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Tales son los casos de Elosa Lujn, quien era una de las catadoras de la comida que se le
serva al nazi para asegurar que esta no estaba envenenada, y de ngela Soriani, la sobrina
de la cocinera de Hitler, Carmen Torrentegui, en el tiempo que ste pas en la finca surea.
La presencia del lder alemn en aquel rincn de la Patagonia era un secreto a voces, no
era que todos saban que estaba Hitler en esa hacienda pero los que s lo saban, por alguna
circunstancia como ser empleados de la hacienda, minimizaron el tema respecto a la
importancia del personaje, coment Basti.
Para la gente de campo la guerra prcticamente no exista, no haba radio, los diarios
llegaban una vez por mes y no cualquiera los lea. As que saban que haba una guerra pero
no tenan la dimensin del conflicto ni tampoco de los personajes en particular, agreg.
Cuando Pern es derrocado en la llamada Revolucin Libertadora (1955), el autor sostiene
que muchos nazis se van de Argentina hacia pases vecinos, principalmente a Paraguay, y
tambin, aunque hay testigos que aseguran haber estado con Hitler despus de esa fecha, el
mismo Hitler tuvo que migrar al pas guaran, con el seudnimo de Kurt Bruno Kirchner.
En Tras los pasos de Hitler, se cita un testimonio de un exmilitar brasileo hijo de un alto
cargo nazi, quien asegura que el Fhrer falleci el 5 de febrero de 1971 y est sepultado en
una cripta en un antiguo bnker subterrneo nazi en Paraguay, donde en la actualidad se
levanta un moderno y exclusivo hotel.
Basti escribe que la primera semana de cada febrero, el establecimiento hotelero cierra sus
puertas para que un grupo exclusivo de nazis pueda honrar a su lder, el hombre que les
cambi la vida, a ellos y a todo el mundo, para siempre.