12 La Semana Navarra

Reportaje
DIARIO DE NAVARRA
DOMINGO, 11 DE ABRIL DE 2010

Agua y toros

Algunos de los toros “cabeza de camada” de 2010 en la finca de Jandilla. Algunos de ellos podrían estar en los próximos Sanfermines.

El oasis de Jandilla
E
L temporal de lluvia y
frío que azota el sur
de la península ha da-
do una mañana de
tregua. En Mérida, las
aguas del Guadiana filtrean con
desbordarse. Durante la tarde an-
terior, la orilla del río bañaba los
muros de la Alcazaba. En el hori-
zonte, y seguro que a vista del ave,
pueden distinguirse las laderas
de Don Tello. La finca queda cer-
ca de Mérida. Y allí, entre olivos,
encinas y distintos cultivos que
resaltan por su verdor, pastan los
toros de Jandilla. Borja Domecq
Noguera, el hijo del ganadero titu-
lar, aguarda la visita. El último re-
cuerdo de Pamplona para Borja
es agridulce. El pasado 10 de julio,
tras la muerte de Daniel Jimeno
en el encierro, Borja pasó uno de
susdíasmaslargos.Porlatardeel
toro Sabueso ganaba el premio
Carriquri al más bravo de la feria.
El anfitrión conduce minutos
después un todo terreno por las
pistas que comunican la finca.
Los Domecq llevan aquí menos
de diez años. Los toros migraron
de la provincia de Cádiz hacia Ex-
tremadura. No fueron los únicos,
sólo en Badajoz ya son más de cin-
cuenta las ganaderías inscritas.
Tras dar una curva pueden
verse decenas de toros distribui-
dos en distintos cerrados. En una
zona de vaguada se encuentran
los cercados con los toros de saca.
Junto a ellos, en un promontorio
cercano, se han instalado los chi-
queros y una manga de embar-
que. Tras una colina, ocultos, es-
tán los erales y novillos amén de
otras laderas con los pastos de in-
vierno. En una zona de meseta,
entre gramíneas y margaritas, se
celebran en primavera especta-
culares tentaderos de machos.
Las lluvias de los últimos me-
ses han embarrado los pasos en-
tre cerrado y cerrado, convirtién-
dolos en intransitables. El paso
no será fácil. Ángel Pérez Trini-
dad, el mayoral de la casa, baja del
caballo y guía al visitante.
Hay toros suficientes para dar
catorce corridas. Son toros ne-
gros, castaños o colorados, y su ti-
po morfológico, muy fijado en la
ganadería, los hace distinguibles.
Las fundas que protegen sus pito-
nes, sólo durante el último año,
los uniformiza más si cabe. En es-
tos primeros cerrados hay toros
finos de cabos, proporcionados y
guapos de cara. Toros “bonitos”.
De los que tranquilizan a los tore-
ros cuando les tocan en el sorteo.
Los bichos apenas se inmutan
con el paso del vehículo, a lo sumo
dan media vuelta.
Los toros son sacados a correr
tres veces por semana junto a sus
compañeros de cercado. Volve-
rán a hacerlo cuando remita el
temporal. El corredero, ahora im-
practicable, es un amplio circuito
cerrado con rectas, curvas, subi-
das y bajadas. La fuerza con que
los toros acaban ahora los encie-
rros no son fruto de la casualidad
sino de los cambios en el manejo
del ganado.
El tiempo, y las borrascas su-
fridas, resultan omnipresentes.
Los toros que fueron al Levante
apenas habían cogido peso des-
de diciembre. El mayoral atien-
de la llamada de un periodista
extranjero. El pienso mojado, los
problemas de pezuñas o el pelo
de invierno de los toros. El diálo-
go parece surrealista, pero a la
postre, será publicado en el Wa-
singthon Post. Llega entonces el
vehículo al cerrado donde se en-
cuentra la cabeza de camada.
Allí cambia el panorama. De
aquí saldrán los toros de Pam-
plona. No son bonitos, son una
hermosura. Presumen de gran
remate, seria planta y, pese a las
fundas, se les intuye una cuerna
descarada. Andan equilibrados
entre sí y su estampa recuerdan
a ejemplares lidiados en otros
Sanfermines. Imponen respeto
desde la distancia. No parecen
acusar las pertinaces lluvias y se
muestran altivos con los visitan-
tes. Son los gallitos de la manada
y se comportan como tales.
Cuando en el campo se habla del
toro de Pamplona, está todo di-
cho. Seis de ellos defenderán el
premio Carriquiri ganado el pa-
sado año. Pero será en el mes de
Julio, cuando las lluvias hayan
pasado.

BORJA DOMECQ
GANADERO DE JANDILLA, HABITUAL EN SAN FERMÍN

“Con lo ocurrido el año

pasado me llevé un disgusto”

N
IETO, hijo, sobrino, hermano
y padre de ganaderos, Borja
Domecq Solís es una institu-
ción en la cría del toro bravo.
Su familia materna tenían un
vínculo tan fuerte con Navarra como para
que el ganadero naciese en Pamplona, he-
cho del que siempre ha presumido. El año
pasado sufrió un infarto durante un acto
público. La primera persona en asistirlo
fue Guillermo Fernández Vara, Presidente
de la Junta de Extremadura a la vez que
médico. Las secuelas del suceso le impi-
dieron acudir a Pamplona durante los San- Borja Domecq Solís (derecha), junto a su hijo Borja Domecq Noguera, en la finca de Jandilla.