Sei sulla pagina 1di 2

Un Espejo Para Mirarnos

Marcos R. Taveras 16 de Ene 2010 12:00 AM


Mi alerta del pasado sábado, finalizaba diciendo: “Creo que solo
puede evitarse el derrumbe si los señores líderes de los poderes del
Estado empiezan a actuar de concierto para pararlo y recomponer la
confianza de la nación que la mayoría de ellos y sus instituciones
han perdido”.
Me refiero a la dirección del trayecto que han estado cavando
nuestros líderes, que nos hace presentir al Estado fallido, definido
como “un país en el que el Gobierno no tiene el control real de su
territorio ni es considerado legítimo por una parte importante de la
población, no ofrece seguridad interna ni servicios públicos
especiales a sus ciudadanos, y no tiene el monopolio del uso de la
fuerza”.
Cuando la República Dominicana fue calificada en el lugar 19 por la
organización “Fund for Peace” en su reporte de julio del 2005, en
vez de tomar el informe como un alerta para evaluar lo andado y
corregir la dirección de sus andanzas, nuestros líderes prefirieron
ofenderse y refutarlo como insulto a la patria y echarlo al zafacón
como bazofia.
Desafortunadamente, por esa desidia, nos encontramos más cerca de
alcanzar las características del Estado fallido: no hay control
efectivo de los mares territoriales, ni del territorio nacional, ni del
espacio aéreo.
Los mares son cosechados por naves extranjeras, las nuestras, las
que son de construcción nacional, en su casi totalidad se usan para
satisfacer las necesidades de transporte de quienes desean abandonar
el país. Nuestro territorio tampoco está bajo el control del Estado
Dominicano, sino de todos los tipos de traficantes y contrabandistas,
al igual que nuestro espacio aéreo, quienes tienen probada capacidad
para perturbar el orden social.
Con las desgracias provocadas por el terremoto de Puerto Príncipe
hay mayores oportunidades para que se desarrolle el liderato y los
negocios de los desalmados traficantes y contrabandistas. También
para que el control de nuestras fronteras se convierta en mercancía
de enriquecimiento personal.
No he leído una sola opinión que dé credibilidad al espectáculo que
procuraba desvelar la composición de la claque criminal de Figueroa
Agosto.
Tengo la convicción de que nuestra falta de confianza en las
instituciones del poder de la República Dominicana son lo
suficientemente graves y mayoritarias como para impelerlas a iniciar
de inmediato acciones que eviten que sigamos por el derricadero
hacia el Estado fallido.
Está solo en las manos de los líderes que la nación dominicana tenga
un Gobierno con el control real de su territorio, que sea considerado
legítimo por la mayor parte de la población, que ofrezca seguridad
interna y servicios públicos especiales a sus ciudadanos, y que tenga
el monopolio del uso de la fuerza.
Marcos R. Taveras es consultor empresarial
marataveras@hotmail.es

Potrebbero piacerti anche