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NIÑEZ DESPROTEJIDA

El turismo sexual atrapa a 13 chicos por día en Argentina


(AW) Según un informe difundido por Periodismo Social, trece chicos
argentinos caen en las redes del turismo sexual por día. Las estadísticas
pertenecen a la Policía Federal y el modus operandi siempre es el mismo:
niños y adolescentes vulnerables, en situación de calle, son captados por
adultos en plena vía pública, y son llevados a hoteles.

Buenos Aires, viernes 02 de Abril de 2010 (Agencia Walsh)


Uno de los últimos casos fue denunciado al 102, la línea que el Gobierno de la Ciudad habilitó
para recibir denuncias de violación de derechos de niños, niñas y adolescentes. Una voz
anónima alertó que en la Plaza de la Estación Retiro, por donde pasan miles de personas cada
día, a pocas cuadras del microcentro porteño, alguien está entregando chicos a turistas en
hoteles de lujo.
La Policía concurrió al lugar, pero no encontró nada. Ya era tarde.

Denuncias como esa se reciben todas las semanas en esa misma línea. Y todas confirman eso
que el propio ministro de Justicia, Aníbal Fernández, aceptó recientemente: en nuestro país, la
explotación sexual comercial infantil ya ha dejado de ser un "fenómeno a prevenir" para
convertirse en una "realidad a combatir".

Según la Policía Federal, nota que publicó el diario Popular, por año cinco mil chicos, de entre
8 y 17 años, son atrapados en las redes del turismo sexual. Pero las cosas pueden ser más
graves aún: en esa fuerza de seguridad, afirman que "las cifras pueden llegar a triplicar ese
número". La confirman las organizaciones sociales, que también advierten: "Sin estadísticas
confiables, no se puede atacar el problema".

¿Y qué más dicen las estadísticas? El año pasado, el Gobierno porteño atendió 58 denuncias
de explotación sexual comercial infantil. Seis de cada diez de esos chicos residía en la ciudad y
al menos el 34 por ciento habían sufrido los abusos durante los dos últimos años. ¿Las
edades? Según la Oficina de Asistencia a la Víctima (OFAVI), de la Procuración General de la
Nación, los más afectados por este negocio ilegal son los chicos de entre 13 y 18 años.

Fernando Mao es coordinador nacional de la Red Alto al Tráfico y la Trata de niños, niñas y
adolescentes (Raat). Según explica, "en la Ciudad las víctimas tienen entre 11 y 16 años. Son
captadas por redes de delincuencia y sometidas a vender servicios sexuales. Recientemente
denunciamos, por ejemplo, que muchos chicos de la villa 21 fueron llevados para ser
explotados en una conocida cadena de hoteles internacionales". Y explica: "Es un fenómeno
multidimensional, ligado a la exclusión social, a la falta de salud, de educación, y de trabajo de
los padres. También a la desintegración familiar, la mala distribución de la riqueza, negligencia
estatal y el Estado que no se dispone a resarcir el daño".

Con ese diagnóstico coincide Marco Sotelo, especialista de Ecpat Internacional. Asegura que la
explotación sexual infantil "casi siempre viene asociada a la inequidad y/o a la pobreza, pero
también al consumismo imperante cada vez más en nuestras sociedades latinoamericanas. En
Argentina quizás las modalidades que más se han destacado por parte de las investigaciones
periodísticas o de otras fuentes son las de Utilización de Niños en Prostitución, Pornografía
Infantil y Trata de Niños con fines sexuales. Del Turismo Sexual no hay mucho material
documentado".

Una consecuencia directa de lo poco que se habla del tema. De lo mucho que se lo silencia.

Un código, una acción conjunta

El Código de Conducta, intenta promover y fomentar que las empresas de turismo adopten
acciones en contra de la Explotación Sexual Comercial Infantil desde una perspectiva de
Responsabilidad Social Corporativa.
La Argentina es el primer país donde interviene la Secretaría de Turismo en la promulgación
del tema. En el resto de los países se realiza a través de Organizaciones No Gubernamentales.

Según Sotelo, "el Código es un instrumento internacional, de adhesión voluntaria, que genera
un valor agregado para las empresas que lo firman, al ser percibidas como parte de una Red
en contra de la explotación sexual de los niños en el contexto de los viajes y el turismo. Se
lograría así tener al sector turismo más sensibilizado, capacitado y preparado para hacer frente
a la problemática de la explotación sexual. Todavía no se conoce de empresas que ya lo hayan
firmado en Argentina, pues recién se está iniciando su implementación desde el Estado".

Neuquén: una sospecha, una decisión

Las zonas de Cataratas y de la Triple Frontera, en Misiones, siempre fueron consideradas


"aptas" para la práctica del turismo sexual infantil. ¿Las razones? Una mezcla peligrosa de
pobreza, complicidad y ausencia de controles policiales.

Pero en los últimos años se registró una expansión hacia otras provincias. Una de ellas es
Neuquén, en la Patagonia Norte. Por ello, la Subsecretaría de Justicia y Derechos Humanos de
esa provincia elevó en los últimos meses a los intendentes y concejales de todos los bloques
de cada localidad una propuesta para proveer de herramientas conceptuales y específicas
tendientes a prevenir los delitos de explotación sexual comercial infantil en toda la provincia. Y
sugiere a cada municipio la creación de un registro de prestadores turísticos con inscripción en
el mismo de carácter obligatorio, para generar medidas para detectar, prevenir y proteger los
derechos de niños, niñas y adolescentes contra la explotación del turismo sexual infantil.
Además, establece que las empresas y prestadores deberán adherir al Código Ético Mundial
para el Turismo referenciado y elaborar y poner en marcha campañas de difusión respecto al
turismo sexual comercial infantil.

Y, también, obliga a que "luego de tomar conocimiento que turistas realizan prácticas de
explotación sexual comercial con niños(as) y adolescentes, las empresas deben realizar la
correspondiente denuncia penal ante el juzgado correspondiente o la denuncia a la Defensora
de los Derechos del Niño. Ambas pueden ser anónimas. Luego, se deberá proceder a la
inmediata clausura del local y la aplicación de multas. Por todo ello, sugiere la puesta en
marcha de campañas contra la explotación sexual comercial infantil".

Y si hablamos de Trata....

Pero no es el turismo el único problema a enfrentar a la hora de resguardar a los chicos de la


explotación sexual. Otro costado de esta industria ilegal y multimillonaria es la trata de
personas, es decir la "captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de
personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto,
al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o
recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga
autoridad sobre otra, con fines de explotación".

En el norte de Argentina se calcula que el 90% de los niños que desaparecen son secuestrados
para destinarlos al mercado de la pedofilia en Capital Federal. El cálculo lo hacen
organizaciones sociales que trabajan la problemática, porque los datos oficiales no existen.

Así lo explica Fabiana Tuñez, de Casa del Encuentro, una organización que lucha contra la
violencia hacia las mujeres, en Buenos Aires. "Nuestro país es una zona de origen, tránsito y
destino de trata de mujeres y niñas. El mayor flujo se da en las zonas de Misiones, en la
Mesopotamia, en el Noroeste, en la provincia de Tucumán, Gran Buenos Aires, Neuquén, Río
Negro, Santa Cruz y Mendoza. Pero no hay estadísticas oficiales sobre la trata de personas,
todas las estadísticas son las que generamos desde las diferentes ONGs que trabajamos el
tema. No hay una decisión real y profunda para acabar con estas redes, más que algunas
coberturas de los medios y la creación de la ley de trata, una ley absolutamente incompleta e
injusta. Porque, a pesar de que existe la ley, no hay un presupuesto verdadero para la
asistencia de víctimas y la prevención. Somos las ONGs las que debemos realizar la asistencia
a las víctimas".
Y ofrece números que dan dimensión del problema: "La trata es un negocio que mueve 32 mil
millones de dólares en el mundo y es el segundo negocio después del tráfico de armas. En
Argentina, hay más de 600 mujeres y niñas capturadas por redes o explotadas en burdeles y
estas estadísticas son las que realizamos las ONG, pero sabemos que hay más casos, porque
hay muchos que no se denuncian formalmente".

Marcelina Antunez trabaja en Luz de Infancia, una asociación civil de Misiones que trabaja por
la prevención y erradicación de la explotación sexual comercial infantil.

Asegura que "El fenómeno de la explotación creció mucho en los últimos tiempos. El nordeste
del país, la provincia de Misiones, son las zonas más vulnerables, pero muchos chicos son
llevados a prostíbulos de Buenos Aires. La explotación está avanzando por todo el país y se ve
favorecida por la situación social de pobreza, marginalidad. Hay múltiples causas, por ejemplo
el incremento de la pedofilia y el exhibicionismo en la Web. Y a esto se suma que los jueces,
policías y los políticos muchas veces son cómplices de las redes. La policía no hace nada, no
está capacitada. Sólo realizan allanamientos porque no les queda otra porque se realizan las
denuncias".

Frente a eso, poco se puede hacer. Y, de hecho, según las organizaciones sociales que
abordan el problema, poco y nada se hace.

"Hasta ahora hay una deuda del Estado en este sentido. Vemos con preocupación que no hay
un programa oficial de asistencia directa y reparación de daños de estos niños. No hay una
política pública comprometida, a todo con las leyes nacional 26.061 y la 114 de la Ciudad. Falta
convicción política para trabajar contra este tema. De hecho, todo el trabajo que hay al respecto
es de las organizaciones sociales. Nuestra red está conformada por unas 240 organizaciones.
Hace poco denunciamos la explotación sexual de chicos en un prostíbulo de San Pedrito y
Directorio, en la Capital Federal, y hemos sufrido amenazas. Denunciamos la complicidad de la
Policía, que hace ‘zona liberada' en estos lugares", asegura Fernando Mao, de Ratt.

De un poco de eso habla el informe, presentado en Buenos Aires en agosto pasado. Allí se
hace una radiografía de los obstáculos que impiden la lucha contra este problema en varios
países de la región, entre ellos Argentina. Habla de instituciones poco preparadas para
contener a las víctimas, poca articulación entre las dependencias estatales especializadas en el
tema, ausencia de estadísticas, cada vez más familias en situación de extrema vulnerabilidad
económica, escasos recursos logísticos y tecnológicos para enfrentar a las redes dedicadas a
este negocio, vacíos legislativos y deudas pendientes en la tipificación de los distintos delitos.

Frente a las críticas, el Gobierno nacional inició este mes en la ciudad misionera de Puerto
Iguazú la capacitación de las fuerzas policiales locales y federales para combatir en la
Argentina las redes de trata de personas. En esa ciudad, el ministro de Justicia Aníbal
Fernández, aseguró que serán inflexibles con los policías que estén sospechados de colaborar
con dichas organizaciones delictivas. "Los vamos a aplastar", dijo.

Y algo que no dijo: se necesita una acción de parte del Estado. Que dé una solución a las
-siempre según estadísticas de organizaciones sociales- casi 400.000 personas que estarían
siendo explotadas con fines sexuales y laborales en nuestro país.
Sin dudas, un número que espanta.
Una realidad que exige un compromiso urgente.

Fuente: RedAndi - Periodismo Social

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