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DEMOCRACIA Y REVOLUCION: SUS USOS EN AMERICA LATINA, PARTICULARMENTE EN LOS ANOS SESENTA Lucia Sala de Touron Lipa a eS, Este breve texto constiruye s6lo un ejercicio sobre diferentes usos en América Latina de dos términos con fuerte carga ideolégica: democracia y revolucién. ‘Dedica un espacio algo mayor a su empleo en los afios sesena del siglo 30x. No se propone explicar, ni siquiera descrbir, los procesos histéricos en que se ins- criben, a los que, en todo caso, alude. De origen occidental, ambos eérminas han sido uni y otra ver resignificados cn distintas épocas ¢ incluso aplicados con diferentes sentidos en un mismo mo- ‘mento. Los objetos construidos a los que reficren'los términos democracia y revolucién —segin el sentido que se les haya asignado~ fueron complemen- tarios o incompatible, sobre lo que abundan ejemplos en los aos sesenta Una revisién hist6rica muy general del tema puede prevenir en la actual ‘dad del riesgo de “congelar” una tinica versién sobre la democracia. En Amé- rica Latina, aunque no sélo en ella, la democracia participativa es invocada en iscursos politicos por movimientos sociales y por corrientes y:gobiernos Sprogresisea” Comienza también a ser invocado el caricter revolucionario de algiin pro- eso, no a la manera sesentista, sino entendido como transformacién sustan- plise dee asd: a Refocra Unvestaa ena Rv de Fiala ris. 6, Buenos Ai eg. Sobre xia de Jost Calor Mariteg y a volun del pensamiento de Haya, vse Jiaio Cones, Clas, Eade ynacdn ene Per Mésico, UNAM, 1982, pp. 185-222 204 MIRADAS DE CONTUNTO | cidn de 1910. En Colombia, la Revolucién en Marcha ~que en 1934 llevé a 4a presidencia al liberal Alfonso Lopez. Pumafejo— inauguré tina politica mo. defadamente reformista en el plano laboral y en relacién al problema agratio. ré content temporalmente a un pafs donde se habfan producido huelgas, incluso en Ia empresa bananera, y luchas campesinas. [Be Argentina se ausodenominé revolucia el gope militar encabezado por el general José Félix Uriburu, que en 1930 derrocé al presidente electo lop afios antes por la Unién Civica Radical, Hipélito Yrigoyen. Si bien la cri sis| politica era anterior, la de 1930 contiibuyé a precipitarla. Ideolégica- ingot, iburu se nutrié del nacionalisino de derechas argentino, mencls de anismo ultraconservador, integrismo catélico con otras fuentes. En una rpclama del 10 de octubre de 1930, el dictador manifest6 que si la demo- cia era restaurada, debia sustituirse la representacidn “de comite” por un régimen corporativo."> La dictadura desembocé, de todos modos, en la lla- mada “década infame”. | | REVALORIZACION DE LA DEMOCRACIA Dé las dice dicraduras que existfan en 1943, la mayorta hablan sido susie das dos afios después mediante transiciones “desde arriba’, en acuerdo con la ‘ofosicidn o con parte de ella, 0 derrocadas por movimientos clvico militares con diversos grados de partcipacién popular | La democracia fue invocada por los opositores a las dictaduiras, incluidos log partidos liberales, los revolucionarios y las organizaciones obreras, est ikntiles ¢ intelectuales en la segunda mitad de los afios treinta y sobre todo desde 1943, cuando se revirtié la suerte de la Segunda Gucira Mundial, Sueesivos“climas de época”incidieron en Améiea Latina: desde la cxahtaién la democracia por parte de los aliados durante la guerra y en la inmediata sguerra, junto a la promesa de un mundo mejor y la autodeverminacién de log pueblos, hasta la “Guerra Fria’, cuando los paises latinoamerieanos se in- Pieroni cemicaraeat ed esadounidense. La evolucién particu- Jat de cada uno estuvo condicionada por lo que muy esqueméticamente pode- me amar “teulaionhisoe La versién del candidato a la presidencia de Chile en 1937, Gustavo Ross, rlustra que el término democraciapodia ser empleado en otro sentido: como |! Eno J. orbit, “Pura uns hina olen dela fara armada. Los gps mils te", en Todo er Hinorie, nian. 188, Buenos Aies, 1985, DEMOCRACIA ¥ REVOLUCION: SUS USOS EN AMERICATLATINA... 208 “el gobierno de la seleccién y no de Is masa inculta’. Por el contratio, en el discurso del Frente Popular se resaltan las libertades democréticas junto al re- formismo social. En Uruguay, en 1938, una inmensa manifestacién reclamaba una “nueva constituci6n y leyes democriticas". La transicién hacia Ia democracia desde La dictadura desemboos en la restauracién, en otras condiciones histéricas, de un sistema institucional que reconstituyé el bipartidismo ttadicional. La izquicr- a ditigié al movimiento sindical, que no fue cooptado por el gobierno. En Venezuela, en el clima de “democracia y iberacién nacional”, segin re- lata Rémulo Betancourt, Accién Democritica lleg6 al gobiemo mediante una “revolucién” militar. Este partido, fundado en 1941, tenia, segiin Betancourt ~como antes el Partido Democrdiico Nacional-, una composiciSn policlasis- ‘2, ya que era integrado por sectores medios, abreros y campesinos..” La dictadura militar que habia derrocado a Gentlio Vargas comenzé a am- pliat las libereades politias, a liberar presos, y fj6 fecha para la cleccién, La ‘oposicién “democrética” en Brasil, como en otros pafses de América Latina, in- * Resulea sugestiva la referencia ala democracia en el “Objetivo nacional del gebicno de Chile", ado a conocer el 23 de diciembre de 1975, Se exprea alli dl propésito de configurar “una nueva democracia mediante la crescién de un fevo sistema politico insticucional, que preserve efectivamente las bases de Estado nacionalista y libertario, frente «la pretensién de socavarla".® El ge- rncral Augusto Pinoche no pudo cumplir el suefio de seguir la huclla del ge- ‘nckalisimo Franco: “morir de viejo siendo presidente de Chile”.»» % Alejandeo Wicker, Salvador Allrde... pets pp. 15-135. | © Javier innedo Castro, “Chile fines del siglo 0s entre lt modernidad, modernizacién 1a identidad”, en Eduardo Devt, Javier Pinnedo y Rafiel Segredo (comps), HI pensamiente ‘bilene en lilo 2% Mixico, Fondo de Caleta Econdmica, 1999, p. 322. ® Alejandro Wickes, “Junta milter: Objeivo nacional del gobierno de Chile”, en Chile edad y pote. Anelgi, México, UNAM, 1978, p. 308. % Javier Finnedo Casto, op et, p. 318, DEMOCRACIA Y REVOLUCION: SUS USOS EN AMERICA LATINA... 221 z [LA PECULIARIDAD ARGENTINA Uno de los empleos més llamativos de os términos revolucién y democracia pa- 1a calificar a una dictadura fue el de Ia “Revolucién Argentina”, que en 1966 de- rrocé al gobierno constitucional presidido por el fadical Arcuro Illia, en particu- Jar durante los ers aos de la “presidencia’ del general Juan Carlos Onganfa. La “revolucién” se proclamé defensora de los valores de la tradicién y ma- nifesté, entre otras cosas, su propésito de realizar el “cambio de estructuras”, como parte de un “proyecto nacional”. Su gobierno fue uno de los més s6li- dos aliados de Estados Unidos. Ya a comnienzos de los aios sesenta, algunos ge- nerales, en la perspectiva de la doctrina de la “seguridad nacional” (inicialmen- te inspirada en la uleraderecha militar francesa), sostenfan que Argentina se hallaba involucrada én la tecera guerra mundial, contra enemigos comunistas abiertos y encubiertos. Aduciendo que la inepcia y la politiquerfa de gobiernos civiles favorecfan la subversién, sostenfan que en decerminadas circunstancias las Fuerzas Armadas debfan sustituirlos.™ Durante el “onganiato”, la “seguri- dad nacional”, el corporativismo y el integrismo catélicos, las posturas cerca- nas al Opus Dei y el franquismo se combinazon con politcas de cardcter des- arrollista y modernizadoras en base al gran extranjero y nacional. Esto \kimo implicé el disciplinamiento de una fuerza de trabajo con importante experiencia de lucha. También se reprimié la resistencia estudiantil y universi- taria a la imposicién de una ideologia més reaccionaria que conservadora. El dliscurso en esta etapa de la dictadura incluyé la peregrina afirmacién de que cl gobierno no habfa renunciado a la democracia, a pesar de “la desaparicién de los partidos politicos, del Congreso Nacional y de las legslaturas provincia les". Segin escribié Rati Alfonsin en el periédico opositor Inédite, el vicepre- sidente de Estados Unidos Richard Nixon realiz6 una pirueta magistral para slogiar a la revolucién y “dejar aclarada ru posicién democritica”. Adujo que jado sélo esperaba “poner en orden Ia economia para permitir la demo- cracia representativa’ >? No iba a ser la tinica versi6n de la revolucién ni de la democracia que sos- tendrian las Fuerzas Armadas, incluyendo las expuestas por quienes fueron considerados politicamente “liberales” que, en alggin caso, combinaron m: das de proteccin a la industria nacional y vetas populistas. El general Ale~ Osiris Guillermo Viegas, Plicry etratpian pare ef desarrollo y a seguridad nacional, ‘Buenot Aites, Pleamar, 1969, pp. 253 y : Radi Alfoasin, “Una bualaconcra la dicadura’ en Indio, Buenos Aires, Lega, 1986, p83.

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