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Cuando se firma un contrato con rusos o chinos de algún bloque de la Faja del
Orinoco se repite hasta el cansancio que somos una potencia petrolera. Si el acto
consiste en algún acuerdo petroquímico, al final se insiste que somos una potencia
petroquímica.
Lo más frecuente después del fiasco del gasoducto para llevar gas a Buenos Aires,
es repetir que somos una potencia gasífera mundial, cuando finaliza la evaluación
de un pozo de gas, una rutina insignificante en un país donde se han completado
más de 45.000 pozos desde 1922, y (17.200 están cerrados en capacidad de
producir) cuando se inició la fiebre que puso a Venezuela en el mapa petrolero
mundial.
En pocas palabras, según las consultas hechas a los expertos, "del único gas que
disponemos de inmediato es el gas asociado que viene con el petróleo", aunque
Venezuela dispone de reservas de 148 billones de pies cúbicos de gas natural, que
están enterradas, no se han monetizado y por lo tanto no cuentan.
Estas reservas no extraídas están en la plataforma deltana, en los campos del norte
de Paria, al norte de Falcón y el golfo de Venezuela, y en tierra firme hay
abundantes áreas del oriente y el occidente.
Pero resulta anecdótico hablar de potencia gasífera cuando están quemando diesel
en las plantas eléctricas, por la falta de gas, y con frecuencia se importa gas de
Colombia.
Las empresas petroleras mundiales y los gobiernos saben a través de los congresos
petroleros internacionales, que las reservas de hidrocarburos de Venezuela se
pierden de vista, y que el exigente riesgo exploratorio no existe en los campos
venezolanos y en algunas áreas el petróleo está a 4 ó 5 mil pies de profundidad.
LA DEUDA
Pdvsa sale muy mal parada cuando esgrime que es una potencia, y no ha cumplido
con los incrementos del contrato colectivo con los trabajadores.
No ha publicado los resultados del año 2009, y ninguno de los anteriores desde el
2003 han sido auditados; surgen investigaciones en el exterior de sobornos y malas
prácticas administrativas con tres empresas de taladros.
No aparecen los pagos que les corresponden a los socios minoritarios de las
empresas mixtas, la deuda a los suplidores aumenta y más de 70 empresas
expropiadas en el Lago no han sido indemnizadas.
Un informe de Cieca que abarca tres años sobre los subsidios en el exterior, registra
desembolsos de 40.000 millones de dólares, que salen únicamente de las
exportaciones petroleras.
Hay que decirle a los lectores y televidentes, que la ilusión del gas es la de mayor
connotación porque da la impresión de que la semana que viene, tendrán gas
directo en sus hogares para cocinar sus alimentos.
Esas llamas son mechurrios quemando gas, normal cuando se evalúa un pozo, pero
falta instalar las tuberías desde los campos gasíferos del norte de Paria, hasta la
planta de regasificación en Guiria. No han colocado las tuberías, ni han empezado a
construir la planta de licuefacción.
Esto será real para finales del 2012 cuando se perforen más de una docena de
pozos, y se busquen 8.000 millones de dólares que cuesta el proyecto mariscal
Sucre y hay que rogar para que se logre.