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EL SALTO CREATIVO
Material con fines exclusivamente didácticos
Tomado de: El salto Creativo de la Terapia Guestáltica.
Editorial Paidós. México. capitulo 2. Pp. 25-36
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A mis alumnos suelo decirles: "Consideren a la persona en la forma en que
mirarían una puesta de sol o una montaña. Reciban con placer lo que vean.
Acepten a la persona por lo que ella es. Después de todo, esto es también lo que
harían con la puesta de sol. No es muy probable que ustedes digan: ´Esa puesta
de sol debería ser más púrpuraµ, o ´Esas montañas deberían ser más altas en el
centroµ. Ustedes se limitarían a contemplar maravillados. Lo mismo sucede
cuando me encuentro frente a otra persona. La miro sin decirme: "Su piel
debería ser más rosadaµ o "Debería usar el pelo más corto". Esa persona es lo que
es.
El proceso creativo empieza por la apreciación de eso que está allí: la esencia, la
claridad, el impacto de lo que nos rodea. Me gustaría acercarme a la gente en la
forma en que Henry David Thoreau vio y comprendió a la naturaleza: "Los
brillantes colores otoñales son el rojo y el amarillo, y los varios tintes, matices y
sombras de éstos. El azul está reservado para el color del cielo; el amarillo y el
rojo, en cambio, son los colores de la flor-tierra. Cada fruto, al madurar, y
apenas antes de caer, adquiere un tono brillante. Así. Las hojas: así también, el
cielo antes de concluir el día«".[1]
Como el poeta, el terapeuta es capaz de apreciar en iodo su alcance la vida que
lo rodea, y ello incluye el paisaje que forman la existencia de su paciente, su ser
físico, sus muecas, su postura y su andar. Para ayudar a alguien ustedes deben
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amarlo en forma básica, simple. Deben amar a la persona que tienen enfrente,
no un objetivo que proponen para ella. No es posible amar imágenes futuras de
otro sin ausentarse de la persona que está sentada enfrente.
Voy a mi estudio para pintar. Al llegar allí comprendo que no tengo ganas de
pintar. Entonces me ocupo en fruslerías. Limpio pinceles, o preparo telas, o miro
figuras de revistas. Hago las cosas que me resultan posibles en ese momento y
me dejo tiempo para construir mi imaginería y mi impulso, hasta sentirme listo
para hacer algo. Tal vez sólo sea una figura para recortar en papel. Pero eso es
todo cuanto yo puedo hacer en ese punto de mi proceso creativo.[2]2
No se puede "ir contra la corriente" para hacer arte. Y así me sucede como
terapeuta. El cliente debe ser llevado a lo largo de una serie gradual de
experiencias antes de que esté en condiciones de captar un nuevo concepto de sí
mismo y avanzar, mediante su propia conducta, en esa dirección. Usted puede
ordenar al cliente que haga una u otra cosa por usted, y él incluso puede
cooperar, pero si en él no se ha operado el proceso de crearse su propia
(p.26)disposición a hacerlas, no se obtiene nada importante, aparte, tal vez. de
embarcarse en una discusión, o deprimirse, o sentir que, como quiera que sea,
no nos comunicamos uno con el otro. Gran parte de la terapia consiste en
alimentar el fuego, nutrir un tema particular, construir apoyos en zonas de
verbalización o de acción donde se necesita apoyo. Es como preparar la tela y
limpiar los pinceles.
En psicoterapia, otra parte del proceso consiste en permanecer abierto a las
muchísimas posibilidades que se presentan a la persona o al grupo. Cada
hipótesis, o intercambio o experimento nuevo debe ser considerado una
exploración, una posibilidad que, si "prende" en la persona, se abrirá paso
progresivamente hacia las capas más profundas de su ser.
Por más que yo pueda contemplar dos o tres resultados hipotéticos del proceso,
no puedo exprimir a mi cliente, por así decirlo, para obtenerlos. Debo estar
dispuesto a contar cada arbusto y cada guijarro del camino para alcanzar el
colorido y la vivacidad de la urbe. Cuando al cabo de tan respetuoso viaje la
persona llega a su resolución, ella, su grupo y su terapeuta alcanzan una
comprensión y una satisfacción completas y patentes. Nacer de nuevo lleva
tiempo. Ser una buena partera exige paciencia.
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La psicoterapia es el proceso viviente de atizar los fuegos interiores -fuegos de
conciencia y contacto- del cliente. Supone intercambiar energías con éste,
intercambio que estimula y nutre a la otra persona, sin agotar la vitalidad y la
fuerza de uno mismo.
Para que una persona "trabaje" en terapia y. en consecuencia, practique ese
intercambio, necesita energía. Por lo general, posee energía suficiente para
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venir a mi consultorio o sumarse a un grupo de fin de semana, pero ello no
garantiza que tenga energía como para trabajar sobre sí mismo. A menudo esa
energía está encerrada en la frigidez muscular (o sistémica) de la estructura de
su carácter o. como muchos prefieren entenderlo, en sus "resistencias". En rigor,
no hay diferencia funcional o estructural entre frigidez de carácter y resistencia.
Resistencia es lo que el terapeuta experimenta. El paciente sólo es la persona
que cree ser: su experiencia es la de cuidarse a sí mismo.
En consecuencia, la energía de la persona y el punto focal de esa energía pueden
no hallarse en su conciencia, o bien ser experimentados bajo una forma negativa;
por ejemplo, tener conciencia de la rigidez de una rodilla o de un dolor en el
pecho.
Es tarea del terapeuta localizar, movilizar y modificar esa energía para ponerla
al servicio de una conducta nueva, más adaptable y fluida, En mi trabajo con
estudiantes de terapia he comprobado cuan importante resulta enseñarles a
emplear sus ojos y manos para determinar dónde la energía del paciente se
manifiesta abiertamente y dónde está bloqueada. A menudo ambos fenómenos
pueden darse en la misma persona al mismo .tiempo. Por ejemplo, puede sentir
gran vitalidad en lo alto del pecho, pero sentirse bloqueada en la pelvis, o bien
experimentar gran fluidez en la pelvis y una rigidez de máscara en el rostro.
En un ejercicio que practico con los estudiantes de terapia, los divido en (p.27)
parejas y hago que cada uno observe silenciosamente al otro en busca de áreas
donde la energía que afluye a éstas se expresa o está bloqueada. El investigador
debe ponerse de pie y caminar en tomo de la persona a la que observa, o pedirle
que se mueva en determinada forma, de modo que él pueda emplear a fondo sus
facultades de observación. Incluso puede palpar ciertos grupos musculares para
establecer si su experiencia visual coincide con lo que la persona parece sentir.
Yo estimulo al estudiante de terapia a dar rienda suelta a su audacia, a suponer
que ahora es capaz de ver y sentir mucho más que lo que él se permitía a si
mismo ver y sentir en el pasado. Al cabo del período de observación, pido al
estudiante que escriba sus observaciones y a continuación indague, mediante
preguntas relativas a la conciencia que el cliente tiene de su cuerpo, dónde
están los puntos en que siente fluir por su interior la energía vital y dónde
aquellos en que la siente contenida, o congelada, o bloqueada.
Si bien aquí surge el problema del tiempo que transcurre entre observación e
indagación, el terapeuta recibe una oportunidad de investigar y poner a prueba
su propia capacidad para localizar y evaluar sistemas de energía. El ejercicio
brinda al estudiante una confirmación de su capacidad para ver, y a menudo me
han sorprendido la sensibilidad y la capacidad visual enormes que el terapeuta
puede ejercitar con sólo observar la forma en que una persona respira o la
rigidez con que articula los músculos de su rostro. Cuando el estudiante-cliente
empieza a responder, realimentando el proceso con su propia información, se
opera un vivo intercambio de sentimientos e ideas acerca de su experiencia
interior. Tal es el punto donde puede comenzar el trabajo.
La segunda parte del ejercicio involucra "calentar" la musculatura donde se halla
bloqueada la energía y prepararla así para que se exprese en la sesión de
terapia. El estudiante-cliente puede para ello frotar partes de su cuerpo, o
recurrir a una toalla caliente o una almohadilla calefactora.
La siguiente etapa de trabajo en este ejercicio es decisiva, pues supone pedir al
estudiante-paciente que adquiera conciencia de destellos de recuerdos o
sentimientos que puedan alojarse en algún sitio particular de su cuerpo. Tales
sensaciones pueden facilitarse solicitando a la persona que exhale en el interior
de aquella parte de su cuerpo que siente rígida o congelada, o imprimiendo
movimiento físico a dicha parte.
La imagen o sensación se transforma en vocalización, grito, andar, correr, saltar,
arquear la espalda, doblarse, golpear almohadas, o en alguna de las clásicas
posiciones de tensión creadas por Alexander Lowen, en las que el individuo toma
conciencia de la cantidad de energía que vibra dentro de su cuerpo. Se trata de
un proceso consistente en convertir sistemas de tensión en .acciones claras y
fluidas[3].
A los estudiantes se les enseña también a trabajar contra una resistencia opuesta
a tal o cual movimiento muscular pleno de contacto. Trabajar contra resistencia
forma parte central de todas las terapias dinámicas; se enseña al estudiante a
sentir amistad por la resistencia, en vez de sentirse frustrado por la falta de
cooperación de la persona. Las resistencias surgen con naturalidad en muchos
aspectos de este ejercicio, y yo estimulo al paciente a fluir junto con la
resistencia, a descansar sobre ella, a exagerarla. La exageración de estados de
(p. 28) tensión presentes en las articulaciones, la pelvis o el ano, por ejemplo,
llevan por lo general a una expresión positiva más completa del movimiento en
esas partes del cuerpo[4].
Finalmente, se permite al estudiante-paciente descansar y sentirse físicamente
confortado. Si ha estado golpeando una almohada y moviendo su espalda como se
mueve un látigo, puede aplicársele en esa zona una toalla caliente para darle
bienestar, evitar la futura aparición de rigidez muscular y facilitar un sentimien-
to de proximidad entre terapeuta y paciente como socios en una empresa de
creación. La toalla caliente, además, refuerza de manera positiva los esfuerzos
del paciente por tomar pleno contacto con su energía, su excitación y su
expresión física.
Aunque gran parte de la terapia se funda en el intercambio verbal, con
frecuencia el paciente pone escasa energía en sus verbalizaciones: éstas se han
convertido en cintas magnetofónicas del hábito, bien ensayadas e impenetrables.
El terapeuta cae con frecuencia en la trampa de canjear con el cliente palabras
estériles, que vacían de energía, de lo que resulta un sentimiento de pesadez e
incluso de depresión tanto para el terapeuta como para el paciente. El paciente
hace lo que le resulta más fácil, pero el terapeuta no puede permitirse ese lujo,
por la simple razón de que ello lo alejaría cada vez más de la vitalidad misma del
paciente, es decir, de aquel sector donde la acción realmente se desarrolla en el
campo terapéutico.
Converso con Isabel. Se siente aplastada e inmovilizada. Piensa que, en este
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mundo competitivo, no puede sobrevivir. Insiste en lo mismo. Empiezo a
sentirme agotado. El vaciamiento de mi energía me dice que el sistema de
energía de Isabel está congelado y que ella absorbe sustento de mí. Es el
momento en que dejo de atender a sus palabras y observo su cuerpo. Sus brazos
y piernas parecen abotagados y rígidos. Cuando le llamo la atención sobre su
cuerpo, dice: "Siento tiesos mis brazos y mis piernas."
Llegados a ese punto, le pido que se imagine qué podría hacer con sus
sensaciones, cómo podría usar los músculos que siente duros. Me relata una
imagen en que alguien corre; le pido que cierre los ojos, se remonte al pasado y
visualice esa experiencia. Resulta la siguiente historia. Isabel tiene diez años.
Está en un campamento y se disputa una carrera. Todas las niñas de su carpa
creen que ella obtendrá la victoria para la carpa. Ella se siente sometida a
creciente presión, teme fracasar y, finalmente, no gana la carrera para su carpa.
Después de narrar el episodio, Isabel empieza a tomar contacto con la aversión
que le inspiraron sus compañeras de campamento por presionar sobre ella y
llevársela por delante. Le pido que trate de utilizar sus brazos y piernas (donde
está congelada la energía) para dar salida a su ira contra algunas grandes
almohadas. Isabel cobra entonces fuerte impulso, muy dispuesta a expresar su
cólera. Asesta a las almohadas repetidos puntapiés y golpes de puño; cuando
grita a los niños, su voz se vigoriza. Vuelve a la silla con la respiración
entrecortada: "Me siento tan libre y fuerte. Me parece que puedo salir y hacer lo
que necesito para mí misma. No voy a dejar que los demás me pisoteen." (p.29)
La energía congelada de Isabel se liberó y se movilizó al servicio de la
adaptación, la fluidez de comportamiento y un sentido general de bienestar. Mi
gratificación no solo consistió en sacarla de su atascamiento: además, yo mismo
me sentí reavivado y menos exhausto.
Si no se puede localizar la energía en parte alguna de la persona, entonces es
posible "insuflársela". En cierto caso, pedí a mi paciente que corriera en círculos
por la habitación. Me dijo que le resultaba tonto, de modo que le ofrecí correr
con él. Corrimos juntos durante unos cinco minutos, hasta que volví exhausto a
mi silla. Pero mi paciente se había reanimado y empezó a exponer un grave
problema donde intervenía su sexualidad. Al parecer, el correr había estimulado
sus sensaciones sexuales, así como sus ansiedades de ese orden.
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Si no puede localizarse la energía en parte alguna de la persona, entonces es
posible
"insuflársela".
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Yo: Ernesto, mire a Liliana y trate de relajar su cuerpo entero mientras la mira.
Ernesto: Liliana, ¿tiene inconveniente en que experimente con usted?
Liliana. De ningún modo. Hasta ahora me va gustando, me parece«
Ernesto (a mí): Tengo una sensación rara en el estómago. . .
Yo: ¿Le cuesta tragar lo que está viendo?
Ernesto: No pensaba mirar en esa forma.
Yo: Siga mirando a Liliana y asimilando solamente lo que guste a sus ojos. (p.31)
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No tiene por qué tragar lodo lo que vea. Debe controlar su propia mirada.
(Larga pausa mientras Ernesto mira.)
Ernesto: Empiezo a sentirme más cómodo mirándola, Liliana.
Liliana. Bueno, me alegro, porque estaba empezando a sentirme nerviosa. . .
como un objeto de museo.
Yo: Ernesto, ¿miró usted a Liliana en esa forma? Dígaselo a ella.
Ernesto: Bueno, al principio la miré, por así decirlo, objetiva y críticamente. Tal
vez fue eso lo que usted sintió. La mire en la forma en que mi madre podía
mirarme a mí, "La blusa no va con el color de esa falda", me dije, Ahora no estoy
mirando así.
Yo: Podría tal vez compartir con Liliana la forma en que la está asimilando ahora?
(Larga pausa.)
Ernesto (a Liliana): La estoy mirando como si mis ojos fueran más suaves. Tiene
una hermosa figura. Sus ojos me gustan mucho; parecen muy oscuros y
profundos. Puedo imaginarme el sabor que tiene. Es como si pudiera saborearla.
Creo que tiene sabor a miel, pero con un matiz agrio. Una sensación muy
agradable, en verdad. Me alegro de haber seguido mirándola. Quiero hacer esta
prueba con María.
Este experimento fue un salto creativo que Ernesto dio entre la mera
conversación acerca de su madre y un encuentro activo con una mujer de carne y
hueso que integraba el grupo.
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Un hombre dice que tiene un problema con su hijo. En consecuencia, yo pienso a
ese hombre como maestra, como niñera, como animal que tiene cría; lo pienso a
él como niño. Tal vez yo debería inducirlo a portarse como si fuera él ese niño
que le trae problemas a ver qué sucede, pues ya sé que su contexto, su
metáfora-y su enfoque literal, ajeno al juego, no le sirven, y que ésta es la razón
por la que recurre a mí.
De modo que él juega como ese niño que insiste en hacer "cosas malas" para
llamar la atención. Después dice: "Papa, quiero que me lleves contigo en tu
(p.32) próximo viaje." Al formular esta declaración, comprende que, en cierto
nivel, él no ha escuchado antes a su hijo y que, en otro nivel, está descuidando,
en su propio interior, la voz del niño que él mismo es. Esa nueva metáfora, en
virtud de la cual el hombre mismo es un niño, termina por tornarse más útil que
lo que yo esperaba al principio, pues él empieza a comprender el aislamiento, la
soledad y la ira de su hijo.
Con este hombre no empecé por darle una respuesta: me limité a proponerle una
nueva manera de experimentar su particular dilema. No hay magia alguna en
ello; sólo hay una suerte de audacia intelectual emotiva que encamina los datos
por un canal conceptual distinto y permite a la persona examinarlos como desde
un principio.
Un hombre me relata una historia muy seria, y en ese momento su rostro es una
máscara, o su voz suena quejumbrosa, o está encogido sobre sí mismo, o sudando
a mares en un ambiente de aire acondicionado, y demás. Mientras yo pueda
seguir allí escuchando mis propias músicas, viendo mis propias alucinaciones e
inventando mi propio humor particular, sin caer en el limitado punto de vista que
la otra persona tiene de la situación, yo permanezco vivo y el otro tiene una
posibilidad de advenir a la vida al trasladarse a un nuevo canal de sí mismo, al
verse en un espejo totalmente nuevo[8]. Uno debe mantenerse a distancia de la
perspectiva del paciente, o del material que éste elabora, para que su propia
conciencia pueda iluminarse[9].
Para crear metáforas nuevas uno debe también cobrar distancia respecto de las
propias necesidades: necesidades que limitan el propio alcance intelectual,
necesidades de éxito, de aprobación o de satisfacción sexual. Si quiero inventar
nuevos contextos para la otra persona debo aprender a escuchaba sin querer, a
tocarla sin desear, a amarla sin estrujar, a mirarla fijamente sin manifiesta
pedantería. Esta libertad interior es lo que permite la creación, para mi pacien-
te, para mí mismo y para ambos cuando nos encontramos uno al otro, de canales
de experiencia no explorados aún.
En suma, el proceso de la terapia guestáltica no consiste sólo en la continua
invención de nuevos modos de verse a sí mismo. También consiste en poner a
prueba continuamente, mediante el comportamiento, esos modelos innovadores,
en las condiciones de seguridad que brinda un medio tolerante para con la
actitud creativa.
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Otra parte del proceso creativo es, en la terapia guestáltica, la integración de
polaridades dentro de la personalidad del paciente[10]. Con frecuencia nos
identificamos con una característica y no con la opuesta; es decir, me veo
pacífico y no agresivo, o hiriente y no generoso, u honesto y no tortuoso.
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(p. 33)
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movimiento fluido involucra la compleja cooperación de grupos musculares que
se oponen entre sí. De no suceder así, una persona se tornaría gelatinosa, o bien
congelada e incapaz de desarrollar una actividad altamente diferenciada.
Una de las polaridades centrales de nuestra existencia es la de "estabilidad
contra cambio", o sea, necesidad de saber contra miedo de saber. Nos guste o
no, somos seres sujetos a hábitos y de conducta repetitiva. Constantemente
luchamos por mejorar nuestra suerte y modificar nuestro futuro. Gran parte de
(p. 35) nuestra energía se consume en la tensión entre esas dos fuerzas. Y toda
terapia que se propone modificar el comportamiento debe enfrentar ese
fenómeno polar partiendo de la base de que está en el primer plano de la
conducta. Es razonable, pues, considerar que, nos dirijamos ya al lado
"cooperativo", ya al lado "'resistente" de la persona, tendemos a movernos hacia
el centro de sus motivaciones. Todas las partes y fuerzas de la persona se
conectan hacia su integración recíproca y cada uno de sus aspectos, por pequeño
que sea, nos conduce hacia un sentido más completo de la persona entera.
Fin capítulo 2
BIBLIOGRAFIA:
El salto Creativo de la Terapia Guestáltica.
Editorial Paidós. México. Cap. 2 Pp. 25-36
[1] Citado en Lhot Porter In the Wilderness is the Preservation of the World. San
Francisco. Sierra-Ballantine,1962.
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[2] A quien desee mayor información sobre como activar el proceso creativo, les
sugiero leer de Frank Baron Creative Person Process. Nueva York. Holt, Rinchart
y Winston.1969, y de Arthur Koestler: The Act of Creation. Nueva York. Dell,
1964. Hay versión castellana: El acto de la creación. Buenos Aires. Losada.]
[3] A. Lowen: The Betrayal o{ the Body. Londres, Collier Books, 1967
[4] Esta tarea recibe el nombre técnico de "la desatadura de las retroflexionesµ.
En la retroflexión, la persona imparte rigidez a una parte de sí misma, en vez de
emplear esa parte para manifestar un sentimiento a otros.
[5] Tomi Ungerer The Underground Sketchbook of Tomi Ungerer. Nueva York.
Dover Publications, 1964.
[6] Como lectura sobre la retroflexión sugiero, de Irving y Miriam Polster: Gestalt
Therapy Integrated. Nueva York. Bruner/Mazel. 1964.
[7] La parle inicial de mi trabajo con Ernesto ha sido descrita en el Capitulo I.
[8] W. Gordon: Synectics. Nueva York. Collier Books, 1961. [Hay versión
castellana: Sinéctica: el desarrollo de la capacidad creadora. México, Herrero
Hnos.)
[9] Ram Dass: The Only Dance There Is. Nueva York, Anchor Books, 1974.
[10] Mayor información sobre las polaridades en terapia guestáltica, puede
hallarse en un trabajo de Rainette Fantz que se intitula: "Polarities:
Differentation and Integración" (Instituto Guestáltico de Cleveland, 1973).
[11] K. Goldstein: The Organism. Boston, Beacon Press, 1963.
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Tomado de CASTANEDO, Caledonio (1982) Psicoterapia Gestalt. Editorial Texto:
Costa Rica. Parte B, del Capitulo VIII.
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En lo que se refiere a las técnicas que aquí se describen y otras muchas que
existen y que pueden ser creadas, se requiere comprenderlas, sin necesidad de
memorizarlas. Si el terapeuta las memoriza las personas que siguen estos
ejercicios se darán cuenta que el facilitador lleva encima una máscara rígida
percibiendo inmediatamente que el terapeuta no está sintiendo lo que dice. Al
utilizar técnicas vivenciales el terapeuta debe desarrollar su propio estilo de
intervención por medio de reflexiones personales que procedan de sus esfuerzos
creativos. Varios autores, tanto de la Terapia Gestalt (Perls, Zinker), como de la
Terapia Familiar (Bélanger y Chagoya, Satir), han enfatizado el uso inadecuado
de técnicas que hace la gente que simplemente reproduce lo que ha leído. Al
respecto Bélanguer y Changoya 5 advierten sobre los peligros que conlleva el usar
las técnicas que ellos describen en su libro exactamente como ellos las describen
en su intervención con la familia, Virginia Satir considera que:
Por último se recuerda que todos estos ejercicios deben aplicarse al grupo en el
momento en que éste lo necesite; el facilitador decidirá cuándo se da ese
momento. Por lo tanto se debe evitar hacerlos en forma mecánica, como simples
técnicas, como si fueran "recetas psicológicas". Por otra parte el Facilitador
pondrá en las vivencias su propio estilo y su creatividad para modificarlas.
Abrir el Taller
Para que un grupo tenga claro cual es el compromiso que adquiere al seguir un
Taller o Maratón de Terapia Gestalt es conveniente que el terapueta comience la
sesión de grupo de este modo:
Conocer a otras personas del grupo: Al inicio de un Taller, después que todos los
miembros, sentados en círculo, se han presentado, miren cada uno alrededor del
círculo y elijan a la persona que no conozcan bien, que no conozcan del todo o
que desearían conocer aún mejor. La consigna es que usted puede hacer lo que
desee y lo que el otro le permita para conocerle excepto hablar. Descubra al otro
explorando sensorialmente (tocando, saboreando, oliendo, levantándolo,
bajándolo, bailando, etc.). Después de unos minutos cambien y repitan el
ejercicio; el que fue explorado se convierte en explorador.
a) Cambio de sexo y de raza: Acuéstese en el suelo, boca arriba, con los ojos
cerrados, deje su mente vagar y detecte cualquier tensión que pueda tener su
cuerpo. Enfoque ahora la atención en su respiración y concéntrese en lo que voy
a decir: Todos tenemos una imagen preconcebida de cómo somos y quienes
somos, y también de cómo son las cosas que nos rodean. Esa imagen puede ser
cierta; sin embargo en cierto modo las imágenes son fantasías. Hay aspectos de
la persona que no coinciden con esa imagen; si Ud. logra "despegarse" de lo que
piensa que Ud. es, puede llegar a descubrir sus partes desconocidas o alienadas.
Enfoque de nuevo la atención en su respiración que fluye pausada y suave,
céntrese en todos los detalles de la misma; el aire penetra pos u nariz, después
pasa por su garganta y llega a sus pulmones. En todo este proceso de la
respiración su vientre se contrae y se expande al respirar. Ud. se da cuenta de
que el aire penetra lento en sus pulmones y luego se retira de ellos.
Imagínese Ud. ahora que es lo contrario a lo que Ud. realmente es; si es Ud. un
hombre se imagina que es una mujer, y viceversa. ¿Cómo percibe Ud. su cuerpo
ahora teniendo el sexo opuesto del que tiene? ¿Cómo se siente teniendo el sexo
contrario?, ¿Qué partes de su cuerpo han cambiado? Invierta el proceso y vuelva a
ser lo que Ud. es. ¿Cómo se siente ahora con su propio sexo?, ¿Con la vivencia
tuvo experiencias agradables o desagradables?
De nuevo concéntrese en su respiración e imagine que el color de su piel ha
cambiado. Si Ud. es blanco se imagina que su piel es negra, y viceversa si es Ud.
de reza negra. ¿Cómo es su cuerpo ahora siendo de diferente color? ¿Cómo se
siente teniendo un color de piel diferente? Ahora vuelva a su cuerpo real y al
color que tiene su piel. ¿Cómo se siente ahora con el color de su piel?
Abra los ojos y comente la experiencia con el grupo, en presente usando la
primera persona, relatándolo como si estuviera sucediendo ahora.
Objetivos de la vivencia: esta vivencia sirve para tomar contacto con el "darse
cuenta" interno; identificar si algunas cosas y sucesos son en realidad lo contrario
de como lo percibimos; descargar temporalmente cosas preconcebidas y
prejuicios; vivenciar sentimientos de ser diferente; tomar contacto e con el self,
al darse cuenta de cómo se siente al tener un sexo y raza diferente.
c) La vela: Este ejercicio sirve para tomar consciencia de lo que ha sido y hecho
hasta ahora y redecidir que hará en el futuro. Todos sentados en circulo a
oscuras y con una vela encendida en una mano repitan: "Yo soy esta vela, yo soy
una vela. Siento que mi vida se esta quemando y consumiendo como esta vela.
Siento que he vivido hasta ahora sin dar mucha luz a mi vida, que tengo varias
cosas que redecidir cómo son..." (Aquí cada uno redecide su decisión).
d) Tengo un secreto: Cada persona del grupo escribe en un papel un secreto que
aún no ha confesado a nadie. El papel sin nombre y sin firma lo deposita en el
suelo, en el centro del grupo. Después que todos han colocado su hoja de papel,
cada miembro tema una de ellas y lo lee en voz alta. El grupo puede comentar su
contenido.
e) Caminar: Cada miembro del grupo camina unos minutos alrededor de la sala y
al final hace un movimiento que desea hacer en ese momento; los restantes
miembros del grupo se mantienen sentados y le ven caminar. Después otra
persona del grupo lo imita en su caminar y en el movimiento final que hizo. El
ejercicio lo hace dos veces cada participante; una caminando y otra imitando.
Estos dos últimos ejercicios sirven para darse cuenta de cómo se siente una
persona la dar y recibir aprecio, además que permiten compartir y comunicar
experiencias.
Fantasía dirigida:
Sentado en posición de yoga con los ojos cerrados, respire profundamente
reteniendo la respiración y expulsándola después, durante tres veces. Ahora
imagine el espacio que ocupa el cerebro en su cabeza y la dimensión de los dos
lados de su cerebro: el hemisferio cerebral derecho y el izquierdo. Después
focalice su atención en el ojo izquierdo y todo ese hemisferio; luego haga lo
mismo con el derecho. Después imagine el número 1 en el hemisferio izquierdo y
la letra A en el derecho. luego el número 2 en el lado izquierdo y la letra B en el
derecho. Después el número tres en el izquierdo y la letra C en el derecho. Luego
una fresa en el izquierdo y en el otro un pino. Después un coche a alta velocidad
en el izquierdo y que degusta su helado favorito en el derecho.
Ahora imagínese con todo su cerebro una nube que puede transportar su cuerpo.
Usted se sube en ella y lo lleva a donde usted desee y luego lo deposita
suavemente en esta sala. Abra ya los ojos.
Revivir lo vivido: Con los ojos cerrados y a oscuras haga primero una relajación
tumbado, de la cabeza a los pies, sintiendo el bienestar que produce el "darse
cuenta" al tomar contacto con las partes del cuerpo y la relajación muscular.
Después recuerde las imágenes que le vengan a su mente de cuando tenía 0 y 3
años; evoque tanto los mementos agradables como los desagradables y viva la
emoción de esos momentos.
Luego recuerde lo que vivió entre los 3 y 6 años; de nuevo evoque los momentos
existenciales y si tiene necesidad de manifestar alguna emoción hágalo. Después
pase de 9 a 12 años y luego de 12 a su edad actual.
Abran los ojos y comenten en grupo.
La playa y los baldes: Tumbado en el piso de la sala con los ojos cerrados imagine
que e encuentra en una playa. Elija la playa que conozca y que más le agrade, en
la cual le gustaría estar en este momento. El día es maravilloso, con un
espléndido sol que calienta su cuerpo y una ligera brisa que le acaricia. Usted se
siente bien tumbado en la arena, con dos baldes, uno a cada lado de su cuerpo.
En uno de ellos tiene depositadas todas las cosas personales que usted desea
conservar, identifíquelas. En el otro deposita todas las cosas que usted desea que
desaparezcan de su personalidad; identifíquelas.
Se levanta y toma los dos baldes, uno en cada mano, se acerca a la playa y lanza
al agua, con todas sus fuerzas, las cosas que quiere que desaparezcan. Después
el otro balde con las cosas que desea conservar se lo echa encima para que le
entren por la cabeza. Ahora abra los ojos y comente en grupos de cuatro la
experiencia vivida.
Deflexión: Cierre los ojos y busque una posición corporal cómoda. Imagínese que
es una flor, identifique que clase de flor es. Suponga que ahora lo toman y lo
colocan en la tierra de una maceta y después lo llevan a una floristería y lo
colocan en el mostrador; al tomar alguien la maceta se le cae al suelo y se
rompe: ¿qué dice Ud.?, ¿Qué siente Ud.?
Después de un fuerte viento muy suave de primavera, lo trae de nuevo a esta
sala. Ahora voy a contar hasta diez, cuando llegue a cinco cuente conmigo en voz
alta y cuando llegue a diez abra los ojos.
Proyección
Confluencia: Con los ojos cerrados y todos los participantes sentados en círculo.
Ahora vamos a hacer un viaje de fantasía. Primero es necesario que usted relaje
los músculos, permítase integrar el sentirse completamente relajado. Tome
conciencia de su cuerpo relajado. Ahora le voy a tomar a usted en un viaje de su
propia fantasía. Quiero que usted realmente vea, sienta y experimente todas las
escenas o imágenes que yo le sugiera.
Usted y yo, solamente los dos, vamos a sentarnos en una colina. Estamos en una
pradera verde. Hay muchas flores a su alrededor. Vea las flores. Huela el aroma,
si fragancia. Sienta cómo le tocan y usted las toca. Delante de nosotros hay un
sendero. Yo tomo su mano y comenzamos a caminar juntos por ese camino,
bajando por la colina. El cielo está azul. Se siente el calor del sol. En el cielo se
mueven las nubes blancas. El aire es fresco. Caminando llegamos a una cerca de
arbustos. Sienta el arbusto que lo acaricia. Ahora vemos un muro de piedras. Nos
sentamos juntos en él un momento. Respire hondamente y sienta su respiración.
Nos levantamos y seguimos caminando juntos por el sendero. Hay un pequeño
arroyo o riachuelo en frente de nosotros. Continuamos por otro pequeño sendero.
Cruzando el bosque vemos una gran montaña con una enorme piedra en lo alto.
Comenzamos a escalar la montaña. El camino comienza a ser rocoso. Hay
arbustos y árboles pequeños alrededor de nosotros. Trepar se hace cada vez más
difícil. Paremos un momento para descansar, para respirar. Sigamos ahora. Ya
vislumbramos la roca. Hay un gran agujero en ella. Es una cueva. Nos dirigimos
hacia ella y nos paramos en la entrada un momento. Ahora entramos en la cueva.
Adentro usted encontrará todo lo que venía buscando desde tan lejos. Quiero que
usted identifique qué es. Sea lo que sea, haga lo que usted quiera con lo que
encuentre. Ahora le voy a dejar a usted solo aquí en la cueva para que haga lo
que desee con lo que encontró. Cuando termine vuelva solo al punto de partida.
Abra entonces sus ojos y siéntese, así sabré que usted ya está de vuelta.
c) Caminar frente a frente: Dos personas paradas en cada uno de los extremos de
la sala, uno frente al otro los dos caminan lentamente mirándose a los ojos y se
detienen cada uno cuando encuentra que está al límite del contacto con el otro.
Al pararse dése cuenta de cómo siente la distancia con la otra persona. ¿Cómo
están sus emociones internas? ¿Qué postura corporal tiene Ud.?.
Comente su experiencia con el grupo y deje que los observadores le
retroalimenten con lo que han observado de Ud. y en la otra persona ¿Cómo les
ha percibido? ¿Quién de los dos dejó de caminar antes? ¿Qué posición tenían sus
cuerpos?
Ensayo y angustia: Cierren los ojos y mantengamos cerrados hasta que les diga de
abrirlos. Dentro de tres minutos le pediré a alguno de Uds. que se levante y
delante del grupo hable de sí mismo, entando en detalles de su vida y
relatándolo con sinceridad. Quiero que Ud. imagine que va a ser la persona a la
que llamare dentro de unos minutos. Mientras tanto, usted tiene la oportunidad
de ensayar lo que va a decir. Imagínese que está realmente hablando al grupo de
usted mismo. ¿Qué diría de usted mismo?. Ahora tome contacto con las
sensaciones y emociones de su cuerpo. ¿Qué sensaciones experimenta? ¿Qué tipo
de tensión, nerviosismo o excitación siente? Permanezca en contacto con su
cuerpo y note los cambios que experimenta mientras yo le digo que no voy a
pedir a nadie que hable de sí mismo al grupo. ¿Como se siente ahora? ¿Qué
sucede con su cuerpo ahora? Abra los ojos.
Antes de llegar a la frase final del Taller (cierre) es conveniente comentar con
las personas del grupo cómo se ha sentido cada uno de los, tomando como
referencia el ciclo del self. Este ciclo del self de cada persona consta de cuatro
elementos o áreas: cognitiva, física, emocional y espiritual (Fig. 7) Considerando
estos cuatro elementos de la personalidad, responda a las siguientes preguntas
relacionándolas con la vivencia completa del Taller:
----------------------
[1] Unirse, adaptarse, imitar: los indecisos se alinearon con los más numerosos
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Publicado por TERAPEUTA GESTALT INTEGRAL AVR_MX en 11:42 0 comentarios
Tomado de:
8. CONFLICTO PSICOLÓGICO
Así llegamos a encontrar lo que en psicoterapia Gestalt denominamos conflicto
psicológico. Cuando decimos conflicto hablamos de dos o más fuerzas que se
relacionan entre sí con la intención de destruirse recíprocamente. En lo
psicológico se manifiesta un conflicto cada vez que un organismo produce, ante
una situación dad, dos o más respuestas que coexisten sin sintetizarse y que,
además se relacionan pretendiendo imponerse una a la otra.
Dos respuestas que luchan entre sí implican dos partes en pugna. ´Todos los
conflictos se producen siempre entre partes de un conjuntoµ. No es real que
exista conflicto entre una parte y el resto de partes, lo que es una variante de lo
dicho antes. Visto desde el conjunto, puede observarse que lo que el conflicto
tiene de malentendido es el error, la ignorancia, la inmadurez que lo produce. La
tarea de la psicoterapia es justamente describir esta estructura. Tampoco existe
conflicto entre lo verdadero y lo falso; éste surge siempre entre dos aspectos de
lo falso, lo parcial. Lo verdadero es la comprensión que los reintegra a su
condición de aspectos complementarios de un conjunto, que los trasciende a
ambos. Estas partes en las cuales se reduce el conflicto deben además ser
autoconscientes. Esto quiere decir, poseer conciencia individual y poder expresar
cada una de esas partes como un ´yo soyµ.
Es decir, debe existir un yo. Estas partes autoconscientes tienen que disponer de
cierta capacidad de acción sobre el entorno y sobre que disponer de cierta
capacidad de acción sobre el entorno y sobre sí mismas; deben ser un centro
emisor de acción capaza de modificar la realidad interna o externa, y no deben
tener conciencia de partes. Sintetizando estas nociones desde un punto de vista
estructural, podríamos decir que, para que exista conflicto es necesario que haya
partes, que éstas sean autoconscientes, que tengan además capacidad de acción
y, por último, que no tengan conciencia de partes.
Esta etapa es, sin duda, la que ha dado origen a tantas reflexiones trágicas
acerca de la condición humana. En este Sentido, es útil discriminar las
características de un periodo de La experiencia humana global. Es en esta fase
donde se da. La paradoja de que este foco de autoconciencia sea la mayor
Conquista filogenética y simultáneamente la fuente de todo Conflicto.
c. El tercer momento se produce cuando la autoconciencia enriquece su
percepción del sí mismo, con el desarrollo de su conciencia de parte, se sabe
parte entre otras partes diferentes y complementarias de un conjunto que las
contiene y las abarca por igual, es decir, desarrolla simultáneamente la
conciencia de pare y la conciencia del todo del cual es parte.
a
Ô@Ô@@
Los rasgos del carácter constituyen importantes matices diferenciales entre los
seres humanos. Se asientan sobre atributos físicos, igualmente diferenciados,
junto con los cuales dan lugar a la individualidad de cada uno. Determinan en
gran medida la manera de actuar del sujeto, sus logros y realizaciones a lo largo
de su existencia y la forma en que es visto y enjuiciado por los demás. La unión
de todos ellos, junto con los aspectos físicos, da lugar al perfil de la
personalidad.
Los rasgos del carácter no aparecen accidentalmente ni son congénitos, sino que
se desarrollan progresivamente como pautas (termina pág. 39) más o menos fijas
y estereotipadas de actitud y respuesta ante los estímulos externos e internos. Si
intentamos conceptuar qué cosa es el carácter, vemos que coincide en gran
medida con el concepto de sí mismo. Lo que varía son las formas como las
necesidades del organismo, en interacción con las exigencias y presiones del
ambiente, se exteriorizan y se satisfacen, se inhiben o se modifican y cambian
sus fines bloqueando el ciclo de la experiencia.
RASGOS DE PERSONALIDAD
Según el DSM ² III ² R (1987), encontramos que los rasgos de personalidad son
pautas duraderas en forma de percibir, pensar y relacionarse con el ambiente
(zona interna, externa y fantasía) y con uno mismo (límite de contacto), y se
hacen patentes en una amplia gama de contextos personales y sociales. Sólo en
el caso de que los rasgos de personalidad sean inflexibles e inadaptativos, causen
una incapacitación funcional significativa o una perturbación subjetiva, es
cuando se hablará de trastornos de la personalidad.
PSICOTERAPIA GESTALT
Será importante aclarar que para la psicoterapia Gestalt, en primer lugar, los
trastornos no son ´mentalesµ sino del organismo total. La división en cuerpo y
mente es, en sí una forma ´trastornadaµ de pensar. Nuestras mentes no están
enfermas; nosotros somos los que estamos enfermos, todo nuestro ser esta
enfermo. Aquello que se denomina trastornos mentales s lo que el concepto de la
terapia Gestált se llama interferencia en el proceso de formación y destrucción
de la gestált. Dicha interferencia acarrea distorsiones y desequilibrios a nuestra
integración básica. Son trastornos del funcionamiento y desarrollo del yo.
Este esquema se sitúa sobre dos puntos: uno representa la cantidad de energía
desarrollada en el curso del proceso y otro que representa el desarrollo en el
tiempo. Muestra el desarrollo del ciclo en el tiempo y las diferentes cantidades
de energía puestas en juego.
EL CICLO PATOLOGICO
ES EL RESULTADO DE LA INTERFERENCIA
DE EXPERIENCIAS MAL ASIMILADAS DEL PASADO, D
E LAS GESTALTENS INACABADAS:
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`ÔÔá@@`áÔ`á`ÔÔ
@á`á
(Solo RESUMEN)
1er. Interrupción: DESENSIBILIZACIÓN
Estos sujetos son muy egoístas en cuanto a sus emociones y sus posesiones
materiales, tienden a no expresar sentimientos y casi nunca son generosos ni
regalan objetos. Las relaciones cotidianas tienen una cualidad convencional,
formal y seria. A menudo, los demás los perciben como rígidos (´tiesosµ). En
cuanto a su fenomenología, hacen que sus movimientos corporales así como su
experiencia facial se vuelvan rígidos.