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La Doctrina desde un punto de

vista hermenéutico

“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se


admiraba de su doctrina;
Porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como
los escribas”
Mat 7:28-29

Doctrina: Instrucción. Enseñanza, informar, declarar,


explicar.
En el idioma hebreo quiere decir “lo recibido”
En el caso de la Doctrina Bíblica debe ser lo que Dios mando
enseñar. El hombre siempre ha tenido la tendencia a pensar
que el mundo y la vida son como el las concibe.

Mat 15:9 “De nada sirve que ustedes me alaben, pues


inventan reglas y luego las enseñan diciendo que yo las
ordené".( Biblia en lenguaje sencillo)

El consejo de Dios es que hagamos trazo recto (ortho-tomeo)


con la enseñanza y en la enseñanza.

Algunas personas afirman que no debemos hacer tanto


énfasis en “lo doctrinal” pero la verdad es que todo lo que
enseñamos de Dios y de la vida cristiana es doctrina y no hay
cristianismo sin doctrina. De pronto a lo que se refieren es a
ciertas doctrinas que marcan y enfatizan las diferencias.

Yo quisiera que orientáramos nuestra atención no hacia la


“literalidad” de la enseñanza sino en la dirección de la
interpretación. Hay una gran diferencia en lo que yo leo y lo
que yo interpreto. El que interpreta se esfuerza en afirmar
que “así dice” y no se da cuenta de que el problema no es lo
que dice sino lo que el entiende.

1.- SABER LEER ES ALGO SERIO.


Un hombre enfermo y acudió al médico. El doctor le receto
una medicina y le recomendó que siguiera estrictamente las
indicciones que venían en el prospecto. El enfermo regreso a
casa y se encerró en su habitación. A los pocos minutos sus
familiares escucharon desde fuera los ruidos que provenían de
ese dormitorio. Decidieron abrir la puerta y se encontraron al
hombre dando saltos y corriendo en su habitación. Cuando le
preguntaron ¿Por qué hacia eso? El respondió que el
prospecto decía que debía “agitarse antes de usarlo”.

Leer sin llegar a comprender es triste y una experiencia


desesperante. Además para algunas personas es
incomprensible que alguien no parezca percibir el significado
de lo escrito cuando aparentemente debiera.

Resulta por demás peligroso, sobre todo conduciendo,


encontrarse con una señal que uno no pueda descifrar, es
decir, que el no poder leer o no comprender La lectura puede
costarnos la vida.

Sucedió que un funcionario etíope del reino de


Candase abandonaba Jerusalén después de haber
tenido un tiempo de adoración en aquella ciudad.
Se desplazaba en su carruaje y meditaba en la
lectura del libro de Isaías. Leía aquel pasaje que
dice: “Como oveja a la muerte fue llevadoY como
cordero mudo delante del que lo trasquila así no
abrió su boca. En su humillación no se le hizo
justicia; Mas su generación, ¿quién la contará?
Porque fue quitada de la tierra su vida”.
Hechos 8: 32 -33.

Este incidente resulta, más que simpático, sorprendente. El


lector se hace una pregunta que resulta inesperada.

¿De quién dice el profeta esto; de sí mismo, o de algún otro?

Para los que estamos familiarizados con la Biblia este pasaje


no ofrecería esa dificultad porque es obvio para nosotros que
no se refiere a sí mismo.

¿Entonces por que para el resulto difícil de entender? La razón


puede ser variada y se plantean diversas opciones.

Primera: No sabía leer bien.


Segunda: La forma de redacción no le resultaba familiar.
Tercera: Estaba escrito en un idioma que el conocía pero no
dominaba.

Cuarta: El texto fue escrito en una época en que las cosas se


expresaban de manera diferente.

Quinta: Sus paradigmas lo llevaban a ver las cosas de


manera distinta.
Sexta: La traducción que poseía no era de la mejor calidad.
Cualquiera que haya sido la razón por la cual el etíope no
entendió de quien se hablaba en ese aparte del libro de Isaías,
lo que sí está claro es que nos plantea una problemática muy
seria y no es un chiste sino una situación que puede tener
consecuencias lamentables.

En realidad estamos hablando de la comunicación. De poder


trasvasar el conocimiento. De que las ideas puedan circular
de forma genuina.

De la necesidad de que el receptor perciba con claridad y


fidelidad el mensaje del emisor.

Cuando nos referimos a la Palabra de Dios, el asunto se torna


extremadamente serio porque tiene que ver con la dirección
de la vida de los seres humanos y con el fin último de las
personas.

Comprender la lectura es vital para la subsistencia y para la


sustentación de las normas éticas y espirituales que rigen la
vida.

La Biblia contiene una sentencia que por simple resulta


contundente:

“EL QUE LEE, ENTIENDA”. Mateo 24:15

A Dios y a los líderes que manejaron su pueblo les


preocupaban mucho que la gente percibiera el significado del
mensaje que había sido consignado en los libros sagrados. Si
no, observemos lo que se nos narra en el libro de Nehemías:

“Y leían en el libro de la ley de Dios claramente, y ponían el


sentido, de modo que entendiesen la lectura.” Nehemías
8:8
Todavía más: Dios nos invita a meditar. Esta palabra tiene la
implicación de pensar, hablar, estudiar.

¡Feliz el que lee¡ y ¡ El que lee entienda!

El apóstol Pablo dice que el que lee y no entiende es como


aquel que tiene un velo sobre el rostro que le impide ver
claramente.

“No como Moisés, que se ponía un velo sobre su rostro para


impedir que los israelitas vieran el fin de lo que era
pasajero...

Pero se embotaron sus inteligencias. En efecto, hasta el día


de hoy perdura ese mismo velo en la lectura del Antiguo
Testamento. El velo no se ha levantado, pues sólo en Cristo
desaparece.

Hasta el día de hoy, siempre que se lee a Moisés, un velo


está puesto sobre sus corazones.

Y cuando se convierte al Señor, se arranca el velo”.

2ª.Cor. 3:12 -16 (Biblia de Jerusalén).

En cambio cuando la lectura es correcta y se percibe su


contenido las consecuencias son maravillosas: ¡Como
descubrirse el rostro y poder ver con claridad!

Para la compresión de las Sagradas Escrituras nos haremos


varios planteamientos:

2.-.- Quien es el autor de la Biblia.


Para nosotros los creyentes pareciera que no hay caso en
preguntar tal cosa. Pero es preciso aclarar algunos detalles
con respecto a este particular. El como yo comprenda esta
situación me va a determinar lo que yo crea y la forma como
lo crea.

En mis viajes por algunos países del mundo he tenido la


oportunidad de visitar un buen número de edificaciones
famosas, como el Palacio del Eliseo en Francia, por ejemplo.
Esta magnífica edificación fue construida por el arquitecto
Armand-Claude Mollet. Pero en realidad este señor hizo los
planos y dirigió la obra pero no puso un solo ladrillo. Eso
lo hicieron los albañiles y los maestros de obra. Sin embargo
se le atribuye a el por qué el decidió el modelo, los materiales,
quienes trabajaron en la obra y como estaría constituida la
edificación. El palacio es el producto de su genialidad
creativa.

Esta primera reflexión nos hace pensar que nuestros


principios deben ser fundamentados en aquellas palabras y
hechos que registrados en la Biblia hayan sido expresados o
autorizados por el Señor.

2.- La Biblia está inmersa en una cultura y una religión


que nos son extrañas.
Encontramos en las Sagradas Escrituras acontecimientos que
se desarrollaron de cierta manera no porque tenían o tienen
que ser así sino porque en la cultura de los pueblos en los que
ocurren así se hacían las cosas.

“¿Quién es este varón que viene por el campo hacia nosotros?


Y el criado había respondido: Este es mi señor. Ella entonces
tomó el velo, y se cubrió” Génesis 24: 65
o Para Rebeca el cubrirse ante su prometido era un acto de
pudor y decencia. Pero nuestras mujeres hoy, siendo
decentes, no harían tal cosa.

El hecho mismo de que Abraham le escogiera la esposa a


Isaac es algo irrepetible dentro de nuestras circunstancias
culturales. La evolución del tipo de familia y el derecho que
las leyes conceden a las personas hoy día en nuestra sociedad
no permitiría practicar este tipo de costumbres.

No encontramos en el Antiguo Testamento de las Sagradas


Escrituras una condena específica de la poligamia. Al rey
David según las palabras del profeta Natan no se le castigo
porque tuviera muchas “ovejas” sino Porque le quito la única
corderita que tenía su vecino. Una cultura polígama
ciertamente no es la cristiana. 2ª. Sam.12:2. Discernir la
institución matrimonial dentro de esos parámetros

nos impone un esfuerzo especial de comprensión para


adaptar nuestras creencias y nuestras prácticas a los
postulados cristianos.

Las formas políticas y sociales que encontramos en esa época


del pasado histórico del pueblo de Israel son totalmente
diferentes a las nuestras.

La esclavitud, por ejemplo, nos plantea una forma de relación


social desconocida para nosotros y que nos hace difícil
comprender el texto sagrado en su dimensión real.

Igual sucede con la Monarquía. Aun mas difícil de adaptar nos


resulta la forma tribal y de clan del principio. No
necesariamente el padre de familia ocupa en nuestra
estructura actual el lugar que ocupaba dentro del ámbito
socio-político-religioso de ese momento histórico. El creer que
los padres de hoy pueden ocupar todo el espectro de
autoridad que ejercía Abraham, por ejemplo, resultaría un
imposible para nosotros. No sería potestativo de un padre
actual decidir si sacrifica a su hijo o no. Los padres de hoy no
tendrían la posibilidad de decidir si una hija permanece
soltera o se casa. .Estas son formas que aunque aparecen en
la Biblia, no necesariamente reflejan la voluntad de Dios o la
inmutabilidad de su consejo.

Si bien es cierto que el caso de Josué nos puede resultar


inspirador no es razonable pensar que un padre actual
pudiera decidir por el resto de la familia si sirven a Dios o no.
Claro que lo que Josué dijo se puede interpretar como “Yo y
todo cuanto tengo serviremos a Dios” porque no es un secreto
que muchos hijos en el pasado no vivieron como sus padres,
ni hicieron la voluntad de sus padres, como es el caso de Caín
y Sansón, por mencionar solo casos fáciles de recordar.

La forma como se hacían los negocios o se concretaban los


matrimonios era muy peculiar, sobre todo, porque el
matrimonio no era un asunto exactamente legal, el
matrimonio civil es una invención relativamente nueva...

La forma de demostrar la pureza de la joven virgen hoy


resultaría grotesca, por decir lo menos. Nuestra sociedad se
ha inventado el viaje de “Luna de miel” para de alguna
manera disimular la verdadera razón por la cual los novios se
mudan juntos, porque aunque parezcamos mas desinhibidos
la verdad es que comparado con algunos orientales
resultamos bastante tímidos.

Algunas costumbres tocan con lo ético y lo moral del


momento y entonces nos resulta difícil decidir descartarlas o
asumirlas. Solo en la medida en que comprendamos esta
compleja situación y sepamos divorciar lo que es el contenido
a diferencia de lo que es el empaque en que nos lo presentan
tendremos la libertad y la agudeza de tomar una decisión
correcta.

No olvidemos que los valores culturales tienen que ver con


tiempo y espacio y que por consiguiente no son permanentes.
Nuestra fe esta fundada en el mensaje de Dios
independientemente de la época y la cultura del pueblo de
Israel:

“Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están


preparadas; mas los que fueron convidados no eran dignos.

Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas


a cuantos halléis.

Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los


que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas
fueron llenas de convidados.

Y entró el rey para ver a los convidados, y vio allí a un


hombre que no estaba vestido de boda.

Y le dijo: Amigo, ¿cómo entraste aquí, sin estar vestido de


boda? Mas él enmudeció”. Mateo 22: 9 - 12

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