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VELOCIDAD DE LA LUZ...
Resulta muy difícil imaginar que podría haber existido algún instante en la
historia de la humanidad donde en ningún rincón de nuestro planeta existiese una
mente trabajando en la resolución de algún problema, por simple o complejo que
este fuese. Es justamente de esas mentes ocultas en esos rincones, e inspiradas
por la necesidad o talvez algún sueño o fantasía, que han nacido inventos como la
rueda, la palanca, la escalera, el clavo, la mesa, la brújula, el barco, las velas de
viento, las hélices, el avión y tantos otros que revolucionaron su época o que en el
peor de los casos pasaron desapercibidos. Se quiere enfatizar con esto que
siempre ha existido la ciencia y que como tal, siempre existirá; además de
separarse en infinidad de ramas, dedicadas cada una de ellas a resolver problemas
de distinta índole.
Quizás fue algún tronco caído a las orillas de un río el primer medio de
transporte utilizado por el ser humano, o probablemente algún animal
domesticado; lo cierto es que siempre ha permanecido el espíritu de lucha por
mejorar lo concebido; logrando así, evolucionar de la forma hoy conocida; llegando
a construirse grandes embarcaciones a velas o a vapor, movidas por aspas
gigantescas (toda una hazaña de ingeniería), que representaron el principal medio
de transporte por varios siglos. Hasta que a alguien se le ocurrió mirar hacia el
cielo y envidiar a las aves sus alas. Fue así como muchos hombres de ciencia
(conocidos o no), decidieran crear un artefacto similar a las aves; con alas, cola, ¡y
hasta plumas!. No obstante, muchos resultaron infructuosos. Siguió la lucha y en
1.903 los hermanos Wright lograron su cometido.
Hoy día la velocidad del sonido (Quizás sea esta la meta más significativa en lo
que a velocidades se refiere) puede ser superada con relativa facilidad, e inclusive
varias veces su valor, produciéndose algunos fenómenos que aquí no serán
tratados. Sin embargo, la ambición, la curiosidad o grandes sueños hayan fijado lo
que es hoy día la próxima meta a rebasar: la velocidad de la luz.
ACELERANDO HASTA LOS 300.000 KM/SEG:
Alcanzar la velocidad de la luz es una meta fijada hace ya algún tiempo, pero
lamentablemente seguimos estando en la fase preliminar de trabajar e idear para
llegar al objetivo. Es natural (por seguir un rumbo), continuar en el camino andado
para superar la velocidad del sonido, mejorando los logros obtenidos. Es decir,
construir un avión muchísimo más liviano que los mejores y más rápidos que los
de ahora, diseñar motores y/o turbinas ¡muchísimo! más potentes y eficientes que
los más capaces de ahora y desarrollar un combustible unas cuantas miles de
veces más rendidor que los más rendidores de hoy en día, para combinarlos así y
obtener el transporte más rápido conocido en la historia de la tecnología. Podemos
imaginar entonces a dicho artefacto despegando y acelerando hasta alcanzar por
lo menos los 300.000 Km/seg que la velocidad de la luz implica; un hecho quizás
no tan difícil de imaginar pero que aún con un aparato como el descrito involucra
factores tan evidentes y aleatorios como difíciles de superar. Factores considerados
como los auténticos obstáculos para lograr lo propuesto.
Un avión supersónico sería capaz de alcanzar la velocidad del sonido (343 m/s
o 1200 Km/h) en unos treinta segundos; ello se traduce en una aceleración de
aproximadamente 12m/s^2. Puede notarse que es algo mayor que la aceleración
de gravedad (la aceleración de la gravedad es aproximadamente 9.8 m/s^2). Sin
embargo, para optimizar el proceso supongamos una variación de velocidad de por
lo menos cinco veces la producida por nuestro campo gravitatorio. Entonces, a una
aceleración de 49 m/s^2 el avión llegaría a los 1200 Km/h en unos siete segundo
de vuelo; un lapso de tiempo relativamente corto pero que supone consecuencias
sino mortales al menos muy peligrosas para el piloto, pues estaría sometido a
cinco veces su peso, que lo presionaría contra el asiento.
Cuando Einstein a principios del pasado siglo enunció la teoría que abría las
puertas de los viajes en el tiempo (teoría de la relatividad, 1.905), también (y
posteriormente) puso las cadenas que al parecer las cerraban nuevamente, al
revelar que la masa de un cuerpo depende de la velocidad a la que se encuentre y
que a la velocidad de la luz ésta se hace infinita, imposibilitando de esa manera
desplazarse en esas circunstancias. Se refería a que un cuerpo al variar su
velocidad varía su masa, dependiendo la variación, de la masa del cuerpo en
reposo y de la relación de la velocidad con la velocidad de la luz, pues, al variar
ésta (la velocidad del cuerpo) dentro de los parámetros ordinarios, la masa se
modifica inapreciablemente, pero al ir acelerando y al acercarse cada vez más a los
300.000 Km/seg ésta se incrementa indefinidamente.
La física cuántica definitivamente está en pañales, aún así ha traído a la luz del
mundo conceptos y teorías que atentan contra cualquier postulado de la mecánica
clásica, por fuerte o "demostrado" que éste se encuentre. Ha permitido hablar
entonces de propiedades corpusculares de la luz y de comportamientos
ondulatorios de cuerpos palpables, ya se dice de superconductores de electricidad,
e inclusive se ha planteado la posibilidad de tele transportar elementos materiales
como si se tratase de una señal de radio o un pensamiento. Es esto último (la tele
transportación) el verdadero reto planteado, por ser tan fascinante como utópico
(Para un verdadero científico nada es utópico). No está de más ubicarse en unos
cien o doscientos años (talvez menos) en el futuro y desde ya estudiar las ventajas
de las herramientas cuánticas sobre las clásicas.
Abordado siempre por el tema de los OVNIS, trata de entender como podría la
raza humana desplazarse a velocidades comparables o mayores a la velocidad de
la luz, y sin alejarse de los conceptos teóricos de la física cuántica conocidos a la
fecha escribe en sus ratos libres de universitario ESPECULACIONES SOBRE LA
VELOCIDAD DE LA LUZ.