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nero/ Abril 2016 LA VERDAD TESTIMONIAL Y SU PRECIO El estado de la cuestién: P. GARCIA PEDRAZA. Reflexién y critica: J.J. SIMAN JACIR, R. GUIDO VEJAR YJ. CHAMIZO DE LA RUBIA. Agora: M. GARCIA RODRIGUEZ. Didactica: F. GARC{A-CANO LIZCANO. Informaciones. Dialogo Filoséfico Revista cuatrimestral de reflexi6n, critica e informacién filos6ficas editada por Didlogo Filoséfico®. Didélogo Filos6fico anicula su contenido en articulos solicitados en torno a un tema o problema filosofico de actualidad en las secciones «Estado de In cuestions y «ReflexiGn y critica. Ademés publica siempre articulos no solicitados en la seccién «Agora (filosofia en general) y ocasionalmeme en la seccién “Didicticar (relacionada con la ensefanza de Ia filosofia y la filosofia de la educacién). Privilegia los de contenido no meramente hist6rico ¥ expositivo, sino que reflexionan de manera original sobre los problemas reales 0 dialogan creativamente con los pensadores y las corrientes filos6ficas presentes y pasadas, Dichos articulos pasan por un proceso de evaluacién ciega por pares. Asimismo acepta el envio de recensiones que recojan una confrontacién critica con libros de reciente publicacién. Director: José Luis Caballero Bono (Universidad Pontificia de Salamanca). Secretario: Juan José Raya Araque COMITE CLENTIFICO Vittorio Possenti (Université degli Studi di Venezia), Erwin Schadel (Osto-Friedrich Universitat Bamberg), ‘Mauricio Beuchot (Universidad Nacional AutGnoma de México), Adela Cortina (Universidad de Vatencia), Jean Grondin (University of Montreal), Charles Taylor (McGill University), Joao J. Vila-Cha (Universidade Catdlica Porssguesa), Miguel Garcia-Bar6 (Universidad Pontificia Comillas), Petér Colosi (The Council for Research in Values and Philosophy), CONSEJO DE REDACCION idefonso Murillo (Universidad Pontificia de Salamanca), José M* Vegas Moll (Seminario Diocesano de San Petersburgo), Ignacio Verda (Universidad Pontificia Comillas), Jestis Conill (Universidad de Valencia), ‘Camino Cahén Loyes (Universidad Pontificia Comillas), Jorge M. Ayaia (Universidad de Zaragoza), Antonio ‘Sinchez Orantos (Universidad Pontificia Comtillas), Félix Garcia Moriyén Universidad AutGnoma de Madr), {Juan Antonio Nicolés (Universidad de Granada), Juan J. Garcia Norro (Universidad Complutense de Madtid), ‘Agustin Domingo Moratalla (Universidad de Valencia), Manuel Sanchez del Bosque, Leonardo Rodriguez Duplé (Universidad Complutense de Madrid) EVALUADORES EXTERNOS - Secciones «Agora» y «Didactica> Antonio Heredia Soriano (U. de Salamanca), Abicia Villar Ezcurra (U, Pontificia Comillas), Rogelio Rovira Madrid (U. Complutense de Madrid), Pablo drs Fahrer (Consejo Pontificio de la Cultura), Vicente D. Garcia Marzi (U. Jaume 1), Emilio-Ginés Martinez, Navarro (U. de Murcia), Notberto Smilg Vidal GES Miguel Espinosa), Ignacio Quintanilla Navarro (IES Infanta Elena), Carmen Dolby Migica (UNED), Joaquin Sanz Guijarto, Roberto Aretxaga Burgos (U.de Deusto), Maria Garcia Amilburu (UNED) Juan Manuel Rueda Calero, Carmen Segura Peraita (U. Complutense de Madrid), Carlos Ortiz de Landfzuri (U. de Navarra), Carlos Beorlegui Rodriguez (U. de Deusto), Pedro José Chamizo Dominguez, Emesto J. Vidal Gil (U. de Valencia), Jestis Adrién Escudero (U. Auténoma de Barcelona), Lydia Feito Grande (U. Compluten- se de Madrid), Pilar Ferndndez Beites (U. Complutense de Madrid), Jacinto Choa Armenta (U, de Sevilla), Gabriel F. Amdiz, Ricardo Pinilla Burgos (U. Pontificia Comillas), Mauricio Correa Casanova (Pontificia U. Catdlica de Chile), Enrique Anrubia Aparici (U. de Sevilla), Alfredo Marcos Martinez (U. de Vatladotid), Javier Gracia Calandin (IES Jaume 1), José Barrientos Rastrojo (U. de Sevilla), Juan Carlos Moreno Romo (U. Aut6noma de Querétaro), José Luis Cafias Fernandez (U. Complutense de Madrid), Tedfilo Gonzilez Vila, Ana Maria Andaluz Romanillos (U. Pontificia de Salamanca), José Luis Guz6n Nestar (U, Pontificia de Salamanca), Mariano Crespo Sesmero (U. de Navarra), José Mora Galiana (U. Pablo de Olavide), Javier Cumpa Arteseros (U. of Miami), Carmen Herrando Cugota (U. San Jorge), Pedro Jestis Teruel (U, San Pablo CEU), José Maria Callejas Berdonés, Vicente Tarin Cervera, Javier Oroz Ezcursa U. deDeusto), Pablo Largo Dominguez (Instituto Teolégico de Vida Religiosa), Emilia Bea Pérez (U. de Valencia), Administracion: M.* Jestis Ferrero Direccién y Administracién DIALOGO FILOSOFICO Corredera, 1 - Apartado de Correos 121 - 28770 COLMENAR VIEJO (Madrid) Teléfono (mévil): 610 70 74 73 / Fax: 91 846 29 73 Informacién Electrénica: diatfilo@hotmail.com / dialflo@telefonica.net / www.dialogofilosofico.com Esta revista estd indexada en LATINDEX, RESH, CARHUS+, ISOC, DICE, MIAR, FRANCIS, PASCAL, The Philasopber's Index, Repertotre Bibliographique de la Pbilasopbie, International Directory of Philosop: Edita: DIALOGO FILOSOFICO / PUBLICACIONES CLARETIANAS PRECIOS (2016) Numero suelto: 16 euros (IVA incluido) Espafia: 34 euros (IVA incluido) / Exweanjero: euros (correo normal) Suscripcién anual: EN PORTADA: Monumento al peregrino (Cébreces) A manera de Prélogo Granada, 20 junio 2016 La colaboracién pedida Querido Pepe, Como miembro del Consejo de Redaccidn de la Revista Dilogo Filosdfi- ¢o, estoy organizando un nimero monogrifico sobre el tema del coste de la verdad. Queremos hacer una reflexidn sobre la verdad que no tenga como pun- to de vista la discusién entre diversas teorias de actuales de la verdad. Se trata mas bien de exponer y analizar experiencias actuales de la verdad, con el fin de remover y explorar el terreno sobre el que viven las reconstruccio- nes tedricas de la verdad. EI objetivo, por tanto, de apuntar hacia la “experiencia de la verdad” Este anilisis y exposicién puede entenderse en muchos sentidos, tanto el coste personal de manifestar la verdad como el coste colectivo a grupos y pueblos. Problemas como el valor de la verdad, si es obligatorio, conve- niente o simplemente elegible decit la verdad, si ha de set expresada siem- pre y en toda circunstancia, si hay situaciones en las que esta justificado ocultar la verdad, el desgaste personal que supone expresar la verdad en determinadas situaciones objetivas o subjetivas, el coste personal que su- pone la lealtad y el compromiso con la verdad, los mecanismos objetivos (sociales, institucionales) de garanta para la manifestacién de la verdad, etc. Queria pedirte que escribieras una reflexin sobre este tema, principal- mente en perspectiva de experiencia personal, e incluso, si lo ves conve- niente, conectando con tu testimonio sobre Monsefior Oscar Romero, tu relacién con Ignacio Ellacuria, ete, Se trataria de analizar tu propia expe- riencia en contacto con esas “fuentes” de la verdad, cémo fueron constru- yendo su camino, cémo fue el proceso de descubrimiento, formulacién, exposicin y defensa publica de esas verdades, qué actitudes, valores, ties- gos, etc. han de asumirse para situarse realmente en la “perspectiva de la verdad”, que compromiso y transformacién personal hay que adoptar para ello, etc Por otro lado, he pedido un articulo para este mismo ntimero sobre las “Comisiones de la verdad” y otro al Defensor del Pueblo de Andalucia, que es una persona muy comprometida desde hace muchos afios con los mas marginados. Me gustaria poder contar con tu reflexién y tu experiencia en este tema, ya que tu eres sujeto de una amplisima, diversa y riquisima experiencia de vida. Naturalmente puedes contar con la colaboracion de quien estimes oportuno. En cualquier caso, te agradezco de antemano tu interés, tu es- fuerzo y tu amistad. A Ia vista del resultado. He leido con interés el manuscrito que me habéis enviado sobre “El legado de Monsefior Romero. La vida y verdad de la fe cristiana”, escrito en colaboracion con Rafael Guido Véjar. Habéis escrito sobre la verdad al hilo del gran maestro que tuvisteis la fortuna de conocer y tratar perso- nalmente, Lo habéis hecho con la maestria y la autoridad que os confiere et estar hablando de experiencias propias, en las que buena parte de vuestra vida ha estado en juego. No habéis escrito de memoria, ni de oidas, ni de experiencias que os han contado, sino de vuestsa propia vida que en algan aspecto se ha entretejido con la verdad y habéis respondido con honesti- dad y valentia. Fsto ha sido posible precisamente porque no sois profesio- nales de la filosofia ni especialistas en este tema. Esto es lo que yo os pedia y a ello habéis respondido con sinceridad y rigor. Os estoy infinitamente agradecido, y también lo estaran cuantos lean vuestros testimonios, Muchas gracias en nombte de todos los lectores de Dislaga Filosofico. Juan A. Nicolas! 1 Juan Antonio Nicolas es Catedratico de Filosofia de la Universidad de Granada y profesor de la misma desde 1990, Ha realizado estancias dle investigacion en la Univer- sidad de Mainz, Centre National de la Recherche Scientifique (Paris), Universidad de Ja Sorbonne I (Paris), Leibniz-Archiv (Hannover), Leibniz Forschungsstelle (Munster) y Universidad Centroamesieana (15} Salvador) Sus principales ambitos de interés son Filosof Racionalismo Critico, Hermenéutica Critica, spaiola Contemporinea y Filosofia Latinoamericana. Los principales autores objeto de es tudio son; G:W. Leibnitz, K.O, Apel, H. Albert, I. Ellacuria, D. Hume, R. Descartes, M Heidegger, H.G. Gadamer. Moderna, Teoria del Conocimiento, Feoria de la Verdad, Filosofia Reflexion y critica El legado de monsefor Romero: la vida y verdad de la fe cristiana The Legacy of Monsefior Romero: The life and truth of the christian faith José Jorge Siman Jacir Rafael Guido Véjar Resumen La exposicién profundiza en seis momentos importantes de la conver- sién de Monsefior Romero y su btis- queda de justicia y paz, iniciada des- de la transformacién personal hasta la formacién de una comunidad emocio- nal que se reconvierte en Jestis mis- mo. Emociones, reflexi6n, humildad, didlogo inmediato y permanente con su Dios y sus pobres, Ilevaron a Ro- mero a ser la evoz de los sin voz de una dura verdad: la fe cristiana es se- guidora del Jess que vivid, trabajo, luché y murié en medio de la ciudad, en la polis, La accion vital de los po- bres descubre el mundo y la polis que la iglesia debe «sentir» y «servirs Abstract ‘This paper takes a deep look into six important moments in Monsignor Romero’s conversion and his search for justice and peace, originated in his per- sonal transformation until the forma- tion of an emotional communion that is reconverted to Jesus himself, Emotions, reflection, humility, immediate and permanent dialogue with God and his poor, led Romero to become the «voice of the poor of a difficult and hard tru- th: Christian faith is a follower of Jesus who lived, worked, fought and died in the middle of the city, in the polis. It is the vital action of the poor that unco- vers the world and the polis that the church must -feel and «serves. Palabras clave: Romero, conversi6n, accién por los pobres, polis,iglesia. Key words: Romero, Conversion, Action for the Poor, Polis, Church. Didlogo Filosdfico 94 (2016) 33-50 José Jorge Siman Jacir / Rafael Guido Véjar «{Qué encantador resulta estar reflexionando con aquel Jestis que baja (...) Los evangelios tienen profundos modos de ver a Jestis. Mirémoslo bajando de la montafia, bajando de las alturas a confundirse en la llanura con el comtin de los hombres: bajando se puso a dirigirles la palabra y es asi como se inicia el evangelio: dichosos los pobres, porque vuestro es el Reino de Dios» Monsefior Romero 1. La verdad de Monsefior Romero Monsefior Romero era ese hombre sencillo y humilde que, al decir de otro inmenso mértir salvadorefio, Ignacio Ellacuria, hizo a «Dios [pasar] por El Salvador», Era un hombre sencillo de intensas emocio- nes y profundas reflexiones ante los hechos y conflictos que en su creciente responsabilidad eclesial y humana lo impactaron a lo largo de su vida. Y sobre todo un hombre de oraci6n casi ininterrumpida en la bisqueda de Ja justicia y la paz. Emociones, reflexidn, didlogo inmediato con su Dios para dar seguridad a su accién, busqueda de la verdad de los sucesos ocurridos, y siempre una actitud de hu- mildad, pidiendo la opinién de quienes lo rodeaban, mostraba ‘su cultivada capacidad intelectual y la perspicaz inteligencia del hombre sencillo. El periodista Juan Arias, al conocerle y entrevistarle meses antes de su muerte, decia: «Me dio la impresién de ser un simple cura de pueblo. Su sonrisa era limpia pero tefiida de tristeza» (...). Hablaba con la cabeza baja (...), «con una emocién contenida Las intensas y profundas emociones de indignacién -como deci- mos hoy-~ frente a los hechos de injusticia, muerte, persecuci6n, ex- clusion, discriminacién que, cada vez con mayor crudeza, realizaban las élites cupulares contra la gente humilde y los sacerdotes que la acompafiaban, sus formas de percibir, sentir, hacer, decir, compartir ideas ~siempre en elaboraci6n virtuosa- llegaron a transformar la cul- tura politica salvadorefia. En efecto, su «sentir con la iglesia», se trans- formé, en menos de tres afios, en una emocién publica insustituible y en valores que renovaron el ambito religioso y la sociedad global. 1 Arias, Juan: «Lo que me dijo Monsefior Romero meses antes de ser asesinado», en Vientos de Brasil (23/04/2013). Ver http://cebsmty.blogspot.com/2014/12/lo- que-me-dijo-monsenor-romero-meses.html 34 Didilogo Filoséfico 94 (2016) 33-50 El legado de monseftor Romero: la vida y verdad de la fe cristiana el asesinato del padre Rutilio Grande (marzo de 1977), y el llamado a la desobediencia militar. Estos momentos no son sucesivos ni lineales aunque la exposicién pudiera presentar una visiOn de este tipo. Cada uno de ellos tiene su propia dinamica y desarrollo y sus entrecruza- mientos respectivos. 2. Los primeros 25 atios de la vida eclesial de Romero En diversas ocasiones Monsefior acepté ser un convertido, pero esta transformacién la realiza durante toda su vida, desde que opta Por integrarse a la iglesia catdlica al iniciar su adolescencia que vivié en un modesto hogar campesino de la regi6n oriente de El Salvador, donde adquiere la responsabilidad y la disciplina, no obstante sus enfermedades, para ayudar a mantener la pequefia empresa familiar que proporcionaba el ingreso hogarefio. Impresionante imaginarse a ese adolescente dejando siembras, limpieza de patios, cuido de animales domésticos, actividades de ordefio para integrarse a la vida religiosa. Un tiempo en el que salir de ese mundo provincial, rural, estatico y tradicional era posible solo incorporandose a las institucio- nes religiosas y militares, Gnicas vias de ascenso social para los jéve- nes de estas comunidades y que solo eran realizacién vital verdadera si coincidian vocacién y oportunidad, como en el caso de Monseiior. Ingresa al seminario tradicional de su region y luego es enviado a Roma, al Pontificio Colegio Pio Latino Americano y a la Universi- dad Gregoriana, en donde se ordena sacerdote en 1942. El excelente bidgrafo de Romero, Morozzo Della Roca, relata como en los «afios romanos: de sacerdocio (1937-1943), Romero se integra con pasién a un movimiento eclesidstico que impulsaba una reforma de la provin- ciana iglesia latinoamericana (pre-Vaticano II) que, en ese entonces, era considerada como alejada de la sociedad y con decadentes cen- tros de formacién. En realidad era una iglesia al servicio de estructu- ras de poder oligarquizadas e instrumentalizada para mantener en la ignorancia a los subordinados. El movimiento proponia una iglesia més universal, que distinguiera las esferas de la Iglesia y el Estado, que se alejara de lo politico y fortaleciera lo eclesial y espiritual. Fue un antecedente fuerte de su actitud de innovaci6n, reforma y moder- nizaci6n ante la iglesia en América Latina. En estos afios, Romero cultivé una veneraci6n, jamds olvidada, ha- cia Pio XI y reconocia, entre otras virtudes, su firmeza ante regimenes e ideologias totalitarias y afirmaba que él mismo llegd a «vivir en su estadia en Roma el drama de la Iglesia frente a los totalitarismos de Didlogo Filos6fico 94 (2016) 33-50 37 José Jorge Simén Jacir / Rafael Guido Véjar al histérico? ~Desde qué perspectiva pudo «ver lo que siempre ha estado entre nosotros, pero tantas veces oculto, aun para la mirada de la misma Iglesia»? Fue una revelaci6n instanténea, como muchos creen que sucedié su «reconversién» desde una posicién inicial con- servadora, institucional hasta la iglesia de los pobres? ;Que tras una noche de intenso dolor personal por el asesinato cometido por un cuerpo policial encargado de la violencia de Estado contra el Padre Rutilio Grande -un gran amigo en quien veia un verdadero santo de las comunidades campesinas mas desvalidas- al dia siguiente era un hombre distinto, contra las instituciones publicas, y de Ia Iglesia que entonces mantenia una diplomacia silenciosa frente al gobierno represivo? En los ultimos cinco afios de su vida, Monsefior Romero, sintié y vivié con mayor profundidad la injusticia que sufrian los humildes en su entorno. Cada dia sus actividades crecian en ntimero y esfuerzo centrandose en la proteccién de la gente asediada por la violencia del Estado y los grupos que trataban de mantener las desigualdades y las formas de control politico injustas sobre una mayoria abrumada. Monsefior percibia esta realidad no justa y sabia que estaba en la vo- luntad de los hombres y mujeres cambiar esta situaci6n. Monsefior siempre estuvo con su gente aunque con marcos de co- nocimiento y practicas distintas en afios anteriores, los cuales fueron transformandose en la medida en que los conflictos de esas épocas fueron apareciendo y exigiendo respuestas cada vez mds complejas ante los «signos de los tiempos» a hombres sencillos como Monsefior, que la vida institucional y cotidiana colocé en sitios claves. El proce- so de conversién de Monsefior fue continuo y a lo largo de su vida y no fue una accién individualizada. Miles de cristianos se reconvertian diariamente y hacfan que Ja Iglesia misma, desde sus estructuras y sa- cerdotes mas sensitivos se transformara, a veces con mucha lentitud. Romero queria una Iglesia seguidora de Jestis mas pronta y efectiva que Jlevara justicia y paz a los perseguidos, excluidos y no recono- cidos. Queria una iglesia que realizara la reconversi6n de todos en Jesus. Dar seguimiento a los conceptos de verdad, justicia, paz que per- seguia Monsefior Romero requiere de una genealogia compleja y complicada que sobrepasa la intencién de esta exposicién. Por el momento se propone el andlisis de seis momentos muy importantes en la vida emocional de Monsefior para iniciar la reflexion: los prime- tos afios de la vida eclesial de Romero; el encuentro de Romero con Pironio; «La Posada del Hermano Pedro»; la masacre de Tres Cruces; 36 Didlogo Filosdfico 94 (2016) 33-50 El legado de monsefior Romero: la vida y verdad de la fe cristiana el asesinato del padre Rutilio Grande (marzo de 1977), y el llamado a la desobediencia militar. Estos momentos no son sucesivos ni lineales aunque la exposicién pudiera presentar una visi6n de este tipo. Cada uno de ellos tiene su propia dinamica y desarrollo y sus entrecruza- mientos respectivos. 2. Los primeros 25 atos de la vida eclesial de Romero En diversas ocasiones Monsefior acepté ser un convertido, pero esta transformaci6n la realiza durante toda su vida, desde que opta por integrarse a la iglesia catdlica al iniciar su adolescencia que vivid en un modesto hogar campesino de la regién oriente de El Salvador, donde adquiere la responsabilidad y la disciplina, no obstante sus enfermedades, para ayudar a mantener la pequefia empresa familiar que proporcionaba el ingreso hogarefio. Impresionante imaginarse a ese adolescente dejando siembras, limpieza de patios, cuido de animales domésticos, actividades de ordefio para integrarse a la vida religiosa. Un tiempo en el que salir de ese mundo provincial, rural, estatico y tradicional era posible solo incorpordndose a las institucio- nes religiosas y militares, tinicas vias de ascenso social para los jéve- nes de estas comunidades y que solo eran realizaci6n vital verdadera si coincidian vocaci6n y oportunidad, como en el caso de Monsefior. Ingresa al seminario tradicional de su region y luego es enviado a Roma, al Pontificio Colegio Pio Latino Americano y a la Universi- dad Gregoriana, en donde se ordena sacerdote en 1942. El excelente bidgrafo de Romero, Morozzo Della Roca, relata como en los «afios romanos: de sacerdocio (1937-1943), Romero se integra con pasién a un movimiento eclesidstico que impulsaba una reforma de la provin- ciana iglesia latinoamericana (pre-Vaticano II) que, en ese entonces, era considerada como alejada de la sociedad y con decadentes cen- tros de formaci6n. En realidad era una iglesia al servicio de estructu- ras de poder oligarquizadas e instrumentalizada para mantener en la ignorancia a los subordinados. El movimiento proponia una iglesia més universal, que distinguiera las esferas de la Iglesia y e] Estado, que se alejara de lo politico y fortaleciera lo eclesial y espiritual. Fue un antecedente fuerte de su actitud de innovaci6n, reforma y moder- nizaci6n ante la iglesia en América Latina. En estos afios, Romero cultivé una veneraci6n, jamds olvidada, ha- cia Pio XI y reconocia, entre otras virtudes, su firmeza ante regimenes e ideologias totalitarias y afirmaba que él mismo lleg6 a «vivir en su estadia en Roma el drama de la Iglesia frente a los totalitarismos de Diélogo Filos6fico 94 (2016) 33-50 37 José Jorge Siman Jacir / Rafael Guido Véjar Hitler y Mussolini». «Vivir» era la palabra mds proxima en las iniciati- vas de accién de Monsefior. Reconocié cémo Pio XI se enfrenté sin miedo a los poderosos, diciéndoles: «Mientras yo sea Papa, nadie se reira de la Iglesia». E] compromiso personal de Romero con la iglesia, la jerarquia eclesial y los cambios eclesiales respondia, de nuevo, «a los signos de los tiempos y esa realidad era parte de su vida e ideario formativo de la época3. Monsefor acepté en cada trazo de su vida su compromiso y su lealtad con la verdad. Tras los «afios romanos» regresa a su regiOn inicial, se incorpora como parroco de un «pequefio y remoto pueblo» del oriente salva- dorefio, aunque muy rapido el obispo de esa regién lo nombra su secretario y lo responsabilizo de numerosas y diversas actividades que giraban desde la secretaria de la curia diocesana, la direccién de la formacion espiritual de religioso/as hasta la conduccién de orga- nismos participativos de los fieles (accién catélica, hermandades de distinta designacién, movimientos familiares y hasta la actividad de los Alcohdlicos Anénimos). Durante 23 afios Romero despliega en esta zona una actividad religiosa altamente calificada, con capacidad, rigor y disciplina personal que lo distancia de otros sacerdotes con un pensamiento més tradicional. Ayudaba a los pobres hasta con sus Propios recursos y alimentos, organizaba pequefios emprendimien- tos con artesanos de oficios sencillos, creaba escuelas y talleres de artesanias para adultos y j6venes, visitaba cArceles y hospitales,.y desplegaba fuertes relaciones con Ja gente de distinto origen social. Catequizaba a la gente de altos recursos y les pedia para los pobres. Protegia a los cortadores de café del trato inhumano de los propieta- tios de hacienda, por lo cual fue acusado de comunista. Su prodiga- lidad y colaboraciones con los desvalidos le valieron ser considerado como manirroto y deshonesto. Romero compartié su vida en forma intensa con su gente durante todos estos afios. En 1967 por sus capacidades intelectuales y espirituales, es la- mado a la capital salvadorefia para funcionar como Secretario de la Conferencia Episcopal de El Salvador (CEDES) y muy pronto tam- bién como Secretario Ejecutivo del Secretariado Episcopal de Améri- ca Central (SEDAC). Dirigié periddicos tanto en Oriente como en la capital, como Criterio y Orientacién, desde el cual desarrollaba ac- tividades de conduccidn y polémicas serias y fuertes sobre aspectos eclesiales y de la vida politica. Esta actividad le llevé a adquirir una 3 Cf. Morozzo Deu Roca, Roberto: Primero Dios. Vida de Monserior Romero. Edhasa, Buenos Aires, 2010, pp. 56-68. 38 Didlogo Filosofico 94 (2016) 33-50 El legado de monsefior Romero: la vida y verdad de la fe cristiana perspectiva nacional e internacional y a dimensionar sus perspectivas institucionales. En 1970 es nombrado obispo y adopta el lema >. En sus tltimas homilias y en su discurso al recibir el doctorado honorario en Bélgica, ocho afios después del retiro, Romero utiliz6 estos conceptos con un significado mucho mis preciso y orientador de su pensamiento y practica. Desde ese retiro espiritual, Romero establecié una amistad muy cercana con el religioso argentino, «éhombre de la plena confianza del Papa», a quien reconocié como «hermano», «gran obispo moderno» y un tedlogo sélido con quien «yo estudio la teologia de la liberacién-. 4 Marapiaca, Oscar Rodriguez Cardenal: Monsignor Romero: A Bishop for the Third Millennium. Archbishop Romero Lecture Series, University of Notre Dame, 2002, Ver en hup://kellogg.nd.edu/romero/pdfs/Millenium. pdf 5 Romero, Oscar Arnulfo Monsejior: «La dimensi6n politica de la fe desde la opcién por los pobres» (cf, Nota 2). Didlogo Filos6fico 94 (2016) 33-50 39 José Jorge Simin Jacir / Rafael Guido Véjar Los libros, los articulos, otros retiros de Pironio fueron seguidos muy de cerca por Romero. Pironio llegé a ser muy importante en el Vati- cano en los tres ultimos afios de vida de Romero. En un informe de esta actividad, Romero precisa el aporte de Pi- ronio a la reflexion en América Latina, y El Salvador en especial, en ese momento: «nos situ6 precisamente en esta “hora” de nuestra historia que como “la hora” de Jestis es una hora de cruz pascual, de dolorosas esperanzas, que reclama de los pastores actuales un gran silencio de oracién (...)». «nos hizo reflexionar en la verdadera misién profética de la Igle- sia en América Latina y en el verdadero sentido de la liberaci6én cristiana que, por ser un impulso del Espiritu de Dios y por tener como meta, la libertad plena y el triunfo sobre el pecado y sus consecuencias, es algo mds que una simple presién de la historia, © un grito revolucionario y va mucho mis alld, de los horizontes de la historia, y mucho mas hondo que los niveles socioeconé- micos». «Invit6 al Magisterio Episcopal de Centro América a proclamar con sencillez y fervor, el mensaje de salvacién, porque el Gnico camino de la verdadera liberacién, es ir las bienaventuranzas del Evangelio, como una utopia (. 28, 4. Desde la «Posada de Belén», la «Posada del hermano Pedro» en Antigua Guatemala: un avance en su conversion personal No como anécdota, sino como una parte vital para comprender este periodo hist6rico se expone a continuaci6n un hecho importante para la vida y la verdad de Romero. El retiro espiritual mencionado se realizé en la «Posada de Belém o la «Posada del Hermano Pedro», un hogar solariego, administrado, con grandes esfuerzos econémi- cos por las hermanas Bethlemitas, en Antigua Guatemala. Monsefior cuenta que «el Hermano Pedro, aquel “hombre que fue caridad” vino a Guatemala en 1649, desde Tenerife. En sus visitas al hospital, se dio cuenta de que los pobres, al salir curados, no tenian a dénde, ni cémo ir a recuperarse. Pensé entonces en hacer un hospital de con- valecientes y compré a Maria Esquivel este terreno con una casita por © Romero, Oscar Arnulfo Monsefior: ‘Desde el “Mes de Reflexi6n”», en Diario de Oriente 30822 (1972), pp. 1 y 4. 40 Didlogo Filos6fico 94 (2016) 33-50 El legado de monsefior Romero: la vida y verdad de Ia te cristiana 40 pesos. Amplié la construccién que, de dia era escuela para nifios y por la noche, dormitorio de convalecientes». «cuando uno vive aqui siquiera durante un mes, como en mi caso, se convence de la utilidad de la obra y de la santidad de sus Re- ligiosas. Se da uno cuenta de la pobreza e incomodidad en que viven aqui las Bethlemitas, para que la “Posada de Belén”, vuelva a ser lo que sofié el Hermano Pedro: un hogar de convalecencia. Hoy no se viene aqui solo para recuperar el cuerpo, hoy es todo el hombre, como diria el Concilio, alma y cuerpo, tiempo y frater- nidad; el que encuentra alli en este verdadero paraiso de tranqui- lidad, de aire fresco y puro y de atenci6n religiosa, el ambiente ms propicio, para la reflexién y la oracion»’. Monsejior vivid los afios de secretario de la CEDES y de obispo auxiliar en el Seminario de la Montafia, una especie de «palacio» don- de se formaba a los jévenes sacerdotes de pais. Una habitacion de palacio muy austera con escasos muebles de madera ordinaria, una mesa donde colocaba su maquina de escribir, estantes para guardar sus pocos libros, documentos y grabaciones. El dormia en una ha- maca, utilizada por gentes de todo origen socioeconémico en los lugares mas calurosos del pais, como lo era la regién oriental donde paso gran parte de su vida. En ese periodo «palaciegor, una asocia- cion de acaudaladas damas cercana a la iglesia tradicional le ofrecié construirle una casa especial en una de las colonias mas exclusivas de la ciudad. Nunca lleg6 a aceptarla y se mantuvo en su «palacio. Al ser nombrado Arzobispo de San Salvador, Romero decidid vi- vir en el modesto hospital de religiosas en una pequefia y modesta habitacion con muy pocas cosas, ropa escasa, su radio donde oia las noticias de Roma, se llevé su indispensable hamaca y dej6 en el arzobispado los instrumentos de trabajo de funcionario eclesial. Romero se convirtid en un pobre «real», su vida fue la de un verda- dero «pobre», su comida era la distribuida a los pacientes pobres del shospitalito» y compartia con las religiosas, en sus horas de descanso, actividades de consolacién y compasidn espiritual que necesitaban los enfermos. Aqui estén presentes las huellas del aquel encuentro en la eposada del Hermano Pedro» en «la hora pascual de Jestis que tuvo lugar en aquella antigua «ciudad monarcal, Romero profundiz6 en 7 Romero, Oscar Arnulfo Monsefior: ‘Desde la “Posada de Belén”, en Antigua Guatemala, “La Posada del Hermano Pedro’s, en Diario de Oriente 30824 (1972), pp. 2y3. Didlogo Filosdfico 94 (2016) 33-50 41 José Jorge Siman Jacir / Rafael Guido Véjar una verdaera humildad y abri6 una nueva ruta hacia su conversi6n personal, ahora ligada en forma mas cercana a Ja iglesia que orienta- ba en su cambio hacia los pobres. 5. La masacre de «Las Tres Calles»: la represion gubernamental impacta a Romero La masacre «Las Tres Calles» es uno de los hechos represivos mas fuertes con los que se inicia, a mitad de los 70, la persecuci6n de las comunidades campesinas cristianas en Ei Salvador. Un grupo nume- roso de agentes del mas preparado cuerpo policial para el control de las zonas rurales, con armas de grueso calibre, intervinieron por Ja fuerza, el 21 de junio de 1975, el humilde cant6én campesino en el Oriente de El Salvador cometiendo asesinatos, vejamenes, ultrajes, ro- bos, y provocando terror y miedo en la gente. El cant6n «Tres Calles» pertenecia a la diécesis del Oriente de El Salvador, donde Monsefior Romero habia sido nombrado obispo seis meses antes de} suceso. Monsefior Romero, en forma personal y de acuerdo a su misi6n pastoral, a su reconocimiento y cercania con los campesinos, actud de inmediato: inici6 con sus colaboradores la reconstruccién de los hechaos, dio aviso a las autoridades locales, visité a las familias de las victimas con quienes compartié su angustia y desolaci6n; rez6 ante los cadaveres insepultos, visité varias parroquias cercanas donde ofi- cié numerosas misas, tlevé palabras de alivio y compasién y acom- paid a sus feligreses en sus hogares durante un tiempo prolongado. Con mucho sentimiento, hablaba que esa noche la Guardia Nacional habia matado al «borrachito» del pueblo. De inmediato redacté wna carta pata el Presidente de la Repuiblica, a quien consideraba como amigo cercano, y quien nunca contest6 la misiva. Elabor6é luego informes para los obispos de todo el pais exponiéndoles como habia actuado y solicitandoles consejos para e1 tratamiento del caso. El acontecimiento sorprendié a Monsefior Romero, quien actud diligentemente pero bajo la incertidumbre de no entender lo que habia sucedido y no saber si su respuesta era la mds adecuada. A los obispos les expresaba: «...atin no estoy seguro de los verdaderos moviles del acontecimiento ni de la conducta privada de los intere- sados». Ni Monsefior ni la Iglesia estaban preparados para un hecho de estas magnitudes que anticipaban tiempos mucho mis dificiles para ambos, aunque reconocian los momentos criticos por los que atra- Q Didlogo Filoséfico 94 (2016) 33-50 El legado de monseftor Romero: la vida y verdad de la fe cristiana vesaba el pais. Las cartas y/o informes de Monsefior Romero muestran las ideas iniciales de «usticias, que en forma stibita lo animaron hacia la acci6n eclesidstica en favor de los desprotegidos y sefialados como peligro para el orden establecido. Esa accién de Romero inicia el surgimien- to, aunque en ese entonces ni siquiera imaginado, de la busqueda por la dusticia y la paz» para los desposeidos y perseguidos, para los pobres y los sufridos como Jests. Frente a estos actos, muchas de las decisiones tomadas por Mon- sefior expresan inexperiencia en el manejo de este tipo de conflictos y proceder institucional en la relacién Iglesia-Estado. Las bases emo- cionales y racionales de Romero ante estas decisiones muestran ya la firme decisi6n de proteger a los campesinos pobres de la violencia policial y de la exclusién social que en los siguientes afios se profun- dizaran de una manera radical La carta dirigida al Presidente de la Republica es de un equilibrio impresionante. Por un lado, manifiesta una firme proteccién a la vida humana y a las comunidades de los humildes y una redaccién con un fuerte y claro lenguaje de «protesta» y «reclamo» por el «atropello a la dignidad y la vida» de los campesinos. Por otro, refleja la alianza cristiana con el poder estatal de la época y la forma en que la Iglesia trataba de resolver, desde una relaci6n institucional con el gobierno, algunos de los problemas Algidos de la sociedad. Monsefior decidio enviar la carta bajo un cardcter privado diciéndole al Presidente: «... quiero asegurar a Ud. que esta carta es completamente confiden- cial...» Monsefior pensaba que lograria una «accién rapida y mds eficaz» y un «didlogo directo y sincero» para «construir, entre Supremo Gobierno y Pastores de la Iglesia, desde sus propias competencias, el verdadero bienestar del pais»8. En una parte de Ja carta, Monsefior focaliza como responsable de la masacre, en forma exclusiva, a un «cuerpo de seguridad que habia asumido el «derecho indebido de matar y maltratar y pedia para este cuerpo, que habia violado la ley de Dios de «no matap, acciones para un gusto castigo» de acuerdo a la «Providencia y la justicia de Dios que no deja sin proteccién a las victimas», Pedia, también, al jefe de gobierno, retornar «al cant6n Tres Calles la paz de los hogares» y que iera «justicia a las victimas del atropello y se restituya, de algu- 8 Diez, Zacarias / MacHo, Juan: En Santiago de Maria me topé con la miseria Dos aftos de la vida de Mons. Romero:1975-1976. ¢Arios del Cambio? Sin lugar de edicion (San José C.R.?). Sin fecha de edicion (,1994?). Didlogo Filosdfico 94 (2016) 33-50 43 José Jorge Siman Jacir / Rafael Guido Véjar na manera, a las familias, por la pérdida de quienes eran su sostén?. Monsefior hizo descansar en el jefe de gobierno, en el Estado, la «justicia retributiva» para un justo castigo» y para la restitucién de la paz y del sostén a las familias violentadas. Ese Estado 0 gobierno no restituy6 ninguna de las dos cosas. Fue una leccién aprendida por Romero. Y Ja violencia desde el Estado y parte de la sociedad conti- nué contra el resto de la sociedad y la iglesia. Romero posteriormente condujo a su comunidad de pobres, excluidos y perseguidos, sin apelar a la retribucién y al gobierno. Monsejfior no continu6 con la idea del «justo castigo» que tiene como base la idea de que Dios para ser justo debe ejercer un castigo sobre alguien. gCémo llegé Monsefior Romero a desechar la idea de lo retributivo que siempre reproduce la violencia? De mantenerse con esa idea Monsefior hubiese quedado refiriéndose a un incansable Dios vengador, sin lograr bajar al lado de los excluidos, siempre al lado del juez imposible y sin la oportunidad de ser la «voz de los sin voz», como lo fue después. Este es uh momento importante para conocer los limites (la ver- dad) de su idea inicial de justicia ante los hechos inmodificables de la violencia de Estado y su evolucién en los siguientes afios. 6. El asesinato del padre Rutilio Grande (marzo de 1977): Ja reconversi6n de la Iglesia Igual que al ser nombrado obispo en Santiago de Maria, en el canton «Las tres calles», en muy pocos dias de asumir el Arzobispado de San Salvador, en febrero de 1997, Romero volvia a enfrentarse a la mortal represién de los cuerpos de seguridad militarizados del gobier- no. En un entorno nacional de extrema violencia contra campesinos, obreros, sacerdotes, electores de una Ultima campajia electoral para la asamblea legislativa en aquel periodo, y politicos de oposicién, la Guardia Nacional asesino a un sacerdote jesuita, Rutilio Grande y a dos humildes fieles de su parroquia que lo acompafiaban, un anciano y un joven. Grande acompafiaba a las comunidades campesinas y a las comunidades eclesiales de base en la busqueda del mejoramiento de Ja vida en estas zonas pobres. «Tilo», uno de los grandes y pocos amigos del inhibido parroco que ahora dirigiria la vida religiosa del pais. El] suceso conmocion6é la vida religiosa nacional e internacional y abriéd un periodo inusitado de unidad de la iglesia catdlica, aunque 9 Idem. 44 Didlogo Filosofico 94 (2016) 33-50 El legado de monsejior Romero: la vida y verdad de la fe cristiana muchos sectores se mantuvieron muy cerca de las élites oligdtquicas y de la iglesia tradicional Evita Martinez, una monja carmelita de San Juan de las primeras en llegar a la escena del crimen y que cuid6 de} cuerpo inanimado con 18 orificios de metralla, entrevistada afios después por el perio- dista salvadorefio Roberto Valencia, narra que Romero al acercarse al cadaver de «Tilo: le dice con una fuerte pero muy bien controlada emocién: «Si hoy no cambiamos, no habra cuando, verdad, herma- na™10. La hermana Evita, quien ya habia trabajado con Monsefior en Santiago de Maria, habla sobre las emociones que embatgaban al Monsefior herido y desconcertado: dolor personal, angustia de c6mo responder institucionalmente, qué hacer de inmediato, cémo tratar a los responsables, cOmo proteget a sus sacerdotes, btisqueda de soluciones al problema en toda su complejidad. Posible que pensara en Pio XI frente a la violencia de los afios del fascismo en Italia y Alemania en visperas de la Segunda Guerra Mundial. La noche del crimen de «Tilo», Romero continu6 la leccién de go- bierno en aspectos represivos de poder iniciada en las «Tres Calles-, durante su obispado en Santiago de Maria. Esta vez fue el Presidente de la Reptiblica quien se adelanta a comunicarse con Romero para presentarle condolencias, ofrecerle un informe presidencial inmedia- to sobre el caso, solicitar un informe del arzobispado y. desde luego, la continuidad seria y objetiva de los hechos. Romero, dos dias después, envia al Presidente el informe solicitado con un acento exigente y muy fuerte sobre Jo que la dglesia siente en ese momento: que en la Iglesia hay «comentarios (...) desfavorables a su Gobierno», que la iglesia atin no recibfa el informe prometido hacfa dos dias, que la Iglesia exige que ordene «una investigacién exhaus- tiva de los hechos». Pero lo mas impactante de la nota de Romero al Presidente es una posicién cortante con el gobierno: «La Iglesia est4 dispuesta a no participar en ningtin acto oficial del Gobierno mientras este no ponga todo su empeiio en hacer prillar la justicia sobre este inaudito sacrilegio que ha consternado a toda la Iglesia»!1, {Qué debe hacer la Iglesia después de esto’ era la pregunta ur- gente de todos en esa larga noche de velaciOn. Evita narra que des- pués de la medianoche se celebra una misa ante los tres cuerpos 10 Vauencia, Roberto: «Eva del Carmen Menjivar, Evita, la monjas, en BI Faro (12/03/2012). Ver http://netorivasnet.blogspot.com/2015/05/hablan-de-monsenor -romero-eva-del. html + Vatencia, Roberto: , Ambas producen el peca- do y por eso Romero denuncié en su Cuarta y tiltima Carta Pastoral la «idolatrizacién» de la riqueza, «de la propiedad privada absolutiza- da en el sistema capitalista, del poder politico en los regimenes de seguridad nacional en cuyo nombre se institucionaliza la inseguridad de los individuos». En esta oportunidad también habl6 de la encarnacion y lo que significa ser solidario con los pobres «en los llantos y quejidos». La en- carnaci6n universal no es real como si lo es la preferencial y parcial con los pobres, desde donde da iglesia puede ser para todos, incluso servir a los poderosos por medio de la conversién de ellos, pero «no al revés como tantas veces ha ocurridos!>. Expuso un comentario muy emotivo sobre «a encarnacién en lo socio politico»: 15 Ibid. El legado de monseftor Romero: la vida y verdad de la fe cristiana ses el lugar de profundizar en la fe en Dios y su Cristo. Creemos en Jestis que vino a traer vida en plenitud y creemos en un Dios viviente que da vida a los hombres y quiere que los hombres vi- van en verdad. Estas radicales verdades de la fe se hacen realmente verdades y verdades radicales cuando la Iglesia se inserta en me- dio de la vida y de la muerte de su pueblo. Ahi se le presenta a la Iglesia, como a todo hombre, la opcién més fundamental para su fe: estar en favor de la vida o de la muerte. Con gran claridad ve- mos que en esto no hay posible neutralidad. O servimos a la vida de los salvadorefios 0 somos cémplices de su muerte. Y aqui se da la mediaci6n histérica de lo mas fundamental de la fe: o creemos en un Dios de vida o servimos a Jos falsos de la muerte>!®, Esta es para Romero, la verdad del «misterio cristiano»: «Para dar vida a los pobres hay que dar de la propia vida y atin la propia vida (..) “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por el hermano”. Y esto es lo que vemos a diario en nuestro pais». Como Iglesia no somos expertos en politica ni queremos manejar la politica desde sus mecanismos propios. Pero la inserciédn en el mundo socio-politico, en el mundo en que se juega la vida y la muerte de las mayorias, es necesaria y urgente para que podamos mantener de verdad y no sdlo de palabra Ja fe en un Dios de vida y el seguimiento de Jestis:!7, Bibliografia Diez, Zacarias / Macto, Juan: En Santiago de Marta me topé con la miseria. Dos atios de la vida de Mons. Romero: 1975-1976. ¢Avios del Cambio? Prdélogo de Mons. Rodrigo Orlando Cabrera. Sin lugar de edicién (San José C.R.?). Sin fecha de edicidn (1994?). Eutacuria, Ignacio: «La realidad historica como objeto de la filosofia», en Teorias de la verdad en el siglo XX. Tecnos, Madrid, 1997. Escritos politicos. Veinte anos de historia en El Salvador (1969- 1989). UCA editores, San Salvador, 2005. GONZALEZ, Antonio: «El significado filos6fico de la teologia de Ja li- beracién> (1997), en http://www. praxeologia.org/escorial97.html «El pasado de la teologia y el futuro de la liberacién», en http://www. praxeologia.org/teologialiberacién.html 16 Tid 17 Tid. Didlogo Filoséfico 94 (2016) 33-50 49 José Jorge Simin Jacir / Rafael Guido Véjar «Fundamentos filos6ficos de una “civilizacién de la pobreza”>, en ECA 583 (mayo 1997), UCA editores, San Salvador. HEGERDORM, Jonas: «Pensamientos socioeconémicos sobre mediacio- nes histéricas», en ASHLEY, Matthew / CaRDENAL, Rodolfo / MAIER, Martin (eds.): Hacia la civilizacién de la pobreza. UCA editores, San Salvador, 2015. Morozzo DELLA Roca, Roberto: Primero Dios. 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Paid6s, Barcelona, 2009. Solicitado el 20 de diciembre de 2014 Aprobado el 29 de enero de 2016 José Jorge Siman Jacir utopia@ejje.com Rafael Guido Véjar jrguid@gmail.com Universidad Centroamericana José Simeén Cafias» (San Salvador) 50 Didilogo Filosdfico 94 (2016) 33-50 Condiciones generales de colaboraci6n 1) DIALOGO FILOSOFICO solicita los articulos de las secciones El estado de fa cuestion y Reflexion y ertica. Las condiciones de presentaciGn de los mismos son las siguientes: 1. Extensi6n y caracteristicas de El estado de la cuestién: Entre 20 y 25 hojas DIN A4 con letra Times New Roman de 12 puntos a espacio y medio. Deberé ser un articulo de investigacin que presente de manera panorémica y objetiva un problema, con ampha informacion de corrientes ¥ posturas diversas, asi como de bibliografia, pero sin que prevalezca la posicién subjetiva del autor. Las nomnas tipograficas, de cas ¥ presentacién son las mismas que las indicadas en la secci6n I 2, Extensiéa y caracteristicas de Reflext6n y critica: Un maximo de 15 hojas DIN A4 con letra ‘Times New Roman de 12 puntos a espacio y medio. Deberd ser un articulo de posicionamiento personal en discusi6n con alguno de los temas tocados en fl estado de la cuestion, donde aparezca ta subjetividad del autor. Las normas tipogréficas, de citas y presentacién son las mismas que las indicadas en la secci6n TL { DIALOGO FILOSOFICO acepta trabajos inéditos en las secciones Agora y Didactic, asi como en las subsecciones Acontecimientos y Critica de libros. La publicacin de dichos trabajos est4 exclusivamente sujeta a decisién dei Consejo de Redaccién de la revista, que en cl caso de los articulos procederd por un sistema de evaluacion ciega segtin el juicio de dos evaluadores externas, y de un iescero si hay desacuerdo. Ei periodo de embargo es de 12 meses. Tratindose de articulos para Agora 0 Diddctica tendrin preferencia aquellos cuyo contenido no sea meramente hist6rico y expositivo, sino que reflexionen de manera original sobre los problemas reales 0 dialoguen creativarnente con los pensadores y las corrientes filoséficas presentes y pasadas DIALOGO FILOSOFICO establece las siguientes normas de entrega de los originales: 1. Extensi6n mAxima: 15 hojas DIN Ad con Jetra Times New Roman de 12 puntos a espacio y medio. 2. Caracteres: latinos en presentacion normal. La letra negrita se usaré sélo para el titulo del articulo yy el nombre del autor, nunca en el cuerpo del texto. 3. Restimenes: no en espafol y otro en inglés con-extensin maxima de 100 palabras cada uno. Se acompatiarén de cinco palabras clave en et trabajo, en espafiol e inglés. 4. Citas literales: se abrirén y cerrariin con comillas de Angulo (). Si dentro de la cita hay otra citacién se usarin comillas voladas ("). Para una citacién dentro de esta ultima se empleardn comillas simples () 5. Guiones largos y paréntesis: el guiOn largo (-) tiene un empleo similar al del paréntesis. Deberd haber uno de apertura y otro de cierte y, en ambos ca80e, it4 pegado ~y no separado- a la palabra que le sigue o precede. Si una parte de un texto entre paréntesis debe ponerse a su ver entre paréntesis se usaran corchetes (1). 6. Referencias y citas bibliograficas a pie de pagina. Normas para citar: primero el apellido en letras versales con altas y bajas, y luego el nombre en letra redonda. La secuencia de signos ontograficos seguird el siguiente modelo: Ch. Descaxres, René: Las pasiones def alma. Tecnos, Madrid, 1997, pp. 201-202. La cita de un articulo de revista seguira el siguiente modelo: CF. CanauszRo Bono, José Luis: ‘Recuerdo y proyeccién de Maria, en Didlogo Filsojfico 64 (2006), p. 132. 7. Bibliografia: si el articulo incluye una bibliografia al final, se citardn las fuentes conforme a los criterios tipograficos y onogeéticos expresados en el apartado 6. 8. Consignacién de originales: cs imprescindible enviar una copia en papel a la redaccién DIALO- GO FILOSOFICO, Apdo. 12), 28770 Colmenar Viejo (Madrid), También es necesaria una versiGn electr6nica del trabajo, en formato word 0 rt, enviada en disquete 0 por via e-mail. En ambas formas de presentaciin deberin constar direcci6n postal, teléfono y correo electrénico institucional del autor. Las norttas editoriales cen uso imponen también que al final del articulo se haga constar la institucién para la que el autor trabaja 9. Relaci6n posterior con Ia revista: DIALOGO FILOSOFICO dard acuse de recibo de los trabajos no solictacos. Tratindose de un articulo, més adelante se comunicara al autor el fallo del Consejo de Redaccién acerca de su publicacion. En caso de ser aceptado, el Consejo de Redaccién no se compromete a notificar al autor en qué mimero de la revista seré publicado. 10. Obligaciones y derechos: el autor de un trabajo destinado a DiALOGO FILOSOFICO se obliga a no enviarlo a ninguna otra publicacién, Si se detecta su aparicién en otro medio se proceders inmedia- tamente 4 su exclusion del proceso de selecciGn © publicacién. A su vez, el autor de un trabajo publicado ‘en DIALOGO FILOSOFICO recibira 20 separatas del mismo y un ejemplar de! nimero en el que figura 11. Criticas de libros: Deben hacerse constar los datos bibliogréficos completos del volumen recen- sionado, incluyendo el ntimero de piginas y sin notas a pie de pagina. Se privilegiarin las criticas de libros sobre las recensiones laudatorias. Se estimars adecuado un maximo de entre tres y cuatro paginas DIN A4 con letra Times New Roman de 12 puntos a espacio y media y con las condiciones tipograficas sefaladas len los puntos 4 y 5. 12, Noticias relativas a congresos: DIALOGO FILOSOFICO agradece el envio de informacion acer ca de congresos de filosofia y, eventuatmente, pequefias crOnicas firmadas para la subseccién Aconteci- ‘ientos. En las erénicas se estimari adecuado un maximo de entre tes y cuatro paginas DIN A4 con letra ‘Times New Roman de 12 puntos a espacio y medio y con las condiciones tipogréficas seftaladas en los puntos 4 y 5.

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