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Carlos Fernández
University College London
Valentino Gianuzzi
Pontificia Universidad Católica del Perú
E
ste artículo quiere presentar, comentar y dar a conocer algunos textos
hasta ahora desconocidos del poeta peruano César Vallejo (1892-
1938) descubiertos a raíz de una serie de investigaciones llevadas a
cabo durante los meses de febrero y marzo de 2007 en las ciudades de Lima
y Trujillo.1 Estos textos —algunas versiones de poemas incluidos en Los
heraldos negros y publicadas con anterioridad en la prensa, reimpresiones de
la narrativa de Vallejo y un artículo desconocido— ayudarán a establecer una
cronología más exacta de la obra del poeta y a resolver algunas cuestiones
textuales que no estaban muy claras a causa de testimonios divergentes
entre sus contemporáneos. También se recogen aquí nuevos artículos que
pertenecen a una polémica en torno a la poesía de Vallejo surgida en Trujillo
en 1917. Los nuevos textos nos permiten formarnos una idea más precisa de
lo acontecido y especular sobre el papel que estos sucesos desempeñaron en el
traslado de Vallejo a Lima.
1
Los autores quieren agradecer por su ayuda a Josefina Espejo Luque, Jorge Kishimoto,
Ricardo Silva-Santisteban, Jorge Puccinelli, Teodoro Rivero-Ayllón, Isabel Cerro, Luis
Miguel González, a los empleados de La Industria, a Angélica Domínguez y al personal de
la Biblioteca Nacional del Perú. Asimismo, Carlos Fernández quiere dejar constancia de su
gratitud a UCL y University of London por las becas que le permitieron llevar a cabo esta
investigación. Las imágenes 2 y 4 fueron tomadas del archivo del periódico La Industria
(Trujillo). La imagen 7 procede del archivo familiar de Juan Espejo Asturrizaga. Las imágenes
9 y 10 se reproducen con el permiso de Rare Books and Manuscripts, Special Collections
Library, the Pennsylvania State University Libraries. El resto de las imágenes aparecen por
cortesía de la Biblioteca Nacional del Perú.
2 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007)
POESÍA
[...] Vallejo visitó a Orrego en la redacción del diario LA REFORMA, con el objeto
de hacerle entrega del manuscrito de Aldeana. El joven crítico, que había venido
incitando al poeta a dejar la imitación de otros modelos para emprender la búsqueda
recóndita de la propia expresión, saltó de gozo al intuir, mediante la lectura de los
primeros versos de Aldeana, que Vallejo comenzaba a abandonar las andaderas líricas
y a caminar por sí mismo. En el curso de la tertulia vespertina, Orrego informó a sus
demás amigos acerca de lo que él consideraba como un verdadero «acontecimiento
literario» en la vida de la naciente agrupación. El poemita fue leído y releído
ávidamente por todos los concurrentes y, luego, comentado en forma ruidosa y
ditirámbica. (1962 [1959]: 47)
2
En un futuro trabajo estudiaremos los escritos de Antenor Orrego sobre Vallejo y su
influencia en la vallejística.
3
«Aldeana» se publicó en Nuestra Época el 6 de julio de 1918, junto con «La de a mil» y
«Heces». Una edición facsimilar de este periódico, del que solo se imprimieron dos números,
apareció en 1986, publicado por la Editorial Amauta en Lima.
Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 5
Mayo [...] que, al parecer, había sufrido ya algunas correcciones antes de su primera
publicación, acabó por perder, a la postre, buena parte de su frescura original, al
aceptar ciertos innecesarios elementos de orden cultural. En efecto: Esa mano que
no ha bizantinado aún el guante, ese Aquiles incaico del trabajo, esa Venus pobre, ese
himno de Virgilio en su cencerro, ese aroma de broncíneos lotos, en fin, sólo alcanzaron
a complicar y perturbar la simplicidad cuasi edénica de la vida serrana a que alude
el poema. (1962 [1959]: 49)
5
Por lo que sabemos, la única colección que se conserva de La Reforma se encuentra en la
Biblioteca Nacional del Perú. La falta de registros hace imposible saber si las fechas de los
sellos que figuran en los periódicos corresponden con la fecha de adquisición o con la de
puesta a disposición de los lectores. Todos estos periódicos, que se conservan en volúmenes
encuadernados, tienen un sello que reza “Oct 1950”, y sus fechas varían entre «00 Oct 1950»
[sic], para el año 1913, y «24 Oct” 1950», para el año 1921, del que solo se conserva el primer
semestre. En cualquier caso, Espejo habría tenido tiempo para peinar esta publicación antes
de 1965. Hoy, se puede consultar otra colección menos completa de La Reforma (ejemplar
8 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007)
2); según Jorge Kishimoto (comunicación personal) esta colección no estaba disponible
cuando él llevó a cabo su investigación a finales de los años 80. El ejemplar 2, que no tiene
sellos, aunque muy incompleto, nos ha ayudado a llenar algunos vacíos importantes, ya que
contiene números del periódico que no figuran en el ejemplar 1. La reproducción de estos
vacíos en la narración de Espejo sugiere que el ejemplar 1 fue la colección que él peinó y que
le proporcionó la mayoría de los datos nuevos de su biografía para el periodo que va de 1916
a 1921. Entre estos vacíos, podemos mencionar la versión de «Aldeana» arriba reproducida, y
dos textos relacionados con los sucesos de Santiago de Chuco, que faltan en la detallada lista
de Espejo (1965: 237-243): José Martínez Céspedes, «Los sucesos de Santiago de Chuco», La
Reforma, 16 de septiembre de 1920, p. [3]; José Santos Vásquez, «Comunicado», La Reforma,
17 de septiembre de 1920, p. [3].
6
Debemos subrayar, sin embargo, que una reimpresión de «Ausente», publicada por primera vez
en el número 18 de Mundo Limeño (diciembre de 1917), apareció en La Industria (el 27 de julio
de 1918, p. [3]) y fue encontrada por Jorge Kishimoto en el año 2005 (comunicación personal).
El poema también se reimprimió en el libro de Alberto Hidalgo, Hombres y bestias (publicado a
comienzos de 1918). A Hidalgo parece haberle gustado ese texto tanto que en Tu libro, una obra
suya publicada en 1922, tituló uno de sus poemas con parte de su segundo verso: «Más lejos de
lo lejos». El facsímil de un autógrafo datado de «Ausente» («23/7/1917»), que presenta solo leves
variantes con la versión final en el verso 13 y en su puntuación, fue publicado por primera vez
en un libro-homenaje impreso por la Asociación de Escritores, Artistas e Intelectuales del Perú
(1938). Este es el único autógrafo de Los heraldos negros que, hasta el día de hoy, se conoce.
10 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007)
7
Dos de estos poemas los encontró Jorge Kishimoto y su referencia bibliográfica exacta fue
proporcionada en la edición de Silva-Santisteban (Vallejo 1997, I: 117 y 120). La reimpresión
de «Para el alma imposible de mi amada» se publicó el 11 de agosto, pero el nombre de
Vallejo aparece omitido. Kishimoto seguía información de Espejo Asturrizaga, que afirmaba:
«El Tiempo de Lima reprodujo en varias oportunidades versos de César Vallejo en sus
páginas literarias. Recordamos “Nostalgias imperiales” (cuatro sonetos), 1917; “Para el alma
imposible de mi amada” y “El tálamo eterno”» (1965: 177). Sin embargo, una información
similar proporcionada por Espejo, según la que Vallejo había publicado sus versos más de una
vez en La Prensa de Lima en 1917 (1965: 177), no ha sido tan productiva, puesto que no
hemos encontrado poemas de Vallejo en este periódico durante ese año.
8
El famoso elogio que Valdelomar hizo de la poesía de Vallejo, «La génesis de un gran poeta:
César Vallejo, el poeta de la ternura», se publicó en la revista Sud-América, n.o 11, Lima, 2 de
marzo de 1918, p. 10. Se reprodujo luego en la revista La Semana, n.o 1, Trujillo, 23 de marzo
de 1918, p. 21. En el artículo de Valdelomar, «Dios» ofrece algunas variantes mínimas en la
puntuación, y la palabra «muestra» en el verso 9, en lugar de «tiene» en El Tiempo y «mustia»
en Los heraldos negros.
12 Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007)
11
Francisco Arturo Sandóval (1900-1960), comenzó a estar activo en los círculos literarios
de Trujillo a finales de 1917, cuando empezó a publicar, como «F. A. Sandóval», poemas en
El Federal y La Libertad, periódicos asociados con Víctor Alejandro Hernández y Santiago
R. Vallejo, que eran los miembros más prominentes del otro grupo literario de Trujillo
contemporáneo a la Bohemia. Aparte de ellos, y de acuerdo con Espejo Asturrizaga, otros
miembros de este grupo eran Daniel Hoyle, Pedro Abraham del Solar Miró Quesada, Luis
Herrera, Carmen Rosa Rivadeneyra y Enrique Echevarría, entre otros (1965: 39). Según un
recorte fechado a mano por Sandóval y conservado por Teodoro Rivero-Ayllón (comunicación
personal; cf. 1997: 96), el poema de Sandóval «Miserere» apareció en abril de 1918 en La
Semana. De ser cierto, este sería el primer indicio de un contacto de Sandóval con el grupo
liderado por Antenor Orrego y José Eulogio Garrido; a pesar de ello, él continuó publicando
regularmente en El Federal y La Libertad ese año. Su poesía parece haber aparecido por
primera vez en La Reforma el 28 de julio de 1919, p. 21, junto a «La copa negra» de Vallejo.
Tenemos constancia de otra colaboración ese mismo año y de cuatro el año siguiente. En
1921, Sandóval se convirtió en uno de los redactores de La Reforma, donde publicó poemas
y también artículos bajo el título «Tramas de mi telar». Muy poco se sabe sobre su vida y
actividades literarias entre la segunda mitad de 1921 y febrero de 1923. En 1925 comenzó a
firmar sus trabajos como “Francis Xandóval”. Hoy es recordado como Francisco Xandóval,
que fue el modo en que firmó Canciones de Maya (Piura, 1941), su único libro de poemas
publicado en vida.
12
Nótese, sin embargo, que Vallejo no le incluye en la nómina de amigos trujillanos que,
como él, residieron en Lima en 1921 y 1922, y que aparece en la carta dirigida a Manuel
Vásquez Díaz, fechada el 26 de abril de 1926 (Vallejo 2002: 169-170).
13
Así lo atestigua una breve polémica ocasionada por una antología de la poesía peruana
contemporánea que fue muy publicitada durante 1918, pero que aparentemente nunca se
publicó. Preparaba la antología el periodista y escritor Carlos Pérez Cánepa y aparecieron
notas anticipatorias en su revista Sud-América. Incluso una lista de los autores que iban a ser
incluidos se publicó en La Crónica (31 de agosto de 1918, p. 5). En ella, aparece Vallejo junto
a otros poetas famosos de la época: José Santos Chocano, José María Eguren, Juan Parra del
Riego, Leonidas Yerovi y Percy Gibson. En septiembre, varias cartas abiertas publicadas en
Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 15
Aunque Rodolfo Milla afirma que el primer cuarteto es sin duda obra de
Vallejo, no hay indicación alguna de que cada poeta haya sido responsable
de una estrofa. La nota que precede al poema no explica qué parte escribió
cada uno, y hace referencia únicamente al lugar y a la fecha de composición
del texto: «el segundo día de carnaval», en un café. Aceptando que cada poeta
fuese responsable de una estrofa, y que el orden en el que los nombres aparecen
9. «Los heraldos negros». Mundo Limeño, n.o 19. Lima, enero de 1918, s. p.
18
De hecho, y a pesar de su nota en la página 179, Espejo Asturrizaga no incluye «Los heraldos
negros» en su lista de poemas publicados en La Reforma (1965: 174-175). En la Biblioteca
Nacional del Perú, el ejemplar 1 de este periódico está completo desde el 23 de febrero de
1917 hasta el 17 de enero de 1918. Si la narración de Espejo sobre la génesis de este poema es
cronológicamente exacta, «Los heraldos negros» solo pudo haberse publicado en los números
que faltan posteriores a esta última fecha (es decir: 19-23 de enero, 5-8 de febrero, 15-16 de
marzo, 4 de abril y 5-18 de julio de 1918). El aviso en La Reforma (véase la nota 16), que
no hace referencia a una publicación previa de «Los heraldos negros» en el periódico, puede
tomarse como un indicio de que el poema apareció por primera vez en Mundo Limeño.
19
Macedonio de la Torre proporcionó una foto de esta reunión que se publicó por primera
vez en More 1949: 22.
Boletín del Instituto de Estudios Vallejianos, filial Londres, n.o 11 (octubre, 2007) 19
OBRAS CITADAS
COYNÉ, André
1949 «Apuntes biográficos de César Vallejo». Mar del Sur, n.o 8, noviembre-
diciembre, pp. 45-70.
HIDALGO, Alberto
1918 Hombres y bestias. Arequipa: [Tip. Artística].
MILLA, Rodolfo
2006 Oquendo. Tomo 1. Lima: Hipocampo.
MONGUIÓ, Luis
1950 «César Vallejo, vida y obra». Revista Hispánica Moderna, año XVI, n.os
1-4, pp. 1-82.
ORREGO, Antenor
1922 «Palabras prologales». En César Vallejo. Trilce. Lima: Talleres
Tipográficos de la Penitenciaría, pp. [III]-XVI.
SPELUCÍN, Alcides
1962 [1959] «Contribución al conocimiento de César Vallejo y de las
primeras etapas de su evolución poética». Aula Vallejo, n.os 2-3-4.
Córdoba [Argentina]. pp. 29-104. [Esta ponencia fue leída en el
simposio sobre César Vallejo celebrado en la Universidad Nacional
de Córdoba, que tuvo lugar entre el 12 y el 15 de agosto de 1959.
De acuerdo con el colofón, este número de la revista se terminó de
imprimir el 15 de mayo de 1963.]
VALLEJO, César
1991 Obras completas. Tomo I. Obra poética. Edición de Ricardo González
Vigil. Lima: Banco de Crédito del Perú.
1997 Poesía completa. Edición de Ricardo Silva-Santisteban. Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú. 4 vols.
2002 Correspondencia completa. Edición de Jesús Cabel. Lima: Pontificia
Universidad Católica del Perú.
2005 Poesía completa. Tomo I. Los heraldos negros y otros poemas juveniles.
Edición de Ricardo González Vigil. Trujillo: INC.