Peter (que se pronuncia exactamente as, "peter" y no "piter" ) era un amigo

cuidacoches, de origen eslavo, de sueos socialistas cercados por la adiccin al

alcohol y una fatal cirrosis. Cuidaba los coches de quienes nos acercbamos a
la playa. Con lo que reciba en la jornada apuraba el final de sus das y la
emergencia de sus sueos.
Lo haca de tal modo que quien quisiera entender entenda que esa era la tarea
que se haba planteado para culminar su humana misin entre nosotros. Me
recordaba al hermanito Mauricio Silva, que mientras trabajaba de barrendero
comentaba: "barrer por barrer es un trabajo, barrer por amor es una vocacin."

Un da Peter me dijo:
- "Director, usted que en la escuela puede, tengo una idea que est muy buena
para mejorar a los hombres: por qu no hace con los gurises una huerta para
plantar naranjas, mandarinas, limones...?, se imagina a sus alumnos
trabajando para hacer que la tierra produzca cosas tan buenas?..., eso mismo
habra que hacer con los presos, no le parece?..."

En ese momento su revolucionaria apuesta me hizo oscilar entre la palabra

vaca para zafar del paso, o la mirada a los ojos buscando desentraar su
profeca... Ese da yo al "Peter" lo v por primera vez transfigurado, parado al
oeste de mis rumbos, mientras se renda el sol y avanzaba la penumbra.

La segunda vez, y la definitiva, fue tres das despus del triunfo del Frente,
cuando amaneca la noche aquella que haba decretado que lo imposible ahora
era posible.

Cuando llegu a la playa l vena caminando por la calle abierta, los brazos
ms abiertos que la calle misma, el rostro iluminado desde el este de sus
rumbos, y cantando a voz en cuello aquella milonga de Viglietti:

"las cosas que estn pasando, son cosas de no creerlas

y eso que estuve esperando toda una vida pa' verlas"

Esa maana yo lo vi resucitado, vi que sus pies se elevaban suavemente y l

vena tan liviano como sus alpargatas, ondeando su cuerpo y su vieja camisa
como la ms bella bandera. Aquella inaugural maana de tiempos nuevos
nuestra simultnea carcajada de alegra prolongaba el eco de la risa de los
pobres de todas las historias....y le respond con otros versos:

"Felices los pobres, porque de ellos es la promesa y el cumplimiento de la

perfecta alegra!, sus hijos heredarn tierra, naranja, mandarinas, y limones!"

Espero no olvidar nunca ese encuentro, como mi primer encuentro con el

Maestro, con su Misterio latiendo en sus palabras y en las noches estrelladas
camino a casa. Mientras vamos en camino, gracias por lo que compartimos!!!