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todos los compatriotas y a los proslitos, esto es, a los gentiles que
se haban adherido al judasmo. Con la eleccin de los personajes
(un samaritano que socorre a un judo!) Jess viene a decir que la
categora de prjimo es universal, no particular. Tiene como
horizonte el hombre, no el crculo familiar, tnico o religioso.
Prjimo es tambin el enemigo! Se sabe que de hecho los judos
no tenan buenas relaciones con los samaritanos (cfr. Jn 4, 9).
La parbola ensea que el amor al prjimo debe ser no slo
universal, sino tambin concreto y activo. Cmo se comporta el
samaritano de la parbola? Si el samaritano se hubiera contentado
con acercarse y decir a ese desdichado que yaca en su propia
sangre: Pobrecito! Cunto lo siento! Qu ha pasado? nimo!,
o palabras as, y despus se hubiera marchado, no habra sido todo
ello una irona y un insulto? Hizo otra cosa: Acercndosele, vend
sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montndole sobre su
propia cabalgadura, le llev a una posada y cuid de l. A da
siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo:
Cuida de l y, si gastas algo ms, te lo pagar cuando vuelva.
Pero lo verdaderamente nuevo, en la parbola del buen
samaritano, no es que en ella Jess exija un amor universal y
concreto. La autntica novedad, observa el Papa en su libro, est en
otro punto. Despus de narrar la parbola, Jess pregunta al doctor