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UNIVERSIDAD CENTRAL DEL ECUADOR

FACULTAD DE JURISPRUDENCIA
ESCUELA DE SOCIOLOGÍA Y CC.PP.

FILOSOFÍA

SEGUNDO SEMESTRE

MARÍA JOSÉ CRUZ


DANIELA CURAY
ROSSI GODOY
JHON ARGOTI

QUITO, 24/03/2010
GOTTFRIED WILHELM VON LEIBNIZ

ANTECEDENTES

Para hablar de Leibniz hay q tener en cuenta el orden de su tiempo el ambiente en que
vive y la sociedad que se crea por lo tanto se halla condicionado al contexto histórico
que Leibniz concibió un sutil y original sistema de filosofía. Combinó los
descubrimientos matemáticos y físicos de su tiempo con las concepciones orgánicas y
religiosas de la naturaleza heredadas del pensamiento clásico y medieval.

Años que a solo a Europa se encontró inmerso en un mundo que se iniciaba en el


racionalismo. Pero que aun la religión se imponía sobre el hombre.
Sus obras fueron escritas en latín y frases ya que alemán todavía no se había
consolidado como estado unificado aun lleno de trabajadores en las minas por lo que
elaboro métodos para la extracción de urea más segura.
Trata de unificar a Alemania de tal manera que lo intento Maquiavelo con Italia el siglo
pasado.
Por su actitud conciliadora intenta unificar lo mejor de las teorías sociales en tal forma
que combina al método deductivo con el inductivo que estaba proliferando recién en su
época dándole mayor importancia al deductivo.
Unifica las utopías pasadas de mayor trascendencia para dar una solución a la grave
crisis de explotación laboral q afectaba su pueblo.

PERSONAJES INFLUYENTES

Platón con su utopía de la republica y su pensamiento idealista, Una consecuencia de


este planteamiento fue su rechazo del empirismo
Demócrito todas las cosas están compuestas de partículas diminutas, invisibles e
indestructibles de materia pura (en griego a toma, 'indivisible')
Aristóteles Entelequia, término filosófico que significa un ser que realiza en sí mismo el
estado de perfección que le corresponde por naturaleza
Leibniz planteó un uso diferente del concepto de entelequia: para él, las monadas, o
entidades individuales que componen el Universo, son entelequias porque poseen la
capacidad de ser autosuficientes.

Moro utopía
Campanella utopía
Bartolomé de las casas utopía
San Agustin utopía
Luthero ética protestante
Descartes método deductivo los sentidos nos pueden engañar
Newton principio de fuerza activa
Look método inductivo
Hoobes ideas innatas
Bacon Atlántida
Espinoza todo esta formado de una sustancia única
Bolter croca su optimismo
Hegel idea absoluta
Kant racionalismo alemán
Marx critica el pacto social

GOTTFRIED LEIBNIZ (Leipzig 1646 - 1716)

BIOGRAFÍA:

Filósofo y matemático alemán. Su padre, profesor de filosofía moral en la Universidad


de Leipzig, falleció cuando Leibniz contaba seis años. Capaz de escribir poemas en latín
a los ocho años, a los doce empezó a interesarse por la lógica aristotélica a través del
estudio de la filosofía escolástica.

En 1661 ingresó en la universidad de su ciudad natal para estudiar leyes, y dos años
después se trasladó a la Universidad de Jena, donde estudió matemáticas con E. Weigel.
En 1666, la Universidad de Leipzig rechazó, a causa de su juventud, concederle el título
de doctor, que Leibniz obtuvo sin embargo en Altdorf; tras rechazar el ofrecimiento que
allí se le hizo de una cátedra, en 1667 entró al servicio del arzobispo elector de
Maguncia como diplomático, y en los años siguientes desplegó una intensa actividad en
los círculos cortesanos y eclesiásticos.

En 1672 fue enviado a París con la misión de disuadir a Luis XIV de su propósito de
invadir Alemania; aunque fracasó en la embajada, Leibniz permaneció cinco años en
París, donde desarrolló una fecunda labor intelectual. De esta época datan su invención
de una máquina de calcular capaz de realizar las operaciones de multiplicación, división
y extracción de raíces cuadradas, así como la elaboración de las bases del cálculo
infinitesimal.

En 1676 fue nombrado bibliotecario del duque de Hannover, de quien más adelante
sería consejero, además de historiador de la casa ducal. A la muerte de Sofía Carlota
(1705), la esposa del duque, con quien Leibniz tuvo amistad, su papel como consejero
de príncipes empezó a declinar. Dedicó sus últimos años a su tarea de historiador y a la
redacción de sus obras filosóficas más importantes, que se publicaron póstumamente.

Las contribuciones de Leibniz en el campo del cálculo infinitesimal, efectuadas con


independencia de los trabajos de Newton, así como en el ámbito del análisis
combinatorio, fueron de enorme valor. Introdujo la notación actualmente utilizada en el
cálculo diferencial e integral. Los trabajos que inició en su juventud, la búsqueda de un
lenguaje perfecto que reformara toda la ciencia y permitiese convertir la lógica en un
cálculo, acabaron por desempeñar un papel decisivo en la fundación de la moderna
lógica simbólica.
OBRAS:

Leibniz escribió principalmente en tres idiomas: latín escolástico, francés y alemán.


Durante su vida publicó muchos panfletos y artículos académicos, pero sólo dos libros
filosóficos, De Ars combinatoria y la Théodicée. Publicó numerosos panfletos, con
frecuencia anónimos, en nombre de la Casa de Brunswick, entre los que se destaca "De
jure suprematum", una importante consideración sobre la naturaleza de la soberanía.
Otro libro sustancial apareció póstumamente: Nuevos ensayos sobre el entendimiento
humano, el cual había evitado publicar tras la muerte de John Locke. Solamente hasta
1895, cuando Bodemann completó su catálogo de los manuscritos y la correspondencia
de Liebniz, se esclareció la enorme extensión de su Nachlass: aproximadamente 15,000
cartas a más de 1000 destinatarios, además de 40,000 items adicionales, sin contar que
muchas de dichas cartas tienen la extensión de un ensayo. Gran parte de su vasta
correspondencia, en particular las cartas fechadas después de 1685, permanecen sin
publicar, y mucho de lo que se ha publicado lo ha sido apenas en décadas recientes. La
cantidad, la variedad y el desorden de los escritos de Leibniz son el resultado predecible
de una situación que él mismo culpó a su facilidad de dispersión.

La catalogación de la totalidad de los Nachlass de Leibniz se inició en 1901. Dos


guerras mundiales (con el holocausto judío de por medio, incluyendo a un empleado del
proyecto y otras consecuencias personales) y décadas de división alemana (dos Estados
divididos por una cortina de hierro, que separaron a los académicos y dispersaron
también partes de su legado literario) obstaculizaron grandemente el ambicioso
proyecto de edición que debe tratar con el empleo de siete idiomas en cerca de 200,000
páginas de material impreso. En 1985 fue reorganizado e incluido en un programa
conjunto de academias federales y estatales alemanas. Desde entonces las ramas en
Potsdam, Münster, Hannover y Berlín han publicado en conjunto 25 volúmenes de la
edición crítica (hasta 2006), con un promedio de 870 páginas por volumen, más la
preparación de índices y la labor de concordancia.

PENSAMIENTO FILOSÓFICO DE GOTTFRIED WILHELM

El pensamiento filosófico de Gottfried Wilhelm von Leibniz es claramente ecléctico;


como todo filósofo racionalista, Leibniz aspira a la verdad del conocimiento y a un
método que permita el acceso a todos los demás. Medio siglo posterior a Descartes,
conoce el pensamiento de éste, y en lugar de basar la certeza en el subjetivismo
introspectivo de la conciencia, lo hace a partir de la evidencia que muestra la estructura
lógica de las proposiciones verdaderas. Leibniz parte de las proposiciones analíticas,
aquellas en las que el predicado ya está contenido en el sujeto. Este es el carácter de las
proposiciones matemáticas del tipo: "Todo triángulo equilátero es equiángulo". Se
basan en el principio lógico de identidad o no contradicción Todas estas proposiciones
analíticas constituyen las verdades de razón. Pero junto a ellas existen las verdades de
hecho. Son todas las verdades de las ciencias que se basan en la experiencia. El
predicado no está incluido en el sujeto. Son proposiciones sintéticas. No se imponen por
sí mismas como las verdades de razón, sino que su verdad tiene que ser confirmada por
la experiencia que es un conocimiento limitado Leibniz, como todo gran matemático,
quería reducir todos los conocimientos al conocimiento propio de las matemáticas.
Estaba convencido de que si nuestro conocimiento fuera infinito, todas las verdades de
hecho se nos presentarían como verdades de razón. Desde este arranque lógico aborda
Leibniz el estudio de la realidad, la metafísica. El concepto de sustancia que él hereda
es: "lo que es en sí se concibe por sí mismo y no debe la existencia a ningún otro". Pero
para él, la sustancia es un objeto de infinitas propiedades, incluidas en éstas las
relaciones con otros objetos. Por consiguiente, cualquier proposición que afirme un
predicado de un sujeto, es analítica aunque no podamos descubrirlo, porque tendríamos
que hacer un análisis infinito del sujeto. Como esto no es posible, se nos presenta como
una verdad de hecho, contingente. Pero la contingencia no impone arbitrariedad, es
consecuencia de nuestro conocimiento limitado. Así como las verdades necesarias se
rigen por el principio de identidad, las verdades contingentes se rigen por estos dos
principios. En el desarrollo de su obra hace una crítica al pensamiento filosófico
desarrollado por Descartes y Spinoza con el afán de sacar los difíciles aspectos de
conciliar la escolástica y el cartesianismo. Dentro de la filosofía de este pensador
podemos destacar las siguientes:

La unidad de los espíritus


Condicionado por el contexto histórico (se buscaba en Europa un "equilibrio de
fuerzas", basado principalmente en el conflicto), la unidad de los espíritus, respetando
su pluralidad, será una preocupación central del proyecto filosófico de Leibniz. El
nuevo orden que propone se basa en la idea de armonía en donde intereses
contrapuestos pueden complementarse solidariamente. Al igual que Descartes y
Spinoza, propone una unificación de todas las ciencias, pero su intención va más allá: la
unificación de la ciencia abrirá el camino a la unificación de los espíritus.

Racionalismo

El método de Leibniz tiene también las características deductivo-matemáticas


características del racionalismo. El objetivo de su matematización es la de analizar
términos complejos para llegar a otros más simples e indefinibles, los cuales serían
simbolizados al punto de crear un lenguaje universal que (al ser utilizado mediante
claras reglas deductivas), impediría la aparición de nuevas teorías.

Innatismo

Contrariamente a Locke intentará probar la existencia de ideas innatas. De acuerdo a su


proyecto filosófico, estas ideas serían las "semillas" que permitirían llegar a un acuerdo
entre todos los hombres.
Monadología

La doctrina de la mónada, anula la distinción prevista por Descartes respecto a la


extensión y el pensamiento y propone una multiplicidad infinita en el universo. Se dirá
pues que, habiendo múltiples substancias compuestas, cada una de ellas se compone, de
otras substancias.

"Cada porción de la materia puede ser concebida como un jardín lleno de plantas y un
estanque lleno de peces. Pero cada rama de una planta, cada miembro de un animal,
cada gota de sus humores, es todavía un jardín o un estanque..."

Leibniz critica el concepto cartesiano de "cuerpo" o substancia corpórea. Postula, en


cambio, que las substancias compuestas son divisibles. Sin embargo, esta divisibilidad
no es infinita, al llegar a sus últimos elementos o partes ya indivisibles, ya no hay
extensión, ni figura, ni divisibilidad. Estos elementos simples son también substancias
(átomos de la Naturaleza), es decir unidades: mónadas.

Las mónadas son pues, fuerzas primitivas, simples, inextensas e impenetrables y por
todo ello, la actividad es interior y "anímica". Podría decirse pues, que toda mónada es
un "alma", aunque en la mayoría de las mónadas la percepción no es consiente porque
hay una multitud de pequeñas percepciones y un estado general de "embotamiento". La
conciencia (junto con la sensación y memoria) aparecerá en los animales y en el
hombre, existirán además la razón y la autoconciencia.

La armonía

A diferencia de Spinoza Leibniz no verá en éste un mundo necesario sino uno de los
tantos posibles de concebir en la mente divina. No es posible, por lo tanto, deducir la
existencia del mundo, es algo contingente (no necesario), y una verdad "de hecho". No
es factible explicar por qué es así y no de otro modo. Entonces, de todos los mundos
posibles, Dios elije "el mejor".

Optimismo absoluto

Al concebir el mundo como "el mejor posible", es razonable esperar que deba reinar en
él la más perfecta armonía.

Y en este mundo en perfecta armonía, los espíritus pueden hallar una armonía aún
superior en la medida que son también "imágenes de la divinidad y capaces de conocer
el sistema del universo"
· El principio de razón suficiente, que afirma que nada sucede gratuitamente, es decir,
que a todo fenómeno le corresponde una explicación, una razón de ser que se presente
admisible a la razón.

· El principio de perfección, que frente a la no necesidad, afirma que el mundo real es el


más perfecto de los mundos posibles y todo lo que acontece se ajusta a este principio.

Como lo que define a las cosas es el conjunto infinito de sus propiedades, bastará para
que dos cosas sean distintas que difieran en una sola propiedad. O dicho de otra manera,
para que dos cosas sean idénticas tiene que coincidir el conjunto de todas sus
propiedades. Como esto no es posible, puesto que el mismo hecho de compararlas me
las presenta a una antes y otra después, o sea, distintas, de aquí se concluye que la
realidad última, la sustancia, son los individuos, todos y cada uno, ya que no hay dos
iguales, y todas sus propiedades son esenciales. A éstos individuos o realidades últimas
los llamó mónadas en un tratado titulado Monadología, al que pertenece el texto.

Las mónadas son los componentes últimos de la realidad, son puntos inextensos, es
decir indivisibles, de naturaleza espiritual, cuyo número infinito, y todos juntos forman
el universo. Están dotados de fuerza o energía. Entre sí no se comunican, pero cada una
refleja todo el universo, dado que entre sus infinitos predicados están las relaciones con
los demás sujetos. La totalidad de las mónadas forman una unidad perfecta y su
diversidad es absoluta. Lo mónada primitiva o sustancia simple es Dios, y todas las
demás son fruto de esa fuente.

Cada mónada es una sustancia definitivamente realizada que cumple un proyecto, un


programa establecido por Dios. No existe causalidad entre las sustancias, sino armonía
pre-establecida por Dios que garantiza el orden perfecto, el mejor de los mundos
posibles.

CONCLUSIONES

En el pensamiento de Leibniz encontramos dos nociones básicas desde las que se


entiende todo lo demás: la concepción de un orden, no necesario ni geométrico, sino
espontáneo y libre, lo cual hace que para él sea central el concepto de posibilidad, y la
noción de armonía que preside no sólo las realidades materiales sino también las
psíquicas y espirituales.

La necesidad, según Leibniz, se encuentra en el mundo de la lógica, no en el mundo de


la realidad. Son idénticas, en el sentido de que no hacen más que repetir la misma cosa
sin decir nada nuevo. Cuando son afirmativas se fundan en el principio de identidad
(todo es lo que es); cuando son negativas se fundan en el principio de contradicción
(una proposición es verdadera o falsa).
Las mónadas se rigen por el principio de los indiscernibles: no se distinguen por la
cantidad, sino por la cualidad. Cada mónada posee su propia denominación de origen
que la hace única y original.
Las soluciones de Leibniz están siempre en la línea de la armonía del «optimismo
metafísico»: Dios quiere y ha elegido el mejor de los mundos posibles; el mal y el
pecado no están queridos por Él, sino sólo permitidos; la predeterminación divina no es
necesaria sino que funciona armónicamente con la libertad del hombre.

Leibniz significa filosóficamente una superación del mecanicismo. El mundo se explica


ahora dinámicamente, en un desarrollo continuamente impulsado por una espontaneidad
que tiene carácter de contingente y no de necesario. En el orden de la teoría y prácticas
políticas para Leibniz significa que el centro de la actuación humana está en el interés
común de todos.

BIBLIOGRAFÍA

LEIBNIZ, Gottfried. Nuevo tratado sobre el entendimiento humano y de las ideas


innatas. Buenos Aires-Argentina: editorial Aguilar, 1995. 117p.
LEIBNIZ, Gottfried. Profesión de fe del filósofo. Buenos Aires-Argentina: editorial
Aguilar, 1978.116p.
http://www.dma.eui.upm.es/historia_informatica/Doc/Personajes/GottfriedLeibniz.htm
http://ec.aciprensa.com/l/leibniz.htm

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