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MEDITACIN DIRIGIDA
LEER: Mara es el primer tabernculo de la historia: Lc 1,39-45.
Oracin introductoria
Seor, as como Mara supo acoger el anuncio del ngel, permite que yo
sepa escuchar y aceptar lo que hoy quieres decirme en mi oracin,
porque mi anhelo es que la verdad de tu Evangelio impregne mi modo
de ver, pensar y de actuar.
Peticin
Jess, permite que siempre diga un s, alegre y confiado, a lo que T
quieras pedirme.
Meditacin del Papa Francisco
La voluntad de Dios es la ley suprema que establece la verdadera
pertenencia a l. Mara instaura un vnculo de parentesco con Jess
antes an de darle a luz: se convierte en discpula y madre de su Hijo en
el momento en que acoge las palabras del ngel y dice: "He aqu la
esclava del Seor, hgase en m segn tu palabra". Este "hgase" no es
slo aceptacin, sino tambin apertura confiada al futuro. Este "hgase"
es esperanza!
Mara es la madre de la esperanza, la imagen ms expresiva de la
esperanza cristiana. Toda su vida es un conjunto de actitudes de
esperanza, comenzando por el "s" en el momento de la anunciacin.
Mara no saba cmo podra llegar a ser madre, pero confi totalmente.
(Papa Francisco, 21 de noviembre de 2013)
Reflexin
Cuando pensamos en el "S" de Mara a la propuesta de Dios, lo
podemos imaginar en un ambiente casi de novela "romntica", y olvidar
que con ese "S", toda su vida qued comprometida. La respuesta que
ella dio no era algo espontneo o "lgico". Mara dir que s, ms por
confianza y fe, que por conocimiento. Ella apenas poda entender lo que
le haba sido explicado... y sin embargo, dice que "S". Adems, la fe de
Mara ser puesta a prueba cada da. Ella quedar encinta. No sabe bien
cmo, pero lo cierto es que su corazn est inundado por una luz
especial. Aunque su querido Jos dude, ella vive inmersa en el misterio
sin pedir pruebas, vive unida al misterio ms radical que existe: Dios. l
sabr encontrar las soluciones a todos los problemas, pero haca falta fe,
haca falta abandono total a su voluntad.Mara se dej guiar por la fe.
sta la llev a creer a pesar que pareca imposible lo anunciado. El
Misterio se encarn en ella de la manera ms radical que se poda
imaginar.Sin certezas humanas, ella supo acoger confiadamente la
palabra de Dios. Mara tambin supo esperar, cmo vivi Mara aquellos