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Blas Matamoro
AMOR
En la pasin el recuerdo se inclina a lo intemporal. Congregamos las dichas de un pasado en una
sola imagen; los ponientes diversamente rojos que miro cada tarde sern en el recuerdo un solo
poniente. Con la pasin pasa igual: las ms incompatibles esperanzas pueden convivir sin estorbo.
Dicho sea con otras palabras: el estilo del deseo es la eternidad.
Hay quien busca el amor de una mujer para olvidarse de ella, para no pensar ms en ella.
La guerra, como la mujer, sirve para probar a los hombres.
El amor me preocupa demasiado en la vida real. Por eso no aparece en mis cuentos: no quiero
pensar en l cuando escribo. Los argentinos estamos mejor dotados para la amistad que para el
amor o el parentesco.
El amor exige continuos milagros y reciprocidad. Si uno deja de ver a una persona por unos das
se puede llegar a sentir muy desdichado. Se siente con mucha intensidad y puede llevar a la
desgracia. La amistad, en cambio, puede prescindir de la frecuentacin.
Con cierta tristeza descubro que toda la vida me la pas pensando en una u otra mujer. Cre ver
pases, ciudades, pero siempre hubo una mujer para hacer de pantalla entre los objetos y yo.
Enamorarse es producir una mitologa privada y hacer del universo una alusin a la nica persona
indudable.
El coito es aquel momento de la dicha en que cada uno es los dos, la unin en que nos perdemos
para perdernos luego en el sueo.
ARGENTINA Y LOS ARGENTINOS
El lunfardo es un vocabulario gremial como tantos otros, es la tecnologa de la furca y de la
ganza. Ni para las diabluras de la gracia criolla ni para la recatada piedad el lunfardo es bueno.
Los escritores argentinos escriben en el lenguaje de los saineteros, que ninguno habla y si, a
veces gusta, es precisamente por su aire exagerativo y caricatural, por lo forastero que suena; o
en el lenguaje de los cultos, que mueren de la muerte prestada del espaol.
Ser argentino es hoy (1927) una ocupacin descansadsima. Nadie trasuea que tengamos algo
que hacer. Pasar desapercibidos, hacernos perdonar esa guarangada del tango, descreer de todos
los fervores a lo francs y no entusiasmarse es opinin de muchos. Hacerse el mazorquero o el
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