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Avanzar en educación superior pública
sin recursos adicionales
Análisis de las tendencias centrales del financiamiento estatal
a la educación superior
1
Grupo de Estudios de Educación
Centro de Estudios Fundación Nodo XXI
Septiembre de 2015
1
Víctor Orellana, Javiera Toro
Camila Miranda, José Miguel Sanhueza, Fabián Guajardo
1
Septiembre, 2015. Fundación Nodo XXI.
Los Piñones # 050, Providencia. Santiago de Chile.
E-mail: c
ontacto@nodoxxi.cl
I. Introducción
La posibilidad de llevar adelante una profunda reforma, que inicie el fin de la herencia
dictatorial en educación, se ha forjado gracias a la activa participación de la ciudadanía. El
rumbo que tome esta reforma es clave, pues en ella se juega la ampliación de la
democracia sobre terrenos hoy dirigidos por el mercado, y la oportunidad de comenzar a
recomponer el debilitado diálogo entre política y sociedad.
Sin embargo, a un año y medio de su inicio, y ad portas del proyecto de ley sobre educación
superior, el destino de la reforma se ha tornado incierto. Aunque son diversas las razones
que nos han traído a este punto, es imperativo rearticular el amplio consenso social en torno
a la superación del mercado en educación.
Para ello, no basta con discutir de manera fragmentada sobre gratuidad u otros aspectos
parciales, sino que es necesario abordar un debate democrático sobre el sentido de la
educación chilena: o sigue presa de las orientaciones del mercado más o menos regulado
o comienza a recuperar su carácter público.
Lamentablemente, el debate público actual sobre la reforma ha sido limitado por las
restricciones presupuestarias que impone la desaceleración económica. Se ha dicho que el
espacio para los cambios se ha reducido.
Con este informe, desde la Fundación Nodo XXI buscamos contribuir a despejar estos
aparentes obstáculos, mostrando que avanzar en el camino de la educación pública no
depende al menos en un inicio de recursos adicionales. Es decir, que el debate sobre la
reforma no debe estar condicionado por el fantasma de la desaceleración económica. Este
argumento, en realidad, busca restringir la discusión democrática de la sociedad, pues en
lugar de defender el modelo actual de mercado en cuanto tal, se le dice a los chilenos que,
por las restricciones presupuestarias, es la única vía posible2.
Pero en realidad, con lo que el Estado chileno invierte en educación superior hoy, sin
agregar un peso más, existe holgura suficiente para comenzar un camino distinto al que se
ha recorrido en las últimas décadas, en que se han puesto los recursos de todos los
chilenos al servicio de un injusto e ineficiente mercado educativo. Sin perjudicar a ningún
joven que cursa estudios apoyado por recursos públicos, sea en instituciones públicas o
privadas, se puede comenzar la construcción de una nueva educación pública y gratuita. Lo
que se requiere es un uso más racional y eficiente de las arcas fiscales.
El presente informe trata de identificar algunos aspectos de la educación terciaria que, tras
las distintas manifestaciones ciudadanas de los últimos años, ya no son legítimas y
constituyen un genuino desperdicio o mala administración de recursos públicos. Estos
recursos tienen como destino, habitualmente, el lucro de bancos e instituciones de dudosa
calidad. Tales prácticas y las cifras que se invierten en ellas ya han sido advertidas por
2
Cuadernos de Coyuntura
Sobre este tema, ver Arellano, F. & Aylwin, S. (2015). La regresión autoritaria. (9), pp.
5–15.
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distintos organismos públicos. Por lo mismo, las fuentes que utiliza este informe son
registros oficiales del Estado chileno. Sintetizamos información que ya está disponible y que
ha sido planteada en diversas ocasiones, sea por la Contraloría General de la República, la
Cámara de Diputados, la Dirección de Presupuestos, u otros organismos estatales.
El trabajo se divide en cuatro apartados. A esta introducción (I), le sigue un breve panorama
de las políticas subsidiarias de financiamiento en la educación superior (II), en particular de
los efectos que ha tenido el alza de los recursos públicos invertidos en ella. En la sección
siguiente (III) se tratan en específico algunos instrumentos de financiamiento que podrían
revisarse, y que hoy, transfieren dineros a bancos o a instituciones que lucran y que son de
dudosa calidad. Finalmente, una sección de conclusiones (IV) cierra el documento.
II. El financiamiento subsidiario de la educación superior chilena
El debate sobre la forma en que se financia la educación no puede ser reducido a una
cuestión técnica o presupuestaria. Una mirada en perspectiva de las transformaciones que
ha sufrido la educación superior chilena a partir de 1981 da cuenta que las políticas de
financiamiento han sido uno de sus elementos dinamizadores. Así, se ha transitado de un
sistema centralmente público a uno cuyas principales orientaciones han salido del ámbito
democrático para ser entregadas al mercado.
Tras una primera etapa caracterizada por la intervención autoritaria de las instituciones
educativas, hacia fines de la década de 1970, el gobierno dictatorial impulsa decididamente
un programa de “modernización” de la educación, basado en un modelo subsidiario de
intervención estatal3.
La introducción del principio de subsidiariedad en Chile tiene características propias,
explicadas por los sectores que sustentaron el golpe de estado en 1973, compuesta tanto
por la derecha tradicional chilena, nacionalista y corporativista, como por grupos
neoliberales4. Si bien se impone tempranamente un programa de transformación neoliberal,
también se expresan en la reforma intereses corporativos, especialmente ligados a la Iglesia
Católica.
Ello es particularmente claro en lo que refiere a educación superior. Este nivel se comienza
a reformar desde 1981 con la fragmentación de las universidades estatales y el
establecimiento de libertad a los particulares para fundar instituciones educativas. Junto a
ello, se estancó el financiamiento basal a las instituciones estatales y se crearon los
“Aportes Fiscales Indirectos” (AFI), mecanismo que promueve la competencia entre
instituciones por la captación de estudiantes de mejores rendimientos según el examen de
admisión existente. Asimismo, se impuso el autofinanciamiento de las instituciones y el
cobro de aranceles a los estudiantes junto a un sistema de “crédito fiscal” que permitiera
3
Ruiz, C. & Boccardo, G. (2014). Los chilenos bajo el neoliberalismo. Clases y conflicto social
. Santiago: El
Desconcierto. Ruiz, C. (2010). De la República al mercado. Ideas educacionales y política en Chile . Santiago:
LOM.
4
Cristi, R. (1992). La síntesis conservadora de los años 70. En: Ruiz, C. & Cristi, R. (Editores),
El pensamiento
conservador en Chile. Seis Ensayos (pp. 124–139). Santiago: Editorial Universitaria.
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costear los estudios a quienes no pudiesen pagarlos, a través de su endeudamiento con el
Estado.
Con ello, se puso fin a la comprensión de la educación como un derecho público y gratuito
garantizado por el Estado, traspasándose esta responsabilidad a los particulares, ya sea
como oferentes del servicio educativo (plena libertad para fundar instituciones), o como
demandantes (cobro de aranceles). Así, el rol del Estado se redujo a regular y coordinar el
sistema y a otorgar subsidios allí donde los individuos no pueden costear el servicio.
Producto del compromiso del régimen militar con las universidades pertenecientes a la
Iglesia Católica y la resistencia desde las universidades estatales, la penetración del
mercado en el nivel superior no tuvo el ritmo vertiginoso que se vio en el nivel escolar. Por
ello, al año 1990 el viejo sistema de educación superior seguía siendo fuerte, concentrando
la mayor parte del financiamiento estatal y de la matrícula, a pesar del crecimiento
constante de subsidios a la demanda. Aún hoy perviven las instituciones universitarias
tradicionales, con esquemas de financiamiento diferenciados aunque insuficientes, en
convivencia con un sector privado mayoritario.
Tras la vuelta a la democracia, los gobiernos concertacionistas se comprometen con las
bases institucionales de la reforma dictatorial, proponiéndose mejorar la calidad y aumentar
el financiamiento de la educación superior, sin cuestionar el régimen subsidiario. Las
principales políticas en educación superior buscaron mejorar la capacidad reguladora del
Estado y diversificar las fuentes de financiamiento, en desmedro de los aportes basales5 .
La principal característica de las políticas de financiamiento subsidiarias es que ellas
requieren eliminar la distinción entre instituciones y asegurar un financiamiento estatal
indiferenciado entre ellas, pues se financia a estudiantes y no a instituciones. En definitiva,
así se expresa el compromiso estatal con el crecimiento del sector privado y el abandono de
la responsabilidad sobre sus propias instituciones. La principal herramienta para llevar ello a
cabo es concentrar los recursos en el financiamiento a la demanda o voucher. Por el lado
de la oferta, además de la reducción relativa del financiamiento a las instituciones, esos
recursos se direccionan progresivamente hacia fondos competitivos a los que pueden
postular todo tipo de instituciones.
Una breve revisión de la evolución del financiamiento a la educación en los últimos 35 años
da cuenta de la recepción de estos conceptos. Si bien, tanto el financiamiento como la
cobertura de educación superior ha crecido, ello se ha realizado consolidando el modelo de
mercado.
Así, por ejemplo, en los años recientes Chile es el país que más ha incrementado la
proporción de su Producto Interno Bruto destinada a educación superior en relación a los
países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pasando
de un 1,5% en 1995 a un 2,4% al año 2011. Esto sobrepasa largamente el promedio de la
5
Ejemplo de ello es el informe encargado por el gobierno de Patricio Aylwin: Comisión de estudio de la
educación superior. (1990). Una política para el desarrollo de la educación superior en la década de los noventa
.
Santiago.
4
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OCDE (1,6% al año 2011) y nos deja como uno de los países que más gasta en educación
terciaria en relación a su producto, solamente superado por Canadá, Estados Unidos y
Corea del Sur6 .
Sin embargo, al observar la composición del gasto en educación superior, se observa que
poco menos de una cuarta parte corresponde a gasto público. Es decir, las familias aportan
más del 75% del gasto total del país en estudios terciarios, en dramático contraste con el
resto de los países de la OCDE, donde el aporte de las familias promedia el 30% del gasto
total7. Ello es clara expresión de un Estado que se ha desprendido de su responsabilidad
como garante del derecho a la educación, traspasándola a los individuos, y ha generado un
sistema altamente segregado en que el acceso a la educación está determinado por la
capacidad de pago de los estudiantes y sus familias.
A su vez, el cambio de eje rector del sistema no sólo se expresa en el aumento del
financiamiento privado a la educación superior, sino el propio financiamiento público se ha
orientado a fortalecer la participación de los particulares en detrimento de la oferta pública.
Ello se expresa claramente en el crecimiento de los recursos estatales destinados a
financiar la demanda. Si en 1990, el 83% de los recursos estatales eran destinados al
financiamiento de las instituciones y sólo el 17% era destinado a becas y créditos, hoy la
proporción es precisamente la contraria: el 70% de los recursos estatales son destinados al
financiamiento de los estudiantes y sólo el 30% se direcciona a las instituciones8.
Si se examina más de cerca la distribución del financiamiento, queda en evidencia cómo el
crecimiento del subsidio a la demanda ha implicado el fortalecimiento de los apoyos
públicos a proyectos privados de educación. Al año 2014, por ejemplo, sólo el 24% del
financiamiento público a los estudiantes se destinó a universidades estatales, mientras el
55% llegó a instituciones privadas fundadas post 19819.
Si bien las movilizaciones estudiantiles encabezadas el año 2006 por los estudiantes
secundarios cuestionaron por primera vez de manera relevante el modelo educativo
dictatorial, las reformas que pretendieron dar respuesta al malestar masivamente expresado
no escaparon de los límites impuestos por el estado subsidiario. En particular en lo que
refiere a educación superior, el informe de la Comisión Asesora Presidencial cuestionó
6
OCDE. (2014). Education at a Glance 2014: OECD Indicators . OECD Publishing. Recuperado de:
http://dx.doi.org/10.1787/eag2014en
7
Ibid.
8
Elaboración propia en base a datos MINEDUC. (2012). Evolución de la Inversión de la Gestión Pública en
Educación Superior (19902011) . Santiago. Recuperado de:
http://www.divesup.cl/usuarios/1234/imagen/2013/inversionygestion90_11/files/memoria_historicaedsuperior.pdf ;
Contraloría General de la República. (2012). Financiamiento Fiscal a la Educación Superior 2011 . Santiago.
Recuperado de:
http://www.contraloria.cl/NewPortal2/portal2/ShowProperty/BEA%2BRepository/Merged/2013/Archivos/356_Fina
nciamiento_2011 ; Contraloría General de la República. (2013).
Financiamiento Fiscal a la Educación Superior
2012 . Santiago. Recuperado de:
http://www.contraloria.cl/NewPortal2/portal2/ShowProperty/BEA%20Repository/Merged/2013/Archivos/146_Fina
nciamiento_Fiscal_2012 ; Contraloría General de la República. (2013). Financiamiento Fiscal a la Educación
Superior 2012 . Santiago. Recuperado de:
http://www.contraloria.cl/NewPortal2/portal2/ShowProperty/BEA+Repository/Portal/Bases/Contabilidad/Universid
ades_del_Estado/Estudios/2014/FFES.pdf ; y Ley de Presupuestos del Sector Público año 2015.
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Contraloría General de la República (2015).
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parcialmente la lógica de financiamiento a la demanda, proponiendo un aumento de los
aportes directos a las instituciones estatales. Sin embargo, en vez de fortalecer los aportes
basales y permanentes a las instituciones, se propone el aumento de recursos contra
resultados y competitivos 10.
De hecho, el análisis de la distribución de aquel 30% de los recursos públicos que son
destinados a las instituciones muestra que incluso en este instrumento avanzan los
intereses privados en desmedro de la responsabilidad pública. Si en 1990 el 45% de los
recursos estatales destinados a las instituciones correspondían a Aporte Fiscal Directo a
universidades estatales, al 2014, este ítem había disminuido a 29%11. Ello significa que sólo
el 8% del total de recursos fiscales destinados a la educación superior en Chile consisten en
fondos de libre disposición que contribuyan a la producción libre de docencia, investigación
y extensión por parte de las instituciones estatales 12.
En síntesis, dentro del contexto internacional, Chile destaca por ser un país con una
inversión alta en educación superior. No obstante, el principal componente de dicha
inversión es el desembolso que llevan a cabo las familias y otros actores privados, siendo
sólo cerca de una cuarta parte de este gasto aportada por el Estado. Asimismo, dentro del
gasto público, que crece en la última década, las asignaciones de recursos han estado
orientadas de manera sistemática a contribuir al mercado de la educación superior. Incluso
cuando han sido anunciadas con propósitos opuestos. En definitiva, la expansión del Estado
en términos de financiamiento no ha implicado el crecimiento de la educación pública, sino
todo lo contrario, ha sido su principal enemigo. Esto, por un lado, mediante el crecimiento
permanente del financiamiento tipo voucher en detrimento de los recursos directamente
destinados al fortalecimiento de la oferta educativa. Y por otra parte, con la instalación de
lógicas de carácter competitivo entre instituciones sin distinción de su régimen de
propiedad.
III. Recursos disponibles para redirigir de subsidio al mercado a orientación pública
Tras años de intensas movilizaciones sociales, que han puesto a la educación superior en el
centro del debate, existe el reconocimiento prácticamente transversal de que los recursos
que el fisco ha invertido en instrumentos de financiamiento de la educación superior resultan
injustos, ineficientes y, sobre todo, irracionales.
Como hemos señalado antes, las políticas subsidiarias requieren desdibujar la distinción
entre instituciones públicas y privadas, asegurando de esta forma un financiamiento estatal
indiferenciado. Ello desprende al Estado de sus responsabilidades con una educación como
derecho público y es muestra del compromiso estatal con el crecimiento del sector privado.
Pero en Chile, el impulso incesante del financiamiento a la demanda ha llegado a desdibujar
los objetivos que el propio ideario neoliberal propugna, creando mecanismos a todas luces
ineficientes, en la medida que disfrazan la subvención estatal a la ganancia privada de
10
Consejo Asesor Presidencial para la Educación Superior. (2008).
Los desafíos de la educación superior
chilena. Santiago.
11
Elaboración propia en base a datos MINEDUC (2014) y Contraloría General de la República (2015).
12
Elaboración propia en base a datos Contraloría General de la República (2015).
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“cooperación públicoprivada”. Esta orientación ha llevado al paroxismo de engendrar un
sistema completamente orientado a esta altura sin ninguna lógica a la obtención de
ganancias aseguradas vía subvenciones estatales a todo actor privado que “se arriesgue” a
participar de este mercado.
Es así como se han desarrollado una serie de mecanismos que desnaturalizan por completo
el rol del financiamiento público de la educación superior, convirtiendo el gasto en un
derroche de ingentes cantidades de dinero. Entre ellos, se incluye la cobertura estatal de
créditos entregados por la banca privada, que a la larga ha supuesto un rentable negocio
para uno de los sectores que pese a la pregonada desaceleración no deja de percibir altas
tasas de ganancia. Es lo que ha sucedido también con los incentivos a la competencia vía
voucher que tempranamente se han convertido en simples instrumentos de ampliación de
la influencia de privados en la provisión de educación.
El crecimiento de los subsidios a la demanda ha sido presentado desde los círculos oficiales
como el compromiso público con los jóvenes más vulnerables, pues ha posibilitado su
ingreso a la educación superior. Pero en realidad, estos recursos han sido invertidos en
lógicas de mercado, impidiendo que la ampliación de la matrícula fuera liderada por las
instituciones públicas. Algunos de estos mecanismos ya no parecen legítimos y constituyen,
para un análisis de sentido común, un genuino desperdicio de recursos públicos, recursos
que muchas veces tienen como destino el lucro de bancos e instituciones de dudosa
calidad. Ellos podrían ser pensados para la alternativa de fortalecer el rol y las instituciones
públicas, lo que supone simplemente voluntad política de empujar conscientemente una
genuina reforma con sentido social y dejar atrás los dogmatismos de la subsidiariedad.
A continuación, se analizan algunos de estos mecanismos, a través de estimaciones
lineales gruesas, ofreciendo perspectivas acerca del costo fiscal que ha supuesto y que
podría entrañar para nuestro país el continuar reproduciendo los mismos patrones de
financiamiento, en detrimento de utilizar los recursos ya existentes con sentido público, en la
construcción de un sistema que permita transitar de manera gradual hacia la erradicación
del mercado en la educación superior chilena.
a. Los excesos del Crédito con Aval del Estado
El
Crédito con Aval del Estado (CAE), creado el año 2005, se presentó como una política
pública de superación de los efectos nocivos del mercado, un paso clave en resolver el
problema de injusticia en el acceso a la educación chilena. Asimismo, se mostró también
como la solución definitiva a la permanente insuficiencia del Fondo Solidario de Crédito
Universitario13 . La forma que asumiría esta “solución” al problema del financiamiento sería a
través de un esquema “que intermedie recursos desde el mercado de capitales hacia los
13
Ejemplo de ello es que el gobierno de Ricardo Lagos atribuía el déficit del Fondo Solidario, principalmente, su
dependencia de recursos públicos y al ser estos administrados de manera ineficiente, con bajas tasas de
recuperación. Este diagnóstico se enmarca dentro de un análisis más general de quienes desde fines de los
años '90 identifican una pérdida de "dinamismo" de la educación superior como consecuencia de un modelo
"internamente fracturado" por la división entre educación pública y privada. A partir de este diagnóstico se
promoverá una nueva política para la educación superior orientada precisamente a desplazar el eje
público/privado, y por ende, explícitamente contrario a la construcción de la educación pública. Ver Brunner, J.
(2005). Hacia una nueva política de educación superior. En Foco (45). Santiago: Corporación Expansiva.
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estudiantes, en condiciones que permitan la devolución de estos fondos en concordancia
con el incremento futuro de sus ingresos”14 . A través de este instrumento, resistido en su
momento por los estudiantes, el Estado licita a la banca privada un conjunto de carteras de
deudas de estudiantes que ingresan a la educación superior, actuando como aval de dicho
endeudamiento.
Para incentivar a los bancos privados a tomar parte en un negocio que a priori se suponía
como altamente riesgoso, se fijaron fundamentalmente dos mecanismos. Por un lado,
establecer una tasa de interés lo suficientemente elevada como para asegurar márgenes
significativos de rentabilidad a los bancos participantes. Y por otra parte, el establecimiento
de la figura del
“sobreprecio” o “recarga” , mediante la cual los bancos tienen la facultad
de vender al Estado (o, de manera más exacta, hacer efectivo unilateralmente el aval
estatal) la deuda de aquellos estudiantes con bajas proyecciones de ingresos, ante lo cual
el fisco cancela el monto original del crédito más una comisión adicional (que constituye la
“recarga”), acordada al momento de la licitación, y sin un límite establecido por ley.
A partir de datos de la Comisión Ingresa15 se resume el total de gasto en los que ha
incurrido el fisco en la compra de créditos con aval estatal a los bancos. En el gráfico N° 1
se puede observar el exponencial aumento que ha tenido esta cifra, pasando de poco más
de 9 mil millones al 2006 a cerca de 350 mil millones al año 2014. Del mismo modo, se
puede observar que el monto gastado en pagar “sobreprecios” a los bancos privados ha
pasado de 2 mil millones a más de 64 mil millones.
Gráfico N° 1
Gasto fiscal por concepto de Ley 20.027 de Crédito con Aval del Estado
(Comparación 20062014, en M$ 2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos Comisión Ingresa
14
Biblioteca del Congreso Nacional de Chile. (2005). Historia de la Ley N° 20.027.
15
El detalle del análisis de la información requerida a “Comisión Administradora del Crédito con Aval del Estado”
(comisión Ingresa) se encuentra en el Anexo 2 de este informe.
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En total entre los años 2006 y 2014 el fisco ha desembolsado más de 350 mil millones de
pesos16 únicamente por concepto de sobreprecios pagados a la banca. Entre las
principales entidades financieras beneficiadas por recarga del Crédito con Aval del Estado
se encuentran los bancos Scotiabank, Bancoestado, BCI y Banco Itaú.
Gráfico N° 2
Bancos beneficiados por recarga de Crédito con Aval del Estado (20062014, en M$
2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos Comisión Ingresa
Desde 2012, con la aprobación de la Ley N° 20.63417, a este gasto se le adiciona la rebaja
en la tasa de interés del CAE a un 2% que se realiza a través de
subsidio adicional
del
fisco a la banca privada por este concepto. El gráfico N° 3 muestra el gasto fiscal incurrido y
proyectado por este concepto desde el 2013 en adelante. Se puede observar cómo los
montos asignados en las sucesivas Leyes de Presupuesto exceden largamente incluso las
cifras proyectadas en el Informe Financiero de la Ley antes mencionada .
Gráfico N° 3
Gasto total en subsidios adicionales a Créditos con Aval del Estado (Ley N° 20.634)
(20132015, en M$ 2014)
16
Monto calculado en valores 2014. Para más detalle del análisis de la información ver el Anexo 2 de este
informe.
17
En abril de dicho año se anunció un proyecto de reforma al Crédito con Aval del Estado, con dos ejes de
cambio: por un lado, una rebaja en la tasa; y por otro, la desaparición de los bancos como intermediarios del
Crédito, creándose una “agencia pública” para efectos de la administración del sistema de financiamiento. La
tramitación posterior del proyecto decantaría finalmente en que, si bien no reemplaza a los bancos, la rebaja de
la tasa de interés se realiza a través de subsidio adicional del fisco a la banca privada por este concepto.
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Fuente: Elaboración propia a partir de Leyes de Presupuesto 2013, 2014 y 2015, e Informe Financiero de la Ley
N° 20.634
b. El Aporte Fiscal Indirecto (AFI) y la competencia por estudiantes
Un segundo mecanismo es el Aporte Fiscal Indirecto
(AFI), creado en el contexto de las
reformas de la dictadura que sentaron las bases del actual sistema de educación superior.
Como ya se expuso, se trata de uno de los mecanismos orientados a fomentar la
competencia entre instituciones educativas, que acompañó el desmembramiento de las
antiguas universidades públicas y la imposición de su obligación de autofinanciarse. Este
instrumento es una asignación de fondos que el Estado chileno
entrega a instituciones
educativas, sin distinción alguna, en función de la capacidad que tengan de captar a los
estudiantes con los 27.500 mejores puntajes en la prueba de selección vigente18 .
Esta lógica presupone que un escenario competitivo permite alinear los incentivos de las
instituciones educativas hacia la calidad. Esta argumentación es de hecho explícita en la
formulación de este modelo en Chile, planteándose por ejemplo que “al vivir cada Institución
Educacional de sus propios ingresos, se verían obligadas a cuidar la calidad de sus
servicios pues sus educandos elegirían a las mejores”19.
Con todo, el AFI ha persistido como mecanismo de financiamiento hasta nuestros días. Las
asignaciones presupuestarias por este concepto se han mantenido estables los últimos 10
años, donde para el año 2015 se proyectó un monto del orden de unos 25 mil millones de
pesos20. En el gráfico N° 4 se observa cómo solamente un tercio de este aporte beneficia a
instituciones estatales.
18
Estos puntajes son valorados de distinta manera al momento de determinar el monto del aporte: se dividen en
5 tramos a los que se les asigna un factor de ponderación, el cual según cada tramo es 1, 3, 6, 9 y 12, lo que
determina que los puntajes del tramo superior tengan adscrito un aporte superior a los puntajes más bajos.
19
De Castro, S. et al. (1992). El Ladrillo: Bases de la Política Económica del Gobierno Militar Chileno. Santiago:
Centro de Estudios Públicos.
20
Ley de Presupuestos del Sector Público año 2015.
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Gráfico N° 4
Porcentaje Aporte Fiscal Indirecto de año 2014 según IES
Fuente: Elaboración propia a partir de informes “Financiamiento Fiscal a la Educación Superior” de la Contraloría
General de la República, año 2014
c.
Financiamiento estatal a instituciones investigadas por lucro
El lucro21 es una de las más claras expresiones de la mercantilización de la educación. Pese
a que por ley las Universidades no pueden lucrar (CFT e IP sí lo pueden hacer), se cuenta
con antecedentes de que desde mediados de los noventas instituciones sin fines de lucro
establecen negocios, vulnerando la ley mediante diversos mecanismos; incluyendo
sociedades espejo, ventas, altos sueldos y alza de aranceles. Sin embargo, no fue hasta el
año 2012 en que el lucro se comenzó a investigar públicamente, siendo el caso de la
Universidad del Mar el más emblemático.
Las crecientes movilizaciones lograron el reconocimiento social y político de las nefastas
consecuencias del lucro en la educación. Esto implicó la destitución de un ministro el año
2012 y la aprobación en el año 2014 del “Informe de la Comisión Especial Investigadora
Encargada de estudiar a fondo el Sistema de Educación Superior Chilena” (Informe “Lucro
2”22) por la Cámara de Diputados, que argumentó que
existían universidades privadas con
prácticas de lucro , además de responsabilizar al Estado por la creación del mercado
23
educativo .
21
Se entiende el lucro como “La apropiación privada del excedente generado por una organización o empresa
que produce bienes o servicios”. Una organización con fines de lucro genera utilidades que puede repartir a sus
dueños, como es el caso de las sociedades anónimas y de responsabilidad limitada. Mientras que la
organización sin fines de lucro es similar a una empresa ya que puede cobrar, remunerar, invertir en acciones,
endeudarse y tener utilidades, pero no puede repartirlas a sus fundadores. Deben ser reinvertidas o acumuladas
en el patrimonio corporativo. (Atria, R. (2013). Lucro en la educación superior en Chile . Santiago: Universidad de
Chile).
22
Tras un fallido primer intento “Informe Lucro 1”.
23
“El Estado ha tenido y tiene una responsabilidad ineludible en la creación de un mercado de la educación
superior privada sin regulación, y de instituciones públicas con regulación insuficiente, privilegiando el derecho a
la libertad de enseñanza entendido ésta como libertad de entrada a la oferta educativa, por sobre el ejercicio
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Dicho informe habla de dieciséis instituciones, de las cuales se pueden destacar doce entre
formalizadas e investigadas por el Ministerio Público.
a. Universidades en las cuales se ha formalizado la investigación: Universidad
Internacional SEK, Universidad Pedro de Valdivia y Universidad del Mar.
b. Universidades investigadas por el Ministerio Público: Universidad Andrés Bello,
Universidad de Las Américas, Universidad de Viña del Mar, Universidad Santo
Tomás, Universidad del Desarrollo, Universidad San Sebastián, Universidad Central,
UNIACC y Universidad Autónoma.
Estando en juego la promesa de un futuro distinto para miles de jóvenes y sus familias, es
grave que no exista más información y determinación por parte del MINEDUC por mostrar el
avance de las investigaciones 24.
Mientras, año a año siguen ingresando estudiantes a casas
de estudios de dudosa calidad, que sin regulación alguna multiplican la oferta de carreras
sin contar siquiera con la infraestructura, los materiales y los docentes necesarios.
Sin lugar a dudas, lo más penoso de esta situación es que aquellas instituciones son
promovidas por el Estado, mediante la entrega continua de fondos, favoreciendo su
irracional expansión. Analizando los datos disponibles se puede apreciar que las
instituciones investigadas, al día de hoy,
concentran el 56% de estudiantes de instituciones
privadas creadas post 1981 (NoCruch) y el 16,9% del sistema, destacándose por ejemplo la
Universidad Andrés Bello del grupo multinacional Laureate con una matrícula de 47.414
estudiantes para el año 201525.
Dichas universidades percibieron entre los años 2012 y 2014, por concepto de becas de
arancel, $75.258.727 miles de pesos y entre los años 2006 y 2014 la suma de $263.339.454
miles de pesos por CAE26. Retomando el mismo ejemplo, la Universidad Andrés Bello
recibió entre esos dos años un total de $91.719.959 miles de pesos.
Las transformaciones educacionales que desde 1981 se implementaron en Chile, además
de incentivar la proliferación de instituciones universitarias con incentivos mercantiles,
también legalizaron la práctica del lucro en la educación técnico profesional27. Sector que
durante gran parte del siglo XX y, muy especialmente desde mediados de los años '60,
alcanzaba una posición central en la expansión del sistema de educación28 .
del derecho a la educación, transgrediendo los principios de calidad, equidad, responsabilidad, integración y
transparencia, todos ellos inspiradores del sistema educativo chileno, según la Ley General de Educación”.
Cámara de Diputados. (2014). Informe de la Comisión Especial Investigadora Encargada de estudiar a fondo el
Sistema de Educación Superior Chilena .
24
Es por lo anterior que la fuente más fidedigna sobre las universidades que lucran es el Informe de la Cámara
de Diputados y el Informe emitido por la Contraloría General de la República para dichos efectos y son las que
se analizan en este informe.
25
Ver Anexo 3.
26
Ver Anexo 3.
27
Con un rol protagónico de la Universidad Técnica del Estado (UTE) y el surgimiento de "centros de
capacitación" entre los que destacan el Instituto Nacional de Capacitación Profesional (INACAP) de la CORFO, y
el Departamento Universitario Obrero Campesino (DUOC) de la Universidad Católica.
28
Dicha expansión estuvo ligada a una estrategia de desarrollo basada en una activa política industrial
promovida desde el Estado, que trajo consigo una fuerte necesidad de planificación y coordinación de las
actividades productivas y, por tanto, una demanda significativa de profesionales y técnicos especializados en
ellas.
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Las reformas de la dictadura avanzaron con particular rapidez en la privatización de la
educación superior técnicoprofesional. La reforma creó dos nuevos tipos de instituciones,
los Centros de Formación Técnica (CFT) y los Institutos Profesionales (IP), sin solución de
continuidad con el sistema universitario y, es más, diferenciadas jerárquicamente de las
universidades en función de los tipos de títulos que pueden otorgar29. Hasta la fecha se trata
exclusivamente de instituciones privadas30 , facultadas legalmente para perseguir fines de
lucro31, lo que sucede por la formalidad de sus personas jurídicas en 52 de los 58 Centros
de Formación Técnica existentes y en 33 de los 45 Institutos Profesionales.
Actualmente la matrícula en CFT e IP corresponde al 42,6%32 del sistema, caracterizada por
estudiantes que en su mayoría provienen de los tres primeros quintiles de ingresos33 .
Asimismo, se trata de un sector altamente volátil en cuanto a su plataforma institucional, en
una dinámica de constante creación y cierre de instituciones, que se expresa principalmente
en los CFT y sin perjuicio de los múltiples cuestionamientos recientes a nuestro actual
sistema de acreditación con un porcentaje menor de establecimientos acreditados34. Lo
anterior habla de un escenario de inestabilidad y de inseguridad para todos los jóvenes que
optan por seguir estudios técnicos.
En este espacio de oferta de educación superior el Estado asume una posición neutral,
similar a la asumida con las universidades que lucran, a saber, promoviendo la expansión y
creación de instituciones, depositando en ellas grandes sumas de dinero por concepto de
becas y crédito. En consideración de todos los CFT e IP constituidos como personas
jurídicas privadas con fines de lucro que reciben fondos del Estado, entre los años 2012 y
2014 percibieron $ 182.774.901 miles pesos por becas de arancele s y entre los años 2006 y
35
2014, la suma de $264.339.454 miles de pesos por CAE .
d.
El costo de oportunidad del financiamiento ineficiente
29
Las universidades se sitúan en la cúspide y pueden entregar cualquiera de los títulos que existen:
profesionales con grado académico (licenciatura), profesionales sin licenciatura y técnicos de nivel superior. Los
IP solamente pueden ofrecer los dos últimos, mientras que los CFT única y exclusivamente están facultados
para entregar credenciales de carácter técnico.
Así, se convirtió la tradicional distinción académica entre educación “universitaria” (orientada a la investigación y
continuidad de estudios) y “vocacional” (enfocada directamente al mercado del trabajo y basada en carreras
cortas), en una rígida arquitectura vertical de tipos de instituciones, que de manera explícita sitúa al sector
técnicoprofesional en el escalafón más bajo.
30
El actual gobierno busca contrarrestar dicha situación mediante la creación de CFT estatales, proyecto que se
encuentra en desarrollo. Si bien esto constituye una señal de reconocimiento de responsabilidad pública en la
educación técnicoprofesional, esta medida entraña el riesgo de blindar y asumir como dado, natural e
irreversible el marco institucional impuesto con la reforma educativa de la dictadura, marcada por una
arquitectura rígida de tipos de instituciones que sitúa al sector técnicoprofesional en el escalafón más bajo.
31
En efecto, de acuerdo a la Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (LOCE), refundida en el DFL N°2 del
Ministerio de Educación, año 2010, los Institutos Profesionales y Centros de Formación Técnica deben
constituirse como personas jurídicas, sin exigir que sean sin fines de lucro.
32
Base de datos Matrícula SIES MINEDUC, disponible en: www.mifuturo.cl
33
Según los datos de la Encuesta CASEN 2013 la cifra asciende a un 69% en los Centros de Formación Técnica
y más de un 60% el los Institutos profesionales. Fuente: Encuesta CASEN 2013
34
Entre IP y CFT se ha pasado de 158 planteles al año 2005, a un total de 96 en la actualidad. Cabe consignar
también que a la fecha se encuentran acreditados un 34% de los CFT y un 44% de los IP. Fuente: Base de
datos Instituciones SIES MINEDUC.
35
Ver Anexo 4.
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La responsabilidad por los miles de jóvenes que hoy estudian en instituciones de dudosa
calidad es pública. El Estado no puede desatenderse de la expansión que ha potenciado y
sus consecuencias. Una reforma a la educación superior con sentido público debe asumir la
responsabilidad con todos los estudiantes que hoy se encuentran el sistema, asegurándoles
la validez y proyección de sus estudios.
Sin perjuicio de ello, es fundamental asumir con la misma responsabilidad el tránsito gradual
a un sistema que utilice eficiente y racionalmente los recursos, al servicio de una reforma
que fortalezca el papel público de la educación superior. Por cierto, esto significa que ningún
estudiante puede perder lo que ya recibe, pero también que las lógicas de mercado en el
financiamiento universitario no pueden seguir reproduciéndose. Para dar un giro a la
evolución cuestionada en este informe y llevar adelante una reforma que ponga en el centro
la educación pública, con sentido de futuro, comprometida con la desmercantilización de la
educación, en principio, no se requieren recursos frescos. Bastaría con asumir una
disposición distinta un nuevo trato con las instituciones públicas y buscar encabezar un
proceso de transformación de la educación superior, en la línea de lo que el mundo
educacional ha manifestado desde las movilizaciones del 2011.
En el ejercicio que se realiza a continuación, d
e acuerdo a la información oficial disponible,
se proyectan recursos que el Estado seguiría entregando al mercado educativo si persiste
en reproducir lógicas de financiamiento a la educación superior actualmente existentes.
Concretamente, se proyectan a partir de estimaciones de crecimiento promedio36 (cuyo
detalle puede consultarse en el Anexo 1) lo que sería un potencial gasto en:
a. Gasto Fiscal en recargas del Crédito con Aval del Estado (CAE)
b. Subsidios adicionales al CAE para la disminución de las tasas de interés (de
acuerdo a la Ley N° 20.634)
c. Aporte Fiscal Indirecto total entregado como incentivo a la competencia
d. Financiamiento a nuevos estudiantes (becas de arancel y CAE) de universidades
investigadas por lucro, más CFT e IP con fines de lucro.
Tabla N° 1
Aportes del Estado proyectados para el año 2016
Así pues, se puede observar respecto del CAE que solamente por concepto de
“sobreprecios”, para directo beneficio de los bancos, se puede proyectar un gasto de más
de 67 mil millones de pesos, cifra a la cual se sumaría un subsidio adicional superior a los 9
mil millones. Respecto del AFI, para el 2016 se pueden proyectar más de 24 mil millones a
36
Ver Anexo 1.
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37
Radio U. de Chile, Gobierno anuncia gratuidad para actuales y futuros estudiantes universitarios
. (28 de mayo
de 2015). Recuperado de:
http://radio.uchile.cl/2015/05/28/gobiernoanunciagratuidadparaactualesyfuturosestudiantesuniversitarios.
Es preciso tener en cuenta que tras el cambio de MInistro, los nuevos anuncios incluyen a universidades
privadas como beneficiarias de la gratuidad, encontrándose actualmente en discusión el nuevo mecanismo para
determinar el valor de los aranceles y las condiciones definitivas, por lo tanto, no es posible acceder a un monto
más actualizado.
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gratuidad, lo que reduce el monto anunciado a US$ 300.000.00038. De ser cierto, la cifra
aquí estimada podría cubrir completamente la gratuidad para el 2016 o destinarse a duplicar
el anuncio gubernamental.
Finalmente, un tercer ejemplo, y quizás el que mejor permite explicitar la disyuntiva ante la
cual se enfrenta hoy el gobierno en materia de financiamiento, es el presupuesto de tres
universidades estatales de regiones. Si se toma como referencia los presupuestos totales
2015 de las Universidades de Valparaíso, Talca y Antofagasta, estos arrojan una suma de
$217.059 millones de pesos. En otras palabras, con los recursos que hoy benefician a la
banca y al mercado educativo en general, se podría financiar el presupuesto
completo de tres universidades estatales regionales , lo que expresaría la voluntad de
dar pasos decididos hacia la construcción de una nueva educación pública. Estos recursos
podrían ser la base de una expansión planificada de las instituciones públicas de educación
superior.
En síntesis, de acuerdo a los datos observados, existen recursos disponibles para
comenzar una reforma. La pregunta, entonces, es qué reforma se quiere implementar. El
país se encuentra en una disyuntiva: puede seguir incentivando la expansión de la matrícula
en instituciones que deliberadamente hacen negocios con la educación, junto con seguir
condenando a miles de estudiantes a una deficiente educación, o puede redestinar dichos
recursos para el apoyo a las instituciones públicas, mayoritariamente estatales,
interrumpiendo las lógicas actuales de financiamiento. La decisión que se adopte no está
condicionada por una inyección de recursos adicionales, bastaría con un crecimiento
promedio del gasto público en educación en los últimos años. Depende, en última instancia,
de la voluntad política del Gobierno.
IV. Conclusiones
El análisis expuesto en este informe, a partir del examen de determinadas partidas
presupuestarias representativas de los elementos más perversos del sistema educacional
chileno, permite cuestionar los actuales patrones de distribución del gasto público en
educación superior. No se pretende con ello establecer cuál sería una distribución óptima de
los recursos fiscales, sino simplemente mostrar que de la mano de los mecanismos de
financiamiento analizados se ha construido un sistema manifiestamente injusto e ineficiente.
Ello resulta paradójico, pues la promesa tras la lógica competitiva instaurada por la reforma
dictatorial, y perfeccionada durante los últimos veinticinco años, era justamente terminar con
las falencias que se atribuían al sistema universitario público del siglo XX y dar un uso más
eficiente al gasto público.
De acuerdo a lo expuesto, es posible discutir la pertinencia no sólo de los instrumentos
analizados en este informe, sino de toda la estructura de financiamiento de la educación.
Esta discusión se ha encontrado ausente del debate público reciente, naturalizando las
38
La Tercera,Gobierno reduce presupuesto para la gratuidad 2016.
(26 de Septiembre de 2015). Recuperado
de:
http://www.latercera.com/noticia/nacional/2015/09/6806487939gobiernoreducepresupuestoparalagratuidad
2016.shtml
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herramientas técnicas del estado subsidiario, como si fueran la única forma posible de
organizar la educación.
Así, durante los diez años de funcionamiento del CAE, el Estado ha destinado 350 mil
millones de pesos pertenecientes a todos los chilenos sólo en concepto de sobreprecio y
recarga. Es decir, estos recursos supuestamente destinados a financiar la educación se
han dirigido exclusivamente a subsidiar la ganancia privada de los bancos. En el mismo
periodo, se han invertido prácticamente 250 mil millones de pesos en el AFI, un
mecanismo cuyo único propósito es fomentar la competencia entre instituciones, cerrando la
posibilidad de concebir la educación como un sistema que colabore en beneficio de todos
los chilenos. Por último, el financiamiento fiscal ha contribuido sistemáticamente a incentivar
el crecimiento del mercado educativo. Solo entre el año 2012 y 2014, las instituciones de
educación superior que persiguen fines de lucro (ya sea declaradamente o investigadas por
ello) han recibido la suma de casi 260 mil millones de pesos; y más de
800 mil millones
por concepto de CAE durante los últimos diez años.
Si se decidiera poner fin a esta tendencia y frenar a partir del 2016 el financiamiento estatal
a la ganancia abusiva de los bancos vía CAE, el crecimiento de la matrícula en las
instituciones que lucran y la competencia institucional que introduce el AFI, se podrían
liberar
217 mil millones de pesos (cerca de 307 millones de dólares) . Estos recursos
que equivalen, por ejemplo, al presupuesto de tres universidades estatales de calidad que
contribuyen al desarrollo regional podrían destinarse de manera más eficiente y justa a la
construcción de la nueva educación pública.
A pocos días de iniciarse el debate parlamentario sobre el presupuesto público para el
próximo año, es particularmente pertinente poner en discusión estos conceptos. Si bien la
reforma a la educación superior requiere una proyección de largo plazo y debe ser
abordada sistemáticamente, es posible comenzar a avanzar en ella desde un aspecto
parcial como lo es el financiamiento. En definitiva, al presentar el Proyecto de Ley de
Presupuestos, el Gobierno tiene una oportunidad de comenzar desde ya a construir la
nueva educación pública. La forma en que se materialice la promesa de gratuidad para el
2016 dará cuenta de si se opta por empezar a garantizar la educación como un derecho
social o si, por el contrario, se continuará con una lógica de subsidio a la expansión del
mercado educativo.
Esperamos que este análisis contribuya a la necesaria democratización del debate sobre la
reforma educacional. Chile ha ganado gracias a la masiva participación ciudadana la
oportunidad de redefinir el rumbo de su educación y merece debatir con libertad cuáles
serán las orientaciones de la educación del futuro. En este debate es legítimo que se
defiendan distintas posiciones, entre las que está la organización de la educación como un
mercado. Lo que no es legítimo es que una postura determinada se disfrace de la única
posible, por un interesado uso de la situación económica. O bien, que a través de la
manipulación de la “gratuidad” como bandera, en vez de fortalecer la educación como un
derecho social, se termine perfeccionando el modelo de mercado, introduciendo mayor
financiamiento como incentivos a la competencia.
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Desde la Fundación Nodo XXI, hemos intentado aportar al debate democrático, trabajando
en conjunto con distintas personas del mundo social y educacional en la iniciativa
“Compromiso por una Nueva Educación” ( www.compromiso.cl ). Desde aquí se han
elaborado propuestas y ejes de sentido para dar inicio a una reforma orientada a la
construcción de una nueva educación pública que no se reduce a lo estatal para todos los
chilenos. Naturalmente, un camino de esta naturaleza será gradual y tiene como límite las
posibilidades reales del país. Empero, pensamos y hemos intentado demostrar, que lo que
hace falta es un compromiso político con una reforma genuina, pues empezar a recorrer el
camino de la educación pública es perfectamente posible, incluso sin comprometer un peso
más.
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ANEXOS
ANEXO 1 – METODOLOGÍA DE ELABORACIÓN DE PROYECCIONES 2016
Para efectos de elaborar las proyecciones que se presentan en el Informe ( Capítulo III), el
factor utilizado en cada caso es la
tasa de crecimiento promedio de la variable de interés
en cuestión (ej.: AFI) en un período determinado.
Para calcular la tasa de crecimiento promedio de una variable, en primer lugar se genera
una nueva variable que exprese la razón de crecimiento entre un año y otro, medida como
la proporción entre el valor que adquiere la variable de interés en un año “n” (ej: 2014), en
relación al que tenía en el año “n1” (ej: 2013). Así, esta variable tomará valores superiores
a 1 cuando el valor en el año “n” sea superior al del año anterior, y valores entre 0 y 1 en la
situación contraria.
Extraídos estos valores de crecimiento año a año, la tasa de crecimiento promedio se
calcula a partir de la
media geométrica de cada uno de dichos valores para el período que
interesa según la variable en cuestión. La media geométrica de una cantidad “n” de
números se define como la raíz nésima del producto de todos ellos. Es un indicador
recomendado para datos de progresión geométrica, a diferencia del promedio simple (media
aritmética), que presenta sesgos respecto de valores extremos y fluctuaciones.
Finalmente, la tasa de crecimiento promedio es la expresión porcentual de la media
geométrica anteriormente descrita menos uno.
Para ejemplificar la metodología descrita, se presenta el cálculo realizado para el Aporte
Fiscal Indirecto (AFI). El período de referencia utilizado es el comprendido entre 2006 y
2015.
Tabla N° 1
Valores AFI 2006 2015 (en M$ Diciembre 2014) y razones de crecimiento
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Por lo tanto, en el período 20062015 la tasa de crecimiento promedio del AFI es de 0,18%.
Es decir, en promedio cada año dentro de ese período el AFI disminuye un 0,18% respecto
del año anterior. Con dicha información es posible proyectar el valor del año 2016
considerando este cambio porcentual
AFI 2016 = 24.562.668 * (100% 0,18%) = 24.518.596
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ANEXO 2 – CÁLCULO DE GASTO PÚBLICO EN MECANISMOS DE MERCADO,
RECURSOS DISPONIBLES DE REDIRIGIR Y PROYECCIONES PARA EL AÑO 2016
El primer aspecto considerado es la “recarga” del Crédito con Aval del Estado. En la
siguiente tabla se puede ver el detalle del gasto fiscal por concepto de la Ley 20.027,
incluyendo también los valores proyectados para los años 2015 y 2016. Para la proyección
de estos valores se consideró el crecimiento promedio del gasto total en el período
20102014 (2,4%). Cabe señalar que se considera exclusivamente desde el 2010 en
adelante, con el fin de evitar el sesgo que introduciría a la estimación el considerar años
anteriores, debido al explosivo crecimiento entre los años 2009 y 2010.
Es así como se obtiene un gasto en “recarga” o “sobreprecios” del CAE proyectado para
2016 por M$ 67.465.675 que es el que se utiliza en las proyecciones del Informe.
Tabla N°1
Gasto fiscal por concepto de Ley 20.027 de Crédito con Aval del Estado
(20062014 y proyección 20152016*, en M$ 2014)
Año Compra de créditos Recarga Total
Para el caso de los subsidios adicionales introducidos al CAE a contar del año 2012, en
lugar de elaborar proyecciones para este documento en particular, se consideraron las
proyecciones oficiales hechas en el Informe Financiero de la Ley N° 20.634, a partir de las
cuales se extrae el monto de M$ 9.309.760 que se presenta en la Tabla N°2 y que es
utilizado en la sección de proyecciones del Informe.
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Tabla N°2
Gasto total en subsidios adicionales a Créditos con Aval del Estado (Ley N° 20.634)
(20132015 y proyecciones oficiales 20162017, en M$ 2014)
Respecto al AFI se han considerado las asignaciones presupuestarias por este concepto
presentes en los últimos 10 años, desde el año 2006. En ese periodo el AFI se mantiene
estable en el orden de los 25 mil millones de pesos anuales, lo que permite proyectar un
gasto similar para el 2016 bajo el patrón de crecimiento promedio de este Aporte.
Tabla N°
3
Montos Aporte Fiscal Indirecto por año (Presupuestos 20062015, en M$ 2014)
Fuente: elaboración propia a partir de Leyes de Presupuestos 20062015.
* Proyecciones 2015 y 2016 a partir de tasa de crecimiento promedio del AFI en período 20062014 (0,2%)
En cuanto a las becas, la información utilizada para efectos del presente informe
corresponde a datos facilitados por el Ministerio de Educación, previa solicitud en el marco
de la Ley de Transparencia, con el detalle de las asignaciones de becas, desagregadas por
institución educativa y por estudiantes nuevos y renovantes desde el año 2012 en adelante.
Cabe reiterar que el ejercicio de proyección que se realiza considera exclusivamente las
asignaciones a nuevos estudiantes.
A partir de dicha información, se establecen proyecciones para cada institución a partir del
crecimiento en los montos de asignación de becas a estudiantes nuevos del 2013 y el 2014.
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Luego, mediante la agregación de las proyecciones de cada institución se generan totales
para los años 2015 y 2016, siendo este último (M$ 81.620.320) el consignado en el Informe.
Tabla N° 4
Proyección de becas de arancel a estudiantes nuevos para los años 2015 y 2016 a los
CFT e IP con fines de lucro y a las Universidades investigadas por lucro, por
Institución
IES con fines de lucro o investigada Becas primer año Crecimie Proyección nuevas
por lucro (M$ 2014) nto becas primer año
20132014 (M$2014)
CFT CÁMARA DE COMERCIO DE
SANTIAGO 145.389 193.454 33,1% 257.410 342.510
CFT INSTITUTO TECNOLÓGICO DE
CHILE ITC 415.581 663.002 59,5% 1.057.727 1.687.457
CENTRO DE FORMACION TECNICA
IPROSEC 165.352 191.286 15,7% 221.287 255.994
15.454.49 18.464.87
INSTITUTO PROFESIONAL AIEP 10.826.088 12.934.903 19,5% 5 8
IP DE ARTE Y COMUNICACIÓN
ARCOS 175.723 242.031 37,7% 333.360 459.152
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IP ESCUELA DE CONTADORES
AUDITORES 195.279 176.850 9,4% 160.160 145.046
U. DEL MAR 0 0 0,0% 0 0
U. UNIACC 0 0 0,0% 0 0
66.206.54 81.122.26
TOTAL 54.628.976 58.238.349 0 2
Finalmente, respecto al Crédito con Aval del Estado el horizonte temporal de información
utilizada es mayor, debido a la disponibilidad de información pública en el sitio Web de la
Comisión Ingresa ( www.ingresa.cl ) desde el primer año de existencia de esta forma de
financiamiento. Al igual que en el caso de las becas, la proyección considera solamente las
asignaciones a estudiantes nuevos.
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Al procesar la información de Ingresa tomando en cuenta las instituciones de educación
superior seleccionadas, se aprecian en términos agregados las siguientes cifras
Tabla N° 5
Proyección de Créditos con Aval del Estado a estudiantes nuevos para los años 2015
y 2016 a los CFT e IP con fines de lucro y a las Universidades investigadas por lucro,
por tipo de Institución
Como se puede apreciar en el listado de instituciones anteriormente descrito, se produce un
fuerte incremento del gasto desde el año 2009. Por ese motivo la proyección considera
exclusivamente la información desde 2009 en adelante, lo que permite generar una
estimación conservadora que no se vea sesgada por el aumentos de recursos “fuera de
rango” de la serie. A partir de este crecimiento promedio se generan proyecciones para
cada institución, las que llevan a un total agregado para los años 2015 y 2016, siendo este
último (M$ 34.320.572) el que se incorpora en las proyecciones del Informe.
Tabla N° 6
Proyección de Créditos con Aval del Estado a estudiantes nuevos para los años 2015
y 2016 a los CFT e IP con fines de lucro y a las Universidades investigadas por lucro.
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ANEXO 3 RECURSOS FISCALES A UNIVERSIDADES INVESTIGADAS POR LUCRO
TABLA N° 1
Matrícula de instituciones universitarias investigadas por lucro (2015)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos SIES (www.mifuturo.cl)
Tabla N° 2
Becas de arancel a los estudiantes de las Universidades investigadas por lucro,
considerando estudiantes renovantes del beneficio y nuevos beneficiarios
(2012 2014, en M$ 2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos MINEDUC (Información solicitada por Ley de Transparencia)
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Tabla N° 3
CAE destinado a las Universidades investigadas por lucro, considerando renovantes
y nuevas asignaciones (20062014 en M$ 2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos MINEDUC (Información solicitada por Ley de Transparencia)
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ANEXO 4 RECURSOS FISCALES A CFT E IP CON FINES DE LUCRO.
Tabla N° 1
Becas de arancel a los estudiantes de CFT e IP con fines de lucro, considerando
estudiantes renovantes del beneficio y nuevos beneficiarios
(2012 2014, en M$ 2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos MINEDUC (Información solicitada por Ley de Transparencia)
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Tabla N° 2
CAE destinado a los CFT e IP con fines de lucro, considerando renovantes y nuevas
asignaciones (20062014 en M$ 2014)
Fuente: Elaboración propia a partir de datos MINEDUC (Información solicitada por Ley de Transparencia)
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