder Ejecutivo Provincial, cuyo diseño será
presentado por la asociación civil ‘Agrupación de ex soldados clase 62 y 63 Gesta
de Malvinas’ –personería jurídica n° 1047.-

Artículo 17°.- AUTORIZASE al Poder Ejecutivo Provincial a realizar las


adecuaciones presupuestarias necesarias para el cumplimiento de la presente
Ley.-

Artículo 18°.- El Poder Ejecutivo Provincial reglamentará la presente Ley dentro


de los treinta (30) días de su sanción.-

Artículo 19°.- DE forma.-

Firma el Señor Diputado: Jorge Fernando CRUZ.-


FUNDAMENTOS

Señor Presidente:

Por el presente, se propicia la creación de una pensión


mensual vitalicia a favor de los ex soldados clases 1962 y 1963 y los convocados
de otras clases y voluntarios que hayan estado movilizados y a disposición de las
Fuerzas Armadas en el conflicto del Atlántico Sur, en el período 2 de abril al 28 de
junio de 1982, que consistirá en un haber equivalente a la remuneración de la
categoría 10 del escalafón del personal de la Administración Pública Provincial, ley
591.

Existe un amplio plexo normativo de orden nacional y


provincial, que reconoce beneficios asistenciales y previsionales a favor de los
veteranos de la guerra de Malvinas, pero siempre circunscripto a aquellos que
participaron de las acciones bélicas en el conflicto del Atlántico Sur, excluyéndose
entonces a aquellos que fueron movilizados y estuvieron bajo bandera, pero sin
participar activamente de dichas acciones beligerantes. En tal sentido, en Santa
Cruz se encuentran vigentes las leyes n°1981, n° 2747, n° 2915 y n° 3060.

En efecto, el Artículo 1º de la Ley nacional 23.109, de


fecha 29 de septiembre de 1984, incluye en los beneficios que ella otorga, sólo a
aquellos ex soldados conscriptos que hubieren participado en las "acciones
bélicas" desarrolladas en el Atlántico Sur entre el 2 de abril y el 14 de junio de
1982.

Los beneficios acordados son: reconocimiento médico


de secuelas y asistencia médica por parte de la específica Fuerza a la que
hubieren pertenecido; inclusión en obras sociales; pensiones por invalidez;
prioridad para cubrir vacantes en la Administración Pública, siempre que reúnan
las condiciones para el cargo; prioridad en los diversos planes de vivienda
implementados por el Estado y becas por estudio, en un pie de igualdad con
oficiales, suboficiales y civiles que hubieren participado en las acciones bélicas.

Es la reglamentación de dicha Ley, efectuada a través


del Decreto Nº 509/88, la que define la extensión del "Teatro de Operaciones", y la
calidad de veterano, estableciendo en su Artículo 1º que se considerará veteranos
de guerra a "...los ex soldados conscriptos que desde el 2 de abril al 14 de junio
de 1982 participaron en las acciones bélicas desarrolladas en el Teatro de
Operaciones del Atlántico Sur, cuya jurisdicción fuera determinada el 7 de abril de
dicho año y que abarcaba la plataforma continental, las Islas Malvinas, Georgias y
Sándwich del Sur y el espacio aéreo correspondiente. Cada Fuerza Armada
asignará, según sus registros, la calificación de Veterano de Guerra...".
A posteriori, por Ley N° 23.848, de fecha 27 de
septiembre de 1990, modificada por Ley N° 24.652, del año 1996, se otorgó una
pensión de guerra, de carácter vitalicio y en los términos de su Artículo 1º , a los
ex soldados conscriptos de las Fuerzas Armadas que hubieren estado destinados
en el Teatro de Operaciones Malvinas o hubieren entrado efectivamente en
combate en el área del Teatro de Operaciones del Atlántico Sur, y a los civiles que
se hubieren encontrado cumpliendo funciones de servicio y/o apoyo en dichas
áreas, beneficio que se hizo extensivo a los derecho-habientes.

Sin embargo, las implicancias del contexto geopolítico


del conflicto de Malvinas, no deben ubicarse ni deben reducirse tan sólo al
específico Teatro de Operaciones de Malvinas o al Teatro de Operaciones del
Atlántico Sur, y ello sobre la base de las siguientes consideraciones.

De carácter histórico político: Dice Heriberto Cairo


Carou en su Tesis "La Construcción Social del Conflicto Territorial Argentino-
Británico" -Prefacio-: "...La elección del análisis del conflicto territorial argentino-
británico...estuvo motivada por las características de este conflicto, en el que
aparecen con cierta claridad el conjunto de elementos espaciales que entendemos
que contribuyen a conformar una situación bélica, y, en comparación con otros, es
relativamente más asequible de analizar desde una perspectiva geopolítica, dado
que, como señala Shackleton: "Si ha habido alguna vez un problema que reclame
una comprensión geográfica, ese ha sido la cuestión de las Islas Falkland...", para
añadir: "...porque no basta con explicar y predecir, hay que deconstruir los
discursos y las prácticas de poder sobre las que se basa el presente estado de
cosas, especialmente inhumano..." .

Refiere el autor, que las diferentes razones para la


invasión argentina de las Malvinas en el año 1982, no pueden circunscribirse a
una sola -bajo riesgo de caer en un reduccionismo teórico- detallando como
posibles hipótesis explicativas: la existencia de petróleo en la plataforma
continental de las islas; la riqueza pesquera de las aguas que bañan el
archipiélago; el deseo de la O.T.A.N de establecer una base en el Atlántico Sur, a
fin de garantizar la seguridad de rutas navales vitales para los países que la
forman o para impedir el acceso al Atlántico de naves "enemigas" vía Cabo de
Hornos; la sustentación de reclamaciones de soberanía territorial en la Antártida;
la necesidad de frenar el descontento popular con el régimen dictatorial en
Argentina; la única posibilidad de supervivencia de Argentina como Nación; el
orgullo herido del viejo "león imperial" británico; motivos electorales espurios del
Partido Conservador en el Reino Unido.

Sin embargo, y a pesar de que el conflicto no podría


existir sin la "...preocupación británica de las islas Falkland/Malvinas en 1833..",
entiende que la "construcción social del conflicto territorial", comenzó "...entre
1908, cuando se amplían las reclamaciones británicas en el área y la Argentina
inicia un período de protestas -continuadas y de creciente intensidad- que
contrasta con la discreción del período anterior, y 1922, cuando se forma el
‘Comité Nacional para la Restitución de las Islas Malvinas’ a Argentina."

Es relevante para el autor, y también para fundamentar


este proyecto, la idea de que “...el espacio está incorporado de forma indisoluble a
las relaciones sociales y políticas que generan un conflicto. Más aún, el espacio
donde se desarrolla un conflicto o cuya apropiación es el objetivo del conflicto, en
sí no tiene ningún significado en el sistema mundial moderno, sólo lo adquiere
cuando...entra en una lógica relacional. Esta lógica... es estratégica...”.

Es por ello que en el análisis de esta iniciativa, no he


limitado las consecuencias del conflicto armado argentino-británico por las
Malvinas, al área exclusiva del Teatro de Operaciones fijado por la ley nacional n°
23.109, en la firme creencia que el hecho armado en sí mismo ha trascendido esa
delimitación física, para ubicarse en un contexto mucho más amplio, cuya dureza
ha operado no sólo en la vida política e institucional argentina, sino sobre cada
uno de sus habitantes, y en especial sobre aquellos que de algún modo estuvieron
directamente relacionados con el conflicto bélico.

Por ello, participamos firmemente de la idea de que el


“espacio” donde se ha desarrollado el conflicto ha sido todo el territorio nacional,
no solo atendiendo al aspecto militar en sí mismo, sino también como expresión
del histórico desacuerdo.

Contracara de ese prescindente e histórico momento


han sido, a mi entender, "...los códigos geopolíticos de la dictadura militar..." que,
como sostiene el autor en análisis, se fundamentaron en "...discursos acerca del
establecimiento de una política exterior propia de una potencia...” y en “...el
pensamiento geopolítico tradicional que tiene gran importancia en Argentina...",
ambos determinantes a la hora de "...conducir el conflicto territorial al abismo de la
guerra."

La inclusión y desempeño de nuestros combatientes en


ese “abismo de la guerra”, no fue sólo producto de la simple convocatoria a
cumplir con la obligación de defender la Patria, sino que se realizó en un contexto
histórico y de aprobación popular mucho más amplio -y masivo-, que difícilmente
hubiera dejado predecir las consecuencias que acarreó el conflicto en los aspectos
territoriales, institucionales, internacionales y humanos.

En aquél contexto, al que deben sumarse las


inexistentes tácticas y estrategias con las que se llevaría adelante el conflicto -y
que referiré más adelante-, no se quiso advertir la diferencia entre el envío de
soldados profesionales o conscriptos, enfrentándoselos, a todos por igual, con el
profesionalismo de los militares ingleses, avezados en contiendas de carácter
internacional, y equipados con tecnología de última generación.

Refiere el trabajo periodístico "Malvinas, La Trama


Secreta", de Cardoso-Kirschbaum-Van der Kooy -impreso en Septiembre de
1893-, que "...Desde las horas de tensión y vísperas de 1978 -cuando la Argentina
orilló un enfrentamiento bélico con Chile por el conflicto en el canal de Beagle-, la
guerra había vuelto a ser lo que siempre fue para las fuerzas armadas argentinas
del siglo XX: apenas una hipótesis de trabajo... Pero nada de esto preocupaba a
Lombardo aquél 15 de diciembre de l981..."le ordeno", dijo Anaya..."que prepare
un plan de desembarco argentino en las Islas Malvinas"... la operación de
recuperación se podía llevar a cabo con facilidad relativa, considerando el
potencial naval existente. Pero...serían absolutamente imprescindibles dos
factores, la sorpresa táctica y el secreto estratégico...Con "sorpresa táctica" se
podía llegar frente a las costas malvinenses sin que sus habitantes estuviesen
advertidos...Si se lograba preservar el "secreto estratégico", los ingleses no
reforzarían su dotación militar en las islas, que apenas alcanzaba a 40 infantes de
marina..."Almirante, ¿qué va a pasar después de tomar las islas?..."Usted no se
preocupe por eso, porque no le compete"...Limítese a elaborar el plan para tomar
las islas; el resto viene después."

La diplomacia argentina acompañó a su tiempo la


apuesta, advirtiendo "...a Gran Bretaña, que la ausencia de respuestas a la
propuesta argentina y las constantes dilaciones dejarían expedito el camino para
una decisión unilateral de Buenos Aires."

"-Hemos tomado la decisión de recuperar militarmente


las Malvinas y la Junta aprobó mi propuesta de que usted se haga cargo de la
gobernación militar de las islas" ... "-Habrá alguien de la Fuerza Aérea y de la
Armada, añadió impreciso Galtieri..." ... "-Después que recuperemos las islas,
¿cuál cree que será la reacción británica?, preguntó...Menéndez..." ... "-Ese no es
problema suyo...Usted preocúpese de prepararse para gobernar..."

Improvisación, simplismo y desconocimiento,


parámetros estratégicos con los que fueron lanzados a la guerra combatientes y
demás convocados al conflicto.

Es pertinente reproducir en este punto, las palabras de


Gerardo Rubén Moreno, DNI 14.457.269, y Julio Osvaldo Zwenger, DNI
14.853.750, ambos pertenecientes a la Clase 1962, y que fueran dados de baja
luego de cumplir con el servicio militar obligatorio en dependencias del Grupo de
Artillería de Montaña 6, en fecha 30 de Marzo de 1982: "El 08 de Abril de 1982, se
hicieron presente en nuestros domicilios soldados, suboficiales y oficiales del
G.A.M. 6, en camiones del Ejercito Argentino para comunicarnos que ese mismo
día deberíamos hacernos presente en la Comisaría quinta de Villa Regina, con
nuestros D.N.I., a la hora 15.00, para reincorporarnos nuevamente al G.A.M.6,
ante la pregunta de nuestros padres cual era la causa por la que se nos
convocaba nuevamente, los oficiales se limitaron a contestar que por el momento
tendríamos que custodiar la frontera con CHILE, debido a los peligros que se
generaba por la guerra que se estaba desarrollando en las Malvinas y que era
posible que como teníamos mas experiencia que los conscriptos de la clase 63
nos llevarían a las Malvinas para entrar en combate contra los INGLESES, pero
que no se preocuparan por que si ocurría algo de esto se les daría a conocer a los
familiares. Aconsejaron a los padres se responsabilicen de que los hijos cumplan
con las leyes militares, por que de lo contrario las penas serían muy severas. A las
tres de la tarde todos los soldados que fuimos notificados de tal situación nos
hicimos presente en la Comisaría Quinta de nuestra ciudad con la documentación
correspondiente, para la ciudad era una novedad ver tanta movilización de
militares y familiares, amigos, maestros, profesores, compañeros de trabajo etc.
Concurrieron a despedirnos y nos deseaban suerte en la guerra. Posteriormente
fuimos trasladados a una chacra en cercanías de la Ciudad de General Roca,
transportados en los camiones del Ejercito Argentino (unimog), en ese lugar se
nos retiraron los D.N.I. y luego de pasar dos o tres días hasta que se presentaron
la mayoría de soldados clase 62, fuimos trasladados en las mismas condiciones a
los cuarteles de Junín de los Andes o sea al G.A.M.6, durante la estadía en la
chacra empezó a aplicarse una dura disciplina militar, situación que fue mas dura
en el cuartel, en todo momento se nos recordaba que el que se escapaba podía
ser condenado por las Leyes militares que se aplican para tiempos de guerra y
que además de los castigos correspondientes, los soldados desertores irían a
prisión. La realidad en Junín de los Andes cambio totalmente a la que se tenia
anteriormente, fuimos destinados a una batería denominada BATERIA C
ESPECIAL DE GUERRA, Y SE NOS INFORMA QUE A PARTIR DE ESE
MOMENTO RECIBIRIAMOS INSTRUCCIÓN ESPECIFICA DE GUERRA POR
QUE ERA POSIBLE QUE EN ALGUNOS DIAS MAS ENTRARIAMOS EN
COMBATE EN MALVINAS, QUE NO QUERIAN INUTILES DADO QUE TODOS
CORRIAMOS PELIGRO DE MUERTE Y TENIAMOS QUE APRENDER A
DEFENDERNOS, TODOS EMPEZAMOS A CUMPLIR TAREAS MUY
CONTROLADAS POR LOS JEFES MILITARES, CASI TODOS NUEVOS. Fuimos
destinados a un galpón de pésimas condiciones edilicias, en ese lugar hacía un
intenso frío y cuando nevaba se podía ver en las camas nieve y en el piso barro
con hielo, la mayoría de las veces dormíamos vestidos con el uniforme de fajina y
el armamento respectivo por que se realizaban simulacros a cualquier hora de la
noche, se nos decía que teníamos que estar preparados para matar al enemigo
en nombre de la patria. Cuando reclamábamos por vivir en esas condiciones nos
respondían que nos endurecían para que no tengamos problemas cuando nos
lleven a las Malvinas. También se realizaban reclamos por los malos tratos que
sufríamos recibiendo la misma respuesta. Por otro lado estaba la permanente
advertencia de que podíamos ser atacados desde CHILE, POR ESO TENIAMOS
QUE DORMIR EQUIPADOS Y ARMADOS. Nuestra preparación en artillería se
centró en el entrenamiento para el uso de los OBUSES OTOMELARA 105 MM. Y
OTRAS ACTIVIDADES RELACIONADAS CON LA GUERRA. El 14 de junio de
l982, se nos comunica que deberíamos alistar nuestro equipamiento por que
viajábamos para luego ser trasladados a Malvinas, el horario para estar en la
plaza de armas fue a partir de las 14.00 hs. a las 17.00 aproximadamente se nos
comunica de la rendición de las tropas Argentinas en Malvinas, con mucha tristeza
regresamos a la batería y luego se nos informa que regresaríamos a nuestros
hogares. Se nos comunica que una vez dados de baja igual continuaríamos a
disposición del Ejercito, por que la guerra podía volver a empezar..."

La reserva de la Clase 1962 fue convocada por Decreto


Nacional Nº 688, de fecha 6 de abril de 1982, con fundamento en la necesidad del
Poder Ejecutivo Nacional "...de extremar medidas de seguridad en todo el ámbito
nacional.", y de "...disponer de los efectivos adecuados que permitan alcanzar la
aptitud para responder eficaz y oportunamente a cualquier emergencia militar
derivada de la situación".

Conforme su Artículo 2º, dicho personal quedó


sometido a la jurisdicción militar desde el momento que fijaron las respectivas
cédulas de llamada.

Así planteadas las cosas, es dable preguntarse acerca


de la justicia que encierra la decisión de mantener la exclusión -respecto de los
beneficios a que tienen derecho los Veteranos de Malvinas- de quienes, habiendo
sido convocados para la guerra, no estuvieron destinados al Teatro de
Operaciones, o no entraron en combate efectivo, por circunstancias ajenas a su
voluntad -como la rendición argentina o la adjudicación de otras tareas, no menos
trascendentes-, pero que sí estuvieron obligados, llegado el caso, a entrar en
combate, tan solo armados con la buena voluntad de recuperar, en un acto de
innegable patriotismo, el territorio argentino.

Cabe hacer notar, que la preocupación de las


autoridades militares por la defensa del resto del territorio nacional, no sólo se vio
reflejada en específico Decreto -ya citado-, sino también en la prensa que, como
era de esperar por aquellos días, exponía todas y cada una de las situaciones
derivadas de la guerra. Así, el Diario Río Negro, de fecha 26 de Mayo de l982,
decía: "BUENOS AIRES (DYN) - El gobierno nacional puso ayer en plena vigencia
las normas de la disciplina militar que rigen en tiempos de guerra, para el personal
que actúa en las acciones de autodefensa por el conflicto con Gran Bretaña. La
medida fue dispuesta mediante el decreto 999 del Poder Ejecutivo y alcanza "al
personal de cuadros y tropas y al de reserva que haya sido convocado y no
provenga del cuadro permanente"... En los considerandos del decreto se señala
que "el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte ha realizado reiteradas
agresiones contra el territorio nacional, las que pueden repetirse en un futuro" y,
en consecuencia, la Argentina responde "ejerciendo el derecho de autodefensa
previsto en el Artículo 51 de la Carta de la Organización de las Naciones
Unidas"...", por lo que aplicaría el Código de Justicia Militar a quienes habiendo
sido convocados, no respondieren al llamado para cumplir con sus obligaciones.

La conclusión obligatoria es que todos estuvieron


convocados en función de la misma guerra; fueron incluidos bajo los mismos
códigos de Justicia Militar, fueren o no cuadros profesionales, y todos y cada uno
de ellos, sufrieron, en mayor o menor medida, las secuelas físicas y psíquicas
derivadas de esos "tiempos de guerra", tiempos que se extendieron, conforme el
Artículo 882 de dicho Código de Justicia Militar, desde la declaración de guerra, o
desde su existencia de hecho, o desde el decreto de movilización para la guerra
inminente, hasta la orden de cese de las hostilidades.

En definitiva, todos los que han sido llamados a


concurrir en defensa de la Patria con motivo del conflicto de Malvinas, lo han sido
en el marco de una guerra, de carácter internacional, no debiendo importar, a los
efectos de ese reconocimiento, el hecho de haber sido destinados al Teatro de
Operaciones Malvinas o el hecho de haber formado parte de las efectivas
acciones bélicas ocurridas en el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur.

Lo importante, el verdadero análisis que debe hoy


efectuarse, es que todos cuantos intervinieron en el conflicto, y que no podían
negarse en virtud de hallarse bajo disciplina militar, lo hicieron en defensa de la
Argentina frente a un motivo que, históricamente, se creyó como una justa
reivindicación.

Tan es así, que la reforma constitucional de 1994


-catorce años después de los hechos, ha incluido como Disposición Transitoria
Primera, la ratificación de la Nación Argentina respecto de su "...legítima e
imprescriptible soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich
del Sur y los espacios marítimos e insulares correspondientes, por ser parte
integrante del territorio nacional. La recuperación de dichos territorios y el ejercicio
pleno de la soberanía, respetando el modo de vida de sus habitantes, y conforme
a los principios del Derecho Internacional, constituyen un objetivo permanente e
irrenunciable del pueblo argentino."

Por ende, la Nación Argentina no puede, legítimamente,


reconocer la calidad de servidores a quienes acudieron al llamado para pelear en
las Malvinas, en forma parcial y sólo para las obligaciones que resultaron del
conflicto en cuestión, y no otorgarles los derechos y beneficios que
necesariamente trajo aparejada esa situación, a quienes, por otra parte, fueron
convocados en igualdad de condiciones con el resto y sin que pudieran
diferenciarse en absoluto, dado que la guerra no otorga prerrogativa alguna.

Es más, y como es público, muchos de quienes fueron


convocados no tenían la instrucción militar necesaria, y muchos otros tampoco
tenían una instrucción suficiente que les permitiera siquiera intuir la real entidad de
la circunstancia por la que estaban atravesando, y tal como ha quedado expuesto
a través de estos fundamentos, fueron confundidos, como la mayoría de los
argentinos, por la campaña mediática y psicológica llevada adelante por el
Gobierno Militar.

Creo, a años del suceso, que el Estado Provincial debe


reconsiderar, y amparar, a todos y cada uno de los que han sido sus fieles
servidores en aquellos difíciles momentos, bajo riesgo de sentar, en caso
contrario, un precedente negativo, y de desconocer lo que ha reconocido -con un
efecto sanador- a través de la reforma de la Constitución Nacional en 1994: que
las Malvinas son parte del territorio nacional, circunstancia que diluye las
diferencias entre haber estado o no en el Teatro de Operaciones, y que su
recuperación es un objetivo permanente e irrenunciable del pueblo argentino, no
ya como obligación, sino como derecho que genera otros derechos.

Pero si estos argumentos no fueran de por sí


suficientes, conviene resaltar el aspecto jurídico del tema. En efecto, el Estado
Nacional asume la obligación de salvaguardar las normas del derecho de guerra,
las que constituyen un código de conducta para las Fuerzas Armadas. Se trata de
la ampliación del Derecho Internacional Humanitario en los conflictos armados.

El Estado Argentino adhirió a las convenciones del 29


de julio de 1899 sancionadas en La Haya, referente a las leyes y costumbres de la
guerra terrestre y la adaptación a la guerra marítima de los principios de la
Convención de Ginebra del 22 de agosto de 1864. Aprobó los acuerdos
internacionales suscriptos en Ginebra el 12 de agosto de 1949, convenios que
trataron sobre el alivio de la suerte de los heridos y enfermos de las fuerzas
armadas en campaña, heridos enfermos y náufragos de las fuerzas armadas en el
mar, el trato a dar a los prisioneros de guerra y la protección de las personas
civiles en tiempo de guerra...

En esos Tratados se define al combatiente expresando


que “son los miembros de las fuerzas armadas de una parte en conflicto que
tienen derecho a participar directamente en las hostilidades, compuestas de todas
las fuerzas, grupos y unidades armados colocados bajo un mando responsable de
la conducta de sus subordinados”. Nos dan asimismo el concepto de lo que debe
entenderse por objetivo militar, así, lo son “las fuerzas armadas, los
establecimientos, construcciones y posiciones donde estén localizadas las
mismas y material de estas que por su naturaleza, ubicación, finalidad o utilización
contribuyan eficazmente a la acción militar y con cuya destrucción parcial o total,
captura o neutralización se obtenga en las circunstancias del caso, una concreta
ventaja militar...”

En el contexto de la situación bélica originada en


defensa de la soberanía nacional sobre las Islas del Atlántico Sur - Guerra de
Malvinas - la convocatoria a los soldados conscriptos se los situó
fundamentalmente en tres escenarios de participación: el Teatro de Operaciones
de Malvinas, el Teatro de Operaciones del Atlántico Sur y en los cuarteles de las
FFAA que debían brindar el apoyo logístico.

A la luz de lo establecido, hay contradicciones al fijar lo


que se delimitó como Teatro de Operaciones, máxime si tenemos en cuenta que el
Comando del Teatro de Operaciones Sur, según el Plan esquemático 1/82
funcionaba en la Base Naval Puerto Belgrano,

Del Anexo II, art. 3002.A. del Plan TOAS: “El comité
militar ha dispuesto transferir el Teatro de Operaciones Malvinas (TOM.), al
(TOAS) extender su jurisdicción con los espacios marítimos y aéreos
correspondientes, para garantizar la defensa de todo el “Litoral Atlántico
Argentino” por cuanto es de esperar por parte de Gran Bretaña intente también
una respuesta militar estratégica a la ocupación del territorio.”

Del análisis de estas disposiciones, se desprende que


el (TOAS) comprende el territorio argentino, puesto que se extiende su jurisdicción
con sus espacios aéreos y marítimos de lo contrario, debería haber dicho “se
extiende únicamente la jurisdicción marítima y aérea...

Si fuera que el (TOAS) no incluye la zona continental


entonces no se explica porque el asiento del mismo se encontraba en la base
Naval “Puerto Belgrano” que está precisamente ubicada en la zona continental. Si
no se hubiesen utilizado las guarniciones militares asentadas en dicho lugar, tanto
para la recepción de personal, armamento, material bélico, etc., le hubiera sido
materialmente imposible al comandante del (TOAS) llevar a cabo sus operaciones
militares. Por lo tanto lógica y jurídicamente las localidades como Trelew,
Comodoro Rivadavia, Río Gallegos, Punta Quilla, etc. se sirvieron para la
recepción y posterior traslado de tropas a las islas como para misiones de apoyo y
protección de la Costa Atlántica, integraron el Teatro de Operaciones del Atlántico
Sur, ya sea como zona de apoyo o zona de seguridad del mismo. Pero de la
misma manera deben comprenderse las funciones defensivas, y de aprestos
bélicos permanentes, sobre la vertiente de nuestras fronteras cordilleranas.

Por ello, señor Presidente, ante la contradicción sobre


cuáles eran los territorios que abarcaban los distintos Teatros de Operaciones
definidos durante el conflicto, es que solicito que el beneficio se otorgue a los ex
soldados conscriptos que hayan tenido participación durante el conflicto del
Atlántico Sur.

“Ya que por Ley 23.118 el H. Congreso de la Nación


condecoró con una medalla y un diploma a “los excombatientes” a todos los que
lucharon en la guerra por la reivindicación territorial de las Islas Malvinas,
Georgias y Sándwich del Sur en las acciones bélicas desarrolladas entre el 2 de
abril y el 14 de junio de l982. Y los reconocimientos extendidos por el Jefe del
Estado Mayor de la Fuerza Aérea en mayo de l985- Resolución Nº 540/85 y por
ley 23.118 y por la Fuerza Aérea Argentina - III. Brigada Aérea en el X Aniversario,
no pueden desconocerse.

También el Jefe del Estado Mayor General de la Fuerza


Aérea - según Resolución Nº 231/2000 - y en consideración a lo informado por el
Jefe III - Planificación, el Director General de Personal, el Jefe I - Personal, y lo
propuesto por el Subjefe del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea en relación
con la participación en Operaciones Militares llevadas a cabo en el conflicto del
Atlántico Sur, frente al Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, la Ley Nº
23.118/84, Resolución Nº 540/85, considera que se encuentra facultada para
dictar la correspondiente norma administrativa aclaratoria para el normal y
permanente desenvolvimiento de la FUERZA AEREA y en su Artículo 1º) dice:
Será reconocido como “Veterano de Guerra” : “Todo Personal Militar Superior,
Subalterno, Tropa y Personal Civil que participó en la Guerra del Atlántico Sur, y
que se le haya otorgado algún distintivo de campaña, instituido en la Resolución
Nº 540/85 del Estado Mayor General de la Fuerza Aérea Argentina. El Artículo 2º)
Los beneficios otorgados con relación a los distintos complementos de haberes,
exenciones impositivas, pensiones, etc.; que instituyan los diferentes Organismos
Oficiales y/o no-Gubernamentales para el personal que participó en la Guerra del
Atlántico Sur, será para: “Todo aquel personal que siendo Veterano de Guerra de
la Fuerza Aérea reúna acabadamente las condiciones particulares que exijan para
cada caso las autoridades que tengan la responsabilidad de otorgar o administrar
tales beneficios”.

Más allá de los resultados de una guerra que no


quisimos, la ciudadanía es consciente que el costo de la misma, no tiene retorno ni
tiene precio para quienes la padecieron directamente en Malvinas o
indirectamente en el archipiélago o continente del Atlántico Sur, bajo situaciones
extremas y angustias indefinidas. El Gobierno Nacional y los Gobiernos
Provinciales en reconocimiento a estas causas y sus efectos, ha tomado distintas
medidas compensatorias para garantizar el acceso a prestaciones básicas en
materia de vivienda, pensiones, salud y trabajo, pero en este intento, en la
mayoría de las acertadas y necesarias acciones, cuentan con prestaciones, solo
aquellos conscriptos que efectivamente han estado en luchando en el TOM o
TOAS, quedando excluidos, aquellos que habiendo estado convocados en el
TOAS o han prestado apoyo logístico en los cuarteles de las Fuerzas Armadas, no
han entrado efectivamente en combate.

Por ello, la presente iniciativa, hace eco a las demandas


que durante años, los ex - combatientes que actualmente no cuentan con el
amparo de ninguna norma que contemple su condición, vienen reclamando en
orden a ser reconocidos bajo la categorización de Veteranos de Malvinas por
haber participado indirectamente en el conflicto bélico del Atlántico Sur por la
recuperación de Las Islas Malvinas y padecer por muchos años severas secuelas
psíquicas y físicas de la post guerra, concretando en el presente tiempo solicitudes
realizadas a los fueros que representamos y respaldo a una ley que los
comprenda.

Para finalizar, diré que la Guerra de Malvinas no fue


otra cosa que, aunque precaria, una lucha por la recuperación de nuestra
soberanía sobre dichos territorios, concepto que no debe ser minimizado en
ninguna de sus expresiones, y menos aún, en lo que han significado cada uno de
los hombres que fueron enviados al conflicto: ni en el significado de los que
ofrendaron su vida, ni en el de quienes volvieron a sus hogares con el pesar de las
pérdidas ajenas y la insatisfacción por el deber no cumplido.

Por todos estos fundamentos, y en la convicción de que


es un justo reconocimiento, solicito a mis pares la sanción del presente proyecto.

DIOS GUARDE A VUESTRA HONORABILIDAD.-

Firma el Señor Diputado: Jorge Fernando CRUZ.-

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