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Semiótica III

Diario de campo

Registro No. 1

OBJETIVO
Conocer cómo se reflejaron valores culturales y morales a través del arte y la imagen
durante la colonia.

LUGAR
Museo- Iglesia de Santa Clara (ex convento de la orden de “Las Clarisas”)

FECHA
Viernes 12 de marzo de 2010

¿A QUIÉN O A QUÉ?

Metacognición

DESCRIPCIÓN DE LA OBSERVACIÓN

Los estudiantes de sexto semestre de la Universidad Externado de Colombia,


realizaron la clase de Semiótica III, con una visita al Museo del Arte Colonial, ubicado
en la Candelaria, en las fechas y horario indicado anteriormente, con el fin de realizar
una aproximación al uso de las imágenes religiosas durante la época de la colonia y
escudriñar el dialogo entre el arte colonial y el moderno. Se utilizaron dos instrumentos
la exposición de una experta y la observación participante de estudiantes referente a
las imágenes, símbolos, iconos y el atmosfera religiosa expuesta en el recinto.

La historiadora Cindy, La sociedad colonial del Santa fe de 1629, se movía en un


circuito más que religioso, monetario, sus instituciones, ya sean, la familia, el
matrimonio, la iglesia, los votos de castidad, la educación, la soltería, se determinaban
por cuestiones de capital. Dicha configuración social, delego durante ese tiempo
distintas funciones y “obligaciones” entre el hogar y lo religioso. Dando como resultado
un fuerte vínculo iglesia-familia.

Dicho vinculo era tan estrecho que al haber una pérdida del linaje paterno, gracias al
nacimiento de hijas dentro de una familia, se intentaban cambiar los modelos
patriarcales, estableciendo tres giros que se podían tomar: casarse con un hombre de
linaje y de su misma condición socio-económica, casarse con Dios (convertirse en
monja) y/o hacerse cargo del cuidado de los padres hasta que estos murieran. A
simple vista el panorama parece no tener ningún grado de complejidad. Pero, fuera la
decisión que se tomará y hasta la misma suerte, todas eran el resultado de vínculos
económicos y eclesiales. En el caso del casamiento, la mayor de la hermanas, era
dada al cuidado y protección de un distinguido hombre quien recibía una gran dote por
aquel encargo, claro está que dicha unión era auspiciada y dirigida por la iglesia. Por
otro lado, las mujeres que se enclaustraban, no lo hacían en su mayoría, como una
revelación divina, sino como una obligación social. la monja colonial era una figura de
linaje, una mujer perteneciente a la alta sociedad, culta, ilustrada, que podía acceder al
poder administrativo de la iglesia y de la colonia (dado a que la iglesia era la única
entidad financiera de ese tiempo), al igual que la primera pagaba una dote a la iglesia
para ingresar al convento. La última de las opciones, pero no la menos importante, era
hacerse cargo de los padres y aunque esta mujer recibía el sustento en casa de sus
progenitores, no solo se abstenía de tener su propio hogar sino también de recibir
alguna educación y corría el riesgo de ser desheredada de los bienes de sus padres,
pues estos pasaban a manos del espeso de su hermana.

El sistema social del hogar colonial, era totalmente predecible, de igual manera lo eran
las relaciones entre creyentes y el templo. Este último, se sostenía a través de los
dineros y tierras que los cleros recibían como ofrendas de los creyentes, y hasta de las
recompensas por el perdón de los pecados de los fieles.

Fue así como entre 1619-1647, se inició la construcción de una de las primeras
iglesias de Santa Fe y del primer convento clausurado de mujeres bajo la orden
española de Las Clarisas (establecida en Bogotá en 1629), y la visión de María de :
La iglesia de Santa Clara fue construida por el arquitecto español, Matías de Santiago,
posee una arquitectura híbrida que evoca los estilos europeos de la época y los
santuarios indígenas, de una sola nave, cubierta por una bóveda de cañón, y
distribuida jerárquicamente (el presbiterio, la asamblea y los coros bajo y alto).

“No es solo la representación de imágenes sino el sistema de configuración de


una sociedad”

La iconografía de la iglesia nos permite leer los múltiples símbolos usados en la


colonia, para instruir, evangelizar, educar y por qué no ejercer control social en la
pequeña población de Santa Fe. Iniciando desde sus ornamentada bóveda y
contemplando las imágenes enmarcadas que cuentan la historia de este período,
pudimos comprender que la constancia del oro como un material decorativo, es
gracias a la existencia de la cofradía de joyeros y plateros que regalaron el retablo de
la iglesia en simbolismo de una unión social. En este orden de ideas, muchos de los
cuadros de esta iglesia, se pueden percibir como parte de esa configuración
establecida, en donde los sacerdotes y los trabajadores eclesiales son el camino a
través del cual se llega al perdón de los pecados.

La iglesia continuó dedicada al culto hasta mediados de los años sesenta. Fue restaurada durante la década de los
ochenta y en la actualidad funciona como museo de Arte Colonial. Al interior sobresalen también los numerosos lienzos
enmarcados por magníficas molduras o empotrados en preciosos retablos, y las celosías del coro que recuerdan la vida
en clausura.

La Iglesia es el más rico monasterio que se conserva en el país y, ademas de su bella arquitectura, posee una colección
de arte compuesta por 112 pinturas de caballete, 24 esculturas de bulto redondo talladas en madera, 9 retablos
tallados en madera recubiertos en hojilla de oro y numerosa pintura mural esparcida en el arco Toral, los zócalos, la
sacristía y los coros. La mayoría de talleres santafereños de los siglos XVII y XVIII. Entre las obras destacadas está 'La
Piedad', de Baltasar de Figueroa (siglo XVII). La Iglesia cuenta con tres campanas que datan de 1795.
Observación reflexiva:

Resultó muy gratificante a nivel personal adentrarnos más en el conocimiento de la


sociedad de la Colonia y del cómo las imágenes fueron usadas como mediador social
(convencional) dentro de las distintas instituciones de aquella época. El encuentro con
el arte religioso presente en esta iglesia, produjo emociones encontradas; primero creí
que no muchas de las cosas que iba a ver allí me eran ajenas, y resulto ser todo lo
contrario, allí. Segundo, pude hacer una lectura semiótica y religiosa de la simbología
representada Esta parte del nuestro objeto de estudio me parece muy buena, el
trabajo con la comunidad es muy grato porque permite conocer aspectos de la
comunidad del barrio Santo Domingo que jamás podría haberme enterado de ellos.

. evoca las proporciones de los templos doctrineros localizados en los pueblos de Indios: un largo rectángulo de una
sola nave cubierta por una bóveda de cañón, coro a los pies y arco toral que introduce el presbiterio. Recientemente, se
ha descubierto bajo la arquitectura de madera, pintura mural de los siglos XVII y XVIII con motivos ornamentales
fitomorfos. Las dos fachadas exteriores, tienen en su parte superior ventanas y tragaluces de rejas estrechos y
asimétricos, determinando el mínimo grado de relación que debe ocurrir entre el espacio interior con el exterior. El
convento adyacente fue demolido entre 1912 y 1914.

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