0 valutazioniIl 0% ha trovato utile questo documento (0 voti)
11 visualizzazioni1 pagina
Siguiendo un texto de Marciano Vidal, hacemos una pequeña caracterización de la situación actual del pecado, siendo éste uno de los elementos clave en la reflexión teológica de los siglos anteriores. Hoy los teólogos y moralistas se hallan retados por el mundo secularizado y la pérdida de sentido de pecado.
Siguiendo un texto de Marciano Vidal, hacemos una pequeña caracterización de la situación actual del pecado, siendo éste uno de los elementos clave en la reflexión teológica de los siglos anteriores. Hoy los teólogos y moralistas se hallan retados por el mundo secularizado y la pérdida de sentido de pecado.
Siguiendo un texto de Marciano Vidal, hacemos una pequeña caracterización de la situación actual del pecado, siendo éste uno de los elementos clave en la reflexión teológica de los siglos anteriores. Hoy los teólogos y moralistas se hallan retados por el mundo secularizado y la pérdida de sentido de pecado.
exigidos a dialogar con el nuevo mundo y el nuevo hombre que somos ahora. As, una dimensin que antes fuera crucial en nuestra explicacin de la fe, en nuestra vivencia, como la nocin de pecado est ahora frente al desafo de un mundo cada vez ms secularizado y ateo. Si ya no es tan fcil hablar de pecado en nuestro mundo, es tiempo de volver a enfocar dicha nocin? El sentido de pecado no se ha perdido, como sostena Po XII. Sin embargo, es necesario reconocer que las categoras y el enfoque de pecadoque tuvimos en la Iglesia durante mucho tiempo y que obedecan a la lgica de la poca nos son insuficientes para dialogar con el hombre de hoy. La postura del hombre contemporneo en relacin con el pecado es muy compleja. Hoy tendramos que mirar a lo que las ciencias humanas e incluso las exactas tienen que decir sobre eso. Tal vez no somos tan insensibles como se nos presenta, pues en el imaginario colectivo an existe una bsqueda por hacer el bien y evitar el mal. Qu podemos aportar en esta bsqueda? Dnde poner el nfasis para ayudar al hombre hacia una visin equilibrada? Esta nueva situacin de la humanidad nos obliga a replantear la nocin y la vivencia de la culpabilidad cristiana. Es decir, que nuestra pastoral est dirigida a responder a las
nuevas necesidades ms desde una visin
de proceso dinmico que construye una historia de salvacin, que de la esttica y fra casustica que condena ms que libera. Esto es complicado porque el pecado sola ser piedra fundamental en la construccin del discurso cristiano. Tanto en la teologa dogmtica, espiritual, como la moral, fueron explicadas desde la necesidad de reforma al hombre pecador y originaron una serie de prcticas diversas penitenciales que hasta hace muy poco campeaban en nuestras iglesias. Qu pas? Un da el mundo dijo: no ms culpabilidad mrbida y dej poco a poco de practicar y creer el discurso que haba escuchado por tanto tiempo. Cmo poder hablar de pecado en estos das? Es estremecedor que los telogos y los pastores son los nicos que no saben hablar del pecado en estos das. Mientras otras disciplinas tratan sobre el mal en el mundo, lo que llamamos mal moral y buscan dar una respuesta coherente con su campo de accin/reflexin nosotros quedamos perplejos entre la nostalgia por la seguridad pasada y el reto que presenta hoy la inestabilidad que tiene cualquier aseveracin que hagamos. Por todo esto, la situacin del pecado hoy es ms compleja que en tiempos anteriores. Una cultura lquida no se conforma con las estructuras de antao, pues stas no dan una respuesta real a sus necesidades.