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© fotografía Gustavo Canavesio

Ensayos
ensayos

Instituciones en construcción1
por Mariana Cantarelli*

Una sensación recorre las situaciones institucionales actuales: agotamiento y fatiga. Al “Acaso el fracaso más espectacular fue
parecer, los actores institucionales (maestros, directores, profesores, equipos técnicos, el de la ciencia, en tanto conjunto de ideas y
supervisores, y la lista continúa) estamos agobiados. Si bien aparenta ser una sensación como red de instituciones para la mejora de
física, no se reduce a eso. Hay algo más. ¿Qué nos dice esta extenuación? ¿Por qué esta- los conocimientos y la educación. El mortífero
mos tan cansados? potencial de los logros y principios más
reverenciados de la ciencia moderna quedó
Según cierto argumento psicoanalítico, hay fatigas que son consecuencia de la inacción y al descubierto. Desde sus mismos comienzos, 15
otras de la hiperacción. El agotamiento actual, sospechamos, pertenece al segundo tipo. la ciencia defendió la libertad de la razón por
Teniendo en cuenta el suelo sobre el que apoyan las instituciones, nuestra época se defi- encima de las emociones, de la racionalidad
ne por la fragmentación. Es decir, por la tendencia a la dispersión de proyectos, asociacio- por encima de las presiones normativas y de
nes, vínculos, actividades y rutinas. Justamente porque nuestro horizonte institucional es la efectividad por encima de la ética. Una
ése, el cansancio resulta inevitable. En definitiva, estamos cansados porque tenemos que vez logradas estas libertades, sin embargo,
tejer, anudar y articular proyectos, asociaciones, vínculos, actividades y rutinas cada vez. la ciencia y las formidables aplicaciones
Y este cada vez, seguramente, es una de las razones del agobio. tecnológicas que había producido se
convirtieron en dóciles instrumentos en manos
Elevada a indicador institucional, la fatiga nos importa como punto de partida para ana- de un poder sin escrúpulos.”
lizar, por un lado, el estatuto del sufrimiento en las instituciones públicas; y por el otro,
las estrategias de construcción institucional hoy. Entre estos dos ejes transitaremos a lo Zygmunt Bauman
largo del artículo.

* Licenciada en Historia (UBA); Capacitadora docente del Instituto Nacional de Capacitación Política (INCaP). Área: Formación político - institucional - Ministerio del Interior.
1 Gran parte de las ideas desarrolladas en este artículo son resultado de un trabajo colectivo realizado en el INCaP con Sebastián Abad y Gabriel Paz.
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Del disciplinamiento a la y juventud. Desde allí, el concepto abstracto control destinado a la observación de las
fragmentación: nuevas formas se torna familiar. Y más allá de las particu- conductas humanas. Vigilar, de esta ma-
de sufrimiento laridades de cada historia, hay un rasgo de nera, es mirar. Pero no se trata solamente
época que insiste en los relatos. A veces el de alguien que espía tras la cerradura de la
Según el historiador Ignacio Lewkowicz2, co-protagonista de la historia es el padre puerta sino de un observatorio al servicio
hoy las instituciones están perplejas. No autoritario o el severo profesor. En otras del buen encauzamiento. Nuevamente, los
es que seamos muy fáciles de impresionar. ocasiones, el despótico oficial del servicio recuerdos nos orientan en la comprensión:
Más bien, abandonamos el terreno relati- militar o el rígido cura de la parroquia. la madre revisando los cajones de sus hijos,
vamente habitual que alguna vez transi- las maestras observando a los alumnos en
tamos. En definitiva, nuevas realidades y Según Foucault, gran analista del disci- los recreos, el capataz atento al ritmo de
nuevos sufrimientos. Ahora bien, ¿qué es plinamiento social, la sociedad moder- trabajo de los obreros. En todos los casos,
lo que sucede en las instituciones perple- na es impensable sin esta operatoria. La observación para evitar la desviación, ya
jas? ¿Por qué sufrimos allí? dominación moderna estaba construida sea sexual, escolar o productiva.
a partir de un conjunto de instituciones
El sufrimiento suele ser una vía privilegia- (familia, escuela, cuartel, hospital, prisión, Caracterizado el funcionamiento de las
da para la indagación de lo humano. Entre fábrica, universidad, iglesia, partido, sindi- instituciones disciplinarias, consideremos
16 otras razones, porque nos revela qué se cato) que producían un conjunto de ope- nuestro problema de partida: el sufrimien-
define como humano en una situación his- raciones (vigilancia jerárquica, sanción to en las instituciones disciplinarias. ¿Por
tórica. Pensemos en el sufrimiento de un normalizadora y examen3) que asegura- qué sufrían los habitantes de esa lógica?
habitante promedio de las instituciones dis- ban cierto funcionamiento dentro de cada Ante todo, sufríamos por estar articulados,
ciplinarias, esas organizaciones que fueron institución y entre cada una de ellas. Ahora atrapados, amontonados. Las instituciones
dominantes hasta hace unos treinta años. bien, ese funcionamiento, al mismo tiem- disciplinarias, cualquiera de ellas: familia, es-
Los padecimientos, en ese tipo de lógica, po que disciplinaba conductas, producía cuela o club, producían una rutina que, mu-
eran causados por fijaciones, restricciones e un lenguaje común que tendía a la inclu- chas veces, se alejaba de nuestros deseos y
imposiciones. Sin ir muy lejos, los mandatos sión de los individuos: disciplinamiento e proyectos, tanto personales como políticos.
familiares (sobre la profesión, la política o inclusión, inclusión y disciplinamiento. Entonces, padecíamos porque nuestros pa-
el amor) son un buen ejemplo de la opera- dres y maestros querían que fuéramos otra
toria que enfrentaba al hijo a decidir entre Detengámonos en alguna de las opera- cosa de lo que queríamos ser. También pa-
lo establecido y lo deseado. Ahora bien, ciones que regulaban las relaciones entre decíamos porque la institución política de
cuando analizamos esas maneras de penar, los agentes de las instituciones públicas. la que formábamos parte nos imponía una
nos topamos con la materia disciplinaria de Por ejemplo, la vigilancia jerárquica. ¿Qué línea. En contraposición, cuando indagamos
la que estaba hecha la vida social por esos era vigilar en la familia, la escuela o la fá- el sufrimiento institucional actual, entramos
tiempos. Y si tenemos más de treinta y cinco brica en tiempos modernos? En principio, en contacto con otras realidades. Entonces,
años, fugamos a los recuerdos de la infancia estamos ante un complejo mecanismo de el padecimiento se distancia del disciplina-

2 Lewkowicz, I.: “Instituciones perplejas” en Pensar sin Estado. La subjetividad en la era de la fluidez, Buenos Aires, 2003, Paidós, pp. 167-186
3 Foucault, M.: “Los medios del buen encauzamiento” en Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisión, Buenos Aires, 2004, Siglo XXI, pp. 175-198.
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miento y se acerca a la fragmentación. Las culación entre sus términos, aunque muchas De la demanda a la
marcas que hoy nos afectan tienen la im- veces resultaba opresiva y hasta alienante, responsabilidad: una tarea
pronta de la dispersión, la desligadura y la también se distinguía por la relación entre generacional
disgregación. sus miembros. En definitiva, la ingeniería so-
cial creada por la política y el Estado moder- En los últimos tiempos, la interrogación
Si los relatos de infancia y juventud nos ayu- nos era una figura institucional que tendía a por la construcción institucional aparece
dan a desentrañar el funcionamiento de las asegurar la inclusión de sus agentes. Por eso en los más diversos espacios: debates polí-
instituciones disciplinarias, las situaciones mismo, la crisis de esa figura supone el ingre- ticos, sumarios filosóficos, polémicas histo-
actuales de las que formamos parte, tal so en la era de la fragmentación. riográficas, discusiones mediáticas y hasta
vez, puedan ser un material precioso para conversaciones informales. Si bien se trata
indagar el estatuto actual de las institucio- Alterado el escenario social, nuestro agota- de una noción cara al pensamiento político,
nes. Ahora bien, esto no significa que las miento es hijo de la incertidumbre y la per- adquiere mayor relevancia de la mano de la
operaciones disciplinarias, cualquiera de plejidad generales. Las instituciones actua- experiencia del 2001. Cuando el Estado y la
ellas, se hayan desvanecido integralmente. les, en la escala que sea, se enfrentan con la nación parecían deshacerse, percibimos la
Más bien, significa que operan, cuando lo gestión permanente de lo inhabitual: nue- dimensión construida de la lógica social. No
hacen, en otras condiciones y escala. vas preguntas, nuevas problemáticas, nue- es que no lo supiéramos antes, pero es fácil
vas identidades, nuevos conflictos. Pero no de percibir la diferencia entre conocer un 17
Naveguemos por las transformaciones ac- se trata solamente de algo nuevo pero pre- argumento sociológico sobre la “naturale-
tuales para desentrañar estos nuevos sufri- visible. Más bien, se trata de la alteración za” del lazo social y ser testigos de la fragili-
mientos. La crisis de la sociedad actual impli- misma de nuestra condición institucional; dad de aquello que somos y de lo formamos
ca una transformación vasta, pero ¿en qué nuestro punto de partida no es la vincula- parte. Ante tamaña experiencia, ¿qué es lo
consiste esta transformación? Por un lado, es ción sino la desvinculación. que aprendimos? Por un lado, que las insti-
el fin de la era de la gran vinculación, caracteri- tuciones están en construcción. Por el otro
zada por el disciplinamiento y la articulación La descripción del cambio de escenario (del lado, que la tarea institucional –en nuestras
social. Como parte de ese funcionamiento, disciplinamiento a la fragmentación) no pre- condiciones– consiste en conectar, articular
el régimen social garantizaba un suelo insti- tende proponer una mirada nostálgica que y ligar. Cuando el anudamiento ya no está
tucional común. El Estado y sus instituciones confronta lo que era y lo que es. Más bien, asegurado, construir es la tarea institucional
hacían de la vinculación mutua el marco y el la tarea consiste en indagar lo que hay, para por excelencia.
lenguaje de la existencia social. En rigor, una construir a partir de lo que hay. En este sen-
vida podía ser pensada como la rutina que, tido, somos parte de una generación que Antes de continuar, detengámonos en una
más allá de sus variedades, transcurría de la se crió en un mundo y vive en otro. No nos definición de nuestra época. Para el filóso-
casa al trabajo y del trabajo a la casa. Por el prepararon para esto, tampoco era posible. fo Sebastián Abad: son tiempos de deman-
otro lado, la crisis de la sociedad implica el La responsabilidad, entonces, es nuestra: da4 . A saber: la demanda se convirtió en un
pasaje de la gran vinculación a la fragmenta- entrenarnos para habitar los tiempos que modo de estar en las instituciones y esto
ción. Si la sociedad se distinguía por la arti- nos tocaron en suerte. tiene su historia. El retorno a la democra-

4 Abad, S.: “Los efectos de la fragmentación: ética y ocupación del Estado”, comunicación para el IV Congreso de Administración Pública, Tucumán, 2004.
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cia en la Argentina se inscribió socialmen- lado, la Reforma Constitucional de 1994 un deber u obligación. Sin embargo, este
te como la recuperación de los derechos le concedió rango institucional a los dere- no-reconocerse requiere ser sostenido,
pisoteados. Dicho de otro modo, si la dic- chos del consumidor. También por eso, los cuesta trabajo. ¿En qué sentido? Cuando
tadura 1976/1983 fue ese tiempo histórico derechos se convirtieron en una categoría se trata de sostener una mala situación,
en que los derechos fueron saqueados, la política en sí misma y con independencia la subjetividad demandante no puede
democracia devino una suerte de revan- de los deberes. simplemente retirarse o abandonar su res-
cha respecto de los derechos violentados. ponsabilidad. Para poder hacer tal cosa de
Sin embargo, el efecto incalculado de ese Consideremos más en detalle la operatoria modo –imaginariamente- legítimo, apela
retorno fue la disolución de los deberes de la demanda. Recordemos que deman- a un artificio que la aleja de todo aquello
como dimensión constitutiva de la políti- da no significa aquí una necesidad que re- que no sea su pretendido derecho. Esta
ca. Si a partir de 1976 desaparecieron los quiera satisfacción (sea ésta urgente o no), “máquina” o compulsión práctica, que
derechos, con la democracia se diluyeron sino una posición subjetiva tal cuya satis- permite al sujeto creerse eximido de su
los deberes. De esta manera, los modos facción es imposible. La subjetividad de- responsabilidad, se denomina fuga. Fuga
de pensar la estadía en las instituciones mandante supone que invocar su derecho es, entonces, lo que nos permite escapar
hicieron eje en los derechos y se perdieron es suficiente para que un tercero lo realice. de nuestra responsabilidad y sufrir lo me-
de vista los deberes. En resumen: tenemos Desde este punto de vista, la demanda es nos posible por ello. Por ejemplo:
18 derechos, solamente derechos. Por otro una posición que no se reconoce ligada a

v Fuga al pasado: Según cierta actitud melancólica, el pasado es el paraíso perdido que se constituye en modelo de lo que
debe ser en el presente. La fuga al pasado es un viaje imaginario que supone encontrar en lo que fue una solución para
lo que es. Se niega, con ello, la novedad de los problemas y de las condiciones que existen en el presente.

v Fuga a la interna: El sujeto justifica su impotencia o su falta de iniciativa por medio de un argumento conocido: dado que
hay “internas” o enfrentamientos entre grupos de interés en un ámbito público, entonces, nada se puede hacer si no se
acuerda previamente –de modo espurio- con algún interés en disputa.

v Fuga a los recursos: La inacción proviene de la idea de que para actuar o gestionar debe contarse con todos y cada uno
de los recursos con anterioridad al comienzo de la tarea. Es suficiente para desresponsabilizarse, o bien no contar con
alguna clase de recursos, o bien contar con ellos pero no poder usufructuarlos en un determinado momento.

Ahora bien, la subjetividad demandante pensamos el problema de la ocupación mos pensando en la demanda sino en la
es un modo de estar en nuestras institu- activa de las instituciones públicas, imagi- responsabilidad. En definitiva, se trata de
ciones, pero es apenas un modo. Cuando namos otra línea de ocupación. No esta- volver a anudar lo desanudado: derechos
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y deberes, deberes y derechos. Ahora pensar, entonces, la responsabilidad? Si se ca un gasto subjetivo, debemos pensar la
bien, ¿qué es una subjetividad respon- trata de lo contrario de la demanda y no se responsabilidad como la inversión de las
sable en el terreno institucional? ¿Cómo reduce a una imputación sino que impli- fugas.

v Historización: Como reverso de la fuga al pasado, la operación historizante hace hincapié en la lectura de las condiciones
presentes y va al pasado, en busca de orientación, para superarlas. La subjetividad institucional es práctica y, en tanto se
define por su acción, no puede contemplar el pasado, sino construir su presente.

v Articulación: Mientras que es posible desresponsabilizarse frente a una disputa de intereses, afirmando, por ejemplo,
que ésta no debe ser, existe asimismo otra posibilidad. En lugar de pensar la particularidad como obstáculo, es necesario
configurar un dispositivo que la contenga. También en el seno de las instituciones tiene lugar la disputa. Si hay disputa,
hay justamente, por esa razón, un punto en común.

v Imaginación: Si la subjetividad demandante piensa que contar con recursos es, por ejemplo, disponer de muchos bienes
y tener personal a cargo, una posición responsable debe prepararse para un escenario peor. Sin embargo, el escenario
puede mejorar si se piensa el recurso no como una posesión previa, sino como la activación posible de un bien o de una 19
fuerza. Puede que no contemos con recursos, pero seremos capaces de descubrir algo equivalente si “leemos” de otra
manera el escenario de medios y fines. Un ejemplo histórico: hacia comienzos de 1815, el Coronel Güemes debía enfren-
tarse al poderoso ejército español, de gran tradición y formación, en el norte argentino. Como revolucionario criollo,
no contaba con fuerzas semejantes a aquél, ya sea en formación o pertrechos. Sin embargo, el caudillo supo ver en los
gauchos argentinos, que otros despreciaban por su aspecto y rusticidad, una fuerza, un recurso tan poderoso, que el 14
de abril de 1815 fue capaz de destruir a la vanguardia del ejército realista.

Según una vieja definición histórica, una colectivo en torno de un mismo problema. Si esto sucede, las instituciones no serán
generación se transforma en generación Muy probablemente, la pregunta por la una promesa remota sino una realidad en
política cuando piensa a partir de un pro- fragmentación describa algo de este nue- construcción. Teniendo en cuenta nuestras
blema común. Según esa definición, lo vo horizonte común. Si estamos pensando condiciones, no parece poco.
que constituye una generación no son las a partir de ese interrogante, tal vez, la frag-
respuestas comunes sino el pensamiento mentación ceda ante alguna composición.
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La escritura personal de los jóvenes: apuntes sobre una


práctica invisible
por Sergio Frugoni*

Cada uno crea


de las astillas que recibe
la lengua a su manera
con las reglas de su pasión
-y de eso, ni Emmanuel Kant
estaba exento.
20 “Arte de narrar”, Juan José Saer

En el Club de Jóvenes, un espacio de edu- También en el Club de Jóvenes, Karen escribe len hacer desafíos de rimas vía chat. Se en-
cación no formal que tiene lugar todos los poesías de amor y breves reflexiones en las cuentran en el Messenger y rapean como si
sábados en las escuelas de Buenos Aires, que se pregunta sobre el sentido de la vida, estuviesen uno frente al otro, en lo que la
Luis va regularmente a jugar al fútbol y y Jesús ha escrito varios poemas en prosa en cultura del rap se llama free style, desafíos
reunirse con sus amigos. En el club funcio- la puerta de su casa, cuando está aburrido. de improvisación rimada.
na una biblioteca y un taller de escritura, Joni, boxeador amateur de dieciocho años,
pero Luis, aunque dice que le gusta escribir, dice que no le gusta escribir pero cada tanto Diarios íntimos, cuadernos con recortes y
sólo pasa y charla con Gimena, la tallerista. se entretiene registrando en la computado- frases copiadas de internet o de algún libro
Cada tanto, en medio de alguna conversa- ra algunas de sus peleas. No escribe a mano de poesías, letras de canciones, escrituras
ción, aparece alguna idea que Luis conside- porque se cansa y, afirma, tiene “fea letra”. digitales que viajan vía mail, graffitis garaba-
ra adecuada y le dicta un texto completo a teados en una pared, cartas escritas desde
Gimena o a quien encuentre a mano con un Valmir, director del centro Conviven de Ciu- un instituto de menores que declaran: “esta
lápiz y una hoja. Casi nunca redacta sus tex- dad Oculta, cuenta que algunos chicos del letra pide perdón y mi carta contestación”,
tos, sólo dicta. barrio que se juntan a bailar hip hop sue- poemas escritos en un centro educativo de

*Profesor de Letras, egresado de la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación de la Universidad Nacional de La Plata. Se desempeña como docente en Didáctica de la
Lengua y la Literatura II en la Universidad Nacional de La Plata y como Profesor en la Licenciatura en Enseñanza de la Lengua y la Literatura de la Escuela de Humanidades de la
Universidad Nacional de General San Martín. Forma parte del equipo de capacitación para el nivel medio, en el área de lengua, de la Escuela de Capacitación Docente - CePA de la
Ciudad de Buenos Aires.
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una zona difícil de la Capital, en donde un Sobre el avance de estar y decir da eficacia para generar escritura que tiene
grupo de chicos recuerda a un amigo au- Sobre la soledad que nos desnuda ese encuentro con palabras “mágicas” que
sente, son parte de un universo rico y com- Sobre las manchas del amor parecen traducir “sonidos internos”.
plejo en el que la escritura aparece tramada Escribo tu nombre
con las vidas de muchos jóvenes. Todos alguna vez hemos escuchado –y he-
Sobre el vientre del suspiro mos dicho– “escribo para desahogarme” o
Sólo basta afinar un poco el oído, agudizar Sobre los labios atentos “para llenar un vacío”. La escritura perso-
la vista más allá de las representaciones Bien llenos de verdades nal conforma un espacio amplio y hetero-
habituales sobre lo que es “escribir”, para Escribo tu nombre en mi corazón géneo de prácticas con lo escrito de gran
encontrarnos rápidamente con un con- impacto en los jóvenes. Escritos más rela-
junto de prácticas muchas veces alejadas Sobre la jungla y el desierto cionados con la intimidad, como diarios y
de nuestra propia relación con la escritura, Sobre los nidos de mi corazón poemas, pero también otros que apuestan
pero que atestiguan una actividad intensa Sobre el lecho de mis enfermedades a la imaginación y a la invención de histo-
y personal en la que la letra escrita es vehí- escribo tu nombre rias, son ante todo formas de tomar por
culo de historias, lenguajes sociales y mo- asalto el lenguaje escrito para referir expe-
dos de articular la experiencia. DAIANA SALAVERRY riencias, afectos, delirios y formas de estar
(12 años) en el mundo. Para poner en juego la propia 21
voz, incluso más allá de las pautas adultas
de corrección o legitimidad.
La escritura de los “sonidos
internos” que permitía que la palabra escrita en forma Sin embargo es preciso reconocer que la
de signos (…) tradujese algo que eran sonidos escritura personal de los jóvenes no tiene
En una entrevista que ya tiene algunos internos, y que a la vez implicaban situacio- buena prensa. En principio porque suele
años, el poeta argentino Alberto Girri con- nes y sentimientos internos. Así, escribía pe- quedar confinada en un territorio difuso y
taba cómo se había iniciado en la escritura: queñas cosas –frases, descripciones– aunque generalmente subestimado por los adultos.
no imaginándolo como literatura sino, más Pareciera que lo único que podemos leer
“Recuerdo que el haber aprendido a descifrar bien, como si poseyera un juego que consistía allí es un repertorio de sentimentalismo
lo que es una palabra escrita –o al menos en expresar en forma escrita algo que me ocu- adolescente o, con insistencia en el caso de
balbucearla– ocurrió en mí contemporánea- rría a mí. Y, además, intuyendo que ese juego los jóvenes de los sectores populares, un
mente con el hecho de identificar lo que veía adquiría alguna vez un carácter permanente, índice del deterioro sociocultural de varias
escrito con la posibilidad de transformar todo que llegaría a trascenderme y alimentar tanto generaciones que han crecido a la sombra
lo que me acontecía interiormente en eso mis- mi vida cuanto la de otros1.” de la mayor crisis argentina de su historia.
mo que veía escrito (…) Lo que primero me Nos hemos acostumbrado a una suerte de
impresionó fue el lado en apariencia mágico La evocación de Girri es rica e interesante determinismo social que no nos deja ver en
y ritual –por así decir– de la escritura; algo porque cifra de alguna manera la tremen- las producciones personales de nuestros

1 Girri, Alberto, en Encuesta a la Literatura Argentina Contemporánea, Buenos Aires, 1982, CEAL, pág. 73.
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alumnos más que pobreza cultural o rela- den a la cultura escrita más allá incluso de cas y recreativas. Muchos acuden a los talle-
tos que nos hablan de vidas difíciles o en los espacios previstos para el aprendizaje. res de escritura que se ofrecen en algunos
peligro. Si bien la escuela ha sido y es determinan- de los clubes y otros acercan sus textos para
te en la difusión de la escritura, no sólo se que un adulto receptivo y atento los lea y
Lo que tal vez haya que replantear es si no lee y se escribe en los espacios escolares. haga una devolución. A fines del año 2006
hemos construido una mirada demasiado La cultura escrita existe y se expande por el programa publicó el libro Poner el pecho2
sesgada y simplificadora de la relación de fuera de las aulas. Los jóvenes acceden a la con poesías, cuentos y otros textos más “in-
los jóvenes con la escritura. Una mirada escritura de muchas maneras, en espacios clasificables” escritos en esos talleres o que
que no nos deja ver los caminos heterogé- diferenciados y con propósitos diversos. fueron apareciendo cuando la propuesta
neos y complejos por los que entran y sa- del libro se hizo pública. Quizás una de las
len de la cultura escrita, hacen uso de ella ¿Cuáles son esos espacios que provocan la revelaciones más interesantes para los que
con fines específicos y construyen espacios escritura? ¿Cómo se relacionan con otras participamos del proyecto fue toparnos
de sociabilidad en torno a la letra escrita. experiencias históricas, sociales, culturales? con el alto valor simbólico que para mu-
Todo esto en intersección con la escuela Estos interrogantes abren un universo de chos jóvenes tenía la posibilidad de verse
o más allá de ella, en espacios propios o problemas y preguntas apasionantes para publicados en un impreso, convertidos en
aquellos compartidos con los adultos. los que trabajamos con jóvenes. Es un he- autores de pleno derecho.
22 cho que más allá de las declaraciones un
poco apocalípticas que alertan sobre el re- Sin embargo, más allá del proyecto puntual
pliegue de la cultura escrita en favor de la de publicación, la experiencia de Club de
Espacios de escritura personal: audiovisual, la escritura y el impreso todavía Jóvenes, como tantas otras experiencias
entre lo subjetivo y lo social portan un inestimable valor simbólico. Es el educativas similares, nos está mostrando
caso, por ejemplo, de muchas experiencias que estas escrituras necesitan espacios de
Históricamente la escuela ha sido la ins- de trabajo en espacios de educación no intercambio y socialización.
titución encargada de difundir la cultura formal que nos revelan la importancia que
escrita en nuestras sociedades. Sin embar- tiene para muchos chicos la posibilidad de Tradicionalmente la escritura personal ha
go, más allá de sus fronteras y en buena publicar lo que escriben. sido entendida como sinónimo de “expre-
medida gracias a ella, existe una profusa sión de sentimientos”, como catarsis, y se
actividad de escritura que desborda per- Desde hace más de un año, el Programa ha prestado menos atención a los circuitos
manentemente los límites y los modos Club de Jóvenes del Ministerio de Edu- sociales por los que esas escrituras circulan
habituales con los que solemos represen- cación de la Ciudad de Buenos Aires lleva o podrían circular. En los hechos, espacios
tarnos la escritura. adelante un proyecto de lectura, escritura del “más allá de la escuela”, como el Club de
y narración oral destinado a los chicos que Jóvenes o los centros educativos barriales,
En este sentido, resulta interesante indagar sábado a sábado concurren a las escuelas se vuelven lugares de fuerte circulación de
sobre los modos en que los jóvenes acce- para realizar actividades deportivas, artísti- escritura, entre los jóvenes o con un adulto

2 Puede encontrarse en los Centros Docentes del CePA o en http://www.buenosaires.gov.ar/areas/educacion/niveles/media/programas/club_de_jovenes/proy_lectura.php


que oficia de lector, en un taller donde un trarse y encontrar lectores interesados e El barrio Mariano Moreno está en las
grupo de chicos escribe una anécdota ba- interesantes de los textos. Como adultos, afueras de Jujuy. Es un barrio con casas
rrial o inventa una historia a partir de una indudablemente tenemos una responsa- bajas y antiguas, con terrenos baldíos y
consigna y la comparte con los demás, pero bilidad sobre eso. O por lo menos cada vez calles de tierra. Allí estaba yo de visita, en
también cuando un adulto recibe un texto que un joven escritor nos pone delante de la casa de mi amigo Jonathan. Es una de
garabateado en un papel a la espera de un un poema que ha escrito nos recuerda que las más viejas. Estaba jugando con él y
comentario o una opinión. De una forma o algo de lo que podemos decirle es valioso, salí para ir al baño. Es una casa humilde
de otra, se trata de pensar cómo muchas que somos lectores “legitimados” y que con un pozo en el fondo. Afuera cerca de
escrituras personales se hacen visibles y esa legitimación no sólo consiste en decir un árbol vi a dos niños. Bajitos con pelo
encuentran lectores. “seguí adelante” con una palmada en el muy largo. Pero cuando me acerqué se
hombro, sino que tiene que ver, más de lo fueron. Después le pregunté a mi amigo si
En este sentido, desde el inicio del pro- que pensamos, con nuestra tarea docente: sus hermanitos estaban en el jardín pero
yecto de publicación al que nos referimos, portamos un saber que los chicos de algu- él me mostró que estaban durmiendo en
fueron muchos los chicos que se acerca- na manera reconocen y quieren tener (a su cuarto. No le conté nada ese día. Pero
ron a los docentes encargados de taller pesar de que el sentido común diga y re- lo visité al otro día y los niños volvieron
para decir “yo también escribo”, “después pita lo contrario). a aparecer al lado del árbol. Entonces
voy a traer algo para que lea” o “traje este le dije y él me contó que en ese árbol 23
poema para que me corrija las faltas de Poner en juego ese saber sin inhibir la es- habían sido asesinados dos chicos. Eran
ortografía”. Por supuesto muchas de esas critura, sin sonar elitistas o demagógicos, los hijos de una familia que vivía en la
escrituras se perciben como íntimas y di- es un desafío que nos exige más como lec- casa de atrás. Entraron a robarles y a ellos
fícilmente se comparten con un grupo tores. Nos demanda una mirada más aguda los colgaron. Salimos juntos a ver y allí
de pares; sin embargo están pidiendo un que nos permita leer en esos textos algo estaban. Nos llamaban. Pero cuando nos
lector adulto, alguien “que sepa”, para dar más que sentimientos o historias privadas, acercábamos mucho desaparecían. No
un consejo, “corregir la ortografía” o dar su una mirada que pueda devolverle a quien podíamos hablarles. Luego comenzamos
impresión de lector. escribe un comentario que potencie su a asustarnos y salimos corriendo. Los
experiencia con la escritura, que lo ayude vecinos dicen que desde que encontraron
Son muchas las preguntas que estas si- a volver sobre lo que ha escrito con más a esos niños colgados, el árbol permanece
tuaciones nos presentan: ¿cómo comentar distancia y reflexión, que le dé un consejo igual. Siempre tiene la misma forma que
esos textos?, ¿cómo potenciar al escritor sin sobre un procedimiento o un truco que aquel día. Cuando lo podaron siempre
inhibirlo?, ¿cómo conseguir que esas escri- puede resultarle útil –casi como un escritor volvió a crecer con la misma forma. Des-
turas personales se intercambien en el gru- experimentado que transmite las reglas del pués de eso no quise volver a esa casa. Eso
po de pares sin que eso se viva como una oficio– o que le muestre cómo lo que ha es- me pasó a mí, no me lo contó nadie.
invasión a la vida privada? crito forma parte de una tradición literaria
que nos pertenece a todos. PABLO PÉREZ
Lo que resulta claro es que la escritura per- (16 años)
sonal no es sólo un asunto privado, sino Todo, repito, sin ser elitistas o demagogos.
que necesita espacios sociales para mos- Una tarea, diría, de lectores sutiles.
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Escrituras personales: formas de Se convierte en la propia palabra únicamente con la cultura. Cómo se entecruza ese uni-
apropiarse de la cultura escrita cuando el hablante lo llena con sus propias verso personal, reflejado tanto en un poe-
intenciones, sus propios acentos, cuando se ma desbordado de tópicos románticos
¿Pero qué es eso personal que se juega en apropia de la palabra y lo adopta para sus como en las fórmulas típicas del chateo o
estas escrituras? propias intenciones semánticas y expresivas. la escritura de mails, con las demandas de
Previo a este momento, la palabra no existe escritura de los espacios educativos.
La respuesta tal vez haya que buscarla en en un lenguaje impersonal y neutro, porque
el tipo de relación que proponen entre los existe en la boca de otras personas, en el con- Un entrecruzamiento complejo y muchas
jóvenes y el mundo de la escritura. Una re- texto de otras personas, al servicio de los pro- veces difícil para los docentes. Lo que no
lación que no es sólo “expresiva” en el sen- pósitos de otras personas; es de aquí que uno puede olvidarse es que las personas, los
tido clásico, sino que cubre un registro más deba expropiar la palabra y hacerla suya3.” jóvenes, mantienen un rol activo frente a
amplio y define una posición de autoría so- las prácticas culturales. Como nos recuer-
bre los textos. Desde la perspectiva que nos propone Kal- da Kalman, más allá de esas palabras que
man, el lenguaje nunca es “impersonal”; es pronuncian las instituciones por boca de
Más allá de que esas producciones hablen decir, las palabras siempre existen en con- sus agentes, los docentes por ejemplo,
o no de la propia vida, las escrituras per- textos sociales, culturales, concretos, en los jóvenes hacen usos propios –intensos,
24 sonales ponen en escena la voluntad de boca de personas “reales” y en el marco de novedosos, conflictivos, estereotipados,
apropiarse por un momento del incesante instituciones que regulan la circulación de “aberrantes” para muchos– de la escritura.
murmullo del lenguaje para ponerlo a jugar los discursos. El acto de volverlo personal Hacen sonar el lenguaje con la cuerda de
a favor propio. Inclusive más allá o contra lo es un acto en buena medida conflictivo, en sus propias experiencias y necesidades.
que los “propietarios” de la lengua –las ins- tanto supone poner al servicio de nuestros
tituciones que en toda sociedad intentan propósitos palabras que tal vez para otros
resguardar la “corrección”– pretendan. tienen otros sentidos, otros usos y se diri-
gen hacia objetivos distintos. Literatura y escrituras personales
Judith Kalman, antropóloga mexicana que
viene trabajando desde hace años en la in- El punto crucial aquí es cómo se juega esto Uno de los aspectos más relevantes para
vestigación sobre prácticas de escritura, ha en las producciones de los jóvenes, cómo pensar las escrituras personales de los jó-
señalado: vuelven personal esa marea discursiva que venes es el modo en que ponen en juego
“Para (el lingüista y crítico literario ruso) nos rodea como una atmósfera, cuáles son cierta dimensión literaria. Se trate de na-
Bajtin el aprendizaje implica la apropiación los modos en que hacen suyo por un mo- rraciones, diarios o de esos escritos menos
de discursos, es decir el proceso de convertir mento saberes y prácticas que vienen de tipificables que “hablan de la vida”, las es-
las palabras ajenas en propias. Plantea que el la escuela por supuesto, pero también de crituras personales se cruzan de maneras
lenguaje siempre pertenece, aunque sea par- más allá: del cine, la televisión, de otras diversas y muchas veces sorprendentes
cialmente, a otros. lecturas, de la música y otras experiencias con formas discursivas vinculadas a tradi-

3 Kalman, Judith: “El acceso a la cultura escrita: la participación social y la apropiación de conocimientos en eventos cotidianos de lectura y escritura” en Revista Mexicana de
Investigación Educativa, Vol. VIII, Nº 17, Consejo Mexicano de Investigación Educativa, México, enero-abril de 2003.
ensayos

ciones literarias muy reconocibles. Hacen tuvo listo, los maestros de la escuela se sor- ponerlas en juego frente a situaciones en
uso de estrategias y tópicos propios de la prendieron de las cualidades literarias que las que escribir los compromete de alguna
literatura para contar historias o desplegar podían ver en ellos. Se preguntaron dónde manera, los interpela, porque eso que es-
la subjetividad por escrito. podrían haber aprendido esos alumnos a criben tiene que ver con su subjetividad,
escribir de esa manera; no podía haber sido sus experiencias o su imaginación.
Estas verdaderas apropiaciones estéticas en los libros, porque aparentemente nunca
con fines muy específicos desafían la mi- habían leído un libro; tampoco mediante la
rada usual que se tiene sobre la escritura enseñanza escolar, ya que eran tan malos
juvenil. En principio porque abre un pa- alumnos… La única hipótesis congruente Coda
norama más interesante sobre los saberes fue que ellos sabían cómo hacerlo, sin haber-
que posee alguien que escribe y aquellos lo estudiado explícitamente; sabían qué es Volver a pensar el lugar de esos escritos
que supuestamente debería tener para un lenguaje literario aunque habitualmente personales en el conjunto de las prácticas
desarrollar habilidades más complejas de no mostraban este conocimiento dentro de de enseñanza de la escritura es un desafío
escritura. Muchos conocimientos puestos la vida escolar4.” complejo para los que estamos compro-
en juego desde la práctica en diarios per- metidos en una enseñanza más democrá-
sonales y escrituras “íntimas” permanecen Ese saber literario que pueden poner en tica e inclusiva. Sin embargo no se trata de
fuera del campo visual de la escuela y de juego los chicos, “sin haberlo estudiado ex- considerar la escritura personal como una 25
las instituciones que determinan qué sig- plícitamente”, ese conocimiento si se quie- “metodología” novedosa e “innovadora”
nifica “saber escribir”. Incluso fuera de la re difuso pero efectivo a la hora de producir (de hecho no lo es en absoluto, además
propia percepción de los propios chicos escritura es un aspecto crucial para empe- de que cualquier práctica que se presente
que escriben. Muchos alumnos afirman zar a reconsiderar el modo en que los jó- así debería ser objeto de desconfianza). Un
rotundamente que “no saben escribir” venes se acercan a la escritura: “son malos nuevo modelo “para enseñar a escribir”. Se
porque restringen ese conocimiento a la alumnos pero escriben literatura”. trata más bien de cambiar el eje de las pre-
normativa ortográfica o a un género espe- guntas y situar en un lugar más interesante
cífico de la escuela. Sin embargo, pueden Es evidente que la escritura personal da la relación de los jóvenes con la escritura.
ser hábiles narradores o escritores de car- lugar a una posición de escritor rica y muy Mirar con más sutileza todo lo que se juega
tas y poemas. activa. Una posición que permite movilizar en términos subjetivos y sociales en la rela-
saberes que tal vez no salen a la luz frente ción de una persona con la escritura.
La lingüista francesa Claire Blanche-Benve- a otro tipo de exigencia. Estrategias dis-
niste decía, refiriéndose a una situación de cursivas para poner por escrito experien- Construir una mirada menos normativa y
trabajo con maestros: cias, afectos e historias reales o inventadas evaluadora sobre esa relación tal vez sea
que nos están diciendo claramente que un camino para avanzar en una enseñanza
“Nosotros corregimos la ortografía y la pun- los jóvenes se apropian de formas litera- más inclusiva y que garantice el derecho a
tuación de los textos ‘escritos’ y cuando es- rias fuera y dentro de la escuela y pueden la escritura para todos.

4 Blanche-Benveniste, Claire, “La escritura del lenguaje dominguero” en Ferreiro, E. y Gómez Palacio, M. (comp) Nuevas perspectivas sobre los procesos de lectura y escritura,
México, 1986, Siglo XXI.

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