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Nicols Delgado
Por tradicin dirn algunos. Porque hay que seguir las reglas
exclamarn otros. Pero lo ms probable es que a la mayora
de la gente se le venga a la cabeza la respuesta: para
mantener el orden. Desde hace mucho tiempo que en nuestra
conciencia social est establecido que cualquier actividad que
se haga bajo el alero de la Ley gozar siempre de una
intachable conducta, en cambio, si se realiza dicha actividad
sin la supervisin de las leyes, aunque no est en contra de la
ley, es condenada por todos sin siquiera reflexionar acerca de
esta.
Ahora bien, cuando acontece una situacin que se aleja de
este supuesto orden constitucional quines son los
primeros en reclamar? La clase poltica. Estos defendern a
muerte la Constitucin, madre de todas las leyes, y
repudiarn cualquier evento que intente sublevarse contra
ella.
El problema con esto es cuando se crea una Constitucin de
manera unilateral y que ya no se adecua a los tiempos en que
vivimos. Por qu esto es un problema? Porque cuando llega
al poder un grupo que quiere cambiar la situacin nacional
para beneficiar a la clase media y baja, se encuentra con un
problema de legitimidad, es decir, que el cambio que quieren
realizar es incompatible con la Constitucin. Esto se traduce
que ese tan anhelado cambio que espera la ciudadana se ve
trabado, ralentizado y modificado, por lo que la ley que
aparece es diferente y no soluciona el problema que le dio
origen. Incluso puede llegar a responder a intereses
completamente contrarios. A pesar de esta lamentable
situacin (que la nueva ley no solucione el problema) todos se
maravillan y se felicitan por lograr una ley tan
magnficamente apegada y acorde a la Constitucin que se
olvidan -o intencionalmente obvian- el hecho de que en
esencia esta ley no sirve.