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y en efecto, ella corresponde a los dogmas modernos; no hay distensiones, se usan todos los
barrs posibles en el pasaje, se cambia de posicin lo menos posible, y apenas se puede se
introduce la presentacin longitudinal. Adems, no es cmoda la posicin inicial requiere
una distensin interna entre 1 y 2 que no es exactamente natural desde el punto de vista
anatmico.
Otros inconvenientes de esta digitacin son:
Quiero sealar expresamente que si he escogido la digitacin de Chiesa como referencia para
este trabajo, es simplemente porque se trata de la edicin ms confiable disponible, editada
por alguien que se distingui como pionero y estudioso de la msica para guitarra del siglo
XIX. De ningn modo intento desvalorizar su labor: sin ella, no hubiera sido posible ni
siquiera acceder a una versin utilizable de muchas obras del siglo XIX, y se le debe
ciertamente gratitud. Pretendo solamente mostrar cmo los dogmas implcitos del
paradigma de digitacin moderno estorban para encontrar la digitacin probable de la
poca.
Ahora bien: qu sucedera si simplemente consideramos el texto de Paganini, e
intentamos encontrar una digitacin que sea funcional a la msica: una que permita que el
bajo de Alberti suene como acompaamiento, y que trasmita la peculiar intensidad y el
carcter serioso de esta meloda? Sorprendentemente, y de forma muy heterodoxa para las
costumbres de la poca, el nico lugar posible (aparte de la primera posicin, que hemos
descartado por otras razones) donde el bajo de Alberti es realizable como tal es en V
posicin. Si aceptamos esto, el dedo 3 queda libre, en la 3a cuerda, para el re de la voz
superior, y nos vemos obligados por la lgica instrumental a continuar la meloda por la 3a
cuerda. La presentacin de la mano izquierda se mantiene a lo largo de toda la escala
descendente y el barr (necesario en el segundo tiempo del segundo comps)
cae naturalmente. Eureka!.