Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Este libro es producto de muchos años de desde un gobierno jerárquico a otro más
estudio, enseñanza y seguramente práctica asociativo; desde un mundo de pobreza,
de gestión pública. Se trata de una obra en violencia y fracasos financieros a otro más
la que se resumen largos años de medita- coordinado en donde se puede dar un desa-
ción sobre un tema que, con razón, el autor rrollo sostenido. Vamos pasando de un
considera central a nuestra época. Como ambiente en donde se busca el buen
resumen anticipado, digamos que es una gobierno a otro en donde se trabaja por el
obra muy trabajada y llena de conocimien- gobierno de calidad.
tos que está redactada para los ingenieros Es de agradecer que el autor no se limi-
políticos; aunque, por la experiencia y la te a un trabajo descriptivo o analítico, y
sabiduría del autor, acaba adentrándose que nos intente aportar una reflexión más
con buen criterio en el campo de la teoría honda sobre la trascendencia que tiene la
política. gestión de lo público y sus fundamentos
La obra consta de cuatro partes, un epí- sobre la vida cotidiana de los ciudadanos y
logo y dos anexos. Comienza analizando el bienestar de la sociedad.
la “Gobernanza”, para pasar luego a revi- También es cierto que el tratamiento
sar con detalle las grandes modalidades que se le da al Estado es un tanto oscuro.
académicas de su estudio: la “Nueva ges- Se da por descontado que el Estado es un
tión pública”, la “Gestión estratégica” y la concepto bien definido, aunque en el
“Gestión de calidad”. Conviene adelantar transcurso de la obra no queda claro que
que no se trata de una exposición aséptica esto sea así. Al menos para su autor, que
de las distintas escuelas sobre la gestión muestra cierta ambigüedad hacia el Esta-
pública, sino de su valoración como ins- do. Se habla de Estado con gran respeto,
trumentos de trascendencia política. El como actor importante, central, del drama;
autor considera que, bajo toda teoría de la pero parece algo confuso lo que se entien-
gestión pública, ha de encontrarse siempre de por él. Asoma la preocupación de que
una cierta visión del Estado que responda las teorías más avanzadas de la gestión
por ella. pública puedan estar basadas en una teoría
El tratamiento del tema se hace desde del Estado algo inadecuada. Aguilar pare-
la racionalidad. El autor se acerca a la teo- ce tener en cuenta una visión legal-formal
ría de la gestión con criterios científicos de la política. Un Estado que se mueve en
que buscan analizar con claridad y preci- el mundo de la dominación legal-racional
sión el mundo de la decisión. Sin duda se y viene a entenderse como una organiza-
percibe en el texto la influencia de Max ción social estructurada por leyes y pode-
Weber, autor sobre el que es considerado res generales. Un enfoque estatal en donde
un eminente experto. se habla de leyes y poderes en abstracto.
En su paseo por la producción teórica, Por otra parte, cuando ese Estado apa-
y según nos va exponiendo las distintas rece lo suele hacer en referencia a la polí-
modalidades, Aguilar nos hace transitar tica interior. No se trata cómo unos estados
Foro Interno
163 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
se relacionan con otros y sin ninguna auto- rés por los modelos mentales, la cultura de
ridad superior que regule nada. De las rela- actitudes, valores y orientaciones que
ciones estatales se mencionan (i) la com- ahora conjugan el derecho con la psicolo-
padrería intelectual, (ii) las modas para- gía. También se presenta otro vocabulario
digmáticas que van y vienen por el mapa y de buen diseño: planificación, organiza-
(iii) las instituciones de gobierno económi- ción, desempeño, control, ajustes, imple-
co supra-estatales que se consideran influ- mentación y evaluación. En el trasfondo
yentes. El tono de la obra es muy asevera- de lo ya superado, aún se percibe la pre-
tivo. El libro aparta dudas, limpia el terre- sencia de la vieja contabilidad.
no y proyecta luz en la oscuridad todo el Cuando el libro aborda el gerencialis-
tiempo. mo, que no es una práctica irreflexiva, se
El paso a la “Nueva Gestión Pública” nos advierte, al lector le vuelve a surgir la
nos lleva más allá en esa domesticación impresión de una cierta confusión entre
del poder del gobierno como coacción. gobierno y Estado. El texto se inclina
Ahora el gobierno se abre al mercado. En constantemente a valorar el Estado como
realidad el autor, cuando habla del merca- un conjunto de instituciones y prácticas
do, parece tener en mente sobre todo el sociales en torno al poder coactivo. Un
mercado nacional. La arena mundial ape- poder siempre legítimo, bien sea como
nas queda mencionada a través de los via- monopolio o como asunto descentralizado.
jes de los académicos por los congresos A estas alturas del libro, una ciencia tra-
cosmopolitas y la globalización de la eco- bajadora constante, parsimónica, ilustrada,
nomía limpia. No se mencionan los gran- abierta a la comprobación y al consenso
des choques que tienen los estados cons- (una ciencia un tanto bucólica o emérita)
tantemente de manera violenta y desigual. tiene ya ganada la partida a la irracionali-
La megapolítica queda aquí ignorada en dad de viejos y costosos aparatos de mal
cierta manera, lo cual no es achacable al gobierno que no funcionan, esquilman a
autor sino reflejo de la manera un tanto sus países y enconan a la población; es
viciada en que se expresan las teorías de la decir, les conducen a la derrota.
gestión pública que nos está exponiendo. La planificación estratégica nos
Así se nos cuenta cómo la Nueva Ges- lleva al clímax del libro. Cambia el tono;
tión Pública se trasplantó exóticamente a musicalmente diríamos que, aunque el
Nueva Zelanda y se apunta a una apertura autor sigue en tonalidad mayor, pasa de lo
de la gestión a la inteligencia, la reflexión maestoso a con fuoco. El autor habla
y el coraje cívico para transformar la inge- mucho más directo y sin ambages. Está en
niería pública. Como hombre práctico, lo que probablemente él considera es la
Aguilar es sensible a lo que aquí ve de verdad de la vida: la existencia como lucha
búsqueda de consensos académicos y cien- continua, como una vida cuya navegación
tíficos para poder evitar que gente buena transcurre sobre las corrientes profundas
quede atrapada en sistemas malos. En ese de la guerra interna de Harry Eckstein y
paso de la torpeza de los administradores asociados. Una visión de estratego para
premodernos al mundo racional, aparece una vida de índole militar; aunque no de
la gestión del personal y, con ello, el inte- milicias.
Foro Interno
2007, 7, 161-230 164
CRÍTICA DE LIBROS
La página 318 nos da entrada en la tie- cial más avanzada sin radicalismos. Más
rra prometida de la gestión de calidad. bien, al llegar aquí, Aguilar nos avisa con-
Estamos en el presente del siglo veintiuno. tra el fanatismo, como se hace de forma
Se vive la época de la calidad, se habla de constante en toda la obra. Muy adecuada y
la revolución de la calidad. Y aparece el oportuna la advertencia acerca de no crear
respeto a la persona humana, expresión de con estas explicaciones el dogma de la
los juristas siempre intrigante. época. Se agradece que el autor huya
Pasamos en el trasbordador de la crea- sobrio de los eventuales humores antiesta-
ción de valor al enfoque de excelencia- tales y promercantiles de algunos forma-
liderazgo. Se nos avisa de que, de todas tos, para aportar una reflexión ponderada.
formas, hay interdependencia productiva Asoma el problema de la complejidad
entre ambos conceptos: estrategia y cali- tan grande que nos queda al huir de las
dad. explicaciones tajantes. Por ejemplo, para
Estamos en un mundo más agradable y definir el gobierno hay que hablar de un
suave, se tiene en cuenta la sensación psi- conjunto —para el autor, palabra inter-
cológica de bienestar (cortesía, esmero, cambiable con sistema— de acciones de
puntualidad solícita, cuidado, custodia, propósito directivo, de actores gobernati-
limpieza, comodidad, seguridad y tranqui- vos, privados y sociales, de metas de vida
lidad). Aparece lo intangible, la coopera- en común, de distribución de responsabili-
ción simultánea —hay sitio para todos— y dades y de producción masiva; todo ello
el valor del trabajo personal. Frente a la en un ambiente de numerosas condiciones
inherencia, aparece ahora la importancia internas e internacionales. Una pluralidad
capital de la contingencia. indefinida que lo incluye todo. Tiene la
El libro describe y analiza con cuidado ventaja que es muy completa, no se deja
este nuevo mundo y es de agradecer la fuera nada, pero oprime un poco al lector.
buena síntesis y lo entendible que resulta. En el epílogo, la comunidad política y la
Algo que sólo puede hacer un maestro con sociedad económica y civil siguen estando
muchos años de estudio y reflexión. Muy cerca. Es notoria la reivindicación de la
interesante la referencia a la mentalidad de sociología política frente a la ciencia polí-
calidad, que da sentido a la productividad, tica positivista. Muy sutil y sabia la adver-
al factor ganador de la estrategia. Muy de tencia contra los ismos.
agradecer la claridad con la que se expo- Receloso de la sujeción de los ciudada-
nen los principios de la gestión de calidad. nos, termina anunciando el ascenso bene-
Son aclaraciones muy útiles. ficioso de un republicanismo democrático
Es muy interesante el análisis del autor necesario, si bien esta opinión resulta algo
de las posibles debilidades o carencias de disonante con sus reservas hacia el con-
este enfoque gerencial. Nos apunta la sos- cepto de autonomía.
pecha de que la aplicación masiva de nor- Después de un viaje tan denso y sabio
mas de calidad —¡y certificaciones!— al por la legalidad, la eficiencia, la racionali-
trabajo público pueda llevarnos de regreso dad y la excelencia, aparece a última hora
a la vieja administración. Y es muy refres- el mando, los centros de mando. Una pala-
cante que se nos presente la opción geren- bra que habíamos echado en falta. El libro
Foro Interno
165 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
nos convence de lo necesario del traspaso tión de calidad, son muy útiles. Se echa en
del mundo teórico de la administración — falta, sin embargo, un índice analítico,
lleno de pequeñez y subordinación— al de algo que sería obligado en esa tradición
la gerencia, en donde sí aparece la mano, anglosajona con la que el autor obviamen-
el emplear las manos. (Pero es importante te sintoniza.
que lo haga en inglés, management, y sin Gobernanza y gestión pública es un
confundir con la fea palabra española del esfuerzo extraordinario por presentar con
manejo). Acaba así una lectura muy pro- rigor el panorama de la teoría de la gestión
ductiva de un libro que empieza con el pública. Un esfuerzo generoso de refle-
gobierno y termina con la “responsabili- xión que nos ahorrará esfuerzos y evitará
dad pública de modo integral”. perdernos. Un libro recomendable para los
Queda por decir que los Anexos I y II cursos sobre gestión pública.
(pp. 443-90), sobre gestión estratégica en
el sector privado y los principios de la ges- GIUSINI SAMOGGIA
Foro Interno
2007, 7, 161-230 166
CRÍTICA DE LIBROS
DANIEL A. BELL, Beyond Liberal Democracy: Political Thinking for an East Asian
Context, Princeton University Press, Princeton, Oxford, 2006. 379 páginas.
Foro Interno
167 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Este texto de Bell contiene dos grandes Analectas de Confucio y Las Obras de
temas de debate teorético, ambos extraídos Mencio, fue una época caracterizada por
del pensamiento confuciano: por un lado, crueles guerras entre estados fronterizos
la discusión acerca de la justicia de la gue- para lograr ventajas territoriales. Por lo
rra y la posibilidad de una “democracia tanto, resultaría paradójico que los princi-
confuciana” (p. 162-179) y, por otro, la pales pensadores políticos de esa etapa
cuestión del capitalismo, tratada desde una histórica tan beligerante mantuvieran unos
perspectiva más práctica. El menosprecio principios anarco-pacifistas. Sin embargo,
de las claves filosóficas orientales, que ha estos filósofos también consideraron la
sido una constante dentro de la tradición posibilidad de que el soberano sabio que
occidental, ha ocultado, para este autor, reinaría con benevolencia sobre la faz de
enseñanzas muy útiles acerca de los gran- la tierra no llegara a materializarse; en
des problemas que siempre han impulsado consecuencia, principalmente Mencio
la teoría social, entre ellos la justificación estableció las pautas o reglas de una gue-
de los conflictos bélicos y la mejor forma rra justa (pp. 35-40) o, como diríamos hoy
de organización política de un territorio. día, de una intervención humanitaria. Las
En el plano más abstracto de las ideas reglas serían básicamente tres: aquél que
puras, Confucio (tradicionalmente 551- inicia una guerra debe ser un gobernante
479 a.C.) buscaba el tian xia o el Mundo virtuoso que intenta liberar a otro pueblo
bajo el Cielo (p. 24), un orden político de la opresión de un tirano; el pueblo
armonioso sin fronteras nacionales y “liberado” debe dar la bienvenida a los
gobernado por un soberano sabio por libertadores, pero si esta querencia se
medio de la virtud, sin hacer uso de ningún extinguiera pronto, los conquistadores
poder coercitivo. La práctica de la benevo- deberían abandonar el país lo antes posi-
lencia y del ejemplo moral guiaría la con- ble; y, en tercer lugar, esta “expedición
ducta de los ciudadanos, e incluso atraería punitiva” sólo debería dar comienzo si el
a los habitantes de tierras lejanas que se soberano es tan virtuoso como para poder
sumarían a este orden pacífico, alejando la reclamar el apoyo del resto del mundo.
posibilidad de la guerra entre estados y Estas condiciones son indivisibles; si no se
tornando innecesarias las fronteras. En da una de ellas, entonces la guerra iniciada
esta suerte de comunismo primitivo, no sería justa y acabaría reproduciendo la
donde la violencia y las revueltas no tienen misma opresión que aspiraba a combatir.
razón de ser, la simpatía del pueblo por el Al exponer esta antigua sabiduría oriental,
gobernante se conseguiría garantizando Bell introduce ejemplos de algunos con-
una distribución equitativa de la riqueza y flictos actuales. No hay que ser muy ima-
una ausencia absoluta de privilegios. ginativo para adivinar a qué guerra que
Pero la realidad de la época que les llena de sangre las pantallas de nuestros
tocó vivir a Confucio y a Mencio (370-289 televisores podríamos aplicar estas reglas
a.C.), el más eminente seguidor de la filo- para condenar su flagrante injusticia.
sofía confuciana, tuvo poco de pacífica. El El autor destaca, por otro lado, la cues-
denominado Periodo de los Reinos Com- tión relativa a los derechos humanos que
batientes, cuando salieron a la luz Las han de priorizar los gobernantes. Si para
Foro Interno
2007, 7, 161-230 168
CRÍTICA DE LIBROS
los teóricos de la democracia liberal los de Bell, se acabaría la visión a corto plazo
derechos civiles y políticos son inviolables de una política basada en la lucha partidis-
y sagrados, para Mencio, así como para ta por el poder. La Xianshiyuan aseguraría
Confucio, un gobierno no puede asegurar que se llevaran a cabo los grandes proyec-
la paz y el bienestar si su pueblo no está tos estatales al estar compuesta por una
bien alimentado (p. 46) o no tiene una casa clase política profesional, con el máximo
donde guarecerse. De ahí que la principal nivel formativo, que actuaría con indepen-
tarea de un régimen político debe ser ase- dencia y neutralidad, sin estar lastrada por
gurar a sus ciudadanos los medios básicos las componendas de los grupos políticos y
de subsistencia. Lo que significa que la el interés electoral. Bell, no obstante,
más grave violación de los derechos observa explícitamente que en los países
humanos para la filosofía confuciana es occidentales no funcionaría este sistema.
que un gobierno prive deliberadamente a La raíz cultural confuciana de las socieda-
su pueblo de esos medios mediante el ase- des donde el autor aplicaría esta fórmula,
sinato masivo, la hambruna o desprote- que ensalza la disciplina y el valor de una
giéndolos de una epidemia, por poner elite meritocrática, le lleva a asegurar el
algunos ejemplos. Al contrario, la viola- éxito de esta especie de asamblea de
ción de los derechos civiles y políticos que sabios.
son vistos como un atentado a la dignidad En cuanto al capitalismo, al que Bell
humana por los defensores occidentales de dedica los últimos capítulos y que funcio-
los derechos humanos, tales como la nega- na como el complemento económico de la
ción sistemática de la libertad de expresión democracia liberal; la filosofía confuciana
o el maltrato a los disidentes políticos en le ha otorgado unos rasgos distintivos que
nombre del orden social no constituyen un han impulsado el poderío de las economí-
casus belli que justifique una “expedición as de los “tigres” asiáticos. Bell subraya
punitiva” o una intervención humanitaria cómo los derechos de propiedad, que en
por parte de potencias extranjeras. Occidente son marcadamente individualis-
La otra gran cuestión teórica que Bell tas, en estos países están referidos a los
pone sobre la mesa será lo que denomina lazos familiares, lo que confiere al capita-
“democracia confuciana”. A partir de las lismo asiático un carácter más corporativo
enseñanzas de Huang Zongxi, un profesor e integrador, desde el punto de vista del
confuciano del siglo diecisiete, el autor profesor canadiense, lo que permitiría unir
propone para los países de Asia oriental, un rápido desarrollo económico con una
en especial China y Corea, la implantación distribución del ingreso más igualitaria.
de un sistema democrático bicameral en el Bell dedica el capítulo 11 a la situación
que la meritocracia juega un papel central. de los trabajadores migrantes, probable-
La Cámara Baja estaría compuesta por mente la parte más débil de la estructura
representantes elegidos por sufragio uni- capitalista global, en los países de Asia
versal, mientras que la Cámara Alta, o oriental. La posibilidad de que la pobla-
Xianshiyuan, la formarían aquéllos que ción inmigrante acceda a contratos labora-
aprobaran un examen competitivo de altí- les legales en los países asiáticos es muy
simo nivel. Con este sistema, en opinión alta, aunque es muy difícil que esos mis-
Foro Interno
169 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 170
CRÍTICA DE LIBROS
En los dos primeros capítulos de Regula- as historically and culturally specific dis-
ting Aversion: Tolerance in the Age of courses of power with strong rhetorical
Identity and Empire Wendy Brown presen- functions. Above all, it seeks to track the
ta los parámetros foucaltianos de su inter- complex involvement of tolerance with
pretación de los discursos contemporáneos power”1 (p. 9). La tolerancia presupone y
sobre la tolerancia. En los demás capítu- reproduce relaciones de jerarquía y de
los, profundiza en su análisis a través de poder. Y, lo que es más importante, no hay
asuntos como las diferencias entre la tolerancia sin intolerancia y exclusión (es
emancipación de los judíos y de las muje- decir, sin un umbral de tolerancia), y lo
res en la Europa del siglo diecinueve, la tolerado, aunque incluido, lo está sólo en
tolerancia entendida en torno a la idea de una posición marginal e inferior. Su tesis
gubernamentalidad de Foucault, especial- de que la tolerancia debe ser estudiada en
mente en lo concerniente a las políticas de el contexto de las relaciones de poder
la administración Bush sobre los musul- refleja apropiadamente su inspiración en
manes y el matrimonio gay, o el Museo de Michel Foucault, quien entiende la tole-
la Tolerancia en Los Ángeles. Por último, rancia como discurso, como gubernamen-
en los dos capítulos finales se ocupa de talidad y como parte implicada en la sub-
cómo el discurso sobre la tolerancia va de jetivación; en otras palabras, la producción
la mano del discurso de la civilización y de formas particulares de sujetos.
cómo se implica a su vez con el liberalis- La segunda hipótesis de Brown es que,
mo y el imperio. como parte integral del liberalismo, los
Brown mantiene cuatro hipótesis sobre problemas de la tolerancia se pueden
la tolerancia. En primer lugar, cree que entender como sintomáticos de los proble-
está tan profundamente entrelazada con el mas con el liberalismo. Su hipótesis es que
ejercicio del poder que debería verse como “the semiotically polyvalent, politically
un ejercicio de poder. “Rather than trea- promiscuous, and sometimes incoherent
ting tolerance as an independent or self- use of tolerance in contemporary American
consistent principle, doctrine, or practice life, closely considered and critically theo-
of cohabitation, [the book] aims to com- rized, can be made to reveal important fea-
prehend political deployments of tolerance tures of our political time and condition”2
1
[Más que tratar la tolerancia como un principio, doctrina, o práctica de cohabitación inde-
pendiente o intrínsecamente coherente, [el libro] trata de abarcar los usos políticos de la tolerancia
como discursos de poder histórica y culturalmente específicos con fuertes funciones retóricas.
Sobre todo, trata de seguir la compleja relación entre la tolerancia y el poder].
2
[El uso de la tolerancia en la vida contemporánea americana, semióticamente polivalente,
políticamente promiscua, y a veces incoherente, estudiada de cerca y teorizada críticamente, puede
revelar importantes características de nuestra era y condición política.].
Foro Interno
171 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
(pp. 3-4). Por tanto, su crítica de la toleran- mientras que asuntos relativos al poder y
cia debe entenderse también como una crí- la desigualdad fundamentales se eliminan
tica del liberalismo, tanto en sus dos ver- de la agenda política y, de ese modo, se
siones de liberalismo político como en la despolitizan. En este sentido, la despoliti-
de capitalismo de mercado. zación se refiere al hecho de que la tole-
Su tercera hipótesis es que, como parte rancia, y de modo más amplio el liberalis-
del liberalismo, la tolerancia está implica- mo, permanezca en la superficie de las
da en un discurso más amplio de la civili- cosas, ocultando de ese modo las relacio-
zación, uno que ha de ser entendido en tér- nes subyacentes de poder.
minos de imperio (occidental), como se Un aspecto más de la despolitización
refleja en el título del libro. “Nosotros” los en el discurso de la tolerancia es la ten-
liberales, tolerantes y civilizados en el dencia a individualizar problemas y solu-
oeste somos opuestos a “ellos”, los bárba- ciones, algo relacionado con el individua-
ros incivilizados que son intolerantes y, lismo y el liberalismo. Por ejemplo, las
como tal, no merecedores de tolerancia. diferencias religiosas entre ciudadanos
El término “despolitización” resume la están privatizadas mediante la distinción
cuarta hipótesis. En teoría, los liberales público-privado, privatizando de ese modo
tienen cultura, mientras que los fundamen- el problema para el que la tolerancia, se
talistas estarían en manos de la cultura. El supone, es la solución; es decir, la diferen-
liberalismo, por tanto, está por encima de cia. Al mismo tiempo, la tolerancia cambia
la cultura y de su ausencia, razón por la el foco de atención del estado y las institu-
que puede ser tolerante con la cultura. Por ciones sociales a la actitud personal, de
otro lado, otros discursos están saturados cambios al nivel de la sociedad a cambios
por la cultura y no pueden ser neutrales en la actitud personal hacia otros.
con respecto a otras culturas. Ésta es, al Brown aborda estas hipótesis mientras
menos, la auto-interpretación del liberalis- examina cómo se ha problematizado la
mo. El objetivo de Brown es mostrar cómo tolerancia. ¿Cómo hemos llegado a pensar
el liberalismo no es más que una cultura la tolerancia y a practicarla del modo en
entre otras. Por tanto, cuando el liberalis- que lo hacemos? Más concretamente,
mo se presenta como neutral sólo lo puede Brown se pregunta cómo hemos llegado a
hacer ocultando su propia particularidad y pensar que hay un problema al que la tole-
los modos en que viola las culturas hacia rancia podría dar respuesta. Y nota acerta-
las que, en teoría, es tolerante. Este oculta- damente cómo las referencias a la toleran-
miento es un aspecto de la despolitización. cia se han multiplicado durante las últimas
Otro aspecto de la despolitización con- décadas, y cómo hoy en día la tolerancia es
cierne a la identidad. En este contexto, la una insignia que todo liberal quiere lucir.
despolitización consiste en la reificación La tolerancia ha surgido como respues-
de las identidades toleradas. Las identida- ta a la diferencia, especialmente a la dife-
des se toman como naturales más que rencia étnica y religiosa. Según Brown,
como productos contingentes de relacio- para explicar por qué la tolerancia se pre-
nes y luchas de poder. Como resultado, senta como respuesta al problema de la
todo lo que podemos hacer es tolerar, diferencia, hemos de preguntarnos a qué
Foro Interno
2007, 7, 161-230 172
CRÍTICA DE LIBROS
tipo de diferencia se supone que la tole- juego neutral. Más bien, a algunas de esas
rancia ha de dar respuesta. En este punto, diferencias —en concreto, aquellas que se
vincula la tolerancia con lo que podríamos desvían de la norma y que necesitan de la
llamar, en sentido amplio, política de iden- tolerancia— se las margina y menospre-
tidad. En concreto, la identidad —y la cia. De este modo, la forma en que enten-
diferencia— se considera esencial, y los demos la tolerancia como solución a un
sujetos se convierten en portadores de problema particular —esto es, el modo en
identidades esencializadas y naturalizadas. que la tolerancia se convierte en un pro-
Estos avances corresponden a un cambio blema— se vincula intrínsecamente al
en la izquierda en EE.UU. y en Europa, un ejercicio del poder y a la reproducción de
cambio de la igualdad a la tolerancia. desigualdades en las sociedades liberales.
Mientras que anteriormente las personas Pero, si bien Brown ofrece una perspi-
de izquierda pedían igualdad, ahora caz crítica de los discursos contemporáneos
muchos han capitulado ante ideales iguali- sobre la tolerancia, el libro presenta dos
tarios anteriores y han aceptado el capita- problemas. El primero hace referencia a la
lismo de mercado y las desigualdades naturaleza monolítica de su crítica; el
como inevitables, si no benignas. En lugar segundo, a la falta de alternativa. ¿Qué cri-
de la igualdad, el multiculturalismo y la tica el libro? A primera vista, está claro
tolerancia se han convertido en los eslóga- que es una crítica del discurso contempo-
nes de los liberales izquierdistas, pero ráneo sobre la tolerancia. Sin embargo,
estos discursos no pretenden acabar con inmediatamente surge una pregunta: ¿exis-
las desigualdades sociales o económicas y te algo así como la tolerancia en singular?
asumen las identidades y las diferencias O, si existen discursos sobre la tolerancia
como dadas. Las diferencias, normalmen- en plural, ¿están todos saturados por los
te interpretadas sobre el modelo de las problemas que la autora subraya? El pro-
diferencias religiosas o étnicas, se repre- blema es que Brown trata la tolerancia
sentan como diferencias naturales y no como algo demasiado monolítico, como si
como desigualdades que pueden ser fuera igual en todas sus expresiones.
enmendadas. Incluso cuando admite “the semiotically
Los objetos de la tolerancia —diferen- polyvalent, politically promiscuous, and
cias naturalizadas— corresponden por sometimes incoherent use of tolerance”3
tanto a lo que la tolerancia puede propor- (pp. 3-4), interpreta este pluralismo como
cionar: la tolerancia deja las identidades un fenómeno superficial que esconde con-
intactas y reafirma las jerarquías y des- tinuidades fundamentales a través de dife-
igualdades existentes, sean éstas sociales, rentes discursos. Aún más, la tolerancia se
económicas, raciales, etc. Por tanto, la considera sintomática del liberalismo y de
tolerancia reproduce diferencias, pero esas valores como el individualismo y la distin-
diferencias no se sitúan en un terreno de ción público-privado. Mientras que la tole-
3
[El uso semióticamente polivalente, políticamente promiscuo, y a veces incoherente de la
tolerancia].
Foro Interno
173 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
rancia es, sin duda, parte de la tradición liberalismo que critica. En otra parte del
liberal, Brown oscila libremente entre la libro argumenta que se debe aspirar a sacar
tolerancia, el liberalismo y la sociedad a la luz las relaciones de poder que la tole-
occidental contemporánea, tratados como rancia oculta. A su vez esto “suggests a
entidades monolíticas. positive political strategy of nourishing
Esto lleva a la segunda crítica. Brown counterdiscourses that would feature
admite que la tolerancia puede ser positiva power and justice where anti-political tole-
y significar un paso adelante, aunque el rance talk has displaced them”5 (p. 205).
que sea positiva o no depende de la alter- Los propósitos de esos contra-discursos —
nativa a la tolerancia. El argumento del “alleviating human suffering, reducing
libro es que aunque la tolerancia sea mejor violence, and fostering…political justice”6
que el odio y la violencia rotunda sigue (p. 205)— son propósitos a los que, sin
siendo problemática, de modo que, en la embargo, se adheriría cualquier liberal.
práctica, su crítica la incapacita para desa- Por tanto, los gestos de Brown hacia
rrollar una alternativa sustancial. Brown una alternativa a la tolerancia quedan en su
apenas profundiza en su alternativa; de mayoría vacíos. Ello se debe, a su crítica
hecho, lo único que encontramos son bre- general del discurso de la tolerancia, pues
ves apuntes al final de algunos capítulos. ¿dónde encontrar en el presente los recur-
Así, dice que su crítica ofrece “the possi- sos para una alternativa si el presente está
bility of conceiving and nourishing a libe- tan saturado por el liberalismo y éste a su
ralism more self-conscious of and recepti- vez por la dominación? En la medida en
ve to its own always already present hybri- que Brown trata la tolerancia como un dis-
dity [i.e., its own culture],…a liberalism curso monolítico de dominación, termina
potentially more modest…, more capable enfrentándose a una elección entre la tole-
of the multicultural justice to which it rancia liberal y una alternativa no especifi-
aspires…a liberalism less invested in the cada. Así pues, a pesar de su perspicacia,
absolute and dangerous opposition between el libro aporta poco sobre cómo combatir
us and them”4 (p. 175). Aquí parece que los aspectos negativos del discurso sobre
el objetivo sería un liberalismo más ama- la tolerancia.
ble e inclusivo, aunque no dice en qué con-
siste, ni mucho menos en qué difiere del LASSE THOMASSEN
4
[La posibilidad de concebir y nutrir un liberalismo más consciente y receptivo con respec-
to a su propio hibridismo, siempre presente [es decir, su propia cultura],…un liberalismo poten-
cialmente más modesto…, más capaz de la justicia multicultural a la que aspira…un liberalismo
menos comprometido con la absoluta y peligrosa oposición entre nosotros y ellos].
5
[Indica una estrategia política positiva de nutrición de contra-discursos que pondrían de
relieve poder y la justicia donde el debate anti-político sobre la tolerancia los ha desplazado].
6
[Aliviar sufrimiento humano, reducir la violencia y fomentar…justicia política].
Foro Interno
2007, 7, 161-230 174
CRÍTICA DE LIBROS
La naturaleza Humana: Justicia versus Otra guía útil para dilucidar sus posi-
Poder recoge el debate televisado por un ciones la encontramos en las dificultades
canal holandés hace unos años entre que ambos han de superar en el desarrollo
Michel Foucault y Noam Chomsky. En él, de sus reflexiones. Chomsky, desde la lin-
y pese a que ninguno de los pensadores güística, trata de explicar cómo los indivi-
quisieron comprometerse demasiado en duos generan nuevos conocimientos.
sus respuestas, quedaron patentes algunas Defiende que, pese a que existen unas
de sus diferencias en torno a la justicia, la estructuras cognitivas básicas que confor-
naturaleza humana y el poder, lo que hace man el fundamento de nuestras capacida-
de esta publicación una magnífica oportu- des, el desarrollo de las mismas implica un
nidad para contraponer las reflexiones de gran potencial de creatividad. Su énfasis
dos importantes críticos de la sociedad del en la capacidad creativa de los sujetos hay
siglo veinte. Quizá como señaló entonces que situarlo en la lucha que mantuvo con-
el moderador “la mejor forma de compa- tra el conductismo, que prácticamente no
rarlos sea considerarlos como cavadores dejaba capacidad de actuación al sujeto
de túneles que trabajan con herramientas hablante, considerándolo una especie de
diferentes en laderas opuestas de una tabula rasa en la que se agrupaba la infor-
misma montaña, y que no saben siquiera si mación que posteriormente simplemente
están acercándose” (p. 9). se combinaba. Chomsky, pese a considerar
En la primera parte se polemiza en que el ser humano posee por naturaleza
torno a la existencia o no de una naturaleza unas estructuras cognitivas y lingüísticas
humana. Chomsky defiende la existencia que constituyen el fundamento de sus
de unas estructuras lingüísticas y cogniti- capacidades, otorga libertad de actuación a
vas que conforman el fundamento de nues- los sujetos en la creación de nuevos cono-
tras capacidades; en sus términos, “un con- cimientos.
junto de esquemas o principios de organi- Foucault en lugar de partir del sujeto y
zación innatas que guían nuestro compor- sus capacidades presupuestas pone el
tamiento social, intelectual e individual” acento en el vínculo entre el sujeto y la
(p. 11). Foucault, por el contrario, descon- verdad. En sus palabras, “¿qué sucedería si
fía de dicho concepto, considerándolo más la comprensión del vínculo entre el sujeto
que un concepto científico un indicador y la verdad fuera un efecto del conoci-
epistemológico que cumplió la función de miento?, ¿qué ocurriría si la comprensión
designar o defender un discurso que se fuera una formación compleja, no-indivi-
oponía a los sustentados en la biología o la dual, no sujeta al sujeto?” (p. 27). En defi-
teología. En pocas palabras, la diferencia nitiva, nos encontramos ante dos perspec-
entre ambos radica en las preguntas que tivas completamente diferentes: la de
guían sus reflexiones: Chosmky se centra Chomsky, subraya la relevancia del sujeto
en el porqué tenemos un lenguaje, mientras en la producción del conocimiento, la de
Foucault lo hace en el cómo. Foucault cuestiona ese protagonismo del
Foro Interno
175 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
sujeto autónomo. La razón de ello estriba nuevas teorías en la ciencia, es decir, par-
en la lucha que el pensamiento foucaultia- tiendo de una serie limitada de estructuras
no mantuvo con las reflexiones que guia- que, en función de su aplicabilidad y utili-
ron la historia del conocimiento: por un dad práctica se aceptan o rechazan. El
lado, la exigencia de atribución de un des- posicionamiento de Foucault diverge del
cubrimiento a un sujeto determinado y, por de Chomsky, constituyendo esta parte del
otro, la exigencia de la verdad, dónde ésta debate uno de los momentos de mayor
no se constituye en la historia sino que se visibilidad en torno a la diferenciación de
revela a través de ella mediante la supera- las reflexiones entre ambos. Foucault pre-
ción de una serie de impedimentos. Por tende mostrar cómo y bajo qué condicio-
ello, sus reflexiones se centran en “la capa- nes se produce el saber, considerado éste
cidad productiva del saber como práctica efecto de un proceso de prácticas colecti-
colectiva, colocando en su lugar a los indi- vas que van generando ciertas reglas que a
viduos y su ‘saber’ en el desarrollo de un su vez favorecen la aparición o no de nue-
saber que en un momento dado funciona vos conocimientos. Se rechaza así la idea
según ciertas reglas que es posible regis- hegemónica de progreso sustituyéndola
trar y descubrir” (p. 27). Se pone así de por la de transformación. Si el conoci-
manifiesto cómo con pocas reglas los indi- miento no es externo a los individuos, algo
viduos son capaces de generar conoci- que se obtenga tras la superación de cier-
miento y estructuras cognitivas novedosas, tos obstáculos, sino que se constituye en
introduciendo así “el punto de vista de la prácticas colectivas mediante reglas comu-
comprensión, de sus reglas, de sus siste- nales que limitan la capacidad de transfor-
mas en el juego del conocimiento” (p. 30). mación del conocimiento, más que una
Una vez presentados los posiciona- evolución o progreso lineal lo que hay son
mientos que ambos autores despliegan en discontinuidades o saltos en el saber, que
torno a la naturaleza humana y la creación transforman el conocimiento mismo, faci-
de conocimiento, llegamos a uno de los litando la aparición de nuevos saberes,
aspectos más sugerentes del texto: la evo- imposibles hasta el momento de la ruptura.
lución del conocimiento. Si existen unas En la segunda parte del libro el debate
estructuras cognitivas que constituyen el se centra en la política, permitiéndonos
fundamento de nuestras capacidades, limi- revisar la teoría del poder de Foucault y su
tando la posibilidad de alcance de nuestro modelo de acción política y atender a una
conocimiento y permitiendo al mismo contraposición entre las apuestas de ambos
tiempo la libertad de creación del sujeto, autores por dos modelos políticos diferen-
como defiende Chomsky, la evolución del tes sustentados por dos interesantes y
conocimiento será fruto de la capacidad de divergentes armas: la justicia y el poder.
adecuación de estas estructuras, ratificadas Desde el inicio del debate, Chomsky
como válidas a través de la experiencia. En apela a la necesidad y posibilidad de la
otras palabras, el salto inductivo a nuevas creatividad individual, elemento funda-
estructuras cognitivas y lingüísticas se mental que ahora retoma y conforma el eje
produce en el devenir de la historia de principal de su pensamiento político. Para
manera semejante a como se alcanzan él, una sociedad buena sería aquélla que
Foro Interno
2007, 7, 161-230 176
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
177 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
o justificar una lucha que debería echar poder. Y porque derrocará el poder de la
abajo los fundamentos de nuestra socie- clase dominante considera que su guerra es
dad” (p. 81). justa” (p. 73). Lo que permite nuevamente
El otro pilar en torno al que gira el observar las herramientas con las que
debate es la justicia, que remite a la per- ambos autores cavan las laderas opuestas
cepción de la realidad social como conflic- de la montaña. Para Chomsky la lucha
tiva o no. Chomsky considera legal y legí- social o la guerra sólo se hace en términos
tima la desobediencia a la norma si respon- de una justicia superior o más pura que per-
de a una justicia superior o más pura. Fou- mita una mayor libertad e igualdad a los
cault, por el contrario, considera que la jus- ciudadanos, “porque cree que a través de la
ticia y por ende la lucha contra la injusticia transferencia de poder se alcanzarán ciertos
siempre es un arma de la lucha social, pero valores humanos fundamentales” (p. 74).
no como objetivo para lograr una mayor Sin embargo, Foucault considera que la
igualdad social, como defiende Chomsky, vida social es conflictiva en sí misma, y
sino como instrumento de poder: “la idea que la lucha social en lugar de hacerse en
de justicia ha sido inventada y puesta a fun- aras de una justicia superior y por tanto de
cionar en diferentes tipos de sociedades la igualdad, se lleva a cabo para lograr
como instrumento de cierto poder político poder: “Se hace la guerra para ganarla, no
y económico, o como un arma contra ese porque sea justa” (p. 73).
poder” (p. 77). En otras palabras, los gru- Dos perspectivas críticas, pues, las que
pos sociales no luchan por la justicia con el nos presenta este libro que constituye una
objetivo de reprender a los que ejercen tal magnífica oportunidad para reflexionar
injusticia y recompensar a quienes la sobre las herramientas y presupuestos con
sufren, sino que ésta siempre es un instru- las que los analistas nos acercamos a la
mento de poder. “El proletariado lucha realidad social.
contra la clase dominante porque, por pri-
mera vez en la historia, quiere tomar el NEREA LAYNA ROMERO
Foro Interno
2007, 7, 161-230 178
CRÍTICA DE LIBROS
HERBERT GINTIS, SAMUEL BOWLES, ROBERT BOYD Y ERNST FEHR (EDS.), Moral
Sentiments and Material Interests: The Foundations of Cooperation in Eco-
nomic Life, MIT Press, Cambridge, 2005. 404 páginas.
Foro Interno
179 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Smith no sin cuestionar el extremo contra- término que acuñan para reemplazar el
rio de los defensores de la visión egoísta, desafortunado pero importante concepto
esto es, aquellas corrientes intelectuales de “capital social”, recalcando la impor-
que asumen la buena voluntad y el altruis- tancia de la comunidad en la solución de
mo desinteresado de los individuos para ciertos problemas políticos donde los indi-
subordinarse a las necesidades del grupo, viduos, el mercado o el Estado poco pue-
como si este comportamiento fuera algo den hacer, o donde incluso su intervención
inherente a la naturaleza humana. puede llegar a ser un remedio peor que la
Moral Sentiments and Material Inte- enfermedad. También tratan asuntos como
rest aborda los problemas de la coopera- la explotación de bienes comunes, el desa-
ción y la acción colectiva desde la econo- rrollo de normas e instituciones, la con-
mía política y tomando como eje central la fianza y las redes sociales y diferentes pro-
teoría de juegos pero enfatizando en la blemas de acción colectiva en los que se
transdisciplinariedad en el sentido amplio exploran la emergencia y evolución de la
de la palabra. Lo cual significa que el libro cooperación.
no sólo reúne artículos de investigadores En los artículos que componen el libro
de distintas formaciones, sino que en él se encontramos reflexiones que nos hacen
reconoce la necesidad de explicaciones pensar acerca del éxito y correcto proceder
que desbordan las fronteras disciplinares. de ciertas políticas que se vienen implan-
En este sentido, en los artículos podremos tando, tanto en la Unión Europea como en
encontrar argumentos no sólo pertenecien- otras partes del mundo. Así, por ejemplo,
tes a la economía, las ciencias políticas o Elionor Ostrom (capítulo 9), argumenta
la antropología, sino que también son que la gerencia de recursos comunes
recurrentes las referencias a la biología, la (agua, bancos de peces, recursos foresta-
psicología social, la filosofía o las mate- les, etc.) frecuentemente falla cuando se
máticas, entre otras. basa en un modelo estándar de subsidios y
A pesar de la importancia que se le da multas dado por el Estado o cualquier otra
a la aproximación experimental, los auto- institución privada o pública; mientras
res son conscientes que ésta no desplaza a que, como se constata en diferentes casos,
otros enfoques como la estadística, la his- un programa en el que la comunidad local
toria o la etnografía; lo que se pretende, gestiona y cuenta con una regulación
por el contrario, es complementarlos. Algo gubernamental, contribuye efectivamente
evidente en los diferentes casos de estudio a la conservación del bien y a una distri-
expuestos. Además de mostrar los resulta- bución equitativa del mismo. En la prime-
dos de los experimentos, se contextualizan ra situación, a partir de una evidencia
en las circunstancias sociales y etnográfi- extensa, las medidas mencionadas termi-
cas de las poblaciones analizadas y, de esta nan generando una sobreexplotación del
manera, se fortalece la argumentación de bien, cuya consecuencia es que el sistema
los diferentes autores. de regulación voluntario por parte de la
Entre las cuestiones que aborda el libro comunidad se rompe ante la implementa-
cabe destacar lo que los autores denomi- ción inefectiva de las sanciones guberna-
nan “gobernanza comunitaria” (p. 381), mentales formales. Incentivos como los
Foro Interno
2007, 7, 161-230 180
CRÍTICA DE LIBROS
monetarios lo único que logran es destruir plo, para evitar que se arroje basura a la
la naturaleza cooperativa de la preserva- calle? Aquí no es tan evidente la posibilidad
ción de un bien común, y la amenaza de de focalizar el castigo para evitar que pulu-
multar la defección comienza a ser perci- len los gorrones. Si efectivamente desea-
bida como un tipo desagradable de acción mos asumir estos planeamiento teóricos en
hostil (especialmente en casos donde los el diseño de políticas públicas es esencial
agentes encargados de imponer las multas explorar esta situación, abordada de forma
tienen una relación antagónica con los superficial en el texto. Se da por hecho que
miembros del grupo a los que se les impo- con la presencia de cooperantes condicio-
ne). Lo que acaban promoviendo este tipo nales la cooperación ya está garantizada,
de medidas es la eliminación de las pre- sin embargo, la escala en la que nos ubi-
condiciones que favorecen una fuerte reci- quemos, sea una comunidad o una socie-
procidad al interior de las comunidades. El dad, es una variable que puede modificar
desarrollo de políticas alternativas se sus- los resultados. En el texto se sugiere que no
tenta en ese modelo de fuerte reciprocidad, sólo se castigará a los gorrones, sino tam-
ejemplificado con diferentes casos a lo bién a los miembros de la sociedad que no
largo del libro, cuyo éxito depende de una castiguen. Pero ¿qué pasa con aquéllos que
fracción de población de cooperadores tampoco castigan a los que no quieren cas-
condicionales. tigar a los gorrones?, o, en otras palabras,
Tiene un gran peso el argumento de ¿qué pasa cuando toda una sociedad es per-
cómo la presencia de cooperadores condi- misiva con ciertos comportamientos que de
cionales permitirá la permanencia de la una u otra manera afectan al conjunto
cooperación en el tiempo, específicamente social, o incluso que son criminales, como
con los altruistas castigadores que penali- en ciertos ejemplos históricos de regímenes
zarán a los que no asuman los compromisos totalitarios? Estas cuestiones tal vez desbor-
o reglas subyacentes que permitan mante- dan los intereses del libro, pero merecen ser
ner la cooperación. Este comportamiento tenidas en cuenta1. También desde la econo-
presenta una gran solidez y es evidente mía experimental se dedica un capítulo a la
cuando nos encontramos en grupos “peque- pregunta sobre cómo mantener la coopera-
ños” o comunitarios donde es relativamen- ción en juegos de n-personas, donde es difí-
te fácil localizar a los gorrones y que los cil focalizar el castigo. Como respuesta, se
altruistas castigadores penalicen a los que plantean una serie de condiciones comple-
se alejan de la cooperación; pero al preten- mentarías al comportamiento del cooperan-
der extrapolar este comportamiento a gru- te condicional. Se mencionan, así, aspectos
pos sociales mas grandes, el caso de necesarios en los grupos sociales como la
amplias concentraciones urbanas, ¿cómo existencia de leyes, de relaciones de domi-
garantizar un comportamiento cooperador nación en el interior de los grupos, de la
por parte del individuo en la urbe, por ejem- interiorización de la norma como creencia,
1
Por ello parece esencial explorar paralelamente textos como Robert AXELROD, The Com-
plexity of Cooperation, Princenton University Press, New Jersey, 1997.
Foro Interno
181 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 182
CRÍTICA DE LIBROS
JANET HALLEY, Split Decisions. How and Why to Take a Break from Feminism,
Princeton University Press, Princeton, Oxford, 2006. 418 páginas.
Cuando el texto de Janet Halley, Split En este contexto se inscribe este traba-
Decisions, llegó a mis manos, confieso que jo de Janet Halley, catedrática de derecho
su título me hizo adoptar una cierta sospe- en Harvard especializada en temas de
cha escéptica. Un título que defendía deli- sexualidad y familia, que aboga por una
mitar “how and why to take a break from apertura de posiciones que no tenga miedo
feminism”1, se me antojaba cuanto menos a las rupturas, los cuestionamientos y las
amenazante. ¿Se trataba de una excusa contradicciones, sino que, precisamente
más para cuestionar las posiciones teóricas indagando en sus intersticios y sus líneas
feministas? Me había puesto en guardia. de fuga, presente visiones alternativas,
Sin embargo, al penetrar en su índice y potencialmente más positivas de cara a
comprobar las referencias, y más aún al responder a situaciones de dominación
leer su introducción, me di cuenta de que donde los ejes fundamentales no vengan
me encontraba con una propuesta de enor- marcados por el género, o no exclusiva-
me interés. Tal como apunta la autora, el mente por éste.
feminismo posee en la actualidad un esta- Halley desarrolla su argumento de un
tus de reconocimiento que permite la modo enormemente didáctico y muestra
orientación de políticas públicas y la pro- una sofisticada capacidad analítica al pro-
mulgación de leyes. Se trata de un movi- poner un recorrido por algunos de los tex-
miento que ha transformado la sociedad, la tos más relevantes de la producción femi-
forma de hacer y pensar la política, que ha nista estadounidense —y a la par mun-
inspirado otros movimientos sociales, pero dial— desde los primeros años ochenta del
que, en este momento, se ha convertido en siglo pasado hasta nuestros días. Sólo ese
una herramienta hasta cierto punto institu- repaso merecería una rápida traducción del
cionalizada. Más aún, ciertos temas han texto, dada la carencia generalizada de
acabado alcanzando en ocasiones la pátina materiales feministas en castellano, en par-
de verdades no cuestionables: un movi- ticular desde perspectivas no ortodoxas.
miento dirigido a la problematización de Sin embargo el interés del texto de
aspectos tan sólidamente establecidos Halley se centra en su atrevida propuesta
como la organización jerárquica de sexos según la cual en ocasiones quizá sería
y géneros ha acabado generando su propia mejor dejar el feminismo de lado para
ortodoxia y su potencial emancipatorio se abordar problemas de jerarquización y
ha visto en ocasiones limitado al preservar dominación y para considerar las enmara-
la idea de la dualidad genérica y la consi- ñadas relaciones de poder sobre las que se
deración de la subordinación de las muje- asientan determinadas prácticas sociales,
res como los ejes fundamentales en torno a para poder desarrollar una perspectiva de
los cuales se articula la opresión. la justicia capaz de evitar el daño de
1
[Cómo y por qué tomarse un respiro del feminismo].
Foro Interno
183 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
2
La teoría queer es una perspectiva teórica y política que se reapropia de un término dero-
gatorio, queer, un insulto que podría traducirse como “rarito/a, maricón o bollera”, que cuestiona
la normatividad sexual y que ha dado lugar a una amplísima y muy interesante literatura analítica.
3
[Una teoría de la subordinación establecida por defecto para buscar el beneficio social de
las mujeres, la feminidad, lo femenino o el género femenino al deshacer en parte o totalmente su
subordinación a los varones, la masculinidad, y/o lo masculino o el género masculino. Esto
es,...una distinción entre un algo m y un algo f; un compromiso por ser una teoría y una práctica
sobre la subordinación de f a m; y un compromiso para trabajar contra esa subordinación a favor
de f. En mi resumen...estas tres partes son m/f, m>f y posicionarse como defensa de f].
Foro Interno
2007, 7, 161-230 184
CRÍTICA DE LIBROS
Halley, la declaración del Combahee for f”—, considero cuanto menos desafor-
River Collective (pp. 82-90). Sin embar- tunado tachar de “paranoide” dicha posi-
go, las tendencias “divergentes” tenderían ción. Es difícil argumentar que no existen
a identificarse con planteamientos que lle- diferencias ni jerarquización en las rela-
varían a la ruptura y la parálisis del movi- ciones de género, al margen de que poda-
miento feminista, ya fuera en la versión mos considerar cómo las posiciones de
postcolonial de Gayatry Chakravorty Spi- género no se asientan en todos los casos en
vak4 (pp. 90-105) o en los cuestionamien- la línea de lo apuntado por Halley como
tos del sujeto ‘mujer’ como base del femi- planteamiento principal del feminismo. Lo
nismo en Gender Trouble y otros trabajos requerido en este caso serían análisis con-
de Judith Butler (pp. 136ss). cretos de las relaciones de poder y cómo
Pero Halley apunta a que esta imagen asientan posiciones desiguales, no única-
de parálisis vendría fundamentalmente mente establecidas en relación con el
sostenida por dos tendencias en los plantea- género.
mientos feministas que ella describe como En ese sentido, apuntaría, aunque de
“paranoid structuralism and the moralized una forma no satisfactoria, “la demanda
mandate to converge”5 (p. 188). La prime- moral de convergencia”, que plantea que
ra, el “estructuralismo paranoide” sosten- el sexismo y el racismo constituyen
dría que si bien puede dar la impresión “seamless, interlocking, synthesized, and
que muchas cosas han cambiado y que el integrated systems that intersect, converge
mundo “seem to be organized in a way and reinforce one another” 7 (p. 191). Pero,
that does not invoke m/f and m>f, or to señala Halley, y no podemos sino estar de
require us to carry a brief for f, this per- acuerdo con ella, esta demanda de conver-
ception is probably a deep error” 6 (p. 189), gencia, —que en ocasiones se convierte en
una investigación feminista rigurosa reve- la repetición de un listado de términos que
lará que finalmente la subordinación de las finalmente no acaban de incorporarse más
mujeres continúa presente. En este senti- que como un apéndice—, anularía, en ese
do, si bien es cierto que probablemente requerimiento moral de convergencia, jus-
habría que prestar una atención más direc- tamente el análisis de la relaciones de
ta a las formas concretas en que se consti- poder sobre cómo se constituirían las dife-
tuyen las diferentes posiciones, y en parti- rentes posiciones por el abogábamos
cular considerar hasta qué punto se pueden antes. Esto impediría, eventualmente, con-
mantener los supuestos presentados por siderar las formas en que en ocasiones el
Halley —“m/f, m>f and carrying a brief propio género se puede convertir en el
4
Gayatri Chakravorty SPIVAK, “Can the Subaltern Speak?”, en Cary NELSON and Lawrence
GROSSBERG (eds.), Marxism and the Interpretation of Culture, Macmillan, London, 1988, pp. 271-313.
5
[Estructuralismo paranoico y el mandato moralizado a la convergencia].
6
[Parece estar organizado de una forma que no invoca m/f y m>f, o que requiera de noso-
tras tomar partido por f, esta percepción constituye probablemente un grave error].
7
[Sistemas homogéneos, interconectados, sintetizados e integrados que intersectan, conver-
gen y se refuerzan entre sí].
Foro Interno
185 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
8
[La desventaja social experimentada por grupos subordinados como daño].
9
[La tríada del daño: las mujeres sufren daño, ellas no causan ningún daño social y los hom-
bres, que dañan a las mujeres, son inmunes al daño —daño femenino+inocencia femenina+inmu-
nidad masculina].
Foro Interno
2007, 7, 161-230 186
CRÍTICA DE LIBROS
CLAUDIA HILB, Leo Strauss: el arte de leer, Fondo de Cultura Económica, México,
2005. 356 páginas.
Es un placer dar noticia de un libro com- sión. Hilb parece estar de acuerdo con
petente en teoría política. Claudia Hilb ha Strauss en su rechazo del historicismo,
abordado una tarea difícil al intentar pre- pero aún así esta colocación tan intencio-
sentarnos la obra de cuatro grandes autores nada intriga al lector. Llama la atención
de la historia de la teoría política a través una incursión de este tipo, selecta y arbi-
de la lectura que de ellos hizo Leo Strauss. traria, en la historia de las ideas. Da la sen-
El esfuerzo es de agradecer porque los sación de que, con el pretexto de estar
autores son complejos y el mismo método siguiendo a Strauss, la autora puede así
de Strauss también es controvertido. Cier- centrarse en aquellos autores que ella con-
tamente se agradece el respeto con el que sidera pivotes de la modernidad. No es que
la autora trata el pensamiento de Strauss. no sea genuino su interés por la metodolo-
El libro responde a un trabajo de largo gía de Strauss y por su propia filosofía
recorrido en el que las lecturas de Hilb política, eso se da por descontado, pero se
sobre la obra de Strauss comienzan más de desearía una atención igual de cuidadosa a
veinte años atrás con “los textos y semina- otros pensadores en los que el maestro
rios de Claude Lefort” (p. 11). Su primer también se detuvo.
encuentro con Natural Right and History Es curioso, pero no extraño en la tradi-
tuvo lugar en francés y fue causa de atrac- ción en español, la inclinación de nuestros
ción y perplejidad, ya que la autora reco- profesores por los calvinistas. La obra de
noce lo leyó casi todo pero “entendió Hilb es un buen ejemplo de esto sin que en
poco” (ibidem). A partir de ahí, su interés el libro se mencione este asunto del factor
por la obra de Strauss fue en aumento y, a religioso, una ausencia sonora.
la vista del presente libro, con buen fruto. Es muy atrayente la aparición de un
Esas lecturas parecen haber sido todo Niccolò Machiavelli dialéctico, rebelde,
un periplo de formación personal en el filósofo, extra-cristiano, demoledor de las
que la autora ha ido aclarando por un lado viejas carcasas de la filosofía clásica y de
el entramado del pensamiento de Strauss la religión oficial. Se agradece la sutileza
y su deslumbrante metodología, y por otro de recoger ese “olvido de lo fundamental”
los nódulos centrales del pensamiento (p. 39) que se da en el florentino y que se
moderno. La presentación de la lectura valore este olvido como un instrumento
que hace Strauss de los cuatro autores se teórico de primera magnitud. Ahora bien,
desarrolla con mucha seriedad, lentamen- quizá no se profundiza adecuadamente en
te y con la profundidad que merece. Se algo que, junto con esta idea, en Strauss es
trata de una lectura sensible e inteligente, primordial de manera implícita. Nos refe-
sin urgencias. rimos al Machiavelli rétor, al hombre de
Claro que, desde el comienzo, el lector formación musical que menciona a Publio
se plantea el porqué de esta selección de Escipión y se mueve en un mundo de
autores y a qué se debe que se nos presen- transformación de la retórica clásica, a
ten los pensadores modernos en esta suce- punto de ser desvirtuada.
Foro Interno
187 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Conocer a Strauss a través de su expli- lectura que Strauss hace de Maimónides sin
cación de estos pensadores, predominante- que sintamos bien consultada esa pequeña
mente del norte o inclinados hacia ese obra maestra que es su Cómo empezar a
mundo gótico, es respetable. Es cierto que estudiar la Guía de Perplejos, amplio ensa-
Strauss estuvo siempre marcado por su yo de 45 páginas y pieza esencial en todo
formación asquenazí, por unos estudios este asunto1. En cierta manera y a pesar de
que combinaban tanto su formación teoló- su esfuerzo por no ser historicista, Hilb
gica como su preparación filosófica. incurre en este defecto al reunir a Strauss un
Ahora bien, era un sabio de poderosas tanto superficialmente con un maestro de
intuiciones propias a las que voluntaria- una valía que el propio Strauss supo ver con
mente no cerraba el paso. De esa forma, humildad como incomparable.
sus supuestas incoherencias le servían para También resulta frustrante la “Conclu-
salirse de su propia piel y llegar a un hecho sión” del libro (pp. 315-333) con su resu-
inusitado en pleno siglo veinte: el recono- men de las premisas más o menos escon-
cimiento como maestro de un genio sefar- didas de Strauss acerca de la filosofía y de
dí como Moisés Maimónides y la aprecia- su necesidad. El libro de Hilb se mueve de
ción de los maestros andaluces. Hacer eso manera muy aristotélica, anclado en ese
en pleno siglo veinte, en contra de lo que a principio de identidad que con la Metafísi-
él le había sido enseñado, revela su pode- ca de Aristóteles se implantó en la filoso-
rosa visión y su originalidad. Claro que fía occidental y especialmente en el
Strauss no es explícito al respecto. Desde mundo latinoamericano. Aunque lo cierto
luego no llega tan lejos en su recuperación es que Strauss fue de los pocos que con-
como para captar en su plenitud la hondu- testó valientemente este principio, com-
ra retórica de la cultura mediterránea, a la prendiendo, en la estela de su maestro
que sin duda él también velis nolis perte- Maimónides y paralelamente de Sigmund
nece. Strauss procede de la diáspora Freud, que en buena parte del cerebro
asquenazí, mucho más radical que la sefar- humano no rige tal principio de identidad.
dí, ésta última siempre a orillas del Medi- Como no lo rige en la letargia que es, para
terráneo, el mar que a fin de cuentas baña el maestro sefardí, la verdadera vía del
las tierras próximas a Jerusalén. Quizá esta conocimiento.
circunstancia no le ayudó a acercarse al La importancia de la letargia, aunque
Machiavelli de los Tercetos sobre Fortuna. no citada con este nombre, va a ser esen-
Dado lo anterior, leer teoría política cial en la filosofía de Strauss. El rechazo
europea a través de Strauss sin tener en que muestra Strauss hacia la modernidad
cuenta este periplo de recuperación genial aseverativa y triunfal, que Hilb encuentra
que llevó a cabo resulta cuestionable. Tam- plasmada en la ilustración y su racionali-
bién resultan inquietantes las alusiones a la dad atea, puede que tenga mucho que ver
1
Leo STRAUSS, “How to begin to study The guide of the Perplexed”, en Moisés MAIMÓNI-
DES,The guide of the Perplexed, traducción y edición de Shlomo Pines, The University of Chica-
go Press, Chicago, 1963, vol. 1.
Foro Interno
2007, 7, 161-230 188
CRÍTICA DE LIBROS
también con el rechazo religioso de una dología de Strauss para llegar a unas con-
sociedad vigilante en el que la letargia clusiones bien ordenadas y para que enca-
queda deteriorada e incluso excluida como jen como piezas limadas: el racionalismo
fuente de saber genuino. Todo lo contrario del amor habendi, la abundancia como
que él había aprendido en su formación en condición de la paz, la felicidad pública,
el halakah y en su maestro Maimónides, las carencias, la búsqueda triste de la ale-
para quien el verdadero saber llega de gría, el economicismo como maquiavelis-
noche y a través de los sueños. mo maduro y, cerrando el desfile, la noble
Tampoco acaba de convencer el análi- mentira de la filosofía.
sis del pensamiento de Baruch Spinoza. Es muy interesante la lectura que hace
Por una parte se nos habla de sus implica- Strauss de Hobbes. Hilb percibe el rechazo
ciones teológicas —esto sí aparece bien de Strauss hacia esa actitud moral origina-
conservado en el libro de Hilb—, pero por ria del inglés, una actitud “inexaminada”
otra se le coloca fuera del contexto de la (p. 120) que difracta su visión de la vida.
evolución del pensamiento sefardí, con sus Aquí nos asalta otra vez la pregunta de por
raíces en la edad de oro de 900-1300, y de qué Hilb no ha querido ahondar más en
las pugnas que se dieron en la Disputa de este punto y en las conexiones de Hobbes
Barcelona de 1263. Nos referimos a la asi- con Theodore de Bèze o con Petrus Ramus.
milación del mundo sefardí que se produ- Es cierto que Strauss no tenía acceso a esas
jo con las expulsiones de 1391 y posterio- conexiones —en su tiempo no se conocí-
res, y con la desesperada asimilación de an— pero en cierto modo él contaba con
las juderías del sur de Europa, de la que una intuición insuperable y personalísima
Spinoza es un genuino producto. Como lo que a veces le servía para rellenar con sufi-
es igualmente el humanista Isaac Abrava- ciencia los huecos de sus conocimientos y
nel a quien Strauss también estudió. percibir las conexiones en otros detalles.
Strauss supo ver de forma admirable, y a Igual ocurre con otros aspectos de Hobbes,
pesar de su formación, que en todo ese si bien achaca a la filosofía clásica “que era
mundo tan avanzado del sur se escondía más un sueño que una ciencia” (p. 120),
una sabiduría muy especial. En un sentido también escribió todo una parte de su
más concreto resultan confusas, y cuestio- Leviatán dedicada a ese Kingdom of Dark-
nables, algunas atribuciones a Strauss y a ness que tanto le inquietaba. En cierto
sus conexiones culturales como las que se modo él mismo era un humanista inflama-
hacen en la página 268. do de espíritu heroico.
Casi la mitad del libro está dedicada a Apresurémonos a decir que algunas
la lectura que hace Strauss de Thomas páginas del libro aportan sutilezas y clarifi-
Hobbes y de John Locke, dos pensadores caciones poco frecuentes en la teoría polí-
calvinistas. Hilb explica el pensamiento de tica contemporánea. Tenemos buenos
estos autores de la mano de Strauss y, dado ejemplos tanto en sus comentarios acerca
el rigor de la autora y el talento del maes- de la función del árbitro en una guerra civil
tro, el resultado no puede ser otro que muy —un árbitro que no debe limitarse a ser
bueno. No obstante, al lector le queda el neutral (p. 131)— como, y esto tiene más
regusto de que Hilb está pilotando la meto- alcance, la no confusión en Hobbes del jui-
Foro Interno
189 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
cio con lo ejecutivo. Hilb capta con sensi- alude Strauss en el caso de Hobbes—, la
bilidad la importancia del juicio político y idea de que cada cual ha de ser el juez
de la contingencia en la filosofía política de natural para defender su propia vida y el
Hobbes. Si bien aquí es de lamentar que la tema del miedo a la locura. En especial se
autora, con su evidente talento y hondura, busca y no se encuentra una revisión ade-
se haya limitado a un Strauss leído literal- cuada de conceptos como la omnipotencia
mente para recoger una visión sobria y o la doble lógica de la guerra y de la paz,
defendible de Hobbes ante la ciencia aca- términos centrales para un extraordinario
démica. Esto nos lleva a una versión bas- autor que por algo siempre estuvo prenda-
tante convencional de Hobbes en donde do de Tucídides y a quien tradujo al inglés.
aparecen los conceptos más decantados en La parte dedicada a Hobbes es quizá la que
la literatura al uso como el summum malum más dudas suscita en este libro de la Pro-
de la muerte violenta, la preferencia del fesora Hilb.
sentido del tacto, la idea de la teología Pero, volviendo al principio, todo lo
decapitada, la lectura siempre dialéctica de anterior se nos sugiere al leer la obra por-
los textos y la identificación de la concien- que se trata de un trabajo valioso y de altu-
cia con el miedo a la muerte como “base ra, una obra pertinente y llena de coraje.
esencial de su filosofía” (p. 183), que dice Un libro en el que su autora alumbra el
Strauss. Citar textualmente la letra de pensamiento de cuatro autores modernos
Strauss sin tener en cuenta la música es una importantes a través del arte de la interpre-
manera arriscada de tocar sus partituras. tación de uno de los titanes de la teoría
En el caso de Hobbes se echa en falta política del siglo veinte. Un libro reco-
una pequeña incursión en conceptos como mendable por su sabiduría y muy útil para
el estado de naturaleza, tan manejado por los alumnos universitarios.
los autores cristianos, la excesiva estima-
ción del poder de la razón —a la que tanto JAIME MACABÍAS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 190
CRÍTICA DE LIBROS
HANS KELSEN, ¿Una nueva ciencia de la política? Réplica a Eric Voegelin, Edi-
torial Katz, Buenos Aires, 2006. 300 páginas.
1
Eric VOEGELIN, La nueva ciencia de la política. Una introducción, Editorial Katz, Buenos
Aires, 2006.
Foro Interno
191 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
del alemán constituye una “escala hacia el mente. Kelsen contradice en el libro esta
orden absoluto”. Su completa teoría de interpretación, mostrando casos en donde
relaciones causales y tipos ideales permiti- la autointerpretación no es esclarecedora,
ría concluir cuáles serían las consecuen- sino por el contrario origen de confusión,
cias de escoger entre uno y otro valor en la y otros casos donde no se parte de la reali-
práctica política, lo que en última instancia dad política, sino de una supuesta crítica
le asignaría a la ciencia la función de científica que esconde propósitos políti-
determinar valores. Para Kelsen la ciencia cos. Kelsen afirma la dificultad de separar
puede demostrar que el medio por el cual la realidad de su interpretación científica.
se alcanza un valor es incompatible con la Una y otra se influyen mutuamente. Sin
realización de otro. De esto no se sigue, embargo, su diferencia radica en que la
como pretende Voegelin, que sea posible interpretación que hace la ciencia debe y
resolver el conflicto entre valores absolu- puede ser objetiva, mientras que la autoin-
tos no compatibles. El primero es un juicio terpretación, al estar mediada por los inte-
razonado que se fundamenta en hechos; el reses sociales del sujeto, siempre presenta
segundo es un juicio de valor puro e impo- algún grado de subjetividad.
sible de formular sobre la base de una Voegelin diferencia los “aspectos ele-
razón científica. Para Voegelin, la teoría mentales” de la representación, compues-
weberiana no dio el paso definitivo hacía tos principalmente por el conjunto de ins-
una “ciencia del orden” por la ausencia de tituciones con existencia externa, de los
contenidos provenientes de la metafísica “aspectos existenciales”, que presentan un
griega, medieval o del cristianismo ante- marco analítico más amplio del que se
rior a la Reforma. En el fondo, Voegelin deriva su esencia y un mayor valor cogni-
promueve dogmáticamente estas doctrinas tivo. El primero está compuesto por los
a la categoría de verdades absolutas, de órganos elegidos por un simple procedi-
ciencias del orden social, y base de un miento de representación que sólo cobra
derecho natural. Kelsen recuerda que sentido cuando se cumplen ciertos requeri-
todas las doctrinas de derecho natural han mientos concernientes a su sustancia. Kel-
sido rechazadas por sus resultados alta- sen cuestiona que toda representación de
mente contradictorios2. la sociedad no se da sino dentro de la exis-
Voegelin aborda el tema de la repre- tencia externa en el mundo. La “sustancia”
sentación política y se ocupa de la “autoin- que reclama Voegelin es producto de la
terpretación de la sociedad”. Esto lo confusión metodológica entre representa-
entiende como la hermenéutica primaria ción democrática y sus condiciones de
que hacen los seres humanos de sus rela- óptima posibilidad. De tal confusión, Voe-
ciones constituidas. Se trata de una fun- gelin sólo puede derivar que el concepto
ción básica de la ciencia social describir existencial de representación aparece en
esta autointerpretación y aclararla crítica- Estados que consiguen una eficaz obedien-
2
Hans KELSEN, “La Doctrina del Derecho Natural ante el Tribunal de la Ciencia”, en ¿Qué
es justicia?, Ariel, Barcelona, 2000.
Foro Interno
2007, 7, 161-230 192
CRÍTICA DE LIBROS
cia de sus mandatos. Kelsen afirma por el forman un solo Dios, y que avanzan hacía
contrario, que la eficacia no tiene relación la perfección divina. Así, descubre una
directa con la cuestión de la representa- innegable relación entre la escatología de
ción, ya que ésta se predica generalmente Fiore y la ciencia política moderna, parti-
de un orden jurídico y no de los órganos cularmente con quienes formulan igual-
del Estado. La eficacia es una calidad del mente una división trinitaria de la historia,
orden que se puede presentar en cualquier en antigua, medieval y moderna. Para Kel-
tipo de representación, ya que es una con- sen esta relación es mera casualidad. Los
dición de existencia del mismo (p. 91). periodos históricos de la ciencia son una
Voegelin pasará a una segunda rela- sistematización que puede modificarse en
ción: la representación de la verdad como cualquier tiempo (p. 175). No es aceptable
imitación de un orden divino por parte de una historia que atribuya sentido a su obje-
un orden político, que se hace producto de to y pretenda revelar la razón de los acon-
una justicia absoluta y sagrada en la tierra. tecimientos. Sin embargo los sujetos,
Objeta Kelsen que esta teología se confi- según Voegelin, recurren a esta ilusión
gura en ideología engañosa ya que la “ver- para vencer la incertidumbre que resulta
dad” no lo es en sentido lógico ni episte- de un cristianismo que desdivinizó el
mológico, sino en sentido moral y político. mundo mediante su victoria sobre el paga-
Verdad y justicia se confunden en un ejer- nismo. La seguridad de un mundo lleno de
cicio propio de la especulación no científi- dioses se pierde con los mismos dioses.
ca. Voegelin dirige su nueva ciencia de la Kelsen cree que tal interpretación queda
política a la filosofía griega de Platón y refutada por la victoria del cristianismo
Aristóteles. El resultado es que la verdad que sólo se explica por la gran certeza que
surge de aquellas manifestaciones del brinda Cristo a sus seguidores.
hecho de que existe una “verdad del alma” Voegelin, para explicar cómo la inma-
y una “verdad de Dios” y que ambas están nentización gnóstica puede lograr la certi-
vinculadas. Para Kelsen, aún si se acepta- dumbre que no logra la tradición cristiana,
ran dichas “manifestaciones”, éstas no son la concibe como “la expansión del alma
comprobadas ni comprobables, y resultan hasta el punto en que Dios llega a la exis-
inútiles para una ciencia de la política que tencia del hombre” (p. 152). Según Kel-
debe resolver problemas concretos sobre sen esta idea remite a la experiencia mís-
valores sociales (p. 137). tica de unión con Dios. No entiende cómo
Para dar contenido a los conceptos tal experiencia individual puede transfor-
expuestos, Voegelin formula un “gnosti- marse en ciencia social. A pesar de esto,
cismo histórico” que permite dar cuenta de Voegelin encuentra en G. W. Friedrich
la historia como un todo significante. Hegel, Friedrich W. J. Schelling, Auguste
Encuentra en la obra del monje Joaquín de Comte, Karl Marx y Adolf Hitler ejem-
Fiore (1145-1202) la primera expresión de plos de doctrinas que inducen a experien-
este proceso, principalmente en su formu- cias gnóstico-místicas de redivinización
lación de la división de la historia en tres de la sociedad. También en la revolución
períodos. Cada uno de los períodos se inglesa y rusa ve procesos gnósticos que
corresponde con las tres personas que con- monopolizan la representación de la exis-
Foro Interno
193 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
tencia. Kelsen rebate estos intentos de Sus líderes son cualquier cosa menos
homogeneizar doctrinas y procesos tan soñadores que operan mágicamente (p.
diversos, destacando la ambigüedad del 235).
término gnóstico en la argumentación Se puede afirmar, como hace el editor
voegeliana Eckhart Arnold en el posfacio a la obra,
El último capítulo de la obra de Voege- que el planteamiento de Voegelin raciona-
lin se ocupa del fin de la modernidad, que liza una intuición común en su época: que
identifica con el fin del sueño gnóstico. los totalitarismos son una consecuencia de
Esta idea remite a un estado de indiferen- la pérdida de valores religiosos en la edad
cia con respecto de la realidad que condu- moderna. Voegelin utiliza todo un arsenal
cirá a la autodestrucción. El ensueño gnós- de términos técnicos y complicadas expli-
tico nubla la visión que orienta la acción caciones para sustentarlo científicamente.
política de las sociedades y destruye la Sin embargo, su demostración es desmon-
verdad del alma en el desprecio de los tada analíticamente por Kelsen. La teoría
seres humanos individuales. Kelsen de Voegelin presenta las debilidades pro-
recuerda que las guerras (la autodestruc- pias de toda teología política. Espera que
ción) tienen múltiples causas y que no son el orden político cumpla una función espi-
un fenómeno exclusivo de la modernidad. ritual, olvidando que la política pertenece
También se le antoja exagerado afirmar a la esfera profana de la vida humana.
que la visión ideológica nuble el accionar
político de los regímenes contemporáneos. DIEGO ENRIQUE PINILLA RODRÍGUEZ
Foro Interno
2007, 7, 161-230 194
CRÍTICA DE LIBROS
JOSEPH MAGUIRE, Power and Global Sport. Zones of Prestige, Emulation and
Resistance, Routledge, London, 2005. 198 páginas.
¿Alguien se ha parado a pensar alguna vez a configurar asimismo las imágenes ideales
sobre la conexión existente entre once de una colectividad como nación. Gran
jugadores corriendo tras una pelota y la parte de esos códigos de comportamiento y
identidad de un país? ¿Y sobre la repre- sensibilidad que luego se identificarán
sentación evocativa de esa identidad como códigos nacionales se establecieron
nacional en una entrega de medallas en la en la etapa de tránsito que Elias considera-
que se iza la bandera y suena el himno al ba la sociedad cortesana que, en sus pro-
tiempo que el atleta laureado muestra un pias palabras, constituía en sí distintos
rostro compungido por la emoción? Este “talleres de civilización”1. Sus análisis
libro trata del núcleo del que parten esas acerca de la transformación de las cortes
cuestiones, a saber, la relación entre depor- francesa, alemana e inglesa en distintos
te y políticas de identidad territorial, en períodos son un intento de dar cuenta de la
concreto, nacional. formación de lo que luego serán los códi-
Es ésta la última obra de un autor, gos nacionales de tales países. Es en esa
Joseph Maguire, con cierta relevancia en el construcción dinámica de la comunidad,
ámbito anglosajón pero desconocido para con sus acontecimientos históricos clave,
el público español, quizá más si cabe en el con sus relaciones de amistad o rivalidad
ámbito de la teoría política. Sin embargo, con otros grupos humanos, donde va sedi-
su obra debe entenderse como continua- mentando poco a poco una imagen ideal de
ción de la de otro gran investigador social lo que constituye al individuo como tal, al
con el que confiamos el lector tenga mayor menos desde la perspectiva de pertenencia
grado de familiaridad: Norbert Elias. Diga- a un grupo nacional. Por ejemplo, en el
mos algunas palabras sobre éste para caso de Inglaterra, el desarrollo del parla-
entender cual es su conexión con el trabajo mentarismo político, del deporte y el Impe-
de Maguire. Toda la producción investiga- rio serán tres manifestaciones de un mismo
dora de Elias se revuelve y agita alrededor proceso en el desarrollo nacional que que-
de la cuestión del proceso de civilización, darán asociados a la figura del gentleman
de los cambios de largo alcance producidos que acaba asimilándose a la imagen gene-
en las sociedades a nivel general (sociogé- ral de lo que significa ser inglés. Esos sedi-
nesis) y en cada uno de los individuos que mentos de identidad quedan apegados
las conforman (psicogénesis). En esa afectivamente de tal forma a los individuos
visión dinámica de los procesos sociales da que llegan a constituirse como parte de su
especial importancia a la formación del habitus, como una segunda naturaleza. Esa
Estado Moderno, pasando de un antiguo identificación con el nosotros no siempre
régimen a la modernidad en la cual se van se realiza hacia lo que Elias denomina
1
Stalisnas FONTAINE, “The Civilizing Process Revisited: Interview with Norbert Elias”: Theory
and Society, n.º 5 (1978), p. 251.
Foro Interno
195 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 196
CRÍTICA DE LIBROS
ción por los procesos de civilización al fuerzas que se sienten como extrañas y que
estudio de las emociones mediante el aná- se experimentan como referidas a procesos
lisis de lo deportivo. Pero el marco que generales de globalización, algo que se
elige para tal tarea infunde a su obra cierto deja notar más claramente en las grandes
halo innovador: trata esta temática siempre ciudades. Fundamental también para ver
a escala global. Pretende ver hasta qué esa relación local-global es el estudio del
punto el deporte sirve como promotor de grado de penetración de modalidades
una integración de códigos internacionales deportivas de tradiciones culturales ajenas
afectivos —visión de bonanza asociada al o la modificación de las propias debido a
movimiento olímpico— o si por el contra- factores internacionales. Parece increíble la
rio agudizan la separación y la rivalidad poca atención que ha recibido hasta ahora el
hostil entre grupos humanos. Como apunta deporte como manifestación cultural —ni
el autor, dependerá de la situación el que la una palabra desde los Cultural Studies—,
articulación de tales tendencias se produz- fundamental para entender la transmisión
ca de un modo específico en cada caso. Es de valores en los flujos internacionales
éste un proyecto que lleva desarrollando (sobre todo gracias a lo que el autor deno-
desde inicios de los años noventa, esfuerzo mina complejo medios de comunicación-
que cristalizó a finales de la década con la deporte) y las formas de “recepción, resis-
publicación del ya clásico Global Sport: tencia y trascendencia” de esas formas cul-
Identities, Societies, Civilizations3. El libro turales. Durante los años ochenta y noven-
que aquí nos ocupa puede entenderse como ta proliferaron una serie de competiciones-
una continuación de la temática de tales productos o marcas no nacionales, previs-
trabajos pero con una nueva aportación. tos para su expansión internacional: la Liga
Pretende mostrar en concreto cuál es la Super-12 en rugby, la Champions League
relación local/global respecto a las políti- en fútbol, circuitos internacionales de tenis,
cas de identidad. Para ello se sirve de un de ciclismo, de motos y coches etc. A ello
análisis localizado en diversas actividades va asociado todo un modelo cultural con-
tal y como se desarrollan en el Reino creto, una ideología y unos valores deter-
Unido. Ésta es la parte central del libro — minados. Sin embargo, su recepción a nivel
que Maguire escribe en colaboración con local difiere, lo que supone la negación de
distintos autores— y en ella podemos la tesis unilateral de la homogeneización;
observar diversas manifestaciones de las más bien se puede hablar de un encuentro
conexiones globales-locales: desde el aná- de donde surgen nuevas formas culturales.
lisis sobre los movimientos internacionales Esto da la posibilidad de encarnar simultá-
migratorios de jugadores en el cricket al neamente “tendencias particularistas y uni-
modo en que el propio equipo deportivo se versalistas”. Maguire hace notar por ejem-
concibe como pieza clave para el manteni- plo que mientras otros productos america-
miento de identidad comunitaria frente a nos de cultura popular (desde series de
3 Joseph MAGUIRE, Global Sport: Identities, Societies, Civilizations, Polity Press, Cambrid-
ge, 1999.
Foro Interno
197 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 198
CRÍTICA DE LIBROS
Gran parte del actual debate en la teoría de una u otra etiqueta a autores como John
política de las últimas décadas se ha cen- Locke, Montesquieu, James Madison o,
trado en el redescubrimiento de la tradi- posteriormente, Alexis de Tocqueville y
ción republicana como una tradición de John Stuart Mill que encontramos en los
pensamiento alternativa al liberalismo (y diferentes análisis son buena muestra de
que ha sustituido a la dicotomía tradicional que cabe hacer una lectura republicana o
liberalismo/democracia). Apoyado en una liberal de sus obras, dependiendo del ele-
diferente concepción de la libertad (enten- mento que destaquemos en sus trabajos y
dida como ausencia de dominación) y un del papel que le atribuyamos en la diferen-
mayor énfasis en las virtudes cívicas ciu- ciación de ambas tradiciones.
dadanas, el republicanismo se ha presenta- Sin entrar de lleno en este debate, la
do como una corriente intelectual y un excelente descripción de la obra de Emma-
proyecto político definido que compite nuel Sieyès que nos ofrece Ramón Máiz
con el naciente liberalismo durante los en este libro contribuye a reforzar esta
siglos diecisiete y dieciocho hasta resultar conclusión. El análisis minucioso de los
completamente derrotado. A pesar de ello, escritos del abate le permite realizar una
muchos autores consideran que sus con- lectura que se aleja llamativamente de la
ceptos básicos pueden ser utilizados para interpretación tradicional dominada por la
diseñar un proyecto alternativo al liberalis- versión canónica de Carré de Malberg, que
mo del siglo veintiuno en las sociedades presentaba a nuestro autor como inspira-
democráticas contemporáneas. dor de la Constitución francesa de 1791, a
Como suele suceder con este tipo de la que se atribuía un contenido “liberal” y
controversias, el desarrollo de los estudios moderado, y la consagración de un con-
posteriores realizados desde esta perspec- cepto de soberanía nacional que servía
tiva ha matizado la radicalidad de las pro- para justificar la restricción del sufragio y
puestas iniciales y el resultado es que, al la independencia total de los representan-
final, más que contribuir a definir clara- tes. Por el contrario, en su interpretación
mente una tradición republicana vigorosa Máiz destaca constantemente los elemen-
y perfectamente identificable, estas discu- tos republicanos de las propuestas de Sie-
siones nos están ofreciendo una visión yès y la forma en que éste intentaba aco-
mucho más rica y compleja de la tradición modarlos a la realidad de su época, dando
liberal. En lugar de una competencia entre lugar a una teoría con rasgos originales y
corrientes de pensamiento alternativas, lo diferenciados, que incorpora tanto refle-
que se vislumbra es cómo el liberalismo xiones metafísicas como el análisis deta-
surge de una reelaboración de muchos de llado de mecanismos institucionales con-
los temas y conceptos del republicanismo cretos. Además, esta descripción de la obra
clásico (romano y renacentista) adaptados del abate se sitúa en el contexto de un
al nuevo contexto de las sociedades amplio y fructífero debate que tiene lugar
modernas. En este sentido, la adscripción durante la Revolución Francesa en el que
Foro Interno
199 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
se aborda una discusión de conceptos tan bién refleje con claridad que la dimensión
fundamentales como los de soberanía, colectiva de la personalidad humana es la
nación o representación, que nos permite que justifica la vida en sociedad.
apreciar sus interrelaciones y las conse- No obstante, son soberanía y nación
cuencias políticas del triunfo de unas defi- los dos conceptos clave de su teoría, cuya
niciones sobre otras. reformulación sostiene todo el edificio ins-
A través de un ágil relato que facilita el titucional construido como Estado consti-
acceso a la complejidad del texto, Máiz tucional y sistema representativo de base
nos introduce en el sistema de Sieyès seña- democrática. La descripción del contenido
lando como punto de partida de su discur- de ambos conceptos y de sus conexiones
so una concepción de la ciencia política ofrece, en opinión de Máiz, la clave para
como teoría normativa que proyecta sus entender las propuestas institucionales de
principios sobre una realidad dada (base Sieyès. La Nación se concibe como un
empírica). En este aspecto, la visión del agregado de individuos que se forma
abate coincide con la de muchos otros mediante el interés económico compartido
autores anteriores y coetáneos que insisten y que precede a la formación del Estado.
en la ruptura entre las repúblicas antiguas Éste nacería mediante el acto de soberanía
y los estados modernos, que obliga nece- fundamental a que da lugar la decisión del
sariamente a reformular el lenguaje políti- poder constituyente, y sólo puede adoptar
co para pensar las nuevas instituciones y la forma de Estado constitucional. Y en
poder transformar la realidad. La reflexión este tipo de Estado no existe ningún órga-
sobre la mejor forma de alcanzar una no soberano, pues todos los órganos, tam-
sociedad bien ordenada, por tanto, debe bién el pueblo, están limitados por la
hacerse teniendo como referencia el nuevo norma constitucional, y la soberanía queda
contexto: estados de gran extensión terri- como un recurso latente que puede acti-
torial, en los que la principal ocupación es varse sólo en momentos de crisis. Además,
el comercio (no la guerra), donde ha surgi- la misión fundamental que se atribuye al
do una cultura individualista y la religión poder del Estado es la de garantizar la
pertenece al ámbito de lo privado. Y todo libertad de los ciudadanos mediante el res-
ello descarta la posibilidad de acudir a los peto de todo un sistema de derechos.
precedentes históricos para pensar las nue- El análisis de los conceptos de sobera-
vas instituciones, en un período que ade- nía y nación es el que nos lleva a otro de
más es revolucionario. los conceptos clave, el de representación.
Desde este punto de partida, Máiz pasa La nación (o el pueblo) no tiene una
a analizar las coincidencias (y divergencias) voluntad definida y ésta (sea constituyente
de Sieyès con otros autores en relación con u ordinaria) se construye necesariamente a
su concepción del derecho natural, el con- través de la representación. Como destaca
cepto de libertad o la construcción de la Máiz, representar, en la concepción de Sie-
voluntad general. Pero lo que destaca en su yès, no es articular preferencias o deman-
interpretación es que el abate insiste en que das previas de los ciudadanos ni someter la
el individuo constituye el fundamento últi- voluntad de los representantes a la de los
mo del orden social, aunque, a la vez, tam- representados, sino “formar en común una
Foro Interno
2007, 7, 161-230 200
CRÍTICA DE LIBROS
voluntad común”. Y sobre esta concepción encajar a cada uno de los autores en tradi-
se erige lo que en el libro se denomina un ciones dibujadas con un trazo grueso.
“sistema representativo de base democráti- Aunque, como hemos visto, esta cuestión
ca” que proporciona una visión de la teoría no se desarrolla directamente en el libro
del abate muy alejada de la interpretación que comentamos, las preguntas sí están
convencional, y que la distancia claramen- ahí. ¿Es Sieyès más liberal o republicano?
te del modelo consagrado en la Constitu- ¿O se trata, por el contrario, de un demó-
ción de 1791. A diferencia de este último, crata-liberal avant la lettre? En su sistema,
el rasgo principal y distintivo de la pro- el individualismo metodológico, la sobera-
puesta de Sieyès sería la defensa del man- nía matizada, la defensa del Estado consti-
dato libre para favorecer la deliberación, tucional y la representación van de la
pero no la independencia absoluta del mano de la insistencia en el control de los
representante, que estaría controlado por representantes y el fomento del civismo y
las denominadas “asambleas primarias”. la participación ciudadana. Con sus tesis
Éstas se convertirían así en los órganos muestra la dificultad de intentar situar con
básicos de participación ciudadana encar- precisión el desarrollo de un liberalismo
gados de supervisar la actuación de los distinguible de un republicanismo tanto
representantes, y además constituirían radical como moderado, democrático o no,
espacios de socialización política y fomen- y de adjudicar las etiquetas que se han uti-
to del civismo ciudadano. lizado para intentar hacer encajar a los
El detalle de la visión de la representa- diferentes autores en distintas tradiciones.
ción de Sieyès nos muestra tanto su origi- Por eso, esta nueva lectura de Sieyès,
nalidad como las posibilidades que presen- además de contribuir a un mejor conoci-
ta su organización institucional. Al contra- miento de la obra de un gran pensador clá-
ponerla a las otras propuestas que en ese sico, aporta argumentos a esta polémica
momento histórico estaban en juego se que obliga a revisar las tradiciones y pro-
puede apreciar cómo la misma defensa de porciona una fructífera reinterpretación de
la representación se puede encarnar en los autores supuestamente republicanos,
diferentes modelos, mediante distintos pero también de los considerados libera-
mecanismos institucionales. Y esto puede les, contribuyendo a descartar interpreta-
darnos pautas para reflexionar sobre el ciones excesivamente simplistas (muchas
posible ajuste de los mecanismos de repre- veces intencionadamente negativas).
sentación en un contexto muy diferente No obstante, estos debates van más
como es el de las democracias contempo- allá, porque la revisión de las tradiciones
ráneas, en el que los partidos políticos se se utiliza para legitimar propuestas ideoló-
han convertido en mediadores de la repre- gicas contemporáneas. Y desde esta pers-
sentación y la política se desarrolla en pectiva, ¿qué puede ofrecer Sieyès? Máiz
múltiples niveles. se centra en el esfuerzo de componer una
Volviendo a lo que señalábamos al ini- descripción rigurosa del laberíntico siste-
cio, la versión que nos ofrece Máiz de la ma construido por el abate, y la admira-
compleja y matizada teoría del abate es ción que parece mostrar a lo largo de las
buena muestra de la dificultad de hacer páginas del libro no se traduce en un inten-
Foro Interno
201 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
to de asumir como propias algunas de las siones que aparecen en los distintos capí-
tesis o defender su vigencia conveniente- tulos, y que pueden haber quedado dilui-
mente adaptadas a los debates actuales. En das en el relato, para ofrecer una evalua-
este sentido, al terminar de hacer encajar ción más personal.
todas las piezas, pasa página de una forma En todo caso, las definiciones de los
un tanto abrupta, simplemente indicándo- conceptos que Sieyès proporciona están
nos que al final la influencia real de Sieyès ahí, así como el sistema en el que todas tie-
en los textos constitucionales franceses, a nen encaje, y se convierten en instrumen-
diferencia de lo que ha destacado tradicio- tos para inspirar la reflexión sobre nuestra
nalmente la interpretación dominante, fue propia realidad y en argumentos de autori-
muy escasa. Pero quizás hubiera sido dad para fundamentar nuestras propuestas.
deseable acabar con unas páginas en las
que se recuperaran algunas de las conclu- ELENA GARCÍA GUITIÁN
Foro Interno
2007, 7, 161-230 202
CRÍTICA DE LIBROS
Cuando todavía resuena el eco de las cos, que al menos en lo que respecta a la
voces que se revolvían ante esos nuevos antropología, todavía no han resonando al
modelos de familia que la nueva ley de mismo nivel que otros enfoques.
matrimonios homosexuales comenzaba a Nos recuerda su editor que en los últi-
regular, es muy bien venido un texto que, mos quince años se ha producido un incre-
desde la antropología, nos desvela lo cul- mento considerable de publicaciones de
tural de muchas de las acepciones que el contenido antropológico sexual, funda-
pensamiento hegemónico nos impone mentalmente en inglés. Y enfatiza el hecho
como naturales. de que pocas han sido traducidas al espa-
Es esta Antropología de la sexualidad y ñol. No creo que este vacío sea debido a un
diversidad cultural que edita el antropólo- desinterés por esta temática entre los edi-
go José A. Nieto una introducción bastan- tores españoles. Más bien al contrario.
te exhaustiva a las aportaciones que desde Cada vez es más fácil encontrar en las
el constructivismo ha realizado la antropo- librerías españolas algunos de los clásicos
logía al estudio de la sexualidad. Se pre- contemporáneos de la antropología de la
senta como un manual de curso para estu- sexualidad traducidos al castellano1. Yo
diantes de antropología, pero dada la diría que incluso en una proporción mayor
variedad de las aportaciones y los temas que otros textos antropológicos considera-
que introduce tiene claramente un público dos hoy como clásicos. Si bien es cierto
bastante más amplio. Mucho más en un que muchos de los debates —algunos cen-
contexto como el español que políticamen- trales en la antropología, como es el que
te se ha colocado en la vanguardia en el gira en torno al concepto de familia2— han
reconocimiento de la multiplicidad de llegado a España con un retraso de más de
identidades sexuales. Como ha ocurrido en diez años, y que gracias a libros como el
otros temas en la sociedad española, muy que aquí comentamos están comenzando
rápida a la hora de plantearse teórica y también a incorporarse al caso español3.
políticamente algunas cuestiones, también Lo que sin duda sorprende a los legos
en este caso la ley anticipó las transforma- en la materia es que una disciplina como la
ciones sociales y éstas a los debates teóri- antropología que ha hecho de la diversidad
1
Véanse, por ejemplo, Kath WESTON, Las familias que elegimos. Lesbianas, gays y paren-
tesco, Bellaterra, Barcelona, 2003 y Gilbert HERDT y Bruce KOFF, Gestión familiar de la homose-
xualidad, Bellaterra, Barcelona, 2002.
2
En los últimos diez años las ceremonias de bodas se están convirtiendo en parte integral de
los derechos de las lesbianas, bisexuales y gays y los temas familiares pasaron a ocupar el centro
de la vida de lesbianas, gays y bisexuales.
3
El texto coordinado por Xavier ROIGÉ, Familias de ayer, familias de hoy, editado por Ica-
ria en 2006, es una muy interesante contribución a este debate.
Foro Interno
203 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
cultural su objeto de estudio haya tardado había ocurrido con otros movimientos
tanto tiempo en acercase a la sexualidad. sociales y políticos, la fuerza del movi-
Efectivamente, salvo algunos casos aisla- miento gay en los Estados Unidos está en
dos (Edward Westermack, Bronislaw la base de la atención que se comenzó a
Malinowski, Margaret Mead, Mary Dou- prestar a la homosexualidad en la esfera
glas), la antropología no se gira hacia la académica. Pero, como también ocurrió en
sexualidad hasta la década de los setenta otros ámbitos, la antropología se sumó
adoptando en la década de los noventa las más tarde que disciplinas como la historia
interpretaciones mas innovadoras desde la o los estudios culturales. En parte por la
perspectiva teórica de la construcción aporía a la que se enfrentaba la disciplina,
social. Nieto, en el estudio que introduce que, por un lado, planteaba la observación
este libro, habla de un redescubrimiento participante como método de investiga-
del sexo por parte de la antropología. Un ción etnográfico y, por otro, imponía por
giro al que contribuyeron en gran medida medio de un código ético el carácter ase-
los escritos gays y lésbicos así como algu- xuado del antropólogo en el campo. Expe-
nas corrientes feministas. Conviene seña- rimentar la sexualidad en el trabajo de
lar entre estas aportaciones a Audre Lorde, campo, y etnografiarla como se atrevió a
quien menciona por primera vez el matri- hacer en 1982 una antropóloga que firmó
monio de mujeres en África en 1984, y a con seudónimo (Manda Cesara), venció el
Gayle Rubín, que en un artículo seminal último tabú en el trabajo de campo y ter-
plantea que “el sexo es sexo pero lo que minó liquidando lo que Nieto define como
califica como sexo también es determina- “la estrategia actitudinal antropológica de
do y obtenido culturalmente”4. La apari- no interesarse en el estudio de la sexuali-
ción y posterior desarrollo del SIDA, que dad”, y abrió otra línea de investigación
planteó, entre otras cuestiones, la centrali- que en el libro que nos ocupa ejemplifica
dad del estudio de las conductas sexuales, el texto de Fran Markowitz, “Sexualizan-
fue el otro eje sobre el que se apoyó este do al antropólogo”, y que remite a esa otra
resurgimiento disciplinario. vuelta de tuerca de la antropología reflexi-
Lo cierto es que la antropología de la va que ha hecho del antropólogo —en este
sexualidad tiene en las críticas feministas caso, antropóloga— su propio objeto de
y en los escritos gays y lésbicos sus claros estudio.
antecesores. Como ocurría con la primera Lo cierto es que el redescubrimiento
antropología del género hay en esta nueva del sexo por parte de la antropología —en
corriente, que surge en el marco de las cri- gran medida debido al gran impacto de la
sis de re-presentación de la disciplina a teoría de la práctica en antropología5— ha
partir de los años setenta, una clara con- conducido a un provocativo replantea-
ciencia militante. De hecho, al igual que miento de la relación entre sexo y género.
4
Gayle RUBIN, “The Traffic in Women”, en Rayna R. REITER (comp.), Towards an Anthro-
pology of Women, Monthly Review Press, New York, London, 1975.
5
Véase, por ejemplo, Sherry ORTNER, “Theory in Anthropology since the sixties”: Compa-
rative Studies in Society and History, n.º 26 (1984), pp. 126-166.
Foro Interno
2007, 7, 161-230 204
CRÍTICA DE LIBROS
6
Judith BUTLER, El género en disputa. El feminismo y la subversion de la identidad, Paidós,
Barcelona, 2001.
Foro Interno
205 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 206
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
207 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 208
CRÍTICA DE LIBROS
sión entre ethnos y demos, entre ciudada- ciudadanía y la naturalización, en una inte-
nía formal y particularidades étnicas y reli- resante asociación del personaje principal
giosas, con el consiguiente coste de la de Isabela con el de Antígona, quien repre-
naturalización y riesgo de muerte en la senta un mundo de rituales sociales parti-
ciudadanía. culares y diferenciados (los del hijo frente
Gracias a la revisión de El Judío de a los del padre, los de la mujer frente a los
Malta, El Mercader de Venecia y Otelo, el del marido), rituales positivos y negativos
trabajo recoge las consecuencias del fraca- de reciprocidad (p. 132) que nada tienen
so de la solución paulina a lo largo de la que ver con la ciudadanía de miembros
Edad Media y el Renacimiento, donde no iguales, equivalentes, y por lo tanto susti-
sólo los judíos rechazan la integración en tuibles en sus funciones. Isabela, una
Cristo, sino que son los gentiles quienes monja apartada voluntariamente de la
forman la nueva Iglesia, asociando cristia- sociedad, encarna la anulación y el sacrifi-
nismo y ciudadanía (p. 55), limitando y cio cruel de esas afiliaciones previas cuan-
apropiándose del universal, e interpretan- do rechaza intercambiar su virginidad por
do la autoafirmación de los judíos no la vida de su hermano, abriéndose a nue-
como el respeto y la integridad de un pue- vas formas de unión cívica (p. 143) que en
blo a su identidad, sino como autoexclu- su caso, y en general el de las mujeres,
sión de la comunidad política. Se conside- pasan por el matrimonio (pp. 13-14).
ra a los judíos sometidos a su propia ley (p. Mientras que Antígona rechaza con el
63), incapaces de emanciparse en Cristo (y sacrificio de su vida la muerte en la ciuda-
por lo tanto incapaces también de crecer danía, Isabela se casa en la ciudadanía (p.
en la ciudadanía), de naturaleza miserable 154), como resultado legal y ritual de su
y esclava, encerrados en una persecución ingreso (de su regreso) en el espacio cívi-
del interés propio que se limita al mercado co, donde sus capacidades sociales y fren-
y a la plaza (único espacio al que pueden te a la ley superan con creces las de la
acceder), y que nada tiene que ver con la mera función sexual, cuya negación era el
búsqueda del bien común. El pueblo judío, significado último de su vida previa.
representado aquí a través de los persona- El último bloque del libro se ocupa de
jes literarios, se ve atrapado entre el respe- La tempestad (capítulo 6), de Shakespea-
to a las normas sociales de una nación sin re, y Sansón Agonista (capítulo 7) de John
ciudadanía, y el deseo de igualdad y parti- Milton. En él se trata la cuestión de la
cipación en la esfera cívica, que sólo criaturidad del hombre, su núcleo más
puede ser satisfecho mediante sacrificios íntimo, previo a su existencia como hom-
reales y dolorosos, mediante la naturaliza- bre y como ciudadano, apoyándose en el
ción previa y forzosa, incompatible con la trabajo de Walter Benjamin y de Franz
pervivencia de su grupo como colectivo y Rosenzweig (pp. 162-165), conectándola
de dramáticas dimensiones para la identi- con el drama barroco del tirano-mártir,
dad personal. señor de criaturas pero criatura él mismo,
La revisión de la obra Medida por medi- alejado de la infalibilidad del creador,
da (capítulo 5), también de Shakespeare, da cuyas decisiones y actos violentos y
un nuevo giro al tema de los costes de la excepcionales ponen en riesgo su propia
Foro Interno
209 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 210
CRÍTICA DE LIBROS
1
[Hay una contundente fuerza del lenguaje que recorre a los hablantes como si fuese sangre].
Foro Interno
211 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
2
[Lo que quiero de vuelta es lo que yo era].
3
[Mintiendo, cuando tú no estás].
4
[En ocasiones, nada puede hacerte sentir más culpable que decir la verdad].
Foro Interno
2007, 7, 161-230 212
CRÍTICA DE LIBROS
mitirnos mantener distancias. Estas matiza- nales asociados a los sujetos. En su lugar,
ciones ayudan a la autora a mantener el ofrece una narración multidimensional en
equilibrio inestable que caracteriza Imper- la que rescata la impersonalidad del len-
sonal Passion, una posición que parece guaje como uno de los mecanismos deter-
estar siempre a punto de decantarse por la minantes en juego. La autora explora este
violencia y la dominación irresistible del particular no sólo en el uso explícito de for-
lenguaje, pero que gracias a un tenaz mas lingüísticas convencionales que limi-
empeño se mantiene en la cuerda floja tan nuestra expresión sincera, sino en otros
haciéndonos vislumbrar, si bien en ocasio- asuntos como la determinación que impone
nes muy tímidamente, el camino a otros la posesión de un nombre propio no esco-
espacios lingüísticos y por tanto, afectivos gido, que difícilmente puede ser cambiado
más liberadores y creativos. (“Your name which isn’t yours”6) o los
Lo interesante de su enfoque no sólo efectos de un discurso hiriente que ha sido
reside en apuntar de qué manera el lengua- interiorizado (“Malediction”7). Sin esa
je fuerza cauces, recorridos y tiempos dimensión puramente lingüística que com-
narrativos, sino cómo además provoca plementa la psicológica y por supuesto la
emociones que sería un error atribuir única- socio-histórica los fenómenos afectivos
mente y en primer lugar a la dimensión psi- que determinan nuestra subjetividad serían
cológica de los hablantes. En el ejemplo difícilmente aprehensibles.
anterior “structurally induced, their guilt La obra de Riley se vuelve bastante
was linked to the frustration of trying to arriesgada cuando propone mecanismos de
truthfully inhabit a linguistic model or trope defensa frente a la fuerza impersonal del
which is tacitly and collectively understood lenguaje que nos condiciona con los que
to be untruthful”5 (p. 93). La autora indica explicita mejor su perspectiva acerca de la
que la mala conciencia con la que uno con- capacidad de agencia lingüística. Se trata
vive tras ciertos usos del lenguaje deriva de una apuesta loable, pese a que no aca-
específicamente de la existencia y el uso de bemos de acordar con ella su efectividad.
normas lingüísticas y no es necesario acudir Por ejemplo en “All mouth and no
a deseos inconscientes como forma prima- trousers”8 analiza los cambios generacio-
ria de explicación de estos afectos. nales que afectan al lenguaje sexual y sus
Este es otro punto fuerte de Riley, su modos de expresión. Riley describe la
resistencia a reducir ciertos fenómenos experiencia de oírse como “sexualmente
afectivos a una pura dimensión psicológi- hablante”, debido a que nos vemos obliga-
ca, es decir, a hacerlos depender tan sólo dos a emplear estilos de hablar, vocabula-
del carácter y los condicionantes situacio- rios y modos, que no siempre, o no del
5
[Estructuralmente inducida, su culpabilidad está ligada a la frustración de tratar de apro-
piarse sinceramente de un modelo lingüístico o tropo que tácita y colectivamente es comprendido
como mentiroso].
6
[Tu nombre, que no es tuyo].
7
[Maldición].
8
[Todo boca y sin pantalones].
Foro Interno
213 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
todo, hemos escogido. Frente a ello propo- reapropiación performativa de este tipo de
ne la expresión explícita de la vergüenza, discurso. Riley propone otra solución con
entendida como un fenómeno híbrido, dos etapas. En la primera, el sujeto afecta-
emocional y lingüístico, que permite hacer do tendría que percibir de qué manera
frente y comprender nuestra incomodidad. quien pronunció las palabras hirientes no
Poder avergonzarse y tomar nota de nues- era un sujeto realmente autónomo sino
tra propia disconformidad es una manera condicionado por dinámicas discursivas
de superar el condicionamiento de estos que “le hablaban”. Y en segundo lugar, el
afectos impersonales lingüísticamente sujeto afectado debería reapropiarse de las
operados. La duda es si posicionarse emo- palabras que continúan resonando en su
cionalmente frente a los marcos del dis- interior y que con el paso del tiempo con-
curso y, sobre todo, percibir su impersona- forman ya su subjetividad. Lo curioso es
lidad es un instrumento dotado de sufi- que dicha reapropiación apela a la imper-
ciente fuerza como para modificarlos. sonalidad de las palabras, no a su conteni-
Quizá el artículo más arriesgado y do cierto o falso, sino a su objetualiza-
polémico de la obra sea “Malediction”, un ción, ya que si las palabras no nos perte-
análisis acerca de los efectos perniciosos necen en plenitud podemos distanciarnos,
del lenguaje hiriente y maltratador, en el desprendernos de ellas sin desprendernos
que Riley propone un mecanismo para por completo de nuestra identidad. En el
controlar o, al menos, reducir el daño que fondo pareciera como si Riley quisiese
causa la interiorización y reiteración de recuperar la idea de apropiación perfor-
dicho discurso por parte del sujeto maltra- mativa pero no de los contenidos resigni-
tado. “Malediction” hace una buena expo- ficados, sino del hacer impersonal del len-
sición de cómo trabaja el discurso maltra- guaje, en este caso, como mecanismo de
tador en la configuración de la subjetivi- defensa. Ya que no tenemos control com-
dad del sujeto herido y destaca el contex- pleto sobre él, tampoco deberíamos dejar
to social amplio y complejo en el que se que nos condicionase en exceso y la fór-
produce este tipo de discurso. Junto a eso, mula sería resaltar y valorar la distancia
expone dos objeciones. La primera se que provoca nuestro extrañamiento como
refiere al fortalecimiento psicológico del seres hablados y hablantes. Es cuando
sujeto afectado como solución; esta expli- menos paradójico proponer desligarnos de
cación deja al margen los mecanismos lin- aquello que nos constituye, pero quizá es
güísticos, puesto que confía plenamente el terreno de la paradoja en relación a las
en la mejora de la autoestima como forma emociones lingüísticas el que mejor
de reducir el daño e incluso hacerlo des- explora la obra de Riley.
aparecer. La segunda tiene que ver con
serias dudas acerca de la eficacia de la VANESA SAIZ ECHEZARRETA
Foro Interno
2007, 7, 161-230 214
CRÍTICA DE LIBROS
1
Arlene W. Saxonhouse es profesora del Departamento de Ciencia Política en la Universi-
dad de Michigan. Entre sus publicaciones están: Modern Mythmakers and Ancient Theorists (Uni-
versity of Notre Dame Press, 1996), Fear of Diversity: The Birth of Political Science in Ancient
Greek Thought (University of Chicago Press, 1992) y Women in the History of Political Thought:
Ancient Greece to Machiavelli (Praeger Series in Women and Politics, 1985).
2
Sheldon S. WOLIN, The Presence of the Past: Essays on the State and the Constitution,
Johns Hopkins University Press, Baltimore, MD, 1989.
3
Cerrado porque, como muy bien tiene en cuenta la autora, la referencia a ciudadanos “igua-
les” en la antigua Atenas sólo califica si se reconoce a la gran mayoría excluida de la ciudadanía:
mujeres, esclavos y comerciantes extranjeros. No se puede extraer de Atenas perspectivas de ciu-
dadanía universal. Sobre una población de aproximadamente 120.000 individuos solamente entre
5.000 y 7.000 asistían a la Asamblea con el fin de participar del proceso de autogobierno. (Nota
26, p. 29).
Foro Interno
215 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
4
“Y además, o nos formamos nuestro propio juicio, o bien deliberamos rectamente sobre los
asuntos públicos, no consideramos a las palabras un daño para la acción, sino mayor daño el no
enterarse previamente mediante la palabra antes de poner en obra lo que es preciso.” TUCÍDIDES,
Historia de la Guerra del Peloponeso, Hernando, Madrid, 1984, p.258
5
Este punto requiere aclaración. Traducir discurso por speech permitiría una inmersión más
honda en el entendimiento del lenguaje; en la medida en que el término discurso, con todo su oleaje
retórico, evoca el antiguo orare, el sentido contingente de la palabra pronunciada aquí-y-ahora ante
un auditorio. Aunque, como veremos, esta posibilidad será más bien sofocada a lo largo del argu-
mento del libro.
6
[En lo relativo a mi argumento el momento de la fundación democrática en Atenas es el
momento en que los atenienses adquieren la autoridad para gobernarse a sí mismos. Esa autoridad
viene a expensas de la historia, del pasado. Para gobernarse, el pueblo debe liberarse de lo que ha
sido, igual que los interlocutores de los diálogos platónicos deben desprenderse de las cadenas de
pasadas opiniones para comprometerse con la búsqueda de lo que es verdadero].
Foro Interno
2007, 7, 161-230 216
CRÍTICA DE LIBROS
tento y origen de la democracia significa bitoria y opresiva; una emoción que intro-
que el ejercicio democrático viene acom- duce la vergüenza y la mirada reprobatoria
pañado de una fobia7. En el fondo, Saxon- de los otros en el foro interior de cada ciu-
house intenta subrayar que cualquier reve- dadano. Si bien lo distingue de la culpa, el
rencia al pasado, cualquier autoridad fun- aîdos en la lectura de Saxonhouse aparece
damentada en la supuesta superioridad de como reflejo del control social; casi como
los primeros hombres, en los fundadores un instrumento pre-político al servicio de
de ciudades, “no es un sentimiento demo- las jerarquías de la polis8. Por eso mismo,
crático” (p. 52). Entramos así en las impli- en su argumento, la posibilidad de hablar
caciones y la complejidad del aîdos. con franqueza y de decir lo que se cree
En una suerte de doble hermenéutica, verdadero (parrhêsia) debe ser hostil a
Saxonhouse relata el mito que Platón pone este tipo de emoción cuya respuesta física
en boca de Protágoras en el diálogo socrá- es el sonrojo. Sin llegar a decirlo, la auto-
tico que lleva el mismo nombre. Allí, un ra roza la idea de que el ejercicio demo-
Protágoras elocuente e inventivo narra a crático de parrhêsia puede llevarse por
un Sócrates escéptico el mito por el cual delante, con toda su hostilidad y su embe-
Zeus envió a Hermes con un regalo a los lesamiento con la verdad, una parte impor-
hombres; ese regalo era el arte de la políti- tante del foro interno de cada ciudadano.
ca y estaba compuesto por dos dones: dikê Los cualidades asociadas a la parrhê-
(justicia) y aîdos (respeto). A partir de sia serían básicamente el atrevimiento y el
aquí, la autora aporta significados e inter- coraje (desafiar las jerarquías tiene sus
pretaciones del aîdos: si el Protágoras de consecuencias, y asumir el riesgo es cier-
Platón había enfatizado su carácter amiga- tamente valiente) y, segundo, el carácter
ble y de respeto por la ley (en cuanto al de veracidad que supone exponer “los pro-
estrechamiento de los vínculos entre las pios y verdaderos pensamientos” a partir
personas y emoción civilizatoria) Saxon- de la palabra (p. 88). Y resulta muy curio-
house, en su compromiso con Sócrates, lo so que con la soltura y la comodidad con
relaciona más bien con una emoción inhi- que la autora se desenvuelve a lo largo del
7
Y no es casual que, siguiendo este recorrido y al hacer un salto al presente, Saxonhouse se
haga eco del trabajo de Judith Shklar y su certera evocación de James Madison para El Federalis-
ta: “En principio el nuevo gobierno no necesitó de tradiciones, sólo de ciencia social”. El olvido
de la tradición en la fundación americana se asemeja más al reemplazo de la ciencia por la tradi-
ción, ya que sólo la ciencia social aparece a los ojos “eternamente vigilantes” de los padres funda-
dores, por utilizar la tan militarizada expresión de Hamilton, como “nueva, abstracta y universal”
(p. 204).
8
En este punto, como en otros, los ecos dialécticos son tal vez un poco estridentes. Y el
hecho de que la autora traduzca aîdos como vergüenza y, por tanto, como la fuerza inhibidora por
excelencia que impide decir en libertad pierde de vista las posibilidades igualmente democráticas
de decir con respeto y en libertad. Es el mismo tipo de desliz que la lleva a pontificar a Sócrates
en detrimento de Protágoras, a exaltar parrhêsia por omisión de isêgoria, a perseguir la verdad y
no lo verosímil; en suma, a rebajar la riqueza y profundidad de la retórica a la manipulación ver-
bal de algunos sofistas atenienses.
Foro Interno
217 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
9
“Parrhêsia opposed rather than supported the practice of a rhetoric that obscures and dis-
torts the truth for the sake of individual benefit. The truly parrhesiastic speaker eschews the art of
rhetoric. Rhetoric with its goal of deception is not an expression of parrhêsia, but rather its per-
version” (p. 92). [La parrhêsia, más que apoyarse en la práctica de una retórica que oscurece y dis-
torsiona la verdad en aras de la búsqueda del beneficio individual se opone a ella. El verdadero
practicante de parrhêsia huye del arte de la retórica. La retórica, con su objetivo del engaño, no es
una expresión de parrhêsia sino más bien su perversión].
10
ARISTÓTELES, Retórica, Alianza, Madrid, 2000.
11
Michel FOUCAULT, “«Discourse and Truth: A Study of Parrhesia». Six lectures given in
English at the University of California at Berkeley”, 1983. Puede consultarse una interesante trans-
cripción, hecha por Joseph Pearson, en http://www.foucault.info/documents/parrhesia (2/06/2007).
El contenido de estos seminarios se reeditó y publicó bajo el título Fearless Speech, Semiotext(e),
Los Angeles, CA, 2001.
12
“However, one can also find some signs of the incorporation of parrhêsia within the field
of rhetoric in the work of rhetoricians at the beginning of the Empire. In Quintillian’s Institutio
Oratoria, for example (Book IX, Chapter II), Quintillian explains that some rhetorical figures are
specifically adapted for intensifying the emotions of the audience; and such technical figures he
calls by the name «exclamatio»”. [De todas formas, pueden encontrarse ciertos signos de incorpo-
ración de parrhêsia en el campo de la retórica en la obra de los rétores al inicio del Imperio. En
De Insititutione Oratoria (Libro IX, capítulo II), Quintiliano explica que algunas figuras retóricas
están específicamente adaptadas para intensificar las emociones de la audiencia; dichas figuras
técnicas las denomina “exclamatio”]. FOUCAULT, “The meaning of the word Parrhêsia”, en
“Discourse and Truth: a Study in Parrhêsia”, http://www.foucault.info/documents/parrhesia,
(2/06/2007).
Foro Interno
2007, 7, 161-230 218
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
219 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 220
CRÍTICA DE LIBROS
Señalaré algunas de las cuestiones teó- nada se puede augurar como probable en
ricas más relevantes del texto con el obje- las ciencias del hombre, ni siquiera por
to de ver en qué medida sus ideas pueden medio de la razón. Es absurdo, pues, tratar
ser útiles para entender lo contemporáneo. de reducir los problemas de la existencia
Esto nos va a permitir, además, hacernos humana —problemas morales— a una
una idea de las influencias recibidas por el cuestión de medios, esto es, de técnica.
autor y las aportaciones posteriores de su Aplicar sistemas de ideas desvinculadas de
provocador pensamiento. De esta forma la acción a los seres humanos o tomar
constataremos cómo y por qué Sorel es nuestras propias construcciones teóricas
considerado uno de los padres fundadores como leyes universales e inmutables sólo
del anarcosindicalismo o sindicalismo puede traer las más funestas consecuen-
revolucionario y, en la misma línea, aun- cias. En este sentido, la crítica de Sorel a la
que con un devenir político de signo apa- Revolución Francesa y al racionalismo
rentemente opuesto, vislumbraremos ilustrado, con constantes referencias a las
pequeñas pinceladas sobre su influencia en “ejecuciones legales” en nombre de los
los orígenes teóricos del fascismo italiano valores que la sustentaban, es manifiesta
o —como ya han señalado otros autores— en toda su obra. Sorel es un antiliberal, un
en el nacional-sindicalismo joseantoniano. anticartesiano y un apologista indisimula-
En Sorel “el hombre” es un ser creador do1 de la violencia, pero al menos, como él
que sólo puede realizarse cuando crea; es mismo señala, no la adorna de eufemismos
ante todo un productor que se expresa a legales y disfraces judiciales. Al igual que
través de su obra, igual que un artista o un Kant y los románticos, Sorel hace descan-
escultor que talla la piedra. Desde esta sar todo el valor de “los hombres” en el
concepción naturalizada de las esencias carácter y en la motivación, añora una
humanas, que tanto recuerdan al romanti- vuelta a los valores “del robusto campesi-
cismo alemán, es desde donde Sorel va a no” y la calidad de vida por encima de
criticar el determinismo de Karl Marx y el valores materialistas y hedonistas, concep-
racionalismo, pues para él nada es previsi- ción que se asemeja claramente a la virtù
ble en la mente humana, a pesar de soció- del Renacimiento. Igual que en G. W. Frie-
logos ilustrados y demagogos utópicos. drich Hegel, para Sorel los humanos —a
Sorel critica en Marx su determinismo his- modo de tragedia griega— son autores y
tórico y su pretensión de adueñarse del actores.
futuro, es decir, dibujar de forma irrespon- Otra constante en toda su obra son las
sable y utópica el horizonte de la dictadu- duras críticas que vierte sobre el socialismo
ra del proletariado y el fin último —el fin parlamentario de su tiempo. Para Sorel éste
de la historia— de la desaparición del se había domesticado en los parlamentos
Estado. Sorel entiende que la vida es una plegándose al carácter pactista del parla-
batalla permanente donde todo está por mentarismo liberal y burgués, al que por
hacer y nada es previsible, por lo tanto otra parte atribuye el papel sustentador y
1
Sirva como muestra el título del apéndice II del libro, “Apología de la violencia”.
Foro Interno
221 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 222
CRÍTICA DE LIBROS
fascismo de Benito Mussolini; por momen- ma social armonioso donde las cuestiones
tos es esencialista en su concepción de la humanas —cuestiones morales, recorde-
naturaleza humana para luego reivindicar mos, para él— queden reducidas a meras
el carácter creador y creativo de la misma; cuestiones técnicas. Sorel fue un autor que
apela al honor de los ejércitos imperiales analizó los sucesos de la vida social y polí-
de Napoleón como valor absoluto, pero tica de su época desde una muy particular
repudia los intentos de la burguesía y del visión del mundo y de la política. Sus
socialismo parlamentario de desmovilizar influencias filosóficas siempre fueron
y vaciar de contenido la lucha de clases reconocibles, manifiestas y en ocasiones
para convertirla en lucha entre naciones. contradictorias; si en una primera etapa sus
Nos encontramos así ante un autor leído autores de referencia fueron Marx y Lenin
tanto en círculos de extrema derecha, como —a los que terminó reprobando— final-
izquierdistas o simplemente nacionalistas, mente fueron Henri Bergson, Gustave Le
inspirador de ambos extremos políticos y Bon y José Ortega y Gasset los filósofos
de un buen número de jóvenes revolucio- que más influyeron en su pensamiento. No
narios. Sin embargo creo que es de justicia obstante, lo que siempre es una constante
destacar su figura como azote de los dog- en su obra —y aquí es donde quizás encon-
mas y los lugares comunes en los que se tremos al Sorel más brillante y recomenda-
habían postrado los ideales ilustrados de su ble— es el cuestionamiento moral y filosó-
época. Sus ideas contribuyeron entonces y fico de los paradigmas científicos hegemó-
nos invitan aún, con una vigencia y actua- nicos de su época: el racionalismo y el
lidad que inquieta por momentos, a enten- determinismo histórico.
der de forma crítica lo contemporáneo y a
deconstruir el ideal racionalista de un siste- JUANMA DEL POZO
Foro Interno
223 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Se dice de Hannah Arendt que es la auto- a ésta que, por sus dimensiones, se preten-
ra que más bibliografía secundaria ha de sin duda canónica.
generado durante el último cuarto de siglo Tras una introducción ágil e informada
en la teoría política contemporánea. Una que se agradece, Williams nos sitúa ante el
obra extensa, de una riqueza por todos plan de la obra. Cada volumen aborda un
reconocida, junto a una personalidad y tema general: i) Arendt and Political
una biografía no exentas del atractivo de Events; ii) Arendt and Political Philosophy;
las grandes, han contribuido a todo ello. iii) The Human Condition; iv) Arendt and
También se ha dicho que a diferencia de Philosophy. Y cada apartado se divide a su
otros maestros de su generación, como vez en diversos temas ya más concretos:
Sheldon Wolin o Leo Strauss, la autora “The Origins of Totalitarianism”; “Revolu-
alemana no creó una escuela de discípu- tion; Democracy”; “Modernity and Social
los arendtianos. Era original, poco apega- Justice”; “Greece and Rome”; “Judge-
da a la vida universitaria, pero también ment”; “The Life of the Mind”… y así hasta
demasiado sugerente, e incluso para más de veinte. A pesar de que la mayoría de
muchos a menudo contradictoria. Aspec- los temas son los habituales de la crítica
tos de su obra como la distinción entre lo arendtiana, no estamos ante una simple cla-
político y lo social, la propia vida del sificación a base de grandes contenedores
espíritu, o qué decir de la nunca termina- donde depositar los trabajos escogidos. Al
da obra sobre el juicio no son los temas contrario, la compilación se ha tratado de
que crean una escuela. Pero sí interpreta- hacer con un mimo que se percibe desde el
ciones, y muchas. primer volumen, que se abre con el epígra-
Garrath Williams se ha enfrentado con fe “Personal Encounters”, bajo el que
éxito a la encomiable tarea de seleccionar encontramos pequeñas joyas de los amigos
más de setenta artículos, reseñas o capítu- y estudiantes más cercanos de Arendt,
los de libros sobre Hannah Arendt escritos como Mary McCarthy, Robert Lowell o
en los últimos cincuenta años en lengua Elisabeth Young-Bruehl, los cuales se des-
inglesa. Para ello se anuncia un comité piden de su maestra y amiga a la vez que
editorial de primera, con figuras tan cerca- nos cuentan detalles personales que nos
nas al pensamiento de Arendt como Seyla muestran quién escribía esos libros que
Benhabib, Margaret Canovan, Jeffrey tanto valoramos.
Isaac o Jerome Kohn, cuyos trabajos tam- A partir de ahí la obra es un sucesivo
bién se incluyen. Ya conocíamos algunas encuentro con reseñas y trabajos que, a
compilaciones valiosas, tanto fuera como pesar de las facilidades de internet, de los
dentro de nuestro país, donde Arendt se ha acuerdos de las bibliotecas universitarias
convertido en una de las autoras más leí- y de los esfuerzos de algunas publicacio-
das y comentadas. Pero ninguna que por nes por digitalizar sus archivos, son un
sus ambiciones y envergadura se pareciera auténtico tesoro. Es el caso del diálogo
Foro Interno
2007, 7, 161-230 224
CRÍTICA DE LIBROS
que entablan en 1953 Eric Voegelin y amplio reflejo que toma la numerosa inter-
Hannah Arendt al respecto de Los oríge- pretación feminista que la obra arendtiana
nes del totalitarismo. En realidad, el des- ha generado. Resulta por otra parte intere-
file de nombres es impresionante; así sante dedicar un apartado titulado —de-
tenemos, entre otros, a Raymond Aron safortunadamente— “Methodology”, a lo
tratando también el tema del totalitarismo, que en realidad trata de la manera antime-
a Eric Hobsbawn ocupándose de la revo- tódica de Arendt de pensar la política y sus
lución o a Paul Ricoeur analizando la dis- tiempos, el pensamiento o su propia forma
tinción entre poder y violencia; al maestro de escribir y narrar.
de Arendt, Karl Jaspers, con una entrevis- Por supuesto, una obra de estas carac-
ta acerca del polémico Eichmann en Jeru- terísticas siempre va a ser susceptible de
salén, a Sheldon Wolin con sendas críticas limitaciones, de ausencias temáticas, de
a la democracia y al pensamiento en interpretaciones diversas sobre quiénes
Arendt, un ambiguo reconocimiento a La están y quiénes no. En este sentido, quizás
Condición Humana desde Adrienne Rich, lo más llamativo sea el espacio que se le
una reseña del poeta y también amigo, W. otorga a un gran autor, Jürgen Habermas,
H. Auden, otra de Michael Oakeshott; y el único que cuenta con un apartado dedi-
por supuesto, todo el universo de nombres cado a su interpretación (“The Haberma-
que se han hecho habituales para los estu- sian Critique”) cuando ésta, aunque influ-
diosos de la autora alemana: su también yente en algunos círculos, resulta por lo
compañero y amigo Hans Jonas, Hanna menos limitada y confusa1.
Fenichel Pitkin, Dana R. Villa, Martín Jay, Williams especifica que los criterios de
George Kateb, Ronald Beiner, Judith selección de los trabajos son la calidad y la
Shklar, Albrecht Wellmer, Richard J. importancia de éstos, así como su disponi-
Bernstein y un amplio etcétera. Todos bilidad. Desconocemos cuándo este último
ellos realizan aportaciones tan relevantes criterio se impone a los otros, pero si
e interesantes que comentarlas sobrepasa entramos al detalle encontramos que en
el cometido de estas líneas. ocasiones estos principios se aplican, por
Se agradecen bloques temáticos que lo menos, sin todo el rigor anunciado. Es
nos muestren toda la actualidad política el caso, por ejemplo, del apartado dedica-
del pensamiento de Arendt. Es el caso del do a Grecia y Roma, donde se han escogi-
apartado dedicado a los derechos y los do dos textos recientes publicados en la
estados, o el mismo de “Power and Vio- revista Political Theory, valiosos por cuan-
lence”, donde se introduce una sugerente to nos muestran una Arendt antes romana
lectura biopolítica de Arendt a través de que ateniense, pero que en realidad parten
André Duarte. También es de alabar el de un trabajo anterior de Jacques Tami-
1
La justificación del editor al respecto descansa en que piensa que “deforming her
[Arendt´s] thought (as one may suppose of Habermas)” [deformando su pensamiento [de Arendt]
(como uno puede pensar que hace Habermas)], se logrará conectar e iluminar aspectos pasados por
alto sobre su pensamiento. Garrath WILLIAMS, “General Introduction”, vol. I., p. 16.
Foro Interno
225 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
niaux, y así lo asumen2. En este caso como górica del oído o nos distingue con acierto
en otros, creemos, siempre resultará más la soledad de la solitud (la khatima hebrea).
relevante incluir el texto que inaugura nue- Es cierto que la alianza, el pacto y la con-
vas sendas. fianza pueden encontrar sus bases explíci-
Por otra parte, celebramos el que se tas en la obra de Arendt dentro de Roma;
introduzca un apartado sobre “Jewish Poli- ¿pero de dónde proceden tales ideas teo-
tics and Identity” en el bloque que relacio- lógico-políticas sino de la misma Torá?
na a Arendt con los acontecimientos polí- ¿Qué sino las parábolas y alegorías de la
ticos que experimentó. Lo que no se Biblia contienen las fermenta cognitioni
entiende tanto es que sea un tema de con- que Arendt tanto alaba en Gotthold E.
tenido prácticamente análogo, “Zionism, Lessing?
Nationalism and Republicanism”, el que En otro orden de cosas, resulta muy
abra nada más y nada menos que el volu- positivo que Williams reconozca que esta
men dedicado a Arendt y la filosofía polí- impresionante compilación se limite a la
tica. Aquí de nuevo, como en gran parte de bibliografía en lengua inglesa sobre
la crítica arendtiana, se pasan por alto las Arendt, así como que al final añada una
hondas influencias que el pensamiento bibliografía seleccionada en otras lenguas.
judío imprimió en quien fue una niña judía Lo que realmente sorprende —una vez que
de Königsberg, acostumbrada a lidiar con el editor ha decidido acometer esta empre-
el antisemitismo desde entonces, que sa, por lo que se le supone versado— es
incluso aprendió hebreo en su exilio pari- que, en el apartado dedicado a los trabajos
sino, y que creció en un universo familiar en lengua española, se opte por ignorar a
y cultural que, aunque asimilado en su muchos de los grandes introductores de
mayor parte, guardaba muchas de las tra- Arendt en nuestro país.
diciones que marcaron la obra de contem- Por último, no podemos cerrar esta rese-
poráneos suyos de orígenes parecidos, ña sin comentar el precio excesivo que
como Walter Benjamin, Gershom Scholem toma la cuidada edición de estos cuatro
o el propio Leo Strauss. Con tales creden- volúmenes (alrededor de 800 euros en
ciales es natural que se vuelva una y otra total), algo que limita su acceso no sólo a
vez sobre temas como la identidad y la los lectores particulares, sino a las propias
cuestión judía o el sionismo, pero resulta instituciones. Es el único pero, eso sí, a
inexplicable que se continúe sin otorgar unas series de gran valor —que abordan en
atención teórica a la honda influencia que formato similar la obra crítica de autores
todo ello pudo causar en una autora que al como Thomas Hobbes, John Locke, Baruch
hablar del pensamiento se refiere también Spinoza, Jean-Jacques Rousseau, Jeremy
a los sueños, se fija en la importancia ise- Bentham, Antonio Gramsci o Michel Fou-
2
Jacques TAMINIAUX, “Performativité et Grécomanie”: Revue Internationale de Philosophie,
n.º 2 (1999), pp. 191-205. Trabajo que desarrolla en: “Athens and Rome”, en Dana VILLA (ed.), The
Cambridge Companion to Hannah Arendt, Cambridge University Press, 2000, pp. 165-177. Hay
que decir que de Taminiaux sí se ha incluido otro excelente trabajo, “Time and the Inner Conflicts
of the Mind” (vol. IV, pp. 175-191).
Foro Interno
2007, 7, 161-230 226
CRÍTICA DE LIBROS
cault— y que denotan un esfuerzo editorial empresa que ha logrado reunir una serie de
y compilador considerable. auténticos tesoros y que, sobre todo, va a
En cualquier caso, y aparte de las críti- facilitar mucho la tarea del estudioso de
cas, insistimos, que toda obra de estas Hannah Arendt.
dimensiones y ambiciones tiende a gene-
rar, nos encontramos ante una magnífica VÍCTOR ALONSO ROCAFORT
Foro Interno
227 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
1
Slavoj ZI# Z#EK, Bienvenidos al desierto de lo real, Ediciones Akal, Madrid, 2002, p. 15.
Foro Interno
2007, 7, 161-230 228
CRÍTICA DE LIBROS
2
Max WEBER, El político y el científico, Alianza Editorial, Madrid, 1988.
3
Z#IZE# K, Bienvenidos al desierto de lo real, p. 71.
Foro Interno
229 2007, 7, 161-230
CRÍTICA DE LIBROS
Foro Interno
2007, 7, 161-230 230