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Para Susana

LA BIBLIOTECA COMO NÚCLEO DE DESARROLLO COMUNITARIO


(Una experiencia en Córdoba, Argentina)1

Rosa María Torres

La Biblioteca Popular de Bella Vista no surgió de una demanda de los vecinos de


este barrio, sino de la iniciativa de una fundación privada, sin fines de lucro, la
Fundación Pedro Milesi, un grupo de personas -intelectuales, profesionales,
artesanos y obreros- dispuestas a contribuir tiempo, esfuerzo y dinero para el
desarrollo de la gente que habita este barrio pobre de la ciudad de Córdoba
(7.500 habitantes aproximadamente). No se trata únicamente de un lugar de
estudio y consulta de libros sino de una verdadera estrategia de organización y
desarrollo comunitario, destinada a “promover valores y conductas que
contribuyan a desarrollar una conciencia cívica autónoma y crítica, y a que los
vecinos sean sujetos activos, protagonistas de su propia historia y multiplicadores
de un proyecto solidario y socialmente productivo, así como facilitar a quienes
carecen de medios materiales o de estímulos culturales, la apropiación del
conocimiento, que es un bien social, producto del desarrollo de la humanidad”.

Cuando se creó, en 1990, la biblioteca se pensó como un espacio de lectura,


reflexión y discusión para los adultos. No obstante, no bien abrió sus puertas,
decenas de niños se sintieron convocados a entrar por ellas. La invasión
espontánea de los niños mostró, irreversiblemente, la necesidad de una biblioteca
para todos, capaz de articular biblioteca y vida cotidiana, hogar y escuela,
necesidades y derechos, educación, cultura, deporte y entretenimiento. Es así
como, en un proceso siempre atento a las demandas y posibilidades de cada
momento, la biblioteca fue abriéndose a una gran variedad de servicios y
actividades, todos ellos ofrecidos de manera gratuita, entre otros:

◊ servicio bibliotecario La biblioteca cuenta a la fecha con 7.000 volúmenes y


con un sistema informatizado de clasificación. Los adultos van todos los días a
leer el diario, mientras que para los escolares se ha montado un archivo con
recortes en torno a temas que envían a consultar los maestros.

◊ animación a la lectura para niños de 3 a 12 años. La lectura se


complementa con expresión corporal, dibujo de historietas y discusión de videos.

◊ recuperación de la historia del barrio a través de un trabajo colaborativo


entre los viejos (que aportan su memoria y su relato) y los adolescentes (que
buscan la documentación en archivos y registran por escrito los relatos).

◊ capacitación laboral para jóvenes y adultos. Los cursos ofrecidos incluyen


corte, confección y tejido; capacitación para auxiliares administrativos y contables
así como para instaladores domiciliarios de gas y electricidad.
1
Incluido en: R.M. Torres, Itinerarios por la educación latinoamericana: Cuaderno de
viajes, Paidós, Buenos Aires-Barcelona-México, 2000.

1
◊ expresión plástica e iniciación al teatro para niños de 6 a 12 años.

◊ educación física e iniciación deportiva para niños de 6 a 16 años.

◊ expresión corporal para mujeres de la tercera edad y gimnasia correctiva para


mujeres jóvenes y adultas.

◊ derechos de la infancia y la adolescencia. Se realizan talleres para


docentes y autoridades escolares en 18 escuelas primarias de la ciudad.

◊ filosofía para adultos. En este taller se da tratamiento filosófico a temas de


la vida cotidiana y se los problematiza colectivamente en el grupo de adultos.

◊ asesoría familiar, escolar y comunitaria en conflictos que involucran a niños


y adolescentes tales como violencia familiar, abuso, abandono, dificultades de
conducta y aprendizaje. Un pequeño grupo interdisciplinario de profesionales
formado por abogados, psicólogos y trabajadores sociales son quienes
diagnostican, orientan y derivan en caso necesario.

◊ producción de video para alumnos a partir de los 12 años y sin límite de


edad. Se prevé que este grupo se integre a la producción de videos de la propia
biblioteca y la comunidad.

◊ huerta orgánica comunitaria, la cual incluye siembra de hortalizas así como


de plantas aromáticas y ornamentales, y lombricultura, esta última a cargo de dos
jóvenes biólogas, recién egresadas, quienes trabajan de manera voluntaria.

◊ funciones semanales de cine tanto para adultos como para niños (4 a 10


años). En el caso de los adultos, la función es seguida por un debate. En el caso
de los niños, después de la función se realizan talleres de expresión corporal,
plástica, invención de diálogos, elaboración de diapositivas, etc.

A medida que la biblioteca ha venido ampliando y ramificando sus actividades,


también han venido ampliándose sus instalaciones. A la pequeña casa (400 m2)
donde funcionan la biblioteca y los diversos talleres, se han agregado dos nuevos
espacios ubicados a pocos metros de distancia: un playón, aún a medio terminar,
donde se realizan las actividades deportivas y las funciones de cine, y, más
recientemente, un terreno donde funciona la huerta -hasta hace poco cubierto de
basura, maleza y escombros- dado a la biblioteca en comodato gratuito.

La casa -esquinera, modesta- consta de tres plantas. El espacio central, en la


planta baja, lo ocupa la biblioteca, espaciosa, luminosa, amueblada con mesas,
sillas y estanterías de estilos muy diversos, donados o recuperados por doquier.
Los niños más pequeños cuentan con una salita de lectura aparte: una mesa con
sillas, cojines para leer en el suelo, dibujos en las paredes, libros en estanterías al
alcance de los niños. Arriba, en el altillo, encontramos a un grupo de abuelas en
pleno taller de expresión corporal, mujeres que encuentran aquí un espacio de

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socialización, esparcimiento y tonificación tanto del cuerpo como del espíritu. En
el altillo está también el taller de video, a cargo de tres jóvenes, dos videístas-
cineastas y una educadora. En una habitación junto a la escalera se hace, entre
otros, la asesoría y la consulta, y aquí nos enfrascamos en una interesante charla
con el grupo de profesionales que escuchan los innumerables problemas que
traen niños, padres y maestros.

Unos pasos más allá, en el playón, un grupo de mujeres jóvenes y adultas -entre
quienes se incluyen tres muchachas con retardo mental- enrolla colchonetas
luego de concluido su taller de expresión corporal, el cual termina siempre con la
lectura colectiva de un cuento corto. Dos cuadras más allá, en la huerta orgánica,
nos reciben las dos biólogas y sus alumnos, hombres y mujeres entusiasmados
con lo que han aprendido y con lo que hacen, ilusionados con las múltiples
posibilidades de la huerta, incluidos un ingreso económico familiar, la
multiplicación de huertas en los hogares del barrio, el uso de la huerta por parte
de las escuelas, y la posibilidad de atraer a ella en un futuro a adolescentes y
jóvenes.

Todo esto se hace a partir de una biblioteca que, sin dejar de ser biblioteca y sin
renunciar a la centralidad de la lectura, ha comprendido el potencial que tienen
una y otra -biblioteca y lectura- para encarnar una misión cultural, un proyecto de
desarrollo local y de desarrollo humano en sentido amplio. Todo esto se hace
gracias a la inteligencia, la sensibilidad y el espíritu altruista y solidario de un
grupo de personas entre quienes se mezclan jóvenes y viejos, estudiantes y
maestros, profesionales y simples moradores. Una biblioteca sensible a la
realidad y necesidades de su entorno, que no teme juntar libros con video y con
cine, cuentos con colchonetas, literatura con gimnasia, enciclopedias con
lombrices, lectura con expresión corporal, conocimiento con placer, aprendizaje
con juego.

Necesitamos más bibliotecas como éstas. Necesitamos que las que ya existen, a
menudo en el anonimato, se den a conocer y se conozcan entre sí, para que
cuenten y enseñen a otros cómo se hace.

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