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La obesidad y el sobrepeso se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser
perjudicial para la salud.
El índice de masa corporal (IMC) —el peso en kilogramos dividido por el cuadrado de la talla en metros
(kg/m2)— es una indicación simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para
identificar el sobrepeso y la obesidad en los adultos, tanto a nivel individual como poblacional.
El IMC constituye la medida poblacional más útil del sobrepeso y la obesidad, pues la forma de calcularlo no
varía en función del sexo ni de la edad en la población adulta. No obstante, debe considerarse como una guía
aproximativa, pues puede no corresponder al mismo grado de gordura en diferentes individuos.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el sobrepeso como un IMC igual o superior a 25, y la
obesidad como un IMC igual o superior a 30. Estos umbrales sirven de referencia para las evaluaciones
individuales, pero hay pruebas de que el riesgo de enfermedades crónicas en la población aumenta
progresivamente a partir de un IMC de 21.
Los nuevos Patrones de crecimiento infantil presentados por la OMS en abril de 2006 incluyen tablas del
IMC para lactantes y niños de hasta 5 años. No obstante, la medición del sobrepeso y la obesidad en niños
de 5 a 14 años es difícil porque no hay una definición normalizada de la obesidad infantil que se aplique en
todo el mundo. La OMS está elaborando en la actualidad una referencia internacional del crecimiento de los
niños de edad escolar y los adolescentes.
Además, la OMS calcula que en 2015 habrá aproximadamente 2300 millones de adultos con sobrepeso y más
de 700 millones con obesidad.
En 2005 había en todo el mundo al menos 20 millones de menores de 5 años con sobrepeso.
Aunque antes se consideraba un problema exclusivo de los países de altos ingresos, el sobrepeso y la
obesidad están aumentando espectacularmente en los países de ingresos bajos y medios, sobre todo en el
medio urbano.
• Exceso de peso
• Incremento de la grasa corporal
• Signos y síntomas de otros procesos patológicos asociados a la obesidad
• Vida sedentaria
• Problemas psicológicos. Depresión, baja autoestima, entre otros.
Diagnóstico: Es importante que todas las personas eviten ganar peso en forma
excesiva mediante recomendaciones dietéticas. El médico realiza una serie de pruebas para
dictaminar qué causa está desencadenando la obesidad y descartar posibles complicaciones
generadas por la obesidad, como:
• Diabetes
• Enfermedades cardiovasculares
• Alteraciones lipídicas: hipertrigliceridemias o hipercolesterolemias, entre otras
• Insuficiencia venosa periférica
• Problemas respiratorios
• Cáncer
• Colelitiasis y esteatosis hepática
• Hiperuricemia y gota
• Problemas psicológicos
Tratamiento:
Muchos países de ingresos bajos y medios se enfrentan en la actualidad a una doble carga de morbilidad:
Las iniciativas de la industria alimentaría para reducir el tamaño de las raciones y el contenido de grasas,
azúcares y sal de los alimentos procesados, incrementar la introducción de alternativas innovadoras,
saludables y nutritivas, y reformular las actuales prácticas de mercado podrían acelerar los beneficios
sanitarios en todo el mundo.
La labor de la OMS en materia de dieta y actividad física es parte del marco general de prevención y
control de las enfermedades crónicas que tiene el Departamento de Enfermedades Crónicas y Promoción de
la Salud, cuyos objetivos estratégicos consisten en: fomentar la promoción de la salud y la prevención y
control de las enfermedades crónicas; promover la salud, especialmente entre las poblaciones pobres y
desfavorecidas; frenar e invertir las tendencias desfavorables de los factores de riesgo comunes de las
enfermedades crónicas, y prevenir las muertes prematuras y las discapacidades evitables debidas a las
principales enfermedades crónicas.
Prevención
Debe comenzar en la primera época de la vida, identificando los sujetos de riesgo a partir
de una historia clínica detallada, en la que se consideran fundamentales los antecedentes
familiares. Como medidas preventivas, es importante fomentar la lactancia materna,
retrasar la introducción de alimentos lácteos en la dieta del lactante, promover campañas
de educación sanitaria con información dietética en la infancia y la adolescencia, y por
último fomentar la actividad física.