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TURAL Ix. LA LOGICA DE LA EVALUACION INTERCUL] que en una sociedad multicultural las prict rias resulten ofensivas para los valores de la tolerarlas indiscriminadamente puesto que Es muy probable cas de algunas minot mavoria, Esta no puede na filigrana digital para la version de prueba, registrate pa r la completa. usuarios registrados: 3 digitales en los documentos de salida. ajar con archivos PDF escaneados via OOR. 1. La circuncisién femenina. 2. La poligamia. 3. Las formas religiosamente correctas de sacrificar anima- les segtin judfos y musulmanes. 4. Los matrimonios concertados que casi siempre (aunque no siempre) afectan a los asidticos. La practica va desde una aquiescencia de los padres puramente formal ante la eleccién de sus hijos, hasta la eleccién directa de las pa- rejas de sus hijos. I 5. Los matrimonios que cuentan con impedimentos por consanguinidad. Por ejemplo los musulmanes pueden desposar a sus primos hermanos y los judfos a sobri, nas, algo no muy bien visto en algunas sociedades oo. cidentales. 6. La prictica (comin en algunas comunidades aftica- nas) de herir las mejillas de sus hijos 0 alguna otra par- te de sus cuerpos como parte de una ceremonia de ini- ciacién. 7. La préctica musulmana de prohibir a las hijas que van a la escuela realizar ciertas actividades como deportes, atletismo o nataci6n que implican llevar pantalones cor. tos y exponer puiblicamente partes del cuerpo. 8. El que las chicas musulmanas leven el hijab o pafiuelo a las escuelas. Aunque est4 nermitido en 1a mavaria do Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa ‘ens para usu registrados cuanuo su uapajo consiste en la manipulacién de ali- mentos. 10. La negativa de los gitanos y las comunidades amish a mandar a sus hijos a la escuela, La negativa puede ser rotunda 0 darse s6lo al alcanzar los muchachos deter- minada edad, ya que sus padres consideran que la edu- cacién modema no les seré de ninguna utilidad y, ade~ més, les aliena de sus comunidades de origen. 11. Las exigencias de aquellos hindies que desean quemar @ sus muertos en piras funerarias, arrojar las cenizas los rios y, en raros casos, sumergir directamente los ¢2- daveres en vez de incinerarlos, EI status subordinado de la mujer y todo lo que implica en el sentido de negarles oportunidades que favorezcan su propio desarrollo personal. 12, 390 s indiquen st debemos 0 no Lo normal, tanto en el dis- ie 1 popular es sacar a colacién cuatro mo en el pop' i Hien son bien conocidos s6lo voy a mencio- . Puesto que 7 ce Sn ahondat en ellos. Algunos autores apelan a los dere- rincipios que NO | ecesitaes estas practicas. | jjgunas valores morales de tenor atin mds gene- stituyen un minimo moral y son aly sfimay fra que hacer de ellos estandates universales vilidos de evaluacion'. Otros creen que Jas sociedades tienen un puna identidad hist6ricamente adquirida que se encar- ara ovs valores centrales compartidos. Puesto que estos valo- ve consttuyen Ia base de su modo de vida, tienen el derecho ¢ | feluwoel deber de prohibir aquellas précticas que atenten con- | erties A este principio le Hamaré principio de valores funda- Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. \Ventajas para usuarios regstrados: +. Sin flganas gals en os documentos do sala 2. Sin limes 6 cantcad de paginas para archivos POF ae penne culturalmente neutra, el curso de accion tas ae de hecho el ‘inico posible) pasa por el establecimie! le un didlogo moralmente serio con los portavoces de las mi noria a efectos de lograr un consenso. Si bien un consenso de te tipo puede suponer que haya que llegar a compromisos y concesiones que desagraden a muchos de sus ‘miembros, slo Gnico que se puede hacer en una sociedad profundamente _ dividida. A esto lo Hlamaré el principio del consenso dialégico*. 1 Se trata del enfoque estandar basado en los derechos humat rrectamente formulado en POULTER (1998), 2 Mas argumentos en PAREKH (1994, > Este ev el punto de vista liberal esta 3S. Mill. : (Ml ca wiri1ams (1995) si se busea un enfoaie mas C28 se Gurtann (1993) ¥ YOUNG (1990). nos. Est co 1995a). dar cuyos orfgenes se remontan & ificado, véan- 301 ada uno de estos enfoques se centre en | powantes 2 da ane atractivo todos presentan efectos eae potsos grados. Como hemos venido ocasién de ver, se puede af Nehzar un corpus de valores universalmente validos y podemos Senalar legitimamente que Jas practicas que atentan contra ellos fesultan inherentemente sospechosas. Sin embargo, estos valo- restson demasiado escasos y tennes ‘como para cubrir todos los Jmnbitos importantes de 12 Vida. Tratan de los aspectos mas ba. artos de la vida humana, respecte de los cuales suele haber po sicofesacuerdos y no pueden guiarmos mA alld. No puede asi sorprender que, si bien nos permitirfan solucionar Tos proble- mas planteados por un par de las practicas de nuestra lista, re- sulten totalmente irrelevantes en el caso de las demas. Ademés, sulten 01a) mreiversales y 10s derechos humanos estén sujetos a a filigrana digital para la version de prueba, registrate p la completa. suarios registrados: digitales en los documentos de salida. cantidad de paginas para archivos PDF. Elimina la filigrana digi ar con archivos PDF escaneados via OCR. u una sociedad, Ueverian 108 les y colectivas. Resulta dudoso si hay alguna sociedad, excep- to las mas tradicionales, que cuente con valores fundamentales en este sentido, Pensemos en la sociedad liberal. {La igualdad entre los sexos es un valor fundamental? No para los fascistas, ni los sexistas, ni tampoco para muchos conservadores © perso- nas muy religiosas. Es, sin duda, un valor liberal importante, pero no todos los miembros de las sociedades liberales son li- berales. {El respeto hacia las personas es un valor nuclear? Los fascistas, racistas, antisemitas y otros no estarfan de acuerdo, © s6lo lo estarian si el principio se definiera de una forma tan vaga que perdiera su sentido. Ademés, aunque una sociedad pueda ciertos valores, es posible que éstos re- demostar ve come aceptabes. La desigualdad es un valor sulle Se are sciedades esclavistas, racistas y basadas en el compari eas, pero no queremos defender por ello que sea sistema “ano de ser protegido, mucho menos que deban acep- un valor ¢ieNorfas igualitaristas. Ademds, los valores funda- tn ses deuna sociedad pueden inclir el respeto alos valores rte minoris, como ocurre en el caso de las sociedades libe- thes y de otras, yen este caso, nose los puede utilizar como es- tinda moral nonegociabe. También ls valores fundamentales tie una sociedad pueden ser definidos, erarquizados, relaciona- dos entre so eliminados de diversas formas, Puesto que es pro- bable que surjan desacuerdos entres sus miembros en estos ca- sos, el hacer un llamamiento a estos valores no parece llevarnos muy lejos. Evidentemente, sirven para estructurar los debates sobre los temas en disputa, pero no para resolverlos. Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. Vins pra autos rein nes emocionales, morales y de otros tipos muy complejas en las gue esta en juego el dafiar 0 no a los deméds 0 el dafio que se pro- duce a los agentes mismos, Es muy dificil pensar en un consen- so en estas circunstancias, aparte de que surgen temas que no pueden conceptualizarse adecuadamente ni ser discutidos por medio del concepto simplista de «dafion. En lo que respecta al principio de consenso dialégico, cier- tamente es necesario algiin tipo de didlogo para resolver pro- fundos desacuerdos morales y culturales, y ya veremos mas adelante cudl puede ser la forma de proceder en este caso, Sin embargo, no es probable que nos Ileve muy lejos si pretendemos ‘ealizarlo de la forma abstracta y descontextualizada que pro- Pugnan sus defensores. Al contrario de lo que ocurre en el caso & las deliberaciones filos6ficas en torno a la politica, un didlo- 393 £0 politico tiene lugar en una sociedad concreta que cuenta con una determinada estructura moral, historia y tradiciones, y sue Participantes no son seres humanos abstractos, sino que esta constituidos de alguna manera. Sus desacuerdos no giran en tor, no a si la préctica objeto de disputa es deseable «en general» » «en principio», sino a si es deseable en su sociedad, para hom. bres y mujeres iguales que ellos, si casa con sus valores y la for. ma que tienen de entenderse a sf mismos. Por lo tanto, no pue- de tratarse de un didlogo abierto que flote en el vacio, sino que hay que partir de los valores prevalecientes que tienen su propio vocabulario, estructura y contexto, y que imponen una direc- cidn, unos limites y unos resultados probables. Quisiera sugerir que no existe ningtin principio tinico en cuyos términos se puedan evaluar las pricticas en disputa. Empezamos (y lo tinico que podemos hacer es empezar) por lo gue he denominado los valores miblicas aneratives de la en Esta es una filigrana digital para |a version de prueba, registrate para conseguir la completa, Voriaas para usiaros gstados: tas practicas objeto de disputa. 1. El didlogo intercultural Excepci6n hecha de aquellos casos en que estamos ante una sociedad profundamente dividida (y puede que ni siquiera en este aso), una sociedad que quiera sobrevivr haciendo que todo funcione fluidamente debe llegar a algin tipo de acuerdo sobre los valores y précticas que van a informar las conductas en la gestiGn de los asuntos colectivos. Es frecuente que esio8 valores y pricticas solo adquieran una posicién dominante 8 0 vés de un largo proceso de adoctrinamiento y coacci6n, y 4! 394 an siendo puestos en entredicho por eines que recurren a una resistencia bien ‘ativa,bien pes i. No obstante, cualesquiera que sean sus origenes, historia y nas d€ reproduccién, con el tiempo acaban formando parte sea estructura moral de la sociedad y encarndndose en sus principales instituciones sociales, econémicas, politicas y de {ro tipo. Puede que sus miembros defiendan personalmente otros otis con arreglo a los cuales deciden vivir, pero en sus rela- ‘ones interpersonales se espera que se atengan a aquellos valo- res propugnados por la sociedad en conjunto. Al contrario de lo ue ocurre en el caso de los principios fundamentales a los que haciamas alusion anteriormente, este tipo de valores es limita- doen su Abin y su oe y observancia se circunscribe en gran medida a las tibli en gran medida alas pblicamente reguladas y relevantes tanto, Si Esta es una filigrana di i ligital para la version de pruebs conseguir la completa. Se We \Vontjas para usuarios reisvaes: 4. Sin igranasdigtles en os documentos de sak 2, Sin litos 6 canida de paginas para archivos POF, OO ee) : CTS ar) igital Wuisagiauve oi ta CuLsKues vida cotidiana de los ciudadanos. Aunque los valores legales y los constitucionales estén estrechamente relacionados entre si, son de naturaleza diferente. Los primeros son generales y regu- ladores, los segundos concretos y sustantivos y estén sujetos a los limites fijados por la Constitucién sin que esto signifique que derivan de los valores constitucionales. Un ejemplo: la Constitucién puede exigit que todos los hombres y mujeres re- ciban el mismo trato. Esto no implica necesariamente una ¢xi gencia de monogamia, porque lo ‘inico que supone la igualdad entre los sexos es que hombres y mujeres deben tener el mismo derecho a elegir esposo © esposa, no que solo deban casarse con tuna dnica persona. Cuando la ley prescribe la monogamia, por un lado respeta el valor ‘constitucional de la igualdad entre los aaa, pero por otro va més alls 395, Los valores piiblicos de una sociedad también se enc Jas normas que rigen las relaciones civicas entre sus miembron Estas relaciones ocupan un Ambito intermedio entre lara ee estructuradas de la vida piblica organizada y las rlacienoy Tamas de la vida privada y personal. Si bien algunos aspectes de las relaciones civicas se regulan a través de las leyes, —— yoria de ellos ni pueden ser ni son regulados por éstas. Las pew Xones entre vecinos, entre personas que viajan en transportes publicos, entre conductores de automéviles, entre estudiantes, ‘entre colegas 0 entre extranjeros entran en esta categoria. Estén reguladas por un conjunto de valores y précticas cfvicos y cons- tituyen la cultura civica de una sociedad, Cuando llegaron a Is- rael inmigrantes nuevos del norte de Africa, discutfan sobre el precio con el conductor de autobuis o pretendfan que les parara cerca de sus casas, se les explicaba que éstas no eran cosas que se hicieran en Israel; es decir, que la cultura civica de Israel era Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. 1. Sin gras 39 Gién de la vida buena necesariamente vaga y constituyen 10 que he denominado sus valores piblicos operativos’. Son valores porque una sociedad los defiende, quiere vivir ateniéndose @ ellos y juzga la conducta de sus miembros en sus términos. Son pablicos porque estén recogidos en sus instituciones y précticas Constitucionales, legales y civicas, regulando asi la conducta piiblica de sus ciudadanos. Y son valores operativos porque no $e trata de ideales abstractos sino de una realidad moral y soci realmente vivida y generalmente observada. Los valores ptbl cos operativos de una sociedad constituyen la estructura moral > TYLER (1996) critica mi ui, postura y existe una réplica hecha por SEDG! (1997). En lo que afirmo en este capitulo tengo en cuenta las ceriticas de Tylet. 396 vida publica. Aunque sea inevitable que influyan suniysu vez influidos por los valores personales de Oey cea ‘2 trata de cosas distintas por su naturaleza, au- ws mi amas de legitimacion, geval os valores publicos operativos de una sociedad es- S emelacionados entre si, no conforman un todo coherente ial 3 sinter pujan en direcciones diferentes. Y aunque se pue- yay Tarde manera general y abstracta, pierden gran parte sa enitieado cuando se los disocia de los procedimientos y sede los que forman parte. No son estéticos y cambian Fee spuesta a 10s cambios que se dan en las circunstancias so- Shs y en la forma que la sociedad tiene de entenderse a sf No estan més alli de toda critica y a menudo se les re- padia, 0 algunos de sus miembros los aceptan inicamente por qurv pragmatismo. Tampoco son rigidos y, por lo tanto, son sus- “anihlac de internretaciones. en qcasinnes cantradictariac Re- Esta es una fiigrana digital para la versin de prueba, registrate para conseguir la completa Puesto que la sociedad tiene un compromiso publico y co- lectivo con sus valores piblicos operativos, su autoridad no se ve afectada por el hecho de que algunos de sus miembros no los suscriban personalmente. Algunos miembros de una sociedad liberal pueden no creer en la igualdad de los sexos 0 de las ra- zas, lo que no evita que deban respetar estos Prinepios en su conducta piblica. Si esto es asi, se los somett a concent m0 ral. En toda sociedad caracterizada por el desacuer ln ae sce en ayer rae neve) we ree Quen e e de reducirse, pero nie or suyos estos valores, 0 al menos etidos a ella acaban Pov tr rtantes. Si est0 no OcUrTe, NO sue Por entender por gb 08S aon ee fren ansformacion 397 cias puiblicas y personales. Ambos feném tniliaves y toda sociedad convive con ellos 1o menor Puesto que los valores piblicos operativos represen tructura moral compartida de la vida publica de mana son el tnico punto de partida aceptable para un debate sobs prdcticas minoritarias. Podemos reaccionar ante estas esas de formas distintas; probibiéndolas, desincentivandols, tie doles incentivandolas, incluso aplavdiéndolas y ponénds Tas de ejemplo para el resto de la sociedad. En cada tno de es. tos casos nuestro juicio inical se basard en los valores piblicos operatives de Ia sociedad. Cuando una préctica minoritara aten- ta contra ellos, incita a la desaprobacién. Sin embargo, esta des- aprobacion no es raz6n suficiente para prohibirla, La précticaen cpestion forma parte del modo de vida de la minoriay la socie- ddad tiene el deber de explorar cual es el significado de esta préc- Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registr conseguir la completa. at ‘Vora para ussarios registrados 1. Si igranas dates en os documentos de sale 2, Sn limes de cana pginas para 5 Pango a Eta afirmar periédicamente sus valores pablicos operativos, ¥ =e ano de que una préctica minoritaria atente conta ellos puede set tuna buena oportunidad para hacerlo. | "Mis que reeurti alos valores piblicos operativos como s! tratara de un estindar neto y no negociable para evaluat las préc- raat noritarias, Ia sociedad deberia parti de ellos para ent blur un didlogo con esa minoria, Puesto que desaprucba wna de sus pricticas, serd capaz de razonar esa desaprobaci6n, Jo que implica defender los valores prevalecientes y demostrar GM la préctica cuestionada atenta contra ellos. La minoria, po? © pat prasebe demostrar por qué sigue esa préctica y defender Por fu propia naturaleza el didlogo no puede estar centrado e* los ndtitos y desventajas de la préctica concreta, porque bien PX: ‘Tera ser que nunca se hubiera convertido en objeto de disput S 398 «ao no la hubiera desaprobado partiendo de saciid en erat. ‘Asi el didlogo es bifocal y debe 3 op nla préctica minoritaria, como en los valo- si mle fos dela sociedad, en el modo de vida de la rex ibis OP en el modo de vida de la sociedad general. afoot Jo que el diflogo se polarce , de hecho, por lo Noes etme ast El debate publico sobre los méritos y de- al no prictca sobre la que se disputa tiende a catalzar a is ate nero de la minora, Puesto que el resto de la soe eueston una de us récticasy pide ala comunidad sein que la defienda o abandone, puede que algunos de mantembros de esa comunidad aprovechen la oportunidad para Trntare si realmente es fundamental para su modo de vida y si, teniendo en cuenta toda la situaci6n, realmente merece la pena seguir con ella. También es probable que personas extemas Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. ‘Vents pera union reg 1S harans dicate ons eocumersne oe sale. 2. Sin tmtes be cant do pins pare aos POF. 5. Puade bar on sttves POF ancneades via OCR flejar un consenso moral antiguo ya superado. Es més que pro- bable que los portavoces de las minorfas quieran participar en los debates suscitados en la sociedad en conjunto para intentar in- fluir sobre él de alguna manera. Asi, el debate en tomo a esa prictica minoritaria se acaba desarrollando a varios niveles y ejerce un profundo efecto trans- formador sobre todos los implicados. Cataliza debates en el in- terior de 1a comunidad minoritaria, en la sociedad en conjunto y, ademas, entre ambas, Y en todos los casos resulta poco pro- bable que los participantes pertenezcan exclusivamente a las co- munidades afectadas. Ademés, aunque el debate comience de- bido a una préctica concreta, se amplia hasta poner en cuestiGn tanto el modo de vida de la minorfa como el de la sociedad ma- Yoritaria y acaba abriéndose a toda una serie de temas que sur- 399 gen de forma inesperada. También obliga a cada u tes a hacerse consciente de los valores que defiende Cs P&= nes con las que los defiende, lo que contribuye, ce conocimiento critico de sf mismas. Si bien en ocasiones texto de debate puiblico les obliga a cerrar filas y mostaceo”, defensiva en lo referente a su modo de vida, a menudo las fet tes necesidades planteadas por la vida cotidiana tienden a pre valecer y persuadirles de que exploren la existencia de interese y valores comunes. . Por lo general, el debate en el que se cuestiona una préctica minoritaria se Heva a cabo en tres fases. Estas ni son sucesivas ni todas estrictamente necesarias; se solapan y puede que se omita cualquiera de ellas. Puesto que la préctica controvertida | fan da inn 9 mée da Inc valores comnnitarios de la sociedad ex- Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. Ventas para usuarios region: 4. Sin figanas gals en fe documentos do sab 2. Sin ies decane de paginas pra antives POF. adoptarse un enfoque diferente y afirmar que la préctica es una ‘mera costumbre, una excrecencia hist6rica que no forma parte de la cultura minoritaria, Llegados a este punto, probablemente el portavoz.de la mino- ra dird que, si bien puede que no sea aceptable en si misma, la préctica estéintimamente relacionada con otras prcticas valiosss Que resultan fundamentales para su modo de vida, que se veria minado si la préctica se prohibiera. Puede que el resto de la so- ‘iedad se deje convencer por este argumento y decida tolerar la practica. Pero si considera que es demasiado ofensiva para PO- For ser tolerada, afirmard que no hay ningdin modo sacrosanto de vida y que la comunidad minoritaria deberfa cambiar un modo Ue vida que depende para su supervivencia de pricticas de este tipo- Puesto que la minorfa ya no es capaz de defender la préctica ni en términos de su autoridad cultural, ni en tanto que précti- 400 — dora de un modo de vida, sus portavoces deben salir cqsstentader? tra y apelar a valores que suscriba Ia sociedad desu prop Nesta pudiera compartir. Por ejemplo, podrian decir exter oO endida, la prdctica cuestionada no difiere tanto de pes ier se admiten por parte de la sociedad en general o bien axas a fe encamne Valores diferentes, éstos pueden acabar por pe agecer la sociedad y deberian ser respetados. Si son capaces cagsuad con Sus afgumentos, la préctica deberfa respetarse. ep consiguen convencer a la mayoria que no consigue encon- BePsentido a los valores que se pretenden materializar a través tela préctica en cuestiGn, se suscita una situacién dificil. Pues- toque no se puede debatir o argumentar en tomo a valores mo- rales de una forma objetiva y concluyente, y dado lo dificil que Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para ‘conseguir la completa, ‘Ventas para usuarios rqitvedos: +. Sin ligranascgtles on los documentos de sala. 2. Sin lintas do contd do paginas para atehivos POF. 5. Pune aaj con archivos POF escaneados vin OCR Sat Uita SUIUEION Ue COMPrOMMISO EN EL LULULY. 91 Er Kea Co gente y la prdctica en cuestién moralmente inaceptable, deben Prevalecer los valores piiblicos operativos de la sociedad en con- Junto debido al menos a tres razones importantes. En primer lu- gar, forman parte de sus instituciones y précticas, y no se les puede cambiar radicalmente sin causar una desorientacién moral y social considerable. En segundo lugar, si bien una sociedad tie- ne la obligacién de acomodar a los modos de vida minoriariony no tiene obligacién de hacerlo a costa del suyo propio. specs mente si no esté realmente convencida de Ia defensa q ; jo se tra- minorfa de la préctica en cuestion. En tercer lugar, cuandl Semele jinorfa de inmigra tos deberian ser capaces ria de inmigrantes, éstos deberian de 1a de na ino est que n0 est familiarizados con ¢! MOC Te haa dela sociedad extensa, deberian diferit juicios que em n sot far el resent para contrarrestar el Te timiento que, por lo general, provoca 401 su presencia en algunos sectores de la sociedad; apoyo tendrén con un mayor grado de probabilidad si, trae eC Que ob. opini6n, aceptan con elegancia su decisién, Presar gy 2. La circuncisién femenina y otras pricticas Hasta aqui nuestra discusi6n ha sido abstracta y resultaria de utilidad que nos centréramos en algunas de las précticas ming. Titarias (de menos a més controvertidas) para mostrar mo po. demos aplicar nuestro andlisis®, En la India existe la préctica generalizada de arrojar al ro las cenizas de los muertos, incluso en algunos raros casos de sumer. gir los cadaveres en aguas profundas en vez de cremarlos. Ambas rdcticac acnerialmente acta riltima_ cnseitarnn dacazan v1 a9 om Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, solicitaran una licencia previa, Esta licencia se concedfa siempre que las cenizas se arrojaran en las costas 0 al mar dentro de las doce millas de linea de costa. También se admitia el hundimic to de aquellos cad4veres que Ilevaran el lastre adecuado y se pe- dfa a los marineros locales que hicieran los arreglos necesarios. Muchos hindiies prefieren cremar a sus muertos en piras fu- nerarias y no recurrir a medios eléctricos. Esto es algo prohibi- do en la mayoria de las sociedades occidentales por motivos es- \éticos € higiénicos, Pero las objeciones estén mal concebidas Las consideraciones estéticas Pertenecen al ambito del gusto y ‘no deberian regularse por ley, y la préctica hind no supone nin- ‘tin riesgo para la higiene publica, Puesto que no se atenta contra ‘Una valiosa dscusion sobre estas précticas en PouLren (1998). oligos operativos dela sociedad liberal, gun Je ea res ica en recintos cerrados y oficialmente site I Pen la India, Guayana, Trinidad y los Saga y musulmana de sacrifiear animales ha sido forma jug ntingos en muchas sociedades occidentales. an de deta eric de valores religiosos que tienen que ver peridoa toda UN et sacrificio y el significado simbélico de los cos anata comunidades opinan que los animales deben siento cenles, ¥ NO alurdidos o inconscientes, antes de ser coe, Algunos activstas pro derechos de los animales y sempesonas han afirmado que, aungue el método de sacrifi- ate Fivado sea rapido y eficaz, el animal es consciente de que se le esta sacrificando y sufre antes y durante el sacrificio, de Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa. \Ventaas para usuarios registrados: 1. Sin lgranas Batales en los documentos de saliéa, 2 Sin ites co cantcad de paginas para archives POF. 3, Puade trabajar con archivos POF escaneados via OCR. practicas y CTeeNCIas SUYAS. LOS pUrtavures ue anus J dades pueden defender su postura razonablemente, afirmando que el sufrimiento del animal, cuando existe, es minimo y que si-se admite el sacrificio de animales en general, no se deberfa dar mayor peso moral a un dolor que dura pocos segundos que 4 los sentimientos culturales de las dos comunidades. Aten la préctica no viola ninguno de aa i ee eee de la sociedad general y la sensibi los animales i es tan intensa ini estd tan difundida como para convertiria en moralmente inaceptable o profondamente ofenot va, Si las cosas cambiaran radicalmente, puede que hoe Sm se hha ocurrido recientemet - Teconsiderar el asunto como ha ecw a antizar la pro- ‘mucha discusiOn p' ‘ muse donde, tras ery halal, se ha decidido brohibirlo con po eaten ‘de las comunidades judia y musulmana. ns 403 . monios concertados ha gene. ca asi de Ise las sociedades liberates. Cube nen muctisade Ia aceptacién casi automtica cro que Ha Xesposas Y €sP0s0s libremente ele. re de los padres pposicién total por parte de los proge- enon prctica que no tiene fundamento i *F intimamente relacionada a otras précticas, desa religioso, esté ir damental en el mantenimiento de! modo de rrolla un papel Fore ucho para sus defensores. También se vida asidtico y SHE rensa razonable de esta prictica. Afirman puede ofreret “able que los matrimonios sean felices y duren auc es sre Tconsentimiento de 10s padres y éstos sep si tidos con el éxitodel ds eae v emocionalmente comprometidos con e! Exito del) iligrana digital para la version de prueba, registrat completa. ios registrados: lales en los documentos de salida. eae Elimina ta filigrana d n archivos PDF escaneados via OCR. hacer de la autonomia personal y la libertad Ue elecLIULL values universales, especialmente cuando entramos en el Ambito de te- mas tan sensibles como el matrimonio. Si los jévenes asiaticos se sienten felices cuando sus padres les ayudan a elegir esposo/a también deberia respetarse su decisién. Incluso aunque no ha- gan este tipo de eleccién de forma consciente y simplemente acepten la practica como parte de una rutina social (en este caso dejando la eleccién en manos de sus padres), deberian tener el mismo derecho que los demés a levar su vida como quisieran. Evidentemente, resulta crucial que no se les obligue a contraer matrimonio en contra de su deseo personal expreso. En estos casos, la sociedad en conjunto tendria razén al prohibir los ma- 404 o aquellos contrafdos en una stuacion ce ue Esta Se defina de forma culturalmente Me kes hacerse culpable de dogmatismo y cultural injustificada, -impuesto8 rayor @ ip). Pero it mi i tonferencia sonocemos 10S origenes de la circuncisién femenin: ode ua forma otra parece haber existido desde hace siglo fe ‘antigua Roma Se pasaban anillos de metal por los labia mi- ort de [as esclavas para evitar la procreacién, En la Inglaterra jeval se obligaba a las mujeres de ciertos segmentos soci jesa llevar cinturones de castidad para prevenir la promiscuidad durante las largas ausencias de los maridos, Evidencias encon- dams al examinar momias del antiguo Egipto demuestran que on acidn, En la seas au ibe como In. in! filigrana digital para la i version de prueba i cate pl , registrate arios registrados: jitales en los documentos de salida. antidad de paginas para archi : ivos PDF LST TE a con archivos PDF escaneados via OCR. ine pequefia apertura para permitir la expulsion ue vis 2 a Inensttual’ De las tres, Ta primera s6lo supone un da tisieo mfnimo y no se diferencia gran cosa de lat circuncisin mascu- lina tradicional. Si bien se la ha criticado por MOLINOS meédicos y, més recientemente, psicoldgicos © implica cierto grado de a menudo, A mo ser que se Tutilacién fisica, se 1a admite Muy. ! de circuncision femenina causi males va razon obvi para erate problema ara veri haciendo. LO Anke que Feitinamente insite sobre el e= report cuaificacte ajo > tadigumente aceplaples. demuestre que este tipo Mayores, no existe ningw de forma distinta a como la sociedad puede hacer que deberia hacerse por pe “Gu mmédica y en condiciones mi 405 Las otras dos formas de circuncisiOn son de natura distinta y voy a centrarme en ellas. 2a muy La cireuncisiGn femenina se practica en cualquiera g formas en al menos 25 paises de Africa, Oriente Medio y °°" del sureste asidtico, Es una practica comin en algunos 20" musulmanes pero no en otros, y en aquellos pafses piles! practica va mas alld del islam y'es practicada asimismo por «° nusulmanes. Se practican unos dos millones de circuncison femeninas al afio y més de 80 millones de mujeres todavia v- vas hoy han pasado por ella. Esté prohibida en todos los paises Sevidentales, Io que ha causado una inquietud considerable en, tre los inmigrantes musulmanes. La practica atenta gravemente Contra algunos valores universales basicos asi como contra los # \ } valores publicos operativos de la sociedad liberal. Inflige un dai fisico irreparable, es de naturaleza sexista, viola la integri- 4-4 4s Inn aia ennone nna decisidn irrevocable nara sn vida Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa. ‘Vora para usuares rgistados: 1. in granada nto acumen sada 2 vt ei a po pra eon POF 5, Pues ration arias PO ssraeasoe via OCR tanto, para ellos es una préctica vinculante. Bn segunuo 1ugal, se afirma que se trata de una practica intimamente relacionada con su moral y las précticas y creencias sociales que son parte integrante de su modo de vida. Garantiza la virginidad de las chicas evitando toda posibilidad de relacién sexual en el caso de la circuncisin faradnica, las exime de toda sospecha social, hace mas facil para ellas el encontrar un marido adecuado, pro- tege a la familia de la ignominia que resultaria de sus probables indiscreciones y asf, de éstas y otras maneras, desempefia un pa- pel crucial a la hora de mantener su modo de vida tradicional. En tercer lugar, segtin sus defensores, esta prdctica promueve valores importantes que todas las sociedades deberfan compat- tir o al menos respetar. Regula la sexualidad de las muchachas jovenes, facilita la disciplina y el autocontrol, las protege de la 406 jurante la adolescencia y les brinda por el exo oyopicamente saludable. A veces se ha np el Ca iWGetender la circuncisién femenina por motivos res 7 ‘fice que los genitales femeninos son feos y mal- sy que la circuncisién les dota de una mayor simetria foenados ¥ Ne atractivos. Se invocan asimismo nociones de jgndolos Trios mitos sobre la naturaleza y el significado eta YP pyesto que en este Caso No se trata de argumentos tore ra vez se habla de ellos en piblico y resultan por ponitainals para el tipo de defensa més extendida de Ia er atica, ast que voy a ignorarlos. ‘Ninguno de estos argumentos parece compensar Ja gravedad gel dafio causado ni resultan raz6n suficiente para pasar por alto de spjeeiones que se hacen. El hecho de que se trate de una pric- eancionada por la religién o la cultura es una raz6n, pero Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. Ventjas para usuarios registrados: 1. Sinfilgranas dgjtales on os documentos de sada 2. Sin mits do cara do paginas para archivos POF 53. Pusde trabalar con archivos POF escanéados Via OCR himenorrapia, ni protege a las muchachas de las sospecnas © 1n- discreciones. Ademas, genera un profundo trauma psicolégico, convierte una vida sexual normal en algo imposible al prodvcit frigidez posmarital, irritabilidad, tristeza, depresion y ansiedad. Puesto que otras sociedades que también conceden ato valor ala virginidad pueden mantenerla sin recurrir a medios lesivos, no hay raz6n alguna que impida que los ‘musulmanes puedan ha- itive ia segdn la 7 Entre las razones que alegan se eneucn Ed imi ee ie cual el clitoris no es se el residue dew ato Je wh vs maint ee oe vease al Journal of the American oc te abr el ces Ne 198), #7HEITIG eames ane ciation 274. wy (1989). Noo y Exworrny (1992) ¥ BOP? 407 cer lo mismo. Las opiniones tremenda i de mujeres a Ias que ge les ha practicado lacheen i las creencias sobre la sexualidad fen i gue est pris hace derivar su legitimidad, tambo ls) san es f es a que existe normalmente una fo ablan en ee nade pase 9S nt te Sen ea recio muy alto. Sin em. / ect, if in y lo ina? bargo, la solucién no esté en fr Sino en una reforms euidadora dl mode deseo Pe te en algo necesario. Las presiones soceles eae conver vicloso ferzando a los individvos a hacer cosas que meena” no hacer y sélo se puede evitar que tengan que ha pon biendo lepalmente una préctica inaceptable, tn? Ph "EL tercero de los argumentos que se aduce a favor d préctica no es mucho mejor. Ciertamente, la disciplina sexual y el antocontrol son valores importantes, pero también lo con i 4 j { | Esta es una flligrana digital para la versi6n de prueba, rei conseguir la completa or ae 1. Sin ganas digs anos documents de sda 2. Sin tmtas ce cantdd de paginas pare tctos POF ida on archivos POF eecanesdoe ia OCR \cisiGn tiende a intensinicaria. 1, cente con la sexualidad, la circun puesto que convierte en algo imposible las formas normales de sexualidad, se sabe que incentiva précticas perversas Y lesivas. Podemos asi negarnos a defender Ia circuncision femenina cuestionando aquellas asunciones que se dan por supuestas, ne- gando los valores que subyacen a esta préctica, negando que ge nere consecuencia beneficiosa alguna, que tenga una ‘importan- cia cultural incuestionable, y mostrando que los argumentos @ su favor que se alegan no bastan para superar las fuertes obje- ciones morales y de otro tipo que hemos ‘enumerado con ante- rioridad. Es cierto que esta discusi6n es un tanto cesquemiética Y apresurada y que s6lo esté pensada como ejemplo de cdmo Se ria desbsozar el tema y proceder a entablar ¥ 70, tt “ trata de una préctica ™Y Iver un de- bate sobre la cuestién. Puesto que se 408 aida ene 108 inmigrantes.¥-SUs comunidades de origen, xt i evar a cabo 1a prohibicion con compasién y sensi ns oer que sus lideres emprendieran, a ee, una eam- panos asi negar la defensa de Ia circuncisién femenina ada alas nifias. Pero, ;qué hacer en el caso de un miem- peveduto de una comunidad minoritaria que quiere que se le pectique la circuncisién estando en plena posesiOn de sus fa- cultades?” No hablamos de una situacién puramente hipotética. Una profesora nigeriana de treinta afios que me oy6 hablar en contra de esta préctica en una conferencia me coment6 después tn privado que grupos enteros de mujeres de su comunidad se sometfan normalmente a la clitoridectomia tras el nacimiento de ve hiin alan ane alla misma habia hecho a los 26 afios. Esta es una fiigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa. ‘ors para utuarioereiados 4 irene lesb be oii a 2.5 tiios. cari do psn pra archivos POF mente una mujer aduita y eH pica poses deberia tener la libertad de hacer lo que quiera con su ever. Naturalmente no se trata de un derecho absoluto. Si alguien siera que se le amputaran los brazos 0 Se le sacaran ls eos como forma de penitencia, debido a un sentimiento de culPs 9 para evitar ser tentado por el mal, no se lo permit ~* Segin 1 y 1.545 hombres en * Segdn una encuesta realizada entre 3.210 eee ye elas ‘a Susi, prema deme SST es. 72 Se h le en el caso ea DaReEn (I moose 0 cama tan em er Grnn Bretana, 851 ee ice Sees oo En Por ro re ‘en octubre de 1993, pero no one inten el orden del ' tados Unidos de “América se 10, tense sincerest Jos Estados Unidos entry war oes Sita on ae pone 409 gando que la incapacitarfa para cumplir con sus obligac Etiales normales, que exigirfa recursos sociales y que la ans* que se propone Ilevar a cabo atenta contra todas mucamse bee See Conia las’ ceres anianoa debesian Satan sus Coavar nie guna de estas razones (excepto quizé la tiltima) se aplica rai caso de la circuncisi6n de adultos. onal La mujer implicada también podria alegar que la sociedad occidental admite los trasplantes, el aumento 0 reduccién del vo- lumen de los pechos, la reconstrucci6n de nariz y labios y del rostro completo, los tatuajes y los piercings. Si las mujeres oc- Cidentales dan tanta importancia asus caras, ella Ie da la misma a sus genitales y podrfa preguntarse donde esté la diferencia, Podrfa incluso ir més alléy alegar que, puesto la sociedad per mite a los hombres someterse a operaciones que alarguen sus penes, negarle a ella el derecho a la circuncisi6n es diserimina- eo encarta ae Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. Veta para usvarie registrados: 1. Sin flgranas cigtales on os documentos a sada, 2, Sinlimstos de canta de paginas para archives POF, 3. Puede trabajar on archivos POF escaneados va OR, ‘Aunque todo lo anterior parezca indicar que uita ties aa ta deberia tener libertad para someterse a una clitoridectomia o incluso a una infibulacién, hay argumentos que apuntan en la direccién opuesta. Si bien podria tratarse de una eleccién libre, también podria ser una reacci6n ante una fuerte presién social, quiz4 no en todos los casos pero si desde luego en muchos. Y aunque se tratara de una elecciGn libre, habria que preguntarse si de verdad las personas son libres para hacer lo que ‘quieran con sus cuerpos. Teniendo en cuenta Ta historia de las comuni- dades implicadas, también es probable que si se admitiera esta practica, se acabara empleando para propésitos que claramente suscitarfan nuestro desagrado, extendiéndose a mujeres muy j6- Yenes o nifias, Existe asimismo el peligro de que otras mujeres adultas fueran presionadas para someterse a esta operaci6n. 410 scadevisidn respecto de si debemos 0 no permitir la cir- + _ Nuestra desis aula debe tomase partiendo de lanece- cuncsion aguarar el equilibrio entre sus necesidades y otras salad ge. Tenemos cuatro opciones. Primero, podemos admi- eo tia sin restricciones, Segundo, podemos admitila pero ta como, pot ejemplo, que se trate de algo voluntario y de cine peisign basada en profundas creencias. Tercero, podemos fratbila totalmente, Y Cuarto, podemos prohibirla pero hacien- Pmexcepciones cuando la solicitud es realmente voluntaria y bedece a necesidades generadas por creencias morales profun- ddomente arraigadas. Debemos descartar el primero de los cursos te accion posibles porque no evidencia la desaprobacién social . gue suscita esta prictica, Puesto que la tereera opcién no respe- \ tala libertad de la mujer a la hora de clegir también debemos .deseartara. Lo aue nos deia con la seeunda y la cuarta de las op- Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa. 2. Sn es de cond de phen pare archos POF en el contexto de las comunidades minoritarias en las que re~ sulta ser una prictica estindar. Pero, gy si lo solicitara un miembro de la comunidad mayoritaria por motivos morales 0 estéticos? En este caso la cultura no entra en juego para nada y la decision de la mujer debe defenderse al margen de lo anterior, La cuestidn es cusinto peso estamos realmente dispuestos a dar- © le a.una decisién individual, y hasta qué punto puede la socie= dad en conjunto poner limites a esa elecci6n personal, La dec sidn no es facil. Por un lado, habria que respetar las elecciones libremente tomadas y, puesto que la sociedad admite los im- plantes de mama y cosas similares, quiza tambien deberia pers mitir la circuncisién femenina, Por otro lado, tambien restringi: Mos (y en ocasiones con mucha razdn) las elecciones adoptaclas au ne i6n a sus propios cuerpos. Por ejemplo, por ls personas oe enta de Orsanos. Adem, se pods no admitimos 1a Cvgion no es como un implante mamario decir que Ia hvctmesto que implica un grado de mutilacién ff, una LE estética no supone. También podrfamos tener sica a¥* ion de que habria que desincentivar ciertas formas de ta ret propio cuerpo, que Ia circuncisi6n hiere las sensbilida- Tesimedicas y morales de quienes las practican, etc. Contamos on las mismas cuatro opciones que en el caso de las mujeres pertenecientes a comunidades minoritarias y debemos decidir tras sopesar cuidadosamente todas las consideraciones que pu- dieran ser relevantes. Podrfamos llegar a la misma conclusién que en el caso anterior (yo creo que deberiamos llegar a la mis- tha conelusién), pero por razones ligeramente diferentes. Nuestra decisién sobre si nermitir o no una prdctica cultural Esta es una filigrana digital para la ver conseguir la completa. in de prueba, registrate para ‘Vota para usiaris registrados: 1. io Rlgzanas gts en los documentos e slid. 2 Sinlimiss 6 cantdad de piginas para archivos POF 5. Puede trabajar con azcives POF escaneadoe va OCR tempo. En los primeros tiempos del gobierno briténico se con- virtié en algo bastante comtin en muchas zonas del pais, y los Iideres hindtes mismos empezaron a hacer campajias en contra, creando asf un clima que facilit6 que los briténicos declararan su ilegalidad en 1829. Sin embargo, el sati se siguié practican- do, incluso en la India de después de la independencia, si bien se trataba de casos raros que no suscitaban gran preocupacién publica. La situacién cambié en 1987 cuando Roop Kanwar, una chica culta de 18 afios de Rajput que habia estado casada durante ocho meses con un joven bien educado, se subié a la pira funeraria de su marido siendo observada por miles de en- tusiastas admiradores. Si bien el relato de los incidentes varia, "© Hasta el momento n ‘momento no contamos con ninguna narracién definitiva er jaevidencia circunstancial parece sugerir que habfa sido droga- leer cualquier caso, el incidentesuscit6 fuerte pasiones a lo ds fry ancho de la India, siendo asf que unos defendian vehe- laemente la decisiGn de la chiea mientras que otros la con- wetipan con 1a misma intensidad. A juzgar por la magnitud de (enmnanifestaciones pablicas a favor de la decisi6n de la joven, pareeia que un buen nimero de hinds estaba a favor de la ac ign emprendida por la mujer. Si bien se trataba de una précti- a prohibida, la presién que se ejercié sobre el Gobierno para gue adoptara alguna medida fue considerable. Pocos meses des- pués del incidente el Parlamento indio aprobé una ley conde- pando 1a «glorificaciém» que se habja hecho del tema. Los in- dios eran libres de argumentar a favor, pero no se debja idealizar Esta es una filigrana di 6 igital para la versién de prueba, regi . registrat conseguir la completa oe \Vorajas para usuarios registrados: 1 hn layne dls en los dcuaibs esl 2 Sin lintes de conic de pgs para archivos POF mina a gan tao 2. ede trabajar con arctvos POF escareado va OCR pasar por alto a la ligera tal como hicieran los partidarios laicos Y las feministas, se trata de argumentos objetables. La vida de tin individuo no le pertenece en exclusiva a é1 0 a ella. Hay més personas que pueden plantear exigencias al respectos por Clem Pio las mgs cercanas a los implicados. Estas la razen Dor la {ue el suicidio se considera moralmente objetabie: ‘Ademis, la Tibertad religiosa, al igual que otras libertades, nunca puede ser absotuta y se 1a puede limitar cuando se Ja 158 2 propésitos inaceptables. No se mata 2 un inficl © $28 idélatra porque asf rerceha Ta propia religion. Puesto que fa Prac ‘del sati 610 cuenta con la limitada autoridad quele ene el ser un nig i ‘una presiGn inten’ - Seer suponeafosa ® socialmente vulnerable. EI hecho ‘de a seems unos ingresos considerables Su muerte supusicra aa su Tamilia politica aumenta, si cae, eS ipresiGn. Quedaba 413 = _ las personas legitimadas para pedir aes x ca : al esd Tos reece familiares y ea a tiene vermitia ademas alos familiares convertir su casa ens enfci permit mcamente muy productivo, La préctiea roe” Sanidemds la inferioridad de la mujer, devalda la vida humang, produce un miedo cercano al terror entre las mujeres (e inclusg Pree los hombres) recién casadas y priva a los nifios del amor adres. y Poe amas razones se trata de una Practica que debe prohibirse. Evidentemente, esto causaré profunda inguietud a tuna viuda que creyera sinceramente que era su deber morir con ¢1 marido, o que irfa al infierno sino lo hiciera. Sin embargo, no hay muchas mujeres que encajen en esta categoria y cabe limi- tar su libertad religiosa si es en interés de las mujeres en general y de los valores pliblicos operativos de la sociedad. Se podria alegar que la ley, aun prohibiendo la practica, podria garantizar Esta es una fligrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa Versi pare usu rgitadse: 1. Sin gras gles on os docireros esa 2. Sin tinaes ce caed de papries pra scvos POF. NIRS eo) 5. Puede taboo con arcivos POF escaneaes via OCR. Py ‘coutrano de 10 que ocurTe con Ia circuncision, la inmolacion de las mujeres es una fuente de beneficios econémicos y de otro tipo para sus familias politicas e incluso para sus propios padres ¥; por lo tanto, la situaci6n se presta a muchos abusos. Ademés, es algo que debe hacerse en uno de los momentos mis estre- santes de la vida de una mujer, en una situacién en la que resulta ser muy vulnerable, por lo que dificilmente el compromiso que se asuma puede ser adoptado libre y racionalmente. Por lo de- més, la solucién de compromiso que se propone no pone en CuestiGn el prejuicio sexista de la practica, ni contrarresta la po- sible influencia de lideres religiosos sin escriipulos ansiosos por ‘manipular las sensibilidades religiosas de gentes analfabetas Y crefulas. Teniendo en cuenta todos estos factores, lo mejor e Prohibir la préctica. Si la soci iedad hindt asegurara la igualdad 44 - ips eres en todos los ee la vida, Si stas fueran aces nsar de forma in lependiente y decidir por sf mis- om entre formas alternativas de entender sus propias tradicio- = culturales, Si Se pudiera contar con que actian libremente, We aamos defender Ja posibilidad de hacer excepciones. Pero Ena India actual no se da ninguna de estas condiciones. ¥ no se trata tanto de paternalismo como de contextualizar derechos -ylibertades y de crear las condiciones apropiadas para que se “yedan ejercer de manera inteligente. Incluso el paternalismo, Mrendido como una restriccién de las opciones individuales siempre que sea por el interés colectivo de los propios afecta~ gos, ocupa un lugar legftimo en todas las sociedades que atin no han aleanzado la perfeccién, lo que incluye a todas las actuales v las que son previsibles en el futuro. Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, Vertaas para usar eiseados: 1. Sin lgranas itales on los dcumonis de sal 2 Sin lites de cantdad de pias para aenvos POF. CISL 4. Pune absje con arcvos POF escaneads via OCR, des musulmanas practican la poliginia, stenten yuc se i> io pensa un trato injusto y han hecho campajias para conseguir que se levante la prohibicién basdndose en dos motivos, uno postti- vo y otro negativo. En el primer caso ofrecen una defensa arti- culada de su postura, en el segundo califican la prohibicién de incoherente, hipécrita, ¢ incluso de racista (Cligent, 1970; Gba- degesin, 1993). ‘Los musulinanes hacen una quintuple defensa de la poligi- fas tres fases de las que hablsbamos antes. En el fos se invoca la autoridad de la préctica, {mportancia que tiene para su modo de tamente valiosos que encama: nia a partir de | primero de los argument en los demas se sefiala la vida y los valores supues' i fica cultural y re- «Een primer lugar, la poliginia es una prictica cu Tigiosa neneionada por el Cordn y la tradiciOn, respectiva- mente. ais « En segundo lugar, en la mayorfa de las sociedades se a4 mite la posibilidad de divorciarse de una mujer si es este. fil o sexualmente incapaz, 0 si los miembros de la p, a resultan ser emocional o sexualmente incompatibles, Pues. fo que el divorcio causa un suftimiento considerable ato. dos los implicados, resulta mas humano permitir al ma. rido que tome una segunda esposa sin tener que divorciarse de la primera. i + En tercer lugar, todos los hombres tienden a desviarse de { Ja senda de la fidelidad matrimonial y a veces acaban in- yolucrados en aventuras extramaritales con la inseguridad y las tensiones que implica este tipo de engafios. Serfa de gran ayuda para todos los afectados ~ademds de ser més honesto- el que se permitiera al hombre contraer matri- monio con la mujer con la que mantiene relaciones sin te- ner ane romper el matrimonio anterior o llevar una vida Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa 4. Sng doth los documents do a 2 Sinn tc pen eon POF etminn a grane ct shor | 5. Pun vata con archivos POF scant via OCR bilidad, no ya el permitir, sino inciuso e1 exigit at nosis que se case con la mujer embarazada y acepte la plena res- ponsabilidad por los hijos que pudiera tener con ella. + En quinto lugar, en algunas sociedades el nimero de mu- jeres es més elevado que el de los hombres. Esto acaba generando una solteria obligatoria para muchas de ellas que desemboca una presién poco deseable sobre los ma- trimonios monogémicos, y acaba Ievando incluso a la prostitucién. En estas situaciones tal vez fuera mejor de- fender la poliginia. Tras la guerra civil nigeriana, cuando la ciudad de Calabar estaba lena de mujeres solteras ¥ viudas, incluso los ancianos tribales cristianos prefirieron dar carta blanca a sus miembros para que practicaran la poliginia que arriesgarse a correr peligros obvios. 416 _— ON woces de los musulmanes alegan que, aunque su | gefensa 8 poligamia no resultaraconvincente, ta sociedad elena haria mal eh prohibirla, En primer lugar, la ley y gran parece opinion publica admiten que los individuos cohabiten pags de una mujer (u hombre) siempre que no contaigan moni. Puesto que la cohabitacion apenas se diferencia matrimonio, de hecho, las sociedades aceptan la poligamia, er egundo lugar, un hombre casado es libre de buscarse una i ane (0 varias amantes). Si bien existen importantes diferen- Gas entre una amante y una esposa, tampoco habria que exage- tirlas. En ambos casos se trata de una relacién a largo plazo y qomeramente incidental, en la que no median las transacciones fecondmicas caracteristicas de la prostitucién y call-girls, supo- .2 imnlicacidn emocional y obligaciones mutuas y no es fé- Esta es una filigrana digital para la ver conseguir la completa n de prueba, registrate para ‘ones pre was oid 4. Sinan dino one doeumnlos de sada, 2. Shits eantces de pains par rhioe POF. 2. Pune bajar an actos POF ecaneas vs OCR nombre, goza de todos los derechos civiles 0 de otro tipo, no se la considera evacfa de cardcter» ni se rechaza 0 se concede me- nos peso a su testimonio ante los tribunales. En cuarto lugar la ley permite el divorcio con facilidad. Teniendo en cuenta Tas ta- sec hetuales de rupturas matrimoniales, una media de cerca de Um tereio de los hombres (y mujeres) contraen al menos GOs Ve~ ‘ces matrimonio a lo largo de su vida. Los musulmanes se pre- f2untan por qué esto no se considera poligam En su opinién, poligamia significa tener més de una must al margen de si el hecho tiene lugar de forma ‘simulténea 0 consecutiva. Decir que slo se refiere al hecho de contar con mds una pareja simulté- eamente es dar una definicion prejuiciada. Incluso si se acep- react definici6n, tampoco ven FaZoe alguna por la que 0° fare et nsiderarse moralmente SUPE quienes tienen més rer pareja consecurivamente °P Vez de simulténeamente. 4t7 Alegan los musul: i ‘ sulmanes que, a menud S que, Jo, el ) rio es una nueva relacion,sienlo so cu aso de un a ambas relaciones se mantienen a la ven seen U8 tiempo bas re ntier 2. Esto es vi i poligamia y muestra lo dificil que resulta tansy ptualmente, Tacit entre poligamia y monogamia, '* NMeade de. 7 asta aqui he intentado hacer un o ff ligami ! ticas que plantean a la prohibicign octaion oe” oa et ? Aunque se esgrimen argumene on uede plantear la y ¥a es una buena razén para insistir en el man é Prohibici6n. Se puede ir incluso més alld y alepar que'ne eves 2 ‘a Gnicamente de un valor liberal, sino de un valor moral mnie Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa \Verijs llatnd Stic de argumentos tan desacreditados como que su capacidad ra-® cional es limitada y est poco desarrollada, que su fisiologia hace poco fiables sus juicios o que garantizarles la igualdad mi- narfa la institucién de la familia subvirtiendo el orden social (Goodwin, 1995). Puesto que podemos insistir con toda razéa en Ia igualdad de los sexos, podemos igualmente prohibir la po- ligamia sin tener ni siquiera que llegar a justificar la monogs- mia. Si Jos musulmanes dijeran que no aceptan la igualdad de Jos sexos y que intentar imponérsela es imperialismo cultural, podriamos alegar que hemos ofrecido una defensa adecuads ¥ razonablemente persuasiva del argumento mientras que ellos. su vez, no han brindado argumentos en contra convincenie Puede que estemos atentando contra creencias suyas muy 418. «pero no hay ereencia alguna que no se pu i das Pale a si misma, Si carece de un buen tindamentos ee awe Sonsecuencias indeseables patentes, no tenemos oblige cién alguna de respetarla. a raparte de rechazar la defensa musulman: igami sobre la base del sexismo, también podemos coer fos y cada uno de los cinco argumentos que alegan adolecen te defectos en diversos grados. Respecto del primer argume se iiCordn no requiere sino s6lo permite la poligamia y es0 siempre que se den dos condiciones. El motivo no debe seria oeyon sito la compasion hacia viudas y huérfanos Yel mari do debe ser capaz. de tratar a todas sus esposas con el mismo respelo y amor, una condicién que la gran mayoria de los Esta es una fiigrana di 6 gital para la versién de prueba, r conseguir la completa h et « 1. Sin ayanes fle en bs doses des 2. Pua abr on scion POF escaneados va OCR eae concluyente para permitiria, 1 Coran con ‘como la usura, la lujuria, el consumo de alcohol, la acu- mulacién de riquezas ¢ incluso los Estados-nacién y el nacio- nalismo. Puesto que la mayoria de los musulmanes pasan por alto estas prohibiciones, su apego selectivo a la poligamia pa- rece interesado. En lo referente a los otros cuatro argumentos, podemos ad- mitir con facilidad el tltimo de ellos. Cuando hay muchos més hombres que mujeres, 1a poligamia cobra sentido como una forma de establecer algtin tipo de orden moral en las relacione: entre los géneros. No obstante, no es la nica alent § dis- posicién de las sociedades necesitadas ave ‘pueden encontrar vrachas otras soluciones. El hecho de que sea ‘moralmente efi~ caz no significa que sea moralmente recomendable. En todo caso, puesto que ninguna de las sociedades actuales se enfrenta sreate problema, el argumento carece de relevancia prictica. 419 Y si bien los tres argumentos restantes pu «tf sentido en sociedades que se muestran fuertements oan ein We divorcio, la infidelidad y la bastardfa y que confinan a las | jeres implicadas en condiciones degradantes, no son argegn” tos validos. La poliginia mantiene la subordinacién de ine jeres y las hace depender de la gracia precaria de sus marides, Implica explotacién sexual y emocional y genera un ambiente f insano de celos, intrigas e inseguridad, No resulta obvio que es, f tas consecuencias y otras relacionadas con ellas sean menos da- ffinas que aquellas que se intentan prevenir con la poligini, 9 que las mujeres mismas no prefieran la dureza de un divorcio el estigma de tener hijos ilegitimos a las ventajas que les pudie. / ra oftecer la poliginia. Aunque se pudiera demestrar que en ciertas sociedades es un mal menor, s6lo lo es porque rechazan 2 el divorcio, los hiios ileettimos. etc., v nornne tratan a las mn Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, +. Sin fires gates a 2. Puede trabajar con archivos POF excsneedos vis OCR, oa monio poligémico? También podria haber solicitudes por parte de no musulmanes, y habrfa que garantizar a todos el mismo de- recho. No es facil rechazar la poligamia porque no atenta con- tra ninguno de los grandes valores universales, ni siquiera contra los valores piiblicos operativos de la sociedad liberal. Si se basa en una decisi6n libre de las partes implicadas, la sociedad libe- ral debe, en principio, respetarla. Esta misma sociedad liberal se precia asimismo de incentivar los experimentos referidos 2 m0- dos de vida, y la poligamia es uno. Afirma no ser paternalista ¥ por lo tanto, no deberia ir por ahf diciéndole a la gente cémo lle- var sus vidas. Admite la existencia de diferentes gustos, tempe- ramentos y necesidades emocionales, por lo que deberia perm tir la poligamia a aquellos que muestren su preferencia por * inclinacién, Respeta las orientaciones sexuales no convencion 420 fo tanto, deberfa extender ese respeto a la poligamia. y.por ® Competicién sana entre distintos modos de vida ‘Aplaude 1a 5 5 la edo para descubrir la verdad sobre ellos y no puede in- ca ee Ta monogamia es la Gnica forma valida de mati ani, al menos no hasta que no se hayan probado otras. A la juz de todo esto, {podemos asumir una defensa razonable de la monogamia? . . Si queremos defender la monogamia debemos tener cuidado de no identificarnos s6lo con una de las miltiples formas que ede adoptar. Los matrimonios pueden ser concertados o libres, rominticos 0 no, pueden estar basados en el amor, el deber 0 la conveniencia, y nuestra defensa de la monogamia deberfa ser lo mas neutra posible sin decantarse por una o varias de es- tas formas. La monogamia es una prdctica comtin en muchas culturas que la defienden nor motivas distintne Fn nna cacia Esta es una filigrana digital para la versin de prueba, registrate para conseguir la completa. 1. Sin flares tts on x doin go sa === 2. Snes cred de pias pre echos POF 2. Pade taba on archvos PDF escaneados va OCR. mplicadas al menos dos personas que desean vivir juntas y es- Peran que sea para siempre (aunque luego no sea asf necesari mente). Si bien la relaci6n que se establece entre ellos ni es ni ser necesariamente més importante que la que mantienen ‘con hermanos, padres, amigos, etc., si es significativamente dis- tinta en la forma. El matrimonio implica intimidad sexual y todo lo que ésta conlleva. Las partes de un matrimonio se co- ocen como nadie mas las conoce, de forma consciente 0 in- consciente se revelan mutuamente aspectos de si mismos que no pueden revelar a los demés. Estin emocionalmente unidos de forma distinta 2 como estén unidos a los demds y su relaci6n re- viste una intensidad tinica. Comparten sus sentimientos més dos. hacen planes para si mismos y sus nifios y en su re- Tas cos hace nds iguran como una unidad. Todo esto es igual tanto si se trata de un matrimonio concertado como si ha 21 sido una eleccién libre, si se trata de una boda sino, y tampoco importa si el matrimonio da | lia nuclear o se inscribe en una extensa, iy Toméntica com, \ ugar ana fam Teniendo en cuenta la naturaleza de esta relacién, los ¢ if deben desarrollar al menos cierto grado de confianza mu \ compromiso, afecto y una comprensiGn instintva de los daa™ necesidades y estados de dnimo del otro. Aunque se conociens, ya antes de casarse, su relacién adquiere un cariz distin tax el matrimonio, y deben aprender a conocerse a otro nivel. Enel | caso de algunas formas de matrimonios concertados, esta trea comienza de nuevas tras el matrimonio, Io cual es ain mas cos 050. Llegar a conocer a otra persona lo suficiente como para vi- vir con ella es un proceso largo y dificil que requiere tiempo, energia, ocio, una relativa ausencia de interferencias extemas y un entorno emocionalmente relajado. La relacién monogémica oc meior.que.la.nolieémica:Noves a Esta es una fligrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, ‘menos quedaré a disposicion de cada una de las personas. Ade | més, como ya sabemos a través de los matrimonios poligdmicos | ‘que se dan en otras sociedades y de los triéngulos amorosos a Tos que estamos acostumbrados en la nuestra, suelen ser un caldo de cultivo para los celos, la rivalidad, la ansiedad, la inseguridad, as comparaciones insidiosas y la manipulacién mutua. Puesto que cada esposa (0 marido) sabe que es sustituible y, por lo tan- to, dispensable, carecen de esa especial unidad y lo més probable es que la relacién no pase nunca de ser superficial e insegura. El matrimonio implica nifios y éstos precisan de condiciones ideales para crecer y convertirse en adultos sanos y responsa- bles. Necesitan un entomo seguro, estable y amoroso, una aten- ci6n personal constante, oportunidades para establecer una es- trecha relaci6n con sus padres y entre sf, y figuras de autoridad | «que les disciplinen y les doten de la capacidad de ie acid ‘educando su voluntad. Los nifios también auton setirse valorados para adquirir el sentido de autoes- sehen saber que son uinicose ireemplazables a los ajs de sre Una familia monogdmica es la ideal para generar es- Beeondiciones: Puesto que el matrimonio monogdmico exige mucho, a ve- ces fracasa. Sin embargo, lo sorprendente es que, cuando esto Ble, los implicados no rechazan la monogamia sino que s fimtan a cambiar de parejas. Cuando la gente pasa por mis de ‘un matrimonio, cada matrimonio forma una unidad, tiene vida ay exige un compromiso mutuo exclusivo. Por lo tanto, tener dos esposas de forma consecutiva es algo cualitativamen- seins m. nia ta mataralen Esta es una fiigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. tan ciertos niveles de desaproacion suctai, Lowe so = << por la que se hace en secreto, se generan acusaciones de trai cién y engafio y se piden explicaciones. Nada de esto ocurniria sila monogamia no fuera algo muy valorado por la prictica Ii- beral. Puesto que se dan los casos de infidelidad, la sociedad debe decidir cémo reaccionar ante ellos. Puede reprobarlos ‘con firmeza ¢ imponer castigos sociales y legales, como ocurria 's sociedades musulma- en las sociedades premodernas 0 en. fas actuales, 0 puede olerarlo manitestando diversos grados de desaprobaci6n. Los musulmanes ener razén al afirmar que, ccién a disposiciéa de una siendo estrictos, la dnica via de ac aera profundamente comprometida con Ia monogami & la primera. . . Fiera. gn tan punitiva comporta sus peligras. No ba Pero una visiMociedades tradicionales, incluidas fas musul- cionado en as ranas ge las infideidades no es que sean alo Poco commun. 423 ¥ puesto que suponen sereros sfa, el chantaje social y la caza la hi ciedad liberal valore ia monogamia,tanitp 2ausla Ja autoexploracién, la tolerancia, el aprenden olen errores la plenitud, ete, y debe buscar un equi! POs estos valores. Prefiere que sus miembros ee vane dos mente las limitaciones que impone la monogamia ot" amenazarles con la muerte o la pérdida de derechos ba incentivar a los esposos para que sean honestos los unos ree otros en vez de limitarse a ser files manteniendo sente addilteros 0 pensando en el adulterio. Una ver mas debemay ner en cuenta la compleja 16gica social de las isttucones practicas. Estabilizan la vida social fijando el mfnimo moral so- cialmente necesario, refuerzan los valores defendidos por la so- Castigos se de brujas, A. ~! acaba ¢ Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa, ‘ers pr Una apn 4. Satornes sats eos dosent inne tga tar criticas musulmanas exponen con toda razun ius weiss 3 hipocresfa de la sociedad liberal, pero no hacen una lectura co- recta de su naturaleza y racionalidad. . {Qué tipo de respuesta podria ofrecer un critico musulmé” al que plantedramos el primero de nuestros argumentos a través del cual queremos defender la monogamia? Se trataba de un ar gumento doble. En primer lugar, la monogamia establece unt relacién no manipuladora, de confianza, afectiva, y basada en ¢! mutuo apoyo entre dos personas. Segundo, crea un entorno pro- picio para la crianza de los nifios. El critico musulmén podria rechazar uno de estos dos argumentos 0 tal vez los dos. En contra del primero de los argumentos podria alegar que propicia de forma acritica la idea del matrimonio individualist occidental. Las distintas culturas tienen conceptos diferentes sobre el matrimonio, y en algunas de ellas se lo considera algo comunitario o familiar y no un acto individual. En estas cultu- 428 sonas casadas se ven inmersas en una red de relacio- ras, las a ‘més amplia y se supone que su matrimonio no debe nes. eat o poner en peligro estas relaciones sino, por el con- reempl7ribuir a su mantenimiento, Ademds de ser una buena eal Ta mujer también debe ser una buena nuera y cufiada y ayudar 2 cuidar a los padres, hermanos y hermanas menores del marido. Al contrario de lo que ocurre en el caso de la idea roméntica occidental del matrimonio, en este caso las relacio- nes maritales no se consideran moralmente privilegiadas ni emocionalmente més intensas que otro tipo de relaciones. Se supone que no tienen nada de especial y que no requieren de amistad, romance 0 un compromiso mutuo y exclusivo. Puede que el matrimonio roméntico precise de la monogamia, pero no existe ninguna raz6n obvia por la que todos los matrimonios de- Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa. ‘Voi para usar epistao: 1. Sin lzans ites 0 os documentos desl 2. Sinimites 6 cana de paginas para archivos POF. 5. Puede vabelr con archivos POF ascaneados vi OCR. TOTO de los excesivos sentimientos de posesién, de esos celos que ca- racterizan a las relaciones de trio 0 a cuatro bandas que se dan en el Occidente individualista. En lo que se refiere al segundo de los argumentos segin el cual la monogamia crea las condiciones ideales para el desarro- lo moral y emocional de los nifios, un musulman podria alegar que el matrimonio poligamo puede crear un entomo igual de bueno, o incluso mejor, que uno monogamico. Ofrece mas mo- delos de rol, porque hay més adultos que despliegan diferentes talentos y caracteres con los que identificarse y hay mds nifios con los que jugar. Al contrario de lo que sucede en el caso del matrimonio monogdmico, los nifios de un matrimonio polisé- mico no estan tan intensamente unidos a sus padres y Coe su atencién exclusiva ni se ven amenazados por el fantasma rechazo, no se sienten anonadados cuando mueren y, ~ 425 to, tienden a desarrollar un mayor sentido de seguridad, con. wutonomia. ae no éplica musulmana resulte interesante en muchos aspocios y sefiale ls dificutades inherentes a la comparacién aspectttural, no resulta convincente, Al contrario de lo que air ‘ma el musulmén, no existe necesariamente una conexion entre mma monio monogémico e individualismo. Histéricamente, el primero precedié al segundo en siglos, y no hay razén alguna por la que no se pudiera incardinar e! matrimonio ‘monogémico en una red comunitaria. Ademés, si bien se puede socializar a tr sores humanos para casarse y vivir con maltiples compafe- tee, toda la evidencia de que disponemos procedente de socie- fades poligamicas indica que este tipo de relaciones nunéa son faciles y, desde luego, no corresponden al ideal dibujado por nestro musulmén. Un ideal que, en todo caso, se basa en la idea de los matrimonios poligamicos y no en Ia plena igualdad Jemé: Fan loo Sociedades se industriali- Esta es una filigrana digital para la versin de prueba, registrate para conseguir la completa. Ventas para usuarios registrados: 2. Pde abla cn anos PDP eacaendon via OCR éste caso, el matrimonio adquiere una importancia inusual. LOS miembros de un matrimonio pasan a considerarse mutuamente generadores de sentimientos de seguridad, de intimidad, de com- prensién intuitiva, de fuertes refuerzos emocionales y de una SensaciGn de ser valorados que la sociedad en general les habia brindado hasta entonces. Una relacién monogamica ofrece es- tas seguridades més facilmente que una poligémica. ‘Ademés, puesto que es muy probable que el matrimonio poligémico se vea marcado por los celos, una competitividad poco sana por el afecto, por la inseguridad, por las intrigas y la manipulacién mutua, no es muy probable que pueda dar lugar a un entorno propenso al desarrollo de los nifios. Si{ es cierto que en una familia poligdmica el nifio cuenta con més modelos 426 ano se identifica intensamente con ninguno de ellos, 4erol¥ 205 familia de este tipo, en el mejor de los casos, sinem ana areja mas de adultos que su homédloga monogé- iny® & eras llega a formar el tipo de comunidad en la que mica ¥ Bando el critico musulmén. Y aunque la pluralidad de esd pene rol tenga Sus ventajas, también tiene desventajas. ‘ilidad de enfrentar a unos adultos con los otros, la ri- Land que surge entre ellos por el afecto del nfo, la ausencia ‘afiva de un estructura clara de autoridad, etc., implica que feenios carecen de un foco moral y emocional, que se ven so- wreidos a exigencias morales y emocionales contradictorias y gue es menos probable que desarrollen capacidades de auto- control y autodisciplina. ‘Aunque el principio de igualdad entre los sexos sea en prin- cipio neutro en lo que se refiere a monogamia y poligamia, la Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, eras pra usuarios estas: 1 Sinlerane cans ene mimeo sa. 2, Sin mites decanted de pégines para arenvos POF. (RTE ue 2. Pee tab can aries POF ezaneaos a OCR, zando € incluso incrementando asi 1a Uesiguaiuud cae A neros y devaluando atin més el status de la mujer. Ademés, la monogamia tiene una fuerte influencia igualitaria. Dota ala mu- jer de un sentido de la dignidad, autoestima y seguridad, le con- cede un espacio propio relativamente inviolable y mas 0 menos Jos mismos derechos sobre las propiedades del marido y los hi- jos. Algunos han alegado contra este argumento que la poliga- mmia, de hecho, incrementa el status y el poder de las mujeres Porque cuentan con la seguridad y la fuerza que ofrece la soli daridad, pueden compartir las tareas domésticas, ¢ incluso ayu- darse mutuamente para estudiar una carrerall. Pero existe eSca- tig i i ‘el adulterio y u ntiguo Testamento admite la poliginia, y Jestis ataca 1 EL Te ey esc ce pln Means Cm el ier, ars na) ise bn un en cn 20 » azn ; sta colegir que esto sea asf. Puesto que se sx evident oe eres icon otras y es facil repudiarigg h puede enfrentar 2 Ore seguridad ni los suficientes intereses en 1 ee ena en ar ernculos de solidaridad. La poligamia i comin como Par as que se plantean a cada una de las esposas, reduce las exigencas Su frera generar seven contrapesalg pero las venta paicol6gicas y ansiedades de las que habliba- Por ee fee siendo asi que hay formas més aceptables de dotar id mujeres casadas. plenaiente al ertico musuimn, deberfan conducile al menos aermrlar de alguna manera el valor de la monogamia. Porque, 2a cietas genetalizaciones empiricas, sta parece realizar Seu eterminados valores. Aquelos valores que reclaman una melofon de confianza, afectiva y no manipuladora, son bastante ose ceahanlemente serén compartidos por la mayoria de Esta es una fiigrana digital para la version de prueba, registrate para conseguir la completa, 1S aranes catates on bs docuretos de ald, la poligamia, véase Eugene HILLMAN (19/5). J. 9. IMILL en Su ensayo ovvre sa libertad, cap. 4, alega que la poligamia es una «infraccién indirecta» del prin- cipio de libertad porque subordina ala mujer al hombre. Esto sélo es cierto res- pecto de la poliginia y no se aplica ala poligamia. Mill admite la poliginia de Jos mormones porque se trata de una religién voluntariamente asumida ala que cualquier mujer se converte por volunted propia y condena el que se empren- dana «eruzada civilizatoria» en contra, La rama de Utah de la «Unién Pro Li- bertades Civiles Americanas» solicit6 a esta ditima que «convirtiera el recono- cimiento legal de la poligamia en una causa nacional al igual que se habia hhecho anteriormente con los derechos de los gays y las lesbianas» basdindose nel hecho de que una sociedad liberal debe respeiar «la diversidad en los es- tilos de vidao. El alealde Dan Barlow, que tiene cinco esposas, sefialé que «en tuna era liberal que condona todo tipo de estos de vida alternativos parece una locura censurar a un hombre por tener més de una familia». Una abogada que ra, ella misma, una de nueve esposas, pensaba que «es la forma ideal para una ‘mujer de criar a sus hijos y tener una ala vez». few Times, 9 de abril de 1991. Samers ala yezn Todo eso en New Fork 5. Pode aba on reves POF escaraato le OC 428 colegir que esto sea ee aoe que se. jeres con otras y es facil repudi: puede enfrentar 2 Wm Seyuridad Or Jos suficientes eee | ni tiene para erear vinculos de solidaridad. La poligamia comin evexigencias que se plantean a cada una de Tas esposas, reaecs ventajas que esto pudiera generar se ven contrapesadas pert astensiones psicol6gicas y ansiedades de Tas que hablaba- Po vantes, siendo asf que hay formas mas aceptables de dotar de seguridad a las mujeres casadas. Si bien esta respuesta y otras probablemente no convenceran plenamente al critico musulmén, deberfan conducirle al menos 4 apreciar de alguna manera el valor de la monogamia. Porque, segin ciertas generalizaciones empiticas, ésta parece realizar mejor determinados valores. Aquellos valores que reclaman una relaci6n de confianza, afectiva y no manipuladora, son bastante generales y probablemente serén compartidos por la mayorta de sa evidencia que permita Esta es una filigrana digital para la version de prueba, registrate para ‘conseguir la completa. vest ees pe + Sipon ile vest 2 Snes craton pg pn on POF {pu anon rr Or ect na GOR pale gene S420) dG iLL ent SU ensayo S0DTE la Upertad, cap. 4, alexa que la poligamia es una «infraccién indirecta» del prin- ‘pio de libertad porque subordina a la mujer al hombre. Esto solo es cierto res- ho anteriormente con los de es nn los derechos de | Ther echo de que una sociedad liberal debe ; elatudas por sus propios escitores. Una vez. reducidos fuer cacuerdos existentes en torno a los valores y las generali- es Les ‘empiricas, ya se ha preparado el terreno para buscar un aciones pre la deseabilidad de la monogamia. A efectos de wrarrestar la acusacién de que nuestros argumentos se basan crrejuicos culturales, podemos sefialar el hecho de que mu- cchas sociedades musulmanas han empezado a abandonar la po- jgamia. Aungue la prohibicién de estos matrimonios s6lo se dé ‘oficialmente en Tiinez, en muchos otros paises se desincentiva de forma activa!?, Puesto que podemos asumir que su religion y cultura les preocupa profundamente y también que contardn con una experiencia considerable respecto de los efectos sociales de la poligamia, su forma de actuar no es sino un argumento més a favor de la monogamia, cut com Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, rales. Si se pudiera demostrar que no tiene consecuencias inacep- tables, si se acabara la desigualdad actual en lo que se refiere a lo econémico, el status social y la autoestima entre hombres y mu- jetes, si las mujeres pudieran tomar sus decisiones tan libremen- tecomo los hombres y si importantes sectores sociales estuvieran presionando a favor de la poligamia, deberfamos reconsiderar nuestro punto de vista. Puesto que, hoy en dia, no se dan esas condiciones, hacemos bien al seguir prohibiéndola. 7 Aunque muchos pafses musulmanes admiten la poliginia, se la somete ava Una muchos Pa se prone sel marigo no paeze contr con os avai resticions. nen ds de ura cous, ¥en Marcos © euros suficientes Dante con ua ust Paks y angles sino parece proba cn permis de un banal de bir. E sl se Demi ral oar ue esos 0 debe fomar Ot cana eer ure su matrimonio 429 4. Observaciones generales os 4 He esbozado el esquema de una posible teori 4 as “ ss cin intercultural y lo he apicado a cass cones nea’, Mo que serfa importante sefialar algunas de las mis imponac, (yo complicaciones que presenta. La evaluacién de las pricigne minoritarias es necesariamente contextual en el sentido de que ef ha de hacerse en el contexto de una comunidad politica con- creta cuyos valores ptiblicos operativos conforman tanio el |e! punto de partida como el marco de referencia, Los valores ay. dan a distinguir las précticas moralmente relevantes de aque- |i las que no lo son, ¢ indican por qué algunas de estas tltimas eos resultan prima facie inaceptables. Si bien los valores piblicos | Fi operativos estructuran y dan forma al discurso, no por ellore: | crlian sar nn nenariahies. Si al nartavor. de nna minorfa puede Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa, eras para usar rgitados 1. Sn ganas cigs en os documentos de sal, 2. Poder oon archos POF eecaenos vi OCR. 26n alguna por la que quienes participan en ella no puedatt a gar a sus favor valores universales. Como ya hemos tenido 0a sién de ver, estos valores existen y conforman la base de los argumentos morales. Si los valores puiblicos operativos de una sociedad atentan contra ellos, tal como ocurre en el caso del 12° cismo, el fascismo, los regimenes tirdnicos 0 sexistas, s¢ 10s puede poner en entredicho con toda raz6n, Sin embargo, hay ue interpretar esos valores universales en sintonia con las cit- cunstancias locales y en relacién con la estructura moral y cul tural de la sociedad afectada, Resumiendo, si se quiere que fe mulen onvincentes hay que contextualizarios. Aunque pueda rae i 5 - rativod de aes Para poner en cuestiGn los valores publicos oPe iad, los valores universales también depen den de estos ultimos para adquirir relevancia, sentido y eficacia. 430 ~ z > CO Noes que un grupo de valores gane al otro autométicamente y, de hecho, existe entre ambos una relaciGn dialéctica y mutuc, mente reguladora. ‘Aunque uno de los aspectos de la evaluacién intercultural sea de cardcter moral, ésta no reviste una naturaleza exclusiv: mente moral. Una préctica cultural tiene una naturaleza tridi- mensional. Se basa en una autoridad normativa, es parte de un modo de vida relevante que contribuye a sostener y tiene un contenido especifico que implica determinado tipo de conduc- tas. Si se le quiere hacer justicia hay que tener en cuenta sus tres dimensiones y no limitarse a considerar su contenido, que es lo que tiende a hacer una evaluacién de tipo moral. Aunque consi- deremos que, moralmente, una préctica es poco deseable o pro- blemética, podemos decidir permitirla debido a la fuerte autori- dad ane la enctenta nal nanal que dns Esta es una fiigrana digital para la versi6n de prueba, registrate para conseguir la completa. Vertis para usuarios rgitados: 1. Sin flgrnas signs on los documentos de sald, 2.'Sin mts da cena de pgiras para archivos POF. 3. Puede abajar con aces POF escancedos vi OCR. eo ‘ma, podemos llegar a la conclusion de que no nay nada miaiv et la circuncisién voluntaria de mujeres adultas, en la poligamia, en la venta de érganos, 0 en el sati. Sin embargo, podemos que- damos con la sensacién de que, a la luz de la historia, las tradi- ciones o las desigualdades existentes en la moral cultural de una sociedad dada, es facil que se abuse de estas précticas, que no se alcancen los propésitos que se persegufan con st impasie- tion, o que generen consecuencias inaceptables a largo plaz0, Panic nto habria que prohibirls. Puesto que las consecuen- i fe importante de nuestra aquiescencia, y puesto cias son una party Mi storicamente contingente, existe la posi- se trata de algo hist e ue se tre que prohibamos algo en una sociedad, o en.un mo vi sterco ‘jeterminado, o bajo ciertas circunstancias, pero meni ‘i ae paras, sin que por ello incurramos necesariamente en al- ni : “S,_gin tipo de inconsistencia. j 431 OO Al igual que cualquier otro discurso politico, el didlogo in. tercultural es necesariamente polifacético, heterogéneo e impli. ca la utilizacién de argumentos de tipo diverso, as{ como dife- rentes niveles de generalidad. En algunos casos el argumento es anal6gico: puesto que permitimos la cirugfa de mamas 0 la co- habitacién con diversos compaiieros, también deberfamos per- mitir la poligamia o la circuncisién femenina. A veces se apela a valores universales: no habrfa que someter a los nifios a dafios irreversibles y habria que tratar igual a las mujeres que a los hombres. En otras ocasiones la tiltima instancia resolutoria son os valores publicos operativos: no permitiremos la censura de obras creativas 0 los actos de sati porque atentan contra nues- tros valores mds centrales y constitutivos. Y aun en otros mo- montane racneriramne a la identidad cultural o hist6rica de la so- Esta es una filigrana digital para la versién de prueba, registrate para conseguir la completa \ertajas para usuarios registrados: +. Sin lgranas digtals en los documentos de salida, 2.Sinlimites de cantdad de paginas para archivos POF. 3. Puede trabajar con archivos POF escaneacos via OCR, UUs GaINVILS UE Hive, EoUO y ienguaje. LY que eC convierte en algo exasperante que requiere de una dosis consi- derable de paciencia y comprensién. 432

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