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DESCUB
EN LAS
GARRAS
E L I M P ERIO
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Klauer
Alfonso
DESCUBRIMIENTO Y CONQUISTA:
En las garras del imperio
Tomo I
Alfonso Klauer
www.nuevahistoria.com
klauer@nuevahistoria.com
TOMO I
• Los conquistadores . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
Del nombre de los españoles . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 5
900 mil años de historia . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 6
La iberia fenicia, griega y romana . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 7
Primera disquisición: los “desterrados” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 10
Segunda disquisición: los “bien acogidos” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 11
Tercera disquisición: los pueblos “bárbaros” . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 13
Visigodos y árabes en la historia de España . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 26
Así, algunas de las antiguas colonias Los romanos –también dice Altamira–
griegas y fenicias –ya para entonces griego- “cuando hallaban gran resistencia [entre las
catalanas, aquéllas y fenicio–españolas, és- poblaciones de la península] aplicaban pro-
tas– ayudaron a los romanos a expulsar a los cedimientos duros y crueles, desterrando a
fenicio–cartagineses, “mientras que las tri- puntos lejanos grupos enteros de población,
bus españolas se dividían” 32, peleando unas a destruyendo ciudades, exterminando a los
favor de los romanos y otras en favor de los habitantes, mutilando a los jóvenes aptos pa-
fenicio–cartagineses. ra la guerra o vendiéndolos como esclavos 35.
Así, en el 216 aC, Aníbal contó con el a- En la antigüedad, desterrar a los vencidos
poyo de los celtíberos cuando regresó a la pe- era una práctica habitual entre los conquista-
nínsula dando inicio a su espectacular viaje dores. No la habían inventado los romanos.
con elefantes hacia los Alpes y Roma 33. Siglos antes que éstos, los griegos y los per-
sas ya lo hacían, conforme da cuenta de ello
Diez años más tarde, en el 206 aC, los el propio Herodoto 36.
cartagineses fueron total y definitivamente
expulsados de España por los romanos. És-
tos, victoriosos, empezaron a conquistar a los
Por de pronto, tenemos derecho a admitir Pero además la península estaba ocupada
que, así como hoy, también ayer debieron por los descendientes de las viejas colonias
reaccionar de manera distinta frente al griegas de Tarragona, Emporia y Afrodisia 37,
destierro los hombres y mujeres que migra- en la costa este, en el área de Cataluña, con
ban voluntariamente, de aquellos que lo te- hasta 500 años de residencia en la zona, y a
nían que hacer obligados por la fuerza. los que venimos denominando griego–cata-
lanes, porque por su antiguo asentamiento,
Éstos, sin duda, no perdieron nunca de muy probablemente, hablaban más el idioma
vista su propósito de, tarde o temprano, re- del pueblo en el que se habían ubicado que el
gresar a su tierra, el territorio de donde com- idioma de sus antecesores.
pulsivamente habían sido expulsados. Pues
bien –como habremos de ver después–, hay ¿Cómo se comportaron frente a los ro-
indicios suficientes para considerar que efec- manos los fenicio–españoles y los griego–
tivamente algunas de las poblaciones deste- catalanes? Al inicio de la invasión romana
rradas de España por los romanos lograron –ha dicho Altamira–, apoyaron a los nuevos
regresar a la península ibérica, aunque varios invasores comportándose como aliados.
siglos después.
¿Pero acaso siguió siendo esa su conduc-
Por otro lado, de la información que pro- ta, cuando constataron que la invasión roma-
porciona Altamira, bien puede concluirse que na no era una guerra episódica contra los car-
los primeros grupos que desterraron los ro- tagineses, sino una conquista en la que tam-
manos fueron sin duda esos derrotados car- bién ellos perdían sus propias posesiones y
tagineses que en el siglo III aC habían sido privilegios?
encontrados residiendo básicamente en el sur
del territorio español, en Murcia y Andalucía. Podemos pues presumir que algunos gru-
Pero tampoco puede desconocerse que, ¿Fueron también los habitantes del centro
aunque de mal grado, muchos pueblos “aco- de la península –antiguos extremeños, caste-
gieron bien” a los conquistadores, cansados y llanos y leoneses– y del extremo norte de ella
exhaustos a consecuencia de las guerras con –antiguos gallegos, asturianos, vascos y, en
sus vecinos. También César da cuenta de e- general, cantábricos–, objeto de destierro?
llo. Y, como lo habían hecho antes y lo harían Presumimos que sí.
también después otros conquistadores, logró
sacar inmejorable partido a esas coyunturas. El imperialismo romano –como lo identi-
fica el historiador franco–peruano Frederic
El segundo error –no menos grave que el Engel 45– extrajo grandes cantidades de oro a
primero–, ha sido el de no hacer distingos en- España. Y la convirtió además, y por espacio
tre los “pueblos” y sus “dirigentes”, que tam- de 560 años, “junto con Egipto y Libia, en
poco son una ni la misma cosa. En muchas uno de los graneros del mundo romano” 46.
sociedades, las diferencias jerárquicas y so-
ciales eran lo suficientemente marcadas co- Desde el principio los pueblos de España
mo para reconocer que los intereses y obje- advirtieron la agresión y el daño que la con-
Vístula Dnieper D
2 A E
1
3 6 5
4 B Mar Negro
Rin
5 C
Danubio
Mar Mediterráneo
“bárbaros” forma parte, ni más ni menos, que visigodos donde estuvieron los avaros y a és-
de uno de los capítulos estelares de la histo- tos donde estuvieron los ostrogodos.
ria de Occidente: la caída del Imperio Ro-
mano. ¿Por qué, tras larguísimos recorridos, los
avaros, alanos, vándalos, suevos y visigodos,
Por de pronto, con gran liberalidad, en pudiéndose quedar en cientos de distintos es-
muchos textos se confunde e indistintamente pacios de Europa, por igual la atravesaron ín-
se emplea, cual sinónimos, los nombres “vi- tegramente para, cruzando los Pirineos, esta-
sigodo”, “ostrogodo”, “vándalo”, “avaro” y blecerse finalmente en España? ¿Llegaron a
“alano”, y, en general, “godo” –debiendo re- España por accidente? ¿O sería ése su desti-
cordarse que, durante mucho tiempo, se de- no, preestablecido antes de partir? ¿Y por
nominó “godo” al “rico y poderoso” 54. qué habrían podido definir a España como su
destino final?
La confusión historiográfica es tal que, a-
sí como se trasponen los nombres, se traspo- Téngase presente que para responder a
nen los territorios en los que se les ubica. Así, estas interrogantes habremos de recurrir a la
por ejemplo, algunos autores ubican a los información que hemos proporcionado en
Muchos de estos avaros o alanos –por ¿Cómo y de dónde partieron a su vez los
cuyas venas corría casi impoluta la sangre fe- vándalos, “los más anti–romanos” de los “bár-
nicia–, en el transcurso de los siglos de exilio baros” –como los califica Barraclough 60–?
habían conseguido hacerse ricos controlando
el comercio entre los pueblos persas y los del A la caída del Imperio Romano los ván-
extremo oriental del imperio, tanto en el Mar dalos aparecen ubicados en torno al Danubio
Negro como remontando el Danubio. central, casi en el centro mismo de Europa
–(“B”) en el Gráfico Nº 2–.
Coincidentemente, Sinesio habla de la e-
xistencia de escitas “corruptores de la [burocra- Realizaron la más larga y prolongada de
cia]” 59. ¿Quiénes sino los ricos y poderosos las marchas. Atravesaron íntegramente Fran-
podían corromper a la burocracia romana? cia y España, cruzaron Gibraltar, transitaron
Marruecos y Argelia y se instalaron final-
Los romanos que tomaron la decisión de mente en Cartago.
originalmente recluirlos tan lejos nunca su-
pieron que, además, esas colonias serían las ¿Cómo entender que un pueblo supuesta-
primeras en enterarse, siglos después, de la mente mediterráneo, distante cientos de kiló-
presencia de los hunos que, en oleadas inter- metros del mar, abandone las fértiles riberas
minables, llegaban desde el centro del Asia, del Danubio, desprecie las no menos fértiles
desde miles de kilómetros de distancia. tierras de Italia, Francia y España y termine
instalándose en un territorio agrícolamente
Puede presumirse que las familias ricas pobre, a orillas del mar, al cabo de un pro-
de escitas –avaros o alanos–, para no ver ree- longado y penoso viaje de 6 mil kilómetros?
ditado en ellos el drama de sus antepasados, ¿Y cómo entender ese sorpresivo calificativo
salieron en estampida de las tierras que ocu- de “el más anti–romano” de los pueblos “bár-
paban, tan rápido como divisaron las prime- baros”?
ras y multitudinarias avanzadas de hunos.
En respuesta, y en función al destino al
Habiendo partido casi simultáneamente que arribaron, resulta inevitable que nos ven-
con los visigodos (“C” en el Gráfico Nº 2), ga a la mente la imagen de los 120 años que
aunque desde muchísimo más lejos, llegaron había costado a los romanos –siglos atrás–
a España cinco años antes que éstos, pero derrotar a los cartagineses, triunfo que se-
casi simultáneamente con el primer contin- llaron destruyendo completamente la gran ciu-
gente de vándalos (“B” en el gráfico). No dad de Cartago.
obstante, la conducta de la gran y final olea-
da de vándalos marcaría la real diferencia ¿No resulta verosímil que los romanos
con los avaros o alanos que sólo buscaron hubiesen obligado a los sobrevivientes de
salvar el pellejo. Cartago a desplazarse hasta el Danubio, en la
¿Eran tan necios de arriesgarse a que la ¿A dónde fueron a parar los derrotados,
mancha de hunos les tapone la salida hacia el conquistados y esclavizados griego–catala-
continente y los arroje irremediablemente a nes que habían desterrado los romanos du-
que se ahoguen en el Mediterráneo? Pues rante la conquista de las ricas y pobladas tie-
bien, serán otros datos y otras interrogantes rras del noreste de España (véase Gráfico Nº
las que nos saquen del atolladero. 1, pág. 8)?
Gráfico Nº 3
Los pueblos “desterrados” y los pueblos “bárbaros”
os
s / avaros - alan
fenicio-españole
Mar Negro
vos
/ sue
os
n dal anes / visigo
cos
á dos
s/v tal
ese iego-ca
ábri
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cant
Mar Mediterráneo
Más tarde llegaron a la meseta central de Entre tanto, y a partir del 554 dC, tropas
España, en los nacientes del Tajo. Y años del superviviente Imperio Romano de O-
después, ya en el sur de la península, la avan- riente ocuparon durante cerca de cien años
zada llegó a Andalucía. Mal podemos asom- gran parte de Andalucía, hasta que a comien-
brarnos de tales progresos y victorias: habían zos del siglo VII fueron expulsados por los
llegado premunidos y envalentonados por la visigodos 84.
inmensa gloria y prestigio de haber derrotado
a las poderosas y temidas legiones romanas; Éstos, durante más de un siglo de vida in-
y, además, de la enorme riqueza saqueada en dependiente, mantuvieron, no obstante, la
Roma, que les permitía financiar sus empre- misma desigualdad social que se dio en la
sas guerreras. época de los romanos. Además de la nobleza,
¿Cómo llegó Isabel al trono de Castilla? Mas era necesario lavar la cara y, en lo
El trono que iba a dejar Enrique IV era dis- posible, no dejar huella. Así, cuando as-
putado entre Isabel, su hermana de padre, y cendió al papado el pro aragonés 107 Sixto IV,
Juana, hija de Enrique. el vice canciller de éste, el español Rodrigo
Borgia –al que seriamente se le atribuye la
Ante la noticia de la muerte de Enrique paternidad de hasta seis hijos 108, y que poco
IV, acaecida en diciembre de 1474, Isabel tu- después sería Papa con el nombre de Alejan-
vo una reacción “rápida y fulminante”: or- dro VI– se encargó de gestionar la dispensa
denó que se izaran sus pendones reales auto- matrimonial oficial del Vaticano, que, como
proclamándose reina de Castilla. Isabel, Oblata e nobis, firmó en 1471 Sixto IV 109.
pues, practicó la “política de los hechos con-
sumados” 102 –que tantas veces se repetiría en El mismo Sixto IV se encargaría de vio-
la historia–. lentar una vez más las normas de derecho
canónico, al otorgar, en 1476, una dispensa
De acuerdo a los cánones de la Iglesia matrimonial similar para permitir el matri-
Católica, Isabel y Fernando que, por bula y monio del rey Alfonso V de Portugal con su
gracia del Papa Alejandro VI 103 han pasado sobrina Juana –la misma Juana que le había
a la historia como “los Reyes Católicos” , no disputado el trono a Isabel–.
podían casarse por ser primos 104. Pero
querían y necesitaban casarse para afianzar Mas dos años después, cuando Alfonso V
su poder en el norte y centro de España. El cayó en desgracia a los ojos Isabel la Católi-
Papa Paulo II, sin embargo, se negó a con- ca y, por consiguiente también a los ojos de
ceder la autorización matrimonial. Sixto IV, éste no tuvo reparos en revocar la
dispensa canónica que él mismo había firma-
Fue entonces que el arzobispo Carrillo do 110. Descasó a los casados.
–sin escrúpulos de ninguna índole– fraguó
una bula papal, fechándola como si hubiera Y hubo quien, entonces, propuso que
sido firmada en 1464 por Paulo II 105. Fue al Juana se case con su recién nacido primo, el
“¿Qué era –sin embargo, se pregunta A los que fueron llevados cautivos to-
Engel– un español de [esos tiempos]?”. No davía se les obligó –como si todo lo sufrido
era sino –se responde Engel– “un celtíbero no hubiera sido suficiente–, a rescatarse a sí
mezclado con fenicio (...), con visigodo (...) mismos, a pagar por su liberación. Ocho mil
y, sobre todo, con sangre [norafricana]” 129. A de ellos, que habiéndolo perdido todo no pu-
pesar de que ello era tan obvio, descarada- dieron autorrescatarse, fueron entonces con-
mente, la España imperial impuso, a partir de vertidos en esclavos 134. Isabel, sin embargo,
1540, medidas que aseguraran la “pureza de para todo esto tenía respaldo “divino”.
la sangre” 130.
El propio Hernando del Pulgar afirma 135:
Se trataba, sin embargo, de un racismo cí-
nico y acomodaticio. Se aplicó, rabiosamen- hallamos en la Sagrada Escritura que,
te, sólo contra los judíos españoles, pobres o cuando Dios se indigna contra algún pue-
ricos, y rabiosamente también, contra los mu- blo, los amenaza con destrucción total.
sulmanes españoles pobres. Porque, que se
sepa, nunca se aplicó contra las personalida- Conforme a ello, Isabel la Católica no ha-
des de alto rango que indudablemente tenían bría sino cumplido con ejecutar un sagrado
sangre morisca 131 o judía. En realidad, pues, mandato divino.
por encima de las propias disposiciones, el
racismo se aplicó sólo contra aquellos que no En la campaña militar contra los moros,
tenían poder frente a la Corona. los futuros conquistadores de América a-
prendieron aún más. El infeliz Boabdil, por
Pero hubo aún más lecciones a cargo de ejemplo, pagó carísima su ambición. Se-
Isabel la Católica: rehenes y genocidio, por ducido por la prebenda que se le ofreció de
ejemplo. En efecto, en uno de los episodios un territorio para él en España, traicionó a su
de la etapa final de la guerra contra los mo- propio ejército y lo combatió como aliado de
ros, Boabdil, aquél a quien su propia mujer le los Reyes Católicos.
enrrostró que “lloraba como mujer lo que no
había sabido defender como hombre”– tuvo Es decir, sin medir las consecuencias del
que entregar como rehenes, a los ejércitos de gravísimo error, incurrió en la misma nefasta
los Reyes Católicos, “a su hijo, a su hermano división que, seis siglos atrás, había facilita-
y a otros diez hijos de personajes principales do el ingreso de sus antecesores árabes a Es-
de su entorno” 132. paña. Por lo demás, los Reyes Católicos no
habían hecho sino engañar a Boabdil con la
A su turno, las matanzas indiscriminadas falsa prebenda, mas éste, ingenua y ambi-
no estuvieron fuera de la agenda oficial. ciosamente cayó en el ardid.
Hernando del Pulgar, en su Crónica de los
Reyes Católicos, dice así de una de ellas 133: Así, el 2 de enero de 1492, Isabel y
Fernando, de manera inaudita vestidos a la
Cosa maravillosa resultó a los que vieron usanza morisca, se acercaron con sus ejérci-
la destrucción de [Málaga]. En pocas tos a sitiar Granada 136. El propio Boabdil les
¿Y cómo negar que a partir de ello “su” historia –la de los conquista-
dores–, y la “nuestra” –la de los conquistados–, fue escrita en “su” idioma,
y por “ellos”, no por nosotros?
Es decir, y por decir lo menos, la nuestra es una historia que ha sido ses-
gada, interesadamente sesgada. Y, en mucho, como veremos, grotescamente
falseada.
Madrid
latar la aprobación del proyecto de Colón.
PORT
Y la campaña contra los moros había sido A partir de esos descubrimientos, poco
–según todas las fuentes– casi exclusivamen- después el florentino Paolo del Pozo Tos-
te terrestre. Evidentemente no porque así lo canelli afirmaba que era posible “alcanzar las
hubieran decidido los estrategas de la Co- costas orientales de Asia, navegando desde
A ese respecto hay otros tres datos indi- Es decir, todo parece indicar que el en-
ciarios que dan lugar a sospecha. gaño de Colón en torno a las distancias que
se recorrían estuvo bien medido. Todo parece
En primer lugar, como se sabe, el viaje indicar que él pretendía que, para contento de
del “descubrimiento” se inició recién el sába- todos, pero sobre todo de la tripulación, ésta
do 8 de setiembre de 1492, cuando, a partir encontrara tierra “antes de lo ofrecido”.
de las islas Canarias, por orden del almirante
las tres carabelas empezaron a dirigirse hacia Veamos, no obstante, los otros indicios,
el oeste –al “Güeste”, dice Colón–. con los que puede adquirir más solvencia
nuestra hipótesis.
Pues bien, sorpresivamente, a partir del
día siguiente, el almirante empezó a mentirle El segundo indicio pues, es que el 16 de
a la tripulación en relación con las distancias setiembre, cuando se habían alejado tanto co-
que recorrían en cada jornada. El día 10, por mo 300 leguas de isla de Hierro, la más sur-
ejemplo, navegaron 60 leguas y les declaró occidental de las islas Canarias, ante la pre-
48; el 16 recorrieron 38 pero les anunció 36, sencia de muchas yerbas en torno a las naves,
etc. En promedio, sin embargo, los engañó la tripulación creía que ya estaban cerca a
poco: en algo menos del 20% de la distancia. tierra firme. Cólón dijo sin embargo –dicho
en primera persona 166–: no porque...
¿Cuál era el argumento explícito para el
engaño? Pues... la tierra firme “hago” más adelante.
...porque si el viaje fuese largo no se es- “Hago” debemos entenderlo, con la ma-
pantase y desmayase la gente, yor condescendencia, como “presumo”, dado
que todavía debemos suponer que no signifi-
declaró el almirante el día 9 de setiembre, ca “estoy seguro”. No obstante, ¿a título de
cuando empezó a engañarlos; y lo repite en el qué Colón “presumía” que la tierra firme es-
diario el día 25. taba más adelante?
¿Resulta coherente que frente a esa expli- Las 300 leguas que habían recorrido era
cación el engaño fuera de menos del 20% bastante más del doble de la distancia que
respecto de la distancia recorrida? No, pero normalmente se recorría entre las costas de
será en función de otros dos datos –uno que África y la más cercana de las islas Canarias,
revisaremos inmediatamente, y otro más ade- distancia ésta que, según se nos ha dicho
lante– que nuestra sospecha adquiera más siempre, era la que más de alejaban entonces
consistencia. Veamos. de la costa. Más del doble pues era ya una
distancia muy grande.
Aunque durante mucho tiempo y en
muchos textos se nos ha dicho otra cosa, el ¿Qué le daba entonces al almirante la
almirante en su diario recién registra protes- seguridad de que faltaba bastante por reco-
...”según parece, tenía pintadas” el Al- El hecho es que los tres indicios que he-
mirante ciertas islas por aquella mar. mos presentado eliminan cualquier duda que
hubiéramos podido tener sobre eventuales
Según se infiere del Diario de Colón, ese viajes anteriores de Colón.
mapa fue también constantemente revisado
durante la travesía por Martín Alonso Pinzón, Los márgenes de tolerancia que se dio y
el capitán de la “Pinta”. A la luz del mapa, le dio a la tripulación cuando la engañaba en
tanto Pinzón como Colón creían estar ya “en relación a las distancias recorridas en cada
aquella comarca” –en las proximidades de jornada; la seguridad que tenía en torno a la
esas islas–. más probable ubicación de tierra firme; y el
manejo de cartas náuticas razonablemente
¿Sigue siendo este dato un indicio o es ya buenas para la época; nos permiten tener la
una buena prueba? Pues bien, días más tarde, absoluta seguridad de que Colón había esta-
el 3 de octubre –nuevamente hablando él en do antes en América.
tercera persona– dice 168:
Porque no podemos olvidar que estos tres
creía el Almirante que le quedaban atrás indicios deben sumarse a la analizada frase
las islas que “traía pintadas en su carta”. del contrato de Colón con los reyes de Es-
paña, en la que se habla de todo lo que “ha
Ya no es, pues “según parece, tenía pin- descubierto” en las Mares Océanas que, en el
tadas”, sino, definitivamente, “traía pinta- contexto que venimos planteando, adquiera
das”. Sin duda, el “problema de la lengua u- aún mayor sentido.
sada por [Colón]”, aún cuando harto debati-
do, sigue planteando exigencias de “un estu- Por lo demás, nunca ha sido bien explica-
dio pormenorizado” 169. do cómo fue que Colón, los hermanos Pinzón
y quienes financiaron el costoso viaje con-
¿Supone eso sin embargo que “un estudio vencieron en Palos a la centena de humildes
pormenorizado” puede terminar diciéndonos y anónimos marineros que se hicieron a la
que cuando Colón dice “traía pintadas” quizo mar “a tan temible, extraordinaria e incierta
decir “probablemente traía pintadas”? aventura”.
Y por añadidura, ¿podría acaso un estu- Muy difícilmente podrá hacérsenos creer
dio pormenorizado del lenguaje utilizado por que fue sólo a cambio de una buena recom-
el almirante terminar “probando” que en pensa material, y que fue sólo contra la pa-
realidad no llevaba ni siquiera mapa alguno? labra del almirante.
Por lo demás, será el propio almirante el El asunto, por el contrario –por lo menos
que nos informe, el 6 de setiembre de 1492, para nosotros–, reviste singular importancia.
que, al salir de las Canarias con rumbo al
Nuevo Mundo, “andaban por allí tres cara- Si realmente era el primero –como cree y
belas de Portugal para tomarlo” –¿capturarlo, sigue creyendo la inmensa mayoría de las
espiarlo, seguirlo?–; y que cinco días más personas–, entonces todo lo que vino después
tarde, ya 150 leguas mar adentro, avistaron –más descubrimientos, conquistas y enormes
una gran nave, de 120 toneladas, tan grande riquezas– no fue sino fruto del azar, de un pa-
como la mayor del almirante –¿siguiéndo- radójico error, y –al decir de los consejeros
los?–. El almirante, pues, tenía clara concien- espirituales de la reina– una concesión di-
cia de que los portuguerse le seguían los vina: justo, equitativo y saludable premio a la
pasos. denodada lucha de España contra los infieles
árabes –tal y como lo razonó el Anónimo de
Colón entonces, lleno de razonables Yucay, un cronista de tiempos del virrey
cuidados y suspicacias –dadas las seguri- Toledo 187–.
dades que él tenía entre manos–, contaba con
sobradas razones para, desde mucho tiempo Y toda la rapiña y los crímenes que se
atrás, haber entregado información hábil- cometieron –en nombre de Dios con una ma-
mente distorsionada al rey de Portugal, a los no y del espíritu de aventura con la otra– po-
El 13 de octubre, con apenas 24 horas en El almirante, sin embargo, creería que ese
tierras de América, el almirante se encargará rey del Sur, era el rey de Cipango (Japón), de
de demostrar, definitivamente, que no andaba donde, además, creía estar cerca. Más siga-
en busca de sedas, ni de alfombras, ni de arte- mos con las confesiones del almirante, de ese
sanías de marfil, ni de especias. Ese día ano- mismo día 13 de octubre.
tará en su diario, sin subterfugios de ninguna
índole 199: Determiné esperar hasta mañana (...) pa-
ra ir al sudoeste a buscar oro y piedras
...yo estaba atento y trataba de saber si preciosas...
había oro, y ví que algunos de ellos
traían un pedazuelo colgado en un agu- Estaba en lo cierto el almirante cuando,
jero que tienen en la nariz, y por señas líneas después, afirmaría:
pude entender que yendo al Sur (...) esta-
ba un rey que tenía grandes y muchísimos Aquí nace el oro que traen colgado a la
vasos de oro... nariz...
¿A qué otro sino a Túpac Yupanqui, el Mas como él obsesivamente andaba bus-
emperador que en esos momentos gobernaba cando mucho más oro que eso, determinó
el Imperio Inka, podían referirse los nativos entonces:
de Guanahaní? ¿Puede haber alguna duda?
...no perder más tiempo e ir a ver si en-
¡Cuán lejos y cuán pronto, pues, había contraba la isla de Cipango...
llegado a oídos de los conquistadores la que
habría de convertirse en la enfermiza leyenda donde creía que encontraría a raudales el oro
de El Dorado. que buscaba.
Es decir, mientras que de algodón se De Cúneo relata algunos sucesos que bien
tratara, si había poco no había ni que tocarlo. vale la pena reproducir:
Pero si había mucho había que tomarlo, co-
mo confiesa el almirante. En la isla Santa María Galante (...) once
hombres de los nuestros formaron una
Ya de vuelta de su “primer” viaje, “Colón banda y se internaron a robar... (pág. 25).
atraviesa toda España (causando sensación
por donde pasaba con sus indios, papagayos ...apresamos doce mujeres, muy bellas
y demás), para ir a Barcelona donde lo reci- (...) entre quince y dieciséis años de e-
bieron los Reyes Católicos...” 201. dad... (pág. 26).
Con gran rapidez, entonces, se organizó ...los caníbales nos lanzaron flechas.
la siguiente expedición. La nueva flota estu- Herimos a muchos de ellos. A uno que
vo compuesta por 17 barcos y unos 1 500 dábamos por muerto, al ver que se echa-
hombres, incluyendo soldados, artesanos y ba a andar, lo pescamos con una lanza, lo
labradores, todos los cuales buscaban salir acercamos al borde de la nave y le corta-
rápidamente de pobres. mos la cabeza con un hacha... (pág. 27).
habíamos traído de España toda clase Y que con “la impresionante flota” 204 los
imaginable de semillas... Reyes Católicos mataban dos pájaros de un
tiro: por un lado, dando rienda suelta a los
de melón, sandía, calabazas, rabanitos, ce- aventureros, se abría una efectiva válvula de
bollas, lechugas, puerros, perejil, trigo, gar- escape a las tensiones sociales que vivía Es-
banzos y habas (pág. 31). paña en medio de la pobreza en que había
quedado después de la guerra contra los mo-
Conociendo ya el almirante que en A- ros; y, que con la impresionante flota, Isabel
mérica no había la carne a la que estaban y Fernando esperaban recoger muchas más
acostumbrados los europeos, “trajo de riquezas que con sólo 3 carabelas.
España los más necesarios” –cerdos, galli-
nas, perros y gatos– (pág. 31), todos los Si la “primera” expedición había costado
cuales, según De Cúneo, se reproducían “en el equivalente de 25 millones de dólares de
grado superlativo” (pág. 31). Pero además, hoy, la “segunda” representó una inversión
“las vacas, los caballos, las ovejas, y la equivalente a 2 125 millones de dólares (170
cabras”, se comportan [como en Europa] millones de maravedíes). Y no fue ninguna
(pág. 32). casualidad que su “cuidadosa preparación” 205
fuera, en las ya nuevas circunstancias, encar-
Las cifras mostradas anteriormente nos gada por la reina a uno de los más cercanos
permiten concluir que, tras el “primer” viaje miembros de su Consejo: Juan Rodríguez de
de Colón, se despertó, de manera fulminante, Fonseca.
una altísima fiebre de oro en toda España.
Porque mientras en el viaje anterior habían Con la llegada de estos navegantes a
hecho la travesía un promedio de 33 hombres América “comienza la explotación económi-
por nave, esta vez se habían embarcado un ca, meramente extractiva al principio: oro y
promedio de 88 hombres en cada carabela. esclavos es lo único que interesa [sin embar-
go], como el oro era escaso, y había que com-
Las naves, pues, habían viajado atibo- pensar (...) los costos de la expedición, en
rradas de hombres y de animales. Y las bode- febrero de 1495 Colón envía a España 500
gas repletas de semillas. ¿Ningún capitán se esclavos indígenas...” 206.
alarmó por el exceso de peso, porque, como
es lógico entender, además había que llevar La reina –como anota también la histo-
alimentos y agua para todos, para los ani- riadora española María Luisa Laviana– se
males y para los hombres? encargó de cortar ese tráfico, ordenando el
regreso de los nativos a sus tierras. Mas no
¿Nadie se incomodó por la falta de ca- debe creerse, como algunos autores ingenua-
marotes y por los ratones; nadie tuvo miedo mente han afirmado en sus textos, que la rei-
al escorbuto? ¿Es posible imaginar que en na para esa drástica decisión reivindicó razo-
sólo un año España hubiera construido mu- nes espirituales y humanistas. De la boca
Diez años después del descubrimiento de La tercera hija de los Reyes Católicos,
América, España no había alcanzado a supe- Catalina, fue una de las ocho esposas de
rar, ni en lo más mínimo, la gravísima si- Enrique VIII de Inglaterra. De su vientre na-
tuación económica en la que quedó al cabo cería María Tudor, que sería coronada como
de la guerra de expulsión de los moros. reina de Escocia, rival de su hermana de
padre, Isabel, que se coronaría como reina de
México, Bolivia y el Perú, además de sol- Inglaterra, y ante cuyos embates sucumbió
ventar la insaciable ambición personal de los (dejando viudo a su sobrino y esposo).
propios conquistadores españoles, tuvieron
que financiar gran parte de la inacabable ne- Finalmente, la cuarta hija de Isabel y
cesidad de riquezas de la corona en Madrid. Fernando, Juana la Loca, se casaría con Fe-
lipe el Hermoso, uno de cuyos hijos sería
Desde los inicios mismos de la conquista Carlos –que se coronaría como Carlos I de
del Nuevo Mundo, pero particularmente du- España y luego como Carlos V de Alemania,
rante el período imperialista de Carlos V, Es- nombre este último con el que más se le
paña gastaba muchísimo más de lo que re- conoce–.
caudaba en impuestos.
Carlos V, nieto pues de Isabel y Fer-
Carlos V era un alemán –un austria de la nando, habría de casarse con Isabel, prima
familia de los Habsburgo–, que llegó al trono hermana suya y también nieta de los Reyes
de España sin hablar casi el castellano. Su- Católicos: Carlos V heredaría el trono de
cedió a sus abuelos, los Reyes Católicos, éstos. El hijo de Carlos V e Isabel, Felipe II,
porque Juan, el único hijo varón de éstos, sería el que enviudaría a la muerte de su tía y
había muerto en 1497 después de haber esta- esposa, María Tudor, para posteriormente
do casado con su prima Margarita de Habs- casarse, en cuartas nupcias, con Ana de
burgo. Habsburgo, su sobrina, con quien tendrían a
Felipe III. El edípico y enredado cuadro de la
Dos de las hermanas de Juan –Isabel y realeza Europea de entonces se muestra en el
María– se casaron con el rey Manuel de Por- Gráfico Nº 8.
tugal. Isabel dio a luz a otra Isabel, la nieta de
los Reyes Católicos que, en matrimonio con Carlos V, en 1519, cuando era ya rey de
su primo hermano Carlos, estaría signada a España, y sin haber cumplido aún los veinte
jugar un papel especialísimo en la historia de años, gastó 815,000 florines –“o sea, dos
España –y de Occidente–. toneladas de oro”, cuando “todavía no llega-
España
Isabel Fernando
de Castilla de Aragón
María Carlos V
Tudor Isabel
Felipe III
59
ba el oro del Perú ni de México” 212 para ha- ciar los ejércitos con los que sacudió la mitad
cerse elegir, por los príncipes electores como de Europa, desde España hasta Alemania, en
Emperador del pomposamente denominado complicidad, entre otros, con León X, un
Sacro Imperio Romano–Germánico, esto es, Papa que –a decir de Engel 219–, también era
la Alemania de entonces. un “modelo de frivolidad”.
Traída a valor presente con una tasa de Los desastres militares de España en Eu-
actualización de 1 % anual, Carlos compró su ropa –que no fueron precisamente pocos–, al
nombramiento como emperador de Alemania impedir la obtención de botines de guerra,
por una suma equivalente a casi 2 755 millo- obligaban a voltear lánguidamente la cara
nes de dólares de hoy 213. hacia América, reclamándose “su” aporte a
las causas imperiales, máxime cuando, como
“La enorme suma fue reunida en efectivo en muchas ocasiones, los ejércitos del impe-
a base de préstamos, de los cuales los ban- rio reclutaban masivamente a costosos mer-
queros alemanes, los Fugger y los Welser, ha- cenarios alemanes, italianos e incluso espa-
bían adelantado las dos terceras partes contra ñoles 220.
letras pagaderas después de la elección” 214.
América tuvo que solventar también los
¿Puede haber alguna duda de que Carlos gastos en que incurrió la Corona en la guerra
tuvo como respaldo implícito –o, más proba- civil contra Carlos V –que se estima que cos-
blemente, explícito– su condición de rey de tó la vida a 14 000 personas 221–; y financiar
España y, por consiguiente, casi libre deten- no una sino hasta dieciséis guerras contra
tador de las riquezas que se descubrían a ca- Francia, y no una sino varias guerras en cada
da paso en el Nuevo Mundo? uno de los territorios de Bélgica, Holanda,
Italia y Portugal; y formidables combates na-
No es una simple coincidencia que, en la vales en el Atlántico y en el Mediterráneo.
elección de Carlos, un rival suyo, el rey
Francisco de Francia –que no podía exhibir En 1535, por ejemplo, con plata mexi-
los mismos pergaminos de conquistas que cana, Carlos V organizó una escuadra de 42
Carlos–, “sólo” había alcanzado a reunir el naves en la que se transportó al norte de Á-
equivalente de poco menos que una tonelada frica a 54 000 marineros y soldados 222. Esta
de oro 215. incursión –si se la compara con el costo esti-
mado del “segundo” viaje de Colón– pudo
Vale la pena recordar aquí que parte del haber costado el equivalente a más de 7 500
oro que circulaba entonces en Europa pro- millones de dólares de hoy.
venía de Sudán, Guinea y Senegal 216, pero
tambien de Oriente. Hacia 1504 –según Vi- Algunos éxitos militares en Europa, per-
lar–, provenían de África entre 120 a 140 ki- mitieron, sin embargo, no despreciables bo-
logramos de oro por año, o el equivalente a tines.
poco menos de seis toneladas en los siguien-
tes cuarenta años 217. Así, en 1527, los mercenarios de Carlos V
–españoles y alemanes–, después de tomar
Carlos V, hacia 1520, gastaba fortunas Roma por asalto, saquearon la ciudad “du-
“endeudándose en capital e intereses por rante ocho días (...); lo que no lograron ni los
años” 218, no sólo para financiar las frivolida- godos, ni los vándalos, ni los turcos en mate-
des de la corte, sino, sobre todo, para finan- ria de pillaje, lo hizo el ejército de Carlos” 223.
Es decir, para la tan pregonada “sabi- Puede asimismo estimarse que, más tar-
duría” de los asesores e ideólogos del impe- de, hacia 1700, la población criolla afincada
rio, Dios quería rapiña y gasto superfluo, pe- en América constituía bastante más del 10 %
ro no inversión. Dios, pues, a la luz de esa de la población española de la península. Y
“sabiduría” habría condenado a España al que, en 1800, eran ya considerablemente más
atraso, y a América a la miseria. del 20 %.
Sin embargo, los comerciantes y empre- Es decir, sea por su enorme capacidad de
sarios españoles de la época pensaban de otra compra, o por su volumen poblacional, los
manera. Veamos, no obstante, de qué otra españoles y criollos residentes en el Nuevo
manera. Mundo, eran un mercado significativamente
grande, que, por lo demás, y como resulta
El ilustrísimo Campillo –al decir de Fon- innecesario demostrar, demandaba productos
tana– insistió mucho en que debían ser pe- europeos, que era lo que exigían sus costum-
ninsulares, domiciliados en España, quienes bres y lo que exigía la implacable moda de la
debían monopolizar el comercio, tanto hacia época.
América como el que se realizaba dentro de
América 254. Así pues, la demanda comercial de los
españoles americanos fue creciendo de ma-
Esto es, ni siquiera los españoles resi- nera tal, que contribuyó –conjuntamente con
dentes en el Nuevo Mundo debían hacer for- la enorme liquidez de la que paulatina y sis-
tuna con el flujo comercial que se realizaba temáticamente fue disponiendo el imperio– a
al interior de las colonias. Como puede cole- generar una gravísima inflación en la penín-
girse, para el ilustrísimo Campillo, los con- sula y, de paso, en toda Europa.
quistadores debían dedicarse exclusivamente
e extraer las riquezas de América y enviarlas Frente a ello, se alzaron las voces que
a España. exigían que los españoles americanos se las
ingeniaran para autoabastecerse sin deman-
Mas, como se verá más adelante, la dar productos a la metrópoli. Juan de Ma-
población española que se había trasladado a tienzo, cronista español y testigo de la época,
América era muy numerosa, aun cuando re- decía al respecto 255:
presentaba un porcentaje muy pequeño res-
pecto de la población peninsular de entonces. ...cuando más plata se trae y más mer-
caderías se sacan para las Indias, más
Hacia 1570, los conquistadores probable- caro vale todo en España [por ello] con-
mente representaban menos del 1% del total viene (...) que haya ingenios de azúcar y
de la población peninsular (25 000 respecto [fábricas de telas en América].
de algo más de 4 millones de habitantes). Pe-
ro, en cambio, tenían un altísimo nivel de “Al parecer –afirma Miño Grijalva–, ha-
Pero, valgan verdades señor Miño Gri- Matienzo y los que pensaban como él no
jalva, debe decirse que no a todos los consu- representaban sino los intereses de los pobres
midores peninsulares. Sino sólo, y muy es- de la península, aquéllos a quienes de veras
pecífica y dramáticamente, a los más pobres afectaba la inflación creada por el oro de
de ellos, que no es lo mismo, ¿verdad? América. De ese modo no pensaba, en cam-
bio, el poder imperial metropolitano. Así, un
Pues bien, de hecho se formaron muchas texto anónimo de 1758, descubierto por Jo-
“fábricas” de telas en América. En México sep M. Delgado 260, pide que se pongan trabas
(Nueva España) los propietarios de las “fá- al crecimiento de las manufacturas autóc-
bricas” eran generalmente distintos de los tonas:
propietarios de las haciendas. Así, por ejem-
plo, en Querétaro, uno de los más importan- ...porque lo que interesa a España es que
tes centros textiles de ese virreinato, de 29 los naturales de las Indias no se acos-
propietarios, sólo 6 eran hacendados, los tumbren a vivir independientes de esta
demás eran comerciantes en general, siendo monarquía... .
algunos específicamente comerciantes de es-
clavos; y otros funcionarios públicos en ge- Y Pedro Rodríguez, conde de Campo-
neral, siendo algunos de ellos algunos especí- manes –fundador de las Sociedades Econó-
ficamente militares 257. micas de Amigos del País 261–, autor de
Reflexiones sobre el Comercio Español a
En el Perú, en cambio –en un fenómeno Indias, dirá en 1762 262:
de integración económica que sigue vigente
hasta el día de hoy–, los dueños de las ha- no se debe permitir a los americanos pro-
ciendas, por lo general, eran también propie- ducir artículos que puedan competir con
tarios de los obrajes 258 o talleres artesanal– los de España, con el fin de mantener la
industriales. dependencia mercantil, que es la útil
para la metrópoli.
Por lo demás, para el siglo XVIII, hacien-
das y obrajes “eran acaparados por un reduci- Finalmente, como registra Josep Fontana,
do sector social perteneciente a la llamada Juan Francisco de Güemes y Hoscasitas, con-
aristocracia criolla” 259. de de Revillagigedo, virrey de México entre
1746 y 1755 263, irá aún más lejos. Dijo 264:
Pero, ¿qué tan grande era el consenso del
que nos habla Miño Grijalva? ¿Hubo real- La fábricas, ni pueden subsistir, ni con-
mente ese consenso? ¿O ha convertido el his- viene en buena política que las haya, ni
toriador en realidad sus propios deseos? aun en aquellos géneros que no se fabri-
can o traen de España (...) No debe
Quienes aspiraban –aunque involuntaria- perderse de vista que esto es una colonia
mente– a “industrializar” América, ¿tenían que debe depender de su matriz, la Es-
realmente poder para llevar ese deseo a la paña...
¿Qué ocurrió con el resto, la gran fortuna Con un buen guión en sus manos, con
que quedó en las manos de los aristócratas otra Historia, esto es, disponiendo de una
españoles, después que cada uno de ellos hu- versión analítica y reflexiva de la historia, la
bo de construir su propio palacio –como a- Corona Española y la aristocracia habrían
quél del virrey Amat que hoy se exhibe en sabido, en cambio, que, por el camino que
Barcelona–? Pues volvió a salir de España, recorrían –expoliación a las colonias, mal
con destino al resto de Europa, a Asia y Á- uso de la riqueza que se obtenía, desprecio
frica. por la inversión productiva y privilegio abso-
luto de sus intereses–, el fin de ese mundo
Porque, como está dicho, ni la Corona ni estaba muy cerca, a pocas generaciones de la
la aristocracia se dieron tiempo ni maña para de sus hijos.
Tanto para pobres como para ricos, tanto do de muerte– con los propios conquista-
para españoles como para otros europeos y dores. Para ellos, los caribeños eran todos
extranjeros, “el móvil económico [consti- iguales, y, más tarde, los andinos eran tam-
tuyó], sin duda, el verdadero aliciente de las bién todos iguales.
huestes [de conquistadores], hasta el punto
de que han sido definidas como buscadores Al iniciarse la conquista de los Andes, los
de oro. (...) el conquistador anhelaba ser rico, conquistadores fueron incapaces de distin-
pero más aún convertirse en encomendero, en guir, por ejemplo, entre inkas, chimú o ay-
señor de indios” 280. maras, siendo que, además de las obvias di-
ferencias de vestimenta, hablaban tres idio-
James Lockhart afirma que en los treinta mas diferentes.
primeros años de la conquista del Perú resi-
dían ya en estas tierras hasta 5,500 españoles, Junto a los conquistadores llegaron a
171 portugueses y 240 italianos, además de América musulmanes, judíos, conversos, gi-
otros 100 de diversas nacionalidades (que in- tanos, protestantes y condenados por la In-
cluían a 39 no identificadas) 281. Bajo las dis- quisición 283.
tintas nacionalidades se mimetizaron muchos
judíos e incluso turcos 282. Alexander Humboldt, el sabio y experto
minero que con tanto ahinco recorrió gran
América se vio poblada por andaluces
(37%), extremeños (17%), castellanos (30%),
leoneses (6%) y vascos (4%), cuando en el Gráfico Nº 9
siglo XVI fueron identificados hasta 55 000 Poblamiento europeo de América
migrantes españoles en América. Más tarde
llegarían contingentes de canarios, gallegos,
asturianos cántabros, navarros, catalanes, va- 4'
lencianos, etc. 3
3'
Difícilmente puede conciliarse las pri- Por otro lado, desde los primeros momen-
meras cifras (25 000 y 77 600) con las que, tos de la conquista, fueron traídos como es-
más recientemente, han aportado otros estu- clavos millones de hombres del África. Y
diosos. Magnus Mörner por ejemplo, afirma fueron obligados a participar en las escara-
que entre 1506 y 1600 emigraron 242 853 muzas y batallas de la conquista militar. ¿Du-
españoles. Y Boyd–Bowman 287 fijó en unos daría alguien que, como carne de cañón, en la
200 000 el total de emigrantes peninsulares primera fila de los combates?
que llegaron a América.
Se trató, como dice Laviana, de una “im-
Dado el período del que se habla, el de las portación” más que de una migración. El co-
conquistas más violentas, dichas cifras pro- mercio o trata de negros fue controlado di-
bablemente incluyen una proporción muy ba- rectamente por la Corona 289, a través de la
ja de mujeres y aún más baja de niños. Sien- concesión de licencias –autorizaciones ofi-
do así, los migrantes representaban poco más ciales de venta de esclavos–.
o menos el 5% de la población española.
La primera de las más importantes licen-
Para efectos de demografía, la migración cias fue concedida en 1518 al flamenco Lo-
de un porcentaje como ése no puede consi- renzo de Gorrevod: se le autorizó a vender en
derarse un “porcentaje muy pequeño”, como América 4 000 esclavos 290. Así, doce años
erróneamente afirma M.L. Laviana 288, después, y contra lo que en muchos textos se
sigue diciendo, Pizarro llegó a los Andes con
Menos aún si apreciamos que los migran- muchos esclavos negros para emprender la
tes, siendo mayoritariamente adultos, repre- conquista del Imperio Inka.
sentaban muy probablemente más del 10%
de la población masculina adulta de España Rápidamente fue creciendo la impor-
tación de esclavos procedentes de Senegal,
Si nos atenemos a la escasez de brazos Gambia, Guinea, Mozambique y Angola. So-
que llegó a darse en la península a partir de bre todo, como veremos, cuando se tomó
1600, es pues probable que las cifras de Mör- conciencia de la catástrofe demográfica que
ner hasta sean las que más se acercan a la ya se había producido en América y que, para
verdad. satisfacer las exigencias económicas de la
Si bien es cierto que los esclavos afri- este crucial aspecto de la historia americana.
canos acompañaron a los españoles desde el El padre Gustavo Gutiérrez, por ejemplo,
primer día de la conquista, también es cierto muestra que se reconocen hasta tres causas
–porque las cifras que hemos ofrecido pá- fundamentales para explicar la caída demo-
rrafos arriba así lo demuestran–, que la im- gráfica:
portación de esclavos arreció cuando se puso
en evidencia que la mortandad de nativos a) La presencia de enfermedades desconoci-
americanos alcanzaba magnitudes preocu- das en América.
pantes: los tesoros de América –mineros y
agrícolas– podían quedar enterrados en el b) Las guerras o los episodios militares pro-
suelo sin que hubiera quién los extrajera. piamente dichos de la conquista y sus ine-
vitables secuelas de muerte.
El genocidio cometido, trascendental y
crucial página de la historia de México, Perú, c) Los trabajos forzados a que fueron obli-
Bolivia, Ecuador, Cuba y otras naciones gados los nativos.
americanas, es uno de los capítulos más po-
bremente conocidos por nuestros pueblos, a Contra todo ello es que se alzaron, con
pesar de que ha sido uno de los episodios de violenta indignación, las voces de quienes
mayor y más negativa significación: “una cobardemente fueron estigmatizados como
catástrofe demográfica sin precedentes en la los forjadores de la “leyenda negra”, tortuosa
historia de la humanidad” –dice a este res- frase con la que el poder oficial bautizó la
pecto con objetividad la historiadora españo- crítica que censuraba las atrocidades de la
la María Luisa Laviana– 302. conquista.
Bartolomé de las Casas, por su parte, Por lo demás, nunca se ha dicho nada
incansablemente batalló contra las brutales –que sepamos– del impacto que en los con-
penalidades a que eran sometidos los hom- quistadores habrían causado las enferme-
bres y mujeres de América. Quizá más que dades, igualmente desconocidas para ellos
ningún otro peninsular, atravesó hasta 12 que, de hecho, encontraron en América.
veces el Atlántico para defender ante la Co-
rona la causa de los americanos 304. En torno ¿Es que respecto a ellas los médicos eu-
a la conquista de México, el padre Las Casas ropeos de la época sí fueron eficientes para
dijo 305: encontrarles cura y remedio? Y, a la inversa,
¿es que la medicina contra las enfermedades
...en el descubrimiento se hicieron gran- europeas no hacía efecto en los nativos que
des [barbaridades] con lo indios (...) En enfermaban de ellas?
el año 1518 la fueron a robar y a matar
los que se llaman cristianos, aunque ellos Por el contrario –de allí el desinterés por
dicen que van a poblar. (...) ha rebazado curarlos que denunció el padre Montesinos–,
y llegado al colmo toda iniquidad, toda en esto también se puso en evidencia el bru-
injusticia, toda violencia y tiranía... tal desprecio por la vida de los americanos: a
más muertos más se simplificaban los esfuer-
Pues bien, en relación con la primera de zos de la conquista. Y así procedieron hasta
las causas, debe recordarse que el brutal im- que se percataron de que estaban a punto de
pacto de las enfermedades traídas por los eu- exterminar a la población andina.
ropeos –y por los esclavos negros traídos por
ellos–, no es un descubrimiento de este siglo. En relación con la segunda de las causas
En 1686, Juan Nieto de Valcárcel, en su Dis- –las guerras de conquista–, en algunos terri-
puta epidémica, ya decía 306: torios fueron más dramáticas que en otros. Se
sabe que algunas pequeñas poblaciones del
Sabemos que no se habían visto viruelas Caribe fueron íntegramente arrasadas, se las
en las Indias (...) un negro con esta des- hizo desaparecer de la historia.
dicha (...) la plantó en aquellos reinos
(...) y murieron seiscientos mil indios... De allí que en esos territorios fueran com-
pulsiva y masivamente implantadas grandes
Pero también llegaron con los conquista- poblaciones de esclavos. En 1817, Cuba por
dores el sarampión, la gripe, la peste bubóni- ejemplo, ya estaba poblada por un 57 % de
ca, la fiebre amarilla y la malaria. pobladores africanos 307.
No conocemos si se han realizado estu- El genocidio con las armas no sólo fue
dios que demuestren que las desconocidas aceptado en los hechos por los reyes de Es-
enfermedades impactaron más a unos pue- paña. Sino que, desde las luchas de España
blos que a otros. En todo caso, no habría contra “los infieles judíos, mahometanos y
razón alguna para ello. Todos los pueblos turcos” 308, contó con entusiastas ideólogos.
americanos estaban igualmente desinmuniza- El sacerdote franciscano fray Toribio de Mo-
dos frente a las nuevas enfermedades. tolinía (seguidor del cardenal Bartolomé de
a) Es justo y lícito hacer la guerra a otro ¿Por qué entonces –puede preguntarse–
pueblo (...) para librar a los inocentes fueron prácticamente arrasadas casi todas las
sacrificados en cultos idolátricos. poblaciones del Caribe, si tampoco encerra-
ban ninguna gran riqueza mineral ni agrícola
b) Es justa y lícita la guerra de con- –salvo las islas más grandes, que se mos-
quista para preparar el camino a la traron como potencialmente ricos emporios
propagación de la fe. azucareros, en lo que a la postre fueron con-
vertidos–?
c) Es justo y lícito hacer esclavos a los
capturados en guerra justa y a aque- Fundamentalmente, como lo muestra el
llos que por naturaleza lo son y no Gráfico Nº 11, porque eran el paso inevitable
sirven para otra cosa. y obligado hacia el resto de América Meri-
dional y hacia América Central. Es decir,
Poco pudieron hacer para detener el ge- eran territorios geopolíticamente estratégi-
nocidio quienes, como fray García de Loay- cos.
sa, desde su cargo de presidente del Consejo
de Indias, procuraron “aliviar la conciencia Los conquistadores que pasaban al conti-
del emperador [Carlos V]” 310. nente no estaban dispuestos a dejar, peligro-
samente en la retaguardia, a enemigos de nin-
Se estima, por ejemplo, que la población gún género, grandes o pequeños. O, lo que
nativa de Santo Domingo pasó de 3 millones era aún más riesgoso, España no estaba dis-
770 000 personas en 1496, a sólo 125 per- puesta a dejar que allí se posicionaran y a-
sonas en 1570 311. Esto es, al 0,003% original.
Un genocidio realmente increíble. Gráfico Nº 11
América:
Hubo territorios en los que la historio- Territorios ricos vs. estratégicos
grafía tradicional muestra que la resistencia
contra los conquistadores fue larga y perma-
nente. Los indios de algunas áreas –nos dice Tráfico de riquezas
Laviana 312–, como los del norte de México y a Europa
A
los del centro de Chile, “resistieron a la con- 1
quista durante mucho tiempo, casi hasta el B
Territorios ricos
La frase citada, sin embargo, desliza un 1 México
grave equívoco. No es que esas poblaciones 2 Perú
3 Bolivia
fueran más fieras e invencibles. Simple y
Territorios estratégicos
llanamente estaban asentadas en territorios (Cuba, R. Dominicana)
que, a los ojos de los conquistadores, y con la Territorios estratégicos
tecnología de la época, no ofrecían mayor descuidados por España 2
A Bahamas
atractivo. ¿No habría sido acaso conquistado B Jamaica
C Antillas Menores 3
e íntegramente ocupado Chile, si entre los
Sólo cuando la población nativa llegó a El conjunto, traído a valor presente, se-
un mínimo que hacía peligrar su propia exis- gún estimamos, equivale a 73 700 millones
tencia –y por consiguiente el imperio no hu- de dólares (actualizados a una tasa de 1%
biera tenido cómo explotar las riquezas de las anual, y a partir de 1680).
altas y frías entrañas de los Andes–, el impe-
rio decidió abolir las encomiendas 335. Este monto, como se verá inmediata-
mente, es coherente con los niveles de recau-
Es decir, no por razones humanitarias dación tributaria que, estimamos también,
Perú
¿Cómo podría entenderse, sin embargo, Ahora bien, no parece necesario insistir
que la actividad minera en el Perú produjera que resulta obvio que en 1680 el Virreinato
una recaudación de sólo el 1% del total en la del Perú sufría ya, dramáticamente, los estra-
década 1680–1689? ¿Y cómo entender, que gos de la catástrofe demográfica, que por fin
la recaudación por actividades comerciales llevará al hoyo la economía del virreinato dos
fuera tan alta en la misma década? Para décadas después.
responder, deberá tenerse presente que, en
esa primera década de la serie de Klein, la De allí que, a partir de la década de
recaudación total en Perú era de 12 995 000 1700–1709, las recaudaciones de México pa-
pesos y la de México 8 357 000. san a representar el 70 % de las recaudacio-
nes continentales de impuestos y las del Perú
Esto es, del total general, Perú aportaba el caerán reducidas al 30% restante. Sólo a par-
61 % y México sólo el 39%. Hasta esa época tir de 1700, pues, México pasa a ser la “mina
pues, y todavía en la siguiente (en que la de oro” del imperio.
relación es 59–41%, siempre a favor de
Perú–Bolivia), es evidente que el virreinato Para esa época, ante la ostensible ca-
sudamericano era económicamente más tástrofe demográfica, bien pudo ocurrir en el
importante que el de México. Perú lo que el padre Bartolomé de las Casas,
relata para algún lugar del Caribe:
Con esta comprobación, no puede pues
seguirse sosteniendo que “el Perú era apenas [fulano] ...se jactaba de trabajar cuanto
autosuficiente” 349. No, hasta 1699, el Virrei- podía por preñar muchas mujeres indias,
nato del Perú era, efectivamente, “una mina para que, vendiéndolas preñadas, le die-
de oro”. ran más dinero por ellas.
Les faltaron manos y les sobró impudicia como por aquella costa en adelante...
para apropiarse descaradamente de todo [hay] grande cantidad de oro...
cuanto brillaba.
En 1515, Francisco Becerra, uno de los
La casas de los vivos fueron saqueadas. españoles que con Pizarro vivían en Santa
Los hijos fueron tomados como rehenes para María de la Antigua, regresó a la ciudad con
que sus padres confesaran dónde había más un botín que “se tasó en seis o siete mil pesos
piezas de oro y plata. Casi todos los he- en oro” 360. Que hoy representarían como lle-
rederos de Huáscar sufrieron esa ignominia. gar a casa con casi 39 millones de dólares.
Las casas de los muertos fueron profanadas.
Nada los detuvo. Nadie podía detenerlos. Fue Poco después, aproximándose los con-
una orgía perpetua. quistadores a las costas del Perú, en las Islas
de las Perlas, luego de apresar a las mujeres
¿Cuando se jodió el Perú –se había pre- para utilizarlas como rehenes, la extorsión
guntado Mario Vargas Llosa a través de uno dio lugar a que “capitulara el reyezuelo” –co-
de sus personajes–? Allí empezó a joderse el mo afirma despectivamente el historiador
Perú, don Mario. Francisco Pizarro, Her- peruano José A. Del Busto–.
nando de Soto, sus compañeros de aventuras,
y todos los que llegaron después, se encon- El cacique de las Islas de las Perlas en-
traron con un gigantesco banco con las bó- tregó a sus extorsionadores “un cesto repleto
vedas abiertas. No lo dudaron: lo saquearon. de perlas que pesó 110 marcos, entre ellas
una del tamaño de una nuez” 361. La impre-
Sabían de su existencia desde que estu- sionante joya sería elogiada más tarde por
vieron preparándose en el Caribe y en Pa- Lope de Vega y Cervantes. El mismo cacique
namá. En 1513, antes de que se descubriera daría, horas después, “más perlas por valor
el Océano Pacífico, Pizarro 357, siendo lugar- de 100 marcos” 362.
teniente de Balboa, había escuchado decir a
un cacique en las proximidades de Santa Al final los “visitantes” de las Islas de las
María de la Antigua –la primera ciudad con- Perlas cargaron con una riqueza equivalente
tinental de América–: hoy, por lo menos, a 135 mil dólares. No nos
Cada vez más cerca del gran tesoro, hacia En setiembre de 1524, Pizarro, en com-
1523, Pascual de Andagoya encabezó el gru- pañía de 112 españoles, de algunos indios
po que habría sido, aparentemente al menos, nicaragüas, al parecer sólo cuatro caballos y
el primero en llegar a las costas del Perú. De varios perros de guerra 367, partió por primera
regreso a Panamá, entregó al gobernador vez al sur, por la ruta que había seguido
Pedrarias a un cacique capturado “en el Birú” Andagoya. Almagro lo seguiría con 64 solda-
y “cierto oro que dijeron lo habían [traído] dos más.
del dicho viaje” 363.
En el delta del río San Juan, “asaltaron
Para esa fecha, Tierrafirme, o si se pre- algunos pueblos de indios y obtuvieron oro
fiere, las tierras continentales de América, ya por valor de hasta 15 000 pesos castellanos”
eran denominadas por los españoles “Castilla 368
(88,5 millones de dólares de hoy).
del Oro” 364 –no Castilla de las Especias, ni
Castilla de las Perlas, no, Castilla del Oro–. A punto seguido, nuestro historiador Del
Busto dice: “Como la tierra era pobre, pan-
Muchos de ellos ya se habían hecho muy tanosa y enfermiza, el trujillano envió a Al-
ricos. Pedrarias, en su casa en Panamá, “guar- magro por más gente a Panamá...” 369. De-
daba 30 000 pesos de buen oro” 365. Como si tengámonos un instante ante preguntas ine-
hoy cualquiera de los burócratas de estas tie- vitables. ¿Tierra pobre? ¿Pobre en qué?
rras guardara en su domicilio 179 millones
de dólares. ¡Cómo no iban a ser llamadas es- La costa en la que estaban los conquista-
tas tierras, con ingenua desfachatez, Castilla dores era parte del bosque ecuatorial. Era en
del Oro! efecto agrícolamente pobre. ¿Pero pobre en
todo? ¿Pobre ofreciendo los botines que ya
Para esa fecha, Francisco Pizarro ya tenía tenían entre manos? ¿Pantanosa y enfermiza?
45 años, 23 de los cuales, es decir, más de la ¿Pero no venían acaso de Panamá, una tierra
mitad de su vida, o casi toda su vida adulta, agrícolamente también pobre, e igualmente
la tenía en estas tierras. Probablemente en su pantanosa y enfermiza?
mente no había ya sitio para el recuerdo de
Francisca, su madre, que cuando él nació en Nuestros conquistadores, sin embargo,
Trujillo de Extremadura, era una humilde ¿venían acaso en plan de colonos agrícolas?
criada en un monasterio. No, otras eran las razones por las que el con-
quistador reclamaba la presencia de más de
Ni rabia para recordar a Gonzalo, su pa- los suyos.
dre, el hombre que embarazó a Francisca sin
desposarla. Ni para recordar a Juan Mateos, Pizarro en efecto sabía o intuía que cada
su abuelo materno, que vivió y murió ven- vez estaba más cerca de esa tierra riquísima
diendo ropa usada entre los pobres de su tie- de la que él –recordémoslo–, diez años atrás,
rra 366. Asuntos más pueriles eran ya el moti- personalmente, había oído decir que necesi-
vo de sus desvelos. taba más hombres para conquistarla.
Entre Tumbes y Guayaquil, los hombres El otro –como dice el historiador Del
de Pizarro habían capturado a un conjunto de Busto– sería “cariñosamente llamado Marti-
niños “de rostro vivaz y acusada inteligen- nillo” 373. Felipillo (...) era el intérprete de
cia” 371. ¿Estaría de veraz nuestro conquista- Soto, de Hernando Pizarro lo sería Marti-
dor en condiciones de reconocer una “acusa- nillo... 374. Si esos apelativos eran de veras ca-
da inteligencia”? El hecho es que Pizarro riñosos, ¿por qué nunca la historiografía se
ordenó “que a la brevedad se les enseñara la ha referido a la reina Isabel la Católica como
lengua castellana para utilizarlos como intér- Isabelilla, ni a Felipe II también como Feli-
pretes y guías” 372. pillo? Pero no fue suficiente. Felipe –el tra-
ductor– fue llamado más tarde “Felipillo, el
La contribución de esos muchachos ta- tallán perverso” 375.
llanes –ésa era su nacionalidad, no eran in-
kas– resultaba imprescindible. Uno de ellos Pues bien, luego de la captura de los ni-
sería después bautizado como Felipe. Él es- ños tallanes, el conquistador dejó en Tumbes
taría en poder de los españoles por espacio de –aparentemente solo, aunque es verosímil
más de seis años, inclusive en España, obli- que también fugara, visto el precedente que
gado a aprender el castellano. se había creado en Santa– a Alonso de
Molina que, probablemente, antes de morir,
En relación con este episodio de la histo- habría sido padre de los primeros mestizos
ria, la historiografía tradicional, arbitraria e íbero–tallanes.
injustamente, ha calificado a Felipe –y a otro
niño tallán, al que se puso por nombre Mar- Delirante regresó Pizarro a Panamá y
tín– como “traidores”. mostró a sus acreedores riquezas increíbles,
todos quedaron deslumbrados 376. Eso sig-
Esos niños, jóvenes y hombres después, nificó “la mayor apoteosis que aquella ciu-
no traicionaron haciendo el papel de intér- dad conociera desde su fundación” 377. “Los
pretes, y menos aún a los inkas, a quienes soldados acudieron presurosos a contemplar
En esos cuarenta años, sin embargo, ha- ...no rebuscaban almas que convertir ni el
bían llegado y salido del Perú cientos de via- camino para rescatar los Santos Lu-
jes con vasijas y joyas de oro que, fundidas, gares.
viajaban como lingotes. Sólo en 1534, cuan-
do recién empezaba la orgía de oro, Pedro de Mucho antes, en el mismo siglo XVI,
Alvarado se presentó, por su cuenta y riesgo, Cieza de León 401 había escrito:
sorprendiendo a Pizarro y Almagro, con 11
naves y 340 soldados 399. Los socios de la ...nosotros, siendo cristianos, hemos des-
conquista no tuvieron otra alternativa que truido tantos reinos, porque por donde
transar nuevamente –como lo habían hecho quiera que han pasado cristianos conquis-
antes con Benalcázar–, y compartir con él y tando y descubriendo, otra cosa no pa-
los que con él venían. rece sino que con fuego se va todo gas-
tando.
En fin, a la postre, después de casi tres
siglos de saqueo, sólo dejaron lo que, muy a Pues bien, habíamos advertido que el
su pesar, fueron incapaces de encontrar los mineral de plata que España extrajo de
conquistadores y los encomenderos: lo que México procedió de las entrañas de la tierra.
estaba bien sepultado, o lo que había queda- Quede meridianamente claro, entonces, que,
do accidentalmente enterrado bajo los es- a diferencia de ello, y por lo menos durante
Como muestra el gráfico siguiente, por lo Las evidencias escritas aparecerán des-
menos desde 1600 hasta 1665. la producción pués, cuando el corregidor de Potosí, en
peruano–boliviana de plata fue muy superior 1656, escriba al virrey informándole acerca
a la de México. A esta última fecha, la pro- de “numerosos casos de abandono” 406. En
ducción del altiplano andino había sido de, efecto, los que podían escapar de los trabajos
por lo menos, 66 200 000 marcos de plata, forzados huían de las minas, o cuando eran
que hoy representarían el equivalente de casi llevados a ellas, y se aislaban en las alturas.
17 000 millones de dólares. Y hasta 1710 la El éxodo llegó a ser “de considerables pro-
producción de Potosí y Oruro se elevó a 80 porciones” –según manifiesta Hemming– 407.
millones de marcos de plata, esto es, al equi-
valente de 18 500 millones de dólares de hoy. También desertaron “españoles”, como el
capitán Gregorio Zapata, que luego de ha-
A partir de 1615, la producción de plata cerse rico en la mina regresó a su país “y re-
del Altiplano empezó a caer vertiginosamen- cién entonces se [descubrió] su verdadera i-
dentidad: Emir Cigala, un turco” 408.
Gráfico Nº 15
Producción de plata A diferencia de la fortuna de éste, ni con
Bolivia-Perú y México salarios “altos” podía retenerse en las minas
y en las plantas de procesamiento a los traba-
Producción de
jadores nativos. Al cabo de décadas, y de ver
Huancavelica + Potosí + Oruro morir a sus hermanos, habían tomado con-
4' ciencia de que, inevitablemente, ellos corrían
también la misma suerte: fugaban entonces
de los campos de concentración.
3'
Es probable, sin embargo, que no sólo
fuera inhóspito el clima y la altura a los es-
Producción de pañoles dueños de las minas. Quizá había un
México
2'
clima de violencia muy grande y razonable
temor a la rebelión. Ello explicaría porqué el
corregidor también informaba que los dueños
de las minas no vivían en ellas.
1'
Marcos de Plata
1615 1665
Se estima que hacia 1605 había, sólo en
Potosí, 400 vetas en producción 409.
Con seguridad en el caso de México –pe- Y puede también presumirse que muchas
ro estimamos que muy probablemente tam- inundaciones fueron deliberadamente causa-
bién en el Perú–, la comercialización de la sas por los arrendatarios de las minas para
pólvora fue un monopolio de la Corona 411. apagar incendios incontrolables.
Empezó a utilizarse en 1635 en Huancaveli-
ca, en las minas de mercurio que monopoli- Llama poderosamente la atención que
zaba la Corona, para acelerar la construcción Bakewell diga: “Lo curioso del caso es que
de los socavones 412. esta innovación de la técnica minera aparece
no en México sino en el Perú” 416. Bakewell
Y –en un dato que resulta extraña e inco- olvida que, según muchas evidencias en la
herentemente tardío–, aparentemente recién historia de la humanidad, las cosas “apare-
35 años después empezó a usarse en Potosí, cen” allí donde más se les necesita.
donde “también se utilizó para apresurar la
excavación de los socavones” 413. ¿Dónde era desesperante la crisis de pro-
ducción de plata? ¿Dónde caía precipitada-
“La ventaja que ofrece la pólvora –dice mente, para angustia de los ambiciones due-
Bakewell–, sería, por supuesto, una reduc- ños, arrendatarios, virreyes y ministros de e-
ción del costo de la exploración subterránea conomía de la Corona? En Charcas, es decir,
(...); la introducción de la pólvora sería, sin en Potosí y Oruro.
duda, el cambio tecnológico más importante
realizado en la producción de la plata durante Por lo demás, siendo monopolio de la
el siglo XVII (...) representa en aquella zona Corona, era por tanto ella quien decidía dón-
[Potosí y Oruro], un avance notable en la tec- de se usaba y dónde no. La pólvora, sin gé-
nología extractiva” 414. nero de duda, era lo que faltaba para que la
población de los Andes centrales llegara a su
Objetivamente tiene razón Bakewell. Pe- mínimo absoluto que, como se ha dicho ante-
ro, con la misma objetividad, le faltó decir riormente, se habría dado unas pocas décadas
que si antes de la introducción del uso de la después que llegara a las alturas de la cor-
pólvora los trabajadores andinos morían co- dillera el “avance notable en la tecnología
mo “moscas”, el uso de tan ponderado avan- extractiva”.
ce tecnológico debió causar pues devastado-
ras consecuencias. En 1615, cuando había empezado a bajar
vertiginosamente la producción de plata en el
El propio Klein admite que “los episodios Perú, el virrey Francisco de Borja tuvo con-
de inundaciones e incendios (...) llenan las ciencia de la gravedad del trabajo en los so-
páginas de la historia de la minería durante cavones, calificándolo como “pena capital”
este período” 415. Sin duda, gran parte de esos 417
. Y sesenta años más tarde, cuando la crisis
incendios fueron ocasionados por una reite- productiva era irreversible, el virrey Pedro
¿Qué magnitud pudo alcanzar el geno- Somos los primeros en admitir que todas
cidio en esas “cámaras de plata”? estas cifras con altamente inciertas. Sobre to-
do por el hecho de que, ni en el pasado ni en
Intentaremos una aproximación. ¿Cuál el presente, cuando se habla de la población
fue, en primer lugar, el impacto del genocidio durante la Colonia, se discrimina entre Perú
militar? A diferencia de lo que ocurrió en el y Bolivia y se precisa para cada uno los datos
Caribe, donde hubo persistentes enfren- correspondientes.
tamientos militares y las consiguientes repre-
salias, con graves consecuencias demográfi- Tampoco pretendemos hacer estadística y
cas, en México como en el Perú prácticamen- menos ofrecer resultados exactos. Con la in-
te no hubo resistencia militar masiva. formación de que se dispone ello es imposi-
ble. Pero sí insistimos en que la idea central
En el Perú apenas si quedó circunscrita al es dar cifras en orden de magnitud. Para sí
territorio del Cusco, es decir, al territorio de empezar a llenar un vacío que ha dado lugar
la nación inka. Pero no fue sin embargo, ni a interpretaciones y conclusiones antojadizas
siquiera allí, una resistencia nacional. e inverosímiles.
Porque, a pesar de que se prolongó por Pues bien, con el mismo propósito y
más de cuarenta años, sólo involucró a los siempre con las mismas restricciones de in-
herederos de la élite imperial y a los reduci- formación, podemos sin embargo ofrecer una
dos contingentes de soldados que controlaba. conclusión complementeria. En efecto, el ge-
Así, puede considerarse “estadísticamente i- nocidio por trabajos forzados, a diferencia
rrelevante” la magnitud del genocidio militar del genocidio epidémico, alteró significativa-
en el Perú. mente la estructura de la población en el te-
rritorio andino
Por el contrario, los estragos demográfi-
cos por la presencia de enfermedades des- Porque mientras la gripe, la viruela y o-
conocidas fueron muy grandes. No hay sin tras enfermedades afectaban por igual a hom-
embargo razones para estimar que en algún bres y mujeres, y a niños y adultos, los traba-
¿Cómo califica el derecho moderno ese Miles que no murieron, pero quedaron sin
delito? Fue, sin duda, un crimen de lesa embargo convertidos en seres deformes, gui-
humanidad. ñapos humanos con dolorosos traumas a los
que asistieron sus conyuges, hijos y nietos.
La cuarta causa, en la que nunca se ha No menos crueles –afirma Pereña 426– fueron
insistido tanto como se debiera –o tanto co- por supuesto las amputaciones de miembros
mo hoy los militantes defensores de los dere- que igualmente se practicaban “como castigo
chos humanos persiguen sancionar esos mis- [cuando los nativos se negaban a decir] dón-
mos delitos–, fueron las matanzas delibera- de se escondía su señor”.
das, en represalia, sea a prisioneros o a pue-
blos que se habían resistido a la conquista. Es decir, las agresiones contra la vida y la
salud, de cuya sistematización están llenos
Bartolomé de las Casas insistentemente los códigos penales de hoy, estuvieron a la
ha repetido que, fuera de los campos de ba- orden del día. Sin embargo, durante la con-
Para terminar, entre todas esas causas, La objeción grave y seria es que la cultura
¿en cuál ubicar el maltrato a los niños, pro- de la que formaban parte los europeos de la
bablemente con propósitos de represalia y conquista era milenariamente más avanzada
chantaje? Fray Marcos de Niza 427, por ejem- que la de los pueblos conquistados. Era, para
plo, vio en el Perú a los españoles: quienes gustan de usar tan absurda expresión,
una cultura “superior”.
tomar niños de teta por los brazos y [a-
rrojarlos tan lejos] cuanto podían. ¿No debía esperarse entonces un compor-
tamiento también “superior”? ¿No se nos ha
¿Exige acaso ese testimonio mayores a- repetido hasta el hartazgo que los conquista-
bundamientos? A todos estos respectos, Cie- dores eran católicos, apostólicos y romanos?
za de León 428, uno de los más conocidos cro- ¿Estaba ese descomunal, sofisticado y trucu-
nistas de los primeros años de la conquista, lento ensañamiento en el libreto de los cris-
dijo: tianos de los siglos XV, XVI, XVII y XVIII?
¿Estaba la venganza artera también en ese
[las crueldades de los pueblos de los An- guión?
des] son afirmaciones que los españoles
hemos hecho para encubrir nuestros ma- ¿Puede seguírsenos diciendo que, habien-
yores yerros y justificar los malos trata- do sido masiva y sistemática, con millones de
mientos que de nosotros han recibido. muertos, amputados y lisiados, se trató sólo
de hechos aislados y el resultado de la vio-
Es obvio que se equivocó Cieza de León. lencia incontrolable de unos cuantos desa-
Las crueldades y la violencia en la América daptados y sádicos conquistadores?
precolombina no son un invento gratuito de
los conquistadores. La violencia, incluyendo El historiador franco–peruano Frederic
la más brutal y despiadada, formó y formaba Engel nos recuerda que en su testamento Isa-
parte de la historia de estos pueblos quizá bel, la Católica, prohibió la venta como es-
desde la más antigua ocupación de estos te- clavos de nativos de las Indias 429; que el pro-
rritorios. pio Carlos V, en 1530, dio órdenes con el fin
de proteger a los nativos. Y que en 1537 el
Con casi cuatro mil años de antigüedad, Papa Paulo III hizo otro tanto. Que en 1542
en las piedras de Sechín, en la costa norte del se dieron nuevas leyes con carácter protector.
Perú, han quedado grabadas brutales escenas Y, finalmente, que en 1544 Felipe II insistió
del seccionamiento por mitad de guerreros en ese mismo sentido.
derrotados. Y hay innumerables testimonios
de violencia en la cultura Maya. Pero –en el supuesto que categóricamente
nos negamos a admitir, de que los reyes hu-
En los Andes, en diversos pueblos, junto biesen de buena fe dispuestos esas restric-
con los caciques muertos se enterraba vivos a ciones–, ¿ni Isabel, ni Carlos ni Felipe conta-
algunos de sus guardianes. Y las crueldades ban con la astucia de los conquistadores?
en que incurrieron los ejércitos inkas durante Éstos practicaron el viejo proverbio “hecha la
sus conquistas y en la guerra civil entre ley, hecha la trampa”. ¿No lo habían aprendi-
Huáscar y Atahualpa, fueron inauditas. Nadie do acaso de puño y letra de Isabel?
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