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HACIA UN SISTEMA DE UNIDADES Y CENTROS REGIONALES

UNIVERSITARIOS COORDINADO POR UNA VICE-RECTORÍA

Juan José Flores Verduzco

Proyecto de Acuerdo para el IV Congreso Resolutivo de Centros


Regionales

Presentación

Las definiciones de política académica para los Centros Regionales y los


cambios estructurales y normativos que le darán cobertura en el futuro son el
eje central de los acuerdos que se esperan del IV Congreso Resolutivo de
Centros Regionales. Es indudable que de ese congreso resultarán lineamientos
de mayor alcance respecto a las funciones de docencia, investigación, servicio
y difusión de la cultura, y con ellos se tendrá una mayor precisión de las
necesidades de cambio estructural. La presente propuesta de proyecto
resolutivo parte de la hipótesis que ya existen suficientes procesos en marcha
en el ejercicio de esas funciones sustantivas, de tal forma que dan la pauta
para plantear futuras transformaciones estructurales.

Es fundamental contar con definiciones propias, producto del ejercicio


democrático en el colectivo de Centros Regionales, para dar respuesta a una
iniciativa de reforma estructural de la universidad que se encuentra en análisis
en el seno de la Comisión Interna de Administración y que será propuesta para
su sanción en el H. Consejo Universitario. Esa iniciativa contempla que los
Centros Regionales se integren orgánicamente a la Unidad Regional más
cercana, desaparece la Dirección de Centros Regionales y la convierte en una
coordinación de unidades académicas foráneas dependiente de una Vice-
rectoría designada por el Rector en turno; asimismo, propone la desaparición
del Centro Regional Universitario del Anáhuac y la integración del Programa de
Maestría en Desarrollo Rural Regional a un Instituto de Investigación y
Posgrado en Desarrollo Rural, conjuntamente con el CIESTAAM. Además,
propone la creación de Centros e Institutos de Investigación y posgrado, la
creación de Divisiones mediante la agrupación de Departamentos de
Enseñanza e Investigación y una reorganización de las Direcciones Generales,
así como la creación de una nueva Dirección General de Vinculación
Universitaria.

En lo que corresponde a Centros Regionales no podemos estar de acuerdo con


las iniciativas que se han difundido, debido a que no recogen las aspiraciones
del conjunto de profesores de Centros Regionales, no parten de un análisis
serio del proceso de desarrollo que ha ocurrido tanto en el ámbito académico
como el estructural, y desconocen que la organización que nos hemos dado
marca rumbo y alternativas para el futuro desarrollo de la universidad en su
conjunto. La universidad pierde si se desarticula el sistema de Centros
Regionales en una fase crucial como lo es el actual proceso de creación de
unidades académicas integrales en cuanto al desempeño de todas las
funciones sustantivas universitarias en cada una de las regiones en que se
tiene presencia. No se ha comprendido que con el actual proceso de creación
de la Unidad Regional Universitaria del Sur Sureste se aprobó sólo la
transformación estructural del CRUSE y que existen legítimas aspiraciones del
resto de los Centros Regionales para crear una plataforma universitaria que
permita la evolución, en su momento, hacia unidades regionales.

Por ello la propuesta central es defender la permanencia de la Dirección de


Centros Regionales, quizá con algunos ajustes que el IV Congreso Resolutivo
puede definir; plantear un programa de creación de Unidades Regionales
Universitarias a partir de los Centros Regionales existentes y los que lleguen a
crearse, con una fase intermedia de transición en la que se mejore su
capacidad estructural para atender adecuadamente los nuevos programas
creados y por crear, y, en un mediano plazo, buscar la integración de un
Sistema de Unidades y Centros Regionales coordinado por una Vice-rectoría
electa por las comunidades correspondientes.

Antecedentes

El sistema de Centros Regionales Universitarios se origina en el seno de la


Escuela Nacional de Agricultura, hoy Universidad Autónoma Chapingo, a
mediados de la década de los años setenta y principio de los ochenta, como
producto de una primera experiencia con el Centro Regional de Puyacatengo,
Tabasco, evaluada favorablemente por el Consejo Directivo y por evaluadores
externos. Las tareas desempeñadas por el primer grupo de profesores
haciendo investigación agrícola regional en forma interdisciplinaria, y las
experiencias formativas de diversos grupos de estudiantes y profesores que los
visitaron al realizar viajes de estudio convencieron a los tomadores de
decisiones del potencial futuro para la ENA-UACh si se lograba cubrir el
territorio nacional con éste tipo de unidades académicas. Desde esa época,
gente visionaria consideró estratégico abrir un programa de crecimiento
nacional de la ENA-UACh para retroalimentar los programas educativos y de
investigación, al reconocer la diversidad ambiental, de cultura agrícola y
socioeconómica existente en nuestro país. Por ello surge el proyecto para la
creación del Sistema de Centros Regionales y en menos de una década se
logró el establecimiento de pequeños grupos de profesores y trabajadores
administrativos en los estados de Oaxaca, Veracruz, Michoacán, Yucatán,
Sonora, Zacatecas y Jalisco, con la misión de desarrollar investigación y
servicio universitario en lo local y regional, así como brindar apoyo académico
a los programas educativos de la sede central, mediante la colaboración con
los viajes de estudio departamentales y con las investigaciones de profesores y
estudiantes.

En su inicio, los Centros Regionales dispusieron de infraestructura y


equipamiento básico, la asignación indispensable de presupuesto para los
gastos de operación y una estructura simplificada de puestos de mandos
medios y superiores que consistía en una jefatura de departamento
administrativo, no de departamento de enseñanza e investigación, sin jefe de
oficina para las tareas administrativas, mismas que fueron asumidas por
personal secretarial, y una coordinación de todo el conjunto con sede en
Chapingo, México, que evolucionó hacia una Subdirección de Centros
Regionales Universitarios en el año 1981.

En la década de los años ochenta las relaciones de apoyo académico a los


Departamentos de Enseñanza e Investigación fueron enlazadas por un grupo
de profesores establecido en la sede central con la función de coordinadores
por Centro; sus tareas fueron básicamente de tipo logístico y de asesoría para
el desarrollo de las actividades de investigación y servicio.

Al crecer el número de Centros Regionales se volvió más compleja la tarea de


conducción académica y de representación y gestión ante la administración
central universitaria o con los Departamentos de Enseñanza e Investigación
(Divisiones). Se elabora en 1994 un Reglamento Académico que precisa los
órganos de gobierno en cada Centro Regional (el Comité Académico Regional)
y en el conjunto de Centros Regionales (el Consejo Directivo y el Comité
Académico General), define una estructura y las atribuciones y funciones de
cada componente, y establece procedimientos para la planeación y evaluación
académica. En los primeros años de la década de los noventa se opera con un
Subdirector de Centros Regionales, los jefes de los Centros Regionales eran
reconocidos con plaza de jefe de departamento administrativo y se continuó
sin reconocimiento formal para la jefatura administrativa.

El desarrollo académico del Sistema de Centros Regionales condujo a la


construcción de programas educativos propios. Como producto de los
resolutivos del primer Congreso Resolutivos realizado en 1988, en 1991 se
inicia un programa de maestría en desarrollo rural regional con una sede en
Chapingo, México, programa que se extendió con nuevas sedes hacia los
Centros Regionales de Zacatecas (CRUCEN) y Michoacán (CRUCO), y de
manera especial con un grupo operativo en Chiapas (San Cristóbal de las
Casas). En 1995 se inicia la carrera de Ingeniero Agrónomo especialista en
Zonas Tropicales (CIAEZT), programa educativo al que concurrieron
activamente profesores de los Centros Regionales de Tabasco (CRUSE),
Yucatán (CRUPY), Oaxaca (CRUS) y Veracruz (CRUO). Ese desarrollo académico
en un primer período no fue acompañado con cambios estructurales que le
brindasen cobertura a las nuevas funciones desempeñadas, sobre todo en el
CRUSE. Sin embargo, sirvió de sustento para que las autoridades de la
Universidad Autónoma Chapingo le otorgaran el estatus de Dirección al
conjunto de Centros Regionales, y de Subdirección a la autoridad de cada uno
de los centros1. Asimismo, se logró el nombramiento de un consejero alumno y
un consejero profesor ante el H. Consejo Universitario, y la aceptación del
Director en las reuniones de la Comisión Interna de Presupuesto con derechos
plenos.

En suma, el desarrollo estructural del Sistema de Centros Regionales ha sido


justificado por su desarrollo académico, y la normatividad que se ha construido
tiene como eje central la conducción democrática de cada una de las instancias
que lo integran y el sistema en su conjunto.

Situación actual

En los últimos dos años han ocurrido transformaciones cualitativas en varios


Centros Regionales por su involucramiento en más programas docentes,
atendiendo las políticas aprobadas por los órganos colegiados de la Dirección
de Centros Regionales. De acuerdo a la información de cara al Congreso
Resolutivo, ese proceso se ampliará y seguirá profundizándose: en el año 2010
el CRUCEN (Zacatecas) seguramente abrirá el nivel propedéutico y al menos
tres Centros Regionales más han decidido iniciar un trabajo sistemático para
construir nuevos programas docentes de nivel licenciatura. Asimismo, desde la
Coordinación de Posgrado de la Dirección de Centros Regionales se construyen
dos programas más de posgrado con el concurso de profesores de varios
centros: el Doctorado en Desarrollo Rural Regional y la Maestría Profesional en
Gestión del Desarrollo Rural, la última utilizando de manera intensiva la
educación a distancia.

Esos cambios cualitativos ofrecen la posibilidad real de ampliar la matrícula


universitaria, atendiendo a una realidad social que demanda mayores
oportunidades de estudio en instituciones públicas; al mismo tiempo, son una
oportunidad para que un número creciente de profesores de los Centros
Regionales se involucren en la docencia, lo que abre el espacio para refrendar
en los hechos una política definida de integración de las funciones sustantivas,
con la que los estudiantes capitalizan en su formación la experiencia que
nuestros maestros han desarrollado en investigación y servicio universitario.

1 Es en esta etapa crucial en la que quizá se incurrió en un exceso de estructura en


aquellos Centros Regionales que no teniendo programas docentes aun no necesitaban
el nivel de subdirector para conducir las tareas de investigación y servicio. Este es un
asunto que se reclama al conjunto de Centros Regionales, mientras que por otra parte
se volvió insuficiente la dotación de mandos medios y superiores para algunos centros
como el CRUSE, que experimentó una sobrecarga de trabaja en la subdirección y la
coordinación académica.
En suma, lo que está ocurriendo es que cada Centro Regional tiende a
desarrollar integralmente las cuatro funciones sustantivas universitarias en su
región de influencia. Como sabemos, en algunos casos se realizan actividades
de producción agropecuaria y forestal, útiles no sólo por lo que significan como
generadoras de recursos propios, sino como plataforma para la investigación
tecnológica, la vinculación y espacios de aprendizaje estudiantil.

Esos procesos de cambio demandan de reformas estructurales que le den


cobertura al crecimiento en marcha. Ello explica la justificación de que el
CRUSE se transforme en una Unidad Regional Universitaria. Pero ¿Qué ocurrirá
cuando el resto de Centros Regionales construya nuevos programas docentes
de nivel medio superior, de licenciatura, de posgrado, y además fortalezcan
sus programas y líneas de investigación hasta llegar a crear Centros o
Institutos de Investigación y posgrado? ¿Podremos evolucionar hacia unidades
regionales en cada Centro Regional?

Lo anterior obliga a mirar en perspectiva el futuro desarrollo del Sistema de


Centros Regionales y a construir propuestas de cambio estructural que
aseguren su viabilidad futura. De ahí la importancia de analizar las propuestas
diversas para acordar lo que le vamos a proponer a los órganos de gobierno
universitarios.

Con base en lo expuesto, se propone al IV Congreso Resolutivo, aprobar el


siguiente ACUERDO:

PROYECTO DE UN SISTEMA DE UNIDADES Y CENTROS REGIONALES


COORDINADO POR UNA VICE-RECTORÍA

1. Se mantiene la organización estructural de la Dirección de Centros


Regionales así como la estructura de los Centros Regionales que
cuenten con programas docentes de nivel medio superior, de
licenciatura y de posgrado, por un periodo de transición definido por el
tiempo en que ocurran los siguientes eventos: hasta que se logre escalar
la actual estructura de cada Centro Regional y un cambio estructural
hacia una Vice-rectoría de Unidades y Centros Regionales. La propuesta
se justifica por lo siguiente:
a) Se garantiza a la UACh construir sólida y colectivamente la política
académica para el crecimiento nacional universitario y para el
crecimiento de la matrícula estudiantil
b) Se le da continuidad a un proyecto académico que ha demostrado
contar con alternativas para el desarrollo educativo, de la
investigación y del servicio para la Universidad Autónoma Chapingo
c) Se garantiza contar con una representación en los órganos de
gobierno de la universidad y con ello tener la capacidad de gestión
para los planes futuros de desarrollo
1. Cuando un Centro Regional establezca un programa de propedéutico o
preparatoria, un programa de licenciatura, un programa o Centro de
Investigación y posgrado, un programa de vinculación y servicio
universitario y un Programa de Difusión, Cultura y Deporte, podrá
acceder a una transformación estructural de transición hacia una Unidad
Regional Universitaria. Esa transformación estructural de transición
consistirá en la asignación de plazas de mandos medios y superiores
para contar con una Subdirección del Centro Regional (ya existente),
una Coordinación Académica (con plaza administrativa de Jefe de
Departamento, por gestionar), una Jefatura de Departamento para
atender las tareas administrativas (por gestionar) y una Coordinación de
Área (a gestionar) por cada función sustantiva (programas docentes,
Programas o Centro de Investigación; Programa de Vinculación, Servicio
Universitario y Difusión, Cultura y Deporte). La organización interna de
su personal académico será por academias de conocimiento para
atender los programas docentes, y por grupos de investigación para
atender los programas de Investigación y servicio, o en su caso las
tareas de los Centros de Investigación que ya están creados o lleguen a
crearse. Los Programas de Difusión Cultura y Deporte serán atendidos
por personal administrativo, personal académico y autoridades en su
ámbito de competencia y vocación profesional, pero contarán con una
coordinación de área.

El siguiente esquema da cuenta de una futura reorganización estructural de los


Centros Regionales.
3. Un Centro Regional podrá aspirar a transformarse en Unidad Regional
Universitaria cuando tenga establecidos un programa de propedéutico o
preparatoria, dos programas de licenciatura, un programa de posgrado
asociado a un Centro de Investigación, un Programa de Vinculación y Servicio
Universitario y Un Programa de Difusión, Cultura y Deporte. El avance con
respecto a la estructura de transición anterior consistirá en la posibilidad de
contar con un Director de Unidad Regional, Subdirector Académico, Subdirector
de Investigación y Posgrado, Subdirector Administrativo y las áreas
equivalentes a la Dirección General de Patronato, Contraloría y Departamento
Jurídico, en concordancia con los planteamientos del proyecto de la Unidad
Regional del Sur Sureste (sujeto a revisión y aprobación por el H. Consejo
Universitario). Se mantendrá la organización matricial de su personal
académico, basada en academias por área de conocimiento para la atención
de programas docentes, y de grupos de investigación para atender los
programas o Centros de Investigación y Posgrado y los programas de
vinculación y servicio universitario. Las áreas administrativas contempladas en
la estructura anterior evolucionarán hacia jefaturas de departamento
dependientes de la Subdirección de administración.

Coordina
El siguiente esquema ejemplifica la organización de las futuras Unidades
Regionales Universitarias.

(Jefatura d
4. En el momento en que lleguen a crearse dos Unidades Regionales más
(adicionales a la URUZA y a la URUSSE), la Dirección de Centros
Regionales se transformará en la Vice-rectoría de Unidades Regionales y
Centros Regionales Universitarios, bajo un proyecto justificativo a
presentar ante los órganos de gobierno de la Dirección de Centros
Regionales y el H. Consejo Universitario. El proyecto justificativo
contemplará los siguientes lineamientos: una propuesta de modificación
del estatuto universitario, la integración y articulación de todas las
unidades académicas existentes fuera de la sede central de la UACh, el
nombramiento del Vice-Rector por la comunidad de profesores y
estudiantes de las unidades académicas de Centros Regionales y
Unidades Regionales, la modificación del reglamento académico de la
Dirección de Centros Regionales, la ubicación de esa Vice-rectoría en la
sede central de la UACh y la revisión de la estructura administrativa que
deberá dar soporte a las funciones de la Vice-rectoría.

Justificación

El contexto nacional que se ha plasmado en uno de los documentos


Jefe de
preparatorios del Congreso llama al conjunto de profesores del Sistema de
Centros Regionales a “contribuir a la construcción de un nuevo proyecto de
nación que incluya como uno de sus ejes fundamentales el fortalecimiento de
los espacios rurales y la revaloración de la agricultura”, partiendo del
reconocimiento de la “fragilización” de los espacios rurales, derivada de la
implantación de un modelo de desarrollo neoliberal que con la crisis financiera
y económica mundial muestra claras señales de agotamiento, y, en
perspectiva, la necesidad de recuperar la atención del Estado mexicano hacia
la agricultura . En ese contexto, las instituciones públicas de enseñanza e
investigación tenemos una enorme responsabilidad en la búsqueda de
soluciones y su aplicación, tanto mediante políticas públicas reformuladas,
como con acciones directas acompañando a la sociedad rural, especialmente
formando los recursos humanos que ella necesita.

De ahí la importancia estratégica que desde lo local y regional se desplieguen


acciones de investigación, formación de recursos humanos y de vinculación
directa con los actores rurales. Sin embargo, esas acciones requieren de una
cobertura institucional en términos de recursos financieros, materiales y
humanos, así como en términos de la organización estructural que las haga
viables.

En una época de serios cuestionamientos al papel de las universidades


públicas, en la que se ha buscado a toda costa imponer un paradigma
mercantilista de las mismas, al servicio de las élites políticas y económicas, es
necesario acudir a los fundamentos con que surge el modelo de la Escuela
Nacional de Agricultura, sintetizados en el lema “Enseñar la explotación de la
tierra, no la del hombre”, para renovar su compromiso con la población rural
mayoritaria.

Ciertamente, la Universidad Autónoma Chapingo cuenta con definiciones de


largo aliento plasmadas en su Plan de Desarrollo Institucional. Dos de las más
significativas para el Sistema de Centros Regionales son el propósito de
consolidar el carácter nacional que se plasma en la Ley que la crea y favorecer
el crecimiento de su matrícula estudiantil, puesto que de ahí se derivan
oportunidades para construir unidades académicas en distintas regiones con la
misión de desarrollar integralmente las funciones de docencia, investigación,
servicio y difusión cultural. En la práctica ya se ha iniciado con esos procesos,
por ello en el corto plazo las necesidades más apremiantes son el
fortalecimiento de la planta de profesores y trabajadores administrativos, así
como el fortalecimiento de las estructuras que den soporte académico y
administrativo a las iniciativas en marcha y por venir.

De nuestra capacidad para impulsar estos cambios dependerá en buena


medida la posibilidad de que nuestra institución sea pertinente en los espacios
regionales.

Chapingo, México, Febrero de 2010

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