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la Virgen Mara
Consideremos el agudo dolor que sinti Mara cuando Ella y Jos tuvieron que
huir repentinamente a Egipto, de noche, a fin de evitar que su amado Nio
sucumbiera en la matanza decretada por Herodes. Cuanta debi ser su angustia;
cuantas sus privaciones en aquel largo viaje; cuantos sufrimientos pasados en
aquella tierra del destierro.
Tercer dolor: Jess Perdido en el Templo
Que terrible dolor de Mara cuando se dio cuenta de que haba perdido a su
amado Hijo. Llenos de preocupacin y agotados, Ella y Jos regresaron a
Jerusaln y durante tres largos das buscaron a Jess, hasta que lo encontraron
en el Templo.
Cuarto dolor: Mara se encuentra con Jess en el Camino al Calvario
Venid, pecadores, venid y ved si podis soportar tan triste escena. Esta Madre, tan
llena de ternura y amor, se encuentra con su Hijo en medio de quienes lo arrastran
hacia una muerte cruel. Considera, oh amado pueblo, su tremenda pena cuando
sus miradas se encuentran -el dolor de la Bendita Madre al contemplar as a Su
Hijo.
Quinto dolor: Jess muere en la Cruz
Contempla los dos sacrificios ofrecidos en el Calvario: uno, el Cuerpo de Jess;
otro, el del Corazn de Mara. Que triste ver a esa bendita Madre que mira a su
amado Hijo clavado cruelmente al rbol de la Cruz. De pie junto a esa Cruz, Ella
escucho a Su Hijo prometer el cielo a un ladrn y perdonar a sus enemigos. Sus
ltimas palabras se centraron en Ella y estn dirigidas a nosotros: He ah a Tu
Madre! Decidmonos a mirar siempre a Mara como nuestra Madre y recordemos
que ella nunca abandona a sus hijos.
Sexto dolor: Mara recibe en sus brazos el Cuerpo de Jess
Pondera el amargo dolor que inundo el Corazn de Mara cuando el cuerpo de su
amado Jess fue bajado de la Cruz y puesto en sus brazos, Oh Mara dolorosa,
nuestros corazones se ablandan con la pena de verte en tal afliccin.
Sptimo dolor: Jess es colocado en el Sepulcro
El da ms trgico de la historia llega a su fin, y a la Madre solo le queda ahora
acompaar el cuerpo de su Hijo al sepulcro. Cul no sera su dolor cuando vio por
ltima vez el cuerpo sin vida de su Hijo y la gran piedra fue rodada para sellar la
entrada a su sepulcro.
Oracin
Oh Madre, alcanzamos que todo nuestro amor permanezca siempre contigo y con
tu Hijo, nuestro Salvador, que derramo su Sangre por nuestra salvacin. Por todos
tus dolores, concdenos que su recuerdo este siempre grabado en nuestra mente,