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As que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio
de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios.
Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcili consigo mismo por Cristo, y nos
dio el ministerio de la reconciliacin;
Que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomndoles en
cuenta a los hombres sus pecados, y nos encarg a nosotros la palabra de la
reconciliacin.
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios,
edificio de Dios.
El sembrador es el que siembra la palabra.
Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, con qu ser salada?
No sirve ms para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres.
Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede
esconder.
Entre tanto que voy, ocpate en la lectura, la exhortacin y la enseanza.
Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en m, y yo en l, ste lleva
mucho fruto; porque separados de m nada podis hacer.
Porque el que se avergonzare de m y de mis palabras en esta generacin adltera y
pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzar tambin de l, cuando venga en la
gloria de su Padre con los santos ngeles.
Sino santificad a Dios el Seor en vuestros corazones, y estad siempre preparados
para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande
razn de la esperanza que hay en vosotros.
Tambin les refiri Jess una parbola sobre la necesidad de orar siempre, y no
desmayar.