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Primera jornada
Escena III
SEGISMUNDO.
Ah cielos,
qu bien hacis en quitarme
la libertad! Porque fuera
contra vosotros gigante,
que, para quebrar al sol
esos vidrios y cristales,
sobre cimientos de piedra
pusiera montes de jaspe.
CLOTALDO.
Quiz porque no los pongas,
hoy padeces tantos males.
Segunda jornada
Escena X
SEGISMUNDO.
Acciones vanas,
querer que tenga yo respeto a canas;
pues aun sas podra
ser que viese a mis plantas algn da;
porque an no estoy vengado
del modo injusto con que me has criado.
Escena XIX
SEGISMUNDO.
Es verdad; pues reprimamos
esta fiera condicin,
esta furia, esta ambicin
por si alguna vez soamos.
Y s haremos, pues estamos
en mundo tan singular,
que el vivir slo es soar;
y la experiencia me ensea
que el hombre que vive suea
lo que es hasta despertar.
Tercera jornada
Escena IV
CLOTALDO.
Pues, seor, si el obrar bien
es ya tu blasn, es cierto
se reserva ni se guarda
quien le previene; que aunque
puede humilde (cosa es clara)
reservarse dl, no es
sino despus que se halla
en la ocasin, porque aquesta
no hay camino de estorbarla.
Sirva de ejemplo este raro
espectculo, esta extraa
admiracin, este horror,
este prodigio; pues nada
es ms que llegar a ver,
con prevenciones tan varias,
rendido a mis pies a un padre,
y atropellado a un monarca.
Sentencia del cielo fue;
por ms que quiso estorbarla
l no pudo, y podr yo
que soy menor en las canas,
en el valor y en la ciencia
vencerla? Seor, levanta,
dame tu mano; que ya
que el cielo te desengaa
de que has errado en el modo
de vencerle, humilde aguarda
mi cuello a que t te vengues,
rendido estoy a tus plantas.