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Cada vez que el pueblo tena problemas, teniendo el arca, ellos se sentan
seguros, porque Dios estaba con ellos. Cuando ellos tuvieron que atravesar el
Jordn, las instrucciones de Dios fueron precisas: el arca deba estar sobre los
hombros de los sacerdotes para que el pueblo pasara en seco. Si el arca estaba
all, las aguas se iban a detener. Fue el primer gran milagro que presenci el
pueblo de Israel con el arca.
Sin embargo, los das haban pasado, los tiempos haban cambiado. Israel
comenz a alejarse de Dios, se empez a llenar de pecados, de idolatra. Y aqu,
cuando se produce esta batalla contra los filisteos, ellos dijeron: "Traigamos el
arca. Si el arca est con nosotros en el campo de batalla, los enemigos tendrn
que huir. Es una victoria asegurada para nosotros". Lo hicieron as. Sin embargo,
no ocurri como ellos esperaban.
Aunque cuando lleg el arca hubo una gran algaraba, tanto, que la tierra tembl, y
los filisteos se desconcertaron, los filisteos derrotaron a los israelitas, tomaron el
arca y se la llevaron.
Esa era la peor noticia que poda darse a un israelita, y esa fue la noticia que
provoc la muerte de El, y el parto apresurado de esa mujer que dio a luz. No les
preocupaba tanto la muerte de Ofni y Finees, ni a El ni a la mujer. El mayor
impacto lo produjo la prdida del arca. Quitada es la gloria de Israel!
Qu puede hacer el pueblo de Dios cuando la presencia de Dios le es quitada?
Si Dios est en el centro, si l es el motivo por el cual ese pueblo existe; si ese
Dios es el que lo gua, el que lo conduce, el que lo defiende, el que lo asiste, qu
es de ese pueblo sin su Dios?
Hermano, crees t que la gloria de Dios est entre nosotros? o se fue? Hoy da
hemos adorado al Seor, hoy da hemos tocado al Seor. La gloria de Dios est!
Aleluya! Bendito es el Seor!
La gloria de Dios es algo sencillo, que nos cautiva por dentro, es una atraccin, es
un gozo, es un deseo de estar ante su presencia, es sentir sus caricias, es saber
que l est cuidndonos, que su mano nos protege, de saber que nada nos falta,
porque estamos en l y porque l est en nosotros, de saber que sus cuidados no
se han apartado. Esa es la gloria de Jehov!
No la alejemos nunca. No pretendamos imitarla tampoco. No es necesario que
hagamos esfuerzos: la gloria est, simplemente, porque Dios ha decidido que sta
sea su habitacin. Aleluya!