0 valutazioniIl 0% ha trovato utile questo documento (0 voti)
86 visualizzazioni2 pagine
La crítica especializada en cómics suele tener un complejo de inferioridad que la lleva al victimismo o al ensimismamiento. Sin embargo, cuando un cómic adapta una obra literaria importante, las críticas se vuelven defensivas y comparan los medios de forma pedestre. Ciudad de Cristal de Paul Auster propone una investigación filosófica disfrazada de novela policiaca sobre los límites entre ficción y realidad. La trama sigue a Daniel Quinn, quien asume la identidad de un detective privado llamado Paul Auster para proteger a una madre e hij
La crítica especializada en cómics suele tener un complejo de inferioridad que la lleva al victimismo o al ensimismamiento. Sin embargo, cuando un cómic adapta una obra literaria importante, las críticas se vuelven defensivas y comparan los medios de forma pedestre. Ciudad de Cristal de Paul Auster propone una investigación filosófica disfrazada de novela policiaca sobre los límites entre ficción y realidad. La trama sigue a Daniel Quinn, quien asume la identidad de un detective privado llamado Paul Auster para proteger a una madre e hij
La crítica especializada en cómics suele tener un complejo de inferioridad que la lleva al victimismo o al ensimismamiento. Sin embargo, cuando un cómic adapta una obra literaria importante, las críticas se vuelven defensivas y comparan los medios de forma pedestre. Ciudad de Cristal de Paul Auster propone una investigación filosófica disfrazada de novela policiaca sobre los límites entre ficción y realidad. La trama sigue a Daniel Quinn, quien asume la identidad de un detective privado llamado Paul Auster para proteger a una madre e hij
Novela grfica adaptada por Paul Karasik y David Mazzucchelli El detective metafsico, Cide Hamete Benengeli y el lenguaje de Dios Por Ivn Gallardo
La crtica especializada en el mundillo del cmic suele
padecer un alarmante complejo de inferioridad que la empuja, bien hacia un victimismo rencoroso, bien hacia un ensimismamiento complaciente con el medio. Pero cuando el cmic de marras es la adaptacin grfica de una obra literaria de cierto empaque, las crticas se vuelven hidrulicas, permanentemente mosqueadas y a la defensiva, amn de perpetrar un comparatismo pedestre y por momentos saudo. Parece no entenderse que la literatura y el cmic son dos discursos artsticos de distinto gnero, uno sustentado en el lenguaje verbal, el otro en el icnico, y que por lo tanto piden contrastarse con sus semejantes. A dios lo que es de dios y al Csar lo que es del Csar, porque la mezcla, si no se es un genio hermenutico, demasiadas veces termina en una esterilidad conceptual vergonzante o en una moralina se sacrista. Ciudad de cristal, obra con la que se inicia el trptico Triologa de Nueva York de Paul Auster, propone una cinegtica filosfica bajo el disfraz de las convenciones del gnero policiaco, una investigacin semitica hipertrofiada. Es un texto que indaga en los lmites entre la ficcin y la realidad, o ms bien en cmo la ficcin puede corregir la realidad. Es una obra de laberintos y de azares, que se abisma en las relaciones entre vida y escritura, entre autor y personajes, dado que en ella la existencia termina siendo un cuaderno y los das apretados garabatos. Instila un perfume borgeano semejante al del cabalstico cuento El detective y la brjula y enuncia una nostalgia adnica: aqulla en la que las cosas y sus nombres se podan intercambiar, porque eran equiparables. La trama arranca a partir de un equvoco. Una voz al otro lado del telfono que confunde al protagonista, Daniel Quinn (cuyas iniciales coinciden con las de un famoso caballero andante), con un detective privado llamado Paul Auster. Quinn, escritor de novelas policiacas bajo el seudnimo de William Wilson, decide convertirse en un impostor improvisado y encarnar el papel de su personaje literario Max Work y suplantar al detective Paul Auster. Debe proteger a una madre y a su hijo de un marido que acaba de salir de un sanatorio mental. Un hombre, llamado Peter Stillman, especialista en interpretaciones teolgicas del Renacimiento y Barroco, que dio con sus huesos en el manicomio por haber encerrado a su hijo durante nueve aos en una habitacin tapiada para ensearle el lenguaje de dios. Quinn inicia sus pesquisas en una biblioteca (metfora del mundo otra vez Borges-) leyendo la tesis doctoral de Stillman, obra apocalptica sobre las visiones del Nuevo Mundo, El jardn y la torre, ttulo que alude al Paraso y a la torre de Babel,
es decir, a la prdida del lenguaje divino y a su fragmentacin polglota.
Quinn decide vigilar a Stillman y esta cacera, este acecho afecta a Quinn de tal forma que termina perdiendo su identidad. En un ltimo intento por recuperar el timn de su existencia, minuciosamente atestiguada en su diario, decide visitar a la persona que est suplantando, Paul Auster. En la cita que mantienen ambos personajes curiosamente la conversacin termina derivando hacia la literatura, ya que Auster est escribiendo un ensayo sobre Cervantes y la autora de El Quijote, donde el escritor espaol se vuelve un personaje apcrifo y el cronista musulmn autor de la novela. Y, hasta aqu podemos leer, para no matar el gusanillo de la curiosidad. Pero lo ms interesante de la adaptacin grfica de la novela de Auster es rastrear qu aporta el trasvasarla a un lenguaje tan diferente, sustentado en las imgenes y no slo en la palabra. Dado que el argumento de la obra es bastante discursivo, en l menudean la accin y los dilogos en beneficio de la especulacin conceptual, y es aqu donde el nuevo molde artstico ofrece sus mayores aciertos. Porque la fragmentacin lingstica que imprime Auster a su novela permite una fabulosa experimentacin icnica por parte del dibujante, que acepta el reto de filosofar con imgenes; algo, desde luego, nada habitual en el mundo del cmic. Adems, un grafismo sobrio y un pulso narrativo muy ajustado a la trama contribuyen a que este cmic presente atractivos suficientes como para no dejarlo pasar de largo, porque, como dira Auster, tambin se puede vivir en las pginas de un libro, y ste, no est nada mal.