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Juliana Peña Ocampo

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H2001.1
Marzo 2, 2010

EL DISEÑO INTELIGENTE
LA INTERVENCIÓN CREACIONISTA EN LA EDUCACIÓN CIENTÍFICA EN LOS
ESTADOS UNIDOS

Estados Unidos es un país universalmente reconocido por sus grandes avances científicos.
Fue el primer país en llevar al hombre a la luna, el primer país que completó una bomba
atómica, y el primer país que tuvo conectividad de Internet. Sin embargo, en los últimos
años se ha llevado a cabo un fenómeno casi incomprensible por aquellos que consideran al
país americano como un líder en la ciencia y la tecnología. En varios estados y distritos
escolares, se ha tratado de incluir dogmas religiosos como parte del currículo de ciencias
naturales. Más específicamente, se ha tratado de incluir al mito de creación explicado en el
Génesis como una alternativa a la teoría de la evolución de Darwin.

Se ha creado una nueva idea llamada diseño inteligente, que busca esconder los motivos
religiosos de este movimiento tras un manto de supuesto sustento científico. Sin embargo,
de ninguna manera se pueden considerar estas ideas como científicas: son meramente
religiosas y no tiene por qué ser parte de un currículo científico. Esto se demostrará a
continuación por medio de una investigación bibliográfica. Este trabajo busca en primer
lugar explicar las ideas aparentemente científicas tras el diseño inteligente, luego mostrar
cómo estas ideas no pueden ser consideradas científicas, y finalmente describir qué ha
sucedido a partir de los intentos de incluir estas ideas en la educación pública de los Estados
Unidos.

El diseño inteligente (DI) dice que hay demasiada complejidad en la vida como para que
todo hubiese surgido por tan sólo evolución y selección natural. Por lo tanto, sus defensores
plantean la idea de que existe un diseñador inteligente (Davis, 1993). Tal como podemos
ver que una pintura tiene un pintor, dicen los defensores del DI, podemos ver la presencia
de un diseñador en la naturaleza. La base supuestamente científica del DI es la idea de
“complejidad irreducible”: hay partes de la naturaleza que no pueden haber surgido por
evolución porque las partes que las conforman son inútiles cuando no están juntas, por lo
que no pudieron haber sido promovidas por la selección natural (Discovery Institute, 2006).
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Michael Behe, un bioquímico propulsor del DI, inventó el término de complejidad irreducible.
Usó la analogía de una ratonera para explicar el concepto: una ratonera se compone de
múltiples partes y es incapaz de atrapar ratones si alguna hace falta. Behe prosigue a
relacionarlo con un ejemplo en la naturaleza, el flagelo bacterial, un motor natural tan
perfecto formado por tantas partes dependientes entre sí, que solamente puede ser el
resultado de un diseñador inteligente (Behe, 2006). Otros ejemplos usados por el
movimiento de diseño inteligente incluyen el ojo y el proceso de coagulación sanguínea.

Otro argumento que presenta el diseño inteligente es que la teoría de la evolución es sólo
una teoría, y no un hecho científico. Los propulsores del DI argumentan que existen huecos
en la teoría de Darwin que no pueden ser explicados por evolución y que por lo tanto no
puede ser aceptada como parte fundamental del currículo escolar. Por lo tanto, ellos
proponen la enseñanza de DI en el currículo científico en escuelas públicas del país, en
adición a y como una alternativa a la teoría de la evolución, bajo la campaña de “enseñar la
controversia”. Un gran número de personas, incluyendo al entonces presidente George W.
Bush, se mostraron a favor de la campaña (Baker, 2003).

Sin embargo, a pesar de las novedosas y cautivadoras ideas del movimiento de diseño
inteligente, nada de lo planteado por ellos puede ser considerado científico, sino puramente
religioso, y por lo tanto no tiene razón para ser parte de un currículo para una clase de
ciencias en una escuela pública de un país constitucionalmente secular como los Estados
Unidos. En primer lugar, se está planteando la idea de que si no se puede explicar con los
conocimientos actuales de la ciencia, es porque un diseñador inteligente lo hizo. Es un
argumento negativo que no tiene manera de probarse o negarse. La idea no explica nada
sobre quién es el diseñador, ni por qué diseñó la naturaleza. Simplemente está regresando a
la atrasada idea de “si no lo sé, Dios lo hizo”, lo cual es fundamentalmente religioso y de
ninguna manera parte del método científico.

En segundo lugar, la idea de la complejidad irreducible, a pesar de los múltiples ejemplos


que usen los científicos que apoyan el DI, no tienen sustento científico. Ken Miller, un
profesor de biología en Brown University y autor de muchos libros de texto que los
creacionistas llaman “evolucionistas”, explica por qué la complejidad irreducible no existe,
continuando con la misma analogía de la ratonera de Behe. A pesar de que le hagan falta
partes para funcionar como una ratonera, una ratonera incompleta, con tan sólo la base, el
resorte y el martillo, puede funcionar perfectamente como un sujetapapeles o una presilla.
De esta misma manera, un subconjunto del flagelo bacterial está presente en una aguja
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venenosa en bacterias como salmonella (, 2007). Así, la más grande idea científica tras el
diseño inteligente queda destruida.

Finalmente, el argumento de que la teoría de la evolución es sólo una “teoría” y que existe
una controversia en el mundo científico es altamente engañoso. Para empezar, la palabra
“teoría” en la ciencia tiene un significado muy diferente al que tiene en lengua cotidiana. En
la ciencia, una teoría es una explicación que surge a partir de una serie de observaciones.
Ejemplos de teorías altamente aceptadas incluyen la teoría de la gravitación universal de
Newton y la teoría de la relatividad de Einstein. La evolución no es una excepción a esto: es
una explicación altamente fundamentada de cómo se originó la diversidad en la vida (,
2007). Sobre la supuesta controversia que existe en el mundo científico, es simplemente
una mentira. El consenso del mundo científico es que la evolución es una teoría completa y
bien sustentada. Una gran cantidad de organizaciones científicas se han pronunciado en
contra del diseño inteligente y a favor de la evolución (, 2010), mientras que la única
organización que apoya el DI es el Discovery Institute, un grupo político que busca la
inclusión del DI en la educación.

Sin embargo, a pesar de que los argumentos a favor del diseño inteligente son fácilmente
probados como falsos, la idea ha sido tan ampliamente aceptada en los Estados Unidos, que
se ha tratado de pasar leyes en más de 15 estados para permitir, e incluso obligar, a las
escuelas públicas a enseñar el DI como una alternativa a la evolución. Tal vez el más famoso
de estos casos ha sido el de Dover, Pensilvania en 2005, donde los padres de familia de una
escuela pública demandaron al distrito escolar cuando éste decidió incluir DI en el currículo
de ciencias (, 2005). Tras una larga batalla legal, el juez proclamó que el DI no es una teoría
científica, sino solamente otra forma de mostrar el creacionismo religioso, y que por lo tal no
se puede enseñar en una clase de ciencias. Incluso tras este suceso, siguen habiendo
intentos de incluir DI en la educación, más recientemente en Ohio y Florida (, 2009).

En conclusión, se puede ver que a pesar de ser fundado como un país secular y ser la cuna
de la ciencia y tecnología del último siglo, Estados Unidos es un país donde la política
conservadora cristiana tiene muchísimo poder. Han llegado hasta tal punto de crear una
teoría pseudocientífica llamada diseño inteligente para el fin de introducir el creacionismo
bíblico como parte del currículo de ciencias. Aunque las pocas ideas del diseño inteligente
pueden ser debatidas sin dificultad, el poder religioso que lo apoya ha logrado empezar
múltiples batallas legales en estados y distritos escolares alrededor del país. Incluso
después de que se determinó en Pensilvania por una corte que es inconstitucional enseñar
DI en clases de ciencia, esto no los detiene. Los grupos religiosos seguirán tratando de
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incorporar sus ideas a la educación nacional. Por esta razón, se debe seguir luchando contra
ellos, como lo hicieron los padres de familia en Dover, para lograr la correcta educación
científica del país.
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FUENTES CONSULTADAS

Tammy Kitzmiller, et al. v. Dover Area School District, et al., 04cv2688 (United States
District Court for the Middle District of Pennsylvania 26 de septiembre de 2005).

NOVA (Productor). (2007). Judgment Day: Intelligent Design on Trial [Película].

Intelligent design in politics. (4 de diciembre de 2009). Recuperado el 28 de febrero de


2010, de Wikipedia, The Free Encyclopedia: http://en.wikipedia.org/w/index.php?
title=Intelligent_design_in_politics&oldid=329750462

List of scientific societies explicitly rejecting intelligent design. (28 de febrero de 2010).
Recuperado el 28 de febrero de 2010, de Wikipedia, The Free Encyclopedia:
http://en.wikipedia.org/w/index.php?
title=List_of_scientific_societies_explicitly_rejecting_intelligent_design&oldid=347213
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Baker, P., & Slevin, P. (3 de agosto de 2003). Bush Remarks On 'Intelligent Design' Theory
Fuel Debate. Recuperado el 28 de febrero de 2010, de The Washington Post:
http://www.washingtonpost.com/wp-
dyn/content/article/2005/08/02/AR2005080201686.html

Behe, M. J. (2006). Darwin's Black Box: The Biochemical Challenge to Evolution. Nueva York:
Free Press.

Davis, P. W., Kenyon, D. H., & Thaxton, C. B. (1993). Of pandas and people: the central
question of biological origins. Richardson, Texas: Foundation for Thought & Ethics.

Discovery Institute. (6 de abril de 2006). About Irreducible Complexity. Recuperado el 27 de


febrero de 2010, de Discovery Institute: http://www.discovery.org/a/3408

Manier, J. (13 de febrero de 2006). Unlocking cell secrets bolsters evolutionists. Chicago
Tribune.

Olson, R. (Dirección). (2006). Flock of Dodos: The Evolution-Intelligent Design Circus


[Película].

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