Sei sulla pagina 1di 11

La Mujer y el Evangelio

Introducción
Hoy no podríamos estar hablando de los resultados del evangelio, en la
magnitud que lo conocemos, sin la participación de la mujer. Pablo no hubiera
podido contar con colaboradores tan fieles y determinados; si madres piadosas no
hubieran participado en la instrucción de sus hijos en la fe

El evangelio además, encontraría un terreno fértil y más propicio en


mujeres, que quizá debido a su propia naturaleza abrían sus corazones
sorprendentemente en condiciones en que los hombres no lo hacían.

El evangelio introdujo nuevas ideas que aun perduran en nuestros días; las
personas que hoy denigran al cristianismo no tienen idea de cuanto elevo a las
personas, especialmente a las mujeres en el mundo helenista.

A pesar de tener un papel mucho mas reservado y sujetarse al lugar donde


el evangelio las condicionaba; desarrollaron trabajos tan diversos y de tanta
importancia, que las vemos lo mismo enseñando a las mas jóvenes, llevando
epístolas a iglesias, amando a sus hijos, a sus maridos, lavando pies de los
santos, o ejerciendo la hospitalidad.

Durante los días de los Evangelios

Fue durante aquellos días difíciles de la crucifixión del Señor, cuando dieron
muestra de su gran valor.

Los discípulos fueron puestos a prueba y esparcidos debido a las


circunstancias; sin embargo, ellas permanecieron al lado de Jesús, que es uno de
los episodios que Juan el evangelista nos deja para la historia. El texto afirma que
junto a la cruz estaban su madre, y la hermana de su madre, María mujer de
Cleofas, y María Magdalena1. Esto, ocurría así, debido a que la presencia de sus
discípulos generaba toda clase de sospechas, pues Pedro fue cuestionado en tres
ocasiones sobre su amistad con Jesús, produciendo la negación del Apóstol que
se alejo llorando amargamente. Además, para que se cumplieran las palabras del
profeta que dijo: Heriré al pastor y serán derramadas las ovejas2.

1 El Santo Evangelio Según San Juan 19:25

2 Libro de Zacarías 13:7

1
Estas mujeres no solo estaban reunidas por un acontecimiento tan grande,
como el que estaba ocurriendo, sino que fueron ellas las que habían seguido al
maestro a lo largo de sus ministerio por galilea, Judea y Samaria. Los evangelios
afirman que: la misma María Magdalena de la cual habían salido siete demonios,
Juana mujer de Chuza, procurador de Herodes y Susana y muchas otras le habían
servido de sus haciendas. Y habiendo hecho el viaje desde Galilea, ahora; eran
ellas mismas las que sabían todas las cosas acerca del maestro.

Es casi seguro que siguieran todos estos acontecimientos muy de cerca, ya


que algunos evangelistas nos dicen que al ser bajado el cuerpo de la cruz, ellas
vieron donde lo sepultaron. Otros muestras que fueron varias mujeres las que se
dirigían al sepulcro aquel primer día de la semana, pero Juan dice que fue María
Magdalena quien dirigía sus pasos hacia la tumba de Jesús, sin imaginar lo que
estaba por ocurrir, sumida quizá en sus meditaciones acerca de lo que le había
acaecido al maestro. Ella traía consigo drogas aromáticas, que era una costumbre
aparejar cuando un ser amado fallecía, quizá pensaba sobre quien revolvería la
piedra del sepulcro; cuando llego, la piedra estaba quitada. Cuan importante fue
ese momento, pues la cruz y la resurrección de Jesús fueron la parte central del
evangelio y al que Pablo en incontables ocasiones mencionara con tanta
seguridad y amor; de haber sido Pedro u otro de los discípulos los descubridores
de aquel milagro, hubiera significado que los príncipes de los sacerdotes tuviesen
razones pertinentes en acusar a los discípulos; y aun así el dicho de que sus
discípulos vinieron de noche y le hurtaron, fue divulgado. El hecho de ser una
mujer nos dice cuan profundamente estaban relacionadas con los
acontecimientos.

Aquellas mismas mujeres que habían seguido a Jesús durante su vida, lo


seguían haciendo después de su muerte. Es por tanto muy conducente que este
selecto grupo de mujeres eran las que mantenían viva aquellas tantas cosas que
pasaban en Judea durante aquellos días.

Muy probablemente en las casas de estas eran los lugares de reunión,


donde las pláticas sobre la resurrección del Señor ocupaban largos ratos de su
tiempo. Sin duda las horas de oración para la naciente iglesia se hacían más
necesarias conforme trascurrían los días, el libro de los Hechos relata que
perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la
madre de Jesús y con sus hermanos3.

Es por eso que los testimonios de aquellas mujeres, jugaron un papel muy
importante hasta los días de pentecostés; momentos en que la iglesia se dio a
conocer como tal y empezaría su conquista del mundo.

3 Los Hechos de los Apóstoles 1:14

2
Una discípula llamada Tabita
Sin embargo el evangelio tenia que ser esparcido por el mundo entonces
conocido y los mismos discípulos a medida que la palabra de Dios se esparcía
eran trasladados a las diversas ciudades ya sea por las persecuciones o por
voluntad de Dios. Fue durante ese tiempo cuando el Apóstol Pedro se encontraba
en Joppe en la costa mediterránea, ciudad donde resucito a una discípula llamada
Tabita o Dorcas (en griego). Ella era llena de buenas obras y de limosnas que
hacia4 y que a su muerte provoco el dolor y llanto de todas las viudas; al parecer
ella se dedicaba a la elaboración de túnicas y vestidos. Esto era una práctica
común entre las mujeres del primer siglo.

La simplicidad que trajo el evangelio derivadas de aquellas enseñanzas de


la ley pero elevadas a un rango mucho mayor por Jesucristo, estaban aun frescas
en aquellos corazones. Las grandes enseñanzas del maestro pronunciadas en el
sermón del monte y que posteriormente San Pablo expondría con tanta claridad
en su primera epístola a los Corintios nos declara cual era el amor y caridad de
aquellas. Muchos de los conversos provenientes del paganismo fueron ganados
por la conversación y testimonio de aquellas mujeres5; aun en la actualidad no se
conoce otro modo de persuasión más convincente y sincero, modelo que se ha
convertido en una forma de vida.

Lidia de Tiatira
Con ocasión a su segundo viaje misionero, el Apóstol acompañado de
Silas, se detuvo en la ciudad de Filipos en la provincia de Macedonia; hacia tres
siglos que de esta ciudad había salido Alejandro Magno justamente a hacer la
conquista de unos de los imperios mas grande que el mundo ha conocido, ahora
las cosas se invertían; eran Pablo y Silas quienes entraban en aquella ciudad en
la que a la postre quedaría establecida la primer comunidad cristiana en Europa.
Es muy conocida entre nosotros la epístola a los Filipenses.

Las formas en que Dios trabaja en ocasiones no las entendemos,


pero siempre se encarga de que sus propósitos y el mensaje del evangelio lleguen
al corazón de los necesitados. Fue la visión de aquella noche en Troas la que
mostro a Pablo a aquel varón macedonio diciendo: Pasa a Macedonia y ayúdanos.
Con cuanto regocijo debió haberle caído a Pablo aquello, que ahora el y Silas se

4 Los Hechos de los Apóstoles 9:36

5 Primera Epístola Universal de San Pedro 3:1

3
encontraban confiados del respaldo del Señor; y al llegar el día del sábado fuera
de la puerta de la ciudad junto al rio, donde solía ser la oración, sentándose,
hablaron a la mujeres que se habían juntado.

Con cuanta atención debieron escuchar aquellas mujeres de aquellos


hombres que les anunciaban la cruz y resurrección de Cristo, cuan
esperanzadoras eran aquellas palabras y aquel mensaje debió haberles parecido
como agua en medio del desierto, pues las cosas en aquel tiempo no eran del
todo alentadoras. En cuanto a la condición que guardaba el imperio en aquel
tiempo Cesar Cantú en su Compendio de la Historia Universal afirma: “Cundían
las supersticiones, recibíanse las divinidades de todos los países y el pueblo hizo
dioses a todos sus execrables emperadores; buscábase la expiación de culpas en
sortilegios de nigromantes, en el sacrificio de niños y en aspersiones de sangre” 6.
Con tales afirmaciones es indudable que el evangelio llego cuando la humanidad
más lo necesitaba.

El Señor abrió el corazón temeroso de una mujer llamada Lidia para que
estuviese atenta a lo que Pablo decía. En igualdad de circunstancias un hombre
por lo general tiene el corazón más cerrado a la palabra de Dios; aun hoy en día
han sido innumerables los casos, en donde el evangelio ha entrado a un hogar por
la esposa, y posteriormente el Señor comienza a trabajar con los demás miembros
de la familia. Lidia fue bautizada juntamente con su familia, rogando a Pablo y a
Silas entraran en su casa y posaran. Parece ser que se quedaron en la ciudad de
Filipos durante muchos días.

Al parecer Lidia se dedicaba a la venta de purpura en la ciudad de Tiatira


localizada entre la frontera de Lidia y Frigia provincias romanas. Estaba en buenas
circunstancias económicas, como para acomodar al grupo misionero. No porque el
apóstol buscara dadivas, sino fruto que abunde en vuestra cuenta, les dice.

Años después Pablo recordaría con mucho amor la comunicación en dar y


recibir la cual ninguna iglesia lo hizo, solo ellos; y aun a Tesalónica enviaron lo
necesario una y dos veces. Al Dios pues y Padre nuestro sea gloria por los siglos.
Amen.

Loida y Eunice un ejemplo de Fe

6 CANTU, Cesar. Compendio de la Historia Universal., p. 198.

4
Durante su segundo viaje misionero el Apóstol había conocido en la ciudad
de Derbe a un joven hijo de una mujer judía fiel más de padre griego7. De este
daban buen testimonio los hermanos que estaban en Listra e Iconio, ciudades que
pertenecían a las provincias de galacia. Muchos habían sido los judíos que se
habían establecido por diversas regiones del imperio y al parecer esta era una de
ellas.

Uno de los aspectos mas importante de este joven, fue el buen testimonio
del que los hermanos de aquellos lugares daban de el, que sin duda consistía en
los buenos comentarios acerca de su conducta así como pudo ver sido sobre la fe
que el profesaba y que era el reflejo de un corazón temeroso en Dios. Es casi una
regla general y bien entendida entre nosotros que, los buenos modales y
ejemplos, siempre se aprenden en el seno del hogar. Timoteo había nacido en el
seno de un hogar cristiano y temeroso de Dios, tanto su abuela como su madre
tenían una fe muy arraigada en el Dios de Israel, quizá muy posiblemente vivieron
en el periodo de la crucifixión y muerte de Jesús, pero entre las dos habían
educado a Timoteo en aquella misma fe. Este quiso Pablo que fuese con el
acompañándolos en sus viajes misioneros, también fue el primer obispo ordenado
en Éfeso; Timoteo seria uno de los pocos que estuvo con el apóstol hasta el final
de su vida. Aquí bien podemos decir que cuando los hijos son guiados en el temor
de Dios, surgen los buenos hombres. No se pueden pasar por alto aquellos sabios
consejos del apóstol en las cuales dijo con respecto a la mujer: que amen a sus
hijos y en otra de sus epístolas dice: empero se salvaran engendrando hijos si
permaneciere en fe, caridad y santidad, con modestia.

Años después y previendo su fin el apóstol escribe la que seria su ultima


carta a Timoteo, en la cual le describe su carrera en el evangelio, sintiendo que el
tiempo de su partida esta cercano; le llama en ella, amado hijo. Le recuerda que
sin cesar tiene memoria de el en sus oraciones de día y de noche. Al apóstol le
eran gratos aquellos recuerdos de su verdadero hijo en la fe, y singularmente traía
a su memoria aquella fe no fingida que había en Timoteo, y le recuerda como
aquella misma fe, había sido trasmitida a través de su madre y abuela, a lo que el
llamaba una fe no fingida8, fundamentada en promesas, que había traspasado
barreras del tiempo y ahora Timoteo era poseedor de esa misma fe.

Un ejemplo como el de Timoteo, solo puede ser repetido si desde la niñez


se tiene el cuidado necesario en la educación de los hijos; y si madres como la de
Timoteo, han guardado esa fe para ser transmitidas a sus hijos. Dios espera de

7 Los Hechos de los Apóstoles 16:1

8 La Segunda Epístola de San Pablo a Timoteo 1:5

5
vosotros padres, que eduquéis a vuestros hijos en la fe, en las promesas, en el
temor de Dios; no espera que dejéis a vuestros hijos a merced del enemigo.

Febe Diaconisa en Cencreas


La mujer para este tiempo también dentro del evangelio había alcanzado
puestos de tanta confianza que son dignos de tomarse en cuenta. Es muy notorio
como la escritura resalta el trabajo desarrollado por aquellas diaconisas que
oficiaban en las iglesias distribuidas a lo largo y ancho del imperio.

Una de estas y que la escritura tuvo a bien dejar asentada para que hoy
conociéramos de ellas es Febe, diaconisa de la iglesia de Cencreas; puerto
oriental de la ciudad de Corinto, celebre ciudad Helena y una de las más
importantes de Grecia en la época de Pablo. Allí se encontraba una comunidad
judío cristiana, pues siendo esta ciudad de aproximadamente 400,000 personas
en aquellas épocas, y de un nivel cultural elevado, es casi seguro que muchas de
las personas se sintieran atraídas por aquella gran actividad comercial, que
aseguraba un porvenir provisorio; es por ello lógico suponer que la comunidad
cristiana de aquella ciudad fuera una de las mas importantes; allí donde Febe
ejercía su oficio con toda solicitud.

Diaconisa viene a significar un cargo oficial en la iglesia, un cargo cuyo


contenido es difícil de determinar. Por lo menos significa servir en todo lo que era
posible.

El apóstol tenia su confianza en ella, pues le confía la carta que envió


a la iglesia que se encontraba en Roma. Fue escrita hacia finales del 56 o
principios del 57 d.C. En su carta encomienda recibirla en el Señor y ayudéis
como es digna entre los santos, cualquier cosa que ella hubiere menester: porque
ella ha ayudado a muchos… y amplia, a mi mismo9. Esto dicho en palabras de
Pablo significaba el buen grado y la mucha confianza del apóstol en ella, pues solo
en contadas ocasiones se atrevía a pedir algo para si o para sus colaboradores
entre los hermanos.

Consejos del Apóstol


Dentro de las doce epístolas que son atribuidas al Apóstol Pablo y
algunas de Pedro encontramos gran cantidad de consejos a las mujeres, que

9 La Epístola de San Pablo a los Romanos 16:1

6
dieron forma a la iglesia primitiva. Expondremos algunos que estén más
relacionados con el tema:

La esencia del evangelio

No hemos de comparar a la mujer cristiana con la mujer pagana en


términos igualmente de similitud, pues hay una diferencia muy considerable la una
de la otra, el evangelio siempre desde un inicio marco esta diferencia colocándole
en un lugar mucho mas elevado. Pablo en su epístola a Tito remarca esta
distinción que no es otra que, un porte santo10; y partiendo de esta verdad
ramifican todas las demás distinciones de una mujer cristiana, herederas
juntamente de la gracia de la vida11; en una posición de similitud al igual que el
hombre, que a su vez no se han de tomar como una puerta hacia la liberalidad.
Esto en algunos casos es considerado como un logro de la mujer pues la historia
relata que eran tratadas como simple objetos casi en un estado similar a los
esclavos; pero el evangelio puso las cosas necesarias para establecerlas en el
lugar en el que tendrían que ser consideradas; esto es: dándoles honor como a
vaso mas frágil, habitando con ellas según ciencia; aun el apóstol dice: para que
vuestras oraciones no sean impedidas11. Hasta aquí podremos entonces
considerar si era la mujer la que prestaba sus manos en la obra del evangelio o
era el evangelio el que ponía las manos por la mujer.

Fueron muy nutridos los pasajes en los cuales el apóstol Pablo desbordaría
en ejemplos y consejos en el trato de los maridos hacia sus esposas; amad a
vuestras mujeres, les decía, así como Cristo amo a la iglesia; y expondría: así
como el Señor se entrego asimismo por ella santificándola para presentársela
gloriosa para si; así también los maridos deben amar a sus mujeres 12; con motivo
de otra de sus cartas escribió amad a vuestras mujeres y no seas desapacibles
con ellas13. Todas estas cartas eran enviadas a las diversas comunidades
cristianas, en las cuales el Apóstol a través de sus viajes misioneros había
establecido a los largo del imperio; y que el sentía en sus corazones un grande
amor por cada una de las iglesias, pues sabia hasta donde el evangelio sirvió para
sacar de la ignorancia a tanta gente, en aquel tiempo aun muchas de las
provincias eran regiones apartadas y obscuras en donde por mucho tiempo las

10 La Epístola del Apóstol San Pablo a Tito 2:3

11 Primera Epístola Universal de San Pedro 3:7

12 La Epístola del Apóstol San Pablo a los Efesios 5:25

13 La Epístola del Apóstol San Pablo a los Colosenses 3:19

7
religiones paganas habían hecho presa de las mentes y corazones de aquellas
gentes.

La Mujer Calle en la Congregación

El apóstol hace mucho hincapié en esto, no solo la mujer estaba al tanto de


los hijos también incluía el guardar silencio en la congregación. Esto no era un
asunto de opción sino mas bien una ordenación con grado de ser acatada en toda
la extensión de la palabra, el origen de esta enseñanza la encontró el apóstol en
los días justos después de la creación cuando la mujer fue envuelta en
trasgresión, empero se salvara engendrando hijos14; por la mente del apóstol no
solo pasaban escenas de ese cuidado domestico del cual la mujer debería de
tener sino también el cuidado espiritual de muchos hijos en el evangelio.

Vuestras mujeres callen en las congregaciones, les dice; porque no les es


permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la ley dice. Y si quieren
aprender alguna cosa, pregunten en casa a sus maridos; porque deshonesta cosa
es hablar una mujer en la congregación15.

Esta ordenación aparentemente bloquea cualquier clase de aspiración de la


mujer a ocupar un puesto de liderazgo dentro de la iglesia no es sin embargo un
tema que no haya sido debatido asiduamente hasta nuestros días. Quiso Dios
establecer desde el principio con la autoridad que el apóstol tenia y que no se
trataba de solamente encontrar en los días del Edén una excusa para mantener a
la mujer en silencio.

La Señal de Potestad

Esto era no solo un reto para el Apóstol hacerse entender entre aquellas
primeras cristianas, tan diversas en cuanto a su cultura de procedencia se refiere.

Quizá para las cristianas hebreas no fue tan difícil explicarles acerca de
esta enseñanza. Con respecto a esto escribe a la iglesia Corintia: Cristo es la
cabeza de todo varón; y el varón es la cabeza de la mujer; y Dios la cabeza de
Cristo16. Partiendo desde este punto de vista, explica después: la mujer es gloria
del varón, y el varón gloria de Dios. Era pues un orden de menor a mayor,

14 La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo 2:14

15 La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios 14:34

16 La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios 11:3

8
teniendo que la mujer cubrirse su cabeza debido a la afrenta hacia su marido si no
lo hacia, que era su cabeza; pues al no hacerlo se ponía en la misma condición
del marido para con Dios, cosa que al orar o profetizar era necesario hacer para
tener esa señal de potestad o autoridad.

Es muy justo mencionar a nuestras hermanas mujeres cristianas que se


ajustan a la ordenanza del evangelio al reconocer las diversas potestades. Pues
de una manera sumisa se han sometido a sus maridos en todos los aspectos. San
Pedro explica que el estar sujetas a sus maridos es un atavió santo de aquellas
mujeres que esperan en Dios. Como Sara obedecía a Abraham, llamándole
Señor; de la cual vosotras sois hechas hijas. Asimismo añade sed sujetas a
vuestros maridos para que los que no creen a la palabra, sean ganados sin
palabras17. (Para una mayor comprensión consultar el Estudio: La Señal de Potestad).

En Cuanto a las Doncellas y Vírgenes

Estaba muy extendida esta enseñanza especialmente entre el pueblo


hebreo y es frecuente en el antiguo testamento encontrar pasajes donde los
padres ofrecían a sus hijas en celibato como una ofrenda a Dios. Es por eso que
el apóstol no como una ordenanza sino como un consejo dice: empero de las
vírgenes no tengo mandamiento del Señor; si la doncella se casase no peco. Pero
el que esta firme en su corazón, y no tiene necesidad, sino que tiene libertad de
su voluntad y determino en su corazón esto, guardar a su hija virgen, bien hace.
Dando por entendido que tanto la hija como los padres, estaban en un mismo
sentir.

Hay asimismo una diferencia entre la casada y la doncella: la doncella tiene


cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en el cuerpo como en el
espíritu: mas la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, como ha de
agradar a su marido18.

No hemos de concluir por tanto que el apóstol ordena que las doncellas se
casen o permanezcan virgen. Pues en un estado u otro se sirve y agrada a Dios.
Ya sea permaneciendo doncella, teniendo cuidado de las cosas que son de Dios,
o bien casándose, sirviendo a Dios, teniendo cuidado de los hijos y del marido.

Las Viudas en la Iglesia

17 La Primera Epístola Universal de San Pedro 3:5

18 La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a los Corintios 7:23-37

9
Otro asunto no menos importante de la iglesia primitiva era el asunto de las
viudas. San Pablo aconseja al joven Timoteo al respecto: Honra a las viudas que
de verdad son viudas19. En la mente de Pablo estaba esa posición especial que
ocupaban las ancianas; pues le dice; la que de verdad es viuda y solitaria, espera
en Dios, y es diligente en suplicaciones y oraciones noche y días.

Esa posición especial es ganada por el testimonio de la misma viuda


atreves del tiempo: que haya sido esposa de un solo marido, que tenga testimonio
de buenas obras; si crio hijos; si ha ejercitado la hospitalidad; si ha lavado los pies
de los santos; si ha socorrido a las afligidos; si ha seguido toda buena obra. Ya
que durante el primer siglo la iglesia mantenía a las viudas y era uno de los
principios más notorios de caridad que caracterizo al evangelio. Pues al hacerse
esto solía ocurrir que hubiera gran cantidad de mujeres ostentando tal posición. El
apóstol escribía a Timoteo para que supiera diferenciar la que verdaderamente es
viuda de la que no lo es. Le dice, quiero pues que las que son jóvenes se casen,
críen hijos, gobiernen la casa; que ninguna ocasión den al adversario para
maldecir, no menos de sesenta años, viudas mas jóvenes no admitas: porque
después de hacerse licenciosas contra Cristo, quieren casarse. Condenadas ya,
por haber falseado la primera fe. Y aun también se acostumbran a ser ociosas,
andar de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también parleras y curiosas,
hablando lo que no conviene.

La iglesia consideraba a las viudas en una posición especial y de respeto,


mantenerlas por tanto era también uno de los principios de caridad mas arraigados
en la iglesia del primer siglo y que más llamaba la atención entre los críticos del
evangelio.

Conclusión

Todo lo anterior nos dan una idea de cómo la mujer fue una pieza
fundamental para el esparcimiento y consolidación del evangelio en la humanidad
de los primeros siglos después de Cristo.

No fueron tan solo los discípulos los que estuvieron a cargo de la obra
evangelistica en el mundo entonces conocidos. También fueron cantidad de
mujeres que con su buen testimonio al cuidado de su casa y de sus hijos se
ganaron el respeto e impresión de la opinión pública. El libro de los hechos es tan
solo una porción de conocimiento de hasta donde las cristianas habían hecho por
el evangelio; y tiempo después el apóstol en sus epístolas a las diversas iglesias

19 La Primera Epístola del Apóstol San Pablo a Timoteo 5:3

10
nos dejaría una prueba mas de cual era su modestia, su entrega y sumisión a
Dios.

Sin duda la historia aun no termina de escribirse y es casi seguro que


seguirá habiendo madres de fe como la de Timoteo, caritativas como Dorcas,
ayudadoras como Febe y sobre todo mujeres entregadas a la obra de Dios
capaces de ganarse a sus familias para Jesucristo.

Amen.

Nogales, Sonora. 16 de Enero de 2010.

Hno. Omar Olivas Zazueta.

11

Potrebbero piacerti anche